4: Al lugar esperado.

ADVERTENCIA: Este contenido es solo para entretener, se me ocurrió a mi y solo a mi, cualquier parecido con otras historias es mera coincidencia.

Se advierte de escenas o lenguaje no aptas para todo público. Se recomienda mantener la discreción.

A continuación habrá muchas referencias.

Muy bien, ahora si ya, que empiece la función.

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Volviendo al anterior.

Al pasar por el portal se encuentran con un lugar epiléptico ante tanto movimiento a su alrededor, con una forma parecida a la de un pentágono con una fuerza de gravedad penetrante en su presencia, enfrente de ella estaban los dioses Zak y la peliazul, y a su derecha se encontraba Carlos.

En el lugar, Arista comienza a sentirse mareada de solo ver a los costados del lugar y por la presión que ejerce sobre de ella.

Su cabeza empieza a dar vueltas, estaba a punto de colapsar pero Carlos la sostiene rápidamente.

Carlos: ¿Estas bien?

Arista: Estoy... muy mareada...

- Es muy normal cuando estas aquí, este lugar esta echo para que caigas en el fácilmente, pero mientras no toques una pared y estés segura en donde pisas, todo estará bien.

Zak: (Aunque en su condición mortal es malo que este aquí por mucho tiempo).

Arista: ¿Por qué no puedo tocar la pared? -sigue sostenida de Carlos y queriendo vomitar solo cierra sus ojos por un momento-.

Zak: Esas paredes son parecidos a los agujeros negros, ya que ejercen una gran atracción sobre lo que los rodea, pero estos son como un poso sin fondo y te encontraras cayendo en una profunda oscuridad hasta que te expulsen nuevamente los mismos anillos.

- Así que no llegues a querer tocar alguna pared, ya casi llegamos, así que aguanta hasta entonces.

Arista: Trataré...

Carlos: Si aun sigues mareada entonces solo sostente de mi.

Arista: Gracias...

***

Pasando nuevamente un rato, aún siguen caminando en el infinito túnel.

Arista: Oigan -respira profundamente-, quiero hacer otra pregunta antes que muera aquí.

- Hable jovencita.

Arista: Dijeron que debe haber testigos si hay una traición, ¿Eso significa que hubo alguien que traiciono el contrato?

Los dioses se miran con reojo pero deciden continuar con una calmada respuesta.

- No como tal, pero si lo suficiente para que su único castigo fuera cambiar su libro de la vida en un libro negro.

Arista: ¿Qué es un libro negro?

Zak: Se trata de que cuando un ser a agotado sus oportunidades de reencarnar, o a roto una ley astral, el libro de su historia se torna negro y se almacena con otros libros de seres que ya no volverán a nacer.

Arista: ¿Y cuántas oportunidades tiene un humano para reencarnar?

Carlos: Por lo menos tienen 1 millón oportunidades.

Arista: ¿Es enserió?

- Sip, aunque no lo creas.

Arista: Hm... -se queda callada y pensativa-.

Zak: -él la ve por el rabillo del ojo interesado en su reacción-. Si aun tienes dudas sobre estos temas, es mejor que las menciones antes que nada.

Arista: No quería hacerlo notar...

Carlos: (Aunque no se nota, me sorprende que él haya puesto una parte de interés).

Arista: Si ustedes me lo permiten voy a seguir con las preguntas.

- Muy bien señorita.

Arista: ¿Para que serviría la ceremonia de confidencialidad?

- Es más para ponerla como una iniciación para que te conviertas oficialmente en un ser con magia, además de que también va a ser como un pase para que entres a convertirte en la escuela de sucesores y te identifiquen como una participante.

Arista: ...Ok. Habían dicho antes algo de otros 4 sucesores, excluyéndolos a ustedes y a Carlos. ¿Eso quiere decir que tendré compañeros de trabajo?

- Por supuesto, pero no como tu te lo puedes imaginar.

Arista: ¿Y se tiene algún número para sucesores a los cuales ustedes deben elegir?

- Pues... es algo complicado.

Zak: Si va a ser parte de tu equipo entonces debe saberlo.

Arista: ¿Y entonces?

- Muy bien. Por regla, y te lo voy a abreviar, los W.O.W.1

Arista: -suelta una risa ahogada-.

Zak: Te dije que le sería más gracioso el como suena eso para los mortales.

Arista: No, está bien, le da un toque más carismático al asunto. Continúa.

- Pues no importa, así lo describí. Debido a ese nombre nos puedes decir rango 1. Nosotros tenemos una ley, que dicta que por generación de sucesores, deben tener por lo menos el rango de 2 a 100 integrantes, contándonos en la misma área como líderes. Pueden ser menos que 100 pero no pueden subir a más.

Arista: Y dijeron algo de que el último sucesor debe ganarse el nombre del jefe de la generación, ¿Es cierto eso?

Zak: Si, y es por lo mismo, para completar el escuadrón que se hace. El último integrante debe tener el honor de ser quien da inicio a la generación completa, y esto se hace porque los dos dioses al escoger a sus discípulos, la primera mitad descubre el nombre del segundo dios al mando, ósea su servidor.

- Y la segunda mitad debe descubrir el nombre del líder mayor para finalizar con el escuadrón.

Carlos: Aunque esa regla también aplica cuando vas a hacer el contrato de confidencialidad, ya que es para iniciar con el proceso de convertirte en un rango 2, y para lo que prosigue después.

Arista: ¿Y dónde están mis compañeros? Si vas a ser mi jefa desde ahora, y dijiste que los tenías vigilados a todos, quiero saber en donde están.

-  A ti no se te escapa nada, ¿Verdad?

Arista: Solo quiero decir, que eso puede ser realmente importante.

Zak: -la mira nuevamente de reojo y mira a la diosa-. (Ya hasta es más inteligente que tu).

-lo ve- (Cállate) Pues todos están en varios universos haciendo su trabajo, así que no tuve tiempo de contactarlos tan rápidamente para esta ocasión, pero cuando vean mi llamado regresaran de inmediato.

Zak: (Si es que no regresan a casa antes) Ellos saben que hacer, déjalos estar tranquilos de ti un momento.

- Lo haré hasta el día en que termine su generación -le contesta a Zak y voltea a Arista-, pero te aseguro que ya muy pronto los conocerás.

Arista: Esta bien. Espero que por lo menos sean personas comunes.

Zak la mira.

- Si, claro... Esperen.

Por fin llegan a lo que es el final de ese túnel donde hay otro portal amarillo.

Arista: ¿Ya llegamos? ¿Tan rápido? -trata de enderezarse con ayuda de Carlos que en ningún momento la a dejado caer-.

Carlos: Ni tanto, en realidad fueron casi dos horas.

Arista: -sorprendida-. No mames.

- Que boquita -voltea a verla-. A partir de ahora nada de groserías en lo que llegamos, y más enfrente de nuestra presencia y la "de su presencia".

Arista: No prometo nada -se quita la cuerda-.

Zak: No creí volver aquí tan pronto.

- Ruega para que el no te mate.

Arista: ¿Quién?

- Nuestros amos bonitos.

Arista: ¿Por qué deberías tenerle miedo?

- Porque es un jefe, ¿Quién no le tiene miedo a su jefe?

Arista: Pues mi jefe a veces me tiene miedo a mi.

Zak y Carlos se sorprenden ante la nueva información.

- Porque tu luego si das miedo con lo que sale de tu boca.

Carlos: ¿Podemos primeramente enfocarnos en el tema principal? -le interrumpe a la diosa y le habla a la chica-. Además, es normal que ellos le tengan miedo a sus jefes porque son seres superiores a ellos.

Arista: ¿Y eso afecta mucho?

Zak: Ya lo verás -le responde a la chica-.

Todos traspasan el portal, al pasar ella se sorprende al deslumbrar un paisaje desolado y con una penumbra hacia los lados contarios con abundantes e infinitos pastizales verdes que le llegaban a la cintura, que se movían con las leves brisas que se sentían, y con vista hacia el norte enfrente de ellos un edificio tan antiguo como lo creían y pensaban.

(Imagen referencia)

- Y bien, aquí estamos, en la Casa Sagrada.

Arista: ¿Esta es la "Gran Casa Sagrada"? Es muy pequeña para como las describías.

Zak: -se voltea a la chica y le contesta- ¿Y ya observaste hacia arriba para confirmar tus pensamientos?

Ella alza la mirada y observa un edificio echo de lo que parece ser mármol completamente de un blanco perfecto, obviamente en contraste  con el cielo y las nubes limpias que se encontraban cubriéndolo, más que el propio edifico que solo dejaba ver una parte de él sin mostrar más allá de lo que se podía describir o mirar a lo largo de toda la vista.

Ella queda conmocionada y asombrada por tal hermoso monumento.

(Imagen referencia)

Carlos se acerca a su oído y susurra con suavidad.

Carlos: ~Lo que ves es solo la migaja en un gran pan~.

Él se aleja mostrando una sonrisa satisfecha y ella lo voltea a ver aun asombrada pero con un sentimiento dulce.

Arista: Es enorme -menciona aun asombrada-.

Zak: (Y eso que no has entrado).

- Exactamente.

Arista: Solo tengo una duda, ¿Cómo se supone que vamos a entrar? ¡Si esta a miles de pies de altura! -pregunta con la mirada en el enorme monumento-. ¿Qué no nos pudimos adentrar de una manera más cercana?

Zak: Si lo hacemos, le estaríamos faltando el respeto al monumento. Debemos entrar de otras formas.

Arista: ¿Y cuales son?

- De la única forma en la que entramos en la atmósfera de la tierra. Volando.

Arista: ¿Y cómo rayos se hará eso? Si ustedes si pueden volar y yo soy una simple mortal.

- Te llevara Carlos en su espalda.

Arista: ¿Perdón? -responde confundida-.

- Ya que alardeas que todos pueden volar y tu no, tu serás cargada por Carlos hasta allá.

Zak: Y no hay objeciones por esto, porque ya debemos entrar.

Arista: Maldición -se sube en la espalda de Carlos- (Voy a reclamar por esto).

- (Ojala no lo haga enfrente de ellos).

Zak: Sosténgase bien señorita.

- A volar.

Todos se alzan en el aire hacia dirigiéndose volando hacia el edificio.

Al estar en el aire, ella logra ver los hermosos pastizales de antes con una vista panorámica que los hace lucir aun más frescos que como los que se observan en tierra.

Arista: ¡Esto es muy hermoso!

- ¡Y eso que aun no ves lo que hay adentro de la casa!

Al terminar el viaje, todos aterrizan en la entrada del gran edificio.

Al pasar por la gran entrada, ve lo que parece ser una recepción con una mujer en su interior que tiene la apariencia de una secretaria normal: la mujer llevaba amarrado la mayor parte de su cabello largo liso en una cola de caballo aunque soltando unos pequeños mechones desordenados, su cabello tenia un tono de un azul muy oscuro con toques verdes similar al azul oscuro, sus ojos destellaban de un color verde oscuro acompañados de unos anteojos rectangulares negros, su altura era parecida a la de los dioses cuando estaban en la oficina pero sentada en una silla igual de grande; su rostro reflejaba cansancio e irritación que la hacia verse aun más hostil de lo que se veía, la mujer se encontraba a un costado de la entrada pegada a la pared y su escritorio tenia una forma circular.

(Imagen referencia)

- ¡Breya! -se recarga en el escritorio que era gigante para los mortales tratando, y habla tratando de sacar una buena conversación-, ¿Cómo has estado?

Breya: ¿Qué es lo que quieren? -que al parecer no estaba resultando como quería-.

- Vinimos a ver a mi señor -aclara primeramente-.

Breya: -la mira con una ceja levantada- ¿Tienen cita previa?

- Él es mi jefe, yo no debo que tener cita previa para verlo. Además de que esta es su casa y aquí no se hacen reservaciones.

Breya: -evade la respuesta-. ¿Para qué asunto?

Zak: A lo que hayamos venido no te incumbe Breya -se mete en la conversación con una voz mas firme-.

Breya: -lo mira y su mirada buscada dar esa sensación de alta molestia y enojo- ¿Para-qué-asunto?

- Para mi última ceremonia de confidencialidad -los interrumpe evitando problemas-.

Breya: ¿Ya por fin encontraste a alguien más? -modo cinismo activado-.

- Sip, aquí esta -agarra, la alza y abraza a Arista como si fuera un peluche, y la recarga en el escritorio-.

Breya: Hm... Ok, pasen, esta en la sala 1 con Hodei.

Zak: ¡¿El también esta aquí?! -comenta molesto-.

Breya: Sabía que llegarían aquí tarde o temprano así que decidieron solo esperar a que llegarán por su cuenta.

Zak: Estamos acabados -menciona frustrado viendo a la diosa quien también se queda callada y mostrando molestia en sus facciones-.

Breya: Pasen, ya los estaban esperando desde hace bastante tiempo.

- ¡¿QUÉ? -deja a Arista con Carlos mientras comienza a alzar la voz-. ¿Y POR QUÉ NO NOS LO NOTIFICASTE?! -grita frustrada ante la otra mujer en la oficina-.

Arista comienza a interesarse mas sobre el pleito, voltea a ver a Carlos y este le hace una seña para vuelva a subirse sobre su espalda, ambos se alzan hasta poder ver lo que pasa.


Breya: ¿Y por qué tendría que hacerlo?

- Porque-es-tu-único-maldito-trabajo aquí -responde mas molesta acercándose a la mujer del otro lado provocando más la situación-.

Breya: Ya de estar tanto con esos mortales tuyos empiezas a hablar como ellos -comenta para provocar demás-.

- Porque yo invente su idioma -habla entre dientes-.

Breya: Yo solo cuido la entrada de la casa sagrada y me encargo de quien entra y quien sale, chica.

- No. Tu trabajo es avisarnos de que nuestros jefes ya estén aquí, y si ellos lo requieren, ser su fiel carterista, vigilar, y escribir documentos de tu trabajo. Como buena mísera secretaria que eres.

Breya: -la mira muy molesta y contesta de igual manera- Al menos yo tengo más poder sobre ti.

- Y yo trabajo.

Zak: ¡Ya basta las dos! -menciona con firmeza entre ambas-. Esta no es forma de que dos diosas como ustedes se estén tratando-se acerca la peliazul y le susurra-. ~Y más con nuestros mortales presentes~.

La peliazul voltea a ver a los dos mortales a su lado quienes la miran como si fueran niños, y con frustración acepta parar.


Zak: Además, no quiero que pase lo mismo que en la era de los dinosaurios; y creo que esto a sido más que suficiente, es mejor que nos retiremos antes de que alguien aquí salga herido.

Breya: -voltea y ve al dios con molestia- Tu no te quieras entrometer en esto Zak.

Zak: Me entrometo porque esta no es la actitud de diosas de alto rango, y más viniendo de ti y de ella.

Breya: Y más viniendo de ti con esa actitud.

Zak: Y mas porque es mi compañera.

Breya: Y mas porque es ella.

Tanto el como la secretaria muestran una mueca de completo odio, pero el con mas confusión a lo que se refiere.

- Mejor ya vayámonos rápido, antes de que nos sacrifiquen por llegar tarde.

La peliazul toma a Arista de la espalda de Carlos como si fuera una niña haciendo rabieta y se va, mientras que Zak va detrás de ella con Carlos, Arista voltea a ver a la chica de antes y la mujer se despide agitando su mano tristemente a lo lejos, mientras siguen avanzando.

Arista: ¿Quién era ella?

- Una diosa infernal y engreída que no tiene derechos más que el que tiene como nombre -responde aun molesta dejando libre a Arista-.

Zak: Ella es Breya, una de las secretarias de las tantas casas sagradas.

Arista: ¿Hay más como está? -se cuestiona sorprendida mientras sigue siendo agitada por la diosa peliazul hasta que por inercia la diosa la suelta-.

Carlos: Si. Dos por universo -se lanza a ella y la carga volando para seguir más rápido a los dioses-.

- Y ella es la sirvienta de este lugar.

Zak: -comenta para calmar el carácter de la diosa- No creo que sirvienta sea la palabra correcta para ella. Si es algo despiadada, pero olvidas que es parte de los superiores.

-se detiene y se acerca a Zak a la defensiva- Me vale un bledo lo que esa diosa engreída sea.

Ella lo ve aun molesta y se aleja de él rápidamente siguiendo su camino.

Zak: Cuida tu lenguaje, o te oirán -responde de igual manera molesto por su actitud-.

- Cierto... -exhala y trata de calmarse-.

Arista: ¿Eso significa que es de rango mayor a ustedes?

-al oír eso ella suelta una risa sarcástica y un comentario que le sigue- ¡HA! Eso quisiera esa engreída.

Zak: -le contesta a la chica- No. Ella es una W.W. 1 de rango bajo.

Arista: ¿Más bajo que yo?

Zak: No, sigue siendo de más alto rango que el tuyo, pero su único trabajo es proteger la casa sagrada y lo que haya en ella; aunque no tenga alto rango, aun tiene mucho más poder del que se necesita por lo mismo del el trabajo que tiene, y solo puede usar ese poder para ese su único propósito.

Carlos: Además de que ella fue quien perdió contra ***** al ganar al último amo bonito, sino me equivoco.

Arista: No entiendo eso.

- A los W.W. que no tuvieron la oportunidad de convertirse en dioses como nosotros porque perdieron en la prueba de fertilidad, se les otorga la labor de bajo rango de cuidar el orden a este lugar. Además de que a pesar de su rango inferior se les da un obsequio por no ser lo suficientemente capaces.

Arista: ¿Y cuál es ese regalo?

Zak: Inmortalidad. Algo que nosotros deseamos con intensidad, solo se les da a quienes no son afortunados como nosotros de crear vida o de quitarla.

Arista: Ohu. ¿Y qué es la prueba de fertilidad?

Carlos: Eso ya luego te lo dirán. Y lo podrás ver.

Arista: ¿De verdad?

- Ni se emocionen, no podrán hacerlo ni verlo.

Carlos: ¿Por qué no?

Zak: Esa es nuestra prueba.

- Y es algo que no puede ser mostrado a la ligera para mortales.

La diosa peliazul frunce su cara con descontento por ese comentario y mira a Zak por lo mismo del comentario, aunque Zak inclina la cabeza a ella dándole un poco de consuelo con la mirada.

Arista ve sus rostros de los dos dioses y ve que tienen facciones de descontento y apatía, por lo que significa esa prueba para ellos.

Zak: Además de que ellas dos siempre han tenido ese conflicto -cambia el tema-, y eso que son-

- ¡SHU SHU SHU SHU! -lo interrumpe rápidamente antes de que termine esa frase que al parecer le disgustaba mucho-. Ni te atrevas a decir esa palabra, porque de solo pensarlo me quiero sacrificar.

Arista: Dios, y creí que yo odiaba a mis padres, tu si la odias.

- No la odio, pero ella a mi si, y ese odio que me da me afecta enérgicamente, y pues ya es mutuo. Al punto de ya ni siquiera vernos podemos. Incluso la interacción mas mínima nos provoca un sentimiento de repulsión extremo.

Arista: ¿Y en que te afecta a ti si ella te odia y tu no?

- Porque mientras más me odie, más razones voy a tener para ponerme en su contra, lo que causaría un gran conflicto con los superiores y nadie quiere eso. Mas yo.

Zak: Por suerte, Brayar es el único que no siente lo mismo y el es quien mas logra calmarlas.

Arista: ¿Y quien es Brayar?

- Ya algún día lo conocerás. Por ahora no es relevante.

Al final de la larga caminata con grandes molestias, llegan a lo que parece ser una biblioteca más grande que cualquiera que haya pisado o visto en toda su existencia, con una gran fondo en el centro de esta, que dejaba ver más pisos hacia abajo.

(Imagen referencia)

- Esa niña mimada se cree más que nosotros solo por tener ese puesto.

Zak: Y porqué es inmortal.

- ¡Maldito sea el día en que tuve que saber que sería su-

[Termina esa frase y seré yo mismo quien te castigue con la muerte].

Todos alterados voltean a ver a su alrededor para buscar esa voz que resonó por todo el lugar marcando una imponente presencia; al voltear a ver a la diosa peliazul, ve que esta redujo su tamaño al igual que Zak para estar a la par de los mortales, y que esta se quedo paralizada en un punto fijo.

Arista: ¿Qué tienes?

- Yo... -señala al enfrente petrificada-.

Arista mira hacia enfrente siguiendo su dedo y nota una figura a lo lejos acercándose hacia su vista.

Ella lograr observar a un niño, que tenia la altura de los dioses cuando triplicaban su tamaño pero con la diferencia de altura de un adulto y un niño, quien los esta mirando con una mirada fría y penetrante.

(Otro dibujo echo por mi :3)(Imagen referencia)

Este ser llevaba una vestimenta muy formal y elegante, era blanca como el mármol que deslumbraba el edificio, la vestimenta le cubría la mayor parte de su cuerpo que se podía ver a la lejanía.

- Mi señor, lo lamento tanto -se arrodilla-, mis palabras no fueron las adecuadas ante su presencia.

La voltea a ver y ve que todos están arrodillados menos ella.

- Así que ella es tu última elegida, eh? -responde la presencia con firmeza y prepotencia-.

- Si mi señor -responde con audacia aunque su cuerpo sentía temor-.

El niño camina hacia donde están lentamente, basto un parpadeo para que la presencia se encontrara justo enfrente de ellos, la presencia redujo su tamaño hasta tener la apariencia de un niño de 10 años, este venia acompañado de un bastón que tenia el mismo conjunto de colores que su ropa, y que la estaba mirando fijamente con su mirada mortal.

Arista: H-Hola... -dice nerviosa y confundida-.

- Como te atreves... -la agarra la diosa del brazo y la hace arrodillarse-, ~¿Cómo se te ocurre hablarle así a nuestro jefe?~ -susurra-.

Arista: ~¡¿Este niño es tu jefe?!~

- ~¡Si, ahora cállate!~ -la agarra de la cabeza y la hace agacharse más-.

- No es necesario que la hagas callar ***** ella va a ser quien te va a estar acompañando en todo esto; además quiero ver su rostro, así me podre familiarizar con la persona que comerá de la energía, de la que come mi energía.

Arista: -ahoga una risa-.

-Le pega- Si mi excelencia -le pega de nuevo con el codo y le hace una seña con la mirada para que se levante-.

Arista: ~¡Eso es abuso laboral!~ -se endereza y él la ve desde el suelo ya que era mas grande que la presencia-. Mucho gusto en conocerlo su excelencia, mi nombre es Arista...

Él la mira sin sacar ningún rasgo facial de su rostro.

Arista: Em... bueno...

- Quiero que me cargues -comenta casual la deidad-.

Todos quedan impactados ante la respuesta de su excelencia incluyendo Arista que no disimula su sorpresa.

Arista: ¿Perdón? -pregunta confundida-.

- Quiero que me cargues, mi cuello me duele, eres alta para mi y no puedo seguir mirando hacia arriba demasiado tiempo.

Arista: Si, por supuesto (Aunque es muy extraño que a una deidad le duela una articulación) -lo agarra de las axilas y lo carga para que se queden mirando frente a frente-, ¿Así está mejor su excelencia?

- Si.

Arista: Eh... que bien.

Se quedan así por un rato y ella desvía la mirada repetidamente para no verlo directamente, al hacer esto solo lo logra mirar de reojo y ve que tiene un hermoso color de ojos brillantes azules como el cabello de la peliazul pero parecidos a los suyos solo que con menor expresión, la deidad tenia un cabello plateado que podría brillar con el reflejo de la luz que cubría su gorro, además de que él la miraba sin ninguna incomodidad, con una piel tan liza y un tono beige ligero, hasta que él la ve y habla.

- Veo que tienes preguntas.

Arista: Am... Si su excelencia (Dios ya debo disimularlo mejor).

- Muy bien. Puedes preguntarme lo que desees, tienes cinco minutos.

Arista: Am... esta bien, am... ¿Por qué es un niño?

Todos toman por sorpresa su pregunta y su excelencia solo abre sus ojos con intriga.

- Puedo parecer un niño, pero soy más mayor que tu en muchos aspectos, además de contar con la sabiduría de millones de generaciones. Siguiente pregunta.

Arista: Am... ¿Cómo se llama su excelencia?

Hank: Me llamo Hank.

Arista: Am... (Un nombre algo inusual para una deidad) ¿Por qué lleva esa ropa?

Hank: Me gusta porque la cultura de la que se basa mi ropa en admirable y también es cómoda. Siguiente pregunta.

Arista: ...Me dijeron que usted es muy poderoso, y quisiera saber cual son algunos de sus trucos.

Hank: Solo es magia básica niña, pero en términos mortales para ti, yo soy uno de los encargados de ver a través del tiempo, como el pasado, presente y futuro, pero hay dos cosas con eso: primero, no vemos el futuro como tal, solo escribimos lo que son los posibles sucesos, además de que el futuro real se escribe por si solo, y si es que vemos el futuro es por un suceso que podría dañar la integridad de nuestros seres; y en segunda, es que no somos tres como dicen los mortales, sino que somos millones entre la infinidad de dimensiones. Solo que en este universo hay solo dos.

Arista: -trata de cargar esa información en la cabeza sin perder el sentido de lógica-.

Hank: Si esas son todas tus preguntas, quisiera pedirte algo; como primera orden.

Arista: Am, claro... ¿Qué es lo que desea?

Hank: Quisiera que me des una muestra de afecto que tienen los mortales entre si, o en tu idioma, un beso.

A Zak y a la peliazul les da un infarto por el impactó de las palabras que suelta la deidad Hank, y Arista queda atónita por la petición.

Arista: ¿Disculpe...?

Hank: Dame un beso.

- Perdone mi intromisión su eminencia pero ella no es diga aun de siquiera verlo o de tener tan grata asignación.

Él mira hacia abajo con una mirada fría, severa y con desdén.

Hank: No te e permitido que hablarás *****, así que guarda silencio hasta que te de una orden.

La diosa se agacha más hacia el piso y la deidad regresa la mirada a la chica.

Arista: Am... -titubea- ¿Quiere que se lo de en su mejilla...? -dice algo nerviosa-.

Hank: No. Quiero un beso normal.

Arista: (¡MALDICIÓN ESTE NIÑO VA ENSERIÓ!).

Hank: Si no eres capaz de seguir esta simple orden entonces no la hagas.

Arista: (Esperen, esto es como una prueba, ¿Por qué me resulta familiar?) -se tranquiliza, respira y mirando al niño firmemente responde- ¿Esta listo?

Él la mira fijamente y suelta una gran carcajada.

Hank: ¡¡¡JA JA JA JA JA JA JA JA!!! Eres muy astuta, nadie me había echo reír así en años. Ya puedes bajarme.

Ella se queda asombrada y lo baja, este se acomoda su ropa sacudiéndola con sus pequeñas manitas.

Hank: Ya pueden levantarse ustedes también.

Zak y la peliazul apenas si se pueden parar, pareciendo muertos vivientes por lo pálidos que se encontraban, mientras que Carlos trataba de consolarlos y ayudarlos a levantarse, la chica solo se sorprende con sus acciones y voltea a verlos.

- Tantos siglos de fiel servicio, y me sigues torturando así... -menciona la diosa sufridamente-.

Hank: -ve a la diosa fríamente- Es consecuencia de tus propias acciones ante mi.

- No recuerdo que haya echo algo malo yo.

Hank: Porque te crees tan buena que no notas tus errores -vuelve con Arista- Volviendo contigo, eres muy buena Arista, me agradas, empecemos con los preparativos de tu ceremonia -se dirige hacia otro lado-.

Arista: ¿Así de rápido?

La peliazul le da un golpe en el hombro a la chica.

Zak: Su excelencia, perdóneme por la interrupción, pero quisiera ver si mi maestro ya esta aquí.

Hank: Pero claro que ya esta aquí, a estado a tu lado todo este tiempo desde que entraste por la puerta.

Zak voltea a su derecha y observa petrificado a otro niño quien lo observa mientras esta flotando con brazos cruzados, este tenia un rostro sombrío y penetrante al igual que la de la deidad Hank antes de acercase a ellos.

Zak: Maestro -se vuelve a arrodillar hacia el-; perdóneme, no note su presencia.

El niño baja a donde se encuentra, se acerca más a Zak alzando la cabeza, prepara las palabras que dictara pero voltea a atrás de él y...

(Imagen referencia)

- ¡¡¡¡CARLOS!!!! -se lanza a abrazarlo mientras flota-.

Era un niño parecido a Hank, en apariencia, pero el poseía una piel más vivida, unos ojos verdes cristalinos brillantes como diamantes, un cabello rubio como el oro, descontrolado y ondulado que rodeaba la mayor parte de su cabeza; llevaba vestimentas más comunes entres los mortales pero con una apariencia más tosca para el cuerpo de un niño, al igual que las prendas de Zak, con colores mas oscuros y opacos, y una sonrisa sincera y dulce. Muy diferente a su primera expresión.

- Hasta que por fin volviste, ¿Por qué te alejaste de mi? -le replica a Carlos mientas se unta en él aun aun abrazado-.

Carlos: Tenía mucho trabajo, maestro.

- Pues llévame contigo si es que vuelves a salir -lo abraza mas fuerte-. Y no me digas maestro, odio cuando me dices así.

Carlos: Ok -sonríe apenado-.

Arista: -se sorprende por la cercanía del dios hacia Carlos-. ¿Quién es usted? -se acerca al dios-.

La peliazul la golpea en la cabezota.

Hodei: Me puedes decir Hodei, y es un placer conocerte Arista.

Arista: ¿El placer es mío? -se soba la cabeza-.

Hank: Es mejor que aun no celebren, tenemos que ir a la zona de preparación para que todo lo que llevaremos a cabo de la ceremonia esté en perfecto estado.

- Gracias su excelencia.

Hank: Muy bien, los veo ahí abajo, vámonos Hodei -empieza a flotar-.

Hodei: -se separa de Carlos con cara triste- Esta bien, nos vemos después -menciona mientras de despide de todos-.

Hank se acerca a Arista flotando y le da un ligero beso en su mejilla derecha, mientras los dioses aguantan su enojo, y le susurra.

Hank: -la toma de la barbilla suavemente- ~Esperó que tu no me decepciones~ -se aleja, mientras deja a la chica aun asombrada y él voltea a ver a la diosa-. Me retiró.

Se va detrás de Hodei volando hacia el centro de la biblioteca que tiene una profundidad más grande de la que se veía, mientras que Arista solo ve por el barandal los pisos de abajo sin fin alguno.

Arista: Vaya, eso fue intenso -le menciona a los dioses-.

Todos excluyendo a Carlos la ven con cara asesina.

Arista: ¿Qué...?

- ¡AHORA SI TE MATO!.

Se le acerca con las manos extendidas para ahorcarla, pero Zak toma uno de sus brazos y la detiene.

Zak: No la puedes tocar, que no oíste a Hank, a él le agrada, algo que no había pasado nunca, HASTA esta generación.

- Es cierto -se soba su brazo que agarro Zak aun con su aura-, que le a grades a ese cascarrabias es muy difícil.

Arista: ¿De qué se quejan? Ellos son muy lindos.

- Uf... porque no los has visto enojados, pero sólo comete un error, un solo error, y te enviaran a un agujero negro sin posibilidad de escapar ~como otros idiotas~ -susurra y se encoje traumatizada-.

Zak: Mejor no toques ese tema Aris.

Arista: -la ve confundida- ¿Pero porqué les tienen miedo? Son unos niños.

Zak: Tienen forma de niños pero tienen más de miles de años de sabiduría en su mente, son iguales a nosotros solo que ellos son inmortales y son nuestros jefes.

- Y si fueran a cambiar su forma a la edad de su mente, ya no existirían.

Arista: ¿Y porqué me beso?

Carlos: Porque le agradas.

Zak: Y por lo que veo, ahora eres su favorita.

- Y porque ese es su método para molestarnos a nosotros. Y ya esta empezando a mejorar sus trucos para fastidiarnos más y más.

Arista: ¿Y a ti también te beso Hodei?

Zak: Si, a ese mocoso le agrado en el segundo que lo traje.

Carlos: Si, solo que no fue un beso.

Zak: Claro que no, lo derribo del abrazo que le dio.

- Chicos, mejor ya vámonos, los maestros ya nos esperan. Y no quiero volver a pasar por esa presión.

Arista: Ok..., ¿Pero porqué dijo que no tampoco lo decepcione?

- (¿Qué le dijo que?)

Carlos: Ya pronto lo descubrirás. Vamos.

Se vuelve a subir a Carlos y todos se van volando al centro de la biblioteca.

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Esto es todo amigos.

UF... No saben lo que me costo hacer este capitulo, la verdad me rompí la cabeza al hacerlo.

La segunda imagen de Santiago no la dibuje porque no me quedo muy bien y encontré esa imagen y se parecía mucho a como yo lo dibuje solo que le cambiaba el cabello y la vestimenta, así que la deje.

Esperó que lo hayan disfrutado (para que valga mi esfuerzo) y que les haya entretenido.

Yo soy Mary, se les ama mucho, y sa-yo-nara ;3

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