Capítulo 11
El lugar permanecía en silencio, Nico comenzaba a perder la poca paciencia que tenía y también se cuestionaba de si haber ido había sido un error, mientras tanto Hailey se encontraba en blanco, ¿Qué debía decir? ¿Por dónde debía empezar? ¿Sería correcto hablar después de tantos años que el chico perdió a su hermana? Demasiadas preguntas a las que intentaba buscar una respuesta.
—Solo pierdo mi tiempo —Nico dio media vuelta listo para marcharse, con el solo pensamiento de que había cometido un error al haber ido, más las palabras que fueron dichas a continuación le dejaron cual piedra en su lugar.
—Conocí a Bianca —las palabras salieron inconscientemente de los labios de la chica, que al ser consciente de lo que había dicho supo que no había vuelta atrás, sabía que debía hablar cuanto antes al ver el rostro del chico fruncirse de tal manera que denotaba el enojo que estaba acumulando en esos momentos por aquellas palabras, Nico solo podía pensar que ella mentía—. No sé si creerás lo que diré, pero no puedo más. Conocí a Bianca, más no de la manera en la que ambas hubiéramos querido, ella apareció hace más de tres años en mi habitación, creí en ese momento que se trataba de una chica sin hogar que se había colado a la casa o simplemente había entrado a robar, más cuando quise tocarla mi mano le traspasó —Nico giró a verla interesado en lo que ella decía más seguía sin creerle—. Conocí a Bianca después de muerta, no sé si es correcto decirlo de esta manera, pero conocí a su fantasma. Conocí su muerte, conocí su vida y todo aquello que le ocurrió, ella hablaba de ti todo el tiempo —Hailey apretó las sabanas de la camilla al sentir un nudo crecer en su garganta al recordar a su mejor amiga, más no tenía intenciones de parar, no más—. Sé que no me crees, que quizá creas que estoy loca o busco atención, pero no me importa, no dejaré que te vayas hasta que me escuches, ella pensó en ti en cada minuto de su existencia, desde el momento en el que naciste te volviste su prioridad, aun después de la muerte de tu madre ella pensó primero en tu seguridad que en la suya, aun cuando peleaban o tú le ignorabas al jugar ese juego tan raro de mitomagia, aun cuando Percy Jackson les trajo al campamento pensó en ti, ella quería lo mejor para ti, el único momento en el que pensó en ella fue al entrar a las cazadoras de artemisa sabiendo que eso causó tu enojo, más no dejó de pensar en ti, cada movimiento, cada respiración suya iba dedicada a ti, su piccolo soldatino.
Nico sintió sus piernas flaquear y no evitó dejarse caer en el momento que escuchó aquel apodo, mismo que le había puesto Bianca tras la nana que su madre acostumbraba a cantarles de pequeños, su garganta se había cerrado y sus ojos comenzaron a picarle, Hailey aun logrando ver el rostro de Nico siguió hablando sintiendo sus lágrimas rodando por sus mejillas al recordar el amor que mostraba Bianca al hablar de su hermano, mismo amor que la chica envidiaba algunas veces al pensar que nadie le ha amado de tal manera, ni siquiera su padre.
—Lamentó tanto su muerte, más nunca tuvo miedo, no le temía a la muerte, le tenía miedo a una sola cosa, a dejarte solo, temía que pensaras que ella estaba enojada contigo, que pensaras se había ido a las cazadoras por no querer seguir cuidándote, más nunca fue así. Bianca aun tras su muerte se ponía a pensar en qué te encontrabas haciendo, si habías recordado cenar o si aún le recordabas, ella fue y será siempre mi mejor amiga, sin importar que no se haya despedido en el momento que según Thalia por fin decidió renacer —sus palabras hicieron que Nico le mirara con atención, él creyó que ella había renacido años atrás, cuando este fue por ella y en su lugar encontró a Hazel le habían dicho que había renacido y ahora una chica le decía que no había renacido sino que estuvo con ella, además de que no tenía mucho de su decisión de renacer.
—¿Hace cuánto fue eso? —murmuró entre dientes.
—Hace dos meses —aquello se repitió varias veces en la mente de Nico, dos meses, Bianca había renacido hace dos meses, si esta no hubiera renacido quizá ahora Hailey le estuviera diciendo lo que Bianca estuviera diciendo, pero no, ella nuevamente había decido renacer sin tomarle en cuenta.
—No pensó en mi —murmuró para sí mismo más Hailey logró escucharlo.
—Sé que lo hizo, quizá ahora tomes a mal todo lo que te diga, pero sé que ella siguió pensando en ti, ella quiso venir hasta acá contigo cuando apareció en mi habitación, pero se negó a hacerlo sabiendo que quizá ya habías superado su muerte, no quiso causar más sufrimiento del que ya había causado, no sé por qué decidió renacer tan repentinamente, mucho menos por qué me dejó sola, pero no estoy molesta por ello, Bianca merecía renacer, ella merecía más de lo que logró vivir y más que ser un alma que solo yo podía ver y escuchar —sonrió al por fin decir las palabras que siempre quiso sacar de su pecho tras la partida de Bianca aun sabiendo que ella ya no las escucharía esperaba que en la persona que haya renacido sintiera aquel amor que sentía por ella—. Bianca merecía mucho más
Los sollozos se hicieron presentes, por fin había soltado aquellas palabras, sintió una roca menos en la gran montaña que aun cargaba sobre sus hombros, le había dicho a Nico aquello que estaba segura que Bianca le hubiera gustado decir a su pequeño hermano, no podía ahogar su llanto, no podía, ya no más, no había llorado lo suficiente la partida de su mejor amiga, en esos momentos poco le importaba que le escucharan o que le vieran, poco le importaba que Nico le estuviera viendo con los ojos más abiertos de lo normal, no le importaba nada más que el cariño y el agradecimiento que desprendía por aquellas lagrimas hacia Bianca Di Angelo, el ángel que le salvó de su oscuridad y le apoyó cuando nadie más lo hizo.
→•←
Jason miraba a su amigo procesando todo lo que le había contado, procesando el hecho de aquella chica nueva, misma que ahora sabía que además de cambiar de rostro y tener poderes extraños también veía el alma de Bianca Di Angelo, demasiada información para él en esos momentos, pero si él sentía demasiada información no podía ni imaginar cómo se sentía Nico que estaba costado en su cama viendo el techo completamente perdido en sus pensamientos.
—¿Crees lo que te dijo fue verdad? —el rubio en verdad creía en la chica, nadie podía ser tan cruel como para jugar con tal cosa o al menos eso esperaba.
—¿Debería creerlo?
—Eso no es algo que yo deba contestar, Nico. Solo tú sabes si creerás en sus palabras o no —la habitación volvió a verse en vuelta en el silencio hasta que Jason volvió a romperlo—. ¿Qué le dijiste?
—Nada —Nico contestó casi al instante soltando un suspiro—. No dije absolutamente nada, le vi llorar por varios minutos, a duras penas logré parpadear, tenía tantas cosas en la cabeza, que solo me levanté salí de ahí —Jason se levantó de golpe al escuchar a su amigo.
—¿Le dejaste ahí? ¿Sola? ¿Mientras lloraba? —Nico asintió mientras se encogía de hombros restándole importancia—. ¡Eso está mal! —le reprendió—. Y no lo digo solo porque es mujer, porque eso es lo de menos, sino porque era una persona que se encontraba llorando por alguien perdió que en este caso era la misma persona que tu perdiste, Nico. Ella también quiso a tu hermana.
—¡Su cariño jamás se comparará con el mío! —se sentó de golpe molesto encarando a Jason.
—Eso lo sé, pero ella quiso a Bianca. Hay algo en esa chica que me dice que algo no está bien, lo que quiero decir, es que parece que ella tuvo una vida dura —rascó su nuca buscando las palabras correctas sin mencionar la profecía que también cargaba la chica—. Por como describiste su llanto y sus palabras, Bianca le ayudó más de lo que nosotros pensamos, Bianca se volvió importante para ella y si lo que dice es verdad ella también se volvió importante para Bianca. Debiste al menos agradecer sus palabras.
—¡Bien! ¡No lo hice! —gritó poniéndose de pie mientras caminaba de un lado a otro pasándose las manos por su cabello—. Hui, corrí cual cobarde para evitar que viera mi dolor, no quería causar lastima, no quería que ella me viera de la misma manera en la que yo le miré, ella se veía tan rota, tan sola al momento de llorar que me dio miedo, miedo a yo verme igual —encaró a su amigo plantándose en su lugar—. Es solo que... Ella no renació, Jason. Ella seguía por ahí, su alma seguía en este mundo y no logré verla, ella no logró ver cuanto crecí, cuanto cambié desde su partida, quería al menos verla u escucharla, pero no fui yo quien la vio o escucho, sino Hailey, esa chica que no tenía nada que ver con Bianca y eso me enoja, aun sabiendo que Hailey no tiene la culpa.
—Piénsalo bien, Nico. Piensa que Hailey no tiene la culpa de lo que ocurre y que Bianca siempre te tuvo presente, no puedes dejar que tu defecto fatídico vuelva a cegarte. No solo pienses en las cosas malas, piensa que Hailey de una manera u otra te transmitió lo que Bianca quiso que supieras —se levantó del sillón hasta estar frente a su amigo, colocó su mano en el hombro de Nico y le dio un ligero apretón—. Piensa bien las cosas esta noche, mañana quizá sepas lo que harás, te veré en el desayuno —se separó de su amigo y salió de la cabaña del hijo de Hades.
—Esto es una porquería —Nico volvió a dejarse caer de espaldas en la cama, pensando en lo que había pasado desde la llegada de la hija de Hécate.
. . .
¿Qué les pareció el regreso de la historia y mi regreso? Ando medio sensible por lo que ya me encontraba llorando desde el inicio, siento que Hailey es como aquellas personas que por más fuertes que les veamos tienen demasiadas emociones retenidas y las demuestran por medio del llanto.
Mis actualizaciones llegando de la nada:
Pelirroja W
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