[7] Confesión a medias
Entré con Tom a mi casa, Figo brincó hacia él y le lamió la cara, el puso cara de asco mientras yo reía.
-Parece que le agradas- comenté colgando mi bufanda en el perchero.
-No sé si el me agrada a mi- Figo se quedó quieto y le gruñó -Bien, lo siento, si me agradas- rió acercándose a acariciarlo.
Sonreí nuevamente, sabía que él no podía ser tan mal sujeto, tal vez por eso Tord lo odiaba; supongo que estaba celoso de que fuera mejor persona que él aunque casi siempre se comportara indiferente.
-¿Quieres café?- pregunté entrando en la cocina, pero antes de llegar fui interrumpida por el mismo dolor.
Me recargué en la pared y escuché sus pasos acercándose. -Yo te preparo té ¿Tienes Vodka?-
Asentí -En la alacena, traje una botella nueva- señalé caminando a sentarme en la barra de la cocina.
Abrió la puerta que señalé y la encontró semi llena -¿Nueva?- sonreí nerviosa y me encogí hombros.
-Ups... ¿Y mi té?- Le reclamé en broma. -No tengo todo tu tiempo-
-Perdone usted, Alteza- dijo sacando las bolsitas de Té de mala gana -Oye, Si no te molesta que pregunte...-
-¿Aja?-
-¿Por qué no tienes amigos?-
-¿Qué te hace creer eso?-
-Bueno... nunca estás con nadie más además de nosotros, nunca has hablado de nadie más y... Bueno, olvídalo- se dio un golpe seco en la frente -Ni siquiera tenía que hablar de esto contigo, estás sensible y esa mierda-
-No no no, está bien creo...- respiré hondo sin saber bien como responder. Lo pensé mucho, había mentido originalmente, pero era verdad, no tenía más amigos que Paul y Pat.
La voz de Tord pasó por mi cabeza "Si quieres diles que trabajas aquí y que tomaste vacaciones". Tal vez podía dejar de mentir un poco, después de todo dijo que debía ponerle atención especial a Tom y para ello necesitaba acercarme a él.
- Yo les mentí- solté desviando la vista a un costado.
Escuché como se detuvo en seco -¿Qué? ¿Mentirnos?- volteo a verme y yo volteé hacia él. Me vio como si fuera una broma, pero esa expresión se volvió seria.
-En realidad no estoy acabando estudios, yo trabajo en una armada desde los 15 años, creo que mis padres viven aquí en Londres pero no estoy Segura... les mentí por que no quería que desconfiaran de mi y ahora que lo pienso... creo que acabo de arrui...narlo uh... yo...-
Empecé a desvariar con mi boca, al ver que me miraba me puse muy nerviosa, no sabía si era porque le estaba mintiendo sobre un mentira o porque a pesar de no tener ojos normales, sentía su mirada.
-Y creo que ya lo eché a perd..-
-Sólo deja de hablar- me detuvo cerrando el cajón de golpe. -No estoy molesto contigo, sobre todo porque en realidad es más interesante lo de la armada que tú aburrida fachada-
Bajé la cabeza sin decir nada.
-Pero agradezco tu honestidad supongo... es decir, pudiste decirle a Edd o Matt ¿Yo por qué?-
Traté de verlo directamente -Supongo que confío más en ti- vi un pequeño rubor subir a sus mejillas y a las mías también, ambos nos quedamos en silencio por unos segundos que me parecieron minutos.
-Escucha, yo no voy a decir nada, no te preocupes por eso, pero basta de mentiras a ese nivel, pueden ser graves, supongo-
Asentí con la cabeza como una niña regañada, estaba siendo demasiado comprensivo conmigo y yo solo mentía, me sentí algo culpable pero sólo borré ese pensamiento.
-Vamos ____, no te estoy diciendo nada malo- me ofreció la taza con el té, -Ya deja de lloriquear-
La tomé y me paré de la barra sosteniendola con cuidado. -Gracias...-
-Ya olvídalo, luego podemos hablar de eso, cuando estés menos sensible- bromeó.
-Idiota- reí, caminé a la sala y puse Netflix en la tele, el me siguió y yo le extendí el control de la tv. -Tu escoges, lo dijiste-
-Es verdad, ¿Algo genérico?- asentí -¿La casa de papel?-volvió a bromear.
-Iugh, demasiado genérico- subí las escaleras -¡Busca algo mientras voy a cambiarme!-
En mi cuarto me puse un pantalón más comodo y una blusa más simple, ya no pensaba salir de casa. Al final escogimos una película decente, me senté al lado pero a cierta distancia, el té hizo desaparecer la intensidad de mis dolores que solo me daban ocasionalmente.
Como a la mitad de la película, Figo se paró frente a nosotros y nos miró con cara de perro.
-Creo que tu bestia quiere subir- comentó tomando de la botella de Vodka
-Creo que si- sonreí autorizando a mi mascota para subir, para mi sorpresa, subió del lado de Tom lo que hizo que se recorriera más hacia Mi, ambos intercambiamos miradas algo incómodos.
Al final sólo reí para romper la tensión y me recargué en el sofá, vi como la tele se volvía borrosa, fui entrecerrando los ojos y me quedé dormida. Entre mis sueños sentí como me movía pero no lo veía, estaba muy dormida para eso. La sensación de pronto se volvió extraña, me sentía cálida y cómoda era muy reconfortante por alguna razón.
Luego volví a sentir algo, me movía un poco pero sentí como me elevaba, ¿Me estaba cargando? Seguramente. No quería volverlo incómodo, así que me hice la dormida recargándome en su pecho.
Mi peso cayó en mi suave cama y me cubrió con una cobija, se quedó quieto un rato, no sabía si me veía o no pero seguí en mi actuación hasta que le vi dándole unas palmadas a Figo en la cabeza. Su teléfono sonó y lo contestó rápidamente para evitar despertarme.
-¿Qué hay?... ah si... Si si; se quedó dormida, creo que es lo mejor, así ya no estará adolorida.... aja... Edd, si vuelves a mencionar esto frente a ella te asesino.... jaja, muy gracioso, ya cállate, voy para allá-
Colgó la llamada mientras en mi mente trataba de averiguar que había dicho Edd en esos pequeños intervalos donde el contestaba susurrando. Guardó el teléfono y caminó hacia abajo, me aseguré de que se fuera y me asomé a la ventana de manera discreta, tomó el auto y se fue, lo más seguro es que iba a buscar a sus amigos al centro comercial.
Solté un suspiro y regresé a mi cama a dormir, Figo se acostó en mis pies y ambos empezamos a soñar.
Al día siguiente me levanté por el sol que entraba en mi ventana, me quedé sentada tratando de ubicarme en lo que pasó la noche anterior, sentí algo extraño y tapé mi rostro.
Joder, Tom me había visto dormida, ¿Y sí ronqué? ¿O murmuré cosas?, me daba pena el ir a saludarlo más tarde... ¿Tenía qué?.
Sacudí mi cabeza y me metí al baño, esperé a que el agua caliente empezara a salir y la dejé pasar por mi espalda con calma, me hacia sentir mucho mejor. Acabé de lavar mi cuerpo pero me quedé un momento más disfrutando la sensación.
Acabé y salí envuelta el mi toalla tarareando esa canción que había estado en mi cabeza por días. Repentinamente escuché el tono de mi teléfono, entre la prisa de no encontrarlo solo contesté.
-¿Hola?- contesté.
-¡_____! ¡Querida!- esa voz... -¿Me recuerdas tesoro?-
-Wendy...- me separé a ver el contacto. -¿Qué haces con el teléfono de Tord?-
-Meh, me dio su contraseña y te tenía guardada con un corazón, aunque ahora solo estás agendada como "Zorra"- rió de manera perceptible, sentí la sangre arder al escucharla.
-¿Y para eso querías la maldita contraseña?-
-Si, ahora que somos novios es crucial la confianza. Sabía que el que no estuvieras aquí haría la relación más fácil, eso de coger a escondidas ya me estaba hartando-
-Escuchame bien, perra, sólo tienes el valor para decirme toda tu basura porque sabes que si estuviera ahí ya no estarías en la armada- me puse en un tono casi tan firme como el de Tord. -Que sepas que me importa una mierda tu relación con el líder, pero en cuanto volvamos a vernos te juro que te borro el maquillaje de una bofetada, que tengas buen día, tesoro.-
Colgué violentamente el teléfono y lo lancé a mi cama con un gruñido. Me quedé de pie en medio de la habitación, lentamente me senté sobre la cama y subí la piernas.
-. . . - solté un quejido pequeño, luego otro y otro más, lentamente sentía un escalofrío saliendo de mi pecho para expandirse por el resto de mi cuerpo, así dejé caer una pequeña lágrima que se resbaló por mi mejilla y rodeó mis labios, cayó en la cobija dejando una mancha que luego se volvio en dos, luego en tres y luego en cuatro.
Lentamente tapé mi rostro y empecé a contraer mi abdomen por la respiración cortada, sentía una mezcla de coraje, ira, tristeza y Soledad, así que no pude contenerme por mucho hasta que empecé a sollozar yo sola. Lentamente me recosté y abracé una almohada, supongo que jamás había tenido la oportunidad de llorar en sí.
Se sentía bien, supongo, al menos no había nada que me viera hasta...
-¿____? ¿Estás en casa?-
Me sobresalté -¿Tom?- Tapé mi rostro, mi voz había salido como hilo apunto de romperse.
-¿Estás...? ¿Dónde estás?- lo escuché buscarme y cerré la puerta de mi cuarto.
-¡Vete!- Le grité en vano, ya que empezó a subir. -¡Tom!-
Se quedó fuera de la puerta -¿Qué es lo que te pasa? Suenas como la mierda- intentó girar la manija. Obviamente se lo impedí.
-Tom, enserio no quiero qué...-
-¿No quieres que entre? ¿Enserio?-
Me quedé pensando ahí; ¿De verdad no quería que entrara?, más bien estaba apenada de que me viera así, pero creo que necesitaba algo de compañía.
-Espera un segundo..- corrí a ponerme mi ropa para estar en casa, ya que aún seguía envuelta en mi toalla. Tardé casi nada y me acerqué a abrir mientras limpiaba mis ojos rápidamente.
Abrí la puerta y lo encontré esperando justo frente a ella, me observó algo shokeado. -Oye, estoy bien, no te preocupes por mi-
-¿Bromeas? Te ves como la mierda, ¿Qué Carajo pasó?-
Solté un gruñido estresado dándome vuelta y moviendo los brazos tratando de sacar la sensación -Yo... no sé, no sé cómo debería sentirme justo ahora- rendida, tras un suspiro, me senté en la cama.
Camino dentro y se sentó al lado mío. -Hey, ¿Quieres hablar de eso?- lo miré algo desconfiada -Vamos, no le diré a nadie, lo juro- se encogió de hombros, realmente no tenía nadie a quien decirle y que me afectara.
Asentí con la cabeza y tomé aire profundamente -Okay... Yo...- cuando me disponía a hablar, mi primera vocal salió como un hilo delgado, nada más salió de mi boca y volví a derramar lágrimas soltando un quejido.
No podía hablar y me abracé cerrando los ojos con fuerza mientras el agua seguía saliendo. Ni siquiera podía voltear a verlo, estaba tan apenada.
De la nada sentí como deslizaba sus brazos hacia mi y me rodeaba con ellos apegandome a su cuerpo. Enrojecí por completo mientras respiraba con dificultad, sin saber como reaccionar, subí mis piernas en la cama haciéndome bolita recargada en su pecho cálido.
Él me apretó un poco y lentamente también estiré las manos hacia el rodeándo su espalda con los abrazos respirando más tranquilamente.
-¿Nunca le habías dicho a alguien cómo te sentías?- preguntó tratando de ver mi rostro.
Sólo me oculté más entre la ropa -Nunca me lo habían preguntado...-
-. . . Y creí que mi vida era una mierda- recargo su cabeza sobre la mía y me acercó nuevamente mientras lo apretaba más. Poco a poco fui encontrando la fuerza para hablar.
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Y RECUERDEN AMIGOS
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TENDRÁN ACCESO A SPOILERS, DUDAS Y DIBUJOS DE MIS LIBROS.
HASTA LA PRÓXIMA AMIKOS
-Annie 💕
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