1

De todas las palabras que existen en el diccionario, con todo y sus términos correspondientes, he encontrado una palabra que describe a Jung Hoseok. Huracán.

Vamos, en sinónimos deberían poner una foto en grande del chico, con todo y sus mejillas grandes, su sonrisa enorme e insertar un audio con una grabación de una clase entera a su lado, porque sí, estar junto a él en las clases, es como ponerse frente a un huracán o peor, irse al mar cuando hay marea alta o una tormenta.

Diablos, yo quería pasar de buena manera este año, madre, perdón por mis próximos reprobados.

Ahora estoy en clase de lengua, intentando poner atención a lo que la maestra ha escrito sobre el pizarrón, estoy muy por detrás y no se puede ver ni una sóla letra de lo que se supone tengo que estudiar.

Y para colmo de mis males, a mi lado está Hoseok, hablando como si nada de su vida, parece que no le importa que lo ignore, sigue contando sus anécdotas y riendo de vez en cuando mientras escribe. Maldito hijo de perra y su buena visión.

¿Por qué yo no nací con buena vista?, ¿Por qué el no se puede callar?.

— Ah y en baile, hicimos una coreografía súper genial, bailé hasta el cansancio y... ¡YoonGi hyung!, si no me pone atención no le pasaré la copia — dice, fingiendo indignación.

Han pasado varias semanas del curso y aún sigo cayendo en su trampa. Pero, esta es la única solución a no poder ver, además, puedo copiar. Aunque eso signifique oír lo que Hoseok hace cada día de su vida.

— Si te escucho — le respondo en voz baja, evitando que nos oigan.

— ¿Qué dije?.

Si, ¿Qué dijiste?.

— Que fuiste a tus clases de baile, ahora dame la copia — tomó su cuaderno.

— ¿Qué más? — me reta, quitando la libreta de mis manos.

— Que te... ¿cansaste? — ya ni sé lo que digo, sólo adivino con lo que aparece primero en mi mente.

— Hyung, usted no me ha puesto atención, me ignora. Es malo, muy malo — hace un puchero, mostrando sus hoyuelos.

Rayos.

— Hyung, se sonrojó. YoonGi Hyung se sonrojó por mi sonrisa — se está burlando, demonios hasta suelta una carcajada.

Siento el rubor subir a mis mejillas, demonios, yo nunca me sonrojo, ni siquiera cuando hago ejercicio, ¿Qué demonios me pasa?.

Min YoonGi, tú eres frío, la Antártida se queda muda a tu lado, tu corazón es tan frío que parece nevera, ¿Por qué te sonrojaste?.

— Ay, ¡Eres un idiota Hoseok! — digo, tapándome las mejillas.

Lo único que obtuve como respuesta son las risas de Jung Hoseok y un salón con los ojos sobre nosotros.

Además de un pase a la oficina del director.

Lo odio, odio a Hoseok, odio el santo y horrible día en el que conocí a aquél chico de sonrisa brillante y enorme, su cabello hermoso, sus hoyuelos bellísimos y su voz tan linda y cantarina.

¿Que si soné gay?, no me importa, ¿Qué si soy pasiva?, en tus sueños.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top