Capítulo 3
Los golpes resonaban en el lugar, Hailey peleaba con fiereza contra Thalia, no importaba cuantas veces la derrotaba Thalia ella seguía levantándose y peleaba con más fuerza que la anterior, Hailey buscaba aplacar aquella adrenalina que recorría su cuerpo cada que esta tocaba el suelo, su madre le había dejado al cuidado de Artemisa y si eso significaba aprender a luchar como una cazadora ella aprendería hasta el detalle más pequeño de estas.
—Concéntrate —Hailey no tardó en ser lanzada al suelo, pero esta vez ella no se levantó su cuerpo pedía descanso tras haber luchado por más de una hora—. Nada mal, Blake —Thalia sonreía mientras le ayudaba a colocarse de pie, la chica le agradaba, aunque no lo expresará con palabras.
—Esa estuvo mejor —las burlas de Bianca se habían hecho rutina en cada entrenamiento, ella se sentaba siempre en la misma roca solo para ver los entrenamientos de las dos chicas y sin poder evitarlo bromeaba cada que Hailey caía.
—Deja de burlarte —Hailey se estiró hasta que más de un hueso de su espalda sonó, Thalia sabía que aquello no era dirigido a ella, desde la llegada de Hailey tuvieron que acostumbrarse a verla hablar a la nada, ya que ella era la única que lograba ver a Bianca. Thalia había tenido miedo de que la hija de Hades hubiera muerto con resentimiento hacia ella o hacia alguno de los que habían estado aquel día de su desaparición, pero Hailey le había dicho que Bianca nunca les tuvo rencor por lo ocurrido.
Las tres se quedaron en aquel lugar para descansar, aunque fueran unos pocos segundos, Hailey comenzaba a sentir que Thalia comenzaba a ser su amiga y eso le alegraba ya que sería su primera amiga viva. Bianca parecía desconectada de todo a su alrededor desde que el entrenamiento había terminado, pero Hailey prefería dejarlo pasar.
—Vamos es hora de ir a tu entrenamiento de arco —Thalia recogió con ayuda de Hailey aquellas armas que habían utilizado para el entrenamiento. Hailey estaba por seguir a Thalia, pero se detuvo en cuanto notó que Bianca no les seguía, sino que se había quedado en su lugar mientras miraba el cielo.
—Vamos Bianca esta es tu parte favorita de los entrenamientos —sonrió mientras recordaba a Bianca mirar con admiración a cada cazadora que utilizaba el arco, pero a pesar de esto Bianca no sonrió ni la miró, ella solo hizo una mueca sin despegar su mirada del cielo—. ¿Bianca? —Hailey se preocupó de inmediato por su mejor amiga por lo que intentó acercarse a ella, pero Bianca hizo que se detuviera cuando se levantó de golpe.
—Debo irme —susurró mientras miraba a Hailey, le extrañaría. Ver a la chica frente a ella le provocaba tranquilidad, le había ayudado a superar muchas cosas, pero aún le quedaban obstáculos en su camino—. Todo estará bien, ve a tus entrenamientos —sonrió intentando no preocupar a la chica que se había convertido en su mejor amiga, lo mejor que le había pasado desde que había muerto, no quería alejarse de ella; pero ya había tomado una decisión no podía vagar por ahí por siempre, ella merecía iniciar desde cero.
—¿Estarás aquí? —Hailey creyó lo que Bianca le había dicho por lo que estaría bien si ella se iba sola a los entrenamientos—. Quería mostrarte lo buena que me convertí manejando con el arco, pero puede esperar —sonrió como pocas veces lo había hecho; llena de felicidad. Bianca miró a la chica alejarse, traer a Hailey con las cazadoras había sido la mejor decisión, gracias a ello Hailey sonreía abiertamente, ya no lloraba por las noches o vivía con miedo constante.
—Te quiero —susurró Bianca mientras sonreía, le dolía no informar sobre su decisión a la chica, pero era mejor irse sin despedidas—. Hasta siempre, Hailey Blake —tras decir esto desapareció por completo de aquella roca, Bianca había tomado la decisión de renacer aun sabiendo que esto significaría no recordar a Hailey ni a Nico.
→•←
Dos meses habían pasado desde la repentina desaparición de Bianca, dos meses en los cuales Hailey se había sentido completamente perdida al no tener a su mejor amiga con ella, se sentía fuera de lugar como si el estar con las cazadoras ya no fuera correcto, ella no era una cazadora realmente y eso solo le recordaba que quizá aquel no era su lugar.
—Ella estará bien —la voz de Thalia hizo que Hailey diera un pequeño salto en su lugar, la hija de Zeus se había encargado de no dejar que Hailey fuera la chica tímida que era al llegar al campamento, su amistad había crecido considerablemente durante esos dos meses—. Quizá Bianca decidió renacer y eso es bueno, tendrá una nueva vida, una en la que podrá alejarse de todo su pasado —Hailey la miró entendiendo aquello, ella más que nadie deseaba que Bianca tuviera una nueva vida, pero le hubiera gustado despedirse.
—Sé que es bueno, estoy feliz por ella, pero eso no quita que duela ya no tenerla conmigo —confesó por primera vez la de ojos azules—. Ella me apoyo y cuido mientras estaba en la que era mi casa, nunca me juzgo ni me reto por mis acciones, ella siempre estuvo ahí para mí y ahora siento un vació enorme.
—Es comprensible, tú... —Thalia dejó de hablar de golpe al escuchar algo entre los árboles, el lugar en el que estaban estaba algo alejado del campamento de las cazadoras por lo que no debería escucharse nada más que sus voces.
—¿Thalia? —tanto ella como Thalia miraban hacia los árboles, pero Hailey en realidad no sabía qué era lo que estaba pasando.
—Shh —Thalia le hizo una señal de callar, tomó su arco y colocó una flecha en esta lista para soltarla en cualquier segundo, Hailey le imitó. Los arboles a su alrededor comenzaron a moverse violentamente provocando que varias aves surcaran los cielos, distrayendo a Hailey por un segundo que fue aprovechado por los cíclopes que salieron de entre los árboles—. ¡Nos atacan! —gritó a todo pulmón para que las cazadoras le escucharan, disparaba hacia los ciclopes y esquivaba los troncos que estos lanzaban en su dirección. Hailey hacia lo mismo que Thalia, pero para ella era más difícil ya que los cíclopes parecían solo querer lastimarla a ella—. ¡Corre, Hailey! —le ordenó al entender las intenciones de los cíclopes, ellos estaban ahí por Hailey, uno de estos estuvo a nada de tomar a la chica entre una de sus manos, pero Thalia se lo impidió al cortarlo con su lanza—. ¡Corre! —volvió a gritar, Hailey no pudo desobedecerla por lo que corrió lejos del lugar aun sintiendo que le perseguían.
Las ramas de los arboles golpeaban y cortaban a Hailey en cuanto esta corría demasiado cerca de estos, su cabello en esos momentos no era estorbo alguno al tener el cabello trenzado como la mayoría de las cazadoras de Artemisa; el suelo bajo sus pies temblaba y sentía las pisadas de al menos uno de los cíclopes que les habían atacado. Un fuerte golpe le lanzó varios metros por el aire hasta caer al suelo, el cíclope había logrado golpearla, pero eso no la detuvo a pesar del dolor logró levantarse para seguir corriendo.
—Bianca ayúdame —no pudo evitar sollozar asustada mientras corría, un árbol cayó cerca suyo al haber sido lanzado por el cíclope—. ¡Bianca! —gritó anhelando que la chica apareciera en cualquier segundo para decirle lo que debía hacer, pero eso no ocurrió, sino que Hailey había cruzado una barrera que mantuvo al cíclope fuera. Hailey siguió corriendo sin haber notado que ya no era perseguida, ella aun podía sentir el suelo temblar y eso le asustaba más.
—¡Cuidado! —el grito de alguien alertó a Hailey antes de golpearse contra un tronco que era cargado por dos personas se detuvo al instante mientras miraba a su alrededor con la respiración agitada, veía cabañas y a muchas personas con una camisa de color naranja. Todo comenzaba a dar vueltas para Hailey, por lo que seguramente comenzaba a tener un ataque de pánico; los campistas comenzaban a acercarse con rapidez a la chica notando que esta traía puesto el uniforme de las cazadoras de Artemisa.
—¡Dejen pasar! —un chico de piel canela y rizos hizo que varios campistas se hicieran a un lado para dejarlo pasar a él y a sus amigos, no podía evitar que su lado chismoso saliera a flote al ver a muchas personas reunidas.
—¿Por qué hay tanto alboroto? —Annabeth observó a la chica que estaba de espaldas a ella, sorprendiéndose al ver a una cazadora de Artemisa en el campamento, ya que ellas no acostumbraban a ir sin avisar.
—Es una cazadora —la voz del hijo de Hades se hizo presente, se mantenía alejado de aquella chica, a pesar de que ya había pasado tiempo de la muerte de Bianca él siempre estaría resentido con las cazadoras por haberle quitado a su hermana.
—Oye —Percy se acercó a la castaña para llamar su atención, pero en cuanto la chica giró a verlos sintieron que la sangre se les helaba, frente a ellos estaba Bianca la chica que había muerto años atrás estaba parada justo frente a Percy, pero aquello era imposible.
—¿Bianca? —Nico se acercó esperanzado y emocionado de ver de nuevo a su hermana, no entendía qué ocurría, pero le importaba un carajo si se trataba de su hermana mayor. Hailey respiraba con fuerza sintiendo que cada vez le costaba más respirar, se tambaleó un poco sintiendo que su cabeza estallaría en cualquier momento y se dejó vencer por el cansancio que sentía.
—Bianca —susurró Hailey antes de cerrar sus ojos y caer desmayada, antes de que el cuerpo de Hailey lograra tocar el suelo Nico la sostuvo, miró fijamente a la chica y juraba que aquella era su hermana; pero segundos después ante todos los presentes las facciones y el rostro de la chica cambiaron, dejando de ser el rostro de Bianca para ahora ser el de Hailey.
Nico se sintió enojado y traicionado al saber que aquella chica no era su hermana, se había ilusionado demasiado pronto. Ahora solo quería saber por qué aquella chica había llegado al campamento con la apariencia de Bianca, cosa que era prácticamente imposible.
—Es momento de que Quirón aparezca —habló Leo notando la tensión que había en el ambiente y como si lo hubiera invocado Quirón apareció entre los campistas, Quirón se sorprendió al ver a Nico Di Angelo sosteniendo a una chica desmayada y con el uniforme de las cazadoras.
La profecía daba marcha y el tiempo comenzaba a correr.
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