17: Nunca
16 de junio, 2022
¿Alguna vez han salido de un examen y han sentido alivio?
Un peso menos.
Y cero preocupación, mi confianza en los estudios estaba al 100%. Recién acaba de salir y yo estaba segura de que había aprobado con la mayor nota.
Luego de lo de Málaga y de ese futbolista que no voy a mencionar ni su nombre, me concentré en estudiar, mi mente solo era letras, números y Taylor Swift.
Vi a Valeria salir y corrí hacia ella. Su rostro reflejaba todo lo contrario a mí y supe que se había quitado el peso del examen, pero que había aumentado varios pesos de preocupación. Enrede mis brazos en su cuerpo y la abracé, Valeria media un metro sesenta, para mí era muy chiquita y fácilmente se dejaba abrazar como un osito.
—¿Cómo te fue?
—¿Bien? —La duda estuvo presente en su respuesta pregunta—¿Y a ti Bruno? —Miró al larguirucho de Bruno que salía con un lápiz detrás de la oreja y mordiendo a otro.
Se sacó el lápiz de la boca y se encogió de hombros.
—Creo que seré el que tenga el mejor puntaje.
—No, esa seré yo. Brunito —Estire mi brazo y le aplaste un moflete.
Iniciamos una discusión entre quien salía mejor, hasta que nos vimos interrumpidos por la voz de Ester llamándome. Fingí no escucharla y me puse en marcha. No le hablaría ni en sueños y estaba pensando seriamente en darle unfollow.
Bruno y Val me siguieron, entramos al coche y el chófer se puso en marcha y para mi mala suerte, pasó por el lado de Ester.
—¿Hay una pelea entre las inseparables? —le preguntó Bruno a Val, su voz salió en un intento de susurro.
Fuimos a mi casa, mis padres estaban de viaje por trabajo, la casa estaba sola y aproveché para celebrar.
—¿Una fiesta?
—No es solo una fiesta, Bruno. Es la FIESTA.
Invité a colegas, ellos trajeron a mis amigos y en menos de dos horas mi casa ya estaba repleta de jóvenes revoltosos. Había comida y bebida, buena música gracias a un DJ que contraté. No sé de dónde sacaron las pistolas de agua, pero cuando salí al jardín me mojaron. No me moleste, me reí y fui a ponerme un bikini para tirarme a la piscina junto a las personas que se tiraban con ropa y todo. Baje y en el salón, vi a Raúl hablar con Val, ella sonreía, mientras él intentaba convencerla de bailar.
Di un gran trago a mi copa de alcohol y me dieron ganas de besarme con alguien. El alcohol ya estaba dando ese efecto. Miré a todos lados, buscando al afortunado, pero lo único que encontré fue a Bruno, se veía gracioso al lado de la lámpara, bebiendo de su vaso descartable. Nuestras miradas chocaron y él alzó su vaso, saludándome. Me iba a acercar, para charlar, cuando uno de los de seguridad me llamaron.
—Señorita, Carla —Volteé a verlo—. Hay dos jóvenes buscándola afuera.
—Déjelos pasar, es una fiesta. ¡Todos a divertirse!
Gritaron en porra, alzando sus vasos
—Son los chavales que pidió no dejar pasar.
—¿Quiénes? Quiero nombres.
—Los innombrables, señorita Nunier.
Lo último que me faltaba.
—No los deje pasar.
Di media vuelta para regresar a la fiesta y volver a olvidarme de cierto futbolista. Pero el segurata me llamó.
—Uno está amenazando con saltar la verja.
Gavi. Era tan insistente y cabezota que estaba 100% segura de que no se iría hasta entrar a esta casa.
—Ya me encargo yo.
Salí de la casa y me conduje hasta llegar a la verja. Ni siquiera me molesté en abrir la puerta, hablé por el intercomunicador.
—No he pedido, pizza. Se pueden ir.
Espero que lo hayan entendido.
—Carla, nos deja pasar.
Era la voz de Pedri. Dios ya dije su nombre.
—Disculpa ¿Eres?
—Podemos pasar.
—Es una fiesta privada, de amigos.
—Pero somos amigos —dijo Pedri dándole más martillazos a mi corazón.
Escuché el sonido de un empujón, deducía que era Gavi empujándolo. Que le dé un puñetazo y hablamos.
—Es una fiesta privada, solo pueden pasar los que tengan 17.
—Genial, venga tía. Ábreme la puerta, yo tengo 17, Pedri tú te puedes ir.
—Y estudien en mi instituto —añadí.
—Déjame pasar, Carla. Por favor.
—¿Dime que quieres?
—Quiero hablar con Valeria, está ahí ¿verdad?
—No, se fue con Raúl —mentí—. Ya te puedes ir, sin cerebro.
—Me cago en la puta, Carla, ábreme la puta puerta.
—Adiós.
—Carla, espera ¿Podemos hablar? Venga tía, te traje helado.
Abrí la puerta, mi corazón tomó las riendas y cuando lo vi, supe que aún seguía un sentimiento presente.
—¿Qué quieres?
—Toma —Me dio el bote de helado—¿Puedo pasar?
Mi cuerpo y corazón decían sí, mi cerebro decía NO.
Me tenté y suavicé el agarre de la puerta, el corazón iba ganando, pero mi cerebro me mostró aquella escena en el hotel de Málaga.
—No, en verdad. Es una fiesta privada, hay mariguana de por medio. Chau.
Cerré la puerta, dejándolos con la boca abierta.
—No los deje pasar —Le avisé al guardia y seguí mi camino, escuchando de atrás los gritos de Gavi diciendo que lo dejé pasar.
Él ni siquiera insistía.
¿O es que respetaba mi decisión o no le importaba?
Estaba convencida de que era la segunda opción
Regrese a la multitud de enfrente y busque a Valeria para hablar con ella, necesitaba un confidente y un gran concejo. Valeria era escritora y muy sabia, no estaba en su mejor momento, pero yo me había leído todos los libros que escribía y tenía perdidos en su portátil.
Fui a la parte del jardín, había más gente, caras que conocía y otras que ni en sueños había visto. Estuve por la piscina, cuando un tío alto y flaco pasó corriendo, llevándome consigo a la piscina. Pegue un grito que se transformó en una risa, el tío empapado a mi lado, era nada más y nada menos que Bruno.
—Perdón, perdón… yo solo…
No siguió al escucharme reír como una loca.
“¡TODOS AL AGUA!” gritó una voz masculina, se escucharon gritos y varios “Ploc” al tirarse. Salpicaron agua y yo juguetona le hice una zambullida a Bruno, quien se veía demasiado gracioso con toda su ropa negra mojada. Estuvimos jugueteando, riendo y supe que ya era momento de irme cuando mis dedos estaban arrugados. Caminé hacia la orilla, donde un chico rubio me miraba con unos ojotes verdes. Amable me tendió la mano y sé que Raúl y yo no éramos los mejores amigos y que apenas nos conocíamos, ya había venido antes a mi casa, a estudiar y pasar el rato, pero no teníamos confianza y aun así, tire de él, tirándole a la piscina.
Me salí del jardín, dejando mojado el piso por donde caminaba. Seguí buscando a Valeria. No la encontré en donde antes estaba con Raúl, una chica demasiado borracha me dijo que la había visto ir arriba. Supuse que estaría en mi habitación, cerré la puerta al pasar y el sonido de arqueadas se escucharon desde atrás de la puerta del baño. Entré sin pedir permiso.
La imagen que vi fue la de una amiga con su cabeza metida en el inodoro. Arrojaba lo que sea que había comido. No me consideraba una persona asqueada, yo ya estaba acostumbrada a devolver la comida luego de una gran borrachera, era la peor sensación y de tan solo verla vomitar se me apretó el estómago. Corrí a sostenerle el pelo, estuvimos así por más de 10 minutos, hasta que ella jaló de la cadena, cerró el inodoro y se volteó para dejar caer su cabeza hacia atrás.
—¿Te has comido esos rollitos que estaban en la nevera? Iban días ahí, perdona.
—No…
—¿Entonces?
Los ojos se le nublaron, bajo su mano a la altura de su vientre y acarició ese lugar ¿Acaso ella? ¿Habría un mini champiñón?
—Creo que estoy embarazada.
—Mierda. Mierda y más mierda.
—Carla, no ayudas —Se veía cansada.
—¿Es de champiñón verdad?
—Es de él o del espíritu santo —confesó con humor echándose a llorar—. Soy un desastre, tengo 17, apenas puedo con mi vida y ahora tengo a alguien dentro de mí.
—Tendrás la ayuda de Gavi, se puede ver bien inmaduro, pero te quiere y querrá a mi sobrino o sobrina —Acaricié su vientre.
—También tiene 17 y una carrera, esto… Joder, ni siquiera quiere algo serio conmigo.
Ay dios. Los inventos de la niña. A estas alturas Pedri y ella estaban compitiendo por ser la persona más ciega del mundo.
—¿Qué nombre le pondremos? —Se encogió de hombros y negó, se le veía asustada, pálida—¿Quieres que te tire de las escaleras? —dije para hacerla reír—. No tengo problemas, puede quedar como un accidente.
—Carla… —Soltó aire y apoyó su cabeza en mi hombro—. Primero debo de hacerme una prueba.
—¿Y sabes cómo se hace? —me alcé de brazos—. Yo quisiera ayudarte, pero no tengo idea.
—Sí sé. Mamá me lo enseñó —Su voz fue un susurró de nostalgia. La abracé y le di ánimos, porras que la hicieron reír.
—¿Crees que…? —Señalé su vientre…
—Puede, hemos tenido sexo. Siempre usamos protección, bueno en Málaga no, tome una pastilla...
Problemas de los cuales me libro. Ventajas de que nadie me haga caso.
💌💌💌
Convencí a Valeria de bajar a la fiesta. Había llegado más, más gente, por un segundo pensé en el desorden que tendría que limpiar mañana. Deje de pensarlo, tendría ayuda.
La música retumbaba en mis oídos mientras entraba a la abrumadora ola de luces y risas. Decidí sumergirme en la pista de baile, dejando que el ritmo me envolviera, tratando de ahogar la sombra del chico que aún ocupaba mis pensamientos.
Cada paso de baile era como una pequeña victoria contra el dolor. Entre risas y luces intermitentes, me perdí en el éxtasis de la noche. Mis pies seguían el compás, y mis preocupaciones quedaban atrás en cada movimiento. Bebía alcohol y le daba a Valeria, pero recordé de su posible embarazo y cada vaso que le daba me lo terminaba tomado yo.
—No es mucho…
—Es como una limonada —Me justifique y seguí bebiendo, mientras sacudía mis caderas.
Con cada trago, las barreras que me impedían disfrutar se desmoronaban. El alcohol se convirtió en mi confidente, y cada sorbo era un intento desesperado de borrar su recuerdo, el helado, el pez, los paseos, los pésimos chistes y la música de Taylor.
En una mala jugada de la cabeza, la imagen de mi amiga fornicando con el chico que aún ocupaba mi mente me golpeó como un balde de agua fría. Intenté ignorar la punzada en mi pecho, pero el dolor se intensificó. Bebí más, decidida a escapar. Y alcohol supo a querer besar a alguien. Dispuesta a olvidarme del innombrable, encontré unos labios dispuestos a besarme. Sus labios se unieron a los míos en un desesperado intento de desconexión, de olvidar. Sabía a alcohol.
Bajo las luces parpadeantes y el eco de la música, nos perdimos el uno en el otro. Pero al final, fue solo mi coche de escape.
17 de junio, 2022
Amanecí dormida en la bañera de mi baño. Sentía el cuerpo pesado, la boca seca y martillazos en mi cabeza.
Necesitaba saber la hora, busqué mi móvil. No lo encontré, estaba en bikini. Con el cuerpo pesado, me puse de pie y me caí. Ahogué un llanto de dolor y volví a incorporarme. Llegué a mi habitación y vi a Valeria dormida en el sofá, fui a despertarla y entré sus “mhm” Le dije que se pusiera en la cama. Se echó a dormir, cobijándose y abrazando una almohada.
Encontré mi móvil cargando y vi que eran las 3 de la tarde, tenía suerte de que mis padres vendrían mañana.
Revise el móvil, bastantes llamadas, mensajes, notificaciones de Instagram y tiktok. Me había hecho un poco viral y la palabra “poco” se quedaba corta.
Me miré al espejo, era un desastre y lo tomé como una oportunidad para grabar contenido y mostrarme realmente como era, nada de filtros, nada de estándares de belleza que hacían sentir mal.
Acomode mi sitio.
Y empecé a grabar.
“Get Ready With Me para ir a desayunar, bueno a almorzar teniendo resaca”
—Bueno, ante todo ir a ducharse.
Terminé de grabar, en medio de todo el proceso Valeria se despertó y fue a ocupar mi baño, me dio risa verla despertar con un nido de pájaros en la cabeza y un antifaz que era mío. Quede lista con un sutil makeup y baje a ver el desastre que para mi buena suerte, las chicas de la limpieza me habían ayudado. Les diría a papá que les dé un gran bono.
—Son las mejores.
Esperé a Valeria para ir a desayunar, fuimos a un local cerca a la playa, estuvimos charlando, me ayudó a elegir fotos y a editar el video para tiktok, al terminar fuimos a una farmacia para una prueba de embarazo.
Valeria volvió a vomitar por los nervios o por el feto, digo la bendición de mi sobrino, asqueroso.
En el baño de mi habitación, Valeria me tiró la prueba de embarazo, luego de haber orinado y esperar los minutos que se volvieron eternos.
—¿Puedes verlo?
—Claro.
Baje la mirada y vi una raya.
Mierda. Tenía un bebé. Una raya, un bebé.
Busque las palabras adecuadas para decírselo.
—No te preocupes, empezaré con los preparativos para el baby shower.
Mis palabras no fueron alentadoras, la castaña se echó a llorar, repitiendo una y otra vez que era un desastre.
Corrí a abrazarla, acaricie su melena castaña y peine su flequillo. Por obra del destino o por lo intenso que era Gavi, el móvil de Valeria empezó a sonar y no era más y nada menos que champiñón.
Después de todo, tenía razón al decir que sería el padre de mis sobrinos.
—Contéstale.
Debían arreglar el pleito. Valeria no me lo había contado, pero sus caras en el aeropuerto lo dijeron todo.
—No quiero, sabrá que me pasa algo.
Señalé su panza. No era notorio, pero se entendía a lo que me refería.
—Me dirá que debo de tenerlo y no…
—¿No quieres tenerlo?
—¿Me ves? No puedo mantenerme estable por más de una semana entera.
—La terapia…
Gavi seguía llamando.
Desvíe la llamada.
—Anímate y piénsalo, tu mamá —Me callé, hablar de su mamá era un tema delicado y no quería deprimirla más—. Gavi es un buen tío. Y ustedes tienen la pinta de ser esa pareja que se conocieron de críos y terminan casados con más de 10 hijos y muchos perros. Anímate, solo es una rayita, un bebé.
—¿Qué?
—¿No quieres tener 10 hijos?
Valeria me miró entrecerrados los ojos.
—¿Cuántas rayas vistes?
—Mmm una, un baby.
—¡Una raya!
—¡Un bebé! ¿Por qué estamos gritando?
—Joder, Carla. Me has dado el peor susto —Caminó por el baño y negó, me volteó a ver y me dijo—. Una raya es negativo. Dos rayas, es positivo.
—¿Entonces no seré tía?
—Para tener el mejor promedio, no eres muy inteligente que digamos.
—¿No hay bebé?
—Salió, negativo. Gracias a Charles Leclerc.
Se le vio aliviada, me quitó la prueba de embarazo, la envolvió en papel higiénico y la tiró a la basura.
—Vale, entonces no seré tía.
—No —Me abrazó—. Gracias por estar aquí.
Me abrazó y yo aproveché para abrazarla más fuerte y besarle la mejilla, se lo hacía mucho cuando era niña. Repartía amor, Valeria también lo hacía, pero ya no se puso empalagosa como antes, pero yo sí.
—¿Cómo sabes eso de las pruebas?
—Mamá me lo enseñó, hace unos meses también tuvo uno de esos sustos. Pero resultó ser estrés, mamá se rio y luego…
La abracé antes de que se pusiera a llorar.
—Tuviste la mejor mamá del mundo.
—Era la mejor.
Su madre murió. Hace meses, ya casi un año. Fue una gran rotura el mundo de mi amiga, en el mío también, pero trataba de recordarla de la mejor manera. Pensar en ella como la grandiosa mujer que era, me enseñó tanto y me dio ese sueño de algún día ser como ella, me dio el amor de la arquitectura, creo que de ella saque el querer estudiar esa carrera.
Carla nunier ha subido un nuevo tiktok
Carla Nunier un pedacito de mi rutina mañanera 🫶🏻💛
🤍21k 💬1k
Lu1989 silencio que mi íntima amiga va a hablar
Pablitopg3004 🤨
Emmatv que gloss usa
Fanspedri convence a Pedri de hacer un tiktok
Pablitopg3004 que tinte usas?
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Valeria se iba a quedar a dormir. Salimos a comer afuera y estuvimos charlando, hablamos sobre Madrid y el apartamento. La notaba un poco rara, más de lo habitual, pero creo que se debía al susto de su casi embarazo.
—¿Ya tienes listo el discurso para la graduación? —Me pregunto al llegar a mi habitación.
No había escrito un discurso, pero ya tenía todo okay.
—Sí. El mejor de todos.
—Y yo que te quería ayudar ¿Me lo enseñas?
—Será una sorpresa, por cierto —La miré entusiasmada—. Debemos de ir a ver un vestido para la graduación.
Yo ya tenía el mío, pero estaba segura de que Val no lo tenía.
—Aurora me escribió para lo mismo, me dijo que iba a venir a Barcelona, especialmente para esto.
—¡Qué linda! Vamos las tres juntas —Ir de compras era un planazo—¿Tienes pareja?
Deducía que no era Gavi.
—Sí, un amigo ¿Y tú?
Yo pensaba preguntárselo al innombrable, pero dadas las circunstancias, a lo único que lo invitaría era a tirarle un puñetazo.
—No. Supongo que iré sola o…
El móvil de Valeria nos interrumpió. Era champiñón.
—Contéstale.
—No.
—Al menos hablen y arréglenlo, porfis.
Le hice pucheros y le rogué. Había hecho mucho para que ellos estén juntos y después de todo, no aceptaría otra pelea.
Valeria abrió la boca y me contó lo que pasó en Málaga. El móvil seguía sonando, era Gavi, yo fui la que le contestó.
Escuche su voz…
—Me contestó, tío.
—Ves, te dije que lo haría —Era esa voz.
—Aló, ¿Val?
E hice lo que siempre quise hacer, cantarle a un tío we are never ever getting back together. Y aunque era para champiñón, sabía que lo estaba escuchando Pedri. Le puse más ánimos a mi interpretación por él.
—Quédense callados, escuchen y entiendalo.
I remember when we broke up, the first time
Saying: This is it, I’ve had enough! ‘Cause, like
We hadn’t seen each other in a month
When you said you needed space (what?)
Then you come around again and say: Baby
I miss you and I swear I'm gonna change, trust me
Remember how that lasted for a day?
I say: I hate you, we break up, you call me, I love you
Ooh, ooh, ooh, ooh, ooh
We called it off again last night, but
Ooh, ooh, ooh, ooh, ooh
This time, I'm telling you, I'm telling you
We are never, ever, ever
Getting back together
We are never, ever, ever
Getting back together
You go talk to your friends
Talk to my friends, talk to me
But we are never, ever, ever, ever
Getting back together
Ugh, so he calls me up and he’s like: I still love you
And I'm like, I'm just
Yeah, I mean, this is exhausting, you know?
Like, we are never getting back together
Like, ever!
Colgué.
Xoxo. Hola ¿cómo están?
Muchas gracias por las 100k a vistas. A por más 🫡
Como les prometí le traigo un maratón 🤗🤗🤗
Al final del capítulo de seguro Pedri y Gavi de fueron a buscar el significado de la canción 😂
Por cierto ¿después de un examen son como Carla o como Val?
Yo como Val 🙃🫠
Cuéntenme que les pareció el capítulo ¿cual fue la parte que más les gustó?
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Maratón 1/2
Ig: ancovi12
Tiktok: ancovi12
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© a n c o v i 1 2
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