016

Se que está siendo sincero, el semblante en su rostro, el temple de su voz, su propia postura ante el espejo me resulta en demasía... Triste.

—Esmerate. —volvió para verme, sonreí— Se que tienes potencial, pero no veo pasión. La danza se trata de eso.

—¿Pasión? —bajo su mirada— ¿Existe tal cosa? —susurro.

—¿No lo crees? —no respondió a mi pregunta, no volvio a verme y con un resoplido continúe— Prometo enseñartelo. A partir de hoy, aprenderás que la pasión si puede coexistir a través de tu miserable existencia.

Su ceño fruncido era una ligera señal de confusión más que de enojo.

—Jeon, muéstrame que sientes.

—¿Eh? —sus ojos si fueron a parar a los míos.

—Dime, ¿qué sientes ahora? —debido a la perdida que se encontraba transitando me vi en la obligación de aclarar— El sentimiento que surge en este preciso momento.

Me acerqué al centro junto a él, y comencé a mover mi cuerpo ligeramente.

¿Lo sientes? Dime Jungkook, ¿puedes sentirlo?

••••••••••

«Calma. Templanza.»

Eso es lo que sientes, eso es lo que transmites, eso reflejan tus movimientos.

—Inténtalo.

¿Reflejar mis sentimientos en compañia de mi cuerpo? Se siente como... si nunca antes lo hubiera hecho.

Volví la mirada sobre ella, y en sus ojos aprecie su determinación. Pero... ¿por qué?

—¡Anda! —exclamó demandante, sobresaltandome.

Entonces lo hice, comencé a crear pasos tan sólo con la poca e inexistente imaginación que aun poseo.

Los recuerdos, los momentos compartidos entre ambos... tú y yo.

La razón que perdí con tu partida... la despedida que nunca tuvimos. El verte en cada lugar por el que transite, el sentirte mediante cada canción que escucho.

Cada experiencia vivida, todo aquello que fue de ambos, que nos pertenecía aún suena... suena y resuena en el baúl de mis más preciados tesoros.

Y es qu no, no me acostumbro... no puedo y no quiero acostumbrarme a una vida sin tu esencia a mi alrededor... porque sería peor que la misma muerte.

•••••••••••

«Dolor. Agonía. Tristeza.»

Eso es lo que sientes, el combo de sentimientos que reflejas.

Sufrimiento... desilusión.

—Ella... —mis ojos se posaron interesados en aquel pequeño fragmento de voz, pendiente de un fino y delicado hilo en cuerda floja— Su aroma era el mismo.

Entonces ocurrió la obviedad, se quebró el timbre de su voz y todo debido a las futuras  lágrimas provenir de sus ojos, recorriendo sus mejillas.

—Fui un id-idiota... un completo idiota... te extrañó... yo... yo no lo dije... —los balbuceos inconscientes no se detuvieron, pero y apenas lograba oírlo por la música de trasfondo.

Detuvo sus pasos, acallo su pena y las gotas de sudor comenzarían a descender presentes sobre su frente, inundando su rostro.

—Ten. —levantó la mirada sobre mí, mantuve extendido el brazo con una botella de agua para él.  Y antes de que se le ocurriera cuestionar, me adelante— Vete a casa, es tarde Jeon.

Con una sonrisa voltee luego de que este recibiera el gesto, me dirigí hacia la punta del salon en busca de tomar mi mochila y salir de dichi salón de danzas.

••••••••••

—¿Tarde? —repetí mediante ella se retiraba del salón.

Fui en busca de mi mochila, tomé el celular que todavía llevaba conectado los audiculares y contemple el mundo exterior. Lejos de mi propia burbuja y existencia egoista.

25 llamadas pérdidas.

—¿Qué...? —enfoque la mirada en el reloj que marcaba a la derecha en la parte superior de la pantalla.

23:38 PM ⌚.

Mis ojos fueron abiertos con asombró.

Me acerqué hasta la esquina de aquel espejo y aprecie dicho reflejo... por última vez.

Pienso en ti y en lo que perdí... me gustaría haberlo evitado. Y me duele pensar que no lo hice, porque me dueles en lo más profundo.

—Me rompiste en dos... ¿dónde está mi reparación? —susurré— EunBi... ¿dónde estás? —solloce.

Tu recuerdo es una sombra tan dolorosa que lo eclipsa todo... pero a pesar de ello, te amo.

Lágrimas volvieron a brotar sin consuelo alguno.

—Eunbi...

•••••••••••••

—Animate.—reverenció para marchar y acercarse al jóven de sonrisa embobada.

Abrí mis ojos al contemplar la hora en el reloj de la cafeteria.

03:24 am ⌚  en verdad trabaja las veinticuatro horas.

Froté los párpados cansados para soltar un gran suspiró.

No me importas. Entonces, ¿por qué sigues aqui Yoongi?

—La vida merece ser disfrutada. Entonces no alejes a las personas, todos merecemos una segunda oportunidad. —dicha niña inocente me regalo su bella sonrisa.

—No todos.

—Vete, lo vi por detrás de las gradas.—la menor sonrió y antes de poder marchar la detuve— Figthing. —se alejo corriendo, animadamente para alejarse de mi.

Sonreí con gran amargura de alma.

•••••••••••

Lágrimas no tardaron en salir.

—N-no puedo... —corrí sin mirar detrás porque no podía, no quería, y no debía.

No... no... no.

Mi cabeza chocó contra algo, o mejor dicho alguien.

—Yuna. —susurro.

—T-Tae... —solloce.

—Pequeña... —no le permití continuar, me aferre a sus brazos desesperadamente y no se opuso—Calma, calma. —me consolo a pesar de no comprender mí situación.

No hay refugio en las palabras... porque siempre habrá heridas que no sanan y yo... a mí todavía me duelen.

Aún sangran, y es que no puedo verte... no llegue a tiempo para ti, fui débil. Cobarde.

Perdóname... amiga.

•••••••••••

—Te ves mejor.

—Gracias... —extendi la taza de té, y ella la tomó con una ligera sonrisa— Lamento molestarte.

Negué— No molestas, me preocupas. —aprecie el leve sonrojó en sus mejillas, lo cual hizo latir a mi desdichado corazón. Sonreí.

—Jin...

—Oppa. —corregi, levantó su mirada.

—Gracias. —sonrió con gratitud.

Una sonrisa sincera la cual no veía hace un tiempo. Hace unos... tres años.

Me acerqué hasta ella para inclinarme delante suyo.

—Sowon, sabes que cuentas conmigo. —asintió cabizbaja. Negué— No estuve para ti, y realmente lo siento.

—Descuida. —negó— Había prioridades, tu hermano, tus padres... —negué para tomar su mano.

—Mi amiga. —sentí una punzada profunda y dolorosa sobre mi pecho ante dicho adjetivo.

—Gracias. —sollozo.

—A partir de hoy, solo refujiate en mi, porque estaré ahí para cuando me necesites. ¿Lo entiendes?

Asintió con lágrimas descendiendo sobre sus mejillas, lágrimas que me encargué de limpiar yo mismo.

Desearía... que vuelvas a reír, tanto y mucho más que en aquel entonces. Deseó que avances sobre aquellos tiempos, porque lo mereces... mi chingu.

•••••••••••••••

Sentí el frío recorrer las extremidades de mi cuerpo.

Al pensar en aquel viejo edificio, en aquella dolorosa casa y aquel cotizado 'hogar'. Mis entrañas comenzaban a moverse en una ardua lucha.

Apreté mis puños, y tragué saliva mentalizandome porque debia cruzar aquella puerta. El edificio de mi vida se encontraba frente a mí, no podia evitarlo más.

Se fuerte Jimin... debes serlo, porque omma lo hubiese querido asi.

El dolor, la angustia y el enorme deseo de verla nuevamente me invadió, acpmpañado de la impotencia al saber que nunca más volveré a verla.

—Omma... —sus sonrisas se hacían presente en mi mente— Lo haré. —susurre para adentrarme d ingresando por la puerta principal del edificio.

Dispuesto a adelantarme hacia el tercer piso... nuestro departamento.

••••••••••••••

—Yuna...

—Luchamos con los ojos... tan vendados. —apreté su mano reconfortado su ser— Nuestros corazones... duelen tanto.

—El destino es algo injusto. —porque no paro hasta separarnos.

—Lo siento tanto Tae. —susurro, sus hermosos ojos volvían a llenarse de lágrimas. Negué para con mi pulgar limpiar sus mejillas.

—No llores, por favor. —suplique angustiado.

—Te lastimé... y aún lo hago, ¿verdad?

—No lo hagas, no ahora, por favor...

Mis ojos comenzaban a titilar, sentí el nudo en la garganta y no podía verla asi de vulnerable, porque no quería hacerlo.

Quise dejarlo todo sin mirar atrás... lo intenté. Quise luchar por ti pero...

—Me gusta él... perdoname Tae... lo siento mucho.—reverenciaste tan apenada. Lloraste como nunca lo hubiera imaginado, te dolió conocer mis sentimientos.

—No eras para mi... lo sé.

Nuestros corazones tropezaron entre si, pero a pesar del dolor lo tengo muy en claro...

—Mereces ser feliz.

Negó— Oppa, yo no... —le abracé fuertemente.

—Esta bien Yunie. Esta bien.

Te amo, aún lo hago... a pesar de lo que se, que no eres para mi.

••••••••••••

—¿Estás bien? —divago un susurro— Mhm... oye, eres de reír, jugar y gritar, ¿qué ocurre contigo ahora? —no respondió, sonreí contrictada—Pequeña.

—U-unnie, no lo sé pero... —llevo una de sus manos hacia su pecho— duele y mucho. —mi sorpresa fue mayor— Duele aquí... y no se porqué. —frotaba su pecho.

—¿Estas enferma? —negó— ¿Estarás por enfermar? —tome su temperatura posando mi mano por su frente— Woh woh, ¿po-por qué lloras? —de pronto, Yerin se encontraba en un mar de llanto.

—N-n-n-no lo s-se... ¡Umjie unnie! —se aferro a mi. Limpié su rostro para abrazarla en un intentó por consolarle.

Mi mente no dejaba de pensar en aquel doloroso recuerdo... el dolor sobre el pecho, frecuentemente se asocia a un corazón roto. Espero y no sea tu caso pequeña Rinnie.

—Debo decir adiós.

—Oppa, no lo hagas. —la voz se me cortaba.

—Lo siento mucho.

—Oppa... no, no lo hagas. —volteó para marchar, entonces tomé de su mano para detenerlo— Por favor... —negué con lágrimas— no lo hagas.

Lentamente aflojo mi agarre para acercarse y besar mi frente.

—Lo siento. —volteo y se encamino rumbo hacia el tren.

—¡Changsub! —grité con un manojo inexplicable de emociones.

Oppa... ¿por qué regresas? No puedo asegurar que seguimos siendo los mismos...







Layeska_Buddy I Love 😍

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