Capitulo.13

Fyodor la mira sonriendo, los había provocado, mas no podrán hacerle absolutamente nada, tenía de su lado la habilidad que ellos desconocían, así que no podrían tocarlo directamente.

Chūya apretó sus puños trataba de idear una forma de atacar a Fyodor sin tocarle, a los momento sonrió y uso su habilidad golpeado el suelo haciendo qué se agrietada, e hiciera un agujero abajo del pelinegro, apresándolo, a tal grado que sus brazos no podía moverse, mas Fyodor permaneció tranquilo, Dazai se acerca a los cuerpos de los pequeños cargándolos aferrándose a ellos, su mirada reflejaba miedo y tristeza, tal vez también arrepentimiento por sus palabras, eso hasta que observo a Fyodor qué solo reflejaba odio.

— ¡Eso no lo mantendrá quieto, sus ratas amigas vendrán! —grito Dazai mientras se acercaba a Chuya para marcharse.

— ¡No me lo tienes que recordar!

—Chuya, enciérralo ahí lo suficiente como para salir —corre rápidamente a la salida.

— ¿Qué crees que estoy haciendo? —Chuya en ese momento agradecía qué estuvieran en una casa abandonada ya qué tomo unos pilares de madera dejando una especie de jaula, para después ir tras Dazai, ya que la casa se estaba derrumbando.

Al estar fuera Dazai y Chuya miraron el lugar derrumbándose, el castaño tenía una cara de molestia por lo que Chuya decidió preguntar.

—Ay algo que no me estás diciendo.

—El no morirá solo con eso.

— ¿Eso importa? A mí solo me interesa salir de aquí y recuperar a mis hijos.

—Estarán bien, lo prometo.

—Lo sé, aun así —le golpeó la mejilla no lo suficiente para tumbarle al suelo pero si para que le doliera— si no regresan date por muerto.

—Lo sé, ¿crees que yo no estoy asustado?

Chuya le miro por unos instantes, aunque no lo pareciera Dazai temblaba levemente mientras cargaba a los niños, el peli naranja lo juzgo por unos segundos para después suspirar y acariciar los cabellos de sus pequeños, parecían dormir, pero sabían que sus hijos no estaban respirando y eso era lo que tenía nervioso al castaño, él normalmente los cargaba los sentirá reír y respirar, eso ahora solo se convirtió en silencio y sin vida.

Tanto Chuya como Dazai notaron sonidos provenientes de las cloaca qué se dirigían hacia ellos, eran los ayudantes de Fyodor.

—Te dije que te apresuraras —suspira agotado.

—No fue mi culpa —Tomo a los niños en brazos y miro a Dazai— ¿algún plan? O ¿ya te encargaste?

—Conté alrededor de 80, 35 con muy mala puntería a decir verdad, —observa a las personas que van saliendo— lo digo por la forma en que toman el arma.

—No es momento para bromas bastardo.

—No bromeo —miro hacia donde estaban los hombres de mala puntería, al hacerlo una bala rozo la mejilla de Dazai este suspiro y miro a Chūya- Quiero mi recompensa para después, al parecer no tienen tan mala puntería solo son unos idiotas qué no saben sostener una maldita arma

— Tu recompensa será tener a los niños de vuelta y no un golpe mío en la entrepierna.

—Con eso me basta.

Dazai tomó dos de sus pistolas y echó un vistazo hacia fuera, se dio cuenta de que faltaban varios, por lo que suspiró pesadamente eso sería demasiado fastidioso y causaría problemas demás.

—Esconde a los niños, voy a necesitar de tu ayuda.

— ¿Desde cuándo pides mi ayuda?

— ¿Tu habilidad te regreso tu arrogancia o que mierda? —Le miro algo fastidiado —el soukoku es más fuerte que solo uno, además —sonrió divertido— extrañabas sentirte así.

Chuya sonrió levemente y dejo algo de gravedad en sus hijos para que los pequeños no les pasara nada, los. Dejo al lado de la casa derrumbada y se acercó a Dazai.

—No lo voy a negar pero no lo disfrutare tanto. Como yo quisiera.

Chuya y Dazai pegaron sus espaldas y empezaron a escucharse disparos qué fueron detenidos gracias a Chuya, este ya había olvidado lo bien que se sentía tener su habilidad, estaría mintiendo si dijera que no la extrañaba.

Al parecer. Chuya estaba más que preocupado y enojado, al parecer estaba desquitando el enojo con sus enemigos ya qué estos acababan noqueado a la primera o muertos.

Es que tener que usar esa estrategia tan cruel para poder devolverle su habilidad era demasiado para él, él nunca estuvo de acuerdo en lastimar de ninguna manera a los niños, pero según el castaño era necesario o si no podrían hacer qué Chuya recuperará su habilidad y poder marcharse de ahí.

Cuando su consciencia regreso se encontró con un Dazai algo herido, a decir verdad a este no le importaba, Chuya se acercó tocando su hombro, Dazai lo miro y sonrío Chuya hizo lo mismo y después miraron a sus enemigos ambos se recargaron en las espaldas contrarias nuevamente.

— ¿Listo compañero?

—Listo.

El soukoku poco a poco comenzó a acabar con los enemigos que tenían en frente, Chūya se divertía como hace años no lo hacía, tenía una sonrisa de satisfacción, lo disfrutaba al igual que Dazai. A los minutos terminaron y quedaron jadeando con la adrenalina a todo lo que da.

—Solo acabamos con los que se acercaron, no tengo información si van a llegar más debemos apurarnos.

— ¿Y la agencia?

—Ellos debieron de haber llegado si Atsushi les dio mi mensaje y no se lo comió.

—El no sería capaz.

—El no pero Byakko si.

—Agh tu agencia esta del asco ¿Y Anne-san?

—Ella.... Olvide decirle.

—Imbécil.

—Perdóname por no pensar en pedir más ayuda y solo pensar en el bienestar de mis hijos y de ti.

—Ellos me dijeron que los ignorabas.

—No lo hacía con intención.

—Debiste estar muy asusta dado.

—No realmente.

— ¿Estás seguro?

El castaño solo se mantuvo en silencio y ambos se dirigieron hacia los niños, cada uno cargando a uno, sus pequeños estaban fríos y sin movimiento le dolía verlos así, se aferraron a ellos, salieron de ahí lo más rápido posible a la agencia, temían que fuera ya muy tarde, no querían perderlos al menos no a ellos.

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