14: Estás enamorada♡


30 de junio, 2022

One look, dark room
Meant just for you
Time moved too fast
You play it back
Buttons on a coat
Lighthearted joke
No proof, not much
But you saw enough

Small talk, he drives
Coffee at midnight
The light reflects
The chain on your neck
He says: Look up
And your shoulders brush
No proof, one touch
But you felt enough

La mañana siguiente amaneció con una luz suave que se filtraba por las cortinas, y los rayos del sol acariciaban el cuarto. Desperté con una sonrisa, recordando la noche mágica que acababa de pasar. Pedri estaba a mi lado, y la conexión entre nosotros parecía haberse profundizado aún más. Mis ojos se abrieron más cuando escuché los golpes en la puerta y a papá llamándome.

—Levántate —Lo moví. Pedri frunció el ceño y se movió entre las sábanas, pero la voz de mi padre le hizo abrir los ojos de golpe. El rostro de pánico de Pedri que yacía a mi lado en la cama reflejaba mis propios nervios. La voz de mi padre resonó desde el otro lado, y no había tiempo que perder.

—¡Rápido, rápido! —susurré, sacudiéndolo para que se despertara más. —Me meteré en líos si te ve.

Pedri se incorporó rápidamente. Sus ojos, aún adormecidos, se vieron llenos de urgencia. Sin perder tiempo, lo levanté y lo guíe hacia el armario, rogando que mi padre no notara nada extraño.

—Carla, el desayuno está listo —llamó mi padre nuevamente.

—Uh, sí, papá, estaré allí en un momento —respondí con la mayor naturalidad que pude.

Cerré el armario con suavidad, conteniendo la respiración mientras mi padre continuaba esperando afuera. Mis manos temblaban mientras me dirigía hacia la puerta y la abrí. La mirada de mi padre pareció buscar algo inusual en la habitación, pero aparentemente no notó nada extraño. Después de un momento de tensión, se fue, dándonos espacio para respirar.

Abrí el armario, liberando al chico con una mezcla de alivio y risas nerviosas.

—Eso fue muy, muy cerca —susurró, con una sonrisa divertida.

—Lo sé. Mi papá no sabe que pasaste la noche aquí, y preferiría que siguiera siendo así.

—¿Y cómo me voy?

—A hurtadillas.

Al oído le susurré cómo tendría que salir de mi casa sin que nadie lo viera.




































💌💌💌

















Luego de la escuela tuve una visita inesperada, aunque debí suponer que él vendría a verme. Mi padre no estaba en casa y aproveché para tener una charla más privada con champiñón en mi habitación.

—¿Se enojó mucho contigo?

—Fue a verme, me gritó y me dijo que ya no quería volverme a verme... pero luego... En la noche fue a verme a La Masia y...

Se contuvo de lo que dijo, guardó silencio, bajó la mirada, tomando una lenta respiración. Se le veía angustiado y cansado.

—¿Qué pasó?

—Tuvo un ataque de ansiedad

Los recuerdos de la cafetería vinieron a mi mente, ella no respiraba.

—Pánico. Lo sé.

—¿Lo sabías? ¿Por qué no me lo dijiste?

—Es algo personal, pensé que ella te lo diría...

—No me lo dijo, ella no habla conmigo. Solo por esas estúpidas y magníficas cartas que ella vuelve a ser la misma, pero luego... ella solo... ella solo...

No encontraba las palabras y la impotencia se veía en lo cristalino que se estaban volviendo sus ojos.

—Está bien, Gavi. Ven, siéntate —Ambos nos sentamos en la cama, le sobé la espalda para tranquilizarlo y preocupada por mi mejor amiga, quise saber más sobre lo que pasó—¿Cómo sucedió?

—¿Qué?

—El ataque ¿Qué estaban haciendo?

—Nosotros... estábamos... gritando...

—¿Se estaban peleando?

—No. Estábamos... Mhm, viendo una película...

—¿Una película? ¿De verdad?

—No... o sea... sí.

—Vale —Lo miré con rareza y noté un rubor en sus mejillas.

Raro.

Pensé en una solución y la única que se me venía a mi mente era obligar a mi amiga a ir a terapia. Era lo mejor, hablar con alguien, resolver el rompecabezas y encontrar su paz.

—Debe de ir a terapia, pero conociéndola, de seguro no quiere.

—Es terca, yo ya se lo dije y... —Se me vino una grandiosa idea—. Si se lo dices tú, tal vez te haga caso.

—Sospecho que no soy su persona favorita. Díselo tú.

—Bromeas, ella te ama. Díselo, te hará caso.

Lo convencí de lo que se lo dijera. Estuvimos charlando sobre lo sucedido y sin tener el permiso de Valeria, sacamos una cita con la mejor psicóloga de la ciudad.

—¿Tienes algo más que contarme? —preguntó Gavi, esperando una verdad de mi parte.

Negué, mintiendo. Él no se dio cuenta, solo se fue de mi habitación dándome un beso en la cabeza y diciéndome que cualquier cosa se la podía contar. Estaba 100% a lo que se refería sobre Valeria, la quería proteger.

Me eché a mi cama, pensando si yo estaba cuidando a mi amiga. Por mi mente pasó el recuerdo de los días posteriores a la muerte de Martina, su mamá. Se hundió, muchísimo peor, no iba a la escuela, apenas comía y un día, después de terminar las clases, fui a verla, le llevé apuntes y los últimos chismes de nuestra vida social. Ella estaba durmiendo, en plena tarde, algo normal para una persona que quería huir de su realidad. Entre en pánico al ver un bote de pastillas para dormir, a su lado y por más que la sacudía, no se despertaba. El pomo de pastillas estaba vacío, ella estaba pálida y con una respiración lenta, los nervios me entraron y entre llantos, llamé a una ambulancia.

Mis padres fueron a verme al hospital, los médicos habían estabilizado a mi mejor amiga. Se encontraba con vida, pero aquella mirada café dejó de verse brillosa.

Ella necesitaba ayuda, yo me empeñaba en darle la mano, por más que muchas personas me decían que ella no ponía de su parte, que no podía ayudar a alguien que no quería salir de ese hueco. Yo no dejaría que la dulce niña que conocí en el jardín de niños se perdiera.

Sentía mi rostro húmedo, la sensación de estar llorando me revolcó. Necesitaba hablar con alguien, le mandé un mensaje a la persona que me entendería.

"¿Podemos hablar?"

Me contestó en un par de minutos.

Abracé a Pedri apenas me vino a ver. La casa estaba sola y aproveché el silencio de entre las paredes para llevarlo a mi habitación. Mis ojos rojos e hinchados, la humedad de mis mejillas eran una muestra de que había estado llorando. Temía que mi rostro reflejará la fealdad de mi vulnerabilidad, pero ese temor desapareció al recordar que Pedri ya me había visto llorar otras veces y en ese momento yo buscaba consuelo.

Me había imaginado perder a mi mejor amiga, sin verla, si ella se va. Sospeche que estaba en la cúspide de mi dramatismo o solo tenía las hormonas alborotadas a causa de que quizá en estos días me venga la regla.

—¿Qué sucede?

Respiré hondo y le conté lo que me mantenía penando, mis padres y Benjamín lo sabían, pero no hacían nada al respecto. Yo era la única que lo sabía y hacía algo al respecto, tenía un temor y de tan solo imaginarme de que se volviera a pasar, me daba una crisis de llanto. Estaba en esa crisis de imaginarme muertes y quedarme dormida con la cara mojada ¿Alguna vez les ha pasado?

—Eres una tía extraordinaria, Carla.

Limpie mis lágrimas.

—¿Me cuentas un chiste?

You can hear it in the silence (silence), silence (silence) (you)
You can feel it on the way home (way home), way home (way home) (you)
You can see it with the lights out (lights out), lights out (lights out)
You are in love (in love), true love (true love)
You are in love























💌💌💌























1 de junio, 2022

Le envié un último mensaje a Pedri, ya se iría a la concentración con la selección española, era lo que me dijo.

Me:

Todos mis mejores deseos. Y no te olvides de lo que me dijiste. Muac

😘😘😘

Continúe maquillándome, me aplique el rubor y escuche toques en mi puerta. "Adelante" dije pensando que sería una de las nuevas ayudantes de la casa que contrato una de mis madres. Estaba equivocada, la puerta se abrió y Valeria se dejó ver.

—Hola... ¿Puedo pasar?

—Pasa.

Dejé caer la brocha y sintiéndome culpable por la pelea, hablé de paporreta.

—Perdóname, soy una bocaza... yo solo quería ayudar y salió todo un desastre...

Tomó asiento a mi lado y negó con la cabeza, creí que no me perdonaría y que vendría a decirme que nuestra amistad había acabado, pero solo era yo y mis alucinaciones dramáticas.

—No debes disculparte.

—¿No estas molestas?

—Lo estoy, estoy molesta con todo a decir verdad, pero eso no es tu asunto... y por lo otro, solo querías ayudarme, Pablo quería ayudarme y yo no les pedí ayuda, y aun así me han quitado un gran peso de encima. Soy una malagradecida y tú eres muy metida y Pablo piensa que es un príncipe que viene a rescatarme, Lo odio, te odio y muchas gracias por lo que hiciste —Me miro a los ojos y acarició mi mano—. Perdóname por gritar en la escuela, también si soy una pésima amiga. También quiero decirte que no me gusta que me paguen las cosas, todo internet piensa que me aprovecho de Pablo y...

—Ignóralos.

—No es fácil, todo el mundo me odia solo por estar con Gavi. Es algo que debo de hablar en terapia...

—¿Iras?

Gavi la había convencido.

—¿Volvieron? —pregunté emocionada.

—No... no soy buena para él.

—¿Qué dices, tía?

—No hablemos de Gavi... —Me miró y acomodó mis pinzas que sostienen los mechones de pelos—. ¿Puedo maquillarte?

Asentí.

And Serena and Blair they do besties better than anyone.

Me maquillo como era de costumbre, nos conocíamos de por vida, ella sabía resaltar mis rasgos, sabía a la perfección mis tonos y todo lo que me favorecía. Quede maravillada de como quede, me eche el fijador y miré a ver a Val.

—Tu turno.

Retrocedió y negó. Yo moria por cubrir esas ojeras e hidratar esos labios.

—Paso.

—Pero...

—Iré directo a mi cama, no me apetece desmaquillarme.

—¿No tienes planes?

—Leer.

—Bueno, puedes quedarte.

Ella negó, buscando incomodar. Me daban ganas de gritarle que no me incomodaba, que ella era como mi hermana.

—No quiero incomodarte, además ya tienes planes.

—En verdad no. Solo me maquillaba porque estaba aburrida, pero ya que viniste podríamos ir a dar una vuelta. Venga, vamos.

—No...

—No acepto un no como respuesta, además aún no te perdono y si quieres mi perdón, tendrás que ir conmigo.

Sonreí de oreja a oreja, una sonrisa confiada que se agrandó más al recibir una respuesta positiva.

Fuimos a ver una película de comedia romántica, la conexión y ese poder de la amistad seguía presente entre las dos. Caminamos por la ciudad, ella me graba algunos tiktoks y me tomaba fotos, las risas no faltaron y aquella sensación de amor era lo mejor del mundo. Nos detuvimos en unas tiendas, en unos meses atrás teníamos el récord de ser unas compradoras impulsivas, yo lo seguía teniendo a decir verdad, pero ella, ella solo observaba. Llegamos a una parte de lencería y la pillé viendo un conjunto rojo.

—Gavi va a flipar, debes de comprarlo.

—No...

—Comprátelo, se va a desmayar. Luego me cuentas para reírme, no omitas los detalles por favor.

Se puso colorada, mientras yo pedía a una trabajadora la talla para Val.

—Carla —Mi nombre salió como un regaño—. Es muy caro —susurró.

—Yo te lo regalo, tómalo como un regalo de bodas y no digas que no, porque lloro.

—Carla, en verdad es mucho.

—SHHHH. Solo hago mi trabajo de cupido, pero no me hagas tía, por favor.

—Ni lo menciones —susurró apenas audible.

Lo había escuchado, pero acaso ¿esas palabras tenían doble sentido?

—¿Qué dijiste? —pregunte para qué soltara la sopa. Pero Valeria tenía candados en su boca.

—Que tú también te debes de comprar uno —Miro el mostrador y señaló uno—. Es perfecto para ti.

Me crucé de brazos y entrecerré los ojos.

—Se te olvida algo.

—¿Qué?

—Mi vida sexual aún no nace, es más hasta mi perra tiene más sexo que yo... —Mi voz bajó al notar que unas cuentas viejas me estaban mirando—. Perdonen, si quieren me pueden presentar a sus nietos.

Se fueron rodando los ojos y murmurando "Las jovencitas de hoy en día".

—¿Y?

—La lencería no es solo para mostrársela a los hombres.

—Lo dice la que tiene un champiñón con un champiñonsito esperándote.

—Es para sentirnos guapas y queridas, además —Se acercó a mí y bajando la voz como si se tratara de un secreto, me dijo—. Puedes darte, placer tu sola.

La cara me ardió, vi a Valeria y ella estaba roja, estaba segura de que en mi blanca piel se notaba más.

—Valeria, ya extrañaba esta faceta tuya, tía —La abracé—¿Me enseñas unos trucos?

Se puso más roja.

—¿Podemos pasar por otra tienda?

—¿Qué otra tienda?

—Esas tiendas de... de maquillaje...

¿Maquillaje? Ella se puso más roja, su pálida piel había cogido sangre. Entendí.

Compramos el conjunto rojo para Val, y yo me pedí tres conjuntos, uno rosa, uno blanco y uno dorado, dejaría este último para una situación especial. Fuimos a la otra tienda que pidió Val y entre diferentes rubores en nuestras mejillas, decidí comprarme una brocha. Una brocha y otra cosa.

Fuimos a cenar, yo quería ir a un lujoso restaurante donde servían las mejores pastas, pero Valeria me dijo que ella invitaría la cena y me llevó a una cafetería a la que solíamos frecuentar, era la misma en donde ella trabaja y si, ahí estaba Raúl. Detrás de esa barra. Mis ojos enamoradizos lo vieron, se veía tan apuesto, era muy apuesto y me preguntaba por qué mi amiga no mordía esa manzana de la tentación.

—Carla —Valeria me llamó, se dio cuenta de mi mirada hacia su amigo—. Puedes pedir lo que quieras, yo te invito.

—Unas papas fritas no estarían mal.

—Raúl —La sonrisa se le agrandó al chico, al vernos, al verla ella. Se acercó a saludar, le dio dos besos y por cortesía me los dio a mí.

Deje de mirarlo. Yo ya había superado ese flechazo. Espero que él me haya superado, porque lo mío con Pedri iba muy en serio, faltaba poco para que se me declare, sospechaba que cuando nos volviéramos a ver, luego de esta distancia entre los dos, se daría cuenta de que no debe de perder el tiempo conmigo y seríamos novios. Iría a verlo a sus partidos y sería esa novia que apoya en todo a su amorcito.

Estaba soñando despierta y desperté por culpa del rubio que me preguntó qué quería tomar.

—Coca Cola.

—Light.

—No, Iuuuu.

—Vale —dijo de malas ganas, como si yo no existiría —Y tú un café ¿Verdad?

Sospechaba que no le caía. Su tono de voz amargado, esa mirada juzgadora y el hecho de que solo me decía monosílabos.

—Me conoces.

Se fue alejando y cuando desapareció en la cocina, solté la bomba.

—Le gustas.

—No, somos amigos.

—Amigos, si él quiere follar.

—Por dios, Carla.

—Vale, vale. No debí usar esas palabras, mejor así... quiere algo contigo.

—Ya pareces Gavi, con sus tontas sospechas.

—Los hombres enamorados tienen ese sentido.

—Dirás los celos. No hablemos de eso.

—Pero... ¿De verdad no quieres hablar de Gavi? Es que te puedo ayudar a desenredar el hilo.

—No... está muy bien desenredado. El destino nos tendrá un camino, tal vez...

El destino o una mejor amiga llamada Carla. O sea yo.

—Vale.

Planeé un encuentro ¿Y si íbamos a ver a los chicos? En los últimos días, estarían en Málaga, unos boletos de avión, reconciliaciones, de paso veo a Pedri y puede que se me confiese.

El plan quedó a medias en mi mente, Valeria me llamó.

—¿Tienes algún pretendiente?

«Lo supieras si no me dejaras en visto» pensé y no lo dije.

Quise decirle lo de Pedri, quise chillar, pero por alguna extraña razón no se lo dije, preferí quedármelo.

—No.

—Bueno, yo tengo una opción.

—¿Así?

«Si dice Pedri, saltó en un pie»

—Raúl, es perfecto para ti. Es educado, guapísimo, divertido y...

Me reí.

—No me pilla, es más. Creo que no le caigo bien.

—Es tímido.

—O me ha juzgado por la marca de mi bolso. En fin, superado.

—No. Escucha —Me agarro de las manos—. A cualquier tío volverías loco, eres superdivertida, hermosa, mira esos ojos, ese pelo, esos labios y ni hablar de la forma en como eres. Cualquier tío quisiera estar contigo de forma sexual y de forma romántica.

Sus palabras subieron más mi autoestima.

Tomé con gracia la situación y miré atrás mío.

—Yo no veo a nadie haciendo fila.

—Graciosa y allá viene tu nuevo galán.

Raúl venía con nuestros pedidos, patatas fritas para mí y una grasienta hamburguesa para Val. Mi gaseosa y ro café de mi amiga

—Disfrútenlo.

—Oye, Raúl —Valeria lo llamó y él se quedó a escucharla—¿Sabías que Carla va a estudiar arquitectura igual que tú?

Me atraganté con la patata y bebí de mi coca cola, tosí y me avergoncé por la escénica.

Se suponía que yo era cupido, no Val. Yo era la bocaza, no ella.

—Genial ¿A qué universidad irás?

Le respondí con un tartamudeo ¿Por qué con un tartamudeo?

—Raúl va por una beca, aquí en Barcelona —Se metió Val—. Te puede ayudar ¿Verdad Raúl?

La miro a ella y noté el compromiso en su mirada al decirme "Claro, puedes llamarme" nos dejó con la excusa que debía de ir a lavar platos, aunque huía porque estaba segura de que él sospechaba que querían emparejarlo conmigo.

—Qué pesada. Pero, te amo —Besé su mejilla—. Aun así no lo vuelvas a hacer o al menos avísame, así le doy mis ojitos coquetos.

Pestañeé. Ese pestañeo que le daba a Pedri. Mi Pedri.

—Oye, tía... —Iba a iniciar con mi plan—. ¿Estás estresada por el examen?

—No lo menciones por favor.

—Lo tomo como un "Estoy estresada, Carla. Llévame a Málaga a ver a mi amado Champiñón".

—No he dicho eso.

—Pero bien que quieres.

No lo negó.

Fuimos a casa, la invité a dormir y antes de pasar por las escaleras, mis padres me detuvieron como una criminal.

—Señorita, no nos avisaste que saldrías.

—¿No? Pero si les dije ayer —mentí—. Pero como no me prestan atención, no se acuerdan.

Ya denme un puto Óscar.

—Carla... —Ese tono de voz de mi padre, me daba escalofríos. Pero como yo era la princesa de sus ojos, no debía de tener miedo.

—Solo tendré una pijamada con Val, porfa. Estamos agotadas, déjanos ir a descansar.

—Estoy seguro de que Benjamín debe de preguntarse dónde está su hija en estos momentos.

Valeria soltó mi mano, la volteé a ver. La palidez volvió y la sonrisa que se había formado por nuestra salida, se desvaneció.

—Debo de irme, Carla. Muchas gracias por esto.

Las palabras de mi papá habían hecho que Val se vaya, lo conocía, conocía sus indirectas bien directas.























💌💌💌



















2 de junio, 2022

Aún no tenía carnet, ni siquiera sabía conducir y lo más fácil era pedirle al chófer que me llevara, pero tenía el día libre y mis padres no estaban, se habían ido. Pedir un taxi era una opción, pero no tenía tiempo para esperar. Había muchos peros y una solución, tomar prestado uno de los coches de papá. ¿Qué tan difícil sería conducir?

Vivía cerca de la casa de Val, no fue difícil, ignorando el hecho de que tiré un par de botes de basura. Llegué sana y salva a la casa de mi amiga, esperé y al ver que no salía, le marqué. Antes de que contestara, recordé que por las tardes trabajaba. Maldije y me puse en marcha. Ir hasta la cafetería, sería todo un reto. Fui con cuidado, lento, y recibiendo miles de gritos, pude respirar tranquila cuando llegué y le mandé un mensaje, avisando que ya estaba en el aparcamiento. Recibí su respuesta, a los minutos la vi, miraba por todo su radar y tuve que sacar mi cabeza por la ventanilla, llamarla y obtener su atención.

La invité a subir, miró el coche y a mí, se subió al asiento de mi lado. Me miraba sin entender ¿Por qué rayos manejaba yo una camioneta?

—Papá me prestó su coche —mentí para que no se preocupara y dándole un toque de diversión al asunto, añadí: —Esperemos que un policía no nos paré.

La llevé a la clínica y me cercioré de que entrara a terapia. Esperé la hora y ella salió, su rostro era neutral, ni un destello de lágrimas, ni una mueca de frustración. No expresaba nada, así que le pregunté.

—¿Cómo te fue?

—Bien.

La llevé a su casa y sin tirar ningún bote de basura, llegue a la mía. Se me complicó mucho llevarlo al garaje, pero lo logré, luego de miles de maniobras. Agarre el bolso para bajarme e ir, pero mi móvil. Me estaban haciendo una videollamada, vi el nombre y rápidamente, arregle mi cabello, retoque mi labial y conteste.

Era Pedri y tenía el móvil demasiado cerca.

Me daban ganas de depilarle sus pobladas cejas, las cuales se fruncieron.

—¿Estás qué conduces?

—Conducía.

—Pero no tienes carnet.

—Un mínimo detalle.

—Estás loca.

—¡oye!

—¿Y si tuvieras un accidente?

Su rostro expresaba preocupación a través de la pantalla del móvil. Quise decirle que eso no había pasado y que solo había tirado unos botes de basura, pero su cara enojada y preocupada, me hizo sentir como una niñita siendo regañada.

—Conducir sin licencia no es solo imprudente, también es ilegal.

—No es para tanto —susurré sintiéndome como una niñita—. Solo fue un corto paseo —mentí—. Y por una buena causa, no te enojes.

Sus cejas se relajaron.

—Eso espero ¿Y por qué lo hiciste?

—Necesitaba ir a un lugar y no había quien me llevara —Me encogí de hombros y puse los ojitos de niña arrepentida.

—No lo vuelvas a hacer, cuando regrese y no tengas a nadie quien te lleve, yo lo puedo hacer —Todas las alertas se encendieron en mi cabeza, ya estaba sonriendo de oreja a oreja, mostrando mi perfecta dentadura.

—Te tomaré la palabra y por cierto, no me olvido que te debo una cena.

—Nos vemos, mejor amiga.

Sé lo que significa.

Él está enamorado.

Si o sí, necesita ir a Málaga a verlo jugar.

Su preocupación y todo lo que pasaba entre los dos, la conexión, las bromas, las risas, las miradas, un silencio que me  decía todo, las chispas volar. Yo las veía.

Estás enamorada.

Estoy enamorado.

You kiss on sidewalks
You fight, then you talk
One night, he wakes
Strange look on his face
Pauses, then says
You're my best friend
And you knew what it was
He is in love

You can hear it in the silence (silence), silence (silence) (you)
You can feel it on the way home (way home), way home (way home) (you)
You can see it with the lights out (lights out), lights out (lights out)
You are in love (in love), true love (true love)
You are in love

































💌💌💌














3 de junio, 2022

Se me daban bien los estudios, era la mejor de mi clase y aunque era medio floja, siempre tenía sobresalientes. El año escolar ya estaba pronto a acabarse, el examen de selectividad ya estaba en la esquina, me sentía preparada y tenía esa dichosa idea en mi mente de tomarme unos días libres y regresar para el examen. Por el momento, debía de ayudar a Valeria con sus estudios, estaba en una cuerda floja.

Mi habitación se había vuelto el cuarto de estudios, Bruno había venido y se había quedado sorprendido por mi colección de discos de Taylor Swift y su merch. Nos tomamos un descanso para merendar y sacar el tema de mi plan.

—¿Y si nos vamos de viaje?

—¿Y estresarme más? No gracias.

Ese era Bruno y su amargo humor.

—Estamos rodeados de exámenes, Carla —dijo Val, dándole un mordisco a su emparedado de palta.

—Lo sé, pero tenemos los últimos hasta el 9 y luego tendremos días libres antes de la selectividad....

—Los cuales debemos de aprovechar para estudiar —Me interrumpió Bruno.

—Pero ya hemos estudiado mucho. Leí una vez que no debíamos de sobreexplotar el cerebro antes de un examen importante y que es mejor unos días de relajo. Así no estaremos estresados.

—¿Dónde lo leíste? ¿En tiktok? —dijo sarcástico Bruno.

—Eres un pesado.

Rodó los ojos y farfulló un "Tengo razón"

La verdad es que me había inventado.

—¿Qué opinas Val?

Pillé a mi amiga dándole otro gran mordisco a su comida.

—Yo... —Masticó y pasó lo que tenía en la boca y dijo—. Pues... ¿A dónde quieres ir?

—Valeria Martina, tú eres la menos adecuada para seguirle el juego —Se metió Bruno.

Le tiré uno de mis peluches para que se callara.

—Pues... —Me hice la pensativa cuando en realidad ya hasta había hecho una reservación de hotel—... Málaga...

—¡Por dios! Estoy seguro de que hasta ya tiene reservaciones en el hotel, lo hace para ir a ver a su...

—¡CALLATE! —Le tiré otro peluche que él lo esquivó con facilidad y como niño chiquito, se cruzó de brazos e hizo un berrinche—. Tengo entradas, no las quiero desperdiciar, además sería apoyar al país.

—Si eso dice —dijo entre dientes Bruno.

—Es... es buena idea ¿Qué dices Bruno?

—Tengo trabajo —farfulló

—Pide permiso, yo pediré permiso —dijo Valeria y chillé al escucharla.

Sospechaba que mi mejor amiga ya estaba volviendo.

—Solo porque quieres ir a ver a tu futbolista por un par de polvos, Valeria.

—Bruno, no seas un cochino —Esta vez fue Valeria la que le tiró un peluche—. Y solo quiero ver a Pablo jugar.

—¿No se llamaba Gavi?

—¡Cállate!

Seguimos estudiando por una hora más, deje a Valeria batallando con un libro de matemáticas y me acerque a Bruno.

—Si no tienes pasta, te puedo prestar...

Bruno me miró por encima de su libro y lo cerró, negando.

—Ay venga. No mientas, bien que quieres ir a ver el partido.

—Quiero verlo, pero también tengo responsabilidades, Carla. Detrás de mí no hay empresas de papi que protejan mi futuro.

—Bru...

—Gracias, en verdad. Pero necesito estudiar y tengo trabajo, sería divertido ir... pero...

—Tienes responsabilidades. Lo pillo y que conste que yo no soy una niña de papi.

—No, eres la tía pija y caprichosa de papi.

4 de junio, 2022

Boletos de avión "listo"

Habitación de hotel "Listo"

Permiso de padres mintiéndoles que Benjamín (El padrastro de Val) nos iba a acompañar "Listo"

"La familia de Gavi" manteniéndonos el secreto "listo"

maletas

Nada más me faltan las maletas y todo estaría listo.

Iba a ser una sorpresa, así que ni Pedri, ni Gavi, lo sabían. Solo Aurora y sus papás.

Estuve viendo outfits que llevar y decidí que lo mejor sería ir de compras, de paso me compraba una camiseta de la roja con el dorsal de Pedri. Estaba 100% de que regresamos a Barcelona siendo novios.

Tocaron la puerta de mi habitación y luego de gritar delicadamente un "Pase" Ester entró.

—Tus padres me dejaron entrar, cari.

Sonrió medio triste y me preocupé al verla sin un rastro de maquillaje, seguía viéndose hermosa. Ester era sinónimo de diosa griega con o sin maquillaje. La conocía para saber que era la clase de tía que aprendió a maquillarse desde los 10 años, pocas veces era la ocasión en la que salía al natural, podría decir que hasta se veía tierna.

—Hola —Le sonreí.

Ella se acercó y en sus ojos vi la rojez de un llanto.

—¿Qué pasó?

—Lo de siempre, mis padres —Confesó y se echó a mi lado, contenía las lágrimas haciéndose la fuerte, pero yo la conocía y podía ver esas lágrimas que se asomaban y ella disimulada las limpiaba—. No han venido, se suponía que tenían que venir, mamá debía de ayudarme con mi vestido de graduación, el de baile, lo de la universidad. Se suponía que tendría que venir hoy, ni me llamaron, yo lo hice y me dijeron que ni siquiera estaban seguros de si podían venir a mi graduación.

Se hizo fuerte para que no la abrazara y consolará, de igual forma lo hice.

—Pero no importa, vale. Las dos iremos por un vestido...

De hecho... Mi madre estaba confeccionando mi vestido. No se lo dije, para no hacerla sentir mal.

—Claro.

—También deberíamos hacer más planes, me tienes muy abandonada, Carla —Me regañó—. Todo por estar con ese pringado y la Santa....

—Ester —dije su nombre lento para que no empezara con su discurso.

—Vale, vale. No digo nada, pero debemos de hacer cosas juntas. Vamos a una fiesta y este finde debemos de ir a ¡IBIZA!

—De hecho... yo...

—Si es por tus padres, no te preocupes. Ellos me aman, yo los convenzo.

—De hecho me iré a Málaga, pero si quieres puedes ir.

Yo y mi bocaza.

Pero el lado bueno, podía hacer que Ester y Val vuelvan a ser amigas. 

Y yo vería a Pedri.

































































Xoxo. Nuevo capítulo!!!!

Cuéntenme que les pareció el capítulo?
Su parte favorita? Y que opinan de todo lo que esta pasando 😍😍😍

Recomienden la historia para que crezca, siganme en redes. Hablamos por tiktok o ig

Nos leemos pronto

Ig: ancovi12
Tiktok: ancovi12

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 ©  a  n  c  o  v  i  1  2

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