30: Un secreto entre mis labios

18 de agosto, 2022

Estaba nerviosa mientras me dirigía al consultorio del ginecólogo. Era mi primera vez haciendo una revisión desde que había comenzado mi vida sexual, y aunque sabía que era importante, el tiempo no había estado a mi favor.

La relación con Pedri era un secreto bien guardado, y por eso también quería asegurarme de que todo estuviera bajo control en cuanto ahí abajo.

Después de esperar unos minutos en la sala de espera, la enfermera me llamó y me llevó a la consulta. El ginecólogo era amable y profesional, lo que me ayudó a tener confianza y contarle acerca de mi vida sexual. Hablamos sobre mi historial médico y mis necesidades actuales (no quedar embarazada). Me preguntó acerca de si tenía un anticonceptivo específico en mente. Fui sincera en la situación, demasiado sincera, las veces que lo hicimos sin condón, que a veces tomaba pastillas del día después y la mayoría de veces usábamos condón. Al terminar de darle toda mi historia sexual y hablar de más, él me explicó acerca de diferentes métodos. Me llamó la atención uno y no dudé en preguntarle.

—Es muy eficaz y bastante fácil de usar —comentó—. Además, no tienes que acordarte de tomar una pastilla todos los días, lo cual es una ventaja para muchas mujeres.

Me sentí aliviada al escuchar eso. Podía llegar a ser distraída en ese ámbito y ya no tener que tomar pastillas (a las cuales les tenía un poco de miedo por culpa de Valeria) era una idea atractiva.

El ginecólogo me dio instrucciones precisas sobre cómo aplicarlo y qué hacer si se despegaba. También me habló de los posibles efectos secundarios, pero me aseguró que la mayoría de las mujeres lo toleraban bien.

Después de la consulta, salí del consultorio sintiéndome más tranquila y segura. Recogí mi primer paquete de parches en la farmacia y, al llegar a casa, seguí las instrucciones para aplicarlo. Fue más fácil de lo que esperaba, y pronto me acostumbré a la idea de llevarlo.

Mientras me miraba en el espejo, ajustando el parche en mi piel, pensé en lo mucho que había cambiado mi vida en las últimas semanas y cómo, poco a poco, estaba encontrando mi camino en medio de todo.

Lo peor ya había pasado.

Me vestí para nuestra cita que Sira había planeado y ella personalmente por privado me había llamado para decirme que "sexy" era la palabra de esta noche.

Seguí con mi guion de cine, repitiendo la línea de "Solo somos amigos".

Viendo mi reflejo en el espejo, me aseguré de que todo estuviera perfecto para mi cita con Pedri. Había escogido un conjunto de lencería delicada de encaje negro, que me hacía sentir segura y femenina. Sabía que estos pequeños detalles contaban, y quería que nuestra noche fuera especial. No iba a desaprovechar el momento.

Para el resto de mi atuendo, opté por algo elegante pero casual. Llevaba un vestido rojo con un escote discreto pero sugerente. Mis zapatos eran unos stilettos negros con detalles metálicos, lo suficientemente altos para darme un poco más de altura, pero cómodos para mantenerme a gusto toda la noche. Un collar delicado y unos pendientes de oro completaban el look, añadiendo un toque de brillo sin ser demasiado llamativos.

Terminé de arreglarme el cabello, dejándolo suelto en ondas naturales, y me maquillé con tonos suaves, resaltando mis ojos y labios de manera sutil. Estaba lista para la cita, sintiéndome segura y emocionada por la cita.

Al bajar recibí las miradas de mis padres. A mamá no les importaba dónde iba y a mi padre lo único que le importaba era que no gastará su dinero (Mi dinero, pero como tenía que pagar lo que me robaron, era su dinero).

—¿A dónde irás?

—Por ahí.

Aceleré el paso y me fui obligada a caminar una cuadra, donde Pedri me esperaba. Visualicé su coche y al entrar vi que él no se había esforzado lo más mínimo. Su mismo estilo y yo brillando.

—Hola —No nos saludamos como nos gustaría y, como me hubiese encantado a mí, le sacaría lo positivo y eso era que al menos no me había dañado el lip combo.

—¿Sira te paso la dirección? —preguntó y yo negué a la vez que mi móvil sonaba, avisando la llegada de un mensaje…

Era Sira; pareciera que se hubiese convertido en una mosca y supiera con exactitud que ya estaba en el coche con Pedri, ya que me había enviado la dirección de donde sería la cita.

Me:

¿Un hotel?

¿En verdad?

Sira:

😅

Una pequeña ayudadita…

Disfruta

Me:

¿Qué se supone que hagamos?

Sira:

Te lo dejo a la imaginación.

—Están empeñados en que nos liemos —Le enseñé los mensajes y me dio una sonrisa ladeada que me calentaba.

—Ferran me anda tirando los mismos palos.

—Joder. Bueno, si quieres podemos ir a otro lugar.

—Bromeas —Se le veía entusiasmado por la idea.

—¿Quieres follar?

—Podemos cenar. Dan buena comida en ese hotel.

—¿Cómo lo sabes?

Me respondí a mi misma esa pregunta. Había ido con otra mujer.

—Carla…

—Vale, espero que sea rica.

Me hice de la vista gorda, además eso no debía de afectarme. Yo era la definitiva y no un simple ligue.

Llegamos a un hotel donde cenaríamos. Era una residencia privada y lujosa, donde podríamos ser nosotros mismos. Llegamos a la habitación; estaba bañada en una suave luz de velas, creando un ambiente íntimo y acogedor. Había una terraza y en medio de esta había una mesa, siendo iluminada por velas, la luz de la luna y adornada por unas rosas rojas.

Pedri y yo nos sentamos en la mesa. No sé cómo lo había hecho Sira, pero la comida ya estaba perfectamente servida.

—Se ve rico.

Y lo estaba, una cena rica y ligera, mientras la conversación fluía con naturalidad. Nos reímos por lo insistentes que eran nuestros amigos, estábamos 100% de que Sira y Ferran estaban detrás de esto, me pregunté si Valeria había estado de acuerdo.

Charlamos sobre todo, como antes y eso me daba más razones acerca de lo especial que estábamos creando. Siendo  osotros. Le conté más acerca de lo de París y lo distante que me sentí en la capital.

—Así que no te quedaste por mí.

—Ya quisieras.

Reí y me  callécuando mi mano fue tomada por la de Pedri. Se la llevó hacia su boca y dejó un beso que causó cosquillas en mí.

¿Cómo se respira?

—Me gusta estar así contigo.

—¿Así cómo?

—Solos tú y yo.

Bebí de mi copa para no sonreír como una estúpida, aunque creo que mis ojos ya lo gritaban.

—¿Sabes? —Sus dedos jugaron con los míos—. Pensé que estábamos mal, que no funcionaba… no sabía cómo actuar y extrañaba reírme contigo…

—Yo también lo sentía extraño, pero luego éramos…

—Tú y yo —Termino por mí

—Tú y yo.

El silencio llenó el espacio entre nosotros por un momento, mientras las palabras resonaban en el aire. Finalmente, rompí el silencio con una sonrisa tímida y una mirada llena de complicidad.

—Supongo que de eso se trata una relación —dije—. Seguir siendo amigos y manteniendo sexo.

Ambos reímos suavemente, sintiendo que, a pesar de todo, nuestra conexión seguía siendo fuerte y verdadera.

—¿Me estás pidiendo que tengamos sexo? —preguntó, arqueando una ceja.

—¿Yo? Bueno, si estás un poco necesitado, me invitas una copa y me llevas a la cama, lo puedo pensar —respondí con una sonrisa traviesa.

—Champaña ¿verdad?

Le estiré mi copa vacía y él rellenómnm, nuestros ojos no se soltaban y la tensión era palpable en el aire. Bebí de mi copa y conscientemente de lo que hacía, lamí mis labios sin dejar de mirarlo. Sin decir una palabra, nos levantamos de la mesa y nos acercamos lentamente uno al otro. Nuestros labios se encontraron en un beso apasionado, lleno de deseo.

Pedri me tomó de la mano, guiándome hacia su habitación con una sonrisa cómplice. Al llegar al borde de la cama, Pedri se detuvo y me miró fijamente. Sus ojos dándome una repasada a mi cuerpo, deleitándose del vestido rojo que llevaba puesto. Era uno que había comprado para esta ocasión, enamorando a primera vista, y cuando me lo probé supe que era el indicado, ceñido en los lugares correctos y con un toque de elegancia y sensualidad. Me hacía sentir poderosa y su expresión me dejó en claro que él también lo había notado. 

—Te ves extraordinaria —murmuró, acercándose más a mí. Sus manos fueron directas a mis caderas, y sentí cómo sus dedos jugueteaban con el borde del vestido—Este vestido... no sabes lo mucho que me ha costado mantenerme controlado durante toda la noche.

Reí suavemente, disfrutando de su halago y de la tensión que se había acumulado entre nosotros.

—¿Ah, sí? Pues parece que ya no tienes que controlarte más —respondí, desafiándolo con mi mirada mientras me acercaba a sus labios y le robaba uno que otro beso.

Él sonrió entre los besos, esta vez con una urgencia que no habíamos tenido antes. Su boca se movía con la mía en perfecta sincronía, mientras sus manos comenzaban a subir lentamente el vestido, dejando al descubierto mis muslos, acariciando cada centímetro de piel que iba quedando expuesta. Sentí cómo el deseo se encendía en mi interior, y mis manos no tardaron en recorrer su espalda, buscando deshacerse de la camiseta que llevaba.

Cuando el vestido llegó a la altura de mis caderas, Pedri rompió el beso y me miró fijamente.

—Te voy a quitar esto —susurró, sus manos temblando ligeramente al sujetar el borde del vestido.

—Solo compré este vestido para que tú me lo quitaras —dije, y levanté los brazos para facilitarle la tarea. En un solo movimiento, el vestido cayó al suelo, dejándome solo con la lencería de encaje que había elegido para esa noche.

Sus ojos se oscurecieron al ver mi cuerpo, y una sonrisa cargada de deseo apareció en su rostro. Se acercó y me besó. Esta vez, el beso fue más lento y se separó para decirme:

—¿Te la has puesto adrede? —preguntó Pedri, dejándome de besar para admirar la vista de mi cuerpo cubierto por una deseable lencería.

—Que va. Es algo que me pongo todos los días.

Pedri me tumbó suavemente sobre las sábanas. Se quitó la camiseta con rapidez, revelando su torso definido, y luego se deshizo de sus vaqueros y del bóxer con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Volvió a sus pantalones y de su cartera sacó un preservativo, lo vi abrirlo con calma, deslizándolo con precisión. Nuestros ojos se encontraron mientras lo hacía y me mordí el labio mientras lo observaba. Se inclinó sobre mí, tomando mis labios con los suyos nuevamente, mientras sus manos recorrían mi cuerpo con urgencia.

—No sé si quitarlo o dejarlo —dijo jugando con los bordes de mis bragas, volviéndome a besar por unos segundos y al terminar volvía a observarme.

—Difícil decisión —Lo besé, enredando mis piernas en su cintura y frotándome contra su dura polla—. Espero seas sabio ¡Ostras! —Jaló mi labio inferior y besó mi clavícula hasta ir bajando por todo mi cuello. Continuaron los besos en mi piel.

Fue bajando hasta detenerse a la altura de las magníficas bragas de encaje. Le vi la duda, pero al final decidió apartarlas de un tirón.

Sonrió como un demonio sexual y su boca bajó lentamente, comenzando a hacer maravillas allá abajo.

—¡Pedri!

Enterré mis uñas en las sabanas, tratando de oprimir gritos. No funcionó y me di cuenta, que mientras más me dejaba llevar, él ponía más intensidad en sus movimientos.

El placer aumentaba con cada segundo, y finalmente, me dejé llevar por completo, alcanzando un orgasmo intenso que recorrió todo mi cuerpo, dejándome sin aliento y profundamente satisfecha.

Sonrió tras su gran hazaña y volvió a besarme con más intensidad. Su boca se perdió en mis pechos aún cubiertos por el encaje, mientras mis manos de una forma traviesa empezaron a jugar con su miembro. Lo escuché gemir contra mi piel y aproveché su despiste para poner mis manos en su pecho y empujarlo, quedando yo encima de él. Con cada una de mis rodillas a lado de sus caderas. El calor que emanaba de su piel me hacía desear más, y mis manos recorrieron su torso, sintiendo cada músculo tensarse bajo mis dedos.

Sus manos estaban en mi cintura, dando toquecitos y mirándome hambriento, recorriéndome de arriba abajo. Sus ojos oscuros estaban llenos de deseo, y sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral al besarlo con fuerza, nuestras lenguas encontrándose y explorándose. Sentí sus manos en mi trasero, apretándome contra él, y me moví, frotándome contra su erección. Un gemido bajo escapó de sus labios, y eso solo alimentó más mi deseo.

—¿Te gusta siempre ir arriba? —preguntó entre mis labios.

Me encogí de hombros y continué besándolo; estábamos piel con piel. Su cuerpo caliente contra el mío me hizo jadear, y me moví, alineándome con él. Nos miramos a los ojos por un segundo, y luego me hundí sobre él, tomando toda su longitud dentro de mí.

El placer fue inmediato y abrumador. Nos movimos juntos, nuestros cuerpos encontrando un ritmo natural y frenético. Cada empuje, cada movimiento, era una declaración de nuestro deseo mutuo. Sentí y escuché el sonido de la tela que cubría mis senos romperse y cómo Pedri la tiraba. Sus manos fueron rápidas y acariciaron mis pechos, sus dedos jugando con mis pezones, enviando ondas de placer a través de mí.

—Madre mía.

Por Taylor Swift.

Nos movimos más rápido; el sonido de nuestra piel chocando me excitaba más. Nuestros gemidos y suspiros se entrelazaban, creando una sinfonía de pasión. Pedri se incorporó ligeramente, sus labios encontrando mis pezones, chupándolos y mordisqueándolos. Cada acción suya me acercaba más al orgasmo.

Con un último empuje profundo, Pedri se inclinó hacia mí, sus labios rozando mi oído mientras susurraba mi nombre, su voz ronca y cargada de deseo. Mi cuerpo tembló ante el sonido, y fue todo lo que necesité para dejarme llevar. El placer explotó dentro de mí, una ola intensa que me hizo arquear la espalda, aferrándome a él mientras el clímax me envolvía por completo.

Pedri no tardó en seguirme, su propio cuerpo tensándose antes de ceder al mismo placer. Su gemido profundo resonó en mi oído, y pude sentir cómo se estremecía, aferrándose a mí con fuerza. Me besó antes de desplomarse sobre la cama y yo sobre él, aún entrelazados, con nuestras respiraciones entrecortadas. Nos quedamos allí, disfrutando del calor y la cercanía.

Apoyé mis manos en su pecho y dejé caer ahí mi mentón. Lo miré desde allí y sonreí al verlo todo rendido.

Recuerdos pasados en este hotel habían sido enterrados con mi presencia.

—¿Por qué te ríes? —preguntó jugando con mi onda.

«De que al final caíste muy fuerte» pensé.

—Al final, si terminamos haciendo lo querían nuestros amigos —dije rápido.

—Pero ellos no se van a enterar.

Eramos un secreto entre mis labios y los suyos.

Negué con la cabeza y besé su pecho antes de pasarme al otro lado de la cama.

Nos quedamos en silencio durante unos minutos, esperando que nuestras respiraciones se calmen y simplemente disfrutando de la cercanía. Sentí su mano acariciando suavemente mi brazo.

—Me haces sentir tan especial, Pedri —susurré, acurrucándome más cerca de él. Uno de sus brazos me atrajo más hacia su cuerpo.

—Y tú me vuelves loco… en todos los sentidos.

Su respuesta me hizo sonreír, y cerré los ojos por un momento, disfrutando del calor de su cuerpo junto al mío. El polvo me había dejado exhausta y necesitaba una siesta acurrucada a él para recuperar energías. De repente, sentí cómo su mano se detenía sobre mi piel, como si hubiera descubierto algo.

—¿Qué es esto? ¿Una pegatina? —preguntó, sus dedos rozando con curiosidad el pequeño parche en mi piel.

Abrí los ojos y tomé su mano suavemente, llevándola de nuevo al parche.

—Fui al ginecólogo en la mañana –le expliqué con una sonrisa—. Es un parche anticonceptivo. Me recomendaron este método, y me pareció lo mejor para mí. Además, follamos mucho y no quiero un embarazo adolescente, ¿tú quieres?

—No, por ahora no —se apresuró a decir y tocando el parche me miró con una mezcla de sorpresa y preocupación—¿Y estás bien con eso? ¿No te hace daño?

Asentí, buscando tranquilizarlo.

—Sí, estoy bien. Es muy cómodo y, además, me da tranquilidad saber que estamos protegidos… No quiero que nada interrumpa lo que estamos construyendo juntos.

Vi cómo la preocupación en sus ojos se desvanecía lentamente, reemplazada por una expresión de ternura. Me abrazó con fuerza, como si quisiera protegerme de todo, y besó mi frente con cariño.

—Lo último que quiero es que te preocupes por algo, así que si te sientes segura, yo también. SSoloquiero que estés bien, Carla.

Su respuesta me llenó de una calidez indescriptible.

—Lo estoy, Pedri.






















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19 de agosto, 2022

Bebí mi malteada de chocolate mientras leía la novela que Valeria estaba escribiendo. Había confiado en mí para ser su primera lectora y darle mi opinión. Ella me había llamado su "lectora beta". No era una crítica de la literatura, pero me consideraba una amante empedernida del amor, por lo que me era tarea fácil suspirar por todo lo que escribía mi amiga.

Las letras se convertían en una película en mi mente y yo quería más y más de sus escritos.

Me preguntaba que cuando llegara el momento y lo mío con Pedri fuera sólido, le contaría mi tan mágica historia con él y ella lo plasmaría en letras. A Val le confiaría eso. No esperaba la hora de contárselo.

—Tierra llamando a Carla —La voz de Bruno me sacó de mi ensoñación—. Tú malteada.

—Oh gracias.

Bruno había sido el reemplazo de Valeria en la cafetería; ahora trabaja ahí y me tocaba darle ánimos para que mirara con motivación a las personas.

—¿Qué lees?

—Cosas privadas —cambié de pestaña, eran asuntos de Valeria y por más que me gustaría alardear a mi amiga, ella solo me lo había confiado a mí.

—Vale, te dejo con toda tu privacidad —Me dejó a solas para atender a nuevos clientes.

Le dejé un par de notas a Valeria y revisé mi Gmail. Me hicieron saber que las fotos serían publicadas mañana, que les había encantado mi trabajo y que estaríamos en contacto. Tenía más marcas interesadas en mí y eventos a los cuales asistir.

Bebí mi malteada respondiendo emails y algunos otros comentarios. Ya estaba lista para irme, pero la presencia de Bruno evitó que me pusiera de pie. Él se sentó a mi lado. Le miré de reojo a la espera de que dijera lo que sea que tenía que decir.

—¿Harás algo mañana?

—Mañana ¿A qué hora?

—¿Noche?

—Mhm, pues creo que no…

—Genial porque ha salido una película… Podríamos ir a verla.

—Suena bien.

—Genial. Paso por ti.

Se fue a la cocina y me dejó pensativa. ¿Acaso él me había invitado al cine?

Y yo había aceptado.

¿Era una cita?

Yo había aceptado ir a una cita con él.

Joder.






















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Carlanunier ha hecho una publicación

París

Le gusta a valroson, aurorapaezg y a 581,813 personas más.

carlanunier Recordando mi increíble experiencia en París con @lancomeofficial 🧡👗🌟🗼📷 🌹✨💋

valroson ¡eres increíble! 😍💍

siramartinez las fotos son puro arte. ¡Estás espectacular! 💖

JuanP23 sigues en París?🔥podemos darnos una escapada 😏

aurorapaezg mi guapa!!!

FIFA_king99 Ya que volviste a Barcelona, ¿qué tal si nos cuentas de quién se trata ese futbolista?

Patricia.Salazar Esas fotos son de otro mundo. ¡Una diosa en París! 💕

Elena_Love Esas fotos son un sueño. ¡Aunque lo que más me intriga es lo que se dice de cierto futbolista que te sigue a todas partes! 👀

Carlos.FIFA Muy bonita París, pero... ¿no te cruzaste con Pedri en algún hotel? 😎

Rocio_Influence ¡Back in Barcelona y ya rompiendo con esas fotos! Por cierto, ¿es cierto que te vieron en un hotel con alguien? 🤭

GossipGirlSpain Se dice, se rumorea que te vieron en un hotel en Barcelona con "cierto jugador"... ¿Confirmamos? 🤫

Laura_Makeup ¡El maquillaje está de otro nivel!
↪︎Gossipgirlspain Pero más nivel es el chisme de Pedri. Dicen que lo vieron en un hotel... 😱 ¿Eso quiere decir que están juntos?

PedriLovesU Esas fotos de París son impresionantes, pero ¿cómo está Pedri?
↪︎gavichu pregúntaselo a Gavi

Hater_123 Claro, Carla. Otra vez sacando provecho de las fotos y de otros recursos 🙄

Raerk  ¿qué tal el reencuentro con ese futbolista que todos mencionan?
😎🍷parece que Pedri está metiendo goles en otro campo

FashionQueen ¡Impresionante como siempre!

pedripotter El chisme de Pedri me trajo hasta aca... ¿Es verdad que te vieron con él en un hotel? 😏

anonimomartin A ver, a ver... ¿En serio creen que Carla necesita todo este drama para ser relevante? Ella ya es una estrella. 🌟

Team_pedri en verdad estas saliendo con Pedri

Hater_X Solo sabes venderte a base de chismes... ¿Algún contenido real? 🤷‍♂️

ancovi12 No hagas caso a los envidiosos, Carla.

Gossip_fcbarça Si Carla está con Pedri, eso sí que es noticia. ¿Será cierto que lo vieron en un hotel? 😜 mini pedri?

Real_Hater_90  ¿no te cansas de lo mismo? 😒

LuisFootballFan no nos distraigas a Pedri por favor

Futbol_Gossip ¿Carla y Pedri, la nueva pareja bomba? Dicen que los vieron juntos en un hotel... 💥

exposingwags  es verdad lo que dicen que los vieron juntos en un hotel, entonces son nada más un simple lío. La ha llevado a un hotel, no a su casa. No la ve más que para eso, porque creen que no le da like, ni le comenta. Carla es solo amiga de Valeria y ellas dos son tal para cual.

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20 de agosto, 2022

Pedri me había preguntado si quedábamos en vernos hoy por la noche y yo le había dicho que tenía "otros planes" omitiendo que estaría en una cita con otro hombre.

Me las había apañado para que nadie supiera dónde estaba; así mi mentira seguiría hasta la tumba.

Había pensado en que hacer para que Bruno dejara de verme como "algo más que amiga" y seguir siendo la tonta rubia que era para él. Pensé en mostrarle que era la tía más desagradable, pija y clasista, pero tampoco quería perder su amistad. Opté por ser yo misma y aclarar el "Somos amigos".

También opté por invitar a Raúl.

Así mataba dos pájaros de un solo tiro. ¡POOOM!

Bruno pasó por mí como lo había dicho. Diría que el transcurso en el carro fue incómodo, pero me hacía reír y debatir sobre quién fue mejor en la escuela. Llegamos al cine y antes de acercarnos a comprar las entradas, vi una cabeza rubia. Raúl sonrió al verme y vi la metamorfosis de su sonrisa al ver que yo estaba acompañada de Bruno.

—Ya estamos los tres —dije para cortar el silencio—. ¿Qué película vemos? ¿Comedia? ¿Ciencia ficción?

Y para nada, romance o terror.

Insistí en que fuera una película de comedia y terminé ganando, dejando siempre en cuenta que esto era una salida de “colegas”. En cada oración que decía, mencionaba la palabra “colega” “Brother” y todo lo relacionado a la amistad.

Sentarme entre los dos fue extremadamente tenso y fingir que veía la película, siguiendo mi plan, le siguió a 3 rayitas más de incomodidad. Fui muy cautelosa en no hacer contacto visual o contacto físico y, lo más importante, seguí siendo yo misma, omitiendo el hecho de que les dejaba en claro (indirectamente) que solo éramos amigos.

Al salir del cine me topé con la mirada de unas tías que miraban hacia donde yo estaba. Sonreí amigable y agité mi mano con lentitud. Quizá eso fue clave para que las chicas se acercaran con sonrisas nerviosas y a la vez majas.

—Eres Carla, la de tiktok ¿verdad?

—La misma que viste y calza.

—Joder, eres más guapa en persona —halago una. —¿Podemos tomarnos una foto?

Una foto. Hostias.

—Claro, venga.

Fue una selfi con el trío de tías super majas. Siguieron diciendo lo guapa que era. Les devolví el halago y se fueron luego de despedirse con el mismo nerviosismo con el que se acercaron.

—Joder ¿Desde cuándo eres famosa? —preguntó Bruno.

—Desde que soy la cara de Lancôme, bebé —Le guiñé un ojo y me regañé internamente por esa acción de coquetería.

—Sales muy guapa —halagó Raúl.

—Gracias.

Pude apreciar sus mejillas rosadas y también la incomodidad entre los tres. Tomé la decisión de aligerar el ambiente.

—Estuvo graciosa la película ¿no creen?

—Chistes malos.

—Pero daban risa.

La mención de chistes malos me hizo acordar a Pedri y su peculiar sentido del humor. ¿Qué estará haciendo? ¿Pensará en mí?

Al salir del cine, la brisa nocturna me recibió con un suave abrazo. Bruno y Raúl caminaban a mi lado, cada uno sumergido en sus pensamientos sobre la película. Era evidente que ambos intentaban impresionar, cada uno a su manera.

—A mí me gustó mucho la manera en que desarrollaron a los personajes secundarios. Les dieron tanta profundidad… —dijo, levantando la vista hacia mí con una leve sonrisa.

—Sí, fue un gran detalle —respondí, apreciando su comentario. Me alegraba que ambos estuvieran interesados en compartir sus pensamientos conmigo, pero sabía que debía ser cuidadosa.

—Los hicieron quedar como unos tontos.

—Era una comedia, Bruno. ¿Qué esperabas?

Me sonrió sarcástico y yo le devolví una sonrisa inocente.

—¿Les apetece ir a comer?

Miré a Raúl y pensé en su invitación. Lo más factible era decirle que no, pero de mi boca no salían excusas creíbles. No quería dar falsas esperanzas a ninguno de los dos; ellos no sabían de mi relación “privada” con Pedri.

Sería más fácil si pudiera decirles.

—Muero de hambre.

—Podemos pedir helado de postre.

Le sonreí a Raúl, apreciando que recordara ese detalle. Quería hacerles entender, sin herir sus sentimientos, que valoraba nuestra amistad por encima de cualquier otra cosa.

—Me encanta compartir estos momentos con ustedes, tíos —dije, deteniéndome un momento para mirarlos a ambos a los ojos—. Realmente valoro tener amigos como ustedes.

Vi cómo intercambiaban una mirada rápida, y aunque sus sonrisas eran sinceras, noté una sombra de decepción en sus ojos. Aun así, sabían que nuestra amistad era importante y valía la pena ir con pasos lentos.

Fuimos a cenar y me gustó el hecho de que no hubo nada extraño; quizá entendieron la palabra “amigos” y no querían volver incómoda la situación.

Llegué a casa y me recibió la colita de Lady moviéndose amigablemente. Saqué mi móvil para revisar mensajes. Tenía uno de mi Pedri deseándome unas buenas noches y también otro de un número desconocido.

Número desconocido:

Ola

Eres Carla ¿verdad?

Me:

Mhm

Depende de quien escriba.

Número desconocido:

Soy joão

¿João? El mismo joão felix con el que me escribía por privado desde el móvil de Valeria, haciéndome pasar por ella.

Me:

Mhm

¿Te conozco?

Número desconocido:

Valeria me dijo la verdad.

Me:

¿Qué verdad?

Número desconocido:

Que me escribía
contigo desde su móvil.

Me:

Bueno, en realidad
las dos escribíamos.

Número desconocido:

Me dijo eso.

De todas formas.

Me parece interesante.

¿Terminó con la novia y volvió para flirtear? No sabía mucho de él, salvo por lo que decían por redes y por lo que habíamos conversado un tiempo, en las cuales nos dejábamos en visto y yo intuí que se había arreglado con su novia. Será que volvieron a pelearse.

Me:

Cool

Llegué a mi habitación y me encontré con Valeria perdida en su portátil y con Gavi durmiendo en su hombro.

—Le diste mi número a João.

Dejó de escribir para verme.

—Sí, volvió a escribir y pensé que sería buena idea que realmente hablaras con él. Se ve majo.

—Y tóxico ¿No regresaba y terminaba con su ex?

—No creas todo lo que dice Internet. Mira, a mí me dicen puta solo por andar con Gavi.

—Pero igual, me lo hubieses preguntado.

—¿Desde cuándo te molesta que un lindo tío te escriba?

Bueno… ¿Y si eso le molestaba a Pedri?

No era nada malo, pero yo no podía decirles que estaba saliendo con alguien y eso significaría seguir con sus filtreos.

—No…

—Solo dale la oportunidad. Puede que te sorprenda.

La mirada de Val era sincera; sonreí tratando de darme confianza y ánimos. Asentí a la vez que mis ojos se topaban con los ojos entreabiertos de Gavi.

—¿Nos estás espiando? —Gavi cerró los ojos y mantuvo esa expresión serena de estar durmiendo—. No te hagas el dormido.

Agarré uno de mis peluches y se lo tiré; seguía con los ojos cerrados, pero sus labios se estaban conteniendo de no reírse.

—Pablo, sabemos que estás despierto —le susurró Val, acariciando su cabello.

—¡Eres un chismoso!

—No es mi culpa que hablen demasiado fuerte —habló él que se hacía el dormido, abrió los ojos y se apoyó contra la cabecera—. Así que te traías muy escondido a João —Me sonrió cómplice, alzando sus cejas y entonando sus ojos en mí.

—¡Cállate, cabezón!

Joder, el universo traía algo en contra de mí. Hace 3 meses nadie me pelaba y ahora tenía a 4 tíos detrás de mí. ¿Qué faltaba? ¿Qué Carlos Sainz venga y se enamore perdidamente de mí? ¿Qué Taylor Swift se case conmigo y me componga un álbum de amor?









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28 de agosto, 2022

El significado de planear una cita e ir toda hermosa y que tu pareja vaya con lo primero que encontró, no era buena señal.

La situación ameritaba un vestido elegante y sexy a la vez y me maquillé con esmero. A diferencia de mí, Pedri llevaba unos pantalones chandals y una camiseta cómoda. Al menos sonreía con calidez.

—Sabes que solo nos quedaremos en casa ¿Verdad?

—Es un evento importante. Te doy mil razones por las que estoy segura de que Taylor Swift anunciará un nuevo álbum.

—O quedarás como una payasa, una payasa muy guapa.

Posó su mano en mi espalda baja y tiró de mí para que entrara. Nuestros rostros estaban a la misma altura y me saludó como era debido. Con un beso.

Entramos al salón donde el televisor ya estaba sintonizado en los MVP. Pedri había preparado todo con cuidado. En la mesa, había un par de cuencos con helado de diferentes sabores y un pequeño paquete envuelto en papel de regalo.

—Tengo una sorpresa para ti.

Me senté, sintiéndome cada vez más agradecida por su consideración.

—¿Una sorpresa? ¿Para mí?

Pedri me entregó el paquete y lo abrí con entusiasmo. Dentro, encontré el maquillaje que había mencionado en una conversación anterior, justo cuando se me había acabado. Mis ojos se iluminaron de alegría.

—¡Es justo lo que necesitaba! ¿Cómo lo supiste? —pregunté, sin creerlo.

Pedri se encogió de hombros modestamente.

—Solo presto atención a las cosas importantes, que la niña caprichosa menciona.

Me llamaba caprichosa, pero lo decía de una forma linda. Nada de reproches, era todo lo contrario, como si me dijera que fuera una princesita consentida y era verdad.

—¡Muchas gracias!

Mientras disfrutábamos del helado, los MVP comenzaron y ambos nos sumergimos en el espectáculo.

Pedri me tomó de la mano, sus dedos cálidos acariciaban los míos, mientras me veía. Podía sentir el pesar de su mirada.

—Carla...

—¿Qué pasa, bebé? —volteé mi rostro para verlo y me encontré con la sonrisa más linda de todo el universo. Le había dicho bebé con el tono de voz más empalagoso del mundo.

—Lo que dicen de nosotros... lo del hotel...

—Me he muerto de la risa leyendo esos comentarios absurdos y deberías ver lo que dicen unas tontas cuentas y lo de tiktok, es que madre mía con todo lo que se inventan.

Reí al recordar los comentarios que me habían dejado en mi publicación. Y lo que decían en redes, la verdad no me importaba porque eran cuentas con usuarios anónimos que lo decía todo.

Aunque hubiese agradecido si tomaban una foto bien y no una foto borrosa en donde solo se ven nuestras espaldas al entrar al hotel.

La sonrisa de Pedri había desaparecido, había apoyado su cabeza en el respaldo del sofá y miraba algo en mi, se le veía pensativo.

—¿Qué pasa?

Pedri volvió a sonreírme, no la misma sonrisa de hace rato, fue diferente y logró que me distrajera cuando señaló la pantalla plana y dijo:

—Mira, Taylor ya va a salir.

La emoción y mis gritos crecieron cuando Taylor Swift salió al escenario.

—¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Taylor te amo!

Había anunciado un nuevo álbum.

Pedri solo me miraba, escuchando mis gritos por lo feliz que estaba. Siguiéndome la corriente y aplaudiendo antes mis gritos.

Pasamos el resto de la noche comentando sobre los premios, riendo y disfrutando de la compañía mutua.

—¿A qué hora viene Fer? —pregunté; tenía cero ganas de irme y fingir que solo éramos amigos.

—Mañana por la noche ¿te quedas?

—¿Quieres que me quede?

—Muero por quitarte ese vestido —susurró, deslizando la tira del vestido 
































Xoxo. Holiiiii

Capítulo 30 😋💌

Qué opinan del capítulo

Carla, Raúl y Bruno

Carla y Pedri.

Ya estamos llegando al final.

Nos leemos pronto.

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