- ɴᴜᴇᴠᴇ: ᴊᴜᴇɢᴏ -
Hay gran inquietud, ha tomado un baño de agua tibia luego de acabar con sus deberes, ha escuchado al amo Choi hablar sobre movimiento de tropas cuando se lo ha cruzado por el pasillo, desenreda su cabello aún con ese fragmento de conversación dado vueltas en su cabeza, la inquietud se debe a no entender, ha escuchado con claridad, y aún así no lo entiende. En los últimos días han estado yendo a visitarlo altos cargos del ejército, por lo que poco lo ha visto, a decir verdad, no han vuelto a cruzar palabras luego de su escape.
Recordó que una anciana de su antiguo vecindario solía decir que prefería ver soldados ebrios por la calle peleando con comerciantes antes que entrando paseando con nobles. Nunca entendió a qué se refería en aquel entonces, siempre encontró molesto ver soldados en el pueblo, pero ahora, quizás al haber crecido, o la situación actual lograba entender un poco de ello.
Suelta un quejido al darse un tirón en el cabello, ha sido descuidada por sobre pensar de las constantes visitas de soldados en la casa. Deja el cepillo sobre su mesita y se lleva la palma al lugar donde ha dado el tirón, ve por el reflejo del espejo al resto de las damas de compañía conversando entre ellas soltando risas cada tanto, vuelve a tomar el cepillo, está vez es más cuidadosa para no volverse a lastimar. Las demás siguen conversando, no les toma importancia, no suele hablar con ninguna fuera de Emma, quien podría considerar compañera, pues suele contar de vez en cuando cosas que le resultan interesantes.
— Mírala, es una creída, nos ve como inferiores a ella.
Ha acabado de cepillar su cabello, abre su cajón donde saca frasco de crema, coloca en su rostro, ha escuchado claramente, sin embargo, cree que no hablen de ella, pues no ha puesto atención a toda su conversación, más aparte, con el tiempo que ha pasado ahí, sabe bien que son personas que suelen hablar de todos a sus espaldas inclusive del amo Choi.
— ¿Crees que pueda quitarle el lugar a Woonyung?
Hasta ese momento pido confirmar que es ella el tema central de la conversación. Hace como si no escuchará, sigue con lo suyo, masajea su rostro, solo piensa intervenir en caso de ser necesario.
— El amo Choi dejó plantada a Woonyung por irse con ella, es obvio ¿No? — Dice Emma
Los rumores se esparcen cómo la pólvora, nadie en la casa paso por desapercibido su escape con Beomgyu, nadie los vio salir ni entrar, pero ambos desaparecieron por el mismo tiempo, quizás su ausencia no fue notada, pero la del amo Choi se percataron casi al inmediato que luego con tan solo pensarlo un poco era sencillo llegar a la conclusión de que ambos estuvieron juntos.
¿Debe sentirse mal por ello?
Vio, días atrás, a Woonyung dedicarles miradas llenas de odio. El amo Choi prefirió irse con ella algo de lo que está sumamente orgullosa, demostró a todos que puede acercarse y es alguien que no debían tomar a la ligera tal como había dicho a su llegada, no era una habladora solo por tener boca, demostró con hechos y eso le hace sentirse aún más superior.
— ¿Qué hiciste con el amo Choi? —. Pregunta una.
Sooyeon guardó sus cosas cerrando el ojo, se escuchó el golpe del este contra el mueble. Se pone en pie y se dirige a su litera, las chicas le siguen con la mirada, dos de ellas con envidia, mientras que Emma parece encontrar divertida la situación, su expresión es relajada, arquea una ceja, ensanchando su sonrisa llena de burla. Emma disfruta de igual manera el cómo las demás parecen retorcerse de envidia e impotencia.
— Nada, solo caminar un poco —. Responde una vez sentada en su litera.
— Mientes.
Sooyeon acomodó su cama y se acostó, la sonrisa en su rostro se vuelve aún más amplia, en tan poco tiempo ha hecho temblar el puesto de la supuesta favorita. Y eso que solo ha comenzado.
— Piensa lo que quieras, no te debo dar explicaciones —. Dice — Sigan hablando de mi, los hechos no cambiarán, a diferencia de ustedes, sé identificar cuando alguien ocupa un respiro, y no solo ser bonita como Woonyung.
Se giró hacia la pared. Vuelve el recuerdo de Soobin a atormentarla, se abraza a sí misma, está agradecida con él, pero la culpa es aún más fuerte, piensa en sí verdaderamente se está convirtiendo en mejor persona o sigue siendo una egoísta que solo finge ser comprensiva. La voz de su madre resuena en su mente, y aquellas preguntas que en el pasado hacían hervir su sangre ahora las ve desde otra perspectiva poniendo en duda lo que Soobin juro y perjuro sentir por ella.
Fue tan amable, tan comprensivo, siempre parecía saber que es lo que ocupaba, siempre estuvo ahí para ella. ¿Fue todo eso real? ¿Sus palabras de aliento, sus palabras de amor, sus sentimientos? ¿O al igual que ella, solo era por sobrevivir?
— Woonyung ha sido su favorita por más de un año, ¿Crees que será fácil quitarle su lugar?
Una lágrima baja por su mejilla al tan solo pensar en que así como ella quiere y desea aprovecharse de Beomgyu, Soobin hizo con ella. En el pasado, era impensable, y ahora, se vuelve una posibilidad. Lleva ambas manos a su boca ahogando un sollozo.
— Ha hecho más que todas ustedes en menor tiempo —. Emma empieza a hablar — No sé, para mí es demasiado obvia la respuesta, pero ustedes mismas respondan.
No puede hablar ahora, presiona aún más fuerte sus manos contra su boca, su llanto se ha intensificado, no hay forma que pueda responder, agradece internamente el que Emma las haya mandado a callar, le agradecerá después, por ahora solo quiere que llorar por quizás haber descubierto que el amor desinteresado que Soobin le brindó por tantos años si fue con interés.
La puerta se abre de manera abrupta por lo que sobresaltó a las chicas. Limpio rápido los rastros de lágrimas en su rostro y tiro cabello sobre su cara. La ama de llaves está en medio de la habitación, las chicas que no se han acostado hacen una reverencia ante ella. Los rojizos ojos de Sooyeon dan con los de Emma con la intención de que pueda explicar la situación.
— Señorita Sooyeon —. Dice la anciana — El amo Choi ha solicitado su compañía.
En cuanto acabo la frase, se congeló y las chicas de las literas de abajo comenzaron a murmurar.
— Silencio, ustedes deben dormir, sin más escándalos —. Regaña — Sooyeon, la espero al pie de la escalera.
Y sin más, la anciana dio vuelta saliendo de la habitación dejando a todos con las palabras en la boca.
Su cuerpo se tambalea, sus manos sudan por lo que restriega sus palmas constantemente contras su vestido, es claro que se encuentra nerviosa, salió de la habitación con una sonrisa cínica por haber sido buscada por el amor Choi, pero al acercarse todo ello desapareció. Sigue al ama de llaves por una escalera en espiral a unos pasos de distancia, la casa es oscura, atraviesan un salón y vuelven por la escalera principal, suben hasta ir a la torre en donde se les tiene prohibido ir. El pasillo esta lleno de pinturas al oleo, siendo todos retratos de quien supo que se trata de antepasados de Choi, y luego de el largo recorrido llegan a la puerta; la anciana golpea tres veces, el tiempo que pasa hasta que se escucha la voz del joven indicar que pasen le parece eterno, se siente vulnerable, como una pequeña niña perdida, una cosa es pasar tiempo con él en el exterior durante el día y otra es estar en su habitación de noche, teme de lo que sea capaz de hacer.
La ama de llaves abre la puerta, cierra sus ojos, respira hondo para así entrar. La anciana hace una reverencia ante el joven Choi, cierra las puertas ante su retirada, quedando ahora solo ellos dos en su alcoba. Observa sin moverse el gran espacio que hay, desde el piso, las paredes, la iluminación, los muebles, la decoración... Hasta que da con él.
Choi Beomgyu esta ahí tras su escritorio sin prestarle atención inmerso en el montón de papeles.
Se ha visto en diferentes escenarios hipotéticos de camino a su recámara, en los cuales, terminó asqueada no con él, si no, que también con ella misma. No sabe cuáles son sus intenciones, no sabe bajo que valores se rige, se siente un objeto, se ha puesto esa denominación todo por conseguir algo tan mínimo de el desaparecido Soobin. Las ganas por llorar vuelven al pensar en él; camina hasta la chimenea, hay un montón de cojines en los que se termina sentando, se apoya sobre sus rodillas, quiere despejarse, escucha los leños consumirse, alguna que otra vez al joven Choi pasar de hoja. Permanecen en silencio por un largo rato.
— Juguemos cartas, sabes jugar ¿cierto? —. Dice Beomgyu.
Él se ha parado de su escritorio, va hacia su librero hasta sacar una pequeña caja, se encamina hasta ella, toma asiento frente suyo dejando la caja justo en medio de ambos. Se le ve emocionado, abre su caja sacando la baraja.
Sooyeon le devuelve la sonrisa y responde a su pregunta con un movimiento de cabeza; Beomgyu barajea las cartas con gran agilidad, se queda hipnotizada por sus movimientos, parece tener bastante práctica con ellas. Choi ha notado su interés, así que continúa con ello solo para lucirse. Hay emoción en la mirada del joven, ha adquirido un brillo, empieza a repartir las cartas, aún sonriendo. El ambiente ha pasado a uno acogedor después de un largo rato de incomodidad. El joven se levanta, coloca más leña en la chimenea para volver a sentarse.
— Gana quien tenga mayor puntaje —. Explica tomando sus cartas — ¿Deberíamos apostar algo?
Ella observa las cartas que se le han entregado, alza su mirada por encima de estás notando como él se encuentra realmente entusiasmado, no cree que sea por su respuesta, es algo más, su rostro frío y serio ha cambiado y todo por un juego. Sooyeon siente gran curiosidad, vuelve a mirar su juego, entonces sonríe de manera cómplice.
— ¿Por qué tanto entusiasmo por una partida de cartas? —. Cuestiona riendo al final.
Ha contagiado su risa a Choi.
— Es el primer juego que tendré en meses —. Responde — Hay muchos asuntos que debo resolver.
— Imagino que lo estresante que es.
— Si las negociaciones no son aceptadas tendré que ir al frente —. Dice.
A lo que Sooyeon se entristece, vuelve a sonreír intentando volver a animar el ambiente.
— ¿Qué clase de apuesta debo hacer?
— No lo sé, pero encuentro más divertidos los juegos cuando existe algo en juego de por medio —. Responde volviendo su atención a las cartas.
Sooyeon adopta una posición más cómoda, se cruza de piernas y coloca un cojín en medio donde apoya sus manos con las cartas, vuelve a sonreír, una juguetona, llena de complicidad, cubre su boca con las cartas.
— No lo sé, ¿Qué tienes para ofrecer? —. Hace una pausa volviendo a mirar su juego — ¿Te parece jugar a pares?
— No me cabe duda que buscas obtener algo de mí —. Responde haciendo una pausa. — Jugaremos a pares si eso quieres.
Hacen cambio de cartas, sueltan las que no sirven intercambiando miradas, hasta que llega el momento de bajar sus barajas, Beomgyu tira su cabello atrás en juego, ha ganado, tiene tres pares en su baraja. la sonrisa en Sooyeon se borra, no dura mucho así, pues el ver alardear a Beomgyu le causa gracia, no puede molestarse.
— Serás mi pareja de juego cada que quiera jugar —. Sentencia — ¿Qué más sabes jugar?
— Conozco varios juegos —. Toma las cartas para empezar a barajear — ¿Jugas seguido con Woonyung?
Beomgyu hace un movimiento de cabeza pronunciando un ligero "no" apenas audible, ve como a Sooyeon se le resbalan las cartas, por lo que el termina por barajear volviendo a repartir las cartas.
— No, no es buena en ni un solo juego —. Dice — No importa cuantas veces intente enseñarle, no sabe jugar.
Sooyeon sonríe con satisfacción, ha encontrado en algo más en que puede ganarle, baja su mirada a las cartas. Esta por decir algo, pero el joven se le adelanta, vuelve a hablar luego de una pausa.
— Mi hermano mayor me enseñó a jugar, pero hace casi un año que no nos vemos.
En su voz ha notado nostalgia, intenta verlo a los ojos, pero él ha agachado la cabeza, y su cabello negro ha cubierto parte de su rostro, ha sido sincero con ella, ha hablado de más que busca esconderse; Sooyeon se remueve en su lugar cambiando de posición, escuchó por boca de otros trabajadores de la casa acerca del hermano del amo Choi, si bien escucho, recordaba que mencionaron acerca de tener un cargo alto en el ejercito, por lo que ha estado en la frontera del imperio debido a las tensiones que han estado incrementando. Lo ve botar la primera carta, ha iniciado el juego de nueva cuenta.
— Seguro regresara con buenas noticias —. Intenta animar
Beomgyu suelta una corta risa, baja su baraja. Quita el cabello de su rostro y lo peina tras sus orejas. No entiende que le ha causado gracia, ella baja su baraja ha ganado el juego. Ha sido un juego demasiado rápido , más bien, Beomgyu ha querido terminar con este juego rápido.
— ¿Dónde aprendiste a jugar?
Es ahora él quien toma las cartas, las acomoda, se levanta yendo por una campanita en su escritorio para hacerla sonar, regresa, tomo una vara de hierro y gira el leño de la chimenea antes de volverse a sentar.
— Solía jugar bastante con Soo- ... Ah, Soobin —. Se interrumpe así misma.
Maldice internamente, aprieta sus manos hasta encajarse las uñas en sus palmas, quiere volver a llorar, muerde su mejilla desde el interior y agacha su mirada. Beomgyu detiene momentáneamente el barajeo de las cartas, ha notado como su arrepentimiento inmediato a lo que ha dicho.
— ¿Era una amigo tuyo? —. Pregunta haciendo el desentendido.
Vuelve alzar su rostro sonriendo falsamente, él no dice nada volviendo a repartir las cartas. Ha dado en un punto débil de Sooyeon sin siquiera habérselo propuesto, ella sola se ha colocado en esa situación de colgar de un fino hilo.
— Era un criado, nada más que eso, pero era divertido jugar con él.
Beomgyu asintió, sabe que oculta algo, y solo sería cuestión de tiempo para saberlo,
— Si gano esta partida, ¿Qué podré obtener?
Sooyeon ve sus cartas, ha perdido el juego sin siquiera haber comenzado como tal.
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