Engatozada | Ann Ramírez
En la reseña de hoy, me quiero acoger a la cláusula de quien avisa no es traidor. Esa del principio de los tiempos en donde avisaba el tipo de historias que no iba a aceptar leer en esta plataforma, donde se incluía el machismo exacerbado, racismo, LGTBIfobia, condescendencias varias y demás cosas que deberían haberse quedado en el siglo XVIII. Porque en este caso concreto, sí voy a hacer un comentario general sobre la obra que la propia autora me ha pedido que reseñara pero no va a ser como siempre porque no la he leído entera.
Intenté leerla, no voy a mentir. Llegué a algo más de la mitad pero decidí abandonarla más allá de si me gustaba o no porque, volvemos a la cláusula: no estoy por la labor de tragarme tanto machismo. Por tanto, como no la he acabado, no voy a hacer una reseña como tal de la historia pero sí puedo hablar sobre ella desde otra perspectiva utilizando la información que sí que leí. Para lo que me quiero enfocar, no necesito saber más sobre los personajes y la trama, porque de nada sirve que estos sean maravillosos si ante todo eso nos encontramos una de las historias más machistas que he visto por aquí.
Quiero aclarar, antes de nada, que esto lo hago por respeto a su autora. Es una persona muy agradable, con la que he hablado por privado en un par de ocasiones y no tengo absolutamente nada en contra de ella. Es más, me da pena escribir esto, pero por encima de todo está mi sinceridad y el respeto hacia quienes leen mis reseñas, que se fían de mí y esperan que sea alguien confiable. No puedo mentirles y solo me quedaban dos opciones: o contar la verdad o ignorar el encargo y no escribir nada.
En situaciones normales, hago lo segundo. Solo recomiendo lo que me gusta o veo que puede gustar. Pero ignorar el encargo me suponía quedar mal con la autora que me pidió hace tiempo la reseña y tampoco se merece que yo incumpla mi palabra con ella. Además, me había dejado claro que se había leído mis indicaciones y que asumía el riesgo, por tanto, yo me lavo las manos en ese asunto.
Recalco, de nuevo, que todo lo que diga a continuación no es algo personal y no tiene que ver con la autora que está detrás de la historia. Me niego a tirar piedras contra alguien cuando lo hace por desconocimiento. Nadie nace enseñado y todos tenemos el derecho a equivocarnos o no entender ciertas situaciones. Pero eso no exime que el resultado final sea un modelaje cultural que no me ha gustado nada y lo tengo que decir porque me han pedido opinión. Pero repito: comprensión ante todo o al final, no llegamos a ningún lado.
La autora me pidió una reseña en vídeo pero la verdad es que me conozco el panorama y sé que si esto lo hacía en vídeo, lo único que encontraríamos sería un ambiente bastante tóxico, así que como no me apetecía, para compensar, en vídeo he hecho otra cosa más friendly y la reseña la publico aquí en Wattpad, que aunque no os lo creáis, estáis más civilizados que por ahí fuera. Después de media vida con un montón de aclaraciones y avisos, vamos ya a remangarnos y meternos en faena con Engatozada, la primera parte, de AnnRamirez0ficial
Eleanor acaba de perder a sus padres y el hermano, incapaz de afrontar la situación, se ha ido de casa sin avisar. Se encuentra sola, sin saber qué hacer, deprimida y confusa pero después, se da cuenta de que no puede seguir así. Decide vender todo lo que tiene y empezar de cero en otro sitio. El destino la lleva a comprar una casa, más bien mansión, en un pueblo un tanto extraño. El sitio parece tranquilo y abandonado pero no sabe que por ahí hay un gato un tanto cascarrabias que planea echarla de su casa. Ese gato se llama Vlin y a veces, se convierte en humano. ¿O es al revés?
Como un comentario general puedo deciros que en efecto, esta es la típica historia de amor que gusta en Wattpad. Ni más ni menos. Usa una fórmula que funciona muy bien y por eso tiene tanta aceptación. Dicho esto, ya sabéis lo que os podéis esperar, tampoco podéis pedirle a Engatozada que os cuente un arco de personaje de redención por parte del milloneti buenorro, porque mirad, no.
Como usa la fórmula del éxito en Wattpad, hay muchas cosas en cuanto a verosimilitud que las vamos a dejar de lado. Sencillamente porque el público para el que escribe no se detiene en pensar que igual es un poco casualidad que al hermano de la prota le toque la lotería así de repente o que la venta de una casa y compra de otra es tan rápido como para contarla en medio capítulo y que la empresa de mudanza se haga cargo.
Engatozada está ambientada en el mundo de la piruleta y no juega con el realismo. Es evidente que es fantasía pero no solo porque el buenorro se convierta en un gato sino porque hay cosas que se resuelven con ramalazos de magia. Porque eso no es lo que importa. Lo que importa es el mamoneo. Y aquí venís a leer mamoneo y ya está. Si no os gusta, a otra cosa.
Sin embargo, hasta el mamoneo debe tener cuidado con ciertos aspectos y una de las principales dificultades de las historias de amor es el prestar atención a las conductas machistas que se pueden generar según qué situación. Creo que todos llegamos a la conclusión de que es malo que se violente y se reproduzcan escenas donde se violan los derechos de una persona por ser mujer. El problema no está en el amor, sino en cómo se representa ese amor y a veces, se hace mal por falta de ganas de trabajar la historia como es debido y otras por desconocimiento a la hora de detectar un poso cultural machista. De eso vamos a hablar aquí ahora. Porque Engatozada es machista de principio a fin.
Sobra decir que no voy a hablar concienzudamente de todos porque para eso tendría que haberlo leído entero. Voy a dar una capa general porque para quitar los detalles primero hay que conocer lo principal y en eso vamos a entrar ahora, en cosas básicas que en pleno 2019 es escandaloso escribir. No olvidemos que además, este tipo de historias las leen niñas jóvenes y adolescentes que están en edad de formarse y nuestra historia puede resultar decisiva a la hora de transmitir ciertos valores incluso cuando es solo por entretenimiento. Se trata de normalizar la igualdad de género, no el machismo. Ya no estamos en el siglo XVIII y como personas con repercusión tenemos ciertas responsabilidades.
No sé muy bien por dónde empezar y cómo abordarlo, así que disculpen mi caos, en primer lugar. En segundo, vamos a hablar de la protagonista que por supuesto, es una Mary Sue de manual, que en estos momentos no es lo importante y en realidad, creo que debería ser así para contentar al público que quiere ganarse. Vamos a hablar de otros aspectos de Eleanor, como que por ejemplo su arco de transformación sea el empezar dependiendo de sus padres y acabar dependiendo de su marido.
Eleanor es un personaje dependiente cuyo recorrido en la historia pasa por sus padres, su marido, su hermano y sus hijos. Todo lo que encontramos es la historia de cómo Eleanor decide coger las riendas de su vida para casarse y tener hijos. Y oye, que yo no tengo ningún problema en que las mujeres se casen y tengan hijos. Me alegro de que procreen. Hay que sacar adelante el sistema de las pensiones. El problema es que todo gira en torno a eso y se configura un personaje definido por el típico cliché de la mujer objeto con el único fin de reproducirse. Toda la historia para que acabe con un "y se casaron y tuvieron hijos, se acabó la historia de Eleanor". Esa es la meta del personaje.
En el 2019, las mujeres tienen muchos más roles que el de ser novias, esposas y madres. Eleanor dice que quiere empezar de cero, poner un negocio y al final, queda disuelto porque aparece un chico guapo que acapara la atención de todo el mundo fuera y dentro de la diégesis y en el capítulo final, nos encontramos con que Eleanor se dedica a tener hijos.
Puede sonar muy ambiguo. Por el momento, si quitamos el factor Devlin en la ecuación, no tiene que ser algo malo que una mujer quiera dedicarse a cuidar a sus hijos. Aquí es donde entran los matices de los que hablo que necesitamos conocer para no cagarla y que se entrelaza con más situaciones que inclinan la balanza hacia el machismo. Podría escribirse la misma historia, sin cambiar nada de la trama y sin machismo perfectamente. Eleanor podría terminar casada y con hijos sin que por el medio le hayan mutilado los derechos.
Una mujer puede dedicarse a cuidar la casa y a tener hijos perfectamente, porque es un trabajo más. Siempre y cuando cobre por ello. Siempre y cuando alguien le dé un sueldo por ello que no dependa de nadie más. Es imposible mantener los derechos sin una emancipación económica. Eleanor no puede mantenerse con el dinero ni de su marido, ni de nadie. Tiene que mantenerse ella sola, porque si algo sale mal, necesita autonomía para tomar sus propias decisiones sin estar condicionada por factores físicos como el no tener dinero para cogerse un taxi e irse de casa porque el dinero es de su marido.
Si Eleanor no cobra una nómina directa a una cuenta bancaria con su nombre de titular, no está siendo ni madre ni esposa. Está siendo una esclava. Me da igual que le pague el Estado, su marido o Rita la cantaora. Pero tiene que ganarse su dinero. Nada de sacrificios maternales y de lo hago encantada porque a mi maridito lo quiero mucho. Sí. Quiere mucho a mi maridito, pero con garantías para tu integridad personal, bonita. Garantizando tu independencia.
El principal conflicto personal del personaje de Eleanor es que se ha quedado huérfana y se encuentra perdida sin sus padres. Desconozco qué edad tiene, pero si se ha casado antes de los 25 podemos también poner un punto de atención aquí. Y no lo digo yo, lo dice la ONU, que uno de sus indicadores para medir la violencia machista es contar el porcentaje de mujeres casadas antes de los 25. Podéis buscar el documento en San Google.
Ella busca apoyo en su hermanito Sebastian y la cosa empeora cuando ve que él se ha ido de casa para tratar el dolor emocional a su manera. Aquí ya tenemos un rol de género que no me parece mal porque sucede al principio para retratar una situación que aunque no debería existir, es muy común. El hombre se atreve a coger las cosas y salir del hogar, del nido y buscarse la vida y la mujer se queda llorando, pensando en lo desgraciada que es.
Como digo, no me molesta. Es un punto de partida que retrata con verosimilitud muchas realidades. El hombre de la casa siempre tiene que ser el valiente que sale a rutas salvajes en busca de un futuro mejor, mientras que la mujer se queda en casa sufriendo. Aquí teníamos algo interesante en la historia de Engatozada. Eleanor se seca las lágrimas y se obliga a sí misma a vender todo lo que tiene y buscarse la vida lejos de su zona de confort para encontrar la felicidad. Ahí, la historia tenía mi interés. Porque se pueden hacer historias de amor donde la protagonista sea autónoma y no gire alrededor de un pene sin sacrificar el romance y el mamoneo. Os lo juro. Leed Más te vale si no me creéis aquí en Wattpad.
Obviando todos los deus ex machina que en una historia como esta son bastante perdonables, Eleanor llega a un pueblo de cuyo nombre no me acuerdo y compra una mansión abandonada. Ahí empieza su vida. Se ilusiona por hacer algo. Se supone que ha estudiado no sé qué y que planea restaurar la casa y poner un hotel. Se hace con un par de amigas que la ayudan y las tres tienen planes de hacer algo con su vida además de fregar y dar biberones. Yo es que estaba dando palmas. Joder, mientras se convierte en una girl boss puede encontrar al amor. Que no es incompatible.
Pero no.
No.
No porque entonces tiene que aparecer la manzana podrida de la cesta para contaminar al resto y echarlo todo a perder. La manzana podrida de siempre: el arquetipo de hombre que la cultura heteropatriarcal nos ha metido en la cabeza que es el hombre perfecto.
Los tíos guapos en traje, ejecutivos, mandones y poderosos se pueden ir a tomar por culo. No hay nada más sexy que un hombre que entiende que tiene unos privilegios inherentes a su pene y los usa para ayudar a su compañera a estar a su nivel. Eso sí que es sexy. Un tipo que coge la lejía para ir a fregar el baño sin que nadie se lo pida porque sabe que le toca y no por hacer feliz a la chica.
Si hace eso, no importa que sea bajo o alto, gordo o flaco, rubio o moreno.
Todo parecía ir bien y la trama prometía pero entonces, irrumpe en escena el señor Devlin. Que cómo no, es un tipo trajeado muy sexy y rico. Porque la pobreza no nos gusta. Dios, por qué os gustan los ricos, si deberían morir. En 2050 si no nos deshacemos de los ricos del mundo, moriremos todos. Así que id haciéndoos a la idea, cielitos.
Además de rico dice que es político. El cuadro completo.
Entonces ahí llega el tío agresivo, el jerbreiquer de la vida, con un halo de semidios venido de la nada que sexualiza de forma escandalosa a la protagonista. Y a veces se generan unas situaciones bastante perturbadoras, la verdad. En la historia a veces se conocen sus pensamientos como gato y la autora simula que su hilo de razonamiento es similar al de un animal, así que quedan cosas bastante turbias por ahí que en fin. Todo mal. Vamos a la sexualización y autoritarismo heredado de sus privilegios de machito.
En una historia como esta, a mí el instalove no me molesta. Diría, es más, que es un ingrediente necesario. Sin embargo, hay formas y formas de hacer dicho instalove. Una cosa es que Devlin llegue y se encuentre a Eleanor leyendo el libro favorito de su madre y eso le llame la atención y a partir de ahí ponga el foco en la chica y encuentre que es graciosa, risueña, inocente y que eso es refrescante para su mal humor cotidiano. Tampoco pasa nada porque Eleanor se llame como la tía-abuela del hermano del primo de Cuenca o cuando la ve lleva una camiseta roja y no puede dejar de estar pendiente de ella.
Cuando sí pasa es cuando ese instalove proviene de la pura y dura hipersexualización y a veces incluso narrada desde el punto de vista de un gato que resulta hasta desagradable. Eleanor es un jodido objeto. Se está vendiendo una historia donde básicamente te dicen que para llegar a la felicidad y conseguir marido e hijos tienes que convertirte en el objeto de un hombre. Un discurso más viejo que la tos pero bastante desfasado para los tiempos que corren en una sociedad como la nuestra.
Que la atracción es un factor que influye no lo vamos a negar. Las cosas cambian cuando solo aprecia y se encapricha de la chica porque "está buena" según sus cánones totalmente normativos, todo sea dicho de paso, y no hay otro motivo de peso. Que si Eleanor resultara tener una pierna biónica igual no teníamos historia ninguna, porque:
1-Devlin no querría tener una esposita así y por tanto, no la miraría ni para darle la hora.
2-No hay más trama en la historia y ni siquiera se podría seguir por el cabo suelto inexistente de los propios proyectos personales de Eleanor como personaje activo.
Esto no es innovador en Engatozada este discurso machista viene de muy largo y está muy enraizado en la sociedad. Nos lo meten en la cabeza y terminamos reproduciéndolo nosotros en nuestra historia. Si no nos paramos a pensarlo, no tenemos formación para detectar este tipo de conductas o no nos lo dice nadie, seguimos perpetuando este relato donde el hombre relega a la mujer a vasija con útero y así podemos seguir por los siglos de los siglos si no le ponemos punto y final en algún momento. Hay que ir poniéndole punto y final.
Aquí viene la contradicción incluso retorcida de este rancio modelaje. La mujer está hipersexualizada pero después, cuando llega la hora de hablar de su sexualidad, no se le permite expresarse porque a ver si una mujer que habla tanto de sexo como un hombre va a ser una suelta. Solo quiero remarcar que aquí, el señor Devlin dice que es una FANTASÍA que Eleanor se ponga encima de él a la hora de tener sexo.
Qué malote es el señor Devlin que fantasea con que la mujer tome las riendas durante el mete-saca. Que le pone verla rompiendo unas normas implícitas que se ha sacado del rabo donde se categoriza de fantasía no hacer el Misionero con Eleanor. Awesome. Amazing. Medio Kamasutra a la mierda porque las mujeres tienen que estar debajo, como Dios manda.
Hoy se atreve a pedirle eso a Eleanor y mañana la encontramos vestida de dominatrix con un traje de látex. Cuidado, Devlin, que no se te escape mucho, no pierdas de vista tu condescendencia masculina, a ver si de repente permites que Eleanor se exprese como una persona normal. Porque aquí está el siguiente factor del personaje. Ese rol donde se coloca como autoridad.
No olvidemos que tiene poder monetario y de influencias venido por el señor Deus porque a ver si vamos a hacer a un personaje masculino que tenga que demostrar su valía de alguna forma concreta y que no se da por hecho con el dinero y su posición social heredada de familia y no por propios méritos. Todos los hombres que se precien que se erigen como el objeto codiciado por una lectora normal debe tener tres cosas: pene, dinero y poder.
Esto también es machismo, eh. ¿Los hombres que no tienen pene, dinero y poder no son aptos para que una chica quiera casarse y formar una familia con él? ¿Los padres de familia tienen que ser tipos duros, autoritarios y trajeados? Los-roles-de-género-son-caca.
Además, quiero que penséis en el detalle de que cuando se cuentan historias, se dé por hecho que la representación de un hombre blanco en literatura romántica sea guapo, millonario y de posición social aventajada. Exprimámonos un poco el cerebro, que igual estamos descubriendo que en el mundo hay muchas cosas mal a partir de un canon definido por el tiempo de forma espontánea. Que mucho nos quejamos de Cincuenta sombras de Grey pero que no es solo Cincuenta sombras de Grey.
En una parte leí que alguien cogía a Eleanor y la avisaba, como en el siglo XVI cuando las madres educaban a sus hijas en el arte de encamarse, para decirle que debía tener cuidado porque claro, Devlin como gato no usa preservativos y cuando está en su forma animal es impulsivo y solo busca aparearse.
1-Lo presenta con conductas de violador.
2-En esta historia dicen que es la mujer la que debe tener cuidado con el hombre para no quedarse embarazada.
Para darle más chispa a la escena, aquí en cuanto se apareen como gatos, todo hace BOOM y ya automáticamente Eleanor se queda preñada de mellizos. La fantasía de cualquier mujer. Follar para tener hijos.
Ojo, que es Eleanor la que debe tener cuidado si no quiere tener hijos con el hombre. No es él quien tiene que pensar las cosas como un ser normal. No. Él si quiere follar, pues qué se le va a hacer, está en su naturaleza y es cosa de Eleanor quedarse embarazada o no. Porque está claro que un embarazo es cosa solo de la mujer y aquí de nuevo tenemos ese subrayado de que el hombre está por encima de la mujer a la hora de tomar decisiones y dirigir la vida sexual de la pareja. ¿Sabéis como se llama eso? Cultura de la violación.
Que no os asuste el nombrecito, que tendéis a magnificarlo por donde no se debe y pensar que estamos diciendo que los hombres son unos violadores. No. Una violación sucede cuando una de las dos personas no quiere tener relaciones sexuales y la otra le fuerza, sin tener en cuenta la decisión del anterior. Puede ser forzarle con agresión o sin agresión. Que las violaciones no solo ocurren por las noches en los callejones. Es algo mucho más frecuente y amplio.
Por tanto, cultura de la violación hace alusión a esa creencia de que el hombre puede decidir cuando le dé la gana que le apetece follar y va a follar, sin tener en cuenta la opinión de su pareja. Y se habla de los hombres porque por tradición social son los que ayudados de su fuerza física someten a las mujeres para hacer lo que les da la gana con ellas. Como son más fuertes que ellas, les da igual preguntar, ¿para qué? Si pueden hacerlo aunque ellas se quejen porque es tan fácil como usar la fuerza física o mi poder derivado de mis privilegios para conseguir lo que quiero. Preguntarle a la otra persona y que me diga que no, qué pereza. Eso es cultura de la violación. Cultura de estar acostumbrados a tener el mando y por tanto, obviar las opiniones de los demás en el ámbito sexual. A imponerse.
Cultura de la violación también es acostarse con una mujer y dejarle solo a ella el tema de preocuparse por la protección y posibles embarazos. Como diciendo que eso es su problema porque es ella la que se queda embarazada. De nuevo, asumiendo ciertos roles de poder de forma unilateral. Que por cierto, los condones no se ponen solo para no quedarte embarazada. Un poco de responsabilidad, coño. No le venía mal una gonorrea a Devlin.
Todo esto refuerza la condescendencia masculina que encontramos representada en ese personaje de principio a fin y que nos viene a decir que las mujeres buscamos en nuestro compañero de procreaciones un ser autoritario que sea el que cargue con toda la responsabilidad de la pareja, dé órdenes y decida qué es lo que una mujer debe o no debe hacer. Ese afán de protección por relacionar a las mujeres con el "sexo" débil. Está todo relacionado para crear el arquetipo definitivo de milloneti perdonavidas. Porque ahí tenemos la siguiente característica de Devlin. Devlin el perdonavidas.
Es un tipo autoritario y mandón pero ojo, como el poder del amor es fuerte y en el fondo, ninguna mujer quiere a un tipo extremadamente estricto, tanto como para que ese morbo de sumisa se convierta en miedo, cuando se topa con la mujer indicada, esa a la que sexualiza y decide convertir en un objeto, se vuelve buena persona y decente. Porque Dios mío, Eleanor, qué me has hecho. Yo, que he echado de casa a todos los que llegaron antes que tú y de ti me he enamorado. Tengo que decir que mi teoría es que nos da tanta pereza pensar en otras justificaciones que requiera trabajar más las agniciones de los personajes que tiramos por el cliché fácil que además de manido y cutre es tóxico. Igual si pensamos un poco más en lo que pasa cuando te enamoras de alguien nos salen otras cosas que no recurren a las relaciones machistas.
Es que las mujeres tendemos a premiar a los hombres cuando se comportan como una persona normal. Los premiamos por ser normales y desnormalizamos comportamientos que deberían estar normalizados. Eleanor no tiene que sentirse especial porque Devlin se comporte de determinada manera, sino que es obligación de Devlin el ser una persona decente si no quiere tener problemas con nadie. No es permisivo, es como tiene que ser. Su actitud es una versión más light de Fred Waterford en El cuento de la criada. Fíjate, qué bueno, que deja a Serena conducir el coche. Qué buen maridito, qué bruja es Serena por no quererle después de eso.
Pues igual pero en versión Engatozada.
Pero claro, ¿qué sucede? Que el tema de la condescendencia es algo que se extiende no solo al género. También a la etnia. Porque Eleanor tiene una amiga que se llama Lía y no sé dónde está ambientada la historia pero vamos a decir que es afroamericana. La cuestión es que es un personaje donde se encarna todo el racismo que un latino o un blanco pueden escupirle a una persona negra.
Empezamos por el mero hecho de que Lía se refiere a Eleanor como "jefa". Eso ya te pone en alerta. Que no tendría que ser trascendental en el caso de que se hilara bien y se presentara en una situación sana. Pero ya tiramos de los clichés y los estereotipos racistas, en la línea de lo que acabo de decir. De todos los personajes que salen, el milloneti perdonavidas y sus familiares son ricos, la chica blanquita con nombre gringo es así una suerte de clase media si es que tenemos en cuenta que la historia es fantasía y podemos dar por válida la existencia de dicha clase media. La amiga rubia tonta es consumista y también acomodada.
La amiga negra es vagabunda y es la protagonista la que la saca de la inmundicia de la calle y le compra ropa nueva y le da de comer por caridad. Y por supuesto, termina casada, porque evidentemente:
1-La amiga negra construye su vida en función de tomar de referencia la de Eleanor porque hay que imitar lo que se da por válido socialmente que es la forma de entender la realidad de los blancos y así de paso pues Eleanor crece en la escala social cuando se casa con el patriarca y aparece dándole consejos a otra mujer de menor rango que ella para demostrar una ganancia de estatus social solo por el mero hecho de arrejuntarse con un hombre "poderoso", sin haber hecho ella méritos propios.
2-Todas las mujeres se sienten representadas por una vida donde se escribe "fin" al llegar al altar vestida de blanco. Nadie tiene más aspiraciones y si las tienen, son las raras y las especiales, las que se desmarcan.
Por si fuera poco, como es negra, evidentemente, tiene que hablar con el "hermana" al final de cada frase y no se sabe mucho más de su vida porque es un ser puesto por el señor Deus. Pero por lo que se ve sobrevivió del aire y de las limosnas de los blancos. Atentos a los pensamientos de Eleanor cuando Lía la abraza en agradecimiento por haberle comprado ropa nueva "que no estuviera rota": "Tal vez soy la primera en ayudarla".
BUENO, AQUÍ, LA SALVA NEGRAS. Lía esperó como los Digimon en la Isla Phill durante años y años mirando al cielo, esperando a que llegara Eleanor para sacarla de la calle y darle una vida de blanca donde se convierte en una mujer florero. Tremendo. Mientras tanto, no sé, no necesitó comer, ni vestirse, ni dormir, ni mear, ni cagar, ni nada. Era un ente a la espera.
En otro momento, se la describe como "la hermosa chica de color". A ver. Vamos a pararnos a analizar durante un momento esta frase porque hay mucha tela por donde cortar. Porque tendemos a pensar que racismo es despreciar a la gente de otras etnias y pensar que son malas o peores que nosotros. No, queridos. Esa es la consecuencia del racismo extremo, no es el racismo en sí. El racismo es no tratar a todas las etnias por igual y aquí, con esta frase, no se la está tratando por igual.
¿Hermosa chica de color? ¿Es que solo los negros tienen color en la piel? Los demás somos traslúcidos o transparentes, como las medusas. ¿Es que con poner que es hermosa ya está hecho? Tomad ahí el buenismo con el que se atufa el racismo para tapar el olor. Por supuesto, hay otras cuantas joyas como el "me das casa, así que estoy a tu entero servicio". Volvemos a lo mismo de te cuido los hijos porque te quiero. No. Aportas un trabajo, por tanto, Eleanor te paga. No estás a su servicio. Recibes a cambio una compensación con cláusulas donde queden bien claro tus putos derechos como persona humana, con límites establecidos para ahorrar abusos por parte de ambas partes, porque no eres una esclava, Lía.
Pero, claro. Esta es la historia del pez grande que se come al pequeño y así. Como a Eleanor la pisa el hombre blanco Devlin, a Lía la pisa la mujer blanca Eleanor. Porque en la escala social vamos por hombres blancos heteros > mujeres blancas heteros > mujeres negras y esto tiene nombre y se llama pigmentocracia. Así es como Devlin comenta que tiene que pedirle la mano de Eleanor a su hermano. Da fuck? ¿En qué contexto histórico estamos ambientando Engatozada que me he perdido?
¿En qué momento alguien que no es la propia Eleanor tiene que dar opinión y permiso para tomar una decisión ajena? Dos hombres hablando sobre los planes de Eleanor sin preguntar a Eleanor. TOMA MANSPLAINING RICO. Los hombres tutelando la vida en pareja de Eleanor, no vaya a ser que ella no sepa si se quiere casar o no. Aunque claro, dependiendo de cómo lo mires, puede cuadrar con la diégesis, porque tenemos en cuenta que en el pueblo donde viven están en medio de una dictadura.
Los negocios son: Krentz Kitchen, Krentz Mark, Krentz Education y solo se venden waffles porque es la comida favorita de Devlin. Claro que sí, usando el poder con responsabilidad y razonamiento. ¿Os habéis detenido en Krentz Education? O sea, si eso no es una dictadura que bajen los aliens ahora mismo a negármelo. Ahora me empieza a cuadrar que haya mendigas por ahí, ¿eh? Si todos los negocios los tiene la misma familia, poca repartición de riqueza va a haber ahí. Por supuesto, la extraña que es Eleanor se imbrica a la perfección en el sistema rutinario como una pieza más, siempre por debajo y sin cambiar nada. Es ella la que se adapta a la familia del hombre. Faltaría. No va a poner ella un negocio ajena a los Krentz y se meta en el bolsillo el sueldo de los locales en vez de los propios Krentz.
Ante todas estas cosas, nos encontramos con que la trama de Eleanor madurando ante el detonante de que sus padres fallezcan se corta al completo con la aparición de Devlin y sus movidas de hechiceros y magia gatuna. Lo que importa es por tanto el conflicto de Devlin y no de Eleanor, porque a los lectores nos tiene que angustiar más que haya que tratar con el problema familiar de Devlin que con que Eleanor crezca como persona. En cuanto el pene entra en escena con un conflicto además de irrelevante para la trama principal, un tanto rocambolesco y forzado, el conflicto de Eleanor mucho más sólido e importante se diluye hasta ir desapareciendo poco a poco porque aquí lo que importa en esta vida son los hombres. Las mujeres que esperen, que no se van a morir.
Aquí, poniendo al hombre milloneti perdonavidas de semidios, que solo le falta un altar y que todos nos arrodillemos ante él solo por el mérito de ser guapo y atractivo porque sí. Es Lía quien le habla por primera vez a Eleanor sobre Devlin y lo presenta como si fuera una criatura superior a ella, que esté a años luz. Ella misma se posiciona muy por debajo de él en un ejercicio de racialización y también de subversión hacia la figura masculina poderosa mitificada.
¿Quiere decir, entonces, que no podemos hacer este tipo de historias? ¿Que solo podemos escribir sobre mujeres montando negocios o qué sé yo? Sobre minorías y gente poco convencional. Pues no. Claro que no. Como ya he dicho muchas palabras antes, esta historia podría ser la misma sin nada de machismo ni racismo en ella. Basta con presentar a los personajes de otra manera, con otra actitud y por supuesto, remodelando ciertas cosas para que la trama de Devlin sea una subtrama, que para eso es el personaje secundario y el objeto de amor.
Que se pueden hacer historias normalizadas y con clichés. Faltaría más. Esas también tienen su propio mercado y el caso no es de dejar de hacer de esas para hacer de las otras. Por supuesto que no. El tema es que se hagan de las dos, no solo de unas. Y que cuando sea de las clichés y más socialmente aceptadas, se trate con respeto a las segundas.
No voy a ponerme a decir cómo tiene que hacer la autora su historia, por supuesto. No soy nadie para hacer eso. Solo aseguro que a mí se me ocurren bastantes alternativas para que sin cambiar ni una pizca lo que sucede en los puntos claves del relato y la relación entre los personajes, sin que se genere toda esa reproducción de una sociedad retrógada, rancia y falocentrista donde se mitifica a la figura del hombre solo por existir. Que el problema no es que sea de romance. El problema es cómo es ese romance.
¿Y que alguien se puede sentir identificada o representada con este tipo de historias? Mi más sincero pésame, chicos, porque os estáis automutilando los derechos sin daros cuenta y estáis haciendo que vuestra vida sea un poquito peor y mucho más insatisfactoria de lo que podría ser. Y ahora no os daréis cuenta porque quizás seáis todavía gente joven que depende de sus padres (e incluso en ese tipo de relación hay machismos varios), pero cuando lleguéis a la edad adulta y tengáis que salir ahí fuera a enfrentaros a jefes, novios, clientes, profesores y demás, os daréis cuenta de que mucha de la mierda que os pasa es por el machismo y que eso no sería así si desde pequeños no nos normalizaran conductas totalmente abusivas y agresoras hacia la mitad de la población solo por su diferencia de género.
No me dedico a convencer a nadie. A mí me ha parecido machista por todo lo que he argumentado y si alguien no está de acuerdo con esto, felicidades, ponte a la cola de los pines para tener uno si te apetece. A mí tampoco me vais a convencer con lo contrario. Cada uno con lo suyo, no soy ninguna justiciera ni tengo por objetivo vital exterminar el machismo de la Literatura. Leed lo que os apetezca, escribir lo que os apetezca. Allá cada cual.
Solo quiero añadir que en todo momento esto lo he evaluado teniendo en cuenta que por supuesto se pueden reproducir relaciones tóxicas y machismo dentro de un relato para conseguir la verosimilitud que se necesita, según la calidad a la que aspiramos. Que nunca digo lo contrario, pero que yo no me enfoco en eso porque no hay nada de qué hablar ahí. Yo me enfoco cuando las historias son innecesariamente machistas porque los autores desconocen lo que están haciendo y eso genera que se perpetúe ciertas conductas en la vida real.
Ante todo esto, no tengo nada más que decir sobre la historia, porque otros aspectos, para mí, son irrelevantes teniendo de mano este problemón y además, muchas de las fallas que le encontré y no he comentado tienen relación directa con todo lo que he comentado, como por ejemplo, la protagonista sumamente hueca, que se va a morir de gilipollez crónica degenerativa. Igual si no estuviera tan alienada sería un poco más interesante y espabilada. Pero no me voy a meter ahora en esos menesteres porque como digo, quien avisa no es traidor y para hablar de ello tengo que leérmelo entero y de momento, no estoy por la labor.
Repito que no estoy por la labor porque me cansa mucho, voy muy lenta y desperdicio tiempo cuando me encuentro ante este tipo de historias. No tiene que ver con la autora ni mucho menos. Que no tengo nada en contra de ella y aquí tiene mi opinión sobre su historia. Que espero que le sirva de algo y que se la tome como se la tiene que tomar, como una opinión más que no es definitiva y que la puede enriquecer. Ella ya sabía lo que había cuando me contactó y de hecho, me pidió esta "reseña" tras haber visto de la Lo que todo gato quiere, así que sabía lo meticulosa que me pongo en estos asuntos.
Por eso, no creo que haya problema por parte de ambas, así que no generéis vosotros tampoco ninguno, que no me gusta que se creen problemas donde no los hay. Que ya sé que no lo vais a hacer porque sois gente muy maja y muy inteligente. Pero como empecé en esta publicación: quien avisa no es traidor.
Por historias fieles a la realidad que nos merecemos.
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