28. No lo soy

Rynoa

No está por ningún lado, el envase no está.

No he dejado de buscar desde que llegamos al palacio de los dientes, incluso encontré los dientes de Jack Frost, pero no los míos. Admito que traté de ver sus recuerdos, pero no pude, creo que solo el dueño tiene el permiso de verlos... después de todo, son sus recuerdos, inmiscuirse no es lo ideal. Pero, bueno, eso no importa, porque igual no he encontrado los dientes que me pertenecen.

Buscar mi envase de dientes es más difícil que buscar una aguja en un pajar. De hecho, si quemas toda la paja, encontrarás la aguja. En este caso, no puedo quemar el palacio de los dientes, Tooth me mataría... y tampoco encontraría mis dientes, probablemente se quemarían con todo lo demás.

» "Tal vez no encontramos el nombre de Rynoa, porque ese no es tu verdadero nombre"

Eso es lo que Jack Frost me había dicho, estoy segura de que él no sabía que estaba en lo correcto. Solo lo debe haber dicho por decir, pero era real. Era cierto.

Cuando desperté hace muchos años, el nombre que tenía en mi cabeza no era Rynoa. Manny tampoco me llamó Rynoa, yo fui la que me impuse ese nombre. Simplemente no me sentía identificada con mi nombre real, decidí cambiarlo a los pocos días en que anduve en la tierra. Al parecer, Manny aprobó que cambiara mi nombre, en especial luego de que cubriera mis ojos y de que tratara de cambiar mi cabello.

Pero todo esto no tiene mucha importancia, porque no hay ningún envase con mi verdadero nombre. Nada. Así que no tengo, en definitiva, no existe un envase cuyo contenido pueda darme mis recuerdos.

Tal vez Tooth tenga razón y viví en una época en que no existían los guardianes y, por ende, no recolectó mis dientes.

De todas formas, no quiero, ni puedo darme por vencida; debo buscar, debo encontrar y debo recordar.

Me arrodillé frente a un estante cuyo nombre decía 1915, así que, era la época de la primera guerra mundial. He buscado por toda la historia y no he hallado nada.

¡Vamos Ry! Tienes que seguir buscando.

Hablarme a mí misma era lo único que he estado haciendo durante mi búsqueda.

― ¡Ry! ―escuché que alguien llamó.

Solo hay dos personas que me llaman así y esta voz, en particular, la reconozco demasiado bien.

Di media vuelta y me encontré con Night, siento que han pasado meses desde la última vez que lo vi... y eso que solo deben haber pasado dos días desde que me fui de Escocia. Y, he estado buscando mis dientes por unas horas.

―Night ―dije algo sorprendida, porque no esperaba que supiera donde estaba, menos esperaba que viniera a buscarme ―, ¿qué haces acá?

Él se acercó unos pasos a mí y apoyó su cayado sobre una pared.

―Tooth me dijo que estabas buscando tus dientes.

Tooth es una entrometida.

―Y... ¿por qué Tooth te diría que estoy buscando mis dientes?

―Porque no te he visto por cinco días y, según Tooth, has estado buscando tus dientes por tres ―suspiró―, y eso tiene que parar ―dijo algo más serio.

No puedo creerlo.

¡¿Tres días?!

Si no he podido encontrar mis dientes en todo ese tiempo, no hay forma de que pueda encontrarlos jamás.

Ahora sí me siento derrotada, jamás recordaré.

―Yo solo quiero recuperar mis memorias ―susurré―, quiero saber quién soy.

Sentí a Night sentarse a mi lado. ―Tú ya sabes quién eres, eres Rynoa.

No, no lo soy.

No había caso en seguir buscando.

― ¿En verdad han pasado cinco días desde que me fui del palacio? ―le pregunté.

Night empezó a reír.

―Sí, Peter estaba como loco, te ha buscado por todos lados. Fue al taller, a la madriguera de Conejo, vino acá antes de que tú llegaras.

―Wow ―eso era sorprendente―, ¿por qué me buscaba?

―Tal vez porque te extrañaba.

―Me sorprende que no esté aquí ahora mismo ―aunque la verdad, me aliviaba. Si Peter Pan estuviera aquí, me volvería loca con preguntas y otras cosas.

―Es que Campanita apareció en Escocia y se lo llevó a Neverland; él mencionó algo del Capitán Garfio. Y hace dos días no lo he visto.

Me gustaría conocer a Campanita, hasta ahora no la he visto.

―Ry ―me llamó―, ¿estás bien?

― ¿Por qué lo preguntas?

―Te ves deprimida; estás cabizbaja.

Suspiré. ―Es por lo de mis dientes y recuerdos.

Él negó. ―Es algo más, no sé cómo sé, pero lo sé. ¿Hay algo más que te molesta?

― ¿Por qué habría algo más?

―Bueno, nunca te había importado mucho saber sobre ti, así que... tiene que haber alguna razón por la que ahora quieras recordar.

Doblé mis rodillas y las abracé. ―Ya te lo dije, quiero saber quién soy. Mis recuerdos tienen las respuestas sobre mí.

―Bien, entonces, te ayudaré a buscar tus dientes ―dijo poniéndose de pie―, pero, antes deberías encontrarte con Jack, dijo que le habías prometido ir a Londres.

Mi corazón empezó a latir rápido ante la mención de Jack Frost. Ni siquiera me percaté de que habían pasado tantos días, él debió de haberme estado esperando en Londres... para poder llevar a Jamie y sus hijos al taller... para darle una sorpresa a Bianca.

Bianca...

¿Por qué me molesta pensar en Bianca con Jack Frost?

Es ridículo.

―Night ―lo llamé, él había ido por su cayado―, tengo que contarte algo que me tiene preocupada.

Él frunció el ceño. ― ¿Qué cosa? ¿Te sientes mal? ¿Estás enferma? ¿Vas a morir? Rynoa, tenemos que hablar con Manny, tenemos que hacer algo por-

Lo detuve poniendo mi mano sobre su boca.

― ¿Qué eres? ¿Tooth 2.0?

Night se encogió de hombros.

No pude evitar reír. ―Estoy bien... creo. Es otra cosa lo que te tengo que contar.

―Dime.

―Últimamente he estado sintiendo algo extraño dentro de mí, mi corazón empieza a latir súper rápido y a veces me duele el pecho.

― ¿Te sientes así justo ahora?

―No, ahorita no... bueno, mi corazón empezó a latir rápido hace un rato cuando...

¿Le digo que fue cuando mencionó a Jack Frost? Eso sonaría extraño.

― ¿Cuándo...? ―me apuró.

―Cuando hablaste de Jack Frost ―suspiré―. Para ser sincera, casi siempre mi corazón empieza a acelerarse cuando él está presente, es raro. Y, ¿sabes qué más? Cuando vi a Bianca en el taller el otro día, cuando estaba ahí con Jack Frost, mi pecho empezó a doler. Jamás había sentido algo así, ¿sabes qué es lo que me pasa?

―No tengo idea, eso es muy raro. ¿Tú crees que sea una enfermedad? Tal vez el frio de Jack te hace mal o algo así.

Nunca lo había considerado... tal vez la compañía de Jack Frost me hace mal.

―Igual deberíamos de preguntarle a alguien, es posible que Norte o Tooth nos puedan ayudar... no confiaría en preguntarle a Conejo, y bueno, Sandy no nos respondería.

Si Night pudiera ver la expresión que tengo ahora mismo, se daría cuenta que suena muy tonto eso de que Sandy no responde, cuando él tampoco habla mucho.

―No quiero preguntarle a nadie ―le respondí―, si le decimos a cualquiera de ellos, todos se van a enterar y no quiero que se entrometan en nada.

Night suspiró. ―Bien, pero si luego te sientes muy mal, vamos a tener que preguntarle a alguien.

―Está bien ―dije algo desanimada, no quería consultarle nada a nadie. Solo le cuento esto a Night porque es Night.

―Vamos ―me dijo él tendiéndome la mano.

― ¿A dónde? ―le pregunté mientras tomaba su mano y hacía que me pusiera de pie.

―A Londres, ya te lo he dicho, Jack nos está esperando. No estoy seguro de qué es lo que le prometiste, pero yo le dije que te llevaría.

Solté la mano de Night y me crucé de brazos. ―No quiero ir a Londres, tampoco quiero ver a Jack Frost.

― ¿Por qué? Podemos usar esto como una prueba, quiero comprobar si es Jack el que te hace sentir mal o tal vez es otra cosa.

―No voy a ir, no quiero verlo.

Night alzó una ceja. ―No quieres ver a Jack, pero aun así, los dos primeros días que desapareciste estuviste con él.

¿Cómo sabe eso?

Podía sentir mis mejillas calientes, ¿por qué me estoy sonrojando?

―No me molestes, Night ―dije dándome media vuelta―. No me iré de aquí hasta encontrar mis dientes.

Me acerqué al estante de 1915, y empecé a inspeccionar la fila 4.

Un segundo después, sentí que Night me cogió del brazo e hizo que me diera vuelta. De un momento a otro, estaba sobre su hombro y él se reía de mí.

― ¡Night! ¡Maldita sea! ¡Eres el peor amigo del universo! ―le grité, no dejaba de patalear y de golpear su espalda, pero él ni se inmutaba.

―Sí, ya lo sé ―respondió.

―Te odio.

―Gracias ―a pesar de no verlo, sabía que tenía una gran sonrisa en el rostro.

Ahora, estaba molesta por tres cosas. La primera, porque Night me estaba obligando a hacer algo que no quería. La segunda, porque no iba a poder buscar mis dientes. Y, la tercera, porque iba a ver a Jack Frost y no me sentía preparada para hacerlo.

Odio que mi corazón se acelere y odio que me duela el pecho. También odio que me moleste ver a Bianca y odio que Jack Frost quiera darle una sorpresa.

Bianca no es tan genial.

―En serio, te odio ―le volví a decir a Night mientras salía volando del palacio de los dientes.

―Me lo vas a agradecer otro día.

―Te voy a pegar otro día.

Él volvió a reír.

―Cinco días sin ti fueron demasiado ―me dijo―, te extrañé.

Sonreí. ―Bueno, yo no te extrañé nada, menos después de esto ―dije refiriéndome a que me cargara como un costal y me llevara a Londres.

―Yo sé que sí me extrañaste, Ry.

Rodé los ojos.

―Ahora aceleraré, estamos algo retrasados.

Suspiré.

Definitivamente no estoy preparada para ver a Jack Frost.

✎❣

¡Night apareció otra vez! Soy tan feliz de tenerlo de vuelta, lo extrañaba demasiado

¿Qué les pareció la revelación de Ry? O bueno... Rynoa no es su verdadero nombre.... Así que... ¿cómo la debería de llamar?.... Claro que yo sí sé su verdadero nombre, pero ustedes no :D ¡En verdad soy mala, me hace feliz ser mala, es divertido!

Cada vez falta menos para que sea Navidad (en la historia, no en la vida real... aunque sí, los meses están pasando rápido... me salí del tema...), y muero por llegar a esa parte, ¡tengo una idea que sé que amarán!

Espero actualizar pronto, será la próxima semana, aunq no sé qué día :)

xoxo,

Rose

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