21. Pasos de bebé

Rynoa

Las personas que utilizan lentes lo hacen para poder ver con claridad ―me dijo―. Contigo sucede lo contrario, con esos lentes no ves con claridad.

―Veo perfectamente ―le respondí.

¿Lo haces?

Sentía que me estaba retando, que me estaba poniendo a prueba.

Asentí. ―Veo perfecto.

Se acercó a mí, lo suficiente como para quitarme los lentes. No tengo idea de por qué no lo impedí.

Tienes unos ojos muy hermosos... Rynoa.

❄❄️❄️

Me sentía completamente agotada. Es como si mi cuerpo hubiera decidido pesar una tonelada de la noche a la mañana. O como si la gravedad hubiera aumentado. No podía mover ni un dedo, me cansaba solo pensar que tenía que levantarme. Y aunque no quisiera, tenía que hacerlo, no aguantaría quedarme en una maldita cama un segundo más.

Había despertado hace unos minutos, no había nadie en el cuarto conmigo.

Recordaba todo lo que había pasado luego del rescate a Bianca. Jack Frost me salvó de morir... no puedo creer que me haya salvado. ¿Ahora le debo la vida? No quiero deberle nada a nadie.

Bien Rynoa, tranquilízate. Si te tensas, no podrás ponerte de pie, no podrás salir de este maldito cuarto y no podrás irte del taller de Norte.

Extrañaba mi palacio de Escocia. Quisiera regresar y que los guardianes dejaran de fastidiarme. Tenía una vida feliz como espíritu solo vivía con Night y nadie nos fastidiaba nunca. Ahora mismo, todo lo que sucede es un martirio y lo peor es que Night y yo estamos peleados.

Él no me ha hablado. ¡A MÍ! ¡NO ME HA HABLADO A MÍ!

Bueno, tampoco estoy muy segura de qué fue lo que pasó luego de que Jack Frost me salvó. Perdí el conocimiento y recién he despertado.

Claro que primero tuve un estúpido sueño. Ya ni siquiera estoy segura de qué trataba, siempre olvido los sueños cuando despierto, solo sé que soñé y que trataba sobre algo de mis ojos. Había una persona, aunque no sé si era mujer u hombre. Los detalles son muy confusos.

El sonido de unas campanitas me trajo de vuelta al presente.

La puerta se abrió y cayeron cinco duendes. Al parecer, ellos estaban parados uno encima del otro para poder alcanzar la manija de la puerta.

― ¿Se les ofrece algo? ―pregunté.

No me sentía con ánimos de ver a nadie, menos a los duendes.

Uno de ellos se acercó con una bandeja de galletas y me ofreció algunas.

―No puedo moverme, así que no puedo coger ni una galleta.

Estaban a punto de irse, pero los llamé.

― ¿Podrían traer a un yeti? Necesito que me ayuden a pararme, pero no quiero que venga ningún guardián, ni Peter Pan, ni Night.

Decir que no quería que venga Night era algo nuevo para mí.

Ellos asintieron y salieron corriendo del cuarto.

Al cabo de unos minutos, los duendes regresaron colgados de un yeti con pelaje blanco.

― ¿Phil? ―le pregunté.

Él asintió.

―Genial, necesito que me ayudes a ponerme de pie, no puedo moverme y odio esto.

Phil volvió a asentir y se acercó a mí. Tomó mis manos e hizo que me sentara de un solo tirón.

― ¡POR LA QUE...! ¡¿Estás loco?! ¡¿Me quieres romper en dos?!

Casi podía sentir mi espalda romperse. Creo que le debo decir adiós a mi columna vertebral.

Phil se asustó cuando grité y me soltó, haciendo que volviera a caer en la cama.

―Creo que ya no tengo espalda ―murmuré, aun me dolía.

El gran yeti empezó a abanicarme con la bandeja de galletas de uno de los duendes. Decía cosas ininteligibles, pero asumo que estaba pidiendo disculpas.

―Ya, está bien, no importa. Creo que aún tengo espalda.

Él pareció aliviarse.

―Ahora ayúdame otra vez, necesito salir de aquí.

Se me hacía bastante raro que nadie haya venido luego del grito que di, pero no importaba, porque estaba a punto de salir de aquí. Cuando pudiera caminar, probaría volar y me iría a Escocia.

Phil cogió mis manos otra vez e hizo que me sentara, pero ahora fue más delicado.

―Creo que empiezo a sentir mi cuerpo ―le dije― es probable que cuando me jalaste con fuerza, hayas hecho despertar mis músculos o algo así.

Él asintió, aún tenía una expresión apenada.

―Ahora, ayúdame a ponerme de pie.

Phil movió mis piernas, de esta manera, estas colgaban de la cama. Luego, me cogió de ambos brazos y me puso de pie. Estaba descalza, creo que será más fácil caminar sin botas. No necesitaría botas para volar hasta mi palacio, en donde tengo millones de pares iguales.

―No me vayas a soltar ―le dije con una mirada de advertencia.

Me ayudó a caminar hasta salir del cuarto.

― ¿Sabes dónde están todos? ―le pregunté―. No es que quiera ir con ellos, solo me da curiosidad.

―No tienes que fingir, sé que nos extrañas ―dijo una voz, doblando la esquina de un pasillo, apareció Peter Pan.

Suspiré.

Ahí va mi plan de escape...

―Créeme, no finjo nada.

Suspiró. ―Aun sin energía, sigues siendo la misma.

―Lo tomaré como un cumplido ―respondí rodando los ojos, lo cual no tuvo efecto.

Él se rio. ―No esperaba que despertaras tan pronto, pero me alegra que lo hayas hecho, porque los guardianes te esperan en la Sala del Globo.

―Diles que aún sigo inconsciente.

Él negó con la cabeza. ―No lo haré, vamos, es una reunión de guardianes.

―Bien, bien, espérame allá, Phil me está ayudando a caminar.

― ¡Oh! ―es como si recién se hubiera dado cuenta de que un gran yeti blanco tenía sostenidos mis brazos para estabilizarme―. No te preocupes, Phil, yo la llevaré.

―No, así estoy bien ―le respondí.

Peter Pan se acercó a mí. ―Demuéstrame que puedes caminar y dejaré que vayas sola ―dijo con una sonrisa.

Fruncí el ceño.

No iba a poder andar sola.

―Bien, verás que puedo caminar sin ayuda ―le dije.

Phil me soltó y me quedé en pie por varios segundos, luego, cuando quise dar el primer paso, me tambaleé y caí.

Peter Pan me sostuvo antes de que me estrellara contra el piso. ―Te llevaré yo ―dijo.

Antes de que pudiera oponerme, él me tomó en brazos como a una de las estúpidas princesas de cuentos y me llevó así por los pasillos. Todos los yetis y duendes que cruzábamos, nos quedaban mirando de una manera extraña.

Quiero que la tierra me trague en este instante.

―Peter Pan, ¿podrías bajarme?

―Solo cuando dejes de llamarme por mi nombre completo.

― ¿Por qué?

―Porque es raro que me llames así, solo dime Peter.

No puedo hacer eso, si lo llamo solo por su nombre, eso significaría que somos más cercanos, que tenemos una amistad importante. Y no estoy lista para algo así. Es decir, no me siento tan cercana ni con él, ni con Jack Frost. Ni siquiera sé por qué llamo a los demás guardianes solo por sus nombres, ¿tal vez les tengo más confianza a ellos? Es probable, después de todo, ellos han sido guardianes desde hace siglos.

―Tal vez algún día te llame así.

Él rodó los ojos. ―Entonces, tal vez algún día te suelte.

―Sólo déjame en el suelo, me arrastraré hasta la Sala del Globo.

Peter Pan negó. ―No.

Estaba algo furiosa.

Tomamos el ascensor, el cual nos dejó en el piso del salón. Todos los guardianes estaban ahí, incluso Bianca, que no se despegaba de Jack Frost. No, apuesto que es él el que no se despega de ella. Sí, eso tiene más sentido.

¡Oh no!

Ver a Jack Frost me hizo recordar que le debo la vida... mejor me hubiera dejado morir, no quiero deberle nada a ese chico.

―Hemos llegado ―anunció Peter Pan, al hacerlo, llamó la atención de todos.

Night estaba al lado de Sandy, me pregunto cómo se comunican entre ellos dos. No, la verdad, más me pregunto si es que Night se va a acercar a hablarme o no. Odio estar peleada con él, pero no seré yo la que dé su brazo a torcer. Lo único que he querido siempre es protegerlo, así que no es justo que se moleste conmigo por ello.

― ¡Rynoa! ―gritó Norte―. ¡Me alegra ver que estés bien!

―Sí, a mí me alegra ver que todos ustedes estén bien ―crucé miradas con Conejo. Lo había salvado, saber eso me ponía de muy buen humor. Ayudé a alguien. Ayudé a Conejo.

―A mí me alegra que te alegre vernos bien, eso significa que por fin nos aceptas como tus compañeros y que nos quieres ―dijo Tooth mientras se acercaba a mí―. Además, me alegra que por fin estemos todos reunidos, tenemos que celebrar que Bianca haya vuelto con nosotros.

Celebrar... la verdad no quería permanecer más en este lugar. Es decir, considero a estos espíritus mis compañeros, pero no podría llamarlos amigos, no aún.

―Rynoa, tengo una pregunta. ¿Por qué te está cargando Peter? ―me preguntó Tooth.

Suspiré. ― ¡No lo sé! ¡Él no me quiere soltar! ―giré mi cabeza para enfrentarlo―. ¡Déjame en el suelo!

―No, me gusta tenerte en mis brazos ―respondió con una gran sonrisa.

Fruncí el ceño. Me encantaría que pudiera ver cuán molesta estaba.

―Peter Pan, bájame ahora mismo ―lo dije con el tono de voz más calmado que pude, tal vez así sí me haría caso.

Él suspiró. ―Bien, pero ten cuidado, no quiero que te caigas.

Rodé los ojos.

Cuando me dejó en el suelo, pude mantenerme de pie, luego empecé a dar pasas cortos.

―Es como ver a un bebé aprender a caminar ―comentó Tooth con un tono de emoción.

Preferí obviar lo que ella había dicho, porque estoy segura de que podía terminar pegándole, quemándola, ahogándola, degollándola o aplastándola bajo una enorme roca. Sí, ser la Madre Naturaleza tiene sus ventajas.

Empecé a caminar y rápidamente me tropecé con un escalón. No podía levantar mi pie para esquivarlo, pero por suerte, alguien detuvo mi caída.

―Debes de tener un poco más de cuidado ―me dijo Conejo, tenía una sonrisa en el rostro―. No queremos que nada te pase.

Asentí.

Ahora era él el que me salvaba.

Seguí caminando, ahora miraba al suelo, no quería tropezar con nada más. Tooth tenía razón, debo de parecer un bebé tratando de dar sus primeros pasos. Me siento patética. Si tan solo Peter Pan me hubiera dejado con Phil, nadie me habría visto pasar por esta vergüenza.

― ¿Desde hace cuánto caminar se ha vuelto una tarea difícil? ―pregunté a nadie en particular.

―No es tan difícil ―respondió... Night, alcé la vista, no me había dado cuenta de que él estaba a mi lado. Night había estado a mi lado mientras me paseaba por el salón.

Le sonreí. ―Eso lo dices porque tú no estás caminando.

No, él estaba volando, por eso no me había percatado de que estaba conmigo.

Night se rio, pero luego se puso serio. ―Te extrañé, Ry. No quiero estar peleado contigo y sin hablarte. Me duele.

Agachó la cabeza, lo notaba triste. Él también sufría con nuestra separación.

Rodeé su cintura con mis brazos y lo atraje hacia mí. ―También me duele no tenerte conmigo, Night. No peleemos más.

Él me devolvió el abrazo.

― ¡Vaya! Rynoa tenía sentimientos ―comentó Robin Hood.

Me separé de Night y lancé una ráfaga hacia el espíritu de la fauna. No logró esquivarla, por lo que cayó al suelo.

―Me lo merecía, lo acepto ―dijo.

Suspiré. ―Al menos ahora puedo mover mis brazos y piernas.

―Aunque tu coordinación sigue siendo un poco mala ―susurró Night.

No entendí a lo que se refería hasta que vi a Bianca y Jack Frost en el suelo. La ráfaga que había mandado había sido un poco más fuerte de lo que pensé.

―Lo siento ―murmuré.

―Recuérdame no tenerte como enemiga ―me dijo Jack Frost.

―Al comienzo fuimos algo así como enemigos ―le respondí.

―Deberías de tener más cuidado, Rynoa ―me dijo Bianca―, eres fuerte, y ser lanzada al suelo duele.

―Caíste sobre mí ―apuntó Jack Frost con una sonrisa en el rostro.

Jamás lo había visto sonreír así. Se le veía... tierno.

¿Tierno?

❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄

Sin POV

―Tengo un anuncio que darles ―dijo Norte a todos los presentes―. Vendrá alguien a hacernos una entrevista.

― ¿Una entrevista? ―preguntó Jack.

―Así es, aprovecharemos que estamos todos reunidos para hacer la entrevista.

― ¡Qué emocionante! ¡Jamás me han entrevistado en mi vida! ―exclamó Tooth.

Rynoa suspiró. ― ¿Puedo saltarme la entrevista?

―No seas así, seguro será divertido ―le susurró Night, quien tenía una sonrisa en el rostro.

―Yo me quedo para la entrevista, es genial que alguien quiera saber de nosotros ―Peter tomó una silla y la puso en el centro del salón.

―Muy bien Peter, hagan lo mismo que él, nos sentaremos en un semicírculo ―anunció Norte.

Todos tomaron una silla e hicieron lo mismo que Peter. La distribución quedó así: Tooth, Sandy, Jack, Bianca, Rynoa, Night, Peter, León, Conejo y Norte.

―Night, ¿puedo cambiarte de lugar? ―le preguntó Peter.

―No, así nos quedaremos para la entrevista ―dijo Norte mientras ponía una silla en frente del semicírculo.

― ¿Quién va a venir a hacer la entrevista? ―preguntó Conejo―. Se supone que solo los niños creen en nosotros y dudo que un niño pueda venir hasta acá.

―No hagas preguntas tan complicadas, Conejo, esto será divertido ―respondió Peter.

Conejo rodó los ojos. ―Malditos mocosos.

―No hables así de nosotros, Conejo, recuerda que soy tu guardián ―se burló León.

― ¡CÁLLATE! ¡TE HE DICHO MIL VECES QUE NO ERES MI GUARDIÁN! ―le gritó Conejo.

Las cosas se están poniendo algo tensas, espero que la entrevistadora llegue pronto ―pensó Sandy.

✎❣

Prometo que el cap 22 vendrá con curiosidad! jaja me he estado olvidando de ellos! Lo lamento, sé que algunas de ustedes los leen :)

Este cap ha tenido tantas cosas! ha sido recreativo. primero el sueño, luego Rynoa siendo un poco mala, luego fue más agradable, en especial con Night

Y el final extra... que es como un prólogo para las preguntas que ustedes les han hecho a los personajes! Estoy por acabar eso, así que lo subiré en una hora... o algo así... no creo demorarme, pero... por mientras les dejé este cap ;) no quería hacerles esperar tanto!!

Espero que lo hayan disfrutado, porque... en los siguientes caps va a haber un poco más de paz, ya saben, Bianca ha vuelto y todo eso... pero no se preocupen, que Hakutón tiene planes... planes no muy buenos. JAJAJA

Dios, soy tan cruel! en serio! les he dejado con un final... soy mala! Lo acepto! pero sé que aun así me aceptan ;)

Bueno, esto es todo!!

xoxo,

Rose (La Cruel)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top