030
Si enfrentó mi realidad, se muy bien quien es el dueño de tu valioso corazón, reconzco al galardonado con tu precioso amor.
Mis ojos observan como Sojung y Namjoon reían mientras hablaban a la par en la oficina. Sonreí cabizbajo.
—Me alegro por ti... —susurre para voltear y pasar de largo aquel pasillo, cuando mi celular sonó— Padre, —respondí— ¿cómo has estado?
—Hijo. —por el timbre de su voz se que sonríe— Muy bien, ¿y ustedes? dime, ¿Yoongi esta siendo difícil contigo? —reí por el comentario.
—Esta mejorando en su rendimiento domiciliario descuida.
—Me alegra escucharlo, —aprecie como el cómico rango vocal decaia en la seriedad de la preocupación— ¿y Jungkook?
—Te conté del campamento, pues ya pasaron cinco días. —sonreí.
—Me alegra que al final haya decidido asistir. —suspiró aliviado.
—¿Cómo esta ella?
—Tu madre mejora un poco más cada día. —se que no es sencillo para ti papá— Al menos, el terapista la ve mejor que la última vez...
••••••••••••••
¡Mierda! Sigo con la estúpida costumbre de sentir que he perdido, lo que ni siquiera era mío en primer instancia.
—¿Estás bien? —Umji tomó asiento a mi lado. Ambos nos encontramos en el campus.
—¿Cómo te fue en el exámen? —pregunté evitando su aguda observación, por lo que me dedicó una sonrisa dudosa.
—No estoy muy segura, era bastante complejo. —susurro con un atisbo de preocupación.
—Seguro desaprobaste.
—Seguramente lo hice. —aprecie su puchero con un pequeño frunce de ceño entre sus cejas, y por último el ruido de su cabeza contra la mesa denoto la frustración que lideraba, sonreí enternecido.
—Eres tan pesimista.
—¿Cómo no serlo?, si conoces a sumbae, ¿verdad? Además... sabes que no entendí muy bien el último tema visto y era el fundamental ¡ashg! —sentí el pataleo de sus pies por debajo de la mesa— Pero muy aparte, eres tan cruel. —volteó a verme con indignación— ¡Tú mismo dijiste que seguro desapruebo!
—Eso es porque eres influenciable, tonta. —negué para sonreír.
—¿Oh?, ¿por qué sonríes? —me señalo levemente, mufe.
—No lo hago.
—Claro que lo haces, te estas riendo de mi en mi propia cara. ¡Eres tan malo! —fingió dolor, y ambos sonreímos.
Últimamente Yewon ha sido un gran avance para mi poca socialización, tiene una mentalidad única, pensamientos analíticos y bastante emocionales. Ella en si misma es una rara mezcla entre sensatez e imprudencia a la vez, de madurez y berrinches, de ternura e irritación. Ella es... una verdadera dualidad de combos asombrosos.
—¿Sabes del campamento del instituto?
—¿Por qué te interesa una actividad extracurricular que no sea de la universidad?
—Porque ahí va mi amiga. —sonrió— Bah, mis amigas, e inclusive tu hermano ¿no?.
—Aun así. —negué sin comprender.
—Ashh, —se quejó— eres un caso serio. —sonrió— Oppa, estoy preocupada por las niñas y a la vez, siento que este campamento es clave para la resolución de muchas cosas. —la miré atento— Digo, hay dolores internos y temas inconclusos, quizás puedan encontrarse personalmente con la ayuda de este campamento.
Jimin... Jungkook... Taehyung... los tres regresan a mi mente como por arte de magia, o un fuerte aquelarre vudú del que sin duda fui quien lo protagonizó.
—¿No lo crees? —supongo que, nuestro gran problema no es tu presencia en los sueños, sino tu ausencia en nuestra realidad, Eunbi.
—Mhm. Puede ser.
•••••••••••••••
—El peor sentimiento no es sentirnos solos, es sentir que nos olvidó alguien que nosotros no podemos olvidar Hoseok, el verdadero problema es...
—Que no sabes si te están extrañando u olvidando. Quien sabe, quizás y sea al revés. —ella frunció el ceño ante mi observación— Uno ya se encuentra olvidando y por ello extraña demasiado.
—Ashh, deberían inventar un champú... —la miré con asombrado o desentendido mejor dicho— ya sabes, para sacarse a la gente de la cabeza. Seria un verdadero logro para la humanidad, ¿no crees? —reí, de igual modo ella.
—Lo creo. Y es que hay momentos en la vida tan bonitos, que deberían tener la opción guardar Eunbie. —
sonreí— Justo como este, por ejemplo. —la miré con atención, con aprecio y fijación, por lo cual la menor se sonrojó levemente.
—Es lindo, supongo. —prosiguió su camino, y no dude en seguírla con una sonrisa en mis labios.
—Eres linda Eunbi.
—¿A qué rayos viene eso? —asombrosamente se alteró, y me reí para terminar por encoger de hombros.
—Solo quería decirlo una vez, ¿por qué? A caso, ¿debería haber un motivo en especial?
—Tsk, motivo especial si como no... —volteó su rostro aún avergonzada, sonreí enternecido.
—Eres tan tierna, no pensé que fueras una de las chicas que se apenara fácilmente.
—¡No lo hago! —su rostro se torno rojo al mantener el contacto con mis ojos, sonreí— Ashh, olvídalo. Tonto. —se adelanto casi corriendo.
—¡Eunbi!
—¡Olvídalo! —le vi alejarse a la velocidad de la luz, su contextura pequeña y delgada de espalda, sonreí.
—Ash, encantadora. —sonreí completamente embobado.
—Gracias... creo. —voltee a verlo.
—¡Jimin! —sonreí— ¿Dónde andabas metido? —me abrace rápidamente a su cuello.
—Por ahí... —alejó su mirada hacia la pequeña Hwang quien caminaba alejándose por la otra dirección— Hyung, ¿a ti te gusta ella? —volví la mirada sobre aquel camino trazado.
—Mhm~, tal vez si, tal vez no, ¿quién sabe? —sonreí para volver los ojos sobre él— ¡Andando! hoy bailaremos sin parar.
Me adelante en compañía de mi buen y mejor amigo, aún rodeando su cuello con ánimo.
••••••••••••••
Me encontraba de camino por el pasillo que me dirige directamente hacia el comedor cuando la vi, ella se acercaba desde la dirección contraria. E inconscientemente comencé a apresurar mis pasos para llegar hasta ella, y em cuanto me notó sonreír.
—Tae...
—Yerin. —ambos sonreimos— ¿Qué raro?
—¿Mhm?, ¿qué cosa?
—Sola... —murmure por lo bajo en busca por los alrededores, algún rastro de esa sanguijuela.
—Ah, —sonrió— Sinb quiso salir a correr.
—Oh que coincidencia. —prosegui a explicarme— Hobi hyung también. —entre cerró sus ojos perversamente.
—¿Estarán juntos? quizás... ¿haciendo travesuras prohibidas? —me sonroje por su comentario.
—¿Y ese chico? —carraspeo la garganta en un intento por hacerla regresar a tierra, lejos de sus propias fantasías alocadas.
—¿Chico? ¡Ah! Hablas de Jinjin oppa~. —sonrió bobamente— Creo que anda con sus amigos de curso.
Comenzamos a caminar en completo silencio a la par. Resulto incómodo, y me sentí de algún modo frustrado. No lo se, quizás raro... muy raro.
—¿Yu-Yuju? —mencionó de pronto, trayendo un tema de conversación.
—Creo que fue al club de canto.
—¿Le gusta cantar? —indago con sorpresa, asentí.
—Tiene una voz muy potente. —sonreí al recordar sus altos.
—Se nota el cariño que se tienen. Ambos. —mencionó cabizbaja.
—Si, nos conocemos desde hace un par de años. —sonreí nuevamente al recordar la versión miniatura de nosotros mismos.
—Mhm... —de hecho fue inevitable preguntarme, cómo habrá sido la versión pequeña de la dulce Jung Yerin.
Ambos ingresamos al comedor para sentarnos en la misma mesa, cuando aquel chico al que apoda "JinJin", Park Jin Woo en realidad, la saludo apenas la vió ingresar a mí lado, y era realmente molesto en cierto aspecto...
••••••••••••••
—¿Corres?
—Es una perdida...
—De energía inecesaria. —chillo— ¡Lo sé! —comenzó a acercarse hacia mi— ¿Podrías darme un poco? —señaló la botella en mi mano, y se la extendí.
Su aspecto se encontraba hecho un total desastre. Su cabello desaliñado, más de lo acostumbrado; su rostro, frente y cuello empapados en sudor, me es inevitable preguntarme hace cuánto sera que se encuentra corriendo.
—Gracias. —sonrió con un poco más de ánimos— Juro que sentía que podía morir deshidratada en cualquier momento.
No es la primera vez que sale a correr sin agua, porque si, reconozco que la estuve observando. Siempre olvida su botella, como toda una idiota.
—Deja de volar en las nubes y prepara tu maldita botella.
—¡Lo siento papá! —reverenció, y negué ante su burla— ¿Quieres caminar conmigo un rato? —sonrió, realice una mueca pero se negó a una negativa de mi parte; apropiándose de mi mano y tironeando de esta me volvio a jalar a su completa disposición.
Realmente se le volvió una muy mala costumbre, cree que soy un niño al cual puede manejar a su antojo, y no está nada bien. Pero entonces... ¿por qué sigo dejando que lo haga?
—Ah, es tan agradable sentir la brisa sobre el rostro. —sonreía para inhalar todo el aire que le fuera posible.
—Oppa~ ¡es tan agrdable! —sonreía mientras estiraba sus brazos.
Guste o no, hoy comprendo que la distancia solo separa los cuerpos, pero nunca los corazones. Bunny... tengo recuerdos tan largos de ti, para noches tan cortas y efímeras.
—“Si puedes recordarme, siempre estaré ahí contigo.” —sonrió con su tipico semblante de meme andante. Volvi mi atención hacia aquel árbol marcado, para poder leer la frase, y recordar aquel preciso momento.
—¿En serio? —sonrió— Oppa eres tan tierno~. —poso sus dedos sobre el cuerpo tallado del árbol— Siempre estás aqui junto a mi. —sonrió avergonzada— Porque, yo siempre te recuerdo a ti.
Quisiera tenerte aquí conmigo, pero no puedo, no estás y se que no estarás. El tiempo vivido ya no regresa y no regresará.
Te fuiste, entonces ahora lo cuestionó con énfasis. ¿Quién me dará lo que tanto soñé?, ¿lo que soñamos juntos?
¿Cómo explicarle a mi corazón qué ya no estás? Que no estarás, porque... ya no existes.
—Que lindos, ¿no te parece? —tomó de mi brazo levemente para verme con preocupación por el rotundo silencio de mi parte, negué.
—Recordar duele...
—Cierto, pero si el recuerdo viene acompañado con una sonrisa, entonces creó que si vale la pena el dolor. Jungkook, los recuerdos son parte de nuestra vida cotidiana, son momentos inolvidables y únicos. —sonrió para romper su agarre y seguir caminando sin rumbo aparente.
Los recuerdos deberían ser un consuelo, una bella sonrisa pero yo... te sigo escribiendo aunque he perdido toda esperanza y te sigo amando aunque no quiera, aunque no lo merezca. Bunny, Eunha, mi pequeña Eunbie... eres la sonrisa más triste de mi vida.
—Quiero olvidar... —susurre sin fuerzas y desganado.
—¿Pero cómo olvidar a quien me dio tanto para recordar? —volteé para verla con atención, no dudo en acercarse y... abrazarme.
Logre sentir su aroma, cálido y acogedor, dulce y tranquilizador... me sentí de cierto modo, como en casa.
—Eunbi... —musite con el corazón en la garganta.
—Aquí estoy. —aseguro con temple y seguridad, eleve mis brazos aferrandome un poco más a su cuerpo para asi esconder mi rostro sobre su hombro. Aferrandome a la ilusión que tanto deseo.
El amor es el único que logra viajar a través del tiempo y la distancia, sin moverse del corazón.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top