Leyendas de cristal: los dos mundos | Jeninffer B. G.
Tenía pensado empezar con las reseñas el mes que viene pero al final, no he encontrado otra mejor forma de procrastinar. Además, quizás preferís que vaya poco a poco hasta que pueda retomar las reseñas cada semana más o menos que esperar definitivamente a que pueda con seguridad. Siempre me han atraído los futuros inciertos y llevo aplazando esta reseña más de lo que debería. En un principio, yo, ilusa, pensaba que necesitaba reposar todo lo que había leído para formarme una idea y que más adelante, me saldrían cosas que decir. No sería la primera vez que creo que no tengo nada que aportar y cuando entro en materia, termino con 8.000 palabras escritas. Por desgracia, intuyo que este no va a ser el caso pero para explicaros porque, tengo que hablaros del principal rasgo que caracteriza a esta obra, así que primero vamos a introduciros Leyendas de cristal: los dos mundos de JeninfferBG
No sabría cómo resumir esta historia, así que vamos despacio. Estoy oxidada con esto de las reseñas (por si todavía no se ha notado) y no es como andar en bicicleta. Primero lo obvio, que es fantasía. Fantasía pura, sin subgénero de nada. Fantasía a secas en un mundo inventado y con magia al más puro estilo del género que estamos acostumbrados. Todo correcto.
Dejemos a Luna válido como animal de compañía aunque no sea un pulpo y digamos que ella es la protagonista. Una chica normal, que empieza su primer año de Universidad en una pequeña ciudad que se llama Valle Creciente; todo muy familiar excepto por el pequeño detalle de que sus padres no son sus padres biológicos porque se la encontraron junto a Fernando en el púlpito de unas ruinas subterráneas. ¿Cómo sobrevivieron dos bebés enterrados? ¿Cuánto tiempo llevaban ahí? ¿Quién los dejó? Esos son las primeras preguntas que generan en el prólogo pero no las únicas y mucho menos las más importantes.
Lo más importante de esta historia es que un buen día, en el Valle empieza a "surgir" casi de forma literal, un castillo de cristal. La Historia del lugar dice que es un castillo de una antigua civilización, los terralunenses, e historiadores y científicos se ponen a investigar porque quizás el pasado vuelva para quedarse y sea imprescindible conocer lo que sucedió hace años para saber manejar el futuro.
¿Quiénes eran los terralunenses? Así, en una explicación de andar por casa, puedo deciros que eran unos señores que vivían a caballo entre la Tierra y la Luna (habitable por aquel entonces) y que manejaban un elemento según fueran hijos de la Luna, agua y viento e hijos de la Tierra, fuego y tierra, sí, como es obvio. ¿Por qué se extinguieron y qué pasó con ellos? Esa respuesta la buscáis en su libro.
A partir de aquí quiero pedir disculpas si me bailan los nombres de los personajes. Nunca me ha pasado, es la primera vez que soy incapaz de quedarme con sus nombres y de distinguirlos. Cuando leía me sentía cuando mi mejor amiga me enseñó por primera vez a BTS. ¿Son siete o veo doble? Tras años de ardua práctica ahora los distingo hasta con el mismo color de pelo pero al principio, den gracias de que sabía señalar el que me parecía guapo.
Esto es en efecto, el primer síntoma de lo que quiero explicar pero antes me gustaría también señalar que quizás esta reseña me salga corta porque creo que antes de señalar cosas más concretas, hay que subsanar unos cuantos errores que probablemente eliminen los errores de niveles más superiores, así que señalar detalles que pulir en esta historia no tiene sentido porque creo que hay que trabajarla desde los pilares. Le falta mucho. Señalaría cosas como roles de género o demás en el caso de que eso fuera lo que quedara por darle forma pero no es el caso de Leyendas de cristal. El caso de Leyendas de cristal es que tiene toda la pinta de que se ha trabajado muchísimo el primer nivel pero hasta ahí y para qué os voy a hablar del tercer nivel si hay una laguna enorme en el segundo. Pues eso.
Recordemos que yo divido las obras en tres niveles. Buscad por este libro si no lo sabéis todavía, lo repito con frecuencia. Esqueleto, tripas y ropa. El planteamiento hecho esqueleto y ordenado en Leyendas de cristal está muy bien pero a partir de ahí, nos perdemos y va todo a la deriva. Yo diría que sirve de primera versión sobre la que trabajar. Por partes.
Una de las cosas que más me ha gustado de esta obra es el concepto de la civilización que resurge y le recuerda a la población del Valle sus raíces. Creo que de momento, esta obra es para la gente a la que le gusta la Historia. OJO, no es histórica, sino que trata la Historia de forma metafísica. Reflexiona sobre la importancia de esta materia. Aunque es fantasía, a mí me gusta pensar en ella como un poco distópica porque es un "qué pasaría" si nosotros nos olvidáramos de todo nuestro pasado. Muy actual y un tema poco frecuente diría yo. Si todavía no os queda claro porque hay que estudiar cosas como la Historia, la Literatura o el Arte, Jeninffer os lo explica hasta que quede cristalino como el agua o el palacio de los terralunenses.
Ahora bien, aquí llega el principal problema que he encontrado en Leyendas de cristal, que paradójicamente se puede convertir en su punto fuerte, a mi ver, si se trata como lo pide la historia: el poso es muy complicado y la intención demasiado sencilla. Creo que esta obra es abrumadora e incluso confusa. Densa no, porque si se explica todo poco a poco, se puede entender pero ahora mismo, tal y como está, parece que la autora te escupe todo en ¿veinte? capítulos y tú te quedas cegada y sin respiración.
Lo que digo con frecuencia: a esta historia le faltan capítulos. Ahora mismo no sabría decir cuántos debería tener porque no me acuerdo muy bien, pero la suma es contar el primer acto, sumarle el doble a esos capítulos y añadir otros diez más o menos. Es casi matemático, os lo juro. Tengo pendiente escribiros cómo hacer ese cálculo pero ahora mismo ni tengo tiempo, ni ganas. Cuando llame la inspiración a mi puerta os lo haré.
No estoy hablando sin desconocimiento. Me he tomado la molestia de tantear un poco sobre la obra con Jeninffer antes de escribir esto, para meter la pata lo menos posible. Tal y como me imaginaba, Leyendas de cristal está dirigida a un público juvenil, como muchísimo, joven-adulto pero adulto ya no (lo que no quiere decir que no lo puedan leer los adultos, esto es cuestión de categoría), e implica que tenga que cumplir ciertas "exigencias" de guion pero:
1-Eso es bien relativo.
2-En el equilibrio se encuentra la virtud.
¿Por qué digo esto? Porque se nota a kilómetros que la autora ha querido imitar la categoría juvenil y por otro lado, ser muy explicativa para que los conceptos "complicados" se puedan entender. Eso más que ayudar a hacer la obra juvenil, lo ha matado. Pero de nuevo, por partes, porque es el resumen sí. Sin embargo, se ve en varios aspectos.
Siendo completamente sincera, no he entendido absolutamente nada de lo que leí. A ver, sí, a grandes rasgos sí claro, ya te lo dice la sinopsis, ¿no? Pero el resultado es que es una historia bastante sosa y tan confusa que es imposible identificarte con ella, aunque también ayuda que los personajes seas entes sin personalidad o arquetipos demasiado obvios. No nos adelantemos.
Esto es una lástima porque materia prima hay pero no se ha sacado todo el jugo que se podría y empezamos por lo primero que se me viene a la mente: los personajes. Eso es un puñetero caos y conste que yo soy la primera que mete personajes por un tubo y me molesta que la gente se líe cuando hay más de cuatro, no es porque sean muchos, sino porque no están definidos. Ni siquiera me acuerdo de sus nombres.
Tenemos a los dos protagonistas: Luna y ¿Fernando? y de ahí cinco chicos y cinco chicas más que son su pandilla de amigos. Después, está la madre de una de las amigas que es enfermera, el villano principal, unos tres o cuatro aliados de los chiquillos (profesores y el periodista), los padres de Luna, el abuelo y la novia de uno de ellos que es la perra mala de rigor que nunca falta. A estos hay que sumarle algunas apariciones menos importantes, lo que implica que el lector tenga que manejar una historia con alrededor de 20 personajes como mínimo que archivar en tu memoria para entender la trama. Casi nada.
PERSONALMENTE yo aconsejaría que fueran menos, pero hablar de esto daría para otra publicación. Tengo mis motivos, entre los que a vote pronto se incluyen dos principales: es muy difícil manejar escenas de diálogos con un cuadro tan grande y aquí no somos Da Vinci y lo segundo, cuanto más personajes, más subtramas y cuanto más subtramas, más arcos argumentales y cuanto más arcos argumentales, más páginas. ¿No empiezan ya a descuadraros los números? más de 20 personajes y solo 20 capítulos. No, Rick, esto no va bien.
No sé por dónde coger el tema personajes. Hay tantas cosas que señalar, porque es el principal motivo por el que se tambalea la historia (no en vano, nos centramos en ellos durante el segundo nivel) que espero no olvidarme de nada, aunque seguro que sí, porque soy un desastre organizando ideas. Sigo oxidada, así que vamos a empezar por lo obvio, los protagonistas.
Luna y Fernando que son los dos bebés que se encontraron en el interior de las ruinas del palacio. A Fernando los dejamos aparcado porque ese señor es un ente pero lo siento muchísimo por decir esto: Mary Sue y Gary Stu los dos, pero a unos niveles increíbles, a pesar de que entiendo las situaciones de ambos y las personalidades que se le han intentado dar. Pero claro, el tema de las personalidades pasa con todos los personajes.
Ninguno tiene una personalidad definida y es curioso porque los diálogos son muy naturales pero aunque la parte de diálogos donde se refleja cómo es su carácter, la personalidad es inexistente, porque sí: una de las principales cosas que hay que tener muy claro cuando creamos personajes es que por un lado está el temperamento y por otro el carácter, que no es lo mismo. En cualquier caso, retomando el tema (y pensad que esto se aplica a todo), los dos son dos sin sangre, cada uno a su manera.
Luna es una chica que solo es protagonista porque la crearon para ello pero que no destaca por absolutamente nada. No es que los demás sean mejor pero se supone que ella es una de lo dos personajes más importantes y eso no quiere decir que tenga que ser de ninguna manera en concreto pero no estaría mal que directamente fuera. No tiene personalidad, parece un robot programado para ejecutar acciones y decir palabras corteses cuando toque a partir de unos stats iniciales. Fernando exactamente igual.
¿Cuáles son esos stats iniciales? Pues no lo sé. Aparte de que sea una chica más bien normal, sin nada extraordinario en su punto de partida, no tiene nada por lo que destacar, característico suyo, que se la pueda distinguir cuando habla sin falta de decir su nombre. Pese a todo, cualquier cosa que hace le sale bien, todo sucede según lo previsto por la autora y lo esperable por el lector. Dan ganas de darle dos bofetones para sacarle algún tipo de reacción. No sé, está muriendo gente a tu alrededor, haz algo niña. Es más, ¿Selene? parece la protagonista en vez de Luna. Me plantearía darle el protagonismo a ella, de hecho. Sería incluso esquivar el cliché en cuanto al tema de los señores de Terra-luna.
Pero si hay un personaje que me repatea como no está escrito ese es Fernando. No hace nada pero siempre es fabuloso. Siempre lo sabe todo, siempre tiene razón, nunca se enfada, siempre sabe por dónde va, nunca duda, nunca llora, nunca nada pero siempre todo. Y cuando toca dar el discursito moral ante el antagonista, por supuesto que lo da él porque se revela que en realidad desde que es pequeño sabe todo lo que iba a pasar porque era el ojito derecho del abuelo. Faltaría más, como buen Gary Stu lo tiene todo milimétricamente planeado, nunca suda. ¿Es humano? pregunto. Porque no lo parece.
Además, tiene cierto aire arrogante y paternalista que no me gusta un pelo (aunque todos los hombres lo tienen). Sobre todo hacia Luna y su fascinación por él, repitiendo el arquetipo de la Mary Sue sosita que se siente fascinada por el Gary Stu que se enamora de ella por su fabulosa e inexistente personalidad. Esos dos o se mueren o necesitan pasar por el taller a una remodelación entera que les aporte autonomía y un poco de sangre caliente en el cuerpo.
En la línea está el resto de personajes. Sí es cierto que un par de ellos destacan un poco más pero tampoco gran cosa. Ni siquiera me he quedado con sus nombres, ni hablar de sus poderes. Sé que hay un Miguel por ahí, ¿Iriarte? O algo así y Selene que es la única que tiene un poco más de arranque. Lo demás nada y es una pena porque sus puntos de partida están muy bien definidos, cada uno tiene su entorno familiar y económico claro, sus relaciones de amistad y románticas...
Por otro lado están los profesores y los padres de cada uno. El padre de uno de ellos es el alcalde del Valle y tiene un rol importante pero salen de forma anecdótica, apenas se les ven y a ver, no confundamos el que no tengan peso con que no salgan. Sus intervenciones pueden ser claves sin falta de que coman espacio a los personajes adolescentes. Una cosa es la historia y otra lo que se cuenta. Lo que pasa fuera de campo también es parte de la historia. Con esto vamos a otros dos personajes importantes: el abuelo de Luna y el resto de chicos y el villano, ¿Gortarez?
El abuelo de Luna y del resto de los chicos está bien llevado. Sale poco, pero su recuerdo perdura, es la sombra presente incluso después de su muerte que lo ha dejado todo dispuesto por si en algún momento cuando él ya no esté, pase lo que evidentemente termina pasando, porque de eso va la historia. Su contrapartida parece, en primer lugar, el general Gortarez y esa es la que me resulta desastroso. Incluso caricaturesco. Raro es que no diga que al villano le falta fuerza. Tendemos a olvidarnos de él.
Para empezar, me resulta un villano bastante inútil. Solo sale al final de la historia para dar por saco como amerita la trama pero antes no hace nada, no se ve que esté preparando nada por lo que temer ni demás. No hay ni un ápice de duda. Sabemos lo que va a pasar y que le van a ganar y que él se va a la lamentar en las tinieblas de su castillo de malo maloso. Se supone que es general, así que ahí una de dos.
Si es tan tonto como aparenta, ha llegado ahí por relaciones, por ser un trepa y por enchufe. Quiero saberlo, quiero ver que va de listo y luego los acontecimientos le quedan grandes y se le descontrola todo. Si no es tonto, de verdad se merece el puesto de general, quiero ver que es un general como Dios manda y que es un oponente digno de temer o como mínimo, que al menos es un grano en el culo que molesta y genera puntos de tensión a lo largo del segundo acto para que los chicos tengan dificultades a la hora de entrar en el castillo e investigar. Es que todo va como la seda, no sé para qué hay villano. De hecho, en realidad es que sobra. Pero bueno, eso son elecciones que implican a la autora, no a mí, solo para esa "batalla final" que amerita la trama pero por lo demás...
En caso de que se quiera indagar más en el tema de que sobre el villano notifíquemenlo aquí pero tiene que ver con el simple hecho de que ya la situación en la que se sume el mundo es lo suficientemente jodida como para que la reacción a la acción cree desbarajustes por todos lados, sin falta de tener a un malo maloso.
Todo esto lo digo porque sucede otra cosa que se enlaza con los personaje, en el segundo nivel de una historia, las cosas no son unilaterales, sino que para lo bueno o para lo malo, todos los aspectos influyen en todos los aspectos. De este modo, otro de los puntos negativos que tiene esta novela que genera la simpleza de los personajes y también la confusión como percepción general es lo rápido que suceden las cosas y lo mal aprovechadas que están las situaciones Y en cierto modo entiendo porque ha sucedido esto.
Recuerden que he dicho que se manejaban una veintena más o menos de personajes. A poco que cada uno diga dos frases en cada capítulo, ya tenemos una extensión bastante reseñable. Aquí está el tema de que os hablara sobre lo de que yo rebajaría y jerarquizaría más a los personajes. Es exactamente por esto. Porque se alargan las conversaciones y las intervenciones innecesariamente y ocupan el hueco que deberían ocupar las peripecias y las agniciones pero para hablar de esto, también necesitamos hablar de las subtramas.
No hay subtramas. De ningún tipo. Apenas un esbozo mínimo que es inevitable a medida que se escribe el esqueleto de la obra. Más allá de las relaciones inherentes, no hay un desarrollo, ni siquiera mínimo de los dos protagonistas. Un desarrollo más que necesario dado que ellos son la clave para la historia.
Además de eso, tendría que haber relaciones entre los amigos, entre familiares, sus propios dramas y situaciones aparte. Se deja entrever un poco que algo hay, asoma la patita pero nada más porque lo que está escrito ahora mismo es solamente el esqueleto, repito, lo que tiene que pasar sí o sí para que el principio de la historia llegue al final. Pero no hay nada de las tripas que rellenan con sucesos y arcos argumentales de personajes entre detonante y anticlímax y precisamente por eso, más que deus ex machina, donde flaquea es en el comportamiento de los propios personajes, porque les faltan agniciones que justifiquen. Claro que la agniciones derivan de peripecias que no existen. Es todo un cúmulo de cosas.
De este modo, todo lo que pasa, pasa sin que el lector sepa cuánta importancia tiene y cosas tan impactantes como el hacinamiento de los ciudadanos en hospitales para experimentar con ellos cuando empiezan a surgir los poderes, suceden rapidísimo y no se detienen en parar y pensar en lo que está ocurriendo. Aquí vamos ya al tercer nivel. La narración en un 80% de las veces es enunciativa. Por una parte bien, porque se necesita enunciar el lenguaje no verbal de los personajes que no captamos en los diálogos pero por otra hay que tener cuidado. Sencillo no es sinónimo de pobre.
Falta que la narración se detenga en los momentos clave, como el punto en el que descubren que la chica que no me acuerdo de quién es se ha quedado ciega por las pruebas que le han hecho en el hospital. Es un momento de tensión increíble. La madre de uno de ellos está jugándose la vida para falsificar sus registros y que no les miren, por otro lado, ellos están descubriendo celdas con gente sufriendo y una amiga a la que han dejado ciega, agonizando y se van a su casa cuando salen, panchísimos. Ahí faltan agniciones a mansalva pero el principal problema no es ese, sino que el lector no es consciente de la gravedad porque la historia no se lo dice. Uno tiene que pararse un segundo a pensar: "un momento, ¿qué acabo de ver?".
Por no hablar de que la situación emocional de los personajes no cambia nunca, cuando debería ser una montaña rusa.
Así con absolutamente todo y no solo para imprimir dramatismo, sino para narrar las batallas o enfrentamientos como se lo merecen. Es un cuadro enorme, extensísimo, muy general. No nos centramos en un personaje, sino en muchos y en un mismo segundo, suceden mil cosas distintas. Hay un intento pero le falta mucho para que llegue en primer lugar a entender lo que está pasando y en segundo a enganchar. Tal y como se ha presentado la acción en Leyendas de cristal, creo que necesita más un narración del tipo película, que cree imágenes y se detenga más en explicar procesos, porque la magnitud de los enfrentamientos es demasiado importante como para liquidarlo en dos-tres episodios. Suceden demasiadas cosas como para solventarlas tan rápido y al hacerlo así, el lector para de forma totalmente inconsciente.
Sin embargo, hay otras partes en la que se detiene más de lo que debería en explicaciones muy complejas, todas las que tiene que ver con la historia y las investigaciones sobre la civilización. Es un tema complicado en realidad, pero lo que le falta a Leyendas de cristal, si os dais cuenta, se resume en que tiene que dejar de contar para dejar ver, para mostrar. El concepto me encanta, cómo los historiadores tienen que empezar a indagar y generar hipótesis en el aire para poder manejar la situación política tan precipitada que en cuestión de días da un vuelco de ciento ochenta grados pero es algo denso que no puede limitarse a explicarse en sí con diálogos eternos que parecen más preparados que el almíbar y monólogos interminables.
Estamos de acuerdo en que necesita mucha explicación y es un punto débil de la historia que no negativo, solo hay que saber plantearlo para librarlo de la mejor forma, pero precisamente todas las cosas que he ido señalando hasta ahora, se solucionarían si primara el mostrar por encima del contar. Con subtramas y otros arcos argumentales, el lector puede llegar a la conclusiones que el narrador o los personajes le dan mascados en escenas vacías y sosas. Porque eso es el libro ahora mismo, una sucesión de de escenas donde se quiere contar algo y se dispone a los personajes en círculos, en una clase, una casa o un sitio aleatorio y proceden a contar lo que pasa. Además, eso empeora mucho cuando dichas situaciones están tan manidas como un baile en el instituto, ¿en serio? ¿No había nada más predecible y cliché? Esto lo complementa que cuando hay acción se cuenta en un abrir y cerrar de ojos y terminamos con una obra enunciativa.
Por otro lado está el tema político. Es un tema peliagudo, incluso subjetivo. Al ser fantasía, la población o los gobernadores o lo que sea, pueden reaccionar de la manera que más le convenga a la autora pero una cosa es tener cierta libertad al tratarse de un lugar inventado y otra es conseguir la coherencia diegética. Suceden cosas muy chungas y uno no se da cuenta de ello porque no se detienen lo suficiente en ilustrarlo. Ahora mismo no sabría decir ejemplos concretos porque no es que no me acuerde, es que lo tengo todo muy confuso por lo que estoy escribiendo pero sí que hacia el final, se ve que la población se segmenta. Por un lado, los hijos de la luna y por otro los de la tierra. Vale.
Entonces, como los de la tierra quieren asesinar a los de la luna, a los chicos se les ocurre la idea de que los hijos de la luna se vayan a vivir a la luna. Y así hacen. Sin más. A ver... Es una decisión política muy compleja. En la vida real no somos capaces ni de ponernos de acuerdo en cómo queremos los semáforos, como para conseguir que la gente se traslade a la Luna en cosa de unos días sin rechistar. No sé, Rick.
Y menos va a lograr Fernando convencerlos con su labia inexistente. Tengo que decir que me causó hasta risa la escena del clímax porque parecía una batalla dialéctica por ver quién parecía más meapilas de los dos. El malo o el bueno. Tenían los dos una importante hostia en la boca, la verdad. En cualquier caso, habría que abrir el cuadro pero no de la manera en la que se ha abierto.
Sí, vale que los diez ¿guardianes? son importantes pero quizás en vez de centrarse más en los guardianes, habría que poner un poco más el foco en los ciudadanos de a pie, porque yo estoy ahí y me dicen que me deje toda mi vida y me vaya a la luna así porque sí para que no me maten y os escupo en la cara y digo que antes me matan que irme de mi casa. Que no estamos hablando de cambiarnos de país, estamos hablando de cambiarnos de planeta, ¿eh? Empezar de cero. Sí mis ovarios. Me cojo una metralladora yo sola y me muero matando a todo el que se me ponga por delante al estilo La Pasionaria, fijaos lo que os digo.
Si se quiere meter todo, a los diez guardianes como parte del grupo de amigos de Luna y Fernando, más otros personajes recurrentes que hacen su función para evitar deus ex machina, nos estamos planteando ya un libro mucho más extenso pero que es lo que pide la obra, porque lo que cuenta es densito. Teniendo en cuenta la estructura y los puntos clave de la obra, sabiendo cómo empieza y cómo termina, es que es lo que hay que hacer, quitar diálogos prefabricados que parece que los personajes se los traen aprendidos de casa y empezar a meter chicha y entre la chicha, que se desarrollen las personalidades y los sub-nudos de las subtramas de cada uno mientras a todo esto lo engloba el contexto político-social que empieza a surgir a medida que las ruinas del palacio emergen y los profesores investigan.
Quiero añadir antes de que se me olvide que el personaje este insufrible, el de la novia de, no me acuerdo como se llama, el de la novia de ¿Miguel? No tiene sentido ninguno. Yo no lo he encontrado. A ver, sí sé lo que se pretendía con él, pero no está bien ejecutado. Tal cual está, lo de siempre. La típica perra mala que es tonta y mala sin sentido alguno, igual que Luna es la típica niñita buena idealista e ingenua y Fernando el típico líder fabuloso y noble y la amiga la típica amiga que queda relegada a segundo plano, porque ese papel les ha tocado. Calderón de la Barca lo aprobaría pero yo no.
Me parece y quizás aquí me adentre a presuponer demasiado, pero es lo que me susurra mi sentido arácnido, que todo esto que he ido comentando es así porque la autora ha querido ajustarse al público juvenil pero una cosa es que se haga ligero de leer y otra que nos pasemos de rapidez, al final ha quedado todo súper emborronado. No pasa nada por tomarse las cosas con calma. El prólogo es precioso. Mi consejo es que se escriba todo como el prólogo, sin prisa pero sin pausa. ¿Que al final queda más denso de lo que se pretendía? Pues ya habrá tiempo para meter tijera y remodelar. Por experiencia al final lo que más se encuentra uno es que se eche en falta trama, no que sobre. Tampoco somos Stephen King.
En general, sí, todos los conceptos abstractos están trabajados, así como la estructura principal pero ahí se ha quedado, vacío de todo lo demás y una historia son tres niveles, no solo uno. Las escaletas no son para los libros y Leyendas de cristal necesita superar ya la fase de la escaleta. Creo que trata un tema sin explotar y es interesante cómo se puede seguir el proceso de rastreo de una civilización, ¿por qué simplificarlo? Al contrario, solo hay que buscar el equilibrio para que no sea todo demasiado sencillo ni demasiado denso.
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