Let's be mature William T. Spears y tu +18
Dedicado a MariLePhisLawWoods
Espero que te guste :)
Let's be mature William T. Spears y tu +18
Es una realidad innegable, sé que cuando te enamoras por primera vez no importa la edad, género, raza o clase social. Estos factores, no van a detener a un corazón de enamorarse.
William T. Spears, así se llama mi vecino y amor de mi vida. Aunque él lo niegue, sé que le gusto. Sin embargo...
- Eres muy amable al acceder a cuidar a _______ esta semana completa, realmente estoy muy agradecida – rodé los ojos y me crucé de brazos. Debía esconder el hecho de lo feliz que me hacía estar junto a William una semana completa y a solas.
- Es un gusto poder ser de ayuda señora Gutiérrez. – dijo fingiendo sonreír.
- Espero que mi pequeña no sea una molestia – me miró de forma severa
- ¿Qué? – le dije con cierto tono de desagrado
- Para su corta edad a veces tiene unos alcances que – negó con su cabeza – espero que puedan llevarse bien – William sonrió de forma falsa nuevamente.
- Claro que si – y con esta, mi madre se largó.
Entré a mi casa, puede que me guste mucho William, pero eso no significa que se la pondré fácil.
- Tengo trabajo por hacer – rodé los ojos, para los adultos todo es trabajo y más trabajo – puedes dormir en mi apartamento hoy, si quieres – me encogí de hombros
- Da igual en donde duerma – lo miré a sus ojos, a eso ojos que me traen jodidamente loca – no es como si fuéramos a hacer algo especial ¿o sí? – negué y me encaminé hasta su apartamento.
Me dejé caer en la única cama que había en el apartamento de William. Miré hacia el techo y luego hasta donde estaba Spears escribiendo en su computadora.
- Necesitas algo – dijo de forma automática
- Sí, pero no creo que tú me lo puedas dar – continuaba tecleando. Odio cuando me ignora, en este juego se pueden dos participantes. Dejé de hablar y me enrollé en las sabanas blancas de la cama de William.
No me di cuenta de cuando caí dormida, pero el punto es que sentí como alguien acariciaba mi cabello con delicadeza.
- Cuanto daría por tenerte – murmuraba –desearía poder tocarte sin ningún remordimiento – mi corazón se aceleró – desearía hacerte mía – abrí mis ojos y vi a William mirarme con ternura.
- ¿p-por qué simplemente no lo haces? – me senté - ¿es por la diferencia de edad? – jugueteé con un mechón de mi cabello – entiendo que quizás no parezca una mujer muy madura y que – William no me dejó continuar y juntó nuestros labios.
- Nunca vuelvas a decir ese tipo de cosas con esa expresión tan seria – sentí su mirada fija en mis ojos. Su expresión, la cual no muta de ser fría, cambió radicalmente.
- ¿c-cómo quieres que no piense y diga cosas así con esa expresión? Simplemente no lo puedo hacer con una sonrisa, porque... - mierda, sentí la lágrimas acumularse – yo amo a William, y quiero que William me tome. Quiero tener cada parte de William para mi sola – miré fijamente a William. – quiero que me consideres una mujer madura, o al menos... enséñame como serlo.
William abrió sus ojos sorprendido.
- T-t-tienes toda una semana para hacerme lo que tú quieras – esa simple idea hizo que me sonrojase- y te puedo asegurar que no pensaste en eso ni un solo segundo desde que mamá te propuso cuidarme – sentí como estaba a punto de llorar -¿qué otra cosa debo hacer para que veas que realmente quiero ser tuya y solo tuya? ¿Qué debo hacer para ser lo suficientemente madura para ti? – William negó y estampó sus labios contra los míos.
- Cállate – me sorprendí – eres insoportable cuando lloras- Su lengua se abrió paso al interior de mi boca, mientras que William se acomodaba entre mis piernas.
Nuestras lenguas jugaban la una con la otra, caricias iban y venían. Deseaba que él me tomara y que solamente fuera él. Comenzaba a desesperarme, no quería solo besos y caricias. Yo quería acción.
- W-Will... - sus ojos se fijaron en mi – p-puedes ir más lejos – me ruboricé y el simplemente sonrió
- Seamos maduros – dijo en cierto tono de burla que no es usual en el.
Empezó a quitarme la blusa y luego la pijama. El hizo lo mismo con su ropa, para luego comenzar a esparcir pequeños besos por mi cuello.
Sentí mi ropa interior inusualmente húmeda y William se dio cuenta.
- ¿Tan rápido ya? - enrojecí
- ¡E-e-e-es tu culpa! – William simplemente sonrió. Suavemente comenzó a deslizar sus dedos por mi ropa interior, llegando así hasta mi vagina. El contacto de sus dedos fríos hizo que me arquease y agregándole a eso la sensación que estaba sintiendo en esos momentos.
- Vaya que si, asumo totalmente la culpa – mordí el interior de mi mejilla y sentí los labios de William posarse sobre los míos, mientras que sus dedos jugueteaban abajo. El desespero se apoderaba cada vez más de mí. Empecé a besarlo con ansias, con necesidad.
Lentamente William introdujo uno de sus dedos lentamente en mí.
- No te preocupes – dijo a pocos milímetros de mis labio- no será así – William se bajó los pantalones y pude ver su pene. Enrojecí, e-era la primera vez que veía la parte de debajo de un hombre.
El sonrió y juntó nuestros labios, para luego lamer los dedos que antes estaban ocupados.
- ¿lista? – asentí – lo haré despacio, te prometo que no durará más de dos segundos – asentí y William se colocó entre mis piernas, para luego introducir su pene lentamente en mi. Enrollé mis piernas alrededor de su cadera, para luego sentir como entró por completo y una lágrima resbaló por mi mejilla, la cual William lamió. –v-voy a comenzar a moverme – asentí y todo dolor desapareció al momento en el que William empezó a moverse.
- W-W-Will – gemí – q-quiero más – William aumentó la velocidad. Se sentía tan bien. Sus labios bajaron hasta mis pechos para comenzar a lamerlos. –s-se siente tan bien – dije mientras disfrutaba al máximo lo que estaba experimentando.
- Te amo – murmuró de forma ronca en mi oído para después mordisquearlo. Podría morir de felicidad.
- Yo también te amo – y juntamos nuestros labios.
Toda la semana lo hicimos, no había ni un solo día en el que no lo hiciéramos. Pero lo bueno no dura siempre.
- Muchas gracias por cuidar de mi hija – agradeció mi madre
- Es con mucho gusto señora Gutiérrez – maldito, otra vez esa sonrisa falsa. El teléfono de mamá sonó estrepitosamente
- Qué vergüenza, permiso – dijo mientras se retiraba para contestar. Yo solo miraba a William, moría por besarlo en estos momentos. - ¿debe ser ahora? – mi madre soltó un ruidoso suspiro – muy bien, ya voy en camino – se apresuró hacia su habitación y yo entré igual.
- ¿sucede algo? Tenemos al vecino allá afuera y – mi madre me miró con gesto de disculpa.
- ¿podrías quedarte un tiempo en la casa de nuestro vecino? –genial – debo ir a solucionar un problema en una de las sucursales de la empresa y creo que me va a tomar más tiempo de lo usual. Lo siento hijita – negué
- Es tu trabajo ¿no? Es lo que has estado haciendo durante todo este tiempo para poder tener una buena vida – me encogí de hombros
- ¡William, cariño! ¿podrías cuidar a _______ durante unos tres o cuatro meses? – mi mamá... es la mejor
- Claro que si – sonrió- no habrá ningún problema
- Muchas gracias – agradeció – y pórtate bien con nuestro vecino _______. William si es necesario le puedes dar unos cuantos azotes, ¡JAJAJA, solo bromeaba! – William sonrió y mi madre desapareció por las escaleras.
El se cruzó de brazos y con una sonrisa amplia en su rostro me miró.
- ¿q-qué con esa expresión? – el negó y me hizo una seña para que entrase a su apartamento
De un momento a otro sentí como azotaba mi trasero.
- ¡W-William! – el sonrió y se acercó a mi oído
- Tu madre me dio permiso - se dirigió hasta mis labios – puedo hacerte lo que quieras durante cuatro meses _______, eres solamente mía- y me cargó hasta su habitación.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top