Promesa.
Ouma: ¡Ya te dije que no quiero ir! ¡No tiene ni el más mínimo sentido que yo vaya!
Saihara: ¡Al menos de oyente! No puedes estar aquí solo mientras yo me voy a la escuela.
Ouma: Eres increíble... En verdad. No me vas a dejar opción, ¿verdad?
Saihara: No, ahora ponte este uniforme, que iremos a la escuela.
Ouma: Seré el chico nuevo ciego, si ya era terrible ser nuevo ahora no poder ver cómo se burlan de mí...
Saihara: No dejaré que nadie se burle de ti, ¿oíste?
Ouma: Soy ciego, no sordo.
Ouma como pudo se puso el uniforme para después salir del cuarto, Saihara lo esperaba afuera de este, Saihara le hizo de comer a Ouma y ambos terminaron para dirigirse a la escuela, Ouma no soltó el brazo de Saihara ya que se negaba a usar un palo o lentes, no le gustaba que las personas notaran que no veía.
Al llegar alguien se acercó a la par, un chico alto que parecía amigo de Saihara ya que lo saludó amistosamente.
Momota: ¡Shuichi! ¿Quién es él? Tu novio.
Saihara: N-no... E-él... Emmm... Y-yo...
Ouma: Es mi mayordomo.
Momota: Jaja, no sabía que te gustaba ser sirviente, pero bueno soy Kaito Momota. —Kaito puso su puño para que Ouma chocara el suyo con él pero los ojos de Ouma no se movían, Kaito se extrañó tanto que acercó su dedo a los ojos del chico, pero ninguno ni un parpadeo. — Oye... ¿Estás bien?
Ouma: Sí... Solamente es que... No veo.
Saihara: Por eso lo ayudo...
Momota: Jajajaja, pues un gusto verte, ¿y qué se siente no tener visión? Me daría miedo siempre estar en la oscuridad.
Saihara: Kaito... No...
Ouma empujó a Saihara y se echó a correr, chocaba con varias personas pero no se detenía. Saihara le hizo mala cara a Kaito y persiguió a Ouma, hasta que Ouma chocó con la pared y se cayó tocándose la cabeza, estaba llorando y se decía a si mismo "maldito ciego", Saihara lo levantó y lo abrazó.
Saihara: ¡Tú no eres un maldito ciego! Eres una persona maravillosa, que los demás sean unos idiotas y no vean más allá de la vista es su problema.
Ouma: ¡No lo entiendes! Perdí a mis padres... Vi vista... Me quedé solo, nadie más quiso hacerse cargo de mí... Hubiera preferido haber muerto que estar aquí...
Saihara: Cállate, eres importante, ¡no estás solo! No te dejaré, es una promesa.
Ouma: ¿Por qué? ¿Por qué eres así? Tan amable conmigo...
Saihara: Porque quiero aprendas a ver sin necesidad de la vista.
Ouma pasó su mano por la mejilla de Saihara, estaba mojada, Saihara estaba llorando... Llorando por él... Ouma asistió y abrazó fuertemente a Saihara.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top