- sᴇɪs: sᴏʙʀᴇᴠɪᴠɪʀ -

Se tiró sobre el colchón boca arriba, ve a Beomgyu sentarse en el sofá, sus miradas se cruzan un momento, se vuelve a poner en pie, acomoda su cabello, está por decirle algo. Tres golpes en la puerta interrumpen, ve acomodarse su camisa, abre la puerta donde dos hombres están esperando, uno de ellos es clavo y otro que tiene el cabello recogido, el calvo alcanza a verla desde afuera, hace una mueca de repudio, Beomgyu cierra la puerta.

Ella se levanta de la cama, corre hacia la puerta, intenta abrirla solo para darse cuenta que ha puesto llave desde afuera. No tiene a dónde salir, se queda apoyada sobre la puerta. La luz en la habitación es intermitente, escucha muy a la lejanía la explosión de algo. Imagina que el bombardeo no ha acabado, las paredes rugen y una fina capa de polvo cae sobre ella.

Cierra sus ojos con fuerza, está aterrada, vuelve a la cama donde se acuesta en un extremo echa bolita, se abraza a una de las almohadas, siente temblar la cama a ratos. No sabe a dónde a ha el joven Choi, ni siquiera si regresará. Cree entonces que quizás se ha informado de la situación y ha evacuado a un mejor refugio y la ha abandonado a su suerte.

No lo conoce en nada, se ha portado amable, aún así, lo encuentra sospechoso. Una lágrima baja, cae por el puente de su nariz, la sábana blanca se humedece. Empieza a hacerse a la idea que morirá ahí, encerrada en una habitación de primera clase, con las mayores comodidades que pudo haber tenido en su vida; aplastada por los escombros. No es nadie importante para ser buscada, su cuerpo quedará ahí atrapado eternamente.

Y con esa idea en mente, cae dormida.

La puerta de la habitación se abre, a lo que despierta de un sobresalto, se gira para darle la espalda limpiando el rastro de lágrimas que pudo quedar en su rostro con rapidez, escucha los pasos del joven noble acercarse, acomoda su cabello tras su oído intentando dar de una buena imagen a pesar de recién despertar. No tiene ni idea de cuánto ha dormido, aún está con pesadez. Se pone en pie con gran rapidez, a lo que se marea perdiendo el equilibrio, hace un reverencia ante él con tal de disimular su mareo.

— Ha terminado el bombardeo, solo esperemos al anuncio de que es seguro volver —. Informa.

Ella se endereza, su mareo ha pasado, Beomgyu esta siendo escoltado de nueva cuenta por los mismos corpulentos hombres quienes la miran con notorio desprecio, ella agacha la cabeza empezando a avanzar a la salida en dónde se encuentran los guardaespaldas. Está por salir de la habitación, cuando la voz del joven la hace detenerse.

— Vendrás conmigo —. Es una orden, el tono de voz que ha usado, es firme — Tu distrito se ha reducido a cenizas... Todo tiene un costo, salve tu vida, ahora debes servirme.

— Tenía razón, tu gesto era por tu momento altruista no era honesto —. Ríe con desgano — ¿Así te haces de esclavos?

— Dime, ¿Cuántos nobles crees que mandan a sus hombres a buscar a tu familia?

Sooyeon desvía la mirada. Él es quien sonríe ahora, se adelanta saliendo el primero de la habitación.

— Solo es mi madre, mi padre murió en el frente en la guerra de hace siete años —. Aclara — Y mi hermana ha huido de casa, tenemos dos años sin saber nada de ella.

— Lo sé —. Responde, él ya ha investigado — No te has equivocado, soy amable con gente de tu clase, pero no porque los haga mis esclavos. Moldeo su lealtad hacia mí.

Ella se lleva una mano a la boca mientras intenta no verse sorprendida, pero ha sido muy notorio. El joven no me lo nota, provoca una corta sonrisa;  comienza a caminar, ella lo sigue por detrás, no vuelven a hablar en todo el traslado, hay varias cosas que rodean por su cabeza, volteó en dos ocasiones en dirección al joven. Los hombres que velan por su seguridad seguro que fueron reclutados de la misma forma.

No pasó mucho para que por los altavoces se diera el aviso que era seguro dejar el refugio. Siendo ellos de los primeros que les permitieron salir. Le llamó la atención  que el resto de nobles, hacen reverencias al joven Choi cuando pasa por enfrente de ellos, se hacen a un lado permitiendo el paso, nadie estorbaba. Claro, se lleva de varias miradas de repudio pues siendo ellos de más alta clase tenían que permitirle el paso a alguien de tan bajo nivel solo por ser acompañante del joven Choi Beomgyu.

¿Qué clase de poder tiene él?

Supo entonces que haber terminado a su lado fue un golpe de suerte, aún así, debe investigar sobre el hombre al que ha de jurar lealtad, aunque puede darse una idea.

La documentación de la población era algo sumamente estricto y de muy difícil acceso, por no decir que es algo casi prohibido, o al menos para gente de su misma clase, aún así Beomgyu debe tener una muy alta posición, pues el hecho de que ha mandado gente en búsqueda de su familia solo le dice que es de las pocas familias con acceso a dicha información. Se detiene en seco, ha tenido una revelación, en la que este joven es la llave. El joven Choi también se detiene esperando una explicación, Sooyeon sonríe apenada, hace una seña que está todo bien, él vuelve a avanzar y ella lo sigue.

Ha dicho que irá con él, lo que significa estar bajo el mismo techo, una gran oportunidad como está no puede ser desperdiciada. Quizás la educación que le dio su madre al fin rendía frutos, pero no como ella hubiese querido; es una dama educada, con varios encantos que usará para aprovecharse de la gente con tal de conseguir cualquiera de sus caprichos.

Usara a Choi Beomgyu, usara de su confianza con tal de conseguir alguna mínima pista de Soobin, habrán pasado varios meses desde esa matanza en la que se separaron. Lo busco por los medios posibles de su posición pero jamás pudo encontrar el nombre de aquel carismático joven en las listas de los difuntos o heridos, por más que buscó, yendo por  semanas a cada hospital de la región, yendo con cada curandero de la zona, simplemente no encontró nada de él, cómo si hubiera sido tragado por la tierra.

Recuerda como siempre se le decía que  seguramente no fue contabilizado debido a su tan bajo nivel en la pirámide y pudo terminar en alguna de esas fosas comunes donde personas de esa clase van a parar. No aceptó esa respuesta, sigue sin estar dispuesta a aceptar la muerte de quién es su primer y único amor, no si no tiene un cuerpo al cuál llorar o una lápida a la cual dejarle flores, si no hay nada de eso, se rehusaba a creerlo.

Ha encontrado su amuleto de la suerte, este joven que la ha rescatado es lo que ha buscado para revelar la verdad y no va a desaprovechar. Su lealtad a él solo es por un interés propia y quizás egoísta.

Beomgyu la observa por encima del hombro, Sooyeon sigue siendo una ingenua, ¿Cómo es que no ha pensado que si sabe de su familia, no va a tener conocimiento de quién fue registrado como esclavo suyo? Una completa tonta.

Las calles están hechas un caos, los pocos edificios se han reducido a montañas de escombros y cenizas. Sooyeon aparta la mirada de la ventana,  ha visto una cantidad descomunal de cuerpos desmembrados en tan poco tiempo, no puede ignorar el llanto de las personas; aún con los vidrios arriba, el olor a carne quemada logra inundar sus fosas nasales. Una de sus manos se posiciona a la altura de su estómago y la otra cubre su boca, las ganas de vomitar son muchas, era peor de lo que imaginó, no puede ver más; no obstante, Beomgyu tiene la mirada perdida en la destruida ciudad, no parece alterado ni algo parecido, su semblante es serio, ni el nauseabundo olor lo inmuta, es como si él estuviera acostumbrado a ese caótico escenario, parece haber visto una y otra vez la miseria humana que ya no le causa nada. 

El paisaje va cambiando conforme avanzando, la destrucción es menor conforme se alejan de los barrios pobres del área. La construcción de las casas va cambiando, de ser pequeñas casas sin enjarrar, a casas con fachadas mejor hechas, y luego a casas con jardines delanteros, hasta llegar mansiones rodeadas por enormes jardines, que estas apenas y han sido destruidas. No hay gente en la calle lamentando perdidas, solo más personas que tal y como ellos regresan en carro a sus hogares.

El carro se detiene, han llegado a la mansión en la que habita el joven Choi, siendo de las mansiones mas grandes que ha visto durante todo el trayecto. Han tenido que subir por el camino en una de las colinas, la entrada tiene de enormes arcos recubierto por flores, los arcos terminan en lo que sería el ala este de la casa, donde hay una torre. No parece tener daño uno; la puerta es abierta por un joven de la servidumbre, ella baja poco después que Beomgyu, en la entrada, los sirvientes han hecho una valla, inclinan sus cabezas esperando a que ingresen. Nota a uno de ellos herido, su uniforme esta manchado de sangre, aún así Choi no lo encuentra importante. 

Un hombre de traje le entrega unos documentos a Beomgyu. Hace una seña con su mano y el hombre se retira. El lugar es enorme, se queda de pie observando el vestíbulo. La iluminación al interior a la casa no es mucha, a pesar de las paredes estar pintadas de colores beige. Nota de varios acabados en caoba, la casa tiene una fuerte inspiración en la arquitectura gótica, desde sus arcos al interior, los ventanales, la decoración inclusive. 

Esta admirada del lugar, hasta que una mujer de edad avanzada se le acerca tocando su hombro llamando su atención. Sus ojos tiene una apariencia de cristal por el brillo que hay en sus pupilas, son tan pequeños, las arrugas la hacen ver cansada, triste; es muchísimo mas baja que ella, camina jorobada y sus brazos son tan delgados, parce ser solo el hueso cubierto por su piel. 

— Te mostraré donde dormirás —. Habla la anciana.

Sigue a la anciana por uno de los pasillos, Beomgyu viene detrás suyo con sus manos tras su cuerpo, no ha soltado los documentos. Caminan hasta el final del pasillo en donde hay una escalera vieja de madera poco iluminada, baja temerosa por la poca iluminación que hay, tose debido al polvo, hay tres puertas. La anciana se detiene frente la segunda puerta, toca dos veces y luego abre la puerta. Sooyeon busca la mirada de Beomgyu, quién le sonríe, sonrisa que solo le genera desconfianza.

Entran a la habitación, donde hay tres jóvenes en su interior, dejan de sus tareas de lado para hacer una fila haciendo una reverencia con una excelente sincronización y gracia. Las tres sonríe, son bastante atractivas, entonces comprende la situación. El joven Choi sigue con sus manos detrás de su cuerpo, ella mira los documentos en sus manos intentando ser disimulado, alcanzando solo a leer su nombre.

— Tus compañeras de cuarto, son de tu misma clase —. Explica el joven — Seguro que te haces amigas.

Vuelve a mirar a las chicas que siguen sonriendo con notoria falsedad, ¿En que momento aceptó entrar a esta competencia indirecta?

— Bienvenida —. Dicen al unísono.

Se gira hacia el joven que parece divertirle la situación esperando una explicación. Él le sostiene la mirada.

— Aceptaste ser mi dama de compañía, ellas también son mis damas de compañía—. Señala con un gesto a las otras chicas aún en fila — Es el costo a sobrevivir.

— Solo fue una menti-

— Es ahora una verdad —. Interrumpe — Espero te adaptes.

Y dicho esto, da media vuelta para volver por el pasillo por el que llegaron, no es hasta que se pierde por completo que las mujeres en la habitación dejan de sonreír volviendo a sus deberes. ¿En qué se ha metido? ¿Encontrar una pista de Soobin vale esto?

Sí, lo vale por completo, lo encontrara no importa por sobre quien tenga que pasar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top