Romances y traiciones
Pasó un mes, me recuperé rápido, rendí mis últimos exámenes y pasé de año con el mejor promedio, otra vez, estaba feliz de que ahora mis dos padres estuvieran presentes en el momento en el que daba el discurso de fin de curso, de que ahora papá estaba ahí, sin miedo a que yo lo viera, al lado de mi madre.
Por otro lado quise arreglar las cosas con Naomi-san, pero ella me huía, no entendía el por qué, ni siquiera sabía que iba a responderle, aunque bueno, era un no, pero no lo sabía ella, aunque bueno, dejé de preocuparme por las relaciones con los demás, si ella no quería hablar, no iba a presionarla más, simplemente dejaría las cosas así.
Digamos que estaba más preocupado en notar quien era la persona que quería asesinarme, mamá por precaución, siempre preparaba mis almuerzos, me contuve del habito de morder los lápices... aunque mis uñas no fueron muy felices con ese cambio, estaba paranoico, demasiado, porque no tenía ni idea quien podría ser esa persona, creo que esa es la parte más aterradora, tener miedo, pero no saber de quién... o bueno... quisiera no pensar que es él...
-Huh... Okumura... -escuché una voz sacarme de los pensamientos.- Creo... que nos debemos... una conversación...-
-Ah... Takeda-san... si... respecto a eso...-
-Acompañame hasta mi casa... n...no quiero hablar aquí...-dijo a medida que se sonrojaba, yo sentía el calor subir por mis mejillas, mierda.
-Es... esta bien...-
Ahhhh ¿Por qué me sonojaba si no debía ser así? ¿Por qué quería que la acompañe? ¿Por qué debes ser así Shiro? Respiré profundamente para que el calor bajara, era obvio, ella temía que yo la rechace... y quizá quería privacidad... o tiempo para la reacción, y seguro eligió este día, para que no sea incomodo volver a vernos... después de todo Naomi era una chica muy lista, me recuerda a la tía Shiemi...
-Shiro, estoy muy orgullosa de ser tu madre...-dijo Shura alegre mientras me abrazaba. Son las palabras que quise oír toda mi vida... ser el orgullo de mis padres
-Muy bien hijo...-acotó papá.- Vayamos a comer a algún lado a festejar.-
-Me encantaría... pero... recuerdan que le hablé de una chica que se me declaró... y bueno... me dijo que la acompañe hasta la casa para hablar...- mis padres se miraron.- voy a decirle lo que siento y...-
-Usa condon... -dijo Shura, se me subieron colores que no eran de este mundo al rostro.
-M... mamá eso no es así, yo no... yo no voy...-
-No quiero ser abuelo tan joven...- acotó Yukio.
-Aún no acabo de cambiarle los pañales a tu padre, como para hacerlo con un nieto...-
-Hey-
Tapé mi rostro con ambas manos, eso no era divertido, aunque ellos dos estallaran a carcajadas y me abrazaran diciendo que todo estaría bien, pero que les avisara de cualquier cosa y asentí, quejándome por lo bajo de los dos, que mal momento me hicieron pasar, era divertido... hasta que se complotaban en contra mío...
Me despedí y me acerqué a Naomi, ella saludo a sus amigas y nos fuimos juntos, me ofrecí a llevarle la mochila, ella aceptó... y todo el viaje fue en silencio, era obvio, los dos somos demasiado tímidos como para hablar... ahhh que problema, por estas cosas odio relacionarme con las personas, ella no me miraba, estaba con la cabeza agachada, jugando con un mechon de su cabello, suspiré para mis adentros, esto era muy difícil.
-Shiro...- Una voz, rompió el silencio entre ambos, era el tío Rin- Pensé que irías a comer con tus padres...-
-Ah... tío... sí... quedamos en ir a cenar juntos, estoy algo ocupado...- dije con cierta frialdad, cómo diciendo "Vete de aquí que no pintas, ni tocas".
-No me comentaste que tenías una chica... hola, creo que te he visto por la Academia...- Rin usó un tono amable con Naomi, ella alzó su cabeza, estaba muy incómoda.-
-Ah... bueno... sí... soy... soy su alumna Oku...-
-Tío vete, estamos ocupados...- Interrumpí a Naomi antes de que Rin siguiera incomodandola. Él me miro desconcertado, pero no quería tenerlo cerca.
Rin murmuró algunas cosas, claramente incomodo por mis palabras y se fue del lugar, estaba furioso, ¿Cómo se supone que me encontró?
Seguimos caminando, pero el ambiente estaba algo tenso por culpa de Rin, no me estaba gustando que él se apareciera así... ¿Qué estaba haciendo?
-E... esta es mi casa...-dijo ella sacandome de los pensamientos.- bueno... yo...-
-Naomi...-ella me miró, era raro llamarla por su nombre.- respecto a lo que... a lo que me dijiste ese día... me temo... -ugh... que difícil es todo esto, pero debo hacerlo, desvié la mirada.- que... yo no siento lo mismo por ti... eres una chica muy guapa... pero no estoy... como para mantener una relación...-
-Shiro... no te preocupes... ya lo sabía... pero... no podía esconderlo más... y lo siento...-
-No debes disculparte... está bien... seguro encontrarás a alguien...-
-No lo digo por eso... si no por...-pareció dudar un momento, pero en un nanosegundo sentí como sus labios se pegaban a los míos besándome e instintivamente correspondí, no sé por qué, pero en cuanto fui un poco más consciente me separé.
-Lo... lo siento Naomi... no quiero que te confundas más... pero... podemos ser amigos... -le entregué la mochila con una sonrisa y noté como se resbalaban algunas lágrimas a la par que ella se abalanzaba sobre mí para abrazarme, por supuesto la contuve en mis brazos- No... no llores por favor... no vale la pena llorar por esto...-
-No... no es eso... eres demasiado amable... y tan... tan dulce... lo siento... y gracias por acompañarme...- dijo ella a la par que agarraba su mochila, secaba sus lagrimas y se separaba poco a poco. Me limité a sonreír ligeramente. –Po... ¿Podemos vernos durante las vacaciones?- Asentí con una sonrisa un poco más amplia.
-Nos mantenemos en contacto por mensaje.- Naomi asintió con una sonrisa.- pero no llores más, y menos por mí ¿Si?-
Ambos nos despedimos, esperé a que ella entrara a su casa, me sentía más tranquilo de que no llorara más, era extraña la sensación en mi pecho, pero de un momento a otro la atmosfera cambió y sentí un dolor punzante en mi espalda, a la altura del hombro, me detuve en seco y me giré, un dardo clavado, maldita sea. Vi a alguien a lo lejos, todo se volvió azul... Rin, él... traidor hijo de puta, no pude, mis ojos se nublaban, quise correr, pero mis piernas estaban torpes, y tropecé al llegar a la esquina, me estaba quedando dormido. Mi último instinto fue meter la mano en mi bolsillo y tocar tres veces el botón de volumen, así le enviaba una alerta a mamá y papá... maldición... yo no quiero terminar... no... Rin... vendiste a tu sobrino... yo te juro... que yo...
"Lo tenemos"
.......
CHAN CHAN CHAN HAHAHHAHAHA
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