"Los adoro Haru, Sen"

Haruchiyo y Senju eran dos infantes cuando conocieron a Takeomi.

Lo primero que recordaban de él fue un chico más grande que ellos, cabellos negros cortos, ojos cian con una mirada rara…

Se presentaron con efusividad correspondiente a dos infantes de su edad, pero a la vez sin bajar la guardia.

Bunko pasó a ser su padrastro y Takeomi su hermanastro mayor… pero lo querían como si fuera su hermano de sangre.

Takeomi era bastante tranquilo y cerrado cuando estaba con ellos, pero con el tiempo comenzó a abrirse.

Aunque había veces que hacía o decía cosas raras. Como las veces que murmuraba entre sueños y comenzaba a llorar, cuando eso pasaba los dos se metían en la cama con él y lo abrazaban…

Eso ayudaba al mayor.

Los dos querían mucho a Takeomi.

Ambos en su plena inocencia no sabían que su adorado hermano estaba mal. Y por quererlos a ambos él se arriesgaría para que estén en paz.

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"¡Te adoro Tora!"

Kazutora tenía oficialmente tres años cuando conoció a su media hermana mayor.
Eran bastante parecidos en algunos aspectos.

Pero Tora tenía vitalidad infantil, cosa que le faltó a su hermana en el pasado.

Kazutora veía a Kuma absorta en sus tareas y deberes y a veces quería ayudarla, no entendía las cosas pero sentía… sentía el querer estar con ella.

Ya con cinco años podía ver a su hermana más contenta… feliz.
Amaba ver la sonrisa de su hermana.

Ella era como una luz andante, siempre allí presente.
Aunque algunas veces su mirada se iba a un punto fijo, ignoraba si su madre le llamaba pero luego terminaba disculpándose.

No sabia que era, pero no le gustaba verla triste por lo que siempre iba a verla si estaba bien y la abrazaba.

Eso siempre surtía efecto y la sonrisa de ella volvía.

Kazutora quería mucho a Kazukuma.

En su plena inocencia él no sabía que su adorada hermana se quebraba bajo su sonrisa. Y por protegerlo, ella priorizaria la de él sobre la suya.