Capítulo 13.
Charisma rueda en la cama y sostiene su cabeza con ayuda de su mano. Yo estoy tendida a su lado, el edredón cubre nuestros cuerpos hasta la mitad. La lámpara de lava alumbra la habitación de forma tenue y los ojos de mi mejor amiga lucen amarillos gracias a la luz que proyecta la lámpara.
Hemos llegado hace dos horas de la casa de John Franco y en cuanto llegamos a su habitación, le conté absolutamente todo mientras nos cambiábamos de ropa. Ella me escuchó con atención en todo momento, asintiendo en algunas partes, rodando los ojos en otras y riendo también.
Dave me llamó un par de veces después que salí de su departamento de esa manera pero yo no me molesté en contestar sus llamadas. Al parecer, él se dio cuenta que no iba a responder y dejó de hacerlo. Es eso o sufrió un coma etílico por todo el alcohol que había ingerido.
Me relamo los labios y miro hacia el lado, esperando algún comentario de su parte.
—Tal vez...
—¿Tal vez?
—Tú le gustas a Dave. —termina la oración y yo me atraganto.
—Ya está. Tú estás completamente loca.
—Es que no se me ocurre otra cosa, amiga —susurra para que sus padres no puedan oírnos.
—Él sólo estaba borracho, Charisma.
—¿No has oído el dicho de que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad?
—Esa es pura porquería que inventa la gente.
—Yo no creo eso. —me contradice y se acuesta. Ahora, ambas nos miramos a los ojos— Rick me dijo que yo le gustaba cuando estaba borracho.
—Qué romántico. —exclamo con sarcasmo.
Ella ríe —No seas así. Entiendes qué es lo que quiero decir.
—Sí pero yo sé que tú entiendes que estás equivocada. Por supuesto que yo no le gusto.
—¿Y por qué no puedes gustarle?
—Estamos hablando de Dave, Charisma.
—¿Y eso qué tiene que ver?
—Que él es un idiota.
Mi mejor amiga suelta una risita y aparta los mechones castaños que se cuelan en su rostro. Luego, deja caer despacio su mano sobre el costado de mi torso.
—Bueno, tal vez tienes razón en eso de que es un idiota pero yo creo que sí le gustas. —dice y bosteza— Mi pregunta ahora es: ¿él te gusta a ti también?
—No. —respondo muy segura.
—¿Segura?
—Segura.
—¿Segura, segura?
—Que sí. No seas pesada, Charisma.
—A ver, mírame a los ojos y dime que a ti no te gusta Dave.
Suspiro y la miro a los ojos.
—A mí no me gusta Dave.
—Te creo. Sin embargo, aún creo que tú le gustas a él.
—Estás loca. —le digo, sintiendo como mi estómago se contrae.
—Quizás. En fin, ya me voy a dormir. Apagas la luz cuando te duermas, ¿vale?
—Claro. Buenas noches.
—Hasta mañana, mejor amiga.
Ella me regala una última sonrisa y se acomoda hacia el otro. Minutos después, su respiración se vuelve pausada y lenta y yo suspiro, mirando hacia el techo.
¿Es posible que ella tenga razón? Mi subconsciente rueda los ojos. Yo ni siquiera debería estar pensando en todo esto. Es obvio que nada de lo que ha dicho Charisma es cierto. Si Dave actuó así esta noche fue sólo porque le gusta molestarme y le gusta verme enojada.
Le doy la espalda a Charisma y tomo mi teléfono para revisar los mensajes. Respondo algunos y cuando estoy a punto de dormir, el teléfono vibra sobre el velador.
Lo tomo y reviso el mensaje que me ha llegado.
Idiota: Yo di querua besartw
Ruedo los ojos y le escribo una respuesta.
Natalie: Vete a dormir, Dave. Estás demasiado borracho.
Idiota: Yo no edgoy borrachio
Natalie: Claro. Estás tan sobrio que apenas puedes escribir algo bien.
Idiota: De verdad queriad que Demian te besarq???
Natalie: No, Idiota. No.
Idiota: Que bueni
Río.
Natalie: Ahora sí, buenas noches.
Idiota: Oie
Natalie: ¿Qué? 😓
Idiota: Mandame un besitp
Idiota: Por fabor 😖
Idiota: Si????
Natalie: 😘
Idiota: Graciassssss 😍
Esbozo una pequeña sonrisa y bloqueo el teléfono, lista para irme a dormir casi a las seis de la mañana.
Me acomodo de tal manera que mi cuerpo se relaja por completo. Cierro los ojos y cuando estoy a punto de quedarme dormida, mi teléfono vuelve a vibrar. Como estoy recostada de espalda, cubro mi rostro con mi brazo cuando la pantalla se enciende y vuelve alumbrar la habitación. Vibra dos veces seguidas, anunciando mensajes de texto y sé que si no veo de quién se trata, el teléfono seguirá vibrando hasta partirme la cabeza.
A ciegas, agarro mi teléfono y lo desbloqueo. Ingreso a WhatsApp y me doy cuenta que es Dave quien no para de mandar mensajes. Abro su chat, un suspiro escapándose por su mi nariz cuando leo lo que ha escrito.
Idiota: No pyedo dormir 😢
Idiota: Estás dormids????!
Idiota: Nat si estás despierta respóndeme xfa 😩
Relamo mis labios y le escribo.
Natalie: ¿Qué pasa?
Él responde de inmediato. Es como sí hubiera estado con mi chat abierto, esperando el momento en que mi mensaje llegara. No debería sentirme especial pero lo hago. Es agradable hablar con una persona que te responde al instante; es agradable que alguien demuestre atención por ti aunque se trate de un idiota como Dave Franco.
Idiota: Alabado sea el señor!!! Aquí estaz 😍😍😍
Cuando está ebrio, Dave es mucho más adorable. Lo de dolor en el culo no se le quita pero es más llevadero cuando está así porque la arrogancia que usualmente veo en él cuando está ebrio desaparece. Sigue siento insistente pero es adorablemente insistente.
Natalie: ¿Por qué no puedes dormir?
Idiota: Mi ermano esta roncan2 a mi lado y parece un oso. Y tu??¿
Natalie: De hecho, estaba quedándome dormida cuando comenzaste a enviarme mensajes...
Idiota: De verdad? 😨😨
Natalie: Ajá. No me pidas más. Son casi las seis de la mañana y he tenido mucho de ti por una sola noche.
Idiota: JEJEJEJ
Idiota: Lo siento
Idiota: Lo siento también x arruinar tu besukeo con Demian.
Idiota: Todo lo qe dije era mentira
Frunzo el ceño.
Natalie: ¿A qué te refieres exactamente? 👀
Idiota: Recuerdas cuando te dijw qe él era un mujeriegp??
Natalie: Sí.
Idiota: Pues ahí mismo menti. Él no ea mujeriego.
Natalie: ¿Y por qué lo hiciste?
Idiota: Porquw estaba celoso
Su confesión me revuelve el estómago. Tengo que sentarme porque, de pronto, me sentía muy incómoda tendida en la cama. No sé qué diablos le sucede a mi corazón pero late demasiado rápido. Tendré que ver a un cardiólogo.
Natalie: ¿Celoso por qué?
Idiota: Porque tú...
Natalie: ¿Porque yo...?
Las palabras de Charisma se repiten en mi cabeza como una molesta canción.
¿Y si yo le gusto a Dave? Dios mío, no. Tú no puedes castigarme de esa manera, Dios.
Nos hemos peleados como perros y gatos desde que nos conocemos (más bien soy yo quién le busca la quinta para al gato) y es completamente estúpido que él pueda sentir algo más por mí que no sea antipatía. Además, Rick me ha conversado de las novias que él ha tenido y yo no encajo con su prototipo de chica; a Dave le gustan las pelirrojas de piernas largas y cuerpo esbelto como típico hombre y yo soy morena, cuatro ojos y vivo despeinada. Yo soy todo lo contrario a lo que él busca en una chica y él también es todo lo inverso a lo que me gusta de hombre. Tiene linda sonrisa, sí. Es guapo, también. Pero todo su atractivo físico se va a la mierda cuando abre la boca. Su sonrisa es preciosa más su risa no lo es. Es muy escandaloso.
Natalie: ¿Dave...?
No obtengo más respuestas así que atribuyo que él se ha quedado dormido. Menudo idiota.
Bloqueo el teléfono y me acuesto otra vez para dormir pero mis ojos rehúsan a cerrarse. Estoy mirando el techo amarillo gracias a la lámpara de lava pensando en las posibles cosas que Dave pudo haberme dicho.
Me muevo un par de veces en la cama intentando buscar una posición cómoda hasta que Charisma gruñe y abre sus ojos levemente.
—Nat, por favor... —habla. Su voz suena ronca por el sueño— deja de moverte, ¿quieres?
—Sí, lo siento. —respondo en un susurro.
—¿Qué tienes? ¿No puedes dormir?
—No. Es que...
Me quedo en silencio pero estoy inquieta. Y sé que si no se lo cuento no podré pegar un ojo y llegaré con una horrible cara a casa en un par de horas, mis hermanos me someterán a una horrible interrogación y Evan me obligaría a decir toda la verdad.
Ella alza su cuerpo, sujetando su peso con ayuda de uno de sus brazos —¿Qué pasó?
—Estuve hablando con Dave.
—¿Y qué te dijo? —vuelve a acomodarse en la cama y se cubre hasta el cuello con el edredón.
—Dijo que había montado todo ese espectáculo porque estaba celoso.
—¿Ya ves? —sonríe, somnolienta— Yo tenía razón. Tú le gustas a ese chico.
—No lo creo.
—Por supuesto que le gustas —bosteza y cierra sus ojos—. Si no le gustaras... te habría dejado ligar tranquila...
Parpadeo y ladeo la cabeza para mirarla. Charisma se ha dormido otra vez y me ha dejado la cabeza aún más llena de preguntas. Ugh.
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