Capítulo 5

-Al parecer se te da mejor la biología que el álgebra. -Bromeo con Alessandro dejando de lado el bolígrafo, después de nuestra pequeña charla en la calle, caminamos hasta mi casa entre bromas y juegos inmaduros como el de no pisar las rayas del suelo, aquel que ganara tenía derecho a darle un golpe al perdedor. Si, ya sé que había dicho que odiaba los juegos de niños, pero nunca se debe rechazar la oportunidad para golpear a Alessandro.

-Oh querida Eileen, lo único que no se me da bien es eso. -Me guiña un ojo y me río por el comentario. No quería tomarlo con doble sentido, pero era imposible porque obviamente Alessandro quería que lo viera de esa manera.

-Voy a fingir que te creo -respondo y choco nuestros hombros. Los dos nos reímos y negamos con la cabeza.

Segundos después cada uno fija su atención en su cuaderno y a la vez nos perdemos en nuestros pensamientos. En los últimos minutos había reído tanto que la rabia que sentía se había desvanecido casi por completo. El humor de Alessandro era totalmente contagiable y su forma de flirtear era demasiado tierna y aunque lo que me decía era en broma, no podía evitar tomarlo con un poco de seriedad, después de todo soy Eileen Calwell y gran parte de las cosas son serias para mi.

-Se acabó el tiempo de estudio. - Alessandro me saca de mis pensamientos y se levanta del asiento mientras camina en círculos en la sala-. Es hora de descansar y tengo algo planeado para relajarnos. -Termina y yo me levanto del asiento para luego cruzar mis brazos sobre mi pecho sin ninguna expresión en mi cara.

-Dime que con "relajarnos" no te refieres a drogas. -Bromeo y hago comillas con mis dedos en la palabra relajarnos.

-Eileen, tú podrás ser todo menos una buena compañera para drogarse. Así que no, hoy no hay drogas. -Se burla y yo toco mi pecho ofendida.

Después de insultarlo en mi cabeza me quedo en silencio esperando a que continúe hablando.

-La actividad a realizar requiere... -No lo dejo terminar porque estallo en risas dejando de lado la seriedad. Alessandro me mira confundido y yo poso mis manos en mi estómago para intentar cesar mis risas.

-A-Acabas de decir "La actividad a realizar requiere". Nada propio de ti Alessandro, las drogas si te están afectando -digo entre risas. Alessandro rueda los ojos y se cruza de brazos, segundos después ceso mis risas y Alessandro continua.

-Como sea, necesitamos un parlante para lo que tengo planeado. -Frunzo el ceño y espero a que continúe, pero solo me lanza una mirada de "trae uno". Le enseño mi dedo medio y voy en busca de un parlante.

Subo a mi habitación y busco el aparato que uso para escuchar música mientras me baño, no es difícil de encontrar gracias a que mi habitación está ordenada. Lo tomo de encima de mi mesita de noche y no puedo evitar ponerme un poco triste al ver la foto que también está encima de ella. Estamos en una cabina fotográfica Alessandro, Aiala, Emmanuel y yo todos con ropa súper extravagante, posando para la foto. Hermoso momento.

-Eileen no me digas que te encerraste en el baño porque si es así te sacaré a rastras de ahí -habla Alessandro desde abajo y ruedo los ojos. Idiota.

Salgo de mi habitación y bajo las escaleras a paso apresurado, cuando llego a la sala veo a Alessandro desparramado en uno de los asientos mientras revisa algo en su celular. Su camiseta blanca se le subió un poco permitiendo ver parte de su abdomen, segundos después una de sus manos se posa sobre su rodilla y su vista se dirige hacia mí, sonrío tímidamente y él me devuelve la sonrisa solo que de manera cínica.

-Aquí está. ¿Qué planeas pequeño engendro del demonio? -Le digo a Alessandro y él ríe. Se levanta del asiento y me quita el parlante de las manos ganándose una mala mirada de mi parte.

Sus manos hacen movimientos rápidos y en unos cuantos segundos su celular está conectado al parlante con música sonando de él. Alessandro me extiende una de sus manos y yo niego repetidamente con la cabeza.

-No bailo, lo siento. -Sonrío falsamente y paso por su lado sentándome en el lugar en el que él estaba minutos antes.

-Vamos Eileen. Quiero hacer algo por ti, tu me estas ayudando a estudiar y creo que es un buen trueque si al menos te enseño a bailar. -El moreno me mira y me extiende nuevamente la mano.

Miro su mano considerando su propuesta y suspiro en forma de rendición. Todo sea por una buena causa. Él sonríe y puedo jurar que es una de las sonrisas más relucientes que he visto por parte de Alessandro.

Busca una canción en su celular y la hace sonar, no puedo evitar sentirme absurda y a la vez feliz al escuchar la canción que escogió. "Thinking out Loud" de Ed Sheeran, mi cantante favorito.

Una de las manos de Alessandro se posa en mi cintura y la otra mano toma una de las mías, él empieza a menearse en su lugar y yo lo sigo, luego me hace girar sobre mi eje y después aprieta más su agarre provocando que me acerque más a él. Nos miramos fijamente mientras nos movemos al ritmo de la música y por un momento todo en mí alrededor desaparece dejándonos a Alessandro y a mí bailando sin importar qué suceda. Cierro los ojos por unos segundos y cuando los abro nuevamente noto a Alessandro sonriendo ampliamente.

Nuevamente Alessandro me hace girar sobre mi eje y está vez empezamos a movernos por toda la sala, mi sonrisa se ensancha cuando hace que le dé una vuelta, así transcurren varios minutos entre movimientos suaves hasta que en un momento nuestras miradas chocan y puedo sentir la respiración de Alessandro muy cerca a la mía, de pronto siento la extraña necesidad de besarlo, pero gracias a lo que fuera la canción acaba y Alessandro habla.

-Y ese fue Ed Sheeran... -susurra Alessandro alejándose lentamente. Inmediatamente siento vergüenza. Quise besarlo y no sé por qué.

- ¿Cómo sabías...? -No termino de formular la pregunta, sin embargo Alessandro me entiende y responde.

-Se más cosas de ti de las que ni tú misma podrías creer Eileen. -Me sonríe y yo jugueteo con mis dedos. Esto se está empezando a poner incómodo y si no lo evito cuanto antes acabaré muerta de vergüenza.

-Bien, suficiente de clases por hoy. -Pronuncio y empiezo a guardar mis cosas en mi mochila, mientras Alessandro hace lo mismo con las suyas.

-Hagámonos una foto. -Propone Alessandro, yo rio y niego con la cabeza, pero él continúa-. Como quieras pequeña amargada. -Ruedo los ojos y le enseño mi dedo medio.

- ¿Quieres quedarte a comer con nosotros?- Le propongo una vez que he terminado de guardar mis cosas.

-Debería decirte que no porque tú te negaste a mi propuesta. -Iba a protestar, pero él continúa-. Pero tengo hambre y la comida de tu mamá es deliciosa, así que si. Sería un honor para mí cenar con la familia de Eileen Calwell- Termina y hace una venia mientras que yo rio por el gesto.


A

rroz, pechuga de pollo gratinada y ensalada de lechuga fue el menú de la noche. Cuando llegaron mis papás saludaron animadamente a Alessandro y me agradecí internamente por haber pedido permiso a mi mamá para estudiar con Alessandro apenas él lo propuso en la mañana, de no haber sido así en este momento la euforia no estaría presente y las miradas asesinas hacia mí serían interminables.

-Eileen heredó el carácter de su abuela y a veces tenerlas a las dos juntas es un martirio. Te compadecemos Alessandro por tolerarla de lunes a viernes. -Pronuncia mi papá con sorna y Alessandro ríe. Yo solo sonrío incómoda y sigo comiendo, sé muy bien que las cosas entre mi papá y yo están tensas, pero no quiero dañar el momento con comentarios bordes.

-Ya lo creo señor Calwell, a veces ni ella misma se soporta -dice Alessandro y a mi me dan ganas de enseñarle el dedo del medio, pero solo me limito a golpearle la canilla del pie por debajo de la mesa a lo que él se queja y me lanza una mirada asesina.

Yo también te quiero, pequeño engendro del demonio.

El resto de la cena transcurre así, entre comentarios fuertes, anécdotas y muchas risas. Al acabar de cenar Alessandro agradece muchas veces a mi madre por su comida y se despide de ellos prometiendo que volverá pronto. Juntos caminamos hasta la entrada y llega el momento de la despedida.

-Gracias por ayudarme a estudiar, nos vemos el lunes en el instituto -Me sonríe y se agacha un poco para besar mi mejilla izquierda. Tiene la suerte de ser más alto que yo, lo que lo hace ver intimidante en ocasiones, bueno en realidad la mitad de la población masculina es más alta que yo, pero ya me acostumbre a vivirlo diariamente.

-Gracias a ti por todo lo de hoy. La pase muy bien, pero que no se te suba a la cabeza. -Golpeo levemente su hombro y él me muestra su dedo del medio, luego empieza a alejarse cada vez más de la puerta de mi casa. Un impulso me invade y antes de que pueda detenerme a mí misma por lo que voy a hacer, llamo a Alessandro.

- ¡Alessandro! -Grito y para mi suerte me escucha así que detiene sus pasos. Se gira y me mira curioso esperando mis palabras.

-Esta bien, tomémonos la foto -digo y él sonríe ampliamente mostrando sus blancos dientes al igual que yo.

La alegría me invade al verlo acercarse y esta vez sí me permito decirme a mí misma: eres un idiota Alessandro, pero eres malditamente bueno para mí.

______Nota de autora______

Debo confesar que amé escribir este capítulo, en multimedia la canción que los dos bailaron.

Espero les este gustando la historia, me harían muy feliz si votaran y comentaran qué les pareció.

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