No Sex

Neji se había quedado a dormir en la casa de Lee. Este no se había negado; amaba a su novio y estaba acostumbrado a que llegara en mitad de la noche por algún problema con su tío o con algún primo. Normalmente se acostaban a ver películas, y esa noche no fue la excepción.

Se acurrucaron una junto al otro en el sillón, cubiertos por una manta y con las manos entrelazadas. Lee solía ser el primero en dormirse, pero justo hoy estaba más despierto que de costumbre. Se acomodaba varias veces, como si nunca encontrara una posición cómoda.

—¿Estás bien?—preguntó el Hyuga, empezando a preocuparse.

Su novio asintió y le dio un beso en la sien, para después seguir viendo la película.

Sin embargo, pronto Neji sintió que la mano de Lee que se encontraba rodeando su cuerpo empezó a hacer pequeños roces contra su ropa; leves caricias imperceptibles para cualquiera que no fuera un ninja entrenado. No lo apartó de momento, al menos no hasta que aquella mano atrevida se coló por debajo de su ropa.

Sostuvo su muñeca de golpe, libre de los vendajes que llevaba siempre. El chakra se arremolinaba en la punta de sus dedos por reflejo, sin terminar de salir por propia orden del Hyuga. Lee se sobresaltó al sentir la energía en su muñeca y el repentino agarre, confundido por la extraña reacción de su novio.

—¿Qué pasa, rival?—se escuchaba más preocupado que decepcionado—. ¿Hice algo que no te gustó?

—No, perdón—liberó su mano, pero no volvió a apoyarse en él. Se mantuvo sentado derecho, aún cerca de su pareja, pero era como si una muralla indestructible se hubiera levantado entre ambos.

Neji se golpeó mentalmente ¿Qué fue eso? Lee solo estaba siendo un poco más cariñoso que de costumbre ¿Qué tenía de malo?

Lo "malo" era que había notado que Rock Lee no solo estaba más cariñoso que de costumbre. Esa caricia sugerente le decía que su novio quería que algo más sucediera esa noche, y, desgraciadamente, no podía brindárselo.

—Neji—volteó a ver a su compañero, que todavía parecía triste—. Esto... está bien si no quieres... yo solo...

—Tranquilo. No hay problema.

—Si ahora no es momento está bien... podemos otro día o...

—No va a haber otro día—al ver el rostro extrañado de su novio, suspiró—. Quiero decir... no va a haber un día en el que —como Lee parecía sin terminar de entender, pausó la película y se giró para tenerlo de frente, pensando la mejor forma de decirlo—. A lo que me refiero, es que yo no quiero ese tipo de acercamiento. Te amo con todo mi ser, eso no lo dudes; amo tu personalidad, tu perseverancia, tu actitud, amo tus besos, tus abrazos, tus palabras; te amo tanto física como emocionalmente, solo... no estoy interesado en esa clase de actos.

Lee asintió un par de veces, con el rostro pensativo. Luego volvió a rodear a Neji con un brazo, esta vez por los hombros, acariciando su largo cabello en el proceso. Cuando se dio cuenta del estado curioso de su compañero, le dedicó una de esas grandes sonrisas, mostrando cada uno de sus dientes blancos.

—¡Está bien, rival! No sabía, pero te respeto completamente. La próxima deberías avisarme de entrada, para evitar momentos incómodos.

Neji iba a disculparse, pero un dulce beso en los labios lo hizo cambiar de opinión. Se juró silenciosamente que haría todo lo posible para preservar aquella hermosa sonrisa por el resto de sus días.

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