27. ¿Qué escondes?

Rynoa

―Lo lamento ―dijo Tooth.

Toda mi emoción y esperanza desapareció tan rápido, es como si nunca las hubiera tenido en primer lugar. Ahora me sentía deprimida.

¿Cómo pude pensar, por un segundo, que recobraría mis memorias?

Tonta, tonta, tonta.

―Cuando me enteré de que no tenías memorias, busqué tus dientes. Pero no hay nadie con el nombre de Rynoa.

― ¿Estás segura? ―le preguntó Jack Frost―. Debe haber alguien con ese nombre. Tienes millones de envases con dientes.

Tooth giró hacia mí. ―Tal vez ella nunca dejó sus dientes para que los recolectara ―respondió―. Antiguamente no había esa costumbre.

― ¿Antiguamente? ―repetí―. ¿A qué te refieres?

― ¿Recuerdas cuando fue exactamente que apareciste en la tierra? ¿Desde hace cuánto eres espíritu? ―me preguntó.

Me encogí de hombros. ―No lo sé. ¿Hace mucho tiempo?

Jamás tuve un calendario donde marcada los días que pasaban...

―Tienes que tener una idea, ¿cien años?, ¿quinientos?, ¿tal vez solo cincuenta? ―Tooth trataba de ayudarme, lo sé, era obvio que se sentía mal por no encontrar mis dientes.

―No importa Tooth ―le dije―, no es necesario que recupere mis recuerdos.

No había nada que pudiera hacer, sin los dientes, no recordaría nada. He sobrevivido años sin mi memoria humana, supongo que puedo seguir viviendo sin ella. Después de todo, tengo mi memoria actual. No necesito más, ¿no?

Jack Frost

Sé lo que se siente no tener memorias, es como si no te conocieras a ti mismo. No hay un pasado por el cual te puedas identificar, o por el cual puedas aprender. Así que sentía impotencia al no poder ayudar a Rynoa a buscar sus dientes, después de todo, fui yo el que, en primer lugar, le dio esperanzas. De no ser por mí, jamás habría pensado que había una manera de recuperar sus memorias.

―Tal vez hay algún lugar donde no hayas buscado antes, Tooth -le dije.

Ella me miró apenada, pero entonces, su rostro se iluminó.

―Bueno, tal vez podamos buscar de nuevo ―respondió animada―. Luego de la pelea que tuvimos contra Pitch hace más de cuarenta años, cuando te volviste guardián. No pudimos organizar todos los envases de dientes, así que es probable que haya algunos mezclados por ahí. Es posible que no nos hayamos percatado de alguno.

Rynoa pareció emocionarse al oír las palabras de Tooth.

―Eso quiere decir que podemos buscar por todo el palacio, ¿verdad? ―le preguntó Rynoa.

Tooth asintió. ―Todas las haditas escuchen ―gritó Tooth―. Buscaremos los dientes de Rynoa nuevamente, por favor, todas las que no tengan una labor, vuelvan esto su principal tarea.

―Genial ―dije―, dividámonos para buscar.

❄❄❄

El palacio de Tooth era más grande de lo que pensé. Tenía tantos dientes que ni siquiera había terminado de buscar por una sola sección. Estaba en la zona en que se encontraban todos los dientes que Tooth consiguió justo después de la Era Oscura. Ni una sola persona se llamaba Rynoa, el nombre no podía ser tan poco común, ¿no?

Suspiré.

― ¿No podías llamarte Laura, Jane, Rebecca o Carla? ―pregunté para mí mismo, pues no había nadie más conmigo. Bueno, también estaba Hadita, hace mucho que no la veía.

Ella se encogió de hombros y siguió buscando conmigo.

No había rastro de los dientes de Rynoa, empiezo a preguntarme si tiene otro nombre, aunque ella jamás lo ha mencionado.

― ¿Crees que deberíamos ir por Rynoa? ―le pregunté a Hadita―. Tal vez ella esté más cerca de encontrar sus dientes.

Hadita asintió y ambos nos fuimos en busca de la nueva Madre Naturaleza. Aun no me acostumbro a la idea de que ella sea la nueva Ana... es extraño.

❄❄❄

Encontrarla fue muy difícil, tan difícil como buscar los dientes. Bueno, no tanto, porque al final sí pude hallarla, estaba cerca de la zona que guardaba los dientes de los niños que habían vivido en el mismo tiempo que yo lo hice cuando era humano. Ella parecía estar observando uno de los envases de dientes.

Me pregunto si habrá encontrado el suyo.

Cuando me acerqué, noté que era mí envase de dientes, ahí estaba una imagen mía como humano.

―Veo que encontraste mis dientes ―dije.

Eso hizo que Rynoa saltara de la sorpresa y que casi tirara mis dientes en el acto, por suerte, eso no sucedió.

―Wow, ten cuidado ―le dije con una sonrisa divertida.

Juro que no tenía intenciones de sorprenderla, pero fue divertido hacerlo.

― ¿Que tenga cuidado? ¡Eres tú el que apareció de la nada y me asustaste! ―gritó.

Su respiración era agitada, creo que en verdad la tomé por sorpresa.

―Lo lamento, solo me sorprendió verte con mis dientes ―le respondí―. ¿Por qué los tienes?

Ella miró el envase y suspiró, lucia derrotada...

―Cuando vi la foto creí que esa persona era alguien conocido para mí, pensé que tenía relación con mi pasado ―volvió a suspirar y me entregó el envase―, solo me pareció conocido porque eras tú.

Oh, ya veo, está decepcionada.

―No tienes que desanimarte, aún hay millones de envases con dientes en este palacio. Al menos uno tiene que ser el tuyo.

Yo en realidad creo que sí vamos a encontrar sus dientes. ¿Nos va a tomar tiempo? Sí, pero al menos lograremos resolver el enigma que envuelve a la nueva guardiana.

Ella frunció el ceño. ―Encontrar mis dientes va a ser muy difícil, aún más porque no sé en qué periodo existí.

Y es así como Rynoa logra frustrarme, ¿por qué no puede ser un poco más agradable?

―Estoy tratando de ayudarte, no tienes que molestarte conmigo.

Tuvimos algo así como una pelea de miradas, no estoy seguro de si ella estaba haciendo trampa, porque no podía ver sus ojos, pero al menos yo logré mantener los míos firmes en ella. Estuvimos casi diez minutos matándonos con la mirada/lentes, al menos hasta que llegó Tooth y nos separó, creo que Hadita había ido a buscarla.

―Chicos, todos somos compañeros, no tienen por qué pelearse ―dijo ella.

Me crucé de brazos. Aún seguía fastidiado. Rynoa solo debería de estar agradecida porque la estoy ayudando, no debería de reprocharme por el hecho de que no encontremos sus dientes.

―Lo siento ―dijo Rynoa sorprendiéndonos a todos, más a mí que a nadie más―, no tener recuerdos es una mierda y pensar que podía recuperarlos me dio esperanzas... esperanzas que ya desaparecieron.

―Aun no puedes darte por vencida ―le dijo Tooth―, vamos a encontrar tus dientes y ese día vas a recordar quien eres.

Rynoa estaba cabizbaja. Dudo que ella crea en las palabras de Tooth, y justo cuando ella iba a iniciar nuevamente una de sus charlas inspiradoras, una alarma empezó a sonar, pero no era una de peligro, era un sonido alegre y extraño.

― ¡Han encontrado el diente más blanco de los últimos cien años! ―gritó Tooth, no tengo idea de qué está hablando―. Tengo que ir personalmente por él.

Rynoa y yo nos miramos sin comprender que sucedía.

―Lo siento, pero tengo que irme ―nos dijo Tooth―, regresaré lo más pronto que pueda.

Luego de eso, desapareció del palacio junto con varias de las haditas.

―Eso fue... ―empezó a decir Rynoa.

―...extraño, completamente extraño ―terminé por ella.

Nos invadió unos momentos de silencio que ninguno quería cortar, pero al final fui yo quien lo hizo, porque había algo que quería preguntarle a Rynoa y que podría ayudar bastante con la búsqueda de sus dientes.

Sí, a pesar de que ella no tenga esperanzas, no quiere decir que voy a dejar de ayudarla.

Ella me ayudó a encontrar la esfera de Norte, yo la ayudaré a encontrar sus dientes.

―Rynoa, si te pregunto algo, ¿prometes no golpearme?

Ella se cruzó de brazos. ―Depende de la pregunta.

Rynoa sonaba a la defensiva, no la culpo por eso.

―Solo quería saber... ¿Rynoa es tu único nombre?

― ¿Cómo? ―preguntó ladeando la cabeza.

―O sea, tal vez no encontramos el nombre Rynoa porque ese no es tu verdadero nombre, si tienes algún otro nombre... podría ser que tu envase esté grabado con ese.

Rynoa no respondió, se quedó mirando a la nada.

―No tengo otro nombre ―respondió luego de unos segundos.

― ¿Segura?

Frunció el ceño. ―Sí, no soy estúpida.

Suspiré. ―No quería decir que lo fueras.

―Seguiré buscando mis dientes, tu puedes volver con Bianca.

Por alguna razón ella sonaba molesta al decir eso.

―Primero tenemos que ir con Jamie, ¿lo olvidaste?

―Te veré en Londres mañana ―respondió―. Aun quiero seguir buscando.

―Puedo ayudarte.

Ella negó. ―No, quiero hacerlo sola.

―Bien, te veré mañana en Londres.

Rynoa se alejó de mí volando y se adentró en otra zona del palacio. Hay algo que me dice que ella no está siendo del todo honesta conmigo. Y no solo en el tema de los dientes, en algo más.

― ¿Qué escondes, Rynoa? ―me pregunté mientras salía del palacio.

✎❣

Siento que han pasado años desde la última vez que actualicé... pero no, ha pasado casi un mes y... lo lamento, pero no tuve tiempo de escribir porque estaba de viaje y... bueno, supongo que ustedes entienden.

Sé que el cap ha sido corto, pero bueno, espero subir el siguiente cap entre mañana y el lunes. Voy a hacer todo lo posible por escribirlo antes de comenzar clases! Así que deséenme suerte.

Oh, y no hay que perder las esperanzas con la búsqueda de los dientes de Ry... tal vez aparezcan ;) Como ellos dicen, hay millones de dientes en ese palacio... tal vez uno sea de ella!

Ahora, cambiando completamente de tema, quiero dar la bienvenida a los nuevos lectores! Gracias por unirse a la familia, gracias por votar, por comentar y por seguirme! ♥♥ También, agradezco a mis viejos lectores, los adoro por seguir leyendo las historias de Jack!

Oh, como un plus! Night les manda saludos

xoxo,

Rose

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