Capitulo 6
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—Cuéntame todo, sin omitir detalles—exigió Ino, apenas miró entrar a la ojiperla, sin percatarse del semblante triste y melancólico que ella tenía impreso en el rostro.
—Un ave y un pez, pueden enamorarse, pero... ¿donde vivirían? ¿En el agua o en las ramas de un árbol?—fue en ese momento que la rubia fue consciente de como su amiga, estaba derramando lágrimas y el semblante soñador que llevaba cuándo se fue, se sustituyó con uno de tristeza.
—¡Hina...! ¿Que sucedió? ¿Porque estás llorando?—Hinata no se pudo contener y fue confortada por los brazos de su mejor amiga—¿Que te hizo ese desgraciado?—ahora Ino, ya estaba furiosa.
—No me hizo nada, es sólo que no tenemos los mismos intereses y yo me entusiasme como una tonta... Era de esperarse, que alguien cómo él, no buscaba nada serio, mas allá de un simple acoston—confesó sonriendo con amargura.
—¿Pero que se habrá creído ese imbecil?—la rubia apretó los puños sin poder contener su irá—Te aseguró que me escuchará, yo misma lo pondré en su sitio—la ojiperla negó con la cabeza, pues sabía de lo que Ino era capaz y no dudaba que al día siguiente, fuera a la mansión del azabache para darle de gritos.
—Te lo ruego Ino, no digas nada, después de todo, él nunca me prometió nada y fue mi culpa por hacerme ideas equivocadas—la Yamanaka se tranquilizó, pero no pensaba quedarse con los brazos cruzados, ya encontraría la manera de hacerle pagar a Sasuke.
—¿Y en que quedaron?—Hinata le contó todo, desde que se fue con el azabache, hasta que todo se arruinó. Ino se sintió orgullosa de la forma en que su amiga, puso en su lugar a ese engreído. Ella se sintió culpable por haber fomentado una relación entre ambos, cuando en realidad, Hinata podía tener al hombre que quisiera, ella no tenía porque pasar por semejante desplante de un hombre indeciso.
...
El Domingo por la mañana, Yume notó el semblante triste de Hinata, así que la animó a ir a comer con sus amigas, después de todo, su padre dormía y la pobre chica, apenas si salía de su casa por motivos que no fueron laborales.
Tenten se unió a ellas en el restaurante y la rubia le contó todo... Como era de esperarse, la castaña también enfureció.
—¡Sujeto engreído!—exclamó molesta—Hina no tiene necesidad de algo así y para esa clase de ofrecimiento, mejor que busque una de sus tantas conquistas—Hinata agachó la cabeza. Estaba molesta con ella misma, por pensar en cuentos de hadas. Claro que no la iba tomar en serio ¿que dirían sus amistades? Seguramente se hubiera sentido avergonzado, de mantener un romance con alguien que no pertenecía a su clase social y que ademas, era su empleada.
—No arruinémoos el día hablando de personas que no valen la pena—sugirió Ino, ya que de continuar, se pondría aun más furiosa—¿Que les parece si ordenamos de una vez?—estuvieron de acuerdo y el mesero se fue para regresar unos minutos más tarde con todo lo que pidieron.
Continuaron conversando y disfrutando del Domingo, ya que al día siguiente, tendrían que regresar a sus obligaciones. Eso fue lo que mantenía a Hinata con inseguridad ¿Como se supone que podía actuar con naturalidad? Estaba segura de no poder hacerlo y tampoco podía simplemente abandonar a Taro, eso sería poco profesional de su parte. Nunca debió mezclar el trabajo con el corazón.
[...]
Sasuke se levantó y tomó un baño. Necesitaba despejarse y sobre todo quitarse el semblante cansado que se impreso en su rostro, ya que le fue imposible conciliar el sueño. Durante toda la noche, no hizo mas que pensar en Hinata y en la manera en que una noche que apuntaba a ser una de las mejores, terminó en completo desastre. Ya no tenía caso lamentarse por sus acciones, dado que no se pensaba retractar de lo dicho. Entonces lo mejor era tratar de olvidarlo y actuar como si nada hubiera pasado, sin embargo, era mas fácil decirlo que hacerlo, pues no podía dejar de pensar en sus labios y en las sensaciones que le hizo sentir.
Durante el transcurso del día, recibió la visita de los amigos de Sarada, también la de sus padres, que fueron a recoger a Taro, para llevarlo a cenar. Sasuke optó por ir a su oficina para matar el tiempo y lo único que deseaba era que llegara el Lunes para distraerse en la empresa, aunque eso significaba, lidiar con Itachi y con Shisui.
Trataba de convencerse a si mismo, que deseaba llegar al Lunes, para ir a la empresa, pero en su interior, sabía el verdadero motivo. Hinata debía regresar para sus labores con Taro. Estuvo tentado a llamarla durante todo el día, pero su orgullo fue mas fuerte y no lo hizo.
...
El Lunes finalmente llegó y con él, las diferentes obligaciones de todos. El azabache se despidió de sus hijos y se fue a su trabajo. El día transcurrió más lento, o eso fue lo que sintió, ya que todo parecía estar en su contra y cuando estaba por salir, la secretaria llegó para que firmara unos papeles. Aun con los percances, logró liberarse de todo, como media hora antes. Quería estar en su hogar, para llevar a la Hyuga, como lo hacía siempre, dado que lo sucedido, no tenía nada que ver, con lo acordado sobre ser él, quien la llevara.
Entró en silencio, esperando ver a Taro y a ella, sentados en la mesa del jardín, pero no los encontró, luego fue a la cocina y tampoco estaban allí. Pensó que debían estar en la habitación de su hijo... Claro, después de lo sucedido, ella no se iba a sentir cómoda estando en los mismos lugares de antes.
A paso lento se fue acercando a la habitación de Taro, pero cuando llegó, encontró todo en orden y su hijo, se dedicaba a mirar un documental sobre la naturaleza. No había señas de la ojiperla, ni de sus pertenencias.
—Papá, que bueno que ya estas en casa—el chico lo saludo, como lo hacía siempre y Sasuke correspondió despeinandole el cabello, como lo hacía la mayor parte del tiempo.
—¿Hoy no tuvieron tutoría? ¿La tutora no vino?—pregunto, dirigiendo su mirada al baño, pensando que quizás ella estaba dentro.
—Si, pero las tuvimos un poco más temprano y terminamos antes... Hina me dijo, que la necesitan mucho en el otro lugar donde también ayuda y a eso se debió que se marchara cuando terminó lo que me debía explicar—informó Taro, despreocupado.
—Debe tratarse de una coincidencia—se dijo a si mismo, cuando se fue a su habitación, despidiéndose del niño, sin embargo, los días continuaron y las cosas no cambiaron. Ella se marchaba, antes de su llegada. Cambio su horario de entrada, media hora antes, para marcharse antes de su llegada.
Mentiría, si decía que no lo había molestado el comportamiento de la ojiperla, pero por mas que intentaba salir antes para al alcanzarla, no le fue posible. La fiesta de su hija se acercaba y llevaba ya tres semanas, con Hinata evitándolo, hasta que ese día, se apresuró a terminar todo lo antes posible. Le pidió a Itachi, que lo ayudara, ya que la actitud de Shisui hacía él, era hostil y sólo hablaban temas relacionados con el trabajo. Estaba seguro, que la rubia ya le había contado, lo sucedido con la Hyuga y como era de esperarse, su primo se puso de parte de ellas, no obstante, no le hizo ningún reclamo al respecto.
Sin perder ni un solo minuto, subió a su auto para ir a su casa. Aunque se negara a aceptarlo, la quería mirar. Su hermano tampoco tocó el tema y lo único bueno, era que su madre, no lo supo, de otra manera, aun la estuviera escuchando reclamándole. Sarada por su parte, estaba feliz y sabía que no era solo por la fiesta, sino por el distanciamiento entré Hinata y él. Taro como no supo nada, se mantuvo igual que siempre y no cuestionó nada.
Llegó a su hogar y lo primero que vio, lo hizo apretar el volante. Ahí afuera de su casa, encontró a su mejor amigo, sosteniendo la mano de la ojiperla, para conducirla a su auto. Seguramente iría a dejarla a su casa y lo peor de todo, era la manera en que ella le sonreía a Naruto, como si fueran muy cercanos y ya existiera complicidad entre ambos.
[...]
Hinata regresó a dar las tutorías a Taro, con una idea en mente. Llegó media hora antes, sabiendo que si se marchaba antes, no se encontraría con su jefe. Taro, estuvo de acuerdo y no pareció darse cuenta de sus intenciones, así que cuando miró que su idea había funcionado, continuó haciéndolo. Fue muy difícil para ella, dado que apenas y tenía tiempo de estar con su padre, sin embargo, todo era mejor que encontrarse con él.
La primer semana concluyó y Naruto llegó como lo hacía cada Viernes. Cuándo la miro marcharse después de despedirse, insistió en llevarla a su hogar y aunque trató de persuadirlo, no hubo manera de hacerlo desistir.
—Yo no quiero dar molestias—le dijo, cuándo se acercaban a la dirección que le dio.
—No es ninguna molestia, yo te veo como a alguien cercano y ya te cuento entré mis amigas—le dijo sonriendo, dejando ver la perfecta dentadura que poseía. Realmente, el rubio era encantador, pensaba la ojiperla.
—Es reciproco, también usted se a ganado mi respeto—añadió Hinata, sonrojada.
—Entonces, debes tutearme, a fin de cuentas, somos amigos—la chica sabía que no podía negarse y terminó asintiendo.
El vehículo del rubio arribó al centro comunitario, donde impartía clases. Naruto estacionó y antes que la joven pudiera abrir la puerta, él ya lo había hecho para ella.
—Gracias por todo Naruto, creó que llegamos mas temprano que si hubiera viajado en el metro.
—No tienes nada que agradecer y me alegro de haber llegado antes a casa del teme, así pude ser yo, quien te trajera hasta aquí—el rubio miró a los jóvenes saludando a la chica. Todos se veían de clase media y sin poder evitarlo, se sintió empequeñecido por la labor que esa mujer, hacía para ayudar a las personas que lo necesitaban. Era evidente, que ella tampoco contaba con fortuna y aún así, donaba su tiempo para ayudar a quienes no podían pagar clases privadas, como era el caso de Sasuke.
—¡Hinata sensei...!—una chica entre los quince años se acercó a ellos—Pase mi examen y todo gracias a usted—la joven la abrazó y ella le correspondió sonriendo—Mis padres estan muy agradecidos.
—Te dije que lo lograrías, ahora déjame presentarte a mi amigo, el señor Naruto Uzumaki—la joven saludo y se fue corriendo para alcanzar a sus compañeros.
—Uff, estar cerca de ti, me ha hecho sentir egoísta—confesó el Uzumaki y la ojiperla abrió la boca queriendo decir algo, sin embargo, no pudo articular nada, hasta largos segundos después.
—No era mi intención y la verdad, tampoco entiendo que fue lo que hice, para hacerte sentir así—estaba confundida y a la vez, apenada, creyendo haber ofendido al hombre frente a ella.
—No, no, tu no hiciste nada malo, me refiero a lo que haces aquí con estas personas... ¿Sabes...? Debería haber mas gente como tu—la joven finalmente soltó el aire que tenía contenido y se permitió sonreír.
—Créeme que las hay y la muestra de ello, son mis amigas... Por ejemplo Ino, ella ofrece cortes gratuitos un día a la semana, a personas de bajos ingresos, ella y sus empleadas del salón lo hacen de todo corazón y lo mismo le sucede a Tenten, la cual, siempre esta ayudando a los niños que no tienen hogares y Yume, la enfermera de mi padre, es lo mas parecido a un ángel para nosotros—la Hyuga sonrió al recordar lo mucho que se ayudan todos sus conocidos entre sí—Incluso aquí mismo en el centro, todos mis compañeros, ofrecen su tiempo para ayudar, a jóvenes en peligro de no graduarse—el rubio se quedó pasmado, nunca imagino que Ino, la cual era la única a la que conocía por medio de Shisui, hiciera algo así.
—Ahora me dejas más apenado, pero no te preocupes, haré algo para contribuir, al igual que lo hacen ustedes... Dime ¿crees que los encargados del centro accedan a hablar conmigo? Quizás puedan darme sugerencias sobre como ayudar—ella sonrió complacida por la buena voluntad de Naruto.
—Por supuesto que si y desde ahora te garantizo, que si habrá muchas áreas en las que se necesita ayuda—Hinata le pasó los datos del centro, como los números telefónicos a donde debía llamar—Sólo dile a Kurenai, que me conoces y de ese modo, no pensarán que se trata de una broma—el varón asintió. No había mejor lugar para ofrecer ayuda que donde estaban, pues en la zona donde ellos vivían, no había tanta necesidad, como se veía en esa área de la cuidad.
—¿Te han dicho que eres demasiado para ser verdad?—pregunto Naruto sin dejar de verla, pues si antes le atraía, ahora logró incluso intimidarlo—Me refiero a la gran labor que realizas tu y las personas que te rodean—se apresuró a aclarar, pues la joven pareció enrojecerse a niveles peligrosos.
—Como ya te dije, es muy satisfactorio estar rodeada de buenas personas, no obstante, mentiría, si dijera que durante mi vida, no me toco lidiar con personas de malos sentimientos, y lamentablemente, se que seguiré encontrándome con ellas, pero para nuestra buena suerte, por cada diez de ellos, obtienes una, como mis compañeros, que logran brillar como diamantes entre las cenizas
Naruto subió a su auto sintiéndose bien. Estaba seguro que esa noche dormiría como un bebé, solo por saberse útil para los que mas lo necesitaban. En cuanto despertara, se pondría en contacto con los encargados, para empezar lo antes posible. Luego les contaría a sus padres, sonrió pensando en lo que diría Kushina, cuando lo supiera.
...
Gracias a Naruto, el ánimo de Hinata, no se esfumó por completo, pues los días siguientes, la llamó para decirle que ya había llamado a Kurenai y que los próximos días, tendrían una junta para saber donde podía ser de utilidad.
El siguiente Viernes, Naruto hizo lo mismo y terminaron llegando mas temprano, así que el rubio se permitió conocer a Yume, a Tenten y al mismo Hiashi Hyuga, quien no pudo evitar, pensar que el muchacho, era el hombre perfecto para su hija, sin embargo, no miró nada mas que admiración en los ojos de Hinata, hacia él, a diferencia de lo que mostraron los ojos azules.
La siguiente semana, Naruto llegó por ella a casa de los Uchihas, para pedirle el favor de acompañarlo a la reunión con Kurenai. El Uzumaki, aun no había hablado con sus padres, ya que primero debía tener toda la información y durante los días que transitó por el área más lejana del centro comunitario, pudo percatarse del gran número de niños sin hogar, que deambulaban por las calles. En dos ocasiones, les llevó comida y sintió una gran satisfacción, cuando los pequeños le agradecieron, sin embargo, no sólo se trataba de alimentarlos, esos niños no debían andar solos, era muy peligroso y después de pensarlo mucho, se le ocurrió algo.
—¿Entonces me acompañas?—preguntó sonriendo.
—Lo haré—respondió tomando la mano que Naruto le ofreció. Los dos caminaron hacia el auto.
—¿Se marchan?—ambos giraron para encarar a Sasuke. Naruto no dejo de sonreír, mientras que la ojiperla se tensó al verlo. Había podido evitarlo, durante tres semanas y pensó que podía continuar del mismo modo, no obstante, la suerte le dejó de sonreír.
—Así es teme, Hina y yo, tenemos un compromiso serio que no puede esperar—soltó Naruto, refiriéndose a la reunión con Kurenai, sin embargo, el Uchiha, lo entendió de diferente manera y creyó que tenían una cita a solas.
Las oscuras orbes se dirigieron hacia la perlas. Hinata pudo sentir toda la furia que mostró el azabache hacia ella y por instinto miró a otro lado. El no tenía ningún derecho a juzgarla, después de todo, dejaron todo claro, la última vez que se vieron.
—¿Como estas Hinata? Tengo mucho tiempo sin verte, Taro me contó que llegas más temprano para salir antes, debido a tus ocupaciones en el centro—se dirigió directamente hacia ella. No podía negar que estaba celoso y eso lo puso de pésimo humor.
—Estoy bien señor Uchiha... y en cuanto a irme mas temprano, es verdad, ya que los exámenes universitarios están por llegar y algunos jóvenes, cuentan conmigo... espero que no le moleste mi decisión—respondió mostrando indiferencia hacia él. Todavía estaba decepcionada del desenlace que tuvieron durante esa única salida.
—Y vaya que se mantiene ocupada... esta dama es única—intervino Naruto dejando más molesto a Sasuke.
—Naruto, si no nos damos prisa llegarás tardé—le advirtió Hinata. La penetrante mirada del azabache, logró incomodarla y lo único que quería era marcharse, lejos de su presencia.
—¿Eh? Tienes razón, llegaremos tarde... teme, le dije a Taro que mañana regreso para cenar, porque hoy tengo un compromiso muy importante—Naruto abrió la puerta de su auto, para que la ojiperla subiera.
—Hasta luego señor Uchiha—sin mirarlo de nuevo, subió y el rubio le cerró la puerta, para ir al asiento del conductor. Sasuke se quedó mirando como ambos se iban juntos.
Escuchar como Hinata tuteaba al dobe y como él, hablaba de ella con admiración, le dejó un amargo sabor en la boca. Suspiro mirando hacia el cielo y fue en ese momento, en que se dio cuenta de sus verdaderos sentimientos hacia ella. Sus dudas se aclararon y fue totalmente consciente... Si, si quería formalizar algo serio con ella y haría lo que fuera por lograrlo. De ninguna manera dejaría que el dobe se la ganara.
[...]
—Antes que nada, quiero agradecer su disposición para ayudar, señor Uzumaki—Kurenai, Hinata y Naruto, se reunieron en la oficina de Kurenai, para hablar sobre las intenciones de Naruto.
—Solo dígame Naruto, nada de formalidades porque me siento viejo—la fémina asintió, mientras Hinata solo negaba sonriendo—Quiero saber, en que puedo contribuir en lo que ustedes hacen, Hina ya me contó, lo que hacen sus amigas y después de ver, lo que ayudan en este lugar, decidí que también yo quiero ser de utilidad.
—¡Pues verá! Proyectos tenemos muchos, pero no contamos con los medios económicos, para poder realizarlos... por ejemplo, aquí cerca esta un local abandonado, el cual, cuenta con muchas habitaciones, puesto que era un hospital años atrás—el rubio asintió para que continuara—El sitio es perfecto para construir un orfanato, donde pudieran vivir desde niños, hasta mujeres maltratadas.
—Eso es exactamente lo que estoy planeando—el rubio se emocionó tanto, que hasta se levantó de la silla eufórico, pues en realidad, esa idea, le surgió luego de mirar a todos los niños de la calle, no obstante, la idea de albergar a mujeres maltratadas era excelente y sonaba aún mejor.
—El problema, es que aunque contamos con todas las personas que pudieran ayudar una vez construido el orfanato, no contamos con los medios económicos, para renovar todo y también esta el problema de los permisos que se requieren para algo de esa magnitud, nos deja sin esperanzas—concluyó Kurenai, con desánimo.
—Dejen todo en mis manos—declaró el rubio con entusiasmo.
—Pero Naruto, estamos hablando de una considerable suma monetaria, ademas de los problemas con los encargados de obras públicas—replicó Kurenai casi en pánico.
—Lo se, y créanme, yo me haré cargo, tengo muchos amigos que pueden ayudar, los obligaré a mover el trasero, para que reunámoos todo lo necesario y con respecto a los permisos, conozco a las personas indicadas para que se encarguen de todo. En otras palabras, ustedes sólo deberán asegurarse del personal y yo me encargaré de hacer que el lugar este en funcionamiento correcto.
—¿Estas hablando en serio Naruto?—pregunto la ojiperla. El varón sonrió y le guiñó un ojo dándole la respuesta. Las dos mujeres, no lo podían con la alegría. Naruto hablaba con tanta seguridad, que era imposible, no creerle. Ambas lo abrazaron sin poder contenerse y derramaron las lágrimas, mientas el joven las palmeaba. Estaba complacido, ese mismo día, se pondría a realizar todas las llamadas. Los Senjus eran políticos, y su madre estaría feliz de realizar subastas para recaudar fondos... La lista de personas a las cuales podía recurrir era grande, así que el orfanato se hacía de una, o de otra manera.
[...]
—¡Papá!—Sarada entró en el despacho de su padre y lo encontró con un semblante melancólico, lo que logró sorprenderla.
—¿Que pasa cariño?—la respuesta fue simple. El rostro del mayor, se veía cansado, como si no hubiera estado durmiendo bien. Solo esperaba, poder hacer algo para animarlo.
—Se trata de mis clases de violín—el azabache asintió—Mi profesora, tendrá una junta el Lunes con todos los padres, para hablar sobre nuestros avances.
—Esta bien, estaré ahí—anunció Sasuke, aún sin ánimos de nada.
—También tengo ya las invitaciones de mi fiesta y me preguntaba ¿si puedo invitar a la señorita Karin? Quizás, tu mismo le puedas entregar la invitación cuando se vean—el mayor, sólo asintió tratando de no mostrarse indiferente con sus hijos, pero desde que vio al dobe con Hinata, su estado de ánimo,decayó considerablemente—Te lo agradezco papá y aquí te dejare los datos, con el lugar donde será la junta—el varón, tomo la pequeña hoja y la colocó en su billetera, sin mirarla. La joven se despidió y salió sonriendo.
[...]
Hinata llegó a casa de los Uchihas y se sorprendió cuando encontró a Sarada, esperando por ella afuera de la mansión.
—¡Hinata...!—la llamó haciéndolo por su nombre por primera vez, desde que se conocieron—Mi padre y Taro se fueron a reunir con uno de los profesores de mi hermano, porque parece que no hizo algo bien dentro del salón y me pidió que cuando llegarás te diera la dirección para que los alcanzaras... lo mas seguro es que mi hermano te necesite en estos momentos.
—¿Taro esta bien?—la Hyuga se asustó por el niño.
—Si, el esta bien, es solo que los compañeros lo molestaron y respondió poniéndolos en su sitio—la Hyuga se llevó la mano al pecho y tomo el papel con la dirección del lugar donde era la reunión.
—Te lo agradezco mucho Sarada—la ojiperla se despidió de la joven y salió dispuesta a ir en apoyo de Taro, sin embargo, sabía que no había paradas del metro en ese lugar, así que tuvo que llamar un taxi.
—¿Hina no ha llegado?—Sarada se asustó cuando entró en su casa y su hermano la enfrentó para preguntar por la tutora.
—No, y por la hora que es, creó que no vendrá—el niño ya no dijo nada y regresó a su habitación, preocupado.
[...]
La intención de Sasuke, era salir una hora antes y esta vez, no dejaría que Hinata, se le escapara, sin embargo, Sarada lo llamó para recordarle la junta con la señorita Uzumaki.
Condujo hacia la dirección y arqueo una ceja al ver donde era. Bajo del auto y se dirigió al empleado que se encargaba de pasar a los clientes.
—¿Tiene reservación?—cuestiono el encargado y no le sorprendió, dado que solo por reservación podían acceder a ese restaurante.
—Estoy aquí para una reunión de padres, mi nombre es Sasuke Uchiha—el encargado revisó y sonrió.
—Aquí esta su nombre señor Uchiha y la señorita aquí presente ya espera por usted—Sasuke miró hacia un lado y encontró a una elegante mujer, con cabello rojo. Le pareció que su atuendo era exagerado para una reunión de padres, pero pensó que ella tenía sus razones.
—Buenas tardes señor Uchiha, mi nombre es Karin Uzumaki y soy la maestra de Sarada—ambos estrecharon las manos y uno de los meseros les pidió seguirlo.
—Aun faltan más personas, esperaremos aquí unos minutos hasta que lleguen—soltó Sasuke y la mujer frunció el ceño sin entender—El resto de los padre para la junta que usted convocó—se apresuró aclarar.
—Yo no convoque ninguna reunión... estoy aquí, porque Sarada me dijo que usted quería verme y que debía vestir de acuerdo a la ocasión—Sasuke cerró los ojos y negó con la cabeza—Usted no me cito ¿no es cierto?—Karin también se sintió abochornada.
—En verdad lo lamento mucho señorita Uzumaki, esto debió se obra de mi hija—la fémina sonrió restándole importancia.
—No se preocupe, no pasa nada... me dio gusto conocerlo pero debo irme—la pelirroja estaba por marcharse, cuando la voz del azabache la hizo detenerse.
—¡Espere! Ya estamos aquí, ademas yo no he cenado... le pido que me deje invitarla, para compensar de alguna manera, lo que hizo mi hija—Karin aceptó y ambos siguieron al mesero.
[...]
Hinata pagó el taxi y se dirigió hacia el lugar donde Taro y Sasuke, debían estar.
—¿Tiene reservación?—le preguntaron apenas entró.
—El señor Sasuke Uchiha, me espera—el joven asintió y la condujo hacia la mesa del Uchiha, sin embargo ella se quedó parada sin avanzar. En la mesa se veía a Sasuke, sonriendo abiertamente, con una elegante y guapa mujer. Todo tenía sentido y sonriendo con amargura salió del lugar, sin ser vista. Sarada planeó todo y ahora debía pagar por la tarifa del taxi, dinero que obviamente, no le sobraba.
Pensando de manera madura, optó por regresar a casa de los Uchihas y dar la clase a Taro, sin embargo sus planes no salieron como esperaba, ya que la llamada de Yume, estremeció su mundo—Al hospital del centro por favor—el taxista asintió y en minutos ya había llegado. La morena corrió por los pasillos hasta que llegó a la recepción—Busco información sobre mi padre Hiashi Hyuga, lo trajeron aquí hace poco tiempo.
—¡Hina!—Ino llegó y la abrazó, seguida por Yume.
—¿Que sucedió? ¿Como esta?—las lágrimas ya habían opacado su visión.
—Tuvo una recaída, su corazón casi dejó de latir y llame la ambulancia... El médico nos informó, que lograron estabilizarlo, pero—Yume sintió mucha tristeza al ver el dolor de la joven, pues a ella también le dolía—Ya no podrá regresar a la casa—Tenten, Iruka y Kurenai, se unieron a dar apoyo a la ojiperla. Su llanto les rompió el corazón. Ella lo sabía y temió que ese día llegara. Eran consientes, que si lo internaban en el hospital, ya no podría regresar y por ende, la hora de su muerte estaba cerca y no había nada que pudieran hacer.
[...]
Sasuke finalmente llegó a su hogar, luego de pasar un momento tan bochornoso. Sin ánimo de nada, se fue a su despacho y se sirvió un trago, justo en el momeen que Sarada entró con una gran sonrisa.
—Y bien ¿como te fue en la reunión?—cuestionó la joven.
—Cariño, te amo y lo sabes, pero por favor, no vuelvas a hacer algo, como lo que hiciste hoy—el mayor se masajeaba las cienes.
—La verdad... no se de que hablas papá—fingiendo inocencia, la joven le dio un beso en la mejilla y salió del despacho, dándole pasó a Taro, el cual se veía muy preocupado.
—¿Sucede algo hijo?—era raro mirarlo así.
—Hina no vino en toda la tarde y yo le llamé al teléfono que me dio, pero no responde, es como si estuviera apagado—Sasuke se puso de pie y al igual que su hijo también se preocupó. Ella no había faltado en ninguna ocasión y eso, lo puso muy nervioso, no obstante, fingió frente a Taro, para no alterarlo más.
Con dificultad, lo convenció de ir a dormir y él, se puso en marcha hasta la casa de Hinata. Debía comprobar, que todo estaba bien.
En cuanto llegó, fue a tocar la puerta, pero no hubo respuesta, ni de ella ni de la enfermera. Luego recordó que a esa hora, debía estar en el centro comunitario y se dirigió allí.
—Disculpe—llamo a una mujer de mediana edad que parecía laborar en ese lugar—¿Me puede indicar donde esta la señorita Hinata Hyuga.
—Ella no vino hoy y tampoco llamó para avisar—Sasuke se marchó, sin haber obtenido información y con un escalofrío recorriendo todo su cuerpo.
Continuara.
Me disculpo por la demora y por las faltas de ortografía, luego las corregiré 💕😊
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