Capítulo 2
Otro día más para lo que Hailey llamaba "miserable vida", se volvía costumbre para ella levantarse de la cama sin ganas, deseando enormemente quedarse dormida para siempre sin tener que regresar a lo que era su realidad, pero le había prometido a Bianca que intentaría seguir adelante sin importar los obstáculos que haya.
Su rutina era tomar su ropa que cubría todas las marcas que tenía gracias a Margot, verse en el espejo solo para ver como poco a poco la vida se le escapaba entre las manos, era una muerta en vida solo existiendo en aquel mundo.
—Hoy va a ser diferente —se dijo viendo el espejo ahora opaco por la ducha que había tomado minutos atrás, intentó sonreír, pero solo logro una mueca—. Ojalá estuvieras aquí mamá —susurró mientras salía del baño, nunca había conocido a su madre, nunca tuvo alguna imagen a la cual llorarle, ni algo que pudiera decir que su madre había existido, su padre jamás hablaba del tema y solo podía imaginarse a una mujer parecida a ella, pero nunca quedaba satisfecha. En cuanto salió de su habitación Bianca apareció bloqueándole el paso—. ¿Bianca? —la mencionada le hizo una señal para que guardara silencio, en la planta baja se oían ruidos extraños provocando que Hailey retrocediera, no por miedo a que se tratara de Margot sino de que fuera otra persona ya que todos los días desde temprano Margot se iba dejándola completamente sola.
—Debemos irnos —susurró Bianca, los ruidos fueron intensificándose hasta que algo apareció al inicio de las escaleras, Hailey gritó tan fuerte que sintió su garganta secarse; aquella cosa parecía una mujer, pero tenía alas como de murciélago, sonreía con malicia y mostraba sus dientes puntiagudos y amarillentos, lo que más asustó a Hailey fueron sus ojos que parecían resplandecer—. ¡Corre, Hailey! —el grito de Bianca hizo reaccionar a la castaña haciendo que esta corriera lo más rápido que pudo hasta su habitación y se encerró en ella, su corazón palpitaba con rapidez y si no se tranquilizaba tendría un ataque de pánico.
—¿¡Qué mierda es eso!? —gritó histérica, creyó estarse volviendo loca y culpaba a las pastillas que hacían que su TDAH se mantuviera a raya—. Esto no es cierto —la puerta comenzaba a ceder por los violentos golpes que recibía.
—Escúchame Hailey, debemos irnos. Toma solo lo indispensable te llevaré con las cazadoras —Bianca hablaba más para sí misma que para Hailey, ella estaba planificando su escape de aquella casa antes de que la chica fuera asesinada, Hailey no preguntó ni dijo nada si aquello era real lo mejor era hacer caso para salir con vida de ahí, guardó aquello que creyó indispensable y se detuvo en cuanto vio el collar que su padre le había dado en su último cumpleaños, "Llévalo" pareció escuchar una suave voz susurrándole al oído, pero le ignoro creyendo que era parte de la adrenalina que comenzaba a sentir, tomó el collar y lo metió en la mochila—. Por la ventana; tendrás que saltar, es un piso podrás con ello —Hailey paso sus piernas por el marco de la ventana y sin pensárselo mucho se lanzó por está cayendo en uno de los arbustos, sintió dolor al encajarse más de una rama, a pesar de esto se levantó y comenzó a correr detrás de Bianca—. No mires atrás, solo sígueme —ambas corrieron sin parar hasta el bosque, Long Island no era tan grande y Bianca agradecía que la casa de los Blake estuviera cerca del bosque—. Alto —Bianca paró de golpe al igual que Hailey, las dos miraban a su alrededor, aunque la única que se sentía cansada era Hailey—. Ellas te ayudarán, estarán aquí hasta que deban ir al campamento, no debes temer —advirtió sin muchos detalles dejando a la de ojos claros más confundida de lo que ya estaba.
—No estoy entendiendo nada Bianca, ¿Por qué me has traído? ¿Quiénes son ellas? —una flecha rosó el brazo de Hailey haciendo que esta saltara asustada, ¿Quién usaba flechas en esa época?. Varias chicas salieron detrás de los árboles, otras bajaban por las ramas y otras solo apuntaban hacia Hailey.
—¿Quién eres? —habló una de ellas, su cabello era corto y negro, tenía lo que parecía una tiara en la frente al igual que todas y sus ojos fueron lo que llamaron la atención de Hailey, de un hermoso azul eléctrico como si de una tormenta se tratase.
—Diles quién eres, diles que me conoces y estoy contigo —ordenó Bianca sin despegar su mirada de las chicas frente a ellas, Hailey asintió provocando que más de una cazadora la mirara sin entender a quién le había asentido.
—Soy Hailey Blake, estoy aquí por Bianca Di Angelo —dudó en si debía mencionar que Bianca estaba justo a su lado, pero una sola mirada de Bianca basto para que dijera la verdad—. Ella está aquí —la chica de cabello corto no quito en ningún momento la seriedad de su rostro, pero sus ojos demostraron sorpresa ante la mención de la que fue alguna vez una cazadora.
—No sé de dónde conoces a Bianca, pero me has hecho enojar —habló entre dientes e iba acercándose a Hailey de manera amenazante, todas ahí estaban listas para atacar a Hailey.
—Thalia tan desconfiada. Diles que estoy aquí, que sabes lo del depósito de chatarra —sonrió con tristeza recordando la manera en la que había muerto.
—Dice que eres una desconfiada y que ella está aquí en verdad, sino lo estuviera yo no sabría lo del depósito de chatarra —murmuró esto último, Thalia dejó de avanzar cambiando dramáticamente su semblante serio por uno que mostraba total sorpresa, aquella chica no podía saber sobre lo ocurrido solo algunos lo sabían y evitaban hablar del tema.
—Basta —habló alguien detrás de todas las chicas, ellas se hacían a un lado hasta que una niña apareció ante los ojos claros de Hailey, ¿Quién era ella?—. Dice la verdad —la niña sonrió un poco sin dejar de mirar con curiosidad a la recién llegada—. Tú madre me ha suplicado que te de asilo hasta que estés lista para ir al campamento —en cuanto la niña hizo mención de la madre de Hailey esta pareció dejar de respirar, era la primera vez que alguien hablaba de su madre.
—¿Mi madre? —habló en susurró antes de seguir preguntando—. ¿C-conoce a mi madre? ¿Ella está aquí? —Hailey se acercó esperanzada de por fin poder conocer a su madre, sintió un nudo en la garganta y estaba segura de que comenzaría a llorar en cualquier momento, sobre todo si veía a su madre.
—Lo siento, pero ella no está aquí. No puedo darte mucha información de ella ese no es mi papel —la niña se acercó hasta colocarse frente a Hailey—. Soy Artemisa diosa de la caza y ellas son mis cazadoras, a partir de hoy entrenarás con nosotras y aprenderás todo lo que nosotras podamos enseñarte —giró dándole la espalda a Hailey y caminó lejos de ella, Hailey tenía demasiadas cosas que procesar, ¿Ella era una diosa?—. Camina, debemos llegar a nuestro campamento —Artemisa miró a la chica sobre su hombro y no se movió hasta que esta comenzó a caminar detrás de ella, Bianca estaba a su lado y miraba todo con ilusión, parecía estar feliz de estar ahí, regresaba al lugar que había escogido para pasar su vida.
—Bienvenida a tu nueva vida, Hailey —Bianca sonrió en cuanto llegaron a un lugar llenó de carpas, había chicas en todas partes y también armas. Todo parecía tan irreal que Hailey solo esperaba despertar por algún golpe de parte de Margot, pero eso no sucedería, ella por fin estaba en el lugar correcto en el momento correcto.
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