021
—Gracias...
—Olvídalo. —respondió restandole importancia al asunto.
—Yoongi, en serio te lo agradezco. —sonreí sinceramente y aprecie como fruncia ligeramente el ceño.
—¿Por qué terminaste con él? —le mire desentendida por unos segundos— Puedes notar que... —dubitativo continuó— esta arrepentido. Él estaba siendo sincero contigo.
—¿Cómo puedes saberlo?
—Conozco el sentimiento. —le aprecie divagando al respecto.
—Lo sé, ya que fue mi primer amor. Puedo saberlo, —sonreí— pero me costó tanto cuando se fue, fue un golpe duro en verdad... tambien se que está historia, debía de terminar hace mucho.
—¿Cómo lo superaste?
—¿Superar? —una excasa sonrisa para mi sorpresa reapareció— Nunca nada se supera Yoongi, sólo se logra avanzar.
—Como si fuera tan sencillo. —refuto desinteresado, pero veia la molestia detrás de su fachada.
Voltee la mirada para sonreí al contemplar el paisaje tan hermoso que nos ofrecía la universidad.
—Lo peor de cerrar el corazón con todo el amor y el dolor adentro... es que mientras intentó olvidar, —la amargura deseaba apoderarse de mi, pero no me brindaria a su merced, no de nuevo— más lo sigues queriendo. —entonces ladee mi rostro para verlo— Cuando lo entendí, decide que era el momento. Decidí que no debía mentirme más, tome la decisión de ser honesta conmigo misma, decidí seguir adelante.
—¿No te arrepientes?
Negué— No lo hago.
—Es una mierda.
—Hay que consolarse pensando que la vida es corta y es una mierda la mayor parte del tiempo. ¿No lo crees? —me fue inevitable no sonreí al ver sus ojos— ¿Min Yoon Gi?
Era inevitable sonreír luego de derramar hasta la última lágrima por este amor que debía dejar ir.
•••••••••••••••••••
—¡No eres mi madre! —exclame inundado por la ira.
—¡Agradece que no lo soy! —deberia hacerlo, porque si lo fueras... ella perdería el sentido, otra vez.
—¿Puedes callarte? —cuestione con el ceño fruncido, observando como la paga se fue a la borda gracias a su entrometido pie.
—¡No me dirás que hacer! —exclamó mientras sus puños frotaban sus párpados y mejillas húmedas.
—Ashh, eres una molestia. —susurre por lo bajo, sin deseos de ver como habia hecho llorar a otra mujer en mi vida.
—Pues... —sabando su nariz y con una leve sonrisa comentó— te aconsejo que comiences acostúmbrarte. Porque desde ahora, no pienso separarme de ti.
—No necesito que sientas lastima por mi.
—¿Lástima? Tsk lástima me dan los cachorros abandonados en la calle del centro. —negó duramente— Jeon, tú no me das lástima.
—Entonces déjame en paz. —asegure para seguir mi camino.
—¡Quiero ser tu amiga! —pero mis pasos comenzaron a menguar— Permíteme serlo.
—¿Mi amiga? —repetí en un vano intento de burla.
—Puedes divertirte y mucho, se que no necesitas de esa mierda para hacerlo. —negué con una ridícula sonrisa sobre mis labios.
—No tienes idea, nunca lo has probado antes, —voltee a verla— ¿o me equivoco? —para mi sorpresa, mi ataque no le afecto puesto que su sonrisa se expandió.
—¿Crees qué la necesito? —no dudo ni por un segundo acortar la poca distancia entre nosotros y en cuanto pudo, estiró su mano en mi dirección— Ven conmigo.
—¿A dónde? —frunciendo el ceño le observe embelesado.
—¿Acaso importa? —con una ligera risa no dudo en ignorarme y tomar el control de la situación.
Apoderándose de mi mano para guiarme valla a saber a dónde.
•••••••••••
—Sowonie, ¿estás bien?
—Perdóname, creo que estoy algo...
—¿Distraída? —sonreí avergonzada
—¿Cómo te va con la grabación? —negó con su cabeza.
—No me hagas eso. —la incertidumbre tomó acto de presencia en mi semblante— No me cambies el tema como si yo no pudiera entenderte. ¿Qué ocurre? —bajé la mirada apenada— ¿No confias en mi?
Negué— Yo...
—Se trata de hyung, ¿verdad?
—Quiere que volvamos a juntarnos. —susurre.
—No me parece una mala idea.
—Nam...
—Se honesta conmigo, ¿qué te preocupa realmente? —concentre la debida atención a su semblante, apacible y sereno como de costumbre, pero con un brillo que no logro comprender del todo en sus ojos— ¿toparte con Jungkook o juntarte en compañía de...?
—Quiero que vallamos juntos.
—¿Juntos? —al parecer le tome desprevenido.
Sonreí — Nam, tú eres mi novio... y quiero hacer las cosas bien. —susurre para jugar con los palillos en mi mano, sonrojada por la repentina declaración.
—¿Soy tu novio? —note el timbre de burla e ironía en su voz.
—¡Yah! —arrugue la nariz avergonzada— si no quieres pue... —pero fui interrumpida por sus cálidas manos sobre mis mejillas.
Acunando mi rostro con ellas, prosegui a sentir el tacto de sus labios sobre los míos, y tímidamente comenzó a adentrarse más íntimamente en aquel beso. Volviéndose mucho más profundo, llegando a separarnos por la falta de aire.
—Joonie...
—Me gustas So Jung, siempre me has gustado y yo... —acarició mi mejilla— realmente quisiera que seas mi novia. Tú...
—Me encantaría. —sonreí avergonzada y no tarde mucho en apreciar aquel par de hoyuelos que tanto amaba contemplar en sus mejillas, logre sentir como sus brazos me rodearon en un tierno abrazó.
—Te amó, Kim So Jung. —declaró de pronto, pero antes de que pudiera responder, la puerta principal se abrió y observamos a la señora Kim ingresar a su casa repleta de bolsas cargadas en compañía de su hijo menor— ¿Mamá, Tae? —ambos quedaron estáticos en la entrada principal— ¿No dijeron que se quedarian con los tios esta noche?
Mis mejillas no tardaron en calentarse debido a la fuerte declaración de su madre.
—¿Por qué?, ¿qué ejemplo planeas dejarle a tu hermano?
—N-no es lo que te imaginas...
—Ay, ¿qué fue lo que hice para que mi hijo mayor sea todo un pervertido?
—¡Mamá! —reprimi una débil sonrisa ante el repentino reproche.
—¿Qué ocurre aquí? —indago un timbre varonil detrás nuestro.
—Oh querido, tu hijo nos quiere hacer abuelos antes de tiempo... —a pesar de los comentarios ignorados por parte de Nam, continuó— Me pregunto a quién habrá salido este muchacho hormonal.
—A mi no me mires, recuerda que eres mayor, nonna. —se carcajeo el señor Kim— Prácticamente, fuiste tú quien me sedujo en la facultad.
—¡Cierra la boca! —le golpeo— ¿Qué ideas equivocadas quieres darle a nuestra bella nuera? —este rió animadamente por los berrinches de su esposa.
—Deberias pensar en las ideas que se hacen tus hijos madre. —este se quejó con frialdad mientras depositaba las bolsas sobre la mesa— Hyung, la tia mando provisiones para tu estadia nocturna en los estudios.
—No seas asi con tu madre, pequeño Tae Tae~. —se apodero de la barbilla del mencionado para besar su sien.
—Sojung... —los músculos de mi cuerpo comenzaron a tensarse, por lo que asenti para voltear al fin— espero disculpes las indiscreciones de mi mujer. —aprecie como se quitaba el saco para sonreír— Eres bienvenida a quedarte todo lo que quieras.
—¡Por supuesto que si! —intervino con emoción— Ya se estaban tardando demasiado en confirmarnos su relación, ¿no deberíamos celebrar esta noche? —volteo para preguntarle al marido, quien devolvió la sonrisa— Ire por el soju~... —tarareo para perderse entre la arquitectura del hogar.
—¡Mamá por favor! —Nam alejó su brazo de mi cuello para ponerse en pie e ir detrás de ella— ¿Qué cosas dices? Tae aun es menor de edad...
—Si que se habian tardado. —comentó Tae con su atención fija en las guarniciones. Su padre deposito ambas manos sobre los hombros de este y me dedicó una sonrisa de hoyuelos perfecta.
—Felicidades, sientete libre de ser quien eres en nuestra humilde familia, pequeña So.
—Muchas gracias señor Kim. —reverencie con la cabeza.
—Oh no, nada de eso. —la señora reapareció con una bandeja que contenia dos botellas y pequeños vasos entre sus manos— Antes eramos la señora y el seño Kim para ti... —apesar de los vanos pedidos del primogénito, continuó— Ahora solo dinos, "mamá y papá".
—¡Mamá! Deja de asustarla... —los tred mayores comenzaron a discutir entre risas al respecto.
Y fue en ese momento que me senti calida como en el hogar correcto.
La sonrisa perfectamente cuadrada que se posaba en el rostro de la señora Kim me recuerda indudablemente al menor de los hermanos, y los bellos hoyuelos en las mejillas del señor Kim, tiernamente al mayor de ellos, quien corria como un niño detrás de su madre avergonzado.
—Aqui tienes cariño. —acepte el gesto de su parte para con una sonrisa llamarle como ella me lo habia pedido— ¡Aigooo! ¿Cariño lo has oido? Me llamó madre~....
Di un sorbo al licor entre mis manos con un rubor evidente entre mis mejillas.
••••••••••••••••••••
—¿Te gusta? —mi risa no tardo en hacerse audible— ¡Dime qué no es divertido!
—Puede considerarse vandalismo, ¿lo sabes no?.
—¿Comprar droga a caso no es ilegal? —levanté una ceja para sonreír y devolver la mirada sobre aquel paredón— ¿Quieres hacerlo, —sacudiendo el contenedor que sostenia entre mis manos volvi a verlo— o tienes miedo?
—¿Y qué es lo que puedo hacer?
—Garabatos, frases, dibujos... —reí para volver a sacudir el aerosol y entregárselo en mano— ¡Lo que quieras!
Con dudas e incertidumbre observó el pequeño contenedor en su mano. Sonreí al apreciar como sus inseguridades comenzaban a disiparse junto con la niebla.
Y es que ver su propia figura enloquecida, 'estropeando' y vandalisando aquel paredón me resultó en verdad agradable. Encorvando mi cuerpo, me agache para tomar uno de los tantos aerosoles a colores que portaba, cortesía de Yerin y sus grandes descubrimiento arqueológicos, de construcciones edilicios abandonados.
••••••••••••••••••••
—Yerin. —detuve mis pasos para voltear a verla, y sonreír forzosamente.
—Yuna... —respondi a su saludo luego de acomodar la toalla sobre mi cabello húmedo.
¿Qué demonios hacia en mi casa y a estás horas?
—¿Te sientes bien? —indago con un semblante de preocupación delante de mi, asentí.
—¿Y tú? —con un ligero movimiento de cabeza y una leve sonrisa admitió.
—Estuve faltando demasiado, —dejo escapar una leve risa de sus delicados labios— asi que no debería refriarme hasta el final de los parciales.
—Mhm... seria lo mejor. —asentí.
—¿Segura te encuentras bien? Te ves mas pálida de lo normal.
—Lo estoy, descuida.
—Yerinie...
—Yuna, dime qué haces aqui.
Mi corazón duele y no entiendo el porqué. Yo no soy asi, pero me comportó de una forma detestable a causa de mis inseguridades...
—Ah, bueno... Sinb me mando un mensaje. —frunci el ceño— Dijo algo sobre una pijamada para que me sintiera mejor y...
—¿Me disculpas un momento? —asintió sin más, volvi sobre mis talones y me dirigí a la habitación, tome el aparato que descansaba sobre la cama y aprecie el buzon de voz.
Mi mente regreso a esta mañana por los pasillos del Instituto.
—¿Estás bien? —le oí preguntar con el timbre grave que solo él podia poseer. Mi vista por su parte, seguía sobre sus zapatillas— ¿Yerin? Déjame ayudarte. —aprecie su mano extendida frente a mi, y la tomé sin levantar el rostro.
—Gracias... —apenas logré articular.
—¿Segura qué estás bien? —pero antes que pudiera responder, su timbre de voz se hizo oir— Yuna, ¿vuelves a integrarte hoy? —sonrió al percatarse de su regreso.
—Debo irme... —susurre alejándome de la presencia de ambos.
Siempre crei que lo mas triste de extrañar a alguien sea el hecho de que lo sepa y no le importe en lo más mínimo. Pero... y si no fuera el caso. ¿Que tal que no lo sepa?, ¿y si en realidad ni yo misma lo sé?
—Eunbi, no se porque demonios haces planes sin consultarme antes. Pero espero que estés de regreso pronto, o juro que no me contendre contigo cuando te vea por la mañana. —di por finalizado el mensaje.
Algo dentro mío comenzaba a irritarse con la presencia de ella rondando por la casa.
¿Qué demonios me está pasando últimamente?
••••••••••••••••••
Terminamos casi a la par, pero ella mucho antes que yo, escuche como dejo escapar un gran suspiró para sucesivamente, dejarse caer en el suelo a la espera del mío.
Y una vez acabé tras dar por finalizado pequeños detalles, también me dejé caer sin pensarlo mucho, y siquiera comenzar a comprender que la noche cayó repentinamente.
Las estrellas alumbran sobre un cielo despejado, hermosas y radiantes entre ellas.
—¿No te sientes liberado?
—Siento que me volvi un criminal. —ambos reímos a la par, entonces voltee a verla— ¿Te gusta lo ilegal?
—Me gusta divertirme, —
volteó de igual modo— y en grande si puedo. —sonrió para apreciar ña imagen de frente.
—Vamos oppa~, ¡diviértete!
Te extraño tanto... que cada día que pasa sin ti, es una dura eternidad para mi.
—“No voy a soltarte. No pienso dejarte, te acompañaré y... te ayudaré en el proceso.” —podía sentír como el timbre de su voz comenzaba a quebrar— Eso prometí, y quise cumplir pero... las cosas no siempre salen como uno quisiera.
—¿Un amor no correspondido? —acote burlonamente.
—No, era un amor aún mayor. —el timbre de su voz no miente, la sonrisa en sus labios no me enagaña— Una hermandad.
La mirada en sus ojos denota dolor y nostalgia, el combo de sentimientos que reconozco a la perfección, pero... que lograba superar por mucho al odio y el rencor que podía llevar dentro de mi.
—Es estúpido mantener esos recuerdos. —reconocí con sequedad para apreciar el brillo de esos pequeños puntos en el firmamento— La gente hoy esta aquí y mañana tal vez ya no, así es la vida.
•••••••••••••••••
La frialdad en su timbre de voz, las dureza en sus palabras, y la chispa en sus ojos le delatan, es un pobre alma en pena, solitaria a casua de alguna carencia humana.
—A veces recordar es volver a querer... aunque esa no sea la intención. En lo personal creo que, despedirse cuando se quiere no duele, duelen todos los momentos que se irán junto a ese adiós.
Varios solían comentarme que el separarnos me haría mucho más fuerte, pero nunca ninguno de ellos mencionó... que hacerme fuerte me destruiría el doble.
«Moonbin...»
El viento comenzó a sentirse, y ambos recostados uno a la par del otro, era una situación agradable y nostálgica.
—Es hora, se hara más tarde. —sonreí debido a la dualidad en su persona, queria parecer un tipo frio y desalmado pero en realidad solo es un muchacho cálido y perdido.
—Espero haberte ayudado algo hoy.
—¿Con qué? —fruncio el ceño— Sólo desperdicie dinero gracias a ti.
Incline mis hombros satisfecha al recordar que llegamos a tiempo antes de que el negocio cerrará por completo.
—Valio la pena, despejar tu mente —sonreí— me gusto. —volvi a verla— Tu mural es... revolucionario.
La mezcla de siluetas y garabatos sobre el paredón era arrogante, pero a comparación del mío, el suyo refleja una cuantas gamas oscuras, y a pesar de ellas, logré distinguir el rostro de una chica y el reflejo de un corazón roto en el.
¿Su inconsciente? Tal vez.
—Por otro lado, en serio me alegra que hayas perdido dinero, espero así y puedas valorarlo para un uso más preciado. —me jacte de brazos cruzados ante la atenta mirada vacía del contrario.
El viento era cada vez más refrescante.
—Adiós Jeon. —sonreí para voltear.
—Te acompaño. —volteé con asombro reflejado en mis ojos, no dude en arquear mis cejas— Es algo tarde. —sonreí debido a su incógnita personalidad.
El significado de aquel grafito es una obviedad para mis ojos, pero quisiera escucharlo de tu misma boca Jeon.
“No sabes cuánto te extraño, vivo preso de tu amor y encadenado a tu recuerdo...”
francesaXD espero compense un poco jejeje :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top