Huyamos- Under y tu +18
Espero que te guste :D
_______POV
Y si, estoy siendo secuestrada por un criminal, mi carrera en la policía se va yendo a la mierda.
- ¿Así que dejaste de gritar? Je, je, je – suspiré
- no voy a desgastarme contigo, pedazo de idiota – aparte de... matar a una persona frente a mí, me secuestra y me lleva como un bulto de papas. Esto es humillante
- así me gusta, que seas una desafiante de mierda y al mismo tiempo seas una sumisa empedernida, ja, ja, ja – rodé los ojos, era lo único que podía hacer en esta situación. Ya habíamos salido de la ciudad y no había nada ni nadie.
El criminal de cabellos plateados me bajó de su espalda y me miró con una sonrisa burlona.
- lo veo en tus ojos – se recostó en el tronco de un árbol – estás a la expectativa de saber qué sucederá ahora
- ¡Eres un imbécil! – le grité sin ningún tapujo
- ¡Ja, Ja, Ja, Ja, Ja, Ja, ¡Ja! – su rostro pálido se tornó rojizo - ¡Maldita sea! La mejor decisión que he tomado en toda mi vida – se acercó a mi rostro – tener a mi propia comediante personal- seguía riéndose descontroladamente, hasta que de un momento a otro su risa calló, para luego mirarme en forma de burla – Dime detective, ¿qué harás al respecto?
- ¿con respecto a qué? – pregunté con cierto tono de agresividad, simplemente él sonrió
- mi imbecilidad, a la que minutos antes hiciste referencia – su forma de hablar y como se expresaba, con semejante calma, me irritaba
- Absolutamente nada – me crucé de brazos y me senté en el suelo. – simplemente me quedaré aquí y quizás con suerte un oso me mate.
El volvió a reírse a carcajadas y esta vez parecía que se quedaría sin aire.
Si mal no calculó, han pasado por lo menos unos cinco minutos. En los que este idiota se ha estado riendo.
- ¿y bien? – se secó una lágrima y sonrió
- y bien qué?
- ¿me dejarás libre? - negó
- No me sirves libre – tragué saliva, para luego sentir como tapaba mis ojos con una clase de venda.
No sé cuánto tiempo transcurrió, y mucho menos al lugar al cual me llevó.
- Muy bien – me bajó con cuidado, para luego retirar la venda de mis ojos -esta cabaña en la mitad de la nada forestal, será nuestro nuevo hogar – sonrió de forma siniestra
- Lo que me faltaba – tomé aire, lo expulsé con lentitud y comencé a correr. No parecía que me estuviese siguiendo, lo cual no es buena señal, dado que siempre pasa que tienen un as bajo la manga. Dicho as... fue una trampa que me capturó. De un momento a otro estaba enredada entre cuerdas y estaba empezando a tener problemas para respirar.
La carcajada enfermiza de Undertaker se hizo resonar con un eco sonoro en todo el bosque. Su figura esbelta, cabellos plateados y ojos amarillos verdoso, hicieron presencia ante patética escena.
- Definitivamente eres la mejor rehén que he tenido en años de vida criminal – volvió a reír sonoramente. - ven, te bajaré, debes tener hambre – espera... ¿Qué?
Me tomó entre sus brazos con suma gentileza y se encaminó hacia la cabaña.
Al entrar, lo que me impresionó fue lo organizado y limpió que estaba el lugar.
- wow – se me escapó
- lo sé – río - ¿quién diría que un criminal mantendría su cueva limpia e impecable – sonrío, se dirigió a la mesa y me posó con cuidado en la silla – te traeré algo de comer – una sonrisa casi simpática se extendió en sus labios.
Esperé y esperé, parecía demorarse demasiado, así que opté por ir hacia la cocina. Y al llegar... lo vi con su cabello recogido en una coleta desordenada, las mangas de su camiseta remangadas hasta la altura de sus codos, un delantal y unas cicatrices bastante llamativas.
Me acerqué, estaba embobada, completamente idiotizada ante semejante cuadro. Debía admitirlo y ser sincera con lo que estaba viendo y sintiendo, era todo un adonis. Al acercarme, el fijó su mirada rebosante de curiosidad, para luego ladear su cabeza hacia la izquierda, como si ello le ayudase a comprender mis acciones mejor. Tallé cada cicatriz con suavidad, las repasaba con la yema de mis dedos de inicio a fin.
- Esto si que es curioso – dijo con una voz profunda, sin perder ese tono de burla que lo caracteriza.
Y así, pasaron más de seis meses, en donde convivíamos como compañeros de cuarto, amigos, confidentes. Todos los días la rutina variaba, a veces nos sentábamos a ver la televisión o jugábamos algún videojuego, para luego leer recetas y decidir que haríamos de cena.
- Esta me parece interesante – dije mientras la señalaba con mi dedo índice – aunque me parece que debemos comprar algunos ingredientes – mordí el interior de mi mejilla, para luego mirar a Undertaker a los ojos - ¿qué piensas? - el simplemente sonrió
- ¿puedes ir tu por los ingredientes? No me siento muy bien – era mi oportunidad
- ¿Q-qué tienes? – su frente chocó con mi hombro delicadamente, haciendo que sus cabellos cubriesen todo su rostro
- Gripe- murmuró – es mejor recostarme un rato, pronto se me pasará – me dio el dinero sin levantar su cabeza y se dejó caer de espaldas en el sofá. – tu sigue el sendero de la izquierda y llegará a una tienda, allí conseguirás los ingredientes.
Y así fue, la oportunidad de huir puesta en una bandeja de plata.
Obedecí la dirección que me había proporcionado Undertaker y llegué a dicha tienda.
- ¿tiene usted algún teléfono que pueda usar? - el señor asintió y me señaló la cabina telefónica. Me acerqué para no levantar sospecha, llamé a la policía y proporcioné la dirección del lugar en donde yacía secuestrada.
Compré los ingredientes, uno que otro medicamento y volví con Undertaker.
Al entrar a la cabaña, pude ver su rostro descansando plácidamente. Me acerqué lo suficiente para que me pudiese escuchar y...
- gracias por volver – sus brazos me habían envuelto y atraído hacia el – creí que te irías y no volverías
- ¿q-q-q-q-qué e-e-estás diciendo? Debes tener fiebre – el negó
- y aún no me recuerdas – expresó con tono triste
- ¿qué dices? – el sonrió
- te hice una promesa hace años, y solo hasta hace seis meses la pude cumplir – sus dedos repasaban la línea de mi mandíbula – me hiciste prometerte que si- tragó saliva -nos volvíamos a encontrar, sin importar las condiciones, te secuestraría – Undertaker sonrió con nostalgia, sus dedos repasaron mi labio inferior con la misma delicadeza- ha pasado mucho tiempo, ________- sentí la calidez de sus labios posarse sobre los míos para luego escalar a un apasionado beso.
Sus manos se paseaban con frustración y desespero por mi ropa. El separó sus labios de los míos.
- No puedo hacerlo – sonrió y hundió su cabeza entre mi pecho – no puedo hacerlo si aún no me recuerdas – su mano acarició mi mejilla y sus labios se posaron en mi frente con dulzura. La calidez de su cuerpo me había hecho sumergir en un mar de emociones y sensaciones.
De un momento a otro, un estruendo se escuchó y yo sé que era perfectamente.
- Huyamos, Undertaker- lo miré fijamente- vámonos de aquí – no parecía entender la situación, y no era para menos. – cometí un maldito error y la única forma de enmendarlo es huyendo, luego te explicaré, solo... confía en mi – el asintió y de esta manera, huimos de la cabaña.
Corrimos por el mismo sendero que nos llevaba a la tienda, robamos un coche y salimos de la ciudad, para luego llegar a un pueblo pequeño, muy apartado de donde estábamos. Por suerte, el coche en el que estábamos había una cantidad razonable de dinero. Nos dispusimos a encontrar una posada.
- parece un pueblo bastante conservador – Undertaker no me había hablado en todo el trayecto. Después de encontrar la posada, nos dispusimos a ir a nuestra habitación. Quedamos en silencio, un silencio que era incómodo. - s-sé, que debes tener preguntas y yo te puedo dar las respuestas. Al ir a la tienda... llamé a la policía. Simplemente creí que escapar era lo mejor... pero me equivoqué. Yo... lo siento mucho – dije sin apartar mi mirada de Undertaker. Pero no obtuve respuesta – di algo, por favor – silencio -mierda- murmuré y me puse de pie, para luego sentir la mano fría de Undertaker tomarme por mi muñeca
- No importa cuánto daño me ocasiones, ni si me traicionas una o mil veces, yo... te voy a amar como el primer día – mis ojos se cristalizaron, para luego abalanzarme a los brazos de Undertaker y juntar nuestros labios.
Sus manos lentamente deslizaban mi ropa con el fin de retirarla, yo copiaba sus acciones. Sentía una lluvia de emociones en mi interior, necesitaba más y más. Me detuve un momento para mirar su cuerpo, tan perfecto, lleno de cicatrices que solo agregaba un plus a su atractivo, lentamente comencé a esparcir pequeños besos en cada una de sus cicatrices y vi como sonreía. Sin embargo
- el control de este asalto lo tengo yo, te prometo que el siguiente podrás hacerme lo que quieras – sonreí y sentí sus dedos pasearse tortuosamente por mi abdomen hasta llegar a mi ropa interior, la cual, no tardó en retirar.
- Oh – fue lo que susurró sobre mis labios al sentir mi vagina – pareces estar lista – sus dedos comenzaron a jugar con mi clítoris y yo reprimía mis gemidos – buena chica, no queremos que los ancianos nos escuchen ¿o sí? – negué, sus dedos comenzaron a bajar un poco más y – aquí – sentí como introducía uno de sus largos dedos y acariciaba mi interior. Mordí mi labio inferior, no quería hacer demasiado ruido – los números impares a veces no son suficientes – dijo mientras introducía el segundo dedo, solté un leve jadeo, a lo cual el respondió con una risilla burlona. Sus labios recorrían mi cuello, para luego succionar ligeramente -y tres- el tercer dedo hizo que contener mis gemidos fuera imposible
- U-Under... - sus labios me interrumpieron y sus dedos cada vez acariciaban con más intensidad mi interior – mierda, te necesito adentro – gemí
- tus deseos son mis ordenes – murmuró, para luego, lentamente... introducir su pene ya erecto en mi vagina
-U-U-Under – gemí el simplemente sonrió para luego tomarme por la cintura y penetrarme de forma más profunda, su mirada intensa posada en mi me hacía perder el poco control que me quedaba.
- se siente tan jodidamente bien – una sonrisa ladeada se formó en sus labios. Tomé su rostro entre mis manos, para luego besarlo con fuerza y también callar mis gemidos. Sin embargo, con cada embestida me era imposible hacerlo. Sus embestidas eran fuertes y fuertes.
- m-m-más rápido – mi clímax se acercaba, mis músculos abdominales se contraían cada vez más seguido, hasta que, sin previo aviso... aquel liquido mojó las sabanas y consigo nuestra parte inferior
- que desconsiderada – dijo Under con tono de burla, se acercó a mi oído – yo no he terminado – mordió ligeramente mi lóbulo y me colocó en cuatro, para luego penetrarme con fuerza. Estaba viendo estrellas, cada estocada era un viaje a un nuevo universo, cada sensación se multiplicaba por mil
- ¡Más fuerte! – gemí, sus penetraciones eran tan fuertes que ya sabía que... debo aprender a caminar... de nuevo. Sus dedos se hundían en mi trasero.
Una ultima estocada, una ultima embestida marcó el final del viaje. Me dejé caer, para luego sentir el peso de Undertaker en mi espalda.
- quitate – reí, su cabello me estaba haciendo cosquillas. De un momento a otro, aquellos recuerdos que creí haber perdido... volvieron. Me puse boca arriba como pude, miré a Undertaker y las lagrimas de alegría brotaron de mis ojos. -e-e-eres tú. Te encontré – lo abracé y nos fundimos en un abrazo.
El fic ganador fue.... Let's be Mature William T. Spears
jojojojojojo, vamos lemmon rico que voy a escribir Xd, gracias por votar shicas, ya saben que este vendría después del de Cielito, el cual ya está publicado hace mil quinientos años. sin más que decir, bye.
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