8: Un día casi normal.

ADVERTENCIA: Este contenido es sólo para entretener, se me ocurrió a mi y solo a mi, cualquier parecido con otras historias es mera coincidencia.

Se advierte de escenas o lenguaje no aptas para todo público. Se recomienda mantener la discreción.

A continuación habrá muchas referencias.

Muy bien ahora si ya, que empiece la función.

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Volviendo a la situación actual...

- ¡¿QUÉ TE PASA IDIOTA? ¿TU TAMBIÉN QUIERES UNA PALIZA?! -contesta el sujeto con hostilidad y rabia mientras logra zafarse de su agarre-.

Carlos: No creo que yo sea quien reciba la paliza hoy, Señor -contesta firme ante sus amenazas-.

Camila: -ella despierta adolorida y se sorprende de quien esta enfrente- ¿Carlos...?

Carlos: Luego hablaré contigo, toma a tu compañera y aléjate -le contesta sin quitar la mirada del sujeto-.

El sujeto le apunta con el arma a Carlos pero el lanza rápidamente una patada giratoria que lanza el arma a una distancia prolongada y fuera de peligro, Carlos lo toma por la espalda aplicándole una llave y sujetando su cuello sin usar demasiada fuerza excesiva y acerca su rostro para poder pronunciar unas palabras.

Carlos: ~Es de cobardes usar un arma contra otro ser que no puede defenderse~ -le susurra-.

- ¡MALDITO IDIOTA!

El sujeto se logra zafar golpeándolo por el costado derecho, se separa y este empieza a provocar a Carlos

- ¿Te crees muy hombre verdad? -se coloca en posición de ataque como un borracho lo haría- ¡Entonces pelea como un hombre!

Carlos: Lo que esta enfrente de mi no es un hombre. No es nada.

Carlos no cae en provocaciones, y el sujeto al no recibir la reacción que esperaba lanza el primer golpe. Carlos esquiva el golpe con facilidad y se lo devuelve con una patada que le da justo en el costado tarándolo y dejándolo en el sujeto, mientras que Olivia auxilia a Camila alejándola de la situación.

Todos ahí quedan sorprendidos incluso Phillip viéndolo desde las cámaras.

Phillip: Am... Arista, ¿Ya llegaste? -la trata de contactar por los walkie-.

Arista: No puedo llegar, acaban de salir las familias de las últimas salas y tengo que vigilar que nadie se queda en la sala, ¿Qué esta pasando? No alcanzo a ver nada desde donde estoy.

Phillip: Solo apresúrate por favor.

Arista: En cuanto termine esto voy enseguida. ¿Pero que esta pasando?

Phillip: Solo apresúrate.

Volviendo con los demás.

El sujeto se levanta furiosamente del suelo y lanza otro golpe, pero Carlos retrocede, y tomando fuerzas de nuevo con otro golpe preciso lo tira.

Carlos: No quiero usar los puños, pero si sigue así señor, tendré la necesidad de sacarlo yo mismo del establecimiento.

- ¡¿CÓMO TE ATREVES A BURLARTE DE MI ASÍ?!

El sujeto se levanta nuevamente y está dispuesto a dar un golpe con desesperación; al ver al sujeto en ese estado Carlos con decepción solo agacha la cabeza.

Carlos: -exhala- No quería tener que hacer esto.

Espera el golpe y cuando por fin esta a punto de tocarlo, Carlos lo esquiva y termina lanzando un golpe precisamente en la cara al sujeto dejándolo en el piso inconsciente.

Olivia: Oh dios mío... -ve al sujeto en el suelo y se acerca a Carlos con dolor-. Muchas gracias amigo..., una disculpa por la mala presentación del establecimiento.

Carlos: -voltea a ver a Olivia- No tenía que terminar así, y no, yo lamento los inconvenientes.

Olivia: Oh no descuida, en serio, gracias por la ayuda -ella trata de parar al sujeto del suelo-. A partir de ahora nosotros nos encargaremos, no te preocupes.

Carlos: Ah no no, ¿Usted esta bien?¿Le puedo ayudar en algo? -trata de evitar que cargue al sujeto-.

Olivia: Jeje -suelta una sonrisa boba-. Ah no no no gracias, esta todo bien, aunque si me podrías ayudar a dejar a este hombre en otro lugar con sus compras ~para alejarlo de los demás clientes y no cause problemas cuando despierte~.

Carlos: Si, claro -sostiene al hombre y salen del establecimiento-.

Camila: -se levanta como puede y adolorida- Muy bien señores, el espectáculo a terminado, sigan con lo que estaban haciendo, y si necesitan ayuda por favor avísenos -sale del lugar-.

Todo transcurre como estaba antes y Olivia se acerca al señor mayor.

Olivia: (DEMONIOS, esto duele) -piensa con dolor ahogado- ¿Cómo esta señor? -toca su espalda suavemente-.

- Algo asustado... -frota sus manos con culpa-, lamento lo que paso.

Olivia: Descuide, deje aquí y descanse, yo seguiré acomodando lo que resta de productos.

- ¿Pero tu estas bien? Te dio varios golpes, ¿No te duele...?

Olivia: Estoy bien -sonríe gentilmente-. Además, no es como si no recibiera golpes de otras personas cuando peleo.

- Bueno... me retiro para los casilleros.

Olivia: Si, adelante.

El señor se retira y todo transcurre con un poco más de normalidad hasta que el establecimiento quedo ya cerrado, y en eso llega Arista con preocupación y se le acerca a Olivia.

Olivia: ¡Aris! -al notarla ella se le lanza y la abraza-. ¡Hay amiga, en serio estoy tan feliz de que vinieras! -la toma de los brazos y la comienza a sacudir con violencia-, ¡¿Por qué rayos no llegaste antes? Estaba en la situación más difícil de mi vida!

Arista: En primera, cálmate -la sostiene igual por los brazos pero con firmeza-; y en segunda, no pude porque las salas de cine para niños ya estaban vaciándose. Y si corro demasiado, o me desmayo al intentarlo o me termino matando.

Olivia: No seas tan exagerada, tus problemas cardiovasculares no son tan grandes como los que pasaron aquí -se suelta-. Y si los tuvieras, te empezaría a reclamar yo por no cuidarte.

Arista: Am... Eso aun no pasa -mentira descarada-.

Olivia: Pero ya hablando en serio, aunque hiciste bien tu trabajo en esa área, cuando son este tipo de problemas lo mejor es salvaguardar a los clientes del peligro, que no se te olvide eso.

Arista: Esta bien... ¿Y tu estas bien? Phillip me dijo lo que paso, ¿Dónde te duele? -trata buscar entre su cuerpo las señales de violencia-.

Olivia: Estoy bien -le muestra los golpes debajo de su ropa- ya se me esta bajando un poco el dolor. Iré con la doctora mañana para que me revise.

Arista: Iré contigo. Porque se que al igual que yo tu nunca vas.

Olivia: Para que te chequen también, porque no te me escapas esta vez -ella suelta una sonrisa juguetona y Aris se la devuelve con modestia-. Pero en fin, también debiste llegar más rápido aquí, uno de los clientes en estado de ebriedad empezó a insultar y amenazar a las personas, luego de tratar de tranquilizar la situación el hombre me golpeo y después a Camila; y cuando intentó volver a hacerlo, otro sujeto lo detuvo y le dio un golpe tan preciso que pareciera de uno de esos protagonistas de anime.

Arista: Eso si es exageración, ¿Y donde se supone que están esos sujetos?

Olivia: El sujeto que nos salvo se llevo al otro hombre borracho fuera del local.

Arista: ¿Pero no hubo mas heridos?

Olivia: Por suerte no. Por cierto, ¿Dónde esta Camila?

Arista: ¿No se supone que estaba contigo?

Olivia: Estaba, ¿A donde se fue?

Por otro lado, con los sujetos extraños.

Carlos: Muy bien, aquí estará bien -baja al hombre inconsciente y lo deja en una banca recostado-.

Camila: ¿Carlos...? -le pregunta mientras se acerca por detrás mientras aun esta de espaldas-.

(Imagen referencia)

Él se sorprende al reconocer la voz y voltea.

Carlos: Hola Camila... -saluda con un tono frustrante-.

Camila: ¿Cómo rayos...? -ladea la cabeza-. Más bien, ¿Qué haces aquí?

Carlos: Te podría preguntar lo mismo -voltea a darle la cara-. Porque por primera vez, ya se en donde estas y no tengo que estarte buscando como loco en la cuidad.

Camila: No me vengas con tonterías, ¿Cómo me encontraste? -pregunta a la defensiva-.

Carlos: -se levanta y con una mirada indignada le contesta- No te estaba buscando, ya dejé de hacerlo desde hace mucho tiempo.

(Imagen referencia)

Ella se sorprende por su palabras tan directas y frías a lo que rápidamente cambia su actitud.

Carlos: Y no vine por ti, solo vine aquí a comprar las cosas que va a necesitar papá.

Camila: ¿Cómo esta?

Carlos: ¿Ahora te importa? -le cuestiona con indignación-.

Camila: Si. Él también es mi padre Carlos -responde molesta-.

Carlos: Es la primera vez que lo admites -le contesta de igual forma-.

Ella hace una mueca de desacuerdo y enfado.

Carlos: Él esta bien por si te interesa, esta estable, pero su condición sigue siendo débil. Ahí cuando no te estés escapando o negando mis llamadas y las suyas, puedes ir a verlo al hospital, él desea hablar contigo.

Él la pasa de largo mientras que ella con una cara de culpa suelta un suspiro pesado, ladea la cabeza y se va detrás de él. Ambos regresan con las dos chicas que siguen calmando la situación.

Olivia: -voltea detrás de Arista- Mira, ahí viene el sujeto que nos ayudo.

Arista: ¿Quie-? -ella voltea y queda paralizada al ver quien es-.

Carlos: ¿Arista?

Arista: No puede ser... -lo mira en shock-.

Ambos se quedan viendo sorprendidos, ella mas asustada que asombrada, mientras que Olivia también se les queda viendo repetidamente a los dos.

Olivia: ¿Se conocen...?

Arista: ¡NO! ¡SI! :Carlos

Se miran sorprendidos y ella los mira con sospecha.

Arista: ¡SI! ¡NO! :Carlos

Se vuelven a mirar.

Arista: Es complicado. ...Muy complicado :Carlos

Responden derrotados.

Olivia: ¡Esto debe ser obra de dios todo poderoso! -dice emocionada y se lastima por la exageración-.

Arista: Créeme que a Dios le deben importar otras cosas en este momento que poner a personas a que se encuentren.

Olivia: Nadie sabe eso.

CyA: -se miran entre ellos sabiendo lo que es verdad-.

Olivia: ¿Y... de donde se conocen?

Camila: Si, me muero por saberlo -llega detrás de él con confusión-.

Carlos: Camila, eso no es de tu-le tapa la boca-.

Arista: De mi tercer empleo -interrumpe y el la voltea a ver con sorpresa-.

Camila: ¿Tercer empleo? -pregunta interrumpiendo-.

Olivia: Ah... es cierto, que tienes un tercer empleo, ¿Y de que trata ese empleo?

Arista: Yo am...

En eso una voz interrumpe con la conversación.


Phillip: [¿Hola? ¿Chicas? ¿Me escuchan?].

Arista: (Gracias Phillip) -piensa para sus adentros-.

Olivia: Oh Phillip, casi me olvido de ti. Déjenme contesto esto y vuelvo con ustedes -se va-.

Camila: Yo también voy a ver al sujeto lunático porque puede que despierte, pero todavía quisiera saber sobre ese empleo del que se conocen.

Arista: Eso no es de tu incumbencia -le interrumpe su desatinado comentario-.

Camila: Vas a ver que si -le lanza una mirada mortal-.

Ellas dos se van y dejan a Carlos y a Arista solos, completamente incómodos.


Arista: -exhala- Dios, eso estuvo cerca -le retira sus manos de su boca lentamente-.

Carlos: -él le suelta una sonrisa radiante y le devuelve sus manos con gentileza-. Supongo que solo se te ocurrió decir que lo que harás con nosotros es un tercer empleo.

Arista: Es la única manera en la que me pueden dejar de hacer preguntas si yo no llego a estar en mi casa.

Carlos: Esa es una buena estrategia, solo si ve teniendo una respuesta para cuando ya te empiecen a hacer preguntas más directas.

Arista: Iré buscándolas, gracias por el consejo.

Carlos: ¿Y tu... conoces a mi hermana?

Arista: ¡¿Olivia?! -se asombra-.

Carlos: ¡¿Que? No, Camila!

Arista: ¡¿Es tu hermana?!

Carlos: Si, por eso te lo pregunta -responde con incomodidad-. Note que no se llevan bien.

Arista: Y tienes toda la razón, no nos llevamos ni "bien". Pero de las pocas cosas que se de ella, nunca me hubiera imaginado que tuviera hermanos.

Carlos: Descuida, se que ella jamás diría nada sobre su "familia" y evitaría hablar de ello mas que no comer; además, lo que diga y haga con su vida, y por las razones que tenga, no es algo que me competa directamente.

Arista: Eso es extraño, ¿No deberías estar de su lado?

Carlos: Supongo que lo dices porque somos hermanos, pero ahora ella no es mi prioridad y yo no la suya.

Arista: ¿Por qué?

Carlos: Somos hermanos, pero no cercanos para el otro.

Arista: Entiendo...

Carlos: Se que no debería hablar así de ella pero si no lo dejo claro ahora, no se con que chisme vulgar saldría de mi a todos lo que la conozcan.

Arista: Y supongo que para ti tampoco es un tema muy agradable de hablar.

Carlos: Para nada -menciona decepcionado-.

Arista: Entonces cambiare de tema.

Carlos: Esta bien para mi no te preocupes.

Arista: Gracias, por seguirme la corriente -cambia de tema-.

Carlos: No hay porque, de todas formas es bueno que hayas dicho eso, quien sabe que cosa hubiera inventado de como nos conocimos.

Arista: Te lo creo.

Carlos: Y la próxima vez trata de no taparme la boca.

Arista: -sonríe avergonzada- Lo siento. De seguro olía a plástico, ¿Verdad?

Carlos: Para mi sorpresa olía a dulces.

Arista: ¿En serio? -mira su mano-.

Carlos: Si, no te miento, puedes comprobarlo si no me crees.

Arista: -acerca su mano a su rostro- Fui... que alivio.

Ambos terminan sus palabras y quedan en un silencio un poco incomodo.

Carlos: Ja... -suelta una mueca de risa-.

Arista: ¿De que te ríes?

Carlos: Pues, ¿No es algo obvio?

Arista: Diría que si, pero no se a lo que te refieres.

Carlos: Me refiero a que es irónico lo que a pasado en esta situación. De no ser por el "Tercer trabajo" no te habría conocido, aunque sin el, aun así nos hubiéramos conocido aquí.

Arista: ¿Y crees que fue algo así parecido echo por el "destino"?

Carlos: Yo no creo en eso. Es solo que, es irónico todo esto.

Arista: Tal vez tengas razón, pero aun así es curioso.

Carlos: Además, considerando como es Brisa se que ella tendría que ver algo en eso.

Arista: ¿Y porque ella tendría que ver en eso?

Carlos: Si aun no lo descubres, no puedo decirte más allá de eso.

Arista: Anda dime -le dice suplicante y burlona-.

Carlos: -él ríe y contesta-. Ya después lo sabrás, por ahora yo ya me tengo que retirar, no quisiera hacerlo por la grata conversación que estoy teniendo contigo, pero tengo otros lugares que visitar hoy.

Arista: Claro, puedes retirarte, antes de que vuelvan las preguntas.

Carlos: -ríe- Esta bien. Si llegas a necesitar ayuda por esta situación, necesitaras mi número para cualquier pregunta.

Arista: Ya estaba a punto de pedírtelo de echo, por favor -le extiende su teléfono-.

Después de intercambiar números.

Carlos: Bueno, entonces me voy.

Arista: ¿Te iras así con todas esas bolsas a tu casa?

Carlos: Descuida, tengo mi medio de transporte, será viejo pero aun así sigue dando buenos arrancones, y creo que me irá bien -le guiña un ojo-.

Arista: -ella sonríe ingenuamente a su broma-.

Carlos: Bueno. Nos vemos en "el trabajo" Aris.

Arista: -sonríe y asiente con la cabeza-. Nos vemos en el trabajo Carlos.

Él se va, dejando a Arista sorprendida mientras alguien interrumpe su tranquilidad.

Olivia: Vaya que es guapo -se acerca por detrás-.

Arista: -salta por el susto que le dio- ¡Por dios, anúnciate! -le grita-.

Olivia: Así debes tener la conciencia.

Arista: ¿Qué fue lo que dijiste? -se tranquiliza-.

Olivia: Que ese chico es muy guapo. No me digas que no te fijaste en eso.

Arista: No lo había notado -piensa en sus palabras mientras mira la dirección a donde se fue-.

En eso, alguien más se les une en la conversación.

Camila: Ya regrese.

Olivia: Pues no es como que te quisiéramos esperar.

Arista: ¿Qué les dijo Phillip?

Camila: Que ya viene para acá, tuvo que llamar a los demás guardias para evacuar a las otras personas de varios establecimientos que aun estaban abiertos, también tuvo que llamar a la policía por los disturbios que el sujeto causo y más teniendo un arma de fuego contra los empleados y los presentes.

Arista: Esta bien. ¿Y que haremos con ese sujeto?

Camila: Le dijeron que vendrían por él sujeto, que lo examinarán y que verán si lo encarcelan o lo dejan en su casa.

Olivia: ¿Solo eso? Que justicia tan mediocre.

Camila: No te empieces a quejar, porque nuestro trabajo tampoco fue la octava maravilla.

Arista: ¿Y qué es lo que esperabas, el juicio de un asesino en serie?

Olivia: Esperaba más que eso, y si.

Camila: ¿Y en donde está mi hermano?

Olivia: Si, quería seguir hablando con ese chico tan lindo.

Ambas la ven con cinismo y enojo.

Arista: Él ya se fue.

Olivia: No debiste dejarlo ir, en primera porque cuando la policía llegue va a querer ver la grabación del ataque y de los sujetos en cuestión, y en segunda porque este guapo.

Camila: ¡Oye, no vuelvas a hablar así de mi hermano!

Olivia: ¡¿Era tu hermano? ¿En serio de ella?! -se sorprende casi infartada-.

Arista: No creo que debas llamarlo hermano, no con la actitud que le mostraste hace un momento.

Camila: No te metas en donde no deberías Arista, porque no te va a gustar lo que saldrá de ahí -la mira desafiante-.

Arista: Y a mi, me gusta mucho sacar a relucir eso -la mira de igual forma-.

Camila: Así que ya te contó su versión, que poca madre de su parte -se comienza a enfadar-.

Arista: Pues como te comportas y lo que conocemos de ti, hasta yo estaría más de su lado que del tuyo.

Camila: Pues sea lo que sea que te haya dicho no es mi problema, pero cuando sepas más de lo que no te incumbe, veremos que versión sigues tomando -ella da la vuelta y se va-.

Arista queda pensativa y Olivia la toma de un hombro.

Olivia: ¿Qué le pasa? Jamás la había visto tan molesta.

Arista: Hasta las personas más crueles, tienen más razones para serlo.

Olivia: Supongo que tienes razón, pero no podemos juzgarla por como dijo eso -dice triste-.

Arista: Supongo.

Ambas se quedan viendo y se relajan.

Olivia: ¿Entonces el sujeto guapo de antes era su hermano?

Arista: Si, y quien sabe porque si ni se parecen en nada.

Olivia: Tienen cierto parecido, ambos tienen piel clara y ojos muy profundos.

Arista: Muy poco parecido -evade la respuesta-.

Olivia: Bueno ya, hay que terminar con esto. Así que dime lo de tu tercer empleo.

Arista: Mejor no, ya es muy tarde -escapa de ella-.

Olivia: ¡Arista! -a detrás de ella-.

Al terminar la charla ellas prosiguen con sus actividades lo más normal posible, hasta volver con él hombre un momento antes de que llegara la policía al lugar a hacer preguntas sobre la situación, tomaron al hombre aun inconsciente y se lo llevaron en una patrulla silenciosamente.

Arista voltea al coche de policía que se aleja y solo piensa en la situación que Olivia le platico.

***

Llegando a la comisaria.

- Entra ahí -el policía suelta al sujeto dentro de una celda mientras se queda estático y cierra la reja fuertemente-. ¿Por qué no aprenden estas personas? -se va balbuceando y deja al hombre ahí-.

Pasa un tiempo tan lento para el sujeto inerte hace que se aburra y se deslice en su celda con dolor y sufrimiento recorriendo su rostro a través de las lagrimas.

En el largo rato de sufrimiento interno, el silencio se interrumpe por sus ganas de ir al baño.

- ¡Oficial! -grita el hombre pegado a las rejas-.

Se acerca el oficial y habla.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Necesito ir al baño.

- Esta bien.

El oficial abre la reja, lo esposa, y lo lleva al baño.

- Tienes 5 minutos.

El oficial lo deja y el hombre se queda en el baño sin emoción alguna. Hace sus necesidades y cuando estaba lavándose las manos, una voz se hace presente ante el.

- ~¿Quieres hacerlo verdad?~ -una voz femenina susurra en todo el espacio del baño-.

El se asusta y voltea a todos lados reconociendo la voz.

- ¿Q-Quién dijo eso? -tartamudea con paranoia-.

- ~Estoy aquí mi amor~.

El sujeto voltea y ve a su esposa en el reflejo del espejo del lavamanos resplandeciendo con un brillo opaco en su figura.

- Esto no es posible... tu estas muerta.

- ~Y lo estoy mi querido. Pero siempre e estado contigo desde el día que me fui~.

- Te extraño... -toca el vidrio del espejo con nostalgia-.

- ~Y yo a ti querido -sonríe gentilmente-. Se que has estado buscando formas de que yo vuelva a ti~.

- Si... pero ninguna te atrae a mi de nuevo.

- ~Si ninguna de esas opciones te funciona, ¿Entonces porque tu no vienes conmigo?~

El sujeto se sorprende por lo que pregunta.

- ¿Hay alguna forma...?

- ~Si cariño~.

- Entonces dímela e iré contigo de inmediato.

- ~Claro que si. Pero antes, hay algo que quiero que me des para que podamos estar juntos otra vez~.

- ¡Dímelo, dímelo ya. Haré lo que sea para que pueda volver a estar contigo!.

La figura solo sonríe maliciosa y lo mira con un brillo en sus ojos.

Pasan los minutos y el oficial vuelve.

- ¡Oye ya debes salir de ahí!

El arrestado abre la puerta y sale con la cabeza baja, el oficial se lo lleva de nuevo en la celda molesto.

- Mañana veremos que haremos contigo.

El oficial se va. Pero el arrestado alza la mirada en blanco y habla.

- Todo por ti mi amor...

El hombre solo se queda quieto y sigue balbuceando esas palabras por el resto de la noche.

***

Arista siente un escalofríos por la espalda que la deja por un momento intranquila, pero deja pasar esa sensación.

Su noche transcurre tranquilamente, aun con ese sentimiento raro en ella sobre el hombre que la sigue persiguiendo.

Todos los establecimientos ya se encontraban cerrados y todo quedaba en paz.

Llegaba la mañana y todos se despidieron para verse en la noche nuevamente.

Arista vuelve a su casa cansada y se recuesta en su cama repasando lo que vivió para después perderse completamente en sus sueños.

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Y bueno esto es todo amigos.

Se que me tarde demasiado por sacar este capitulo pero ya verán que me estoy esforzando para sacar más capítulos de todas mis historias en esta vacaciones que por fin se me otorgaron.

Los quiero, cuiden se y sa-yo-nara :3

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