Sus lágrimas caían, era horrible, no poder mirar las tumbas de sus padres, ¿por qué? ¿Por qué le había pasado esto? Toda la vida robando, ¿era su castigo? No pudo aguantarlo más y como pudo salió de su casa, corrió sin saber nada, sin ver a dónde se dirigía, pero no le importaba, si lo atropellaban; mejor.

Hasta que chocó con alguien, alguien quien ahora estaba encima de esa persona.

???: O-oye... Ten más cuidado...

Ouma: Lo siento...

???: ¿No me viste?

Ouma: No puedo ver...

???: ¿Qué? ¿Y estabas corriendo? ¿Quieres morir?

???: Sí.

Aquel chico de ojos amarillos se levantó y ayudó a Ouma.

???: No, esto no debe ser un impedimento para ti.

Ouma: Déjame, ni siquiera me conocen...

???: Pues ahora quiero hacerlo, soy Shuichi Saihara, ¿y tú nombre?

Ouma: Ouma Kokichi...

Saihara: Pues, Ouma-kun, ahora mismo vamos a tu casa, no te dejaré solo.