Capitulo. 11
En el lugar solo podía escucharse los quejidos de Mitsuki, llevaban 2 minutos así, hasta que Masaru sintió como su hermano le empujaba haciendo qué le observará.
—Hagámoslo.
— ¿Le entregaras a papá?
—Nosotros no, Papá se entregará solo...
—Y ¿qué hay de ti?
— ¿Importa? —Gimoteaba un poco mientras secaba sus lágrimas.
—Sí, yo no quiero que desaparezcas, pero tampoco quiero que mamá esté en peligro.
—Lo sé, pero es lo mejor.
— ¡No lo es Mitsuki!
—Tú decidiste venir, hazte responsable.
Masaru le miro triste y agacho la cabeza mientras apretaba su ropa, eso le había dolido, él era y será el causante de que su Hermano muera, Mitsuki le miro unos momentos y suspiro acariciando le el cabello, llamando su atención.
—Salvaremos a mamá ¿Sí?
Masaru solo asintió levemente no estaba completamente seguro de que funcionará, pero apoyaría a su hermano, se acercaron a donde Fyodor se fue, este los esperaban sonriendo.
Los dirigió por los túneles de la casa hacia una habitación, en el transcurso del recorrido Fyodor le dio un pequeño cuchillo a Mitsuki quien sin objeción lo guardo, Masaru no lo noto, al llegar les hizo pasar, tras eso cerró la puerta.
Los niños se asustaron y más al escuchar un ruido, se tomaron de las manos y caminaron hacia una luz, al llegar ahí miraron a su alrededor no podían ver nada, hasta que escucharon cierta voz.
— ¿Masaru? ¿Mitsuki?
Era Chūya, los niños no pudieron evitar Sorprenderse y llorar, Chūya al ver eso se acercó, lo abrazo con mucho cariño, beso sus cabezas y acarició sus cabellos, los pequeños notaron el aroma de Licor en el aire, era el aroma de su madre por lo que se rotaron más en su pecho ronroneando.
—Mi bebés ¿Qué hacen aquí? ¿Cómo llegaron?
—Un amigo tuyo nos trajo —dijo Masaru algo embriagado por el aroma.
— ¿amigo? Yo no... No puede ser —observo enojado hacia adelante — ¡rata de mierda! ¡Por que los trajiste, ellos no son parte de esto!
— ¿Mami? —comentaron ambos, ya qué de la nada el aroma a licor olía amargo— ¿Qué pasa?
— ¿Le dijeron a Dazai?, ¿él sabe que vinieron? —Menciono preocupado mientras les agitaba un poco, a lo que los niños negaron con miedo.
—No, nos escapamos Papá no ha sido el mismo de siempre, da miedo, no deja que vayamos a casa, nos ignora y nos prohíbe ver al tío Sakunosuke —dijo Masaru aun llorando, Mitsuki solo lloraba frotándose en el pecho de Chūya, quería sentirlo, olerlo, para lo que sería su última vez— estábamos sólitos sin ti y nadie sabía dónde estabas y eso nos asustó mucho.
—M-Mami, perdón yo te quité tu habilidad, y-yo no quise quitártela, y-yo te hice un omega.
— ¿Qué? —Desconcertado y arrugado su entrecejo — ¿de qué hablas Mitsuki? Tu no... Mierda, él te... —acaricio suavemente su mejilla y lo miro— está bien, tú no tienes la culpa, eso se puede arreglar, tranquilo.
—Lo sé por eso...yo... —se separó de Chuya, tomo el cuchillo y se apuntó a su corazón— te la regresaré.
Chūya se asustó igual que Masaru nunca pensó ver a uno de sus hijos con un arma y mucho menos apuntándose a sí mismo, Mitsuki temblaba, estaba nervioso, solo veía a Chūya sin decir o hacer nada, Chuya podía sentir un aroma agrio combinado con rosas.
—Siempre leí sobre el suicido en los libros de papá y pensé que sería... fácil pero, tengo miedo... No sabía que esto era tan aterrador.
—Mitsuki, baja eso, t-tus no debes...
— ¡Tengo que! ¡Tengo que regresarte tu vida, tu felicidad! —Dio unos pasos atrás, alejándose de Chuya— No vengas si vienes no podré hacerlo y seguirás siendo infeliz tienes a papá y a Masaru yo no importo aquí, yo no debí de nacer, solo te hice muy infeliz, te quite tu trabajo, amigos, vida.
— ¡Yo soy feliz! Desde que llegaron ambos, lo soy, no me importa una absurda habilidad, ni un maldito segundo género, ser omega, me importas tú y tú hermano, hasta la momia mal vendada que tienen por padre.
—Pero...
—Mitsuki no tienes que, volvamos los 3 juntos, con papá, y volvamos a ser una familia —Dijo Masaru aferrándose a Chuya mientras lloraba— Por favor para n-no quiero quedarme solo.
—Mitsuki, Masaru tiene toda la razón, no tienes que hacer nada de esto, yo también quiero que volvamos todos juntos —le mostró su mano y comenzó a dejar salir su aroma qué por el rostro de su hijo parecía calmarlo— ven.
Mitsuki cerró sus ojos y dejo caer el cuchillo, se acercó llorando a su hermano y a Chūya, estos lo consolaban.
—Mi niño, ¿Por qué pensabas que esto era la solución? —acaricia su cabeza mientras los dos pequeños seguían frotando se en su pecho.
—Por qué él dijo que era la solución, tu no eras un omega, eras un alfa, en los videos qué vimos decías que eras uno y cuando nacimos cambiaste.
—Ustedes no tuvieron la culpa, es un tema aparte, pero... ¿Cómo saben de eso?
—Atsushi/Ryu.
—Tendré que hablar con esos dos...
—Nos daríamos cuenta por la pancita de Atsushi —sueltan una risa entre sollozos —
—Supongo que sí.
Chuya Mira al rededor, buscando alguna forma de salir, pero acariciando la cabeza de sus hijos, quiénes aun lloraban y estaban asustados por lo que había pasado, e iba a pasar.
— ¿De verdad su padre no sabe que están aquí?
—No, nos escapamos y nadie nos vio, lo sentimos no era estoy lo que queríamos qué pasara.
—Está bien.
La puerta qué hace un momento se había cerrado, comenzó a abrirse dejando ver a Fyodor, Chuya al verlo apretó más a sus hijos hacia él y sacando un aroma muy amargo, que los niños tuvieron que cubrir sus narices y Fyodor sonrió divertido.
—Tu aroma no será suficiente para incomodarme o sacarme de aquí, aunque no me acercare ya qué estas a la defensiva, y en modo protector.
—Te mataré si te acercas.
—No necesito acercarme, veamos no funciono este pequeño plan, ¿con que debo empezar en este momento?
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