47. El Innombrable
Rynoa
Traté de enfocar la vista. Dentro de mi palacio se había esparcido neblina -para variar-, por ello, no podía ver bien. Primero pensé que era Pitch el responsable, pero luego, cuando la neblina se disipó, noté una figura en el centro del salón.
Era diferente a Pitch, muy diferente. Mientras que el 'coco' era espeluznantemente ridículo de ver. Este era solo espeluznante, desprendía respeto, es decir, se notaba que esta persona no era un simple peón, él era el que estaba a cargo. Él era Hakutón y no necesitaba que él lo afirmara para saberlo.
―Supongo que no necesitas que me presente ―dijo mirando el salón donde nos encontrábamos.
―No, pero necesito que te mueras ―dije alzando mi espada y lanzándome sobre él.
Lamentablemente no pude golpearlo, ya que él había desaparecido, su risa sonó a mi lado derecho. Ahora estaba sentado en uno de los sofás que tenía aquí.
A diferencia de Pitch, él usaba ropa normal, no normal... lo normal que se usaba en la antigüedad, al menos tenía un pantalón y no un vestido como Pitch.
―Me desconcierta que recibas de esta manera a tus invitados ―dijo.
Resoplé. ― ¿Quién diablos te invitó aquí?
Él alzó su mano y, en cuestión de segundos, tenía mi espada en su posesión. Es como si hubiera usado 'la fuerza'.
― ¿Cómo?
―Rynoa, he venido a conversar contigo, y no quiero interrupciones.
―Por si no te has dado cuenta, no quiero conversar contigo.
Él se rio. ―Lo sé, pero si no quieres conversar, al menos me vas a oír.
Fruncí del ceño, no quería oírlo. Pero estaba segura de que él no se iría hasta decir todo lo que tenía en mente.
―Mi nombre es Hakutón ―dijo primero.
Yo aplaudí con desgano. ―Wow, gracias por confirmarlo, me moría de ganas de saber si eras Hakutón u otro de sus inútiles secuaces ―dije para fastidiarlo―, podrías pasar por hermano de Félix.
Él se rio.
Me sorprendió que respondiera de esa manera... hasta que, de un momento a otro, se acercó a mí, me tomó del cuello y me lanzó hacia el otro lado del salón.
―Te dije que no quería interrupciones ―repitió.
Empecé a toser, su agarre en mi cuello había sido demasiado fuerte.
Asentí, para que él continuase. Si quería hablar, que lo hiciera, mientras, pensaría como matarlo.
Se volvió a sentar en el sofá, recostó sus codos sobre sus rodillas y me observó por un minuto antes de hablar―: Iré directo al punto. Rynoa, me interesas ―lo miré con el ceño fruncido―. De todos los guardianes que Tsar eligió, tú eres la más fuerte, eres la Madre Naturaleza. Con tus poderes, mi equipo será invencible.
― ¿Tsar? ―pregunté.
Admito que lo demás que dijo entró por un oído y salió por el otro.
―Tsar Lunar ―dijo―, el hombre de la luna o Manny, que es como ustedes lo llaman.
Tosí. ― ¿Quieres decir que el hombre de la luna de verdad tiene nombre?
Hakutón se puso de pie y caminó hacia mí. ― ¿Oíste algo de lo que dije?
Negué. ―Después de que dijiste Tsar... no. Pero, debo de admitir que no me interesa que yo te interese.
Cogió mi capa e hizo que me pusiera de pie. ―Rynoa, me tomé el tiempo de venir a verte personalmente porque sabía que los incompetentes de mis peones no iban a poder convencerte de unirte a nosotros ―me dijo, luego me empujó hacia mi sofá―. Eres poderosa y necesito a alguien como tú en mi equipo.
― ¿Por qué crees que quiero formar parte de tu equipo? ¿Qué te hace pensar que...?
Pero no me dejó continuar. ―Los guardianes están en tu contra ―dijo―. Pitch y Félix me contaron todo.
Él lanzó mis lentes, los lentes que Pitch se había llevado, había olvidado que no tenía nada que cubriera mis ojos. Antes de ponérmelos, lo miré directamente a sus ojos, los iris eran blancos y el resto del ojo era negro. Totalmente perturbador.
―No me importa si los guardianes están en mi contra, pronto se darán cuenta que están equivocados ―dije colocando mis lentes a un lado―. Y, aunque sigan en mi contra siempre, no me voy a unir a ti. Manny me eligió como guardiana, soy la Madre Naturaleza, no necesito que nadie más que los niños crean en mí.
Él empezó a reír, pero esta vez su risa sonaba tenebrosa.
―Muy pronto te vas a dar cuenta de tu equivocación ―aseguró―, cuando lo hagas, búscame. No importa si es hoy, mañana o dentro de 10 siglos, siempre habrá un espacio disponible para ti en mi equipo.
Dicho eso, desapareció. Simplemente ya no estaba ahí, tampoco la neblina, no había nada. ¿Cómo hace eso?
❄❄❄
Pasaron al menos dos horas antes de que pudiera moverme de mi lugar. Tenía que procesar todo lo que acababa de pasar. Hakutón vino a mi palacio a ofrecerme un lugar en su equipo... en el clan de los feos. Por el amor de dios, ¿cómo voy a formar parte de un grupo tan triste?
Prefiero estar sola que mal acompañada.
Bien, tengo que hacer algo. El que Hakutón haya venido, significa que él está buscando formas de atacar a los guardianes. Por fin se dio cuenta que sus peones actuales son unos inútiles y ahora está buscando espíritus que sí sirven, que son fuertes y geniales. O sea, espíritus como yo.
Por ello, si ha venido por mí, también debe estar buscando a otros. Tengo que avisarles a los guardianes. Pero si voy al taller, los idiotas de Conejo y Jack Frost van a tratar de encerrarme, claro que ninguno va a lograrlo, pero igual. Luchar contra ellos no es algo que quiera hacer.
Han pasado dos horas Rynoa, no puedes perder más tiempo, tienes que ir a advertirle a los guardianes sobre los planes de Hakutón.
Espero no arrepentirme de esto.
❄❄❄
No me demoré en llegar al taller. Noté que en el salón del globo no había nadie. Así que aproveché la ocasión para entrar y activar las luces boreales. Me coloqué detrás del gran globo, no quería que me vieran hasta que todos estuvieran reunidos.
El primero en llegar fue Norte, quien corría por el pasillo con uno de los duendes colgado de su pierna.
― ¿Quién activó las luces? ―preguntó en voz alta.
Antes de poder buscar una respuesta, Night, Landon y Peter Pan aparecieron. ¿Por qué Landon no se ha ido a su casa?
― ¿Sucedió algo Norte? ―preguntó Peter Pan.
―No me digas que otra vez sentiste algo en tu panza ―dijo Conejo cuando salió de uno de sus túneles―. Estoy harto de tu panza.
Norte se cruzó de brazos y le lanzó una mirada molesta. ―No he sido yo el que ha activado las luces ―respondió.
―Entonces... ¿quién fue? ―preguntó Jack Frost, quien venía de la mano con Bianca.
― ¿Se activaron solas? ―preguntó ella.
―Chicos, no tengo mucho tiempo, tengo varios dientes que repartir por todo el mundo, me he retrasado debido a todas las peleas que hemos tenido ―dijo Tooth, luego de eso, empezó a mandar a sus haditas a trabajar.
Sandy entró por la ventana en un avión de arena, se quitó unos lentes de piloto de la cabeza -también de arena- y el avión desapareció. Luego, un símbolo de interrogación se formó sobre su cabeza mientras veía a Norte.
―Ya dije que yo no sé quién activo las luces ―dijo cansado Norte.
―Bueno, alguien las tiene que haber activado ―el último en llegar fue Robin Hood―. Solo necesitamos saber quién. ¿Habrá sido la marmota? ―dijo en un tono divertido mientras veía a Conejo.
―Cuidado con lo que dices, mocoso ―respondió este.
Todos empezaron a discutir, porque nadie entendía quién había encendido las luces boreales. Sé que podría haberme presentado hace un rato, pero era divertido verlos pelear.
― ¡Seguro se han malogrado! ―gritó Landon sobre toda la bulla, ya que nadie le hacía caso―. ¿Chicos? ¿Alguien? ¿Por qué no me escuchan?
Night se encogió de hombros.
No pude evitar reírme. Tal vez era momento de presentarme y decirles porqué había encendido las luces. Así que, volé sobre el globo y grité.
― ¡Guardianes! ―todos giraron a mí―. He venido a hablar con ustedes de algo importante.
― ¡¿Qué haces tú acá?! ―gritó Conejo.
Rodé los ojos. Había decidido no ponerme mis lentes todavía, tal vez me creerían si me veían como soy en realidad y no detrás de las gafas.
―Acabo de decirlo ―respondí a Conejo―. Vine para hablar con ustedes. ¡Oh!, por cierto, yo encendí las luces ―dije viendo a Landon―, no están malogradas.
―Tu sí me escuchaste ―dijo emocionado.
Me encogí de hombros. ―Gritaste casi a mi lado, claro que te oí.
― ¿Qué es lo que tienes que decirnos? ―preguntó Norte―. ¿Estás bien?
―Sí, estoy perfecta, fui desterrada, pero me va genial ―respondí sarcásticamente.
―Nadie te desterró, te fuiste porque quisiste ―dijo Jack Frost.
Me crucé de brazos. ―Claro, porque si me quedaba Conejo y tu iban a acogerme con los brazos abiertos, ¿no?
―Aún queremos acogerte ―intervino Conejo―, ¿por qué no te acercas un poco? ―sacó su boomerang y lo lanzó hacia mí, pero lo esquivé fácilmente.
― ¡Basta! ―gritó Norte―, no peleen. Nadie va a luchar dentro de mi taller.
―Entonces vamos afuera ―me dijo Conejo.
Resoplé. ―Primero hay algo que debo decirles y no voy a ser interrumpida nuevamente ―decir eso me hizo recordar a Hakutón, me estremecí debido a ello―. Hakutón vino a mi palacio.
Eso logró que todos soltaran gritos de sorpresa.
― ¿El innombrable? ―preguntó Tooth.
Asentí. ―Sí, ese... el... Innombrable. Vino a mi guarida, quería que me uniera al clan de los feos, o sea a su equipo.
― ¿Qué? No aceptaste, ¿verdad? ―me preguntó Norte.
Coloqué mis manos en mis caderas, porque no podía creer que me haya preguntado eso.
―Oh, sí, Norte, ahora soy parte del clan y lo primero que quise hacer es venir a contárselos.
― ¿De verdad? ―la incredulidad e inocencia de Landon me mataban.
― ¡No! ―le grité―. Claro que no acepté. Pero el que haya ido a reclutarme, significa que está buscando a más espíritus que se unan a su equipo. Se está preparando para una batalla, una donde claramente no habrá espíritus inútiles como los estúpidos de Pitch y Félix.
― ¿Te hizo algo? ―me preguntó Night.
Me parecía raro que no me haya hablado hasta ahora.
―Peleamos un poco, pero nada que no haya podido sobrevivir ―respondí encogiéndome de hombros―. Lo que sí descubrí es que Hakutón es fuerte. Pitch y Félix son una burla en comparación.
―Pitch y Félix siempre han sido una burla ―me corrigió Robin Hood.
Asentí.
―Ok, esperen, ¿en serio le vamos a creer? ―preguntó Conejo―. Ella es una impostora, todo esto debe ser su plan, para que todos nos distraigamos y no la ataquemos, por favor, Jack, dime que tú estás de acuerdo conmigo.
Él asintió. ―Rynoa nos está mintiendo, siempre lo ha hecho, ¿por qué le van a creer ahora?
Sabía que ellos dos no iban a creerme, estaba preparada para ello. Solo necesitaba que los demás entendieran la gravedad de la situación y que no cayeran en las tonterías de Conejo y Jack Frost.
―Norte, debemos actuar, debemos buscar a todos los espíritus, debemos decirles que no acepten la propuesta de Hakutón, necesitamos la ayuda de Manny, ¿puedes llamarlo?
―Manny aparece, nosotros no lo llamamos.
― ¡Norte! ―gritó Jack Frost―, no puedes creer en ella.
― ¡Ya basta Jack! ―gritó Bianca―, ¿puedes dejar de acusar a Rynoa? Tenemos problemas más graves.
―Gracias ―le dije a ella, pero Bianca, no me correspondió.
―Hagamos un plan ―intervino Peter Pan, él voló hasta a mi lado y colocó su brazo sobre mis hombros, pero lo moví de inmediato y bajé del globo hasta colocarme junto a Night.
―Podemos dividirnos en grupos ―sugirió Tooth―, tengo la lista de todos los espíritus.
―Conejo puede visitar a la Marmota y advertirle ―sugirió Robin Hood.
―No creo que el Innombrable considere a la Marmota dentro de su equipo ―respondió Conejo.
―O sea que le crees a Rynoa ―dijo Landon completamente feliz.
Conejo se dio cuenta de su error y frunció el ceño. ― ¡Jamás! ―rápidamente, creó un túnel y, otro apareció a mi lado, Conejo salió de este y cogió mi brazo, estaba completamente sorprendida―. Ahora sí, vendrás conmigo. Te dejaré en una celda hasta que sepa que estás de nuestro lado.
― ¿Perdón? ―dije incrédula―, no voy a ir a una celda.
Jack Frost ahora estaba a mi otro lado y cogió mi otro brazo, entre los dos empezaron a arrastrarme fuera del salón del globo. Pero se detuvieron cuando Robin Hood, Peter Pan y Night bloquearon el camino.
―No vamos a dejar que se lleven a Rynoa a ninguna celda ―dijo Peter Pan.
En ese momento, la luz de la luna empezó a brillar, indicando que Manny quería hablar con nosotros.
― ¡Ahí está Manny! ―gritó Bianca―. Podemos preguntarte si Rynoa está de nuestro lado, ahí podrán saber que ella no quiere hacernos ningún mal.
Conejo y Jack Frost intercambiaron miradas, pero no me soltaron.
Estaba haciendo mucho esfuerzo para no utilizar mis habilidades de madre naturaleza y lanzarlos al otro lado del salón. Si quería demostrarles que no era parte del clan de los feos, no podía golpearlos... no otra vez.
―Manny ―habló Norte―, necesitamos hablar contigo sobre Rynoa.
―Anda al grano Norte ―dijo Conejo―, Manny, dinos si Rynoa está de nuestro lado o no. ¿Por qué es igual a Bianca? ¿Qué está tramando?
No lo golpees, no lo golpees.
Me solté de su agarre y me acerqué al globo.
―Manny, por favor, diles la verdad, diles que no soy una impostora y que no soy parte del clan de los feos.
Lo que dijo Manny después me desconcertó.
―No puedo Rynoa, porque tú nos has traicionado ―dijo él.
¿Qué?
―Ella no siempre fue parte del equipo de Hakutón, no cuando la recluté, pero luego se unió a él. No pueden confiar en ella, no la dejan ir guardianes, no pueden dejar que Rynoa escape.
―No puede ser ―dijo Night.
Giré hacia los demás guardianes, todos estaban estupefactos, menos Jack Frost y Conejo, quienes se lanzaron a mí. Por suerte reaccioné antes de que me atraparan. No iba a poder luchar contra todos, tendría que escapar. Mi única salida era la gran ventana del techo, pero iba a ser difícil llegar ahí. Varios de los guardianes volaban al igual que yo.
Conejo lanzó sus boomerangs, pero los mandé lejos con un fuerte viento que creé. Norte se acercó atacándome con su espada, pero me agaché antes de que pudiera tocarme. Ascendí, siempre bloqueando los ataques de los guardianes.
Pero la arena de Sandy me detuvo, él había creado una barrera detrás de mí, una que no podía romper.
―Estás atrapada ―me dijo Jack Frost.
Él estaba frente a mí apuntándome directamente con su cayado, lanzó un rayo de hielo que hizo que me golpeara con el muro de arena de Sandy, pero pude mantenerme a flote. Robin Hood lanzó una flecha en mi dirección, pero me moví, esta quedó incrustada en la arena.
Empecé a bloquear las flechas, boomerangs y rayos de hielo que iban en mi dirección. Estar volando me ayudaba a que Norte no pudiera atacarme con sus espadas. La única que no me hacía nada era Tooth, bueno, tampoco Peter Pan, ni Night.
―No vas a poder huir ―me dijo Conejo―, es mejor que te des por vencida ahora.
―Nunca ―respondí.
La arena de Sandy fue lanzada hacia mí, pero antes de que pudiera rodearme, sentí que alguien me empujó.
Night.
―Vete ―me dijo―. Voy a ayudarte a escapar.
Cuando los demás oyeron eso, se escandalizaron.
―Los dos son nuestros enemigos ―exclamó Norte.
―No ―la voz del hombre de la luna volvió a ser escuchada―, Night no es un enemigo, solo Rynoa.
― ¿Por qué quieres ayudarla? ―preguntó Norte.
―Ry no es nuestro enemigo ―dijo Night.
Aprovechando este momento, salí por la ventana rápidamente, dejando atrás a todos los guardianes. Pude ver a Night bloqueando la salida a los demás.
No puedo creer que Manny también me considere su enemiga.
Me dirigí a mi palacio, la escena no dejaba de repetirse en mi mente. ―Se van a arrepentir, todos ellos se van a arrepentir de esto.
✎❣
Este sí es un milagro de Navidad... de verdad estoy sorprendida! Por fin acabé este capítulo! No tienen idea de cuántos audios tengo de esto, los he oído mil veces, pero por fin está escrito! Al menos esta parte, el resto de la historia aún la estoy haciendo.
Si alguna vez alguien les ha dicho que son impacientes, mándenlos bien lejos, porque el hecho de que hayan esperado por este cap solo demuestra lo contrario. Son los seres más pacientes del planeta. Gracias por esperar este cap, espero no haberlos decepcionado.
Originalmente les quería dejar una nota al inicio, pero luego me di cuenta de que ustedes no van a leer ninguna nota mía al inicio, yo no lo haría ... jaja
Muchas gracias por seguir la historia, soy consciente de que hay nuevos lectores, así que oficialmente les doy la bienvenida ♥️
Dudo que pueda subir el siguiente cap antes del 2018, pero trataré 😉
Espero que pasen una linda Navidad!🎄
Pd. Dejo esta sección, porque quiero que me digan qué les pareció este cap, qué creen que va a hacer Rynoa? Qué esperan que pase luego? Qué opinan de lo que dijo Manny?
Por cierto, el nombre de Manny es real, no lo inventé, así sale en los libros del autor real el gran William Joyce 😄
xoxo,
Rose
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