Capitulo 9

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Sarada salió de la escuela antes de terminar su clase. No podía concentrarse en nada y terminó discutiendo con el profesor de ciencias.

—¿También te aburres en las clases?—la Uchiha giró para encontrarse con un apuesto chico, vestido como los motociclistas. El joven se veía mayor que ella y su cabello era de dos tonos, entre rubio y marrón oscuro—A tu edad me sucedía y terminaba saliendo antes que los demás, igual que lo acabas de hacer tu, sin embargo, con el tiempo comprendí que no debí haberlo hecho, pues en los exámenes finales, necesité ayuda, de lo contrario no graduaba con buenas notas para conseguir la beca e ir a la universidad.

—El profesor es un imbecil, que cree saberlo todo—respondió sin querer dejar ver, que estaba un poco nerviosa por el atractivo muchacho.

—Lo se, creó que la mayoría de nosotros pasamos por algo parecido—el joven dejo la motocicleta en un lado y se acercó a la banca donde estaba sentada la chica—Mi nombre es Kawaki—extendió la mano para saludarla.

—S-soy Sarada, encantada de conocerte Kawaki—la morena sabía que no debía estar con alguien que no conocía y mucho menos fuera de clases, pero ese chico, parecía tener facilidad de palabra y no pudo dejar de admirar, lo apuesto y seguro de si mismo que se veía.

—Dime Sarada ¿no estarás en problemas por saltarte las clases? ¿Tus padres no se molestaran?—ella sonrió recordando que su padre seguramente recibiría una llamada y eso le iba a traer una reprimenda.

—Supongo que si, pero cuando salía del salón, ni siquiera lo pensé—confesó sonrojada—¿Y tu? Es decir, nunca antes te había visto por aquí.

—No vivo en esta zona, de hecho, mi hogar está algo retirado de aquí, pero vine para recoger a...—el joven no terminó lo que decía, ya que alguien lo llamó.

—¡Kawaki! ¿Hace mucho que me esperas?—cuestiono una bonita joven a quien Sarada y Chocho, conocían bien, dado que era compañera de ambas en algunas clases y también era una de las chicas mas populares de la escuela, no solo por su belleza, sino también por su personalidad.

—Tranquila Sumire, solo llegue hace unos minutos ¿no es así Sarada?—la joven asintió.

—En ese caso, ya me tienes aquí y tuve muchas ganas de verte—Kawaki le dio a Sumire una mirada desaprobadora, pero ella le sonrió en respuesta.

—¿Posesiva?— pregunto Chocho, quién se acercó a la banca, mientras otra motocicleta se unió a ellos, especialmente a Kawaki.

—No veo porque debería sentirme posesiva, eso es algo, que sólo personas inseguras y arrogantes como ustedes pueden experimentar—el muchacho arqueo una ceja, pues desde que conocía a la joven, nunca la había escuchado hablarle así a ninguna persona.

—Hola señoritas—de la otra moto, se bajo un joven con cabellos blancos y ojos dorados—mi nombre es Mitsuki y es un placer conocerlas—estrechó la mano con Chocho y después con Sarada, con la cual se quedó mirando por mas tiempo del necesario. Ellas también se presentaron y luego de unos minutos, ambas amigas, miraron como Sumiré subía en la motocicleta de Kawaki y Mitsuki los siguió.

—Que chicos tan agradable, es una lástima, que estén con Sumire—soltó Chocho, quien en realidad, nunca tuvo problemas con esa joven, pero su mejor amiga si y ella sólo era solidaria—Kawaki, parece modelo de revista, es todo un caramelo, aunque su amigo también tiene lo suyo y fue obvio que lo flechaste—Sarada permaneció en silencio, pues aún, estaba impresionada por la presencia del joven llamado Kawaki. Pensó que nunca vería a alguien que le hiciera compararlo con Naruto y ahora ya no sabía que pensar.

...

—¡Sumire...!—Kawaki llamo a su amiga—¿Porque me trataste como si fuéramos novios frente a tus compañeras? Tu misma me has dicho que me vez como a tu propia familia y también te he dicho lo mismo—inquirió con curiosidad.

—¡Obvio! Porque mire que le gustaste a Sarada—soltó despreocupada.

—No lo creo... pero de ser así ¿cual es el motivo? Sigo sin entender.

—Odio ver que una persona tan bella por fuera, es tan horrible por dentro—los dos jóvenes la escuchaban—Sarada es una persona que a pesar de tenerlo todo, siempre está quejándose, tiene familia que la adora y se preocupan por ella y prefiere gastar su vida, metiéndose en problemas y molestando a quienes no tuvimos la suerte de nacer dentro de una familia—la joven recordó todos los malos ratos que esa Uchiha, le había hecho pasar, solo por no pertenecer a su misma clase social.

—Pero ella se veía muy dulce—espetó Mitsuki, quien quedó fascinado con la azabache.

—A eso me refiero cuando digo que alguien tan bello, puede a la vez, ser tan feo... pero ahora quizás encontré algo para desquitarme un poco de todos los malos ratos que me hizo pasar—la jovencita al igual que Kawaki, era huérfana, sin embargo, cuarto años atrás fue adoptada por Kabuto, el mejor amigo del padre de Mitsuki, Kabuto y su esposa Ayame, no tenían hijos y cuando la miraron, la fémina quedó fascinada con ella. Pronto la inscribieron en la escuela y para su mala suerte, fue la misma a donde asistía Sarada Uchiha. Kawaki se quedó en el precario refugio donde se conoció con Sumire desde muy pequeños y dos años después, huyó, pues las condiciones en ese lugar, eran inhumanas. El chico sobrevivió limpiando los cristales de los vehículos, vendiendo baratijas que encontraba en la basura o a veces, robando. Una noche se involucró en una riña con dos pandilleros y fue cuando Mitsuki quien casualmente pasaba por ahí en el coche de su padre, lo observó y no pudo evitar ir en su ayuda.

Mitsuki le pidió a su padre que le diera referencias para que su ahora amigo consiguiera trabajo y Orochimaru, lo hizo gustoso de poder ayudar al amigo de su hijo. Orochimaru, tenía un pasado delictivo, sin embargo, lo había abandonado años atrás, dejando todo a dos jóvenes y tenaces hermanos, quienes manejaban todo sin levantar sospechas de nadie. Él al igual que su jefe y algunos compañeros, aún participaban en algunos acuerdos, sin embargo, la mayor parte del tiempo se dedicaba a sus experimentos en el centro de control de enfermedades mas grande del país, donde era uno de los mejores científicos. La noche en que encontraron a Kawaki, estaba en la zona más pobre de la cuidad, pues había ido a evaluar a unas personas, que presentaban unos extraños hematomas por todo el cuerpo.

Kawaki ahora, trabajaba en una tienda y con el suelo, pudo pagar un cuarto en una casa hogar. No era mucho, pero se sentía orgulloso de poder mantenerse por si mismo, mientras que continuaba sus estudios, para demostrarse a sí mismo y a quienes no creyeron en él, que a pesar de las circunstancias, había podido salir adelante.

Esa tardé quedó de recoger a Sumire para ir a comer, sin embargo, llegó unos minutos antes de la hora y fue cuando miró a la chiquilla saliendo molesta del plantel. Su amiga nunca le dijo su nombre, solo se limitó a contar sobre una compañera que la molestaba. Sarada parecía dulce, tal como lo dijo Mitsuki y apenas podía creer, que se tratara de la misma persona.




[...]


—¡Señor...! Ese tipo es... —el hombre a quien apodaban Raikage, hizo una seña, a su guardaespaldas para que se callara, pues había quedado en ridiculo y no deseaba escuchar nada.

—Lo se, ese maldito es el cuervo, y ustedes no hicieron nada, se supone que les pago para que se encarguen de mi seguridad y miren lo que pasó frente a sus narices—rugió enfurecido pensando en el Uchiha. Se suponía que ese imbecil estaba retirado ¿Entonces que demonios hacía es su zona? La única explicación factible, era la que menos le gustaba. El cuervo estaba con la Hyuga, de otra manera, no había explicación para el salvaje comportamiento que mostró, al igual que lo hacía en sus tiempos dentro del negocio, no en vano, era uno de los miembros más temidos de la organización criminal liderada por Orochimaru, aunque claro... en ese tiempo, el verdadero dueño del negocio, no era otro que el mismísimo Madara Uchiha.

Eran muy pocos los que sabían sobre el oscuro pasado de Sasuke. Dentro de la familia Uchiha, los únicos que no lo sabían eran sus padres y los niños y fuera de la familia, eran sólo Sakura y Naruto, fueron ellos aliados a Itachi, quienes lograron sacar a Sasuke del oscuro mundo en el que se había adentrado, en sus rebeldes años de adolescencia.

Madara, logró mantener a todos los miembros de su familia alejados de sus negocios, sin embargo, sin que él lo supiera, el menor de sus sobrinos había caído en las tentadoras ofertas de los hombres de Orochimaru, quienes ofrecieron dinero fácil, sumado al acceso a todas las sustancias ilegales que deseara consumir. Pronto el muchacho, se colocó entre los mejores elementos, llamando la atención de Madara, el cual casi asesinó a Orochimaru por permitir que tentaran al joven. El Uchiha mayor, no quiso continuar siendo el encargado de todo y cedió el poder, a los hermanos Otsutsukis, quienes eran sus parientes lejanos. Él continuaría siendo uno de los miembros mas importantes, pero ya no tendría que tomar decisiones, según su punto de vista, de ese modo, no involucraría a su familia y los hermanos eran más jóvenes.

Madara no logró hacer mucho, ya que el joven estaba demasiado adentrado en los negocios y con el inminente traspaso que haría a los Otsutsukis, tuvo que contarle todo a Itachi.

Sasuke incluso se hizo muy cercano a los hermanos Otsutsukis quienes también, mantenían una doble vida, incluso, el mayor era un respetado juez, mientras que el otro era el CEO de las empresas Otsutsuki y fue el menor, quien apodó a Sasuke como el cuervo, dado que era a quien más trataba.

El azabache trunco las negociaciones del Raikage el oponente en la organización, en mas de una ocasión, logrando así, la rivalidad entre ambos. A pesar de la diferencia de edades, ambos se enfrascaron en peleas cuerpo a cuerpo. La primera, fue una total humillación para el joven Uchiha, puesto que no logró estar a la par con el corpulento y fortachón tipo, pero a partir de esa humillación, Sasuke, no volvió a perder.

Naruto e Itachi, lograron convencer al chico para hablar con ellos y con el tiempo, sumado a la gran perseverancia de quienes lo querían, fue dejando esa vida atrás, logrando abandonar todo en el pasado. Cuando nació Sarada, esos días, solo eran recuerdos lejanos, dado que contra todos los pronósticos, Sasuke no recayó, haciendo que ese turbulento pasado quedara prácticamente olvidado... Pero ahora sin planearlo, volvía a enfrentarse con uno de sus peores rivales  y no uno cualquiera, sino el más arrogante y con el que más conflictos personales tuvo.

...

—¿Estás bien?—Sasuke estacionó el auto en un lugar solitario para poder hablar con la ojiperla. Aún sentía la sangre hirviendo de rabia, por imaginar a ese hijo de puta, poniéndole las manos encima a Hinata. Ahora que sabía quien era el tipo interesado en ella, no podía bajar la guardia.

—Si... gracias—la ojiperla se negaba a mirarlo, pues a juzgar con las malas palabras que mencionó mientras conducía, era obvio que estaba muy molesto y todo había sido por defenderla a ella. La manera en que se abalanzó sobre el hombre había sido aterradora, no es que ella tuviera mucha experiencia mirando enfrentamientos entre dos hombre, sin embargo, verlo tan furioso la hizo temer, dado que no parecía ser él.

—¿Porque no me habías dicho que alguien te estaba acosando?—ella continuó sin encararlo, lo que logró cabrear aun más el humor del Uchiha—¡Mírame cuando te hablo Hinata!—avergonzada y temerosa, lo miró a los ojos y se estremeció.

—Yo, pensé que podía manejarlo por mi misma, sin tener que molestar a nadie con mis problemas—Sasuke se llevó los dedos al puente de la nariz para tratar de calmarse. Hinata no tenía malicia y eso era un gran problema.

—Por personas como tú, es que hay muchos más secuestros y tráfico humano—la joven se tensó cuando lo escuchó hablarle así.

—¿Porque me dice eso?—estaba muy dolida y sólo quería llegar hasta su padre, como cuando era niña y tenía miedo de algo, aunque en esta ocasión, su progenitor, no podía hacer nada por ayudarla.

—Aún no entiendes la magnitud de lo que pudo suceder si yo no llego a tiempo ¿verdad?—ella continuó llorando—Ese tipo no te dejara en paz hasta que no consiga llevarte para convertirte en su juguete sexual y créeme, la fama que tiene en cuanto al trato que les da a sus juguetes, no es nada agradable—al azabache no le gustaba decirle todas esa barbaridades, pero era necesario, puesto que sólo decía la verdad—¿Que crees que pasaría con tu padre cuando no regresaras más? Lo siento por  ser tan directo contigo, pero tu terquedad y orgullo no servirán de nada en una situación como esta—le levantó la barbilla con suavidad y odio con todo su ser a ese bastardo. Ella se veía tan frágil, tan desprotegida. La abrazó contra su pecho y la dejó llorar.

—Lo siento Sasuke, yo no se como terminé en medio de todo esto... yo solo trataba de continuar con mi vida, pero todo parece estar en mi contra—sollozo y se limpio las lágrimas—Le juro que no hice nada para llamar su atención, incluso traté de cambiar mi aspecto, pero de nuevo dieron conmigo—el Uchiha apretó los puños y sentía ganas de matar. La vida de su novia ya era bastante difícil, y si no hacían nada, podía volverse peor.

—¡Tranquila...! Yo no dejaré que nada te pase, sin embargo, debes estar de acuerdo conmigo en que ya no puedes regresar a tu hogar.

—¿Que? ¿Porque no?—cuestionó desesperada, dado que no tenía otro lugar a donde ir y tampoco quería.

—Estoy seguro que el Raikage, conoce absolutamente todo de ti y no dudará en mandar a sus hombres para que te lleven con él—ella pensaba argumentar, pero sabía que Sasuke tenía razón, pues ese hombre ya conocía su nombre y hasta la situación de su padre—Vendrás conmigo a mi casa, de hoy en adelante, seré yo quien se ocupé de todos tus problemas y no volverás a usar el transporte público.

—Como sabe tanto de ese hombre ¿acaso lo conoce?—la ojiperla se quedó pasmada, con todas las suposiciones del Uchiha y pronto le quedó claro que debía conocerlo, de otra manera, no podía saber tanto sobre él.

—Desafortunadamente... si, pero eso fue mucho tiempo atrás y ahora eso no tiene importancia—no tenía intención de sacar a la luz su oscuro pasado, pues no era el momento y tampoco era necesario—Déjame protegerte Hinata, deja que me encargue de ti y antes que digas que irás a casa de tus amigas, te dire que tampoco con ellas estarás a salvo—Hinata se estremeció, era como si hubiera leído sus pensamientos—Conozco tu postura y te aseguro que no quiero aprovecharme de las circunstancias, pero la única manera en que ese bastardo, dejara de molestarte, es siendo mi esposa.

—¿Que?

—Lo se, es algo pronto para proponértelo, pero de todos modos, esto iba a pasar tarde o temprano y ahora es la mejor opción para garantizar tu seguridad... hoy mismo iré contigo hablar con tu padre, estoy seguro que no se negará—la miró asustada y confundida—¿No quieres ser mi esposa? ¿No me amas para casarte conmigo?—hasta ese momento, ninguno de los dos había confesado amar al otro, aunque eso, no quería decir que no se amaran. Hinata estaba muy enamorada, se había enamorado de él, casi desde las primeras interacciones y claro que deseaba un futuro junto a él, pero ahora, estaba segura de que Sasuke lo hacía sólo por protegerla, y no era justo.

—No es eso—lo encaró tratando de que la entendiera—esto no es justo para usted, ni para sus hijos... Es como si me estuviera aprovechando de la situación y por otro lado, es muy pronto para dar un paso tan importante... aún no nos conocemos lo suficiente.

—El tiempo es relativo Hinata, hay parejas que se conocen durante años y cuando deciden unirse en matrimonio, fracasan, al igual que quienes se conocen menos tiempo—a decir verdad, ella entendía el punto de Sasuke, pero de todos modos estaba muy confundida—¡Piénsalo! El éxito de nuestra unión, dependerá solo de cuanto empeño pongamos ambos para mantenerlo y no de cuanto tiempo estuvimos conociéndonos—Sasuke era consiente que el Raikage, no se atrevería a meterse con su esposa. Esa era la única manera de proteger a su novia, ademas no había nada de malo en casarse de una vez, si de todos modos pensaba hacerlo en un futuro cercano. El incidente, sólo adelantaba sus planes.

—¿Y que va a decir su familia, sus hijos... Sarada—la joven iba montar una escena y en esta ocasión, sería con justa razón—Sasuke, ella nunca me aceptará y no quiero que tengan problemas por mi culpa.

—Tu no te preocupes por nada y deja todo en mis manos. Ahora responde a mi proposición ¿Te casarás conmigo?—sin palabras, ella asintió en repetidas ocasiones, confirmado que aceptaba la propuesta—No te arrepentirás, te garantizo que a pesar de las circunstancias, seremos muy felices... Luego de hablar con tu padre, les avisare a los míos para que preparen todo lo antes posible y cuando las cosas estén mas tranquilas, celebraremos una gran fiesta, tal como te lo mereces.

—¡Sasuke...!—lo llamó—No me interesa una gran boda, ni fiestas, ni nada de eso. Lo único que quiero es que esto sea cierto, saber que respetará nuestra unión y si esta de acuerdo, accederé a cualquier formalidad y fiesta que desee—el varón sonrió, por el comportamiento de Hinata. Debió imaginar que alguien como ella, no tenía prioridad por las frivolidades de una gran fiesta, sin embargo, estaba dispuesta acceder, siempre y cuando, él respetara la unión.

—Es cierto, de eso no dudes, yo sólo seré tuyo, como también tú, serás sólo mía—aún con las dudas dentro de su cabeza, advirtiendo que no diera ese paso tan importante, se dejó llevar por sus sentimientos. Sasuke la beso de manera demandante y ella le correspondió—Ahora iremos juntos al hospital y si el médico lo permite, hablare con tu padre—ella asintió y el Uchiha encendió el auto para llegar al hospital. A pesar del revuelo que iba a causar con la noticia, se sentía feliz. Su vida daría un agradable cambio y desde ese día, la tendría con él, en su hogar.

...

Sasuke, avisó a Itachi, que no regresaría durante el resto del día y que lo esperaba junto a sus padres y toda la familia, en su hogar esa misma noche, ya que tenía algo muy importante que comunicarles. Debía hablar primero con sus hijos, así que le dijo que llegarán después de las ocho. Estaba seguro que tanto su hermano, como su tío, lo entenderían de inmediato y de ser necesario, arreglarían la boda para el día siguiente.

Caminaba por el pasillo del hospital con su Hinata de la mano. Ella se veía temerosa e insegura y a decir verdad, él también se sintió inseguro por enfrentar al padre de su novia. A diferencia de Naruto, él no lo conocía y quería darle una buena impresión, quería que Hiashi, se quedara tranquilo sabiendo que su hija estaba en buenas manos.

—Pasen por aquí—les indico el médico con quien hablaron antes de ver al Hyuga—El señor Hyuga está despierto—ambos agradecieron y lentamente entraron en la habitación.

—¡Hija! ¿Pasa algo?—le pregunto cuando la miró con los ojos hinchados y después se percató que no estaba sola, alguien más estaba con ella.

—Padre... quiero que conozca a...—ella no terminó de presentar al Uchiha, debido a que él, la interrumpió.

—Permíteme hablar con tu padre a solas—ella trató de negarse, sin embargo, Sasuke no está dispuesto a ceder. Si iba a encargarse de ella, lo haría desde ese momento.

—Esta bien, estaré afuera por si me necesitaban—sin más que decir, beso la frente de su padre y salió de la habitación.

—Mi nombre es Sasuke Uchiha y soy el novio de Hinata—Hiashi se quedó pasmado, pues su hija no le había dicho que tenía novio y mucho menos que se trataba de su jefe—Lamentó mucho presentarme así ante usted, pero estoy enamorado de su hija y necesito su aprobación para que nos casemos lo antes posible—el castaño lo escudriñado por completo y supo que esa prisa no era algo común.

—Hiashi Hyuga, para servirle señor Uchiha—ante todo la educación y la formalidad de los Hyugas—mi hija es mayor de edad, para tomar sus propias decisiones, no obstante, ya se habra dado cuenta, que ella es una persona muy correcta y muy a mi pesar, un tanto inocente también—el Uchiha asintió estando de acuerdo—ese hecho, me obliga a preguntarle ¿cuáles son los motivos por los que quieren casarse tan pronto? Se que algo anda mal, lo he visto en el semblante de mi hija, pero se niega a contarme nada por no preocuparme y su presencia, unida a su petición, sólo me confirma que estoy en lo correcto... Dígame ¿que es lo que está sucediendo?—el azabache suspiro y no pudo evitar comparar a su futuro suegro, con Itachi, ambos parecían mirar adentro de las personas.

—Tiene razón, pero mi decisión de casarme con ella, iba a llegar tarde o temprano, esto sólo adelantó mis planes—Sasuke trató de ser lo más delicado posible en cuanto a la información, sobre lo sucedido con el bastardo Raikage, sin embargo, no había forma de no preocupar a un padre, cuando se trataba del bienestar de su hija. Sin poder evitarlo, se imaginó en su misma situación con Sarada y se estremeció.

—Pobre hija mía... desde que comencé a enfermar, ella sólo ha tenido complicaciones y ahora que estoy aquí, sabía que todo se pondría peor—suspiro y se colocó la mascarilla de oxígeno para respirar un poco—Tome asiento, le voy a contar unas cuantas cosas sobre la vida de mi hija, estoy seguro que ella no lo ha dicho nada y tampoco lo hará—Sasuke obedeció y se dispuso a escuchar. Él no conocía la historia de la mujer con quien se casaría y lo dicho por su padre lo entristeció. Hinata había luchado duro para que a su padre no le faltara nada, olvidándose incluso de ella misma.

—Le aseguró que conmigo, a su hija no le faltará nada y yo me comprometeré a cuidar de ella—afirmó con convicción.

—Se que mi hora se acerca y siempre rece para que Hinata encontrara a un buen hombre, que fuera su apoyo cuando yo ya no este con ella, sin embargo, como padre, debe usted comprender mi preocupación—el azabache se estremeció cuando miró una lágrima rodando por la mejilla del castaño—no deseo que salga lastimada —el mas joven aseguró que no tenía nada de que preocuparse—en ese caso, le doy mi consentimiento para que se casen y nunca olvide, que confíe en usted y le estoy entregando el tesoro mas grande que he tenido... trate de no defraudarla, porque ya no estaré para limpiar sus lágrimas, ni para consolarla—el mayor sintió que un gran peso se quitaba de su pecho, Hinata ya no estaría sola—ahora por favor, hágala pasar.

—Gracias por su confianza señor Hyuga y quiero pedirle que no le diga que sabe sobre lo que le conte, de lo contrario se preocupará mucho—Hiashi asintió y el joven abrió la puerta para llamar a su prometida.

—¿E-esta todo bien?—cuestionó cuando finalmente la llamó Sasuke, pues pasaron mas de cuarenta minutos encerrados hablando y ella temía que algo pudiera salir mal.

—Mejor que nunca mi pequeña, ven aquí para darte mi bendición, aunque me hallas ocultado que tenías novio—ella se fue hacía su padre y se abrazó a él llorando conmovida. El Uchiha miraba todo en silencio y se prometió a si mismo, que a su Hinata, no le faltaría nada y no permitiría que sufriera si estaba en sus manos evitarlo.

[...]

—No debes estar hablando en serio papá—Sarada no daba crédito a lo que su padre les estaba comunicando a Taro y a ella.

—Sabes que no jugaría con algo tan serio y es una decisión que ya tomé, por lo tanto, les pido a ambos, que traten de llevarse bien con ella.

—Eso es genial papá y yo estoy feliz—Taro no pudo ocultar la felicidad que le causó la noticia sobre la futura boda.

—Y que harás ¿he? ¿Bajarás las fotografías de mi madre para poner las de ella en su lugar? ¿La pondrás a usurpar todo lo que le perteneció a mamá?—en realidad, Sasuke no había pensado en esos detalles.

—Nada cambiará hija y por supuesto que no ocuparemos la misma habitación que compartí con tú madre—la chica negó con la cabeza, no obstante, ya no podía seguir oponiéndose, porque sabía que no iba a conseguir nada.

—Estoy segura que pronto se sentirá la dueña de todo y le molestarán las fotografías de mamá, sólo espero que cumplas tu palabra y no la dejes manipularte—la joven se retiró a su habitación muy molesta, mientras que Taro, fue a darle un abrazo a su progenitor.

—¡Felicidades papá! Estoy seguro que a toda la familia, le encantará la idea—Sasuke sonrió y despeinó el cabello del niño.

...

La familia del azabache llegó a la hora pactada, dado que no era habitual que el menor de ellos los llamara de pronto para una reunión y la curiosidad los estaba matando.

Sarada se fue a dormir a casa de Chocho y Taro se encargó de recibirlos a todos, pero omitió decir algo sobre lo que su padre les informó horas antes. Sasuke por su parte mandó a dos  guardias, para ir con Hinata a su casa y que recogiera algunas de sus pertenencias. Naruto pasó la mayor parte del tiempo con ella.

El rubio le contó sobre los avances del orfanato y como los Senju, también se ofrecieron a dar su ayuda. El joven se dirigía a ver a Kurenai, pero cuando pasó por casa de la ojiperla, no pudo resistir el impulso de ir a saludarla. Independientemente de la relación que llevaba con Sasuke y de sus sentimientos por ella, Hinata era su amiga y siempre estaría para ella, como sabía que también ella estaría para él, o para cualquiera que la necesitara.

Los Senju tomaron muy bien la idea del orfanato y se ofrecieron ayudar en más programas similares, como también, en correr la voz sobre el acontecimiento donde se subastarían. Con todos los contactos que esas personas tenían, todo iba ser un éxito.

Mientras arreglaba sus pertenencias, Naruto evitó preguntar, sin embargo, la ojiperla sabía que quería hacerlo y si de todos modos se iba a enterar era mejor, que fuera por ella misma.

—¡Naruto!—el muchacho giro a verla con su siempre encantadora sonrisa—Quizás te estés preguntando, porque estoy recogiendo algunas de mis cosas ¿o me equivoco?

—Yo, bueno, la verdad si, pero no quería preguntar—afirmó colocándose las manos atrás de la nuca, de forma nerviosa.

—Sasuke me pidió que me casara con él y me dijo que hoy mismo debo irme a vivir a su casa...—la ojiluna, ya no podo contenerse y comenzó a llorar, mientras que Naruto, sintió como si le tiraran un balde de agua fría. Era claro que iba a pasar, pero no esperaba que fuera tan pronto y encima, ella estaba llorando en lugar de estar feliz.

—Shhh, ya no llores... todo va estar bien—hizo con ella lo único que podía y la abrazó para tratar de calmarla—Esta es una buena noticia, no tendrías que estar llorando.

—Lo se, pero esto se dio de diferente manera—Hinata comenzó a contarle todo lo sucedido con el sujeto que intentó llevársela y como, Sasuke lo impidió, no estaba segura si se trataba de suposiciones suyas, pero pudo sentir como Naruto se tensaba cuando escuchó mencionar al Raikage.

—El teme tiene razón Hina, será mejor que te ayude para terminar lo antes posible—nada bueno podía salir de la cercanía de ese maniaco.

—Tu también lo conoces ¿no es cierto? ¿Dime de dónde? Se que ese hombre es muy peligroso por lo que dicen de él, pero no entiendo ¿como es que ustedes saben tanto de él?

—Bueno, esto es desde que éramos mas jóvenes, incluso mas que tu—soltó el rubio—su hermano menor, es muy amigo mío, pero te aseguro que no son iguales, en cuanto a sus ideales. En fin, una cosa llevo a la otra y como éramos muy jóvenes, actuamos impulsivamente, en especial el teme—ella seguía sin entender—los problemas comenzaron principalmente, por las peleas en los antros de los que él era dueño y nos echaban a la calle, por ser menores de edad, fue así, como  las disputas aumentaron y pronto supimos, que ese tipo era de cuidado, saliéndose siempre con la suya—Naruto hablaba y hablaba tratando de convencer a la Hyuga y al parecer funcionó, ya que Hinata, supuso que la rivalidad comenzó impulsada por el orgullo masculino.

—Te agradezco que aclararas un poco mis dudas.

—Me alegro de haber sido útil, sin embargo, no pienses que el teme exageró cuándo describió el comportamiento desviado de ese tipejo. En serio, tienes mucha suerte de no haber caído en sus garras—un escalofrío recorrió el cuerpo de la morena, dado que si Naruto lo decía, tenía que ser cierto, no es que no le creyera a Sasuke, pero bien podría exagerar, sin embargo Naruto no lo haría.

—Exijo saber absolutamente todo—Hinata y Naruto saltaron del susto, cuando Ino entró como un torbellino, seguida por Tenten. La ojiperla les había mandado un mensaje donde les decía que se mudaría esa misma noche y como era de esperarse, ambas llegaron buscando información—¿Como que te mudas? No entiendo nada Hina—Ino la tomo de los hombros impaciente, al mismo tiempo que la sacudía.

—Cálmate Ino, déjala hablar—intervino Tenten, mientras Naruto se mantuvo alejado, temiendo ser involucrado en esa peligrosa situación.

—Sasuke me pidió matrimonio.

—¿QUE...?—gritaron ambas—Hinata comenzó a contarles todo, tal como lo hizo con Naruto, el cual decidió darles privacidad y se marchó. La Hyuga les contó que "alguien" no guardó su secreto sobre lo sucedido en el metro y la rubia se rasco la mejilla, mirando a otro lado.

—Ante todo, debo agradecer que no guardaron silencio, ya que de ser así, ese hombre me hubiera llevado y en este momento, no se donde estaría—las tres se abrazaron y derramaron las lágrimas, por saber que la menor se iba a casar.

Ya con todo lo necesario, la ojiperla se despidió de las dos amigas y les aseguro que esa misma noche les contaría como la trató la familia Uchiha, pues a diferencia de Ino, ella aun no los conocía a todos.

Los dos hombres que mandó Sasuke, la llevaron a la mansión Uchiha, dónde pudo observar varios autos que no había visto y supuso que la familia de su prometido ya se hallaba reunida con él. Armándose de valor bajo del auto y se dispuso a entrar.

[...]

—¡Y bien! ¿Cual es el motivo de esta reunión Sasuke?—cuestionó Madara cuando todos estuvieron en la sala. En ese momento el timbre se escuchó y Sasuke se disculpo para ir por quien sabía, ya había llegado.

—¿Todo bien? ¿No tuviste problemas?—inquirió abrazando a Hinata. Ella negó y se puso muy nerviosa cuando escuchó las voces de varias personas—No temas, te presentaré con ellos—sin esperar respuesta, la tomó de la manó y la llevó con él, hacia la sala. Hinata se sonrojó cuando todas las miradas se clavaron en ella y sin saberlo, apretó más la mano de su novio.

—Para quienes no la conocen, ella es Hinata Hyuga, mi novia y hoy mismo le pedí ser mi esposa—las reacciones no se hicieron esperar. Mikoto se tapó la boca para no gritar, estaba feliz, mientras que Fugaku guardó la compostura e Itachi permaneció escudriñando a la pareja, dado que la chica no se veía muy segura, ni feliz, como se vería cualquier novia que pronto se casaría.

—¿La embarazaste en tan poco tiempo?—Madara y Rin, le acertaron un codazo a  Obito por haber hablado de más. Hinata pareció desfallecer y se veía tan roja como un tomate, debido a la vergüenza.

—Antes de continuar, te presentaré a mi familia... este es Madara, hermano de mi madre y es el padre del bocón, Obito—la joven los saludo todavía apenada—ella es Rin, la esposa de Obito y por último, él es Izuna, también hermano de mi madre y padre de Shisui, a quien ya conoces, al igual que a mis padres y a Itachi—Izuna la saludo y Rin también hizo lo mismo—y respondiendo a tu pregunta, no, Hinata no está embarazada, espero haber calmado tu curiosidad.

—Me disculpo Hinata, no debí preguntar eso—Obito se apenó por causar la vergüenza en la chiquilla.

—No se preocupe señor Uchiha—ella trató de restarle importancia.

—Llámame Obito, no señor Uchiha—ella asintió y Mikoto se dirigió hacia la pareja.

—Estoy feliz de que se casen... muchas felicidades y cuenten conmigo para planear todos los detalles de este gran suceso—la dama Uchiha abrazo a su futura nuera.

—No habrá tiempo de planer algo en grande, porque de ser posible quiero arreglar todo para que nos casemos lo antes posible, para eso también los mande llamar... necesito que me ayuden con los trámites, ya que Hinata no regresará a su casa y no quiero que se sienta incómoda viviendo aquí, sin que estemos unidos legalmente—soltó sorprendiendo aún mas a su familia, puesto que creyeron que al menos faltaban un par de meses.

—Por la estancia de Hinata, no te preocupes, ella puede quedarse con nosotros, pero no entiendo porque la prisa ¿que esta pasando?—inquirió Mikoto ya preocupada. La Hyuga comenzó a derramar lágrimas sin poder evitarlo, pues se sentía perdida y creía que había puesto a Sasuke entre la espada y la pared. De no haber sido novios, él no tendría que pasar por todo eso.

—¡Rin!—la llamó Sasuke—¿Me harías el favor de llevar a Hinata a tomar un té en la cocina?—la castaña asintió y lentamente se llevó la Hyuga, para que Sasuke pudiera hablar sin tapujos, aunque solo Itachi y Madara sabrían la importancia, de no dejar sola a la joven—Debi hablar con ustedes antes de su llegada—les dijo el azabache, mirando como se puso la Hyuga, estaba seguro que ella se culpaba.

—Confió en tu buen juicio y si decidiste casarte tan rápido, debe ser por algo de suma importancia—soltó Fugaku, sin mostrar emociones.

—Así es y antes que nada quiero aclarar, que no me siento obligado a dar este paso, no quiero que piensen lo contrario—Shisui era el único que ya tenía una idea de lo que había pasado—Hinata está siendo acosada y si hoy no llegó a tiempo, la hubieran raptado—poco a poco, les contó todo, omitiendo la golpiza que le dio al grandulón, como también el hecho, de que ya lo conocía. Les confesó, que ya tenía la aprobación del padre de su prometida y que sus hijos también estaban al tanto.

Madara se ofreció para preparar todo y así, poder realizar la ceremonia en los próximos días. Finalmente, todos entendieron y apoyaron al joven en su decisión.

...

Esa misma noche, Hinata se marchó con los padres de Sasuke y no sólo era porque eso fuera correcto, sino por no ocasionar conflictos entre Sarada y ella, por lo menos hasta antes del matrimonio y a decir verdad, Mikoto estuvo fascinada con la idea de llevarse a la chica con ellos.

Continuara.

Me disculpo por demorar y también por las posibles faltas de ortografía, luego las corregiré. Para el próximo capítulo viene el matrimonio y mas personajes, ojalá y les guste 💕😊

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