Capítulo 5.
Después de llegar a casa y comer un poco mientras le contamos a mamá cómo fue nuestro día en la escuela, Charisma y yo subimos a mi habitación. Mientras que ella elige algún CD para poner en el estéreo, yo me saco el uniforme y reemplazó la ropa por mi cómodo pijama. Mi mejor amiga me pide una camiseta y yo se la presto después de hacerla prometer que me la va a devolver. Le he prestado algunas playeras a Charisma y todavía no me las devuelve.
Eventualmente, hacemos los deberes entre pláticas y risas. Escucho la voz de los mellizos desde la primera planta gritándole a mamá que ya han llegado pero no estoy de ánimos para ir a decirles que Emma ha salido al supermercado. Los pasos por la escalera se comienzan a oír hasta que la puerta de mi habitación se abre y Scott aparece siendo seguido por Noah quién sonríe de forma estúpida cuando ve a Charisma tendida en mi cama. No sé qué diablos le sucede pero desde los últimos meses ha sentido una extraña atracción con mi mejor amiga. Hay veces que me bombardea con preguntas y es un poco agobiante el hecho de que uno de tus hermanos te pregunte cosas personales sobre tu mejor amiga.
—Hola, Charisma. —Noah saluda, ignorándome por completo. La sonrisa en su rostro es estúpida.
—Hey, Noah —devuelve el saludo ella, sin prestarle mucha atención—. Hola, Scott.
—Hola. —le dice mi otro hermano antes de posar su mirada otra vez en mí— ¿Dónde está mamá?
—No sé. —hojeo sin ganas mi libro de historia y resoplo cuando me doy cuenta que no se van a ir— Fue al supermercado.
—¿A qué?
—¿A qué crees tú, genio?
Charisma suelta una risita y Noah la sigue mientras que Scott me asesina con la mirada.
—Fue a comprar para la cena, Scott.
—Está bien.
Él empuja a Noah fuera de mi habitación y cierra la puerta, dejándonos solas otra vez. Comparto una mirada con la chica tendida en mi cama y ambas volvimos la atención a lo que estábamos haciendo antes de la interrupción de mis hermanos. Bueno, en realidad yo vuelvo a poner mi atención en los libros porque Charisma comienza a teclear en su teléfono, soltando risas y escribiendo a la velocidad de la luz.
Guardo mis palabras, sin querer decirle nada. Siempre es lo mismo con ella. Está tan obsesionada con su teléfono que ya he perdido la esperanza de recuperar a mi mejor amiga. Copiando su acción, yo tomo mi teléfono que había estado sobre el botón, la pantalla encendiendo de inmediato.
Mi ceño se frunce al ver que tengo un mensaje de WhatsApp de un número desconocido. Deslizo el dedo y escribo la contraseña antes de leer el mensaje.
Número desconocido: Hola 🙂
Como no tengo registrado el número en mi agenda de contactos no puedo ver su última conexión. Marcó el mensaje como «no spam» y tecleó una respuesta.
Natalie: Hola. ¿Quién eres?
Él aparece en línea de inmediato y los dos ticks se marcan en azul.
Número desconocido: Adivina ☺️
Natalie: No soy buena con las adivinanzas.
Número desconocido: Pensé que eras más lista 😔
Me coloco de pie y subo una pierna a la cama para poder sentarme.
—Oye, ¿conoces este número? —le pregunto a mi mejor amiga, enseñándole el teléfono. Ella lo observa y niega.
—¿Por qué?
—Me está enviando mensajes. No recuerdo haberle dado mi número a nadie. —susurro y algo dentro de mi cabeza me hace pensar en ella— Charisma, ¿le has dado mi número de teléfono a alguien?
Sus ojos se amplían por un breve segundo —No.
—¿Segura?
—Segurísima.
Frunzo las cejas y bajo la mirada a mi teléfono. La persona no ha vuelto a enviarme mensajes pero yo estoy lista para terminar con esto.
Natalie: Si no me dices quién eres voy a bloquearte.
Pasan unos segundos antes de que me conteste.
Número desconocido: Soy Dave 😁
Todo mi interior se llena de ira y alzo la mirada, los ojos claros de Charisma están sobre mí y cuando se da cuenta que estoy a punto de explotar, se ríe.
—¡¿Por qué le disté mi número a ese idiota?! ¡Responde!
Ella se para de un salto de la cama para aumentar la distancia que nos separa.
—Él ya me lo había pedido pero yo no quería dárselo pero hace un rato cuando te habló en la escuela... Él lucía muy sincero y creo que esta es la mejor manera que puedes conocerlo sin tener que mirarlo.
—¡Pues entonces por qué no lo conoces tú!
Mi voz es tan alta que logran captar la atención de los mellizos. Lo sé porque ellos han corrido hasta llegar aquí y ver por qué estamos discutiendo. ¿Quién dijo que sólo las mujeres eran cotillas?
—¿Por qué están peleando las mejores amigas? —se burla Scott.
—¡Largo de aquí! —le grito. Él no me hace caso y yo tomo un libro y lo aviento en su dirección. Por suerte, él alcanza a cerrar la puerta haciendo que el texto impacte contra la madera oscura de la puerta de mi cuarto. Vuelvo la mirada al frente, mirando a Charisma— ¿Entonces? Estoy esperando una explicación.
Ella respira profundo y alza las manos —Primero, cálmate, ¿sí?
—No me digas qué hacer.
—Entiendo que estés enfadada conmigo pero mírale el lado bueno a esto. Podrás conocer a Dave.
—¿Y quién te dijo que yo quería conocerlo?
—Deja los prejuicios de lado, Natalie —ella me regaña casi como si fuera mi hermana mayor o incluso mi madre—. Tú misma me has dicho que no debo juzgar a un libro por su portada y es exactamente lo mismo que estás haciendo con Dave. Conócelo y date cuenta que él no es lo que piensas.
—¿Y para qué quieres que lo conozca? —vuelvo a insistir. Conozco mucho a Charisma y logro percibir que algo me está escondiendo. El problema es saber qué— ¿Por qué estás tan empeñada?
—Porque él realmente quiere ser tu amigo.
Hago una mueca y miro mi teléfono. Yo no estoy interesada en ser amiga de ese chico pero ella seguirá insistiendo, la conozco. Además, teniendo en cuenta de la estupidez que Dave me dijo esta tarde, él no se dará por vencido tampoco. ¿Qué es esto? ¿Una especie de broma o todos se pusieron de acuerdo y no me avisaron?
—Está bien —digo finalmente, soltando un suspiro—. Pero sólo serán un par de días. Un comentario fuera de lugar por su parte y yo lo bloquearé. Y no usaré emojis con él.
Ella crea un falso puchero con sus labios. Charisma es la típica persona que cree que yo estoy enfadada cuando no le envío un emoji. Yo soy el tipo de persona a la que le da pereza buscar uno y siempre manda la luna porque es la primera opción.
La falsa tristeza le dura sólo un minuto porque se lanza sobre mi cama y me tironea del brazo haciéndome caer a su lado. Ella me arrebata el teléfono de las manos y, como se sabe mi contraseña, ingresa a las aplicaciones y agenda a Dave en mis contactos.
—Vamos, escríbele algo —incita, ganándose una mala mirada de mi parte—. ¿Quieres que lo haga yo?
—¡No! —me apresuro a decir. Ella es capaz de escribir cualquier cosa— Le escribiré después. Ahora, terminemos de hacer los deberes antes que llegue mamá. ¿Te quedas a cenar?
—Por supuesto.
***
Cerca de las diez con treinta, yo me acuesto sintiendo todo mi cuerpo pesado. Ha sido un día normal pero me siento agotada.
Tomo mi teléfono que había estado sobre la mesa de noche, cargándose, y lo desbloqueo, revisando de inmediato mis mensajes. Tengo uno de Charisma donde me avisa que ya ha llegado a casa y dos del idiota. No me sorprende que Charisma haya guardado su número como "Dave ❤️". Yo sólo lo edito y lo guardo como «Idiota».
Idiota: Ya me bloqueaste? Pensé que esto duraría un pokito más!
Idiota: No culpes a Charisma, ya? Yo fui kien insistió por tu número de teléfono.
Los ojos me arden cuando veo su ortografía. Rápidamente, le escribo una respuesta.
Natalie: Si quieres que hablemos, comienza por mejorar tu ortografía.
Me sorprende que él responda tan rápido. Es como sí hubiera estado esperando mi mensaje.
Idiota: Sí, señora. 😁
Natalie: Gracias.
Voy hasta el chat de Charisma y le escribo un mensaje.
Natalie: Estoy hablando con el idiota.
Char: ¡¿DE VERDAD?! ¡Eso es genial! 🎉
Natalie: Sí, pero no te emociones tanto.
Char: Aguafiestas.
Natalie: Igual me quieres. 😜
Char: Te amo, mejor amiga. 😙
Regreso hasta el chat de Dave y una pequeña sonrisa curva mis labios.
Idiota: ¿Cómo estás? 👀
Natalie: Bien, gracias.
Idiota: Qué bueno. Yo igual estoy bien, gracias por preguntar 🌚
Ésta vez, no puedo contener una risa. Sin embargo, me convenzo a mí misma que no debo celebrarle mucho las cosas a Dave. Él sigue siendo un idiota.
Natalie: En fin, ya me voy a dormir.
Idiota: ¿Podemos hablar mañana? 🙈
Natalie: Ya veremos.
Idiota: Consideraré eso como un sí. 🙉
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