— ¿Sobre sus padres? —dijeron ambos al mismo tiempo, los pequeños asintieron.

—Es que por más que les preguntamos a ellos cosas, las evitan.

—Tienen que tener sus razones para no decirlas —dijo tranquilo mientras Akutagawa se volvía a recostar ganándose una mirada de enojo por parte de Atsushi.

—Pero entre la familia no debe de haber secretos —esta vez habló Mitsuki, su mellizo solo lo miro alzando una ceja ya qué eso contradecía sus propias acciones.

—Ustedes tampoco le han contado que ya tienen habilidades y siguen fingiendo que no tienen una —comento Akutagawa, los niños bajaron la mirada.

—Eso es diferente —dijo Mitsuki.

— ¿En que es diferente?

—Aku-chan, es diferente mamá tiene miedo de que tengamos habilidades, tiene miedo de que seamos como ellos.

—O que nos suceda algo —comento Masaru— además nuestros aromas aún no han aparecido es extraño tenemos habilidades pero duele tenerlas.

—Se supone que no debe doler tener una.

—Supongo que sí es algo raro pero supongo que es natural, después de todo tienen un retraso en su subgénero.

—Siento como si algo quisiera salir —dijo Masaru mientras apretara su pecho—como el alíen de la película.

—Eso es muy macabro —dijo Atsushi mientras sobaba su panza abultada.

—Si pero es raro se tranquiliza cando estoy cercas de Mitsuki —abraza a su hermano mientras cierra sus ojos — es como si supiera que lo que sea que está aquí —toca su propio pecho— debe de estar con él.

—Supongo que es su conexión de gemelos.

— ¿Esto qué tiene qué ver con mamá?

—No lo sé, solo sé que Mamá es un preocupon.

—Todos sabemos eso, Chuya-san lo ha mencionado tantas veces que ya no es de sorprender, me refiero a su preocupación por sus habilidades y subgénero aunque siendo sinceros él dice que no tendría problema si fueran betas y humanos sin habilidad pero ¿qué quieren saber?, trataremos de responder todo lo que podamos —dijo Atsushi mientras trataba de hacer que Akutagawa se levantara, Mitsuki aprieta sus manitas y con vergüenza pregunta.

— ¿C-como se enamoraron mamá y papá?

— ¿Eh? —dijeron los mayores, mientras ellos los miraban.

—Eso...yo solo los conocí cuando ellos se llevaban algo bien, ¿y tú Akutagawa?

—Supongo que antes de que entraran en la mafia, porque a pesar de que se odien, se llegaron a gustar, pasa lo mismo actualmente.

—Suenan a nuestros padres.

— ¿Y ustedes cómo de enamoraron? —pregunto Masaru, ya qué le gustaba estar de chismoso.

—D-Dejando eso, ¿qué más quieren saber? —Dijo Atsushi evitando el tema causando un puchero en Masaru.

— ¿Por qué mamá dejo la port mafia?

—Creo que deben preguntárselo a Chuya-san.

—El siempre evita el tema, no importa que.

—Ya solo díselo Jinko.

—No estas ayudando Akutagawa.

—Por favor —dijo en tono suplicante Mitsuki—Tío Atsushi queremos saberlo.

—Solo puedo decir que es por ustedes para concentrarse en su actual familia.

— ¿Solo eso? Debe de haber mucho más que eso.

—Es todo lo que él dijo —mencionó Akutagawa.

Ambos niños agachan las miradas tristes querían saber todo, más sabían que a ellos no les contaban mucho, el único que podría decirles acerca de ellos era su padre pero de alguna u otra forma lo harían hablar aunque costara días.

— ¿No tiene nada que ver con que mamá no tenga habilidad? —Masaru miro a su hermano preocupado.

— ¿Quien dijo que Chuya-san no tiene habilidad? —Hablo Akutagawa haciendo qué los pequeños le vean sorprendidos— ¿Que les hizo pensar que no tiene una habilidad?

—El nunca habla de eso.

—Nunca la usa —dijo Masaru— y se incomoda cuando hablamos de eso, y no nos niega qué no la tiene.

—Es incómodo para el hablar de eso porque no quiere incomodar, ustedes son unos niños aun, que se sienten mal por "no tener habilidad" no es como que a él le agrade eso.

—Pero...

—El piensa en ustedes y eso basta, Chuya-san no es débil, era uno de los ejecutivos de la mafia, ama a Yokohama y a sus personas más que nadie, eso incluye qué con o sin habilidad no es débil, él tiene su habilidad solo que no quiere usarla es todo.

Los niños lo meditaron unos momentos y después gradecieron de cierta manera su ayuda, cerraron el portátil dirigiéndose a su cama para dormir ya era tarde, se acostaron y cerraron sus ojos.

Al pasar las horas un gran estruendo los despertó de sobre salto y se asustaron al ver a Dazai entrar tomarlo en brazos y salir de ahí.

—Chuya vámonos.

—Llévalos tú, yo los alcanzare.

— ¡Chuya!

—Un vidrio fue roto—Están aquí si no te apuras ninguno de los cuatro se ira, estaré bien, no soy débil los veré en la agencia.

— ¿Mamá? —Dijeron ambos niños preocupados.

—Los veré después —acaricio su cabeza con ternura.

Dazai le dio un beso a Chuya y salió del apartamento por la salida oculta de emergencia qué el mismo Dazai construyó, los niños solo pudieron ver la silueta de Chūya en la lejanía, Dazai los llevo a la agencia, notaron como su padre hacia llamadas y poco a poco los de la agencia aparecían, mientras hablaban con el mayor.

Los niños estaban inquietos, no veían a Chūya por ninguna parte, él les dijo que le verían pero el sol estaba por salir y no le veían, todos sus tíos estaban ahí, y nadie les postraba atención decía algo, trataban de no llorar más su miedo pudo más.

—P-papi... —dijeron ambos a lo que Dazai los miro y se acercó— ¿d-donde esta mami?

—Tranquilos él está bien.

—Queremos verle —dijeron gimoteando, Dazai sabía que cuando los niños hablaban en diminutivo era porque estaban por llorar y nerviosos.

—Hace horas no lo vemos y tenemos miedo, él siempre nos reconforta —Dijo Masaru al borde de las lágrimas.

-—Mitsuki, Masaru...

—¡¡queremos verle!! —lloraban muy fuerte, Dazai los abrazo y apretó un poco contra el—¡¡Queremos a Mami!!

—Tranquilos, su madre está bien volverá lo prometo.

Por primera vez escuchaban la voz de su padre quebrarse, miraron al frente todos los de la agencia desviaban la mirada, algo andaba mal, Chuya nunca había desaparecido así de la nada y Dazai nunca le había dejado atrás de tal manera, puede que apenas tuvieran 6 años pero conocían muy bien a sus padres, El nunca dejaría a su madre en una situación así y menos sabiendo que estaba en peligro y viceversa, después de todo ellos eran un equipo y se cuidaban por el bien del otro.