58. Un nuevo aliado

Dos días antes de la batalla
Guarida de Hakutón

Rynoa

Caminando de regreso a mi nueva habitación, la cual era algo mejor que la pajarera, me topé con la celda de Bianca, bueno, de «Bianca». Si ella es del clan de los feos, no entiendo por qué hacen el esfuerzo de hacerla pasar por un rehén.

—Bianca —la llamé sin pensarlo, en realidad no tenía nada que decirle... debí seguir mi camino. Estuve a punto de hacer eso, pero ella respondió.

—No pensé que vendrías a buscarme.

No podía decirle que, en realidad, había ido a ver a Manny, así que solo asentí a su deducción. Estaba dentro de una pajarera, pero, a diferencia de donde estaba cautivo el Hombre de la Luna, ella se encontraba en un salón algo más grande, con varias pajareras a su alrededor, al menos diez. «Bianca» estaba en la de la esquina derecha. Su cabello estaba revuelto, su ropa (un jean y un polo) estaba sucia, algo de lo que no me había percatado antes, cuando Hakutón la presentó en el Salón del Trono.

Sus ojos estaban rojos, el rastro de lágrimas secas aún podía notarse en sus mejillas. ¿Por qué lloraba? Esa era una pregunta que moría por hacer. Se supone que ella está del lado del clan de las feas divas, ¿no? Entonces, no tendría por qué llorar, a menos que esté haciéndose la mártir frente a mí.

Ese pensamiento me molestó demasiado.

—¿Por qué estás molesta? —su pregunta me tomó por sorpresa, luego, recordé que no estoy usando mis lentes, así que mis ojos están a disposición de cualquiera que me viera.

Hakutón no me permitía usar los lentes dentro de su guarida y para mantener las apariencias (es decir, mi «lealtad» hacia él) le hacía caso.

—¿Por qué estás llorando? —rebatí. Ella es la que está encerrada, por consiguiente, la que debe responder preguntas es ella.

Inmediatamente, «Bianca» limpió sus mejillas, sus ojos no se apartaron de los míos en ese proceso.

—¿Qué haces aquí? —fue mi segunda pregunta, a pesar de que ella aún no respondía la anterior, no pude evitar hacerla.

—Es una pregunta tonta —señaló su alrededor en símbolo de respuesta.

Sonreí. —Sabes a lo que me refiero, tú no eres Bianca, no sé quién eres, pero sí me interesa saberlo. ¿Qué haces aquí? Claramente no eres parte del clan de los feos, sino, no te habrían encerrado, tampoco eres parte de los guardianes, sino, no te habrías ido del taller. ¿Me equivoco?

Se cruzó de brazos, tratando de protegerse de todos mis cuestionamientos. Una lágrima se había escapado de su ojo izquierdo y ahora descendía por su mejilla.

—Responde, ¿qué haces aquí? —mi voz ahora sonaba mucho más dura, tanto que ella saltó al oírme.

—Tienes razón, no pertenezco a ningún grupo. Pero tuve que venir para poder estar al lado del hombre que amo.

Si hubiese estado tomando algo en ese momento, lo habría escupido al suelo. —¿Al hombre que amas? Por favor, no me digas que es el pelado de Félix. Aceptaría hasta a Pitch, diablos, incluso a Hakutón.

El rostro de asco que me brindó en ese momento fue suficiente para saber que no era ninguno de ellos. —Ni siquiera lo pienses. El hombre del que te hablo no es ninguno de ellos —alcé una ceja esperando a que continuara con su relato—. No tengo por qué decirte quién es —esta vez desenfundé mi espada y me acerqué a ella, logrando exitosamente que se intimidara—. Bien, bien, no tienes que ser una perra al respecto.

Me encogí de hombros. —Puedo ser lo que yo quiera, ahora, habla.

—Peter, Peter Pan —por un momento pensé que diría Jack Frost—. Él es el hombre del que estoy enamorada y lo he estado por muchos años. Pero me malograste la vida cuando te apareciste en Borja aquella vez, buscando a «Bianca».

Ladeé mi cabeza tratando de recordar aquella vez. El día en que fui a Borja. Tengo muchos recuerdos de Borja, demasiados, la mayoría sobre Bianca, claro está, así que ordenarme fue algo difícil. Recuerdo haber conocido a Peter Pan en Borja, recuerdo que estaba buscando el orfanato, un lugar como la Escupidera de Salty. Esos recuerdos son tan tontos ahora. ¿En qué pensaba? ¿La Escupidera de Salty?

—Conociste a Peter ese día y desde ahí te empezó a seguir. Me dejó de lado por ti.

—Y, porque te dejó de lado, ¿quisiste hacerte pasar por Bianca?

—Te seguí al orfanato ese día, escuché tus gritos, sabía que algo malo había ocurrido en ese lugar. Félix me encontró y me dijo la verdad, que tú eres Bianca, pero eso ya lo sabes.

«Pero tú no deberías saberlo», me dije a mi misma.

—¿Y quién eres tú?

—Si no te has dado cuenta hasta ahora, entonces eres un bacalao más patético que el Capitán Garfio.

La respuesta vino a mí tan rápido que me sentí estúpida por no haberlo adivinado antes. —¿Tinker Bell?

—La misma —respondió con orgullo.

—¿Por qué te hiciste pasar por Bianca?

Aún me era difícil referirme a mí misma como Bianca. Me sentía Rynoa, a pesar de que tuviera dos pasados tan diferentes e iguales entre sí.

—Porque quería vengarme de ti. Tú me quitaste a Peter, entonces yo te iba a quitar a Jack. De hecho, por un momento hasta me pareció lindo, pero luego me aburrí de él. Es estresante, Peter es mucho mejor.

Me sentí ofendida cuando oí eso. Al menos mi parte como Bianca y Ashelia estaba ofendida. Como Rynoa solo estaba de acuerdo con el hecho de que Jack Frost era aburrido, estúpido, arrogante, ciego, etcétera.

—Hakutón te ayudó a mantener la farsa, ¿verdad? —Asintió—. Y ahora te tiene encerrada.

—No confía en mí y siente que mi labor fue completada en el momento que me fui del taller.

Bueno, ella debía de saber que Hakutón es un miserable. Ese resultado debió verlo venir. Era algo evidente y, si soy sincera, no lo juzgo, cualquiera en su lugar habría hecho lo mismo. Probablemente no sus peones, porque ambos son un par de idiotas.

—¿Peter Pan sabe que tú estás haciéndote pasar por Bianca?

Negó. —Peter solo piensa en ti, podría haberme aparecido como un elefante bailando ballet frente a él y me habría pasado por alto. Lo detesto, es un imbécil, no lo entiendo.

—Bueno, ahí, tú y yo, tenemos algo en común —cuando no respondió, continué—. Si no estás del lado de Hakutón, por qué no te quedaste con los guardianes, al menos no te habrían encerrado.

—No aguantaba a Jack, ni a Peter, tenía que salir de ahí —suspiró—. No pensé que terminaría encerrada aquí. Y ¿tú? Sé que no eres parte de ellos, los llamas el clan de los feos, por el Hombre de la Luna. Los odias, no hay forma de que te les hayas unido. ¿Cuáles son tus intenciones? ¿Matar a Hakutón sola? —antes de poder asentir ella prosiguió—. Porque si es así, eres un bacalao. No vas a poder ganarle sola.

Bueno, yo también tengo un As bajo la manga, uno llamado Manny.

—¿Te estás ofreciendo a ayudarme?

—No. No me interesa, por mí, pueden morir y desaparecer todos. Incluso Peter, ojalá que el Capitán le clave su garfio por donde no le da el sol.

Hice una mueca de asco al oír eso.

—El color morado en tus ojos significa disgusto, ¿no? —Por alguna razón, que no soy capaz de explicar, me encontré asintiendo a su pregunta—. Lo suponía, porque ese es el color que permanece contigo cuando ves a Airtok y Pitch.

—Lo cual no me sorprende —dije sonriendo, por lo que mis ojos debían ser amarillos—. Puedes ayudarme —le ofrecí—, podemos derrotar a Hakutón juntas. Tengo un plan, pero, para llevarlo a cabo, necesito que confíes en mí.

—¿Por qué confiarías tú en mí?

Me encogí de hombros. —Porque sé que Tinker Bell puede ser celosa, pero jamás haría algo para traicionar a Peter Pan y él está del lado de los guardianes ahora.

—Lo pensaré —informó—. Ahora, déjame sola, aún tengo mucho por lo que llorar.

Drama queen.

❄❄❄

Un día antes de la batalla
Guarida de Hakutón

Al día siguiente volví a la celda de Tinker Bell. El hada seguía acurrucada a un lado, pero no lloraba más. Aunque sí podía distinguir las lágrimas secas que dejaban un rastro en sus mejillas.

—¿Por qué estás acá? —preguntó.

—Porque sé lo que es estar perdida —admití. No odiaba a Tinker Bell, por un lado, entendía su rencor y su equivocación al elegir el bando incorrecto. Yo he estado en esa situación, aunque, claro siempre he tenido un plan. Un fin que no involucraba que Hakutón ganase—. Sé lo que es ver al amor de tu vida con otra chica.

Recuerdos de Fay lanzada sobre Jack Frost se remolinaron en mi mente. Recuerdos de Tinker Bell como Bianca, besando a Jack Frost también se hicieron presentes. Ugh, odiaba eso. No quiero recordar esas cosas, solamente me molestan y desconcentran. Él no es tan importante. No hago esto por él.

Pero odio la debilidad que me proporcionan los sentimientos que tengo hacia él.

—No puedo ayudarte —respondió a la pregunta que todavía no había formulado—. Lo he pensado, pero no tengo cómo ayudarte. Estoy encerrada.

—Tengo un plan. Necesito que les digas que estás de su lado. Que no aguantas a Jack Frost y a Peter Pan y que los quieres ver sufrir. Diles que no quieres que yo sepa que no eres la verdadera Bianca. Es obvio que tampoco confían en mí, si no, me habrían dicho todos sus planes. Además, ellos deben creer que te odio porque estoy enamorada de Jack Frost —fruncí el ceño ante lo último.

—Ni siquiera trates de negar que no te mueres por él —me regañó—. Es horrible, porque una vez que te enamoras, te vuelves una tarada.

—Eso es lo de menos. Haz lo que te digo. Luego te contaré el resto. Solo confía en mí. ¿Puedes hacerlo?

Ella asintió. Su mirada era determinada, sabía que podría confiar en Tinker Bell. Por alguna razón, el que se haya hecho pasar por mi... por Bianca, ya no me importaba.

Uno encuentra aliados donde menos lo espera.

✎❣

Faltan aprox. unos cinco capítulos para que acabe esto, contando el epílogo. Así que estoy nostálgica.

No, esta no soy yo llorando, porque esto está por terminar. 😩

¿Qué piensan de la nueva alianza Tinoa (ese fue el ship elegido por ustedes 😉)?

Capítulo 59: Estimo que este capítulo estará listo el 6 de julio, pero, si no, no quiero que me maten, haré todo lo posible por completarlo para esa fecha.

Estoy iniciando un nuevo proyecto (100% original) cuando lo tenga listo espero que le den una oportunidad

¡Muchas gracias por seguir leyendo este libro!

xoxo,

Rose

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top