2: Tenía un espacio en blanco y escribiría su nombre

26 de enero, 2022

Ester podía ser el prototipo de chica perfecta, alta, cuerpona, bonita, divertida y extrovertida, sexy y seguiría con miles de halagos, pero, yo era su mejor amiga desde los pañales, conocía todo de ella, sabía que a los cinco años se comía los mocos y me parecía asqueroso y todas esas virtudes se convierten en defectos que conocía como si fueran los míos propios. Su cuerpazo era horas en el gym, pero también con algunas ayuditas del cirujano, lo sexy le salía a lo natural, alta práctica de coqueteo con chicos mayores que solo buscaban una cosa de ella, su divertida personalidad tenía un lado oscuro y aunque quisiera negarlo, sabía que era envidiosa y que hacía lo que sea para obtener lo que tiene entre ceja y ceja, y cuando digo lo que sea es hasta el punto de lastimar a sus seres queridos.

Sabía eso de ella, pero yo aún seguía a su lado. Tenía la mínima esperanza de que recapacitará y así todas volviéramos a ser las mejores amigas.

Estábamos en el comedor, la mesa de los populares. De vez en cuando buscaba a Val con la mirada, pero no la veía. Ni a su nube negra, ni a ella. Sospechaba y estaba 100% segura de que no había venido. Val estaba perdida y si seguía así reprobaría el año. Y a dios a nuestro sueño de irnos a Madrid juntas.

—Carla, estás muy sexy hoy —habló uno de mis compañeros.

Lo miré —¿De verdad? Si llevo el mismo uniforme de siempre.

Recibí una patada por debajo de la mesa. Ahogué un grito y miré a Ester para reclamarle, ella me dio una mirada fulminante. Tenía entre ceja y ceja hacer que un chico quisiera acostarse conmigo. Ella decía que no ponía de mi parte, pero solo era yo misma.

Tampoco era que me importara mucho tener sexo, era normal. Tenía 17, era lo más normal del mundo. Además quería que fuera especial, no en el baño del instituto como me lo insinuaba el chico que estaba a mi lado. Yo manifestaba una primera vez como la de Pablo y Val. Recibí información de primera mano de mi mejor amiga, me contó que fue mágica, perfecta, que sintió mariposas en el estómago y sobre todo que se sintió querida, confiada y única. Yo también quería mi primera vez así.

—Iré por mi almuerzo —informó Pau y se puso de pie. La acompañé, era mi momento para sacarle la sopa completa.

La seguí.

—¿Has hablado con Val? —Se metió una papa frita a la boca y se sirvió una ensalada.

—Se ha distanciado.

Se distanció, pero ellas la apartaron más.

—Ayer te vi hablando con ella — hinqué.

Pau se hizo la desentendida.

—¿Si? No recuerdo.

—Joder, como no te vas a acordar si la seguiste hasta el pasillo.

Me miró —Cierto. Le pregunté por qué se iba, era obvio que el partido la estaba aburriendo.

—¿Me estás mintiendo?

—¿Por qué lo haría?

—Porque sabes que te echaré boca si le dijiste algo malo a Val. Además porque desde que hablo contigo, no me contesta los mensajes, no sé nada de ella y estoy preocupada.

Pau pagó por su almuerzo.

—Y me estás echando la culpa. De seguro no te contesta porque está pasando de ti, deja de pensar en ella, Carla. Valeria ya no quiere ser nuestra amiga, además Ester dice que se está haciendo la víctima.

Porque sospechaba que todo lo que me estaba diciendo Pau eran palabras de Ester.

—¿Te estás escuchando? —pregunté—. Mierda, eres una de sus mejores amigas. Desde niñas, Val está pasando por un mal momento. Su mamá murió.

Se quedó muda.

Yo seguí hablando.

—Valeria se está encerrando. Tiene depresión ¿y sabes lo que hace una persona depresiva cuando nadie la ayuda y está completamente sola? —Se quedó callada—. Se suicida y no sé tú, pero yo quiero ayudar a mi mejor amiga, no quiero ir a otro funeral.

La hice sentir mal. Lo noté en su grisácea mirada. Bajo la cabeza y en un susurro dijo:

—Te lo diré, pero no le menciones a Ester que te lo dije.

—Lo prometo.

—Le dije sobre Gavi, que se estuvo tirando a varias chicas.

Los rumores. Ahora entendía todo.

Las clases terminaron y como mejor amiga tenía que vengarme. Tirarle huevos no era una opción, ya lo había hecho y la sed de venganza seguía presente. Utilice a mis contactos. Le escribí a Nico.

Me:

Estas en BCN?

Nico (mi casi ex):

¿Por?

Me:

Quiero verte

Nico (mi casi ex):

¿Hablas de una cita?

Me:

¿Estás en La Masia?

Nico (mi casi ex):

No, pero visitaré a unos amigos más tarde.

Pero si quieres lo cancelo por ti.

Me:

No

Te veo en La masia

Así jugamos FIFA

Nico (mi casi ex):

FIFA?

Pero si me dijiste que odias eso
Y que prefieres Mario Kart

Me:

Es que quiero entenderte 🥰
Pasas por mí Byeeee

Primera fase del plan. Hecho.

Unas horas más tarde, completaba la segunda fase del plan. Entrar a La Masia.

—¿Dónde quedan los dormitorios?

—En el otro edificio —contestó Nico pendiente de su juego—. Oye vas a perder…

Me daba igual —Es que eres muy bueno ¿Podemos ir a los dormitorios?

—Está prohibido que las chicas suban —Me miró, lo miré y le puso pausa al juego—¿Quieres hacerlo?

Lo único que quería era romperle los posters de fútbol a Gavi y claro tirarle una patada en sus campanas y causarle un Dim Dom. VENGANZA.

—¿Qué quiero hacer? —hablé sonriendo—. Pero lo que quieras, solo vamos.

Me puse de pie y le jalé de la mano. Antes de cruzar por el umbral de la puerta, lo vi. A champiñón. Alias el punto rojo.

—Carla —Me miró sorprendido, miró a su alrededor, esperanzado en busca de Valeria—¿Val ha venido?

—No.

—¿Qué haces aquí?

Cuando lo pregunto justo entraba Pedri y volvió a dejarme embobada. No miento que me quede sin palabras.

—¿No estaba prohibido traer chicas? —dijo y joder, pero que acento.

—Solo en los dormitorios —contestó Gavi.

—¿Y a dónde iban? —preguntó don encanto.

—A los dormitorios —contestó Nico, agarrándome de la mano.

—¿A qué? —preguntó Gavi—Está prohibido.

—Lo dice él que metía a su novia todas las noches a hurtadillas.

—Exnovia —corregí—. Y a lo que vine fue a esto.

Le tiré un puñetazo en la cara. 

El plan A de romperle los posters quedó atrás, también el de dejarlo sin hijos. No era fanática de la violencia, pero por mis amigas MATO (no literal).

—Joder.

—Mierda —Sobé mi mano, dolía—. Mierda, me ha doblado la mano.

—¿Yo? Fuiste tú la que me golpeó.

—¡Te lo merecías! ¡Engañaste a Val!

Digna salí echa furia, al pasar por su lado lo empujé con mi hombro. Sabía el camino de la salida y en todo ese recorrido un mosquito me estaba fastidiando y cuando digo mosquito me refiero a Gavi.

—Ayúdame a hablar con ella. Por favor.

—No.

—Te llevaré a comer helado todos los días. Solo ayúdame a quedar con ella y yo le explicaré todo.

—No.

Se puso al frente mío y no miento que se arrodilló.

—Por favor, por favor, por favor.

Lo rodeé y le grité un gran —¡NO!

Salí de la Masía y gracias a dios Gavi no me siguió, lo hizo para que no lo vieran sus fans. Aunque no había unas cuantas personas afuera. Caminé a la espera de un taxi y en un semáforo un coche se detuvo. Bajo la ventanilla.

—¿Quieres que te lleve?

Ave María purísima. Era ese acento.

A cámara lenta volteé y era él. Era tan apuesto, quedaba hipnotizada con esos ojos.

Mis madres y padre siempre me decían "Carlita no te subas a coches de extraños" pero, que extraño ni que extraño. Yo me subí, pero primero me hice la difícil. Me lo pidió dos veces más y yo ya estaba montada en el coche. Le di mi dirección.

—¿Desde cuándo conoces a Valeria?

—Desde los pañales.

—¿Sale hace mucho con Gavi?

«¿Le interesaba Valeria?»

—Salía. Y se conocen desde el año pasado, fueron oficiales por unos meses, pero luego el innombrable le terminó a mi amiga. Es una señal para que no confíes en los hombres, sin ofender.

Sonreí inocente y el hizo como si no hubiese escuchado lo último.

—Él quiere recuperarla.

—Valeria no está pasando por un buen momento.

—Me enteré de su mamá.

—Fue una noticia muy triste para todos, Martina era alguien más en nuestro grupo —Sí a mí se me apretujaba el corazón de tan solo recordarla, no me imaginaba lo que debía de sentir Val.

—Yo no podría vivir sin mi mami.

«Que tierno. Dijo mami»

—Ni yo.

Mis dos mamis y mi papi eran mi mundo entero. Un poco locos como la familia Adams, pero los amaba.

Me miró cuando se detuvo en un semáforo en rojo —No la dejes sola, necesitará de los buenos amigos.

Ese era el problema.

Pedri notó mi expresión decaída, ya que preguntó:

—¿Qué sucede?

—Es Val. Quiero ayudarla, pero ella se encierra. Literalmente. No me contesta, ni los mensajes, ni las llamadas. Voy a su casa y nadie me abre, intente meterme por una ventana, pero mira —Le enseñé mi rodilla—. Me caí. No quiero que nada malo le pase, ella intentó…

Me detuve, era muy fuerte recordar cómo le fue a Val los primeros días de la muerte de Martina.

—¿Quieres que lo intente yo?

—No creo que te conteste. Pero si tienes una escalera podemos intentarlo —Jugué con mis dedos—. Pensé en que Gavi ayudaría, pero con su gran metida de pata. Pensé que me ayudaría a animar a Val, en verdad ayer la vi sonreír y sonrojarse, hasta habló conmigo, pero luego…

—Él la quiere…

Lo entendí.

—Te ofreciste a traerme para convencerme de ayudar al innombrable.

—No… bueno sí, él me obligó.

—¿Te obligó?

—De cierta forma. El punto es, sí Valeria es feliz con Gavi ¿Por qué no les damos una ayudadita?

—¿Por qué tu amigo es un imbécil?

—No lo niego y sé que estuvo mal lo que le hizo a Val, pero… al menos dejemos que se hablen sus asuntos y quizá queden como amigos. Gavi está preocupado por ella, sus sentimientos son sinceros, lo juro.

Sus ojos me dejaron boba, me quedé mirando. Esa mirada fija, tratando de descifrar que escondían sus ojos marrones. Quizá lo miré tan fijamente que lo asusté, él dejó de mirarme y puso en marcha el coche.

Incómodo y para salir de esa incomodidad no me quedó más remedio que decir.

—Lo pensaré.

Y lo pensé. Acostada en una sandía inflable en medio de mi piscina, mientras comía helado.

Le escribí a Gavi.

Me:

tengo muchas razones por las cuales apoyarte, pero todas esas razones se convierten en caca al saber que te tiraste a otras mientras mi amiga sufría.

¿Dime por qué?

El champiñón que se robó a mi mejor amiga:

quería olvidarla.

Me:

tú fuiste el que terminó con ella

¿por qué terminaste con ella?

El champiñón que se robó
a mi mejor amiga:

escribiendo.

Leí su respuesta. Y solo tuve una palabra que decir.

"IMBÉCIL"

Si tan solo hubiesen hablado, todo sería diferente.

Le dejé en visto y tuve mi debate mental.

Vi que le hice daño al acostarse con otras cuando no estaban juntos, pero también vi al chico que se sonrojaba cuando le tomaba la mano, al chico que le dedicaba goles, al chico enamorado que se leyó su libro favorito para pedirle que sea su novia, al chico que le regalaba libros y la hacía sentir única y amada.

Es por eso que le envié un mensaje.

Me:

te ayudaré.

Me respondió con sus tontos emojis.















5 de febrero, 2022

El champiñón que se robó a mi mejor amiga te ha enviado un mensaje.

El Champiñón que se robó a mi mejor amiga: Mañana tengo partido
😁

Me: buen día

El Champiñón que se robó a mi mejor amiga: buen ddía🙂

Como te decía.

Mañana tengo partido.

Me: bien por ti

El Champiñón que se robó a mi mejor amiga: 🙄🙄🙄

¿Quieres ir?

Me: No soy mucho de fútbol. La verdad, además que pereza ver a tíos ir por una pelota

El Champiñón que se robó a mi mejor amiga: pero me dijiste que me ayudarías con Val 😫

Me: Te he dicho lo poco que sé

El Champiñón que se robó a mi mejor amiga:
Me pusiste, "ella está bien"

Me: Es lo que me dijo. Te recuerdo que por tu culpa se ha encerrado más, ni siquiera va a clases.

El champiñón que se robó a mi mejor amiga: por eso debes de ayudarme, le explicaré todo.

Me: y que crees que ayudará si voy a tu partido. Genio

El Champiñón que se robó a mi mejor amiga: llevas a Val y yo me encargo de lo otro. Genia.

Me: aaa ya entendí
Veré lo que hago.














6 de febrero, 2022

Pedri te ha enviado un mensaje

pedri

Gavi me dijo que irás al partido

carlanunier

Me apasiona el fútbol

«Mierda ¿por qué dije eso?»

pedri

Supongo que te veré 😆













Horas más tarde ya me encontraba en casa de Val. Milagrosamente había contestado mis mensajes. Quedamos en estudiar, la estuve poniendo al día en unas materias y luego le dije que para relajarnos deberíamos salir. Después de tantas súplicas, ella aceptó.

Entre a su armario y vi como tenía tantas muchas camisetas del Barça con el nombre de "Gavi" detrás. Después de todo fueron novios, y ella aún seguía teniendo sus camisetas. Elegí uno. Me quité la blusa que llevaba y me puse la camiseta azulgrana, si Gavi me veía iniciarán sus burlas, pero le dije a Pedri que me apasionaba el fútbol y necesitaba meterme en el papel.

—¿Por qué llevas eso? —preguntó Valeria al verme salir de su armario.

—Daah pues iremos a verlos.

—¿Qué? No, no —Se cruzó de brazos.

—¿Por qué?

—No voy a ver a Gavi, nunca más.

Que le llamara Gavi y no Pablo significaba que era un asunto serio.

Champiñón tenía que esmerarse.

—No vamos a ver a Gavi, vamos a ver al Barça vs. Atlético de Madrid.

Se estuvo negando, dije algunas mentiras y luego de decir:

—Él no te verá. No sabe a dónde vamos. Anda vamos.

Claro que la vería. Claro que sabía que íbamos, sí el mismo me dio las entradas.

Seguí insistiendo y ella aceptó. Vi en su mirada que quería verlo y tenía la esperanza de que él no la viera. La vio. Mierda la vio y le dedicó dos goles.

Juro que si Gavi y Val no fueran mis papis, yo caería enamorada ante champiñón. Entendía la obsesión de todas esas niñas hacia el jugador, era un fenómeno y era tan romántico con Val. Caí. Pero era de Val.

Chillé. Ese día conocí a Sira, alta, castaña, novia de un jugador del Barcelona, Val me la presentó y no miento cuando digo que las dos chillamos ante tal declaración de amor.

El partido terminó y yo ya me había acabado mi quinta coca. Necesitaba ir al baño, Sira me acompañó, ya que tenía un pasé Vip que colgaba de su cuello.

Me: Gaviii

Ya dejé a Val sola.
Haz lo tuyo.
No lo arruines.

El Champiñón que se
robó a mi mejor amiga:

Voy.

Entré al baño, hice mis necesidades y luego acompañé a Sira a que saludara a su novio. Entró a los vestidores y yo me quedé afuera. Me sonrojaría si veía a muchos tíos buenorros sin camiseta.

Para mi mala suerte o mejor dicho buena suerte. Me encontré a mi nuevo galán.

—Carla ¿Verdad?

Sé sabía mi nombre. Chilló.

—Pedri ¿Verdad?

Obviamente que sabía su nombre.

Sonrió asintiendo.

—¿Qué te ha parecido el juego?

Pues la verdad solo veía a tíos correr por la pelota.

—Bien —me limité a decir—. Enhorabuena por la victoria.

—Gracias.

Nos miramos, era una mirada que decía mucho. Pero no la entendía. Solo me ponía nerviosa.

—Gavi y Val ya están hablando.

—Rezo para que no la riegue. Aunque con lo romántico que fue sé que ha ganado puntos.

—¿Romántico?

—Le dedico dos goles, Gavi siempre le dedicaba goles a Val cuando eran novios y de una manera indirecta le quiere decir que quiere una segunda oportunidad. También le regalaba sus camisetas, el armario de Val está lleno de dorsales. Es algo de ellos y es lindo.

Quiero que eso me pase.

Y creo que lo dije en voz alta, ya que en cámara lenta vi como Pedri se sacaba la camiseta y me la entregaba. No miento cuando digo que me quede con la boca abierta.

—No he metido ningún gol, pero te puedo dar mi camiseta.

Yo me quedé petrificada.

—Nos vemos, onditas.

Su dedo se enredó en una de mis ondas. Tiro suave y pasó por mi lado.

—Madre mía.

Me ha regalado su camiseta.

—Tía —Sira me sacó de la ensoñación—. Haremos una fiesta por la victoria ¿Te apuntas? Le diré a Val.

Dio un paso para ir hacia donde dejamos a nuestra amiga. La detuve.

—Está hablando con Gavi, démosle unos minutos.

—Vale.

Supimos que la charla entre los dos tortolos acabó al ver a Gavi acercarse a nosotros. La sonrisa de felicidad que llevaba se podía ver hasta la chica, iba sin camiseta y sudado. Pasó de mí.

Se detuvo al ver mi espalda y me miró burlón. Regreso dos pasos.

—No sabía que eras mi fan —Me tiró un beso volado y entró a los vestidores.

—Creído.

Fui a donde Val y me la encontré toda embobada. Entre sus manos también llevaba una camiseta, salvo que era la de Gavi. Charle con ella y le hice saber sobre la fiesta. Rezaba para que me dijera que sí y así poder saber más sobre Pedri, pero me dijo que no. Me dijo que si quería yo podía ir, pero me quedé con ella, porque sabía que por su cabeza estaba pasando un sentimiento de emociones. Me quedé con ella y fuimos a una cafetería, fue la mejor decisión porque pude entablar una conversación de más de dos palabras con mi amiga.

—Estamos muy conectas. A ambas nos dieron una camiseta, solo falta que un futbolista me dedique un gol. Diosito, solo hazme uno. Hazme novia de un jugador de fútbol o piloto de f1, prometo ser la mejor botinera o wag —Miré hacia el techo e hice como si estuviera rezando.

Hablamos, ella me contó sobre los problemas de dinero que tenía y que quería buscar un trabajo.

Gavi salió en las noticias y se llevó toda nuestra atención. Lo que dijo, terminó de derretir a Val. Íbamos por buen camino, era cuestión de días para que esos tórtolos estén dándose como cajón que no cierra, digo dándose amor.

Mi chófer vino a buscarnos, llevé a Val a su casa y luego fui a la mía. Estuve descansando un poco hasta que decidí ver mi celular.

siramartinez ha empezado a seguirte

Le devolví el follow

Empezaste a seguir a siramartinez

Vi que tenía historias. Hasta me había puesto en close friends. Woah. Le correspondí.

Vi sus historias. Estaba en la fiesta. Se veía divertida y me entraron ganas de ir, pero más ganas tenía de dormir. Las ganas de dormir desaparecieron al ver un tremendo bombón y sí, hablaba de Pedri. Llevaba una chaqueta negra que combinaba con su cabello revoltoso, me daba vibes de fuck boy.

Fuck boy ¿será verdad?

Me vestí. Como normalmente lo hacía para ir a fiestas.

Le escribí a Sira. Bueno le contesté su historia.

Has contestado la historia de siramartinez

carlanunier

Guaaaapa

¿Aún está en pie la invitación?

Siramartinez

Obvioooo

Trae alcohol

Te paso la dirección.

Bingoooo.

Lleve una de las botellas más caras de jager de papá. Pedí un taxi y en menos de lo previsto ya estaba tocando la puerta de la casa.

Un chico que se me hacía familiar me abrió.

—¿Eres?

Sonreí como niña exploradora.

—Carla Elizabeth Nunier, un gusto —Le tendí mi mano, él la aceptó y me miró como si no me conociera. Y no me conocía, así que era algo loco encontrar a una extraña en la puerta, tendiéndole la mano y dándole una botella de alcohol—. Sira me invitó.

La nombrada apareció —¡Carla, llegaste!

Me metió a la casa y me llevó a donde era la fiesta. Se escuchaba la música a alto volumen y las luces eran de colores, como las de una discoteca. Miré a caras conocidas, amigos de Gavi, los mismos amigos con los cuales había compartido baba. Mierda, una borracha yo se besaba con todo chico que le pareciera guapo.

Retrocedí para huir.

Sira me detuvo.

—Chicos, ella es Carla.

Nico. Fermin. Balde. Ansu. Biel. A los cuales me había besado, me miraron junto a otros chicos que no conocía. Fueron segundos de incomodidad, pero lo supe manejar con una espectacular sonrisa y agitando mis dedos en forma de saludo. Me devolvieron la sonrisa, una sonrisa que decía mucho. Admito que me pusieron nerviosa.

—Sabemos quién es —habló uno de ellos.

Sonreí inocente. Vale, los besaba y luego los ghosteaba sino pasaban la prueba, la prueba era Taylor Swift. Solo una canción, no pedía mucho.

Sira me presentó a los que no conocía, a su novio, Ferrán y a otros amigos.

Hablé con los chicos y creo que no había resentimiento alguno. Charle con Sira y era una tía super divertida, olía a nueva amiga. Bebí una copa, pero no mucho, no quería terminar besándome a otro amigo de Gavi. Aunque si es Pedri no me quejo.

El chico que me abrió la puerta se sentó a mi lado.

—¿Cuántos años tienes? —preguntó mirándome. Seguía haciéndome muy familiar.

—18 —Mentí bebiendo de mi copa.

Sentí unas manos en mi hombros y luego escuché la voz de Gavi.

—Mentirosa, si tienes 17, niñata.

Me morí de la vergüenza.

—Pero en unos meses cumplo 18 —Trate de cubrir mi mentira.

El chico soltó una risita.

—Por cierto, me llamo Fer.

Fer. Mierda. No era nada más y nada menos que el hermano de Pedri.

—Car-Carla —Gavi apretó mis hombros y se rió de mi tartamudeo. Entre dientes farfullé—Cállate —Lo agarré de la mano como si lo fuera a acariciar, lo pellizque.

—Auch.

Se separó de mí, me dio esa mirada de culo y yo todo lo contrario sonreí angelical. Se fue, sobándose la mano.

—Linda casa —dije para iniciar una conversación.

—Gracias, tratamos de no quemarla todos los días.

Me quise reír escandalosa por lo que dijo, mantuve la compostura.

—¿Vives aquí?

Era la casa de Pedri.

—Sí. Con mi hermano, Pedri.

—¿Pedri es tu hermano? —Me hice la sorprendida, como si no lo hubiese stalkeado.

—¿No notaste el parecido?

Escaneé su rostro —Se parecen.

Joder. Por eso se me hacía familiar, lo podía confundir con tal facilidad.

—Vale, sí se parecen mogollón.

Charle con él. Y en una de esas le pregunté por mi objetivo.

—¿Y tú hermano?

—No es mucho de fiestas, de seguro está arriba.

«Así que arriba»

«¿Y si subimos?»

Como decía mi mejor amiga. La que tiene miedo a morir, que no nazca.

—Oye ¿Me prestas tu baño? Porfis.

—Claro…

No lo dejé terminar, me puse de pie y me fui en busca del baño. O más bien de la habitación de Pedri.

Tenía un plan. Tocaría la puerta y luego le diría "Pensé que era el baño, sorry" él me detendría, me invitaría a pasar y ... lo que tenga que pasar.

Subí a la segunda planta y solo di unos pasos cuando me tope a Pedri. Llevaba la misma ropa de hace rato, su cabello se veía más destinado. Me miró. Actué nerviosa.

—Hola…

—No sabía que vendrías.

—Planes de último minuto. Por cierto ¿Dónde está el baño? —pregunté.

—Es el último del pasillo.

—Gracias.

Fui al baño. La puerta estaba abierta y noté la presencia de Gavi junto a una chica que no conocía. Era rubia, rubia fresa. Hablaban y era más que obvio que la chica se le insinuaba. Saqué mi móvil y empecé a grabar, escondiéndome en un muro.

—Pablo…

—Te he dicho que es Gavi —Apartó la mano de la chica de su hombro—. Escucha, Cayetana. Estoy cansado…

—Te puedo animar —Intentó besarlo, Gavi se apartó.

Aplaudí mentalmente.

—Te dije que podíamos seguir siendo amigos, pero que no pasaría nada entre nosotros. Estoy enamorado de otra chica y ella es mi mundo. Lo siento, pero lo único que puedo ofrecerte es una amistad.

—Vale —La chica se acercó provocativamente a Gavi, él no dio señal de querer tocarla—. Cambiarás de opinión, guapo.

Se fue. Y no me vio.

Él que si me vio fue champiñón. Miró a la cámara.

—¿Me estás grabando?

—No, bueno sí —Salí de mi escondite—. Necesitaba pruebas si te tirabas a esa rubia teñida, pero vaya que la apartaste. Te regalo un aplauso. Bravo, champiñón —Aplaudí.

—¿Cómo me has llamado?

—Campeón.

—¿Se lo vas a pasar a Val? —preguntó mirando mi móvil.

—No quiere saber nada de ti.

Le dolió lo que dije. Sus ojos con destellos de lágrimas me lo confirmaron.

—Me ha pedido un tiempo.

—Lo sé.

Retrocedí para irme. Me lo impidió.

—¿Crees que me perdone?

Sus ojos hablaban. Se notaba lo cristalino y desesperado que estaba por saber mi respuesta. Le hice un ademán para que me siguiera, ambos nos sentamos en la escalera.

—Valeria siente que no hay nada que perdonar, ustedes dos terminaron y seguiste con tu vida. Lo que le duele fue el momento, Gavi. Y se de primera mano todo lo que sufrió Val cuando Mar murió. Ella te estaba esperando y quizá las cosas hubiesen sido diferentes si la apoyabas.

Bajo la mirada. Sospechaba que se iba a quedar callado, es por eso que le pregunté.

—¿Por qué lo hiciste?

Gavi pensó en lo que diría, se tomó segundos y empezó con un tartamudeo.

—Yo… yo pen-sé… yo pensé que ella no quería verme y en parte es mi culpa. Le terminé el mismo día en el que se enteró que su mamá iba a morir. Me sentí culpable e idiota de hacerle eso a la niña más dulce del mundo. De verdad quería abrazarla, quería estar para ella, pero a la vez que no quería lastimarla, no iba a tener el tiempo suficiente para estar con ella y me iba a odiar por lo que hice, porque absurdamente le pedí que fuéramos amigos ¿Cómo mierda podíamos hacer amigos? Si lo único que quiero hacer al verla es besarla, abrazarla y decirle que todo estará bien. No tuve valentía para verla destrozada. Que capullo que soy, entiendo si ya no quiere saber nada de mí. Pero por favor Carla, no la dejes sola.

Su mirada gritaba sinceridad, un destello de lágrimas y una gota de ellas caía por su mejilla izquierda. La limpio con su mano y me miró fijo esperando mi respuesta.

—No lo haré, Gavi.

Nunca había visto a un hombre llorar. Siempre eran los macho alfa sin sentimiento que nunca lloraban. Gavi fue el primer chico que vi llorar, era sincero y realmente le preocupaba mi amiga. Entendía el porqué Val lo amaba.

Abracé a Gavi. No sé por qué lo hice, pero tuve esa necesidad. Él también me abrazó y no pude evitar llorar.

—¿Por qué lloras? —murmuró al separarnos.

—Porque tu estas llorando.

Le saque una sonrisa. Y él limpió mis lágrimas, su tacto fue suave y lindo. 

—Gavi… —Nos sosteniamos la mirada—¿Es el momento en el que me besas?

Quise grabar su rostro en ese momento. Como su expresión cambió a una de terror. Estallé en risas.

Riendo locamente hable —Debiste ver tu cara —continúe con mi risa—. Que imbécil ¿En verdad crees que te besaría? Joder, sí en un futuro seras mi cuñado.

—Tonta… —Me miró con un brillo en los ojos que me dio ternura—¿En verdad crees que Val y yo nos casemos

No mentía cuando dije:

—Joder, sí. Si tienen las vibes de ser de esas parejas que se casan y tienen una gran familia. Y como ustedes follan como conejos, les veo mínimo con 10 hijos y 3 perros.

Sonrió de oreja a oreja como si le hubiesen dicho la mejor noticia de todos.

—Claro, si no vuelves a cometer una burrada —Le di una colleja.

—¡Oye!

—Si cometes una burrada, date por seguro que Val se casa y tendrá miles de hijos con Charles Leclerc.

—No se que le ven a ese tal Charles.

—¡Hello! Es guapo, sexy, millonario, piloto de f1, tallado por los mismos dioses, divertido ya dije que es extremadamente sexy.

—Cállate.

—El sueño de Val es montar un Ferrari.

—Le compraré uno —Me saco la lengua.

Con picardía y alzando las cejas añadí —Y no hablo de coches.

La cara le cambió a una de expresión nula.

Me reí y me puse de pie. Bajamos las escaleras y a mitad de ellas, le pregunté por una duda que tenía.

—¿Por qué follaste con otras?

Me miró dudoso de contestar a la pregunta, le transmití confianza y respondió.

—Porque los hombres la mayoría de veces solo piensan con la polla.

—Sabes que eres idiota ¿Verdad?

—Lo sé.

Paso uno de sus brazos por mi hombros. Fue un gesto de ¿amigos? Sí, amigos.

—¿Carla?

—¿Qué, idiota?

Me miró risueño —¿A cual de mis amigos te besaras?

Llegamos a la primera planta y por obra del destino mis ojos dieron con ese hombre de cabello negro, ojos marrones, una sonrisa de infarto y esa barba de 3 días que me incitaba a sentirla áspera en mis mejillas.

Oh por dios miren a ese hombre.

—A él —contesté sin dudarlo.

Champiñón siguió el camino de mi mirada.

—¿Pedri? —Estaba tan hipnotizada mirandolo que Champiñon tuvo que poner su mano en mi mejilla y obligarme a mirarlo a los ojos—. Como novio de tu mejor amiga estoy en el deber de decirte que es un error.

—Eres el "Ex" de mi mejor amiga.

—No por mucho tiempo.

—Lo besaré —dije decidida. Tenía esa confianza que hasta iba caminando hacia donde se encontraba.

Gavi me detuvo.

—Es un error.

—Cállate.

—Te romperá el corazón.

—No lo sabes.

—Lo conozco y él también piensa con la polla.

Joder. Confieso que me quedé sin saber que decir por unos segundos. Pero, las palabras de Gavi hicieron eco en mi mente, luego por algo de mi cerebro lo escuché con la voz de Pedri y me pareció sexy.

Me encogí de hombros —No me importa que me de como cajón que no cierra.

—Carla. Es un error.

Continúe con mi camino, mi destino era Pedri.

En mi mente empezó a sonar la obra maestra de Taylor Swift. Black space.

Nice to meet you, where you been?
I could show you incredible things
Magic, madness, heaven, sin
Saw you there and I thought
Oh, my God, look at that face!
You look like my next mistake
Love's a game, wanna play?

New money, suit and tie
I can read you like a magazine
Ain't it funny? Rumors fly
And I know you heard about me
So hey, let's be friends
I'm dying to see how this one ends
Grab your passport and my hand
I can make the bad guys good for a weekend

So it's gonna be forever
Or it's gonna go down in flames?
You can tell me when it's over
If the high was worth the pain
Got a long list of ex-lovers
They'll tell you I'm insane
'Cause you know I love the players
And you love the game

'Cause we're young and we're reckless
We'll take this way too far
It'll leave you breathless
Or with a nasty scar
Got a long list of ex-lovers
They'll tell you I'm insane
But I've got a blank space, baby
And I'll write your name

Tenía una larga lista de chicos a los cuales había besado. Tenía un espacio en blanco y escribiría su nombre. Denlo por hecho.














Xoxo. Segundo capítulo

Fíjense en los detalles y aten puntos

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Nos leemos pronto

Ig: ancovi12
Tiktok: ancovi12

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