034
—Gracias oppa. Muchas gracias por no preguntar, por simplemente estar para mí. —el negó para depositar aquella taza de té caliente sobre la mesa.
—So Jung, nunca se llena el vacío que se deja, simplemente se hace un poco menor. Más sobrellevadero. —bajé la mirada, comprendí su punto, pero...
—Realmente la extraño. —declare con mi timbre bajo, susurrando—¿Qué me diría ella? —lágrimas comenzaron a desprenderse de mia ojos.
... eso no significa que no pueda llorar.
—Se que hubiera sido mi consuelo. Pero ella... ella ya no esta y yo... —mi voz al fin se quebró, y el dolor regreso.
El mayor dejó su taza sobre la mesa para acercarse hacia mi— Piénsalo de este modo, seguimos pensando en ella, entonces no podemos estar tan lejos.
—Jin... —rodeo mi espalda con su brazo izquierdo y con su mano derecha acuno mis manos.
—Estarás bien, se que lo estarás. —y largué en llanto sobre su pecho, realmente lo necesitaba.
Necesitó tanto desahogarme con mi mejor amiga, necesitó a mi mejor amiga. También necesitó de mi novio pero él... prácticamente actua como si fuera mi amigo.
¿Por qué rayos estoy sola?
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—No estas sola. Quiero que lo entiendas So. —logre sentir su cuerpo temblar, entonces la abracé con mayor fuerza.
Sin duda alguna es ella quien más la extraña... Kookie la amaba si, pero Sojung la adoraba.
Namjoon, ¿qué diablos haces por tú novia?
—Gracias oppa... —sollozo en modo de descargo.
No, gracias a ti, porque te pienso aunque no lo sepas, te sonrió aunque no me veas y te quiero aunque no lo creas.
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—¿Estás preocupada? —pregunte de pie a su lado, mientras el viento removia sus cabellos.
—Si, lo estoy. —reconoció cabizbaja— Soy una idiota, ¿no?
—Yuna...
—¿Debería preocuparme por alguien qué me miente?, ¿qué no se deja ayudar? yo...
—Descuida. —apreté mis puños por la indignación— Tú eres asi, eres Choi Yu Na después de todo, eres sinónimo del amor.
—Tae... —con una sonrisa eleve la mano para acariciar su cabello.
Cuando un amor es verdadero resiste por sobre el tiempo, la distancia, los problemas y vence cualquier posible obstáculo, por más difícil que sea.
Ese es el amor que quiero para nosotros, Yuna... el amor que deseó para ti pequeña.
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Mi cabeza duele, y por alguna extraña razón, me siento sucio...
—Eres un tonto. —aprecie el brillo rojizo de sus ojos, inchados debido a toda la preocupación que le invadió por la mañana— No tienes idea de lo preocupada que estoy. —murmuraba con fastidio— Toda la tarde actuaste como un maldito loco. Ahg, Min Yoon Gi, idiota. ¿Qué debo hacer contigo?
Me sobran las ganas... pero me haces faltas tú.
Exhale el aire frustrado, aprecie la manta de color rosado que me cubría y obviamente no era de mí propiedas, preste suma atención al sillón en el que me encontraba, y rodee la mirada para ver el pequeño living de tonalidades claros.
—¿Dónde...? —quise recomponerme sobre este, pero mi cuerpo se sintió pesado por lo que me obligó a caer nuevamente sobre el sillón recostado.
—¿Oh? despertaste... —dejo las bolsas sobre un costado de la mesada.
—Yewon, —fruncí el ceño desconcertado— ¿qué hago aquí?
—No tengo ni idea. Dímelo tú. —comenzó a sacar ingredientes de las bolsas— A la madrugada rondeabas por mi vecindario, realmente nose si estás ebrio, porque no hueles del todo a alcohol... pero si que actuaste como uno. Entonces no estoy segura de si una sopa para la resaca sera eficiente. —volteó para encaminarse hacia el sillón y arrojo sobre mis piernas una bolsa repleta de pastillas— Trata de ver cual se ajusta mejor a tu actual situación.
—¿Por qué pareces agresiva?
—No lo se, tal vez porque no tengo la menor idea de que te metiste. Pero supongo que nadie mejor que tú para saberlo.
Ella sonaba distante. —¿A caso pude hacer algo que...? —cerre los párpados, molesto conmigo mismo.
—Yewon... dime que, no intente hacer nada indebido mientras estuve aqui. —sus ojos volvieron sobre mi, atemorizandome— ¿Algo por lo que deba disculparme?
—Ah, claro que si, lo hiciste. —se cruzo de brazos sorbiendo su nariz.
Mierda...
—Lo siento. —me sente para poder disculparme y reverencie con la cabeza, cuando logré oír su leve risa.
—¿Así qué sabes disculparte joven Min? —negó— Toma alguna pastilla para el dolor muscular y la migraña. —volteó para arremangar sus mangas— Iré a preparar el supuesto "desayuno". —intenté decir algo, pero de pronto, la voz no salía— Apresurate Min, si quieres puedes asearte, el baño esta a la derecha.
Me ignoró olímpicamente para dirigirse a la cocina.
Vagamente me levanté, y mentiría si dijera que no quería lavarme el rostro, por ello apenado me dirigí hacia la derecha, siguiendo sus intrusiones, topandome como resultado con dos puertas.
¿Cuál será?
Abrí una de estas, y definitivamente no era lo que esperaba. Porque el cuarto de Yewon deslumbra.
Me sorprendió ver que no era lo estereotipado, para nada aniñado como aseguraba en mi mente que seria, no es como si pensara en su habitación pero...
Con un suspiro aprecie cada detalle, bastante neutro, en ella un solo oso resaltaba sobre un pupitre, un Pikachu pequeño. Sus paredes teñidas de un color beige pálido encuadran perfectamente con aquellas ilustraciones de plumas cayendo; y un hermoso piano reluce en un punta del costado. Obviamente, no era del todo modesta su habitación.
El recuerdo de mi primer piano regreso, el mismo que perdí en aquel incendio...
Recuerdos volvían, recuerdos que prefería olvidar. Por ende tome el picaporte de la puerta de marfil blanco, cerrando de esta para salir y dirigirme a la otra puerta, el baño.
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—Rinnie, ¿estás bien?
—Si... Jinjin oppa, ¿que estabas diciéndome? —sonreí bastante perdida.
Últimamente apreció como mejora la relación entre Yuna y Tae... ambos pasan tiempo de calidad juntos.
No soy ciega, noto el brillo en sus ojos, el mismo brillo que veo en la mirada de Sinb para con Hoseok o viceversa. Pero Yuna, ella...
—Sólo es un buen amigo. —respondió con tristeza.
.. lo ve como un amigo, y se le nota culpable cuando habla de él. Quizás y nunca correspondió a sus sentimientos.
—Yerin, ¿quieres venir entonces? —volvi a verle, completamente en blanco— No me estas escuchando ni un poco, ¿verdad?
—¡Lo siento! —me disculpe por lo que ambos reímos.
Unos chicos lo llamaron, él volteo apenado para verme.
—Vamos, vete. —le dediqué la mejor sonrisa que poseo, obedeció luego de asegurarse que le acompañaria a las canchas de básquet por la noche. Su mano se elevó mientras me saluda con una gran sonrisa.
—Yerin. —ese timbre de voz...
voltee a verlo, sus ojos formaban una pequeña linea y sus labios una sonrisa cuadrada.
No pude evitar emocionarme. Y es que cuando me miras siento una dura mezcla entre la brillante alegría y la opaca tristeza.
La alegría de poder verte y la tristeza de no tenerte...
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—Yewon, puedo irme... —se negó para siervir un plato para mi.
—Come. —pidió con seriedad, dude y valla que lo noto— Solo come. —sonrió para acercarme los palillos y una cuchara.
—Gracias... —susurre avergonzado sin poder elevar la mirada y es que aunque intente hacer memoria, no puedo, no recuerdo nada.
—Woah, también puedes abrir tus labios para ser agradecido, es lindo saberlo. —una leve sonrisa se apodero de las comisuras de sus labios— Deberías mostrar más seguido esta parte de ti mismo, es más agradable. —le dio una cucharada a su bimbap.
—Sonríe más oppa~.
—No soy tan buena en la cocina pero puedo defenderme sola. —dejo escapar una risa nerviosa, era notorio el esfuerzo empleado por sacar un tema de conversación.
—¡No seas terco! —inflo sus mejillas.
—Muchas veces... la distancia logra unirlo todo, ya que lo que más se piensa, más se extraña. —eleve la mirada en silencio. De algún modo, me sorprendió lo repentina que fueron sus palabras.
Ojala olvidarte, fuera solo dejar de pensarte.
—Intentaste encajar con ella, un sube y bajas del que... debes tomar una decisión. —elevo su mirada— Solo repetías una y otra vez, "lo intenté, un sube y baja." Supongo que, es para la lírica en la que tanto esmero empleas.
Ojala olvidarte, fuera solo dejar de escribirte.
—Yoongi, quiero que lo sepas, cuando mis brazos no puedan abrazarte, te abrazare con mi alma.
—la determinación en sus ojos era sincera— Lo prometo.
Con una leve sonrisa, comence a comer, realmente le salió delicioso, diria que mucho más que a hyung. Y eso ya es decir suficiente.
Un millón de palabras no le traerían de vuelta, lo se porque lo intenté. Un millón de lágrimas tampoco, y lo se muy bien, porque ya las lloré.
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—Es un buen chico... —respondi con sinceridad a su pregunta.
—Woah~, ¿ya cambiaste de opinión?
—Nunca dije que fuera lo contrario, sólo que tiene una personalidad horrible y arisca. —Hoseok estallo en risas caminando a mi par— Si si, muy divertido.
—¿Entonces? —ladeo su cabeza para sonreír. Resople para volver la mirada hacia mis pies.
—Tenías razón, necesita amigos... porque él no cree en ellos.
—Pero quieres ser una. —volvi para verlo— “Él necesita ayuda”, ¿recuerdas? —negue para sonreír— Y dime, ¿sigue sin ofrecerte una verdadera disculpa?
Recordé su comportamiento en la fiesta de Kai y de hecho, hasta el momento nunca lo mencionó.
—No creó que ni siquiera llegue a recordar, sabes que se encontraba un poco pasado de tragos.
—Perdón. —su timbre refleja cuan apenado se encuentra por la falta de autocrítica del menor, veo el brillo de aflicción sobre sus ojos.
—¿Hiciste algo malo para que tengas que disculparte? —se excusó vagamente, pero le interrumpi—Amar sin esperanza debe ser muy triste, pero más triste debe ser vivir sin la esperanza de poder volver amar. —el frío de la media noche se hizo presente, abrace mis propios brazos— No estoy segura pero, debió haber perdido a alguien muy importante, quizás y era al amor de su vida.
Hoseok guardo silencio, de hecho ni siquiera elevo su mirada, y con una pequeña sonrisa entre mis labios, supongo que di en el blanco.
—Digamos que las personas nos enseñan a vivir con ellas, pero, nunca nos preparan para cuando llegue la hora de su ausencia.
—Cierto... —asenti.
—El amor es tan fuerte como la muerte y al mismo tiempo tan frágil como el cristal. —un aura de melancolía le invadió— Pero, en fin, te agradezco mucho que logres pensar en él como un buen chico, por favor, sigue apoyándolo.
—Eres un gran primo Hoseok. —sonrió avergonzado, me alegro ver su actitud inoportuna y tierna.
Será porque me gusta molestarlo, apreciar su sonrojo y tierna sonrisa... ¿Esto es amor?
Porque si lo fuera, entonces si, me gustas Hoseok. Y me gustas mucho.
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La tristeza es como un pozo en el que te vas hundiendo poco a poco, cada vez más, hasta llegar al punto en que deseas la muerte.
Los vi de lejos, ambos caminando a la par, acercándose a las cabañas de mujeres, entre unas cuantas risas y leves golpes. Su buena química no sólo emana, también fluye recíprocamente.
La soledad ha sido una verdadera amiga para mí, ella nunca me ha dejado, aún cuando yo siempre trató de alejarme, regresa conmigo.
Entonces, ¿por qué comienza a preocuparme justo ahora?
La noche llega de pronto, sin que la notes. La noche trae de vuelta lamentaciones de todo aquello que nunca lograste hacer como hubieras querido, y te hace escribir a quien ya no podra leerte. La noche se esconde solo para terminar por revelar el recuerdo más vivido de todos, la mirada de quien amaste.
Volví los ojos sobre la libreta entre mis manos, tantas notas, tantas letras, tanto dolor... Tanta euforia.
Porque de pronto, la noche me induce a un paseo que no debería de olvidar, pero tampoco anhelar y mucho menos, comparar.
Perdóname, Eunbie...
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