Capitulo 29
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Para la noche de ese día, tanto Madara como Ashura, sospechaban que la posible responsable de la trampa que le tendieron a Hinata, había sido Sakura, al menos todo apuntaba a ella, incluso lograran dar con el responsable de realizar la llamada a cambio de dinero y la descripción física que les dio, no dejaba lugar a dudas.
—¿Que pasa Sasuke? Deberías estar contento, siendo Sakura la principal responsable, sólo tendrá dos opciones... la primera y la mas sensata sería huir antes de que Indra la encuentre y la segunda, es quedarse esperando que las autoridades extranjeras la localicen y la extraditen al sitio donde le imputaron los graves cargos—repuso Madara cuando se reunió con sus dos sobrinos para informarles sobre los últimos acontecimientos, incluida la boda de Indra—y en cualquiera de las dos opciones, tus niños y tú, quedarán desvinculados de ella ¿lo vez? No era necesario que te mancharas las manos, dado que ella misma se metió a la cueva del lobo.
—¿Y ella se caso con Indra?—Madara frunció el ceño entendiendo finalmente la reacción, mientras que Itachi lanzó un gran suspiro. Era evidente que Sasuke ni siquiera estaba preocupado por la suerte de Sakura, a él, lo único que lo descolocó fue escuchar la noticia sobre el matrimonio de Hinata—¿Lo perdonó después de saber que es el líder de la organización?
—Eso parece y según lo que me contó Ashura, apenas se reconciliaron y prepararon la boda... sin duda alguna, ella es la mujer perfecta para él, tal como lo es Kanna para Ashura—ella era la mujer perfecta para él también, pero gracias a sus estupideses terminó dañándola y prácticamente arrojándola a los brazos de Indra.
—¿Pero que demonios? A mi ni siquiera me dejó volver a tocarla y en cambio a él, lo mira asesinando con frialdad a otra persona y como premio, se casa con él ¿que tiene ella en el cerebro?—había dolor, molestia y mucha amargura en sus reproches, sin embargo, la situación era distinta.
—Supongo que debe haber sido un gran golpe, pero aún así, dudó que se compare al que recibió la noche que te encontró teniendo sexo salvaje con Sakura en su propia cama sin concluir tu situación con ella y a unos días de la muerte de su padre, a donde por cierto, no asististe por ir tras tu esposa, misma que te encargaste de enaltecer ante ella—Itachi sabía que estaba siendo muy duro con su hermano, pero él no tenía derecho a juzgar a Hinata, él tomó su decisión y dejó a esa chica muy lastimada, incluso cayó en depresión por los devastadores sucesos, mientras Sasuke se dedicaba a restablecer su antigua vida con la madre de los niños.
—¡Cielos!—soltó Madara algo incómodo al escuchar tanta información. Los hermanos se veían de forma retadora y fue Sasuke quien derrotado rompió el contacto visual.
—Eso fue un golpe bajo—reprochó el menor sin ánimos de argumentar, dado que de desde el principio estaba totalmente en desventaja y lo sabía.
—Lo siento Sasuke, pero te recuerdo que el único responsable de lo sucedido fuiste tu y te aseguro que si no fuera Indra, sería alguien más, pero contigo, Hinata no hubiera regresado, no después de lo que presencio... lo se porque estuve con ella justo en el momento en que sus ojos decían cuanto dolor y decepción estaba sintiendo por tus actos... ¡Vamos, ponte en su lugar!
—Eso... fue un error, yo nunca planeé herirla, incluso sabiendo que me quedaría con Sakura, nunca fue mi intención dañarla a ella ¿como podría? Su padre prácticamente me la confió para que la cuidara—confesó con amargura y vergüenza—es sólo que luego de cinco años creyendo que Sakura estaba muerta, yo no logré pensar con claridad al recibir esa llamada... Me apena confesar, que no me acorde de Hinata hasta que ya había partido y como una muy mala coincidencia, no estuve con ella justo cuando más me necesitaba—se había negado a hablar de eso con su familia, el único que lo sabía era Naruto, los otros simplemente lo supieron por terceras personas.
—Es difícil decirte esto muchacho—agregó Madara—pero durante el tiempo en el que tu le fallabas sin identificar tus sentimientos y por enaltecer a Sakura, Indra se dedicó a ser su apoyo incondicional, incluso ayudó mucho en el orfanato, lugar que tu ni siquiera te molestaste en visitar. Hinata se aferró a él y poco a poco se fue enamorando, por lo que no es raro que lo haya perdonado—el menor de los azabaches se sintió derrotado. Él la amaba y todavía pensaba que podía tener una oportunidad, no obstante, ella ya se había casado, eso la convertía en alguien inalcanzable. Que ironía, la había tenido con él y no la supo cuidar como le prometió a su padre, incluso la abandonó a su suerte. Hinata le entregó todo de ella, mientras él, sólo le dio sobras.
—Lo mejor será pensar en cómo proteger a los niños—sugirió Itachi—ellos son quienes mas afectados pueden resultar en caso de que las autoridades extranjeras vengan por ella—Itachi temía que los chicos supieran a lo que Sakura se estuvo dedicando mientras estuvo ausente. No iba ser bueno para ellos saberla una asesina a sangre fría.
—Itachi tiene razón, ahora lo importante es preparar a los niños para que no resulten dañados en caso de saberse la verdad—Sasuke se pasó las manos por el cabello con frustración. No podía hacer nada para recuperar a Hinata y lo único que podía hacer era concentrarse en la seguridad de sus hijos. Ya que no fue un buen esposo con la mujer que amaba, si sería un buen padre con sus hijos.
[...]
Ashura le contó a su hermano sobre lo que arrojó la investigación en el teléfono de Hinata y según la descripción, se trataba de Sakura.
Indra no tenía la certeza de decirle a su esposa acerca de lo que sabía, pues aún no estaba cien por ciento seguro y lo mas importante, no tenía idea de lo que ganaba esa mujer con tenderles esa trampa, eso no tenía sentido. Él casi ni la conocía y por otro lado, Hinata ya no estaba con Sasuke, de hecho él la dejó por seguir su matrimonio con ella, entonces ¿que sentido tenía lo que les hizo? Sin embargo, apenas comprobará que se trataba de ella, enviaría la ubicación a todas las autoridades extranjeras que la buscaban y si ellos no lograban ubicarla, él mismo se encargaría de desaparecerla para siempre.
Dejando de lado por un momento el asunto de esa mujer, se bajó del coche y entró a su hogar. No tardó mucho en ser recibido por el agradable olor a comida, seguido de los pasos apresurados de la mujer de su vida.
—¡Bienvenido a casa!—la joven se lanzó a sus brazos y él la recibió gustoso. Lo cierto era que a pesar de los conflictos que atravesaba para indagar sobre esa mujer pelirosa, no podía estar mas feliz. Llegar a su casa y ser recibido por ella, era como un sueño. Pensó en lo cerca que estuvo de perderla y agradecía su buena suerte por tener su amor.
Para Hinata las cosas no eran diferentes a cómo lo fueron para su marido, ella también se sentía muy feliz. La situación de ambos sólo tuvo dos cambios... el primero, ellos se convirtieron en un matrimonio y el segundo, aparentemente, ya no había secretos que en el futuro pudiera separarlos o causar malos entendidos.
Las circunstancias les impidieron realizar un viaje de luna de miel, sin embargo, ese detalle no disminuyó en lo absoluto la felicidad de la pareja. Los días previos a la boda, la mayoría de los amigos de la pareja ya se habían hecho presentes en el hogar Otsutsuki con el propósito de darles los buenos deseos.
—Moría por verte mi bella—la beso despacio y con cariño. Si antes amaba a esa mujer, ahora pensaba que sus sentimientos traspasaban ese sentimiento. Ella le sonrió y le acarició el rostro mientras aún se mantenía con las piernas rodeándolo de la cintura.
—¿Como estuvo tu día?—cuestionó al momento de volver a estar en el piso.
—Algo agitado—respondió recordando las innumerables disputas que hubo en la corte durante el último caso. El jurado no logró ponerse de acuerdo en el veredicto y por ende, debían retomar la audiencia al día siguiente—y para empeorarlo, he tenido hambre de mi linda esposa la mayor parte del tiempo—de nuevo la estrechó entre sus brazos al verla sonrojada y tratando de decir algo.
—L-la cena esta lista y se enfriará si no la comemos ahora—él pareció derrotado y la siguió a la cocina..
—Esta bien, aceptaré en parte porque es imposible negarse a probar tu comida y también, porque cuando entremos a nuestra habitación, no te dejaré salir—sonrojada asintió y se dispuso a servir la cena de ambos—después de todo, mañana es Sábado y haremos lo que tú quieras—la mayoría de los Sábados o Domingos, la pareja acostumbraba ir al orfanato con comida y artículos para los niños, por lo tanto, seguramente eso harían al día siguiente, ademas, el centro para mujeres cercano al orfanato, estaba casi terminado, por lo tanto, ella quería asegurarse de supervisar que no faltara nada.
—Pensaba que podíamos llevar golosinas a los niños, ademas, Kanna y la señora Mito, reunieron mucha ropa para diferentes edades... estoy segura que se sentirán muy contentos—el Otsutsuki la veía con fascinación. No se había equivocado cuando la comparaba con la luz en su oscuridad.
—Como ya te lo dije mi bella, mañana haremos lo que tú quieras—ella sonrió y le dio a probar arroz frito. Indra encontraba muy satisfactorio que ella lo alimentara tal como a un niño—pero esta noche, yo tomaré el mando—la sonrisa de la Hyuga se desvaneció y apenada veía a todos lados, menos al rostro de su esposo. Esa declaración le pareció excitante y las mariposas en su vientre se hicieron presentes. No lo admitiría frente a él, ni frente a nadie más, pero disfrutaba mucho que él fuera dominante durante las entregas.
...
Tal como lo advirtió el Otsutsuki, Hinata fue sometida a todos y cada uno de sus deseos. Los gemidos de placer soltados por la chica, unidos a los sensuales jadeos masculinos, se convirtieron en una erotica melodía dentro de la habitación de ambos.
La ojiluna se hallaba en cuatro mientras Indra arremetía contra ella una y otra vez. La joven se sentía como una muñeca sin voluntad, no obstante, eso la excitaba mucho más.
—Ahhh—la morena se quejó cuando Indra la volteó y volvió a hundirse dentro de su cálido interior—Indra... te amo—confesó en medio de la desbordadora pasión.
—Ahora ya no tengo dudas mi bella—¿cómo podía dudarlo? Después de quedarse con él, ya sabía que ella también lo amaba. A pesar de sus múltiples errores, a pesar de no ser una buena persona, a pesar de todo, su bella se quedó con él.
Las muestras de amor continuaron durante horas y se quedaron dormidos hasta entrada la madrugada.
...
Eran las doce en punto cuando la pareja estuvo arribando al orfanato. La idea era llegar a las nueve de la mañana, sin embargo, no lograron despertar debido a sus candentes actividades de la noche anterior.
—¡Hina!—Kurenai se acercó a ellos y junto a ella se hallaba un grupo de niños—No creí que vendrías en estos días—la mayor, se refería a que ellos estaban prácticamente de luna de miel y estuvo segura de no verlos, al menos por una semana.
—La única manera de lograr retenerla, sería sacándola del país—añadió Indra sonriendo luego de saludar a la fémina.
—Tiene razón, debi suponerlo—Hinata se sonrojó y el Otsutsuki no pudo evitar estrecharla entre sus brazos por breves momentos, dado que los pequeños niños no dejaban de verlos.
La joven se acercó a los niños y como le sucedía en cada ocasión, ellos la rodearon llevándosela con ellos adentro. Indra, Kurenai y las personas encargadas de bajar los artículos los siguieron.
Cerca de una hora de estar con los niños, se unieron a ellos, Kawaki, Sumire y Mitsuki, quienes donaban su tiempo en los fines de semana enseñando a los niños a leer y escribir.
—¡Llegamos!—Hinata sonrió al ver llegar a Tenten junto a Naruto. Cuando tenían tiempo libre, ellos eran quienes se encargaban de lavar la ropa.
—¡Naruto sempai!—gritaron los pequeños, ya que ver al rubio era garantía de diversión.
—Sabía que te encontraría aquí—Tenten se acercó a los mayores y saludó. Luego de también saludar con su siempre deslumbrante sonrisa, Naruto se fue a jugar con los niños y su novia se encargaría de la ropa, como sucedía en cada ocasión.
[...]
Sakura no había ganado fama internacional por ser una mujer que dejaba cabos sueltos, no, ella era una persona muy inteligente y como tal, se mantuvo oculta bajo uno de los muchos alías adquiridos a lo largo de los años que llevaba en el negocio, ademas, ella contaba con distintas cuentas bajo nombres falsos, así que contaba con lo necesario para hacer y deshacer a su antojo... obviamente, siendo precavida y planeando metódicamente los movimientos que debía dar.
Durante días, estuvo reuniendo toda clase de documentación y pruebas que les indicaran a quienes la perseguían, una repentina huida al extranjero donde seguramente se reuniría con su amante, después de todo, ellos no sabían que su relación con Darui había terminado, así que optó por desviar la atención hacia ese punto.
Como siempre sucede, un poco de dinero aquí y allá, puede conseguir casi todo lo que se desea y con suma inteligencia, hizo todos los arreglos para indicar que ella abordó un barco carguero, incluso se encargó de pagarle a un chico que formaba parte de la tripulación, para que usara una peluca en color rosa y de ese modo, aparecer en los vídeos de vigilancia, a fin de cuentas, las cámaras eran de baja resolución y a quienes tratarán de analizar las imágenes, les resultaría imposible saber si en realidad era ella. La Haruno fue tan lista, que incluso se aseguró de llamar alguien de las personas que estaban bajo su mandó mientras laboraba en el extranjero. La idea era verse como se veía ella, incluso con el antifaz, al mismo tiempo que se paseará cerca de los muelles en diferentes días. No dejó ningún lugar a las dudas y no exageraba, pues las personas que la buscaban eran muy astutas y debía utilizar toda su inteligencia para engañarlos. Todos debían quedar convencidos de su partida, inclusive en Konoha, así bajarían la guardia, ademas, tampoco quería lidiar con el maldito Otsutsuki, puesto que en Tokio ella no tenía el mismo poder que adquirió en Rusia durante los cinco años que vivió ahí e intentar dañarlo le sería imposible, tal como lo fue en su último plan contra él.
Ella bien podría haberse escapado del país, pero no lo haría hasta no lograr desquitarse de quienes la pusieron en esa situación. Después de todo, sus enemigos ya habían informado sobre sus vínculos y su falsa identidad. Seguramente los responsables de acusarla, fueron el juez, o incluso la maldita familia Uchiha, quienes nunca la aceptaron y se encargaron de exponerla para echarla a la calle. Ahora quienes la buscaban por los asesinatos, ya sabían sobre su verdadera identidad y se tendría que cuidar las espaldas donde quiera que estuviera.
Tenía un plan y aunque era muy arriesgado, le daría el boleto a la libertad, al igual que la oportunidad de vengarse de Sasuke y ¿porque no? También de toda su nefasta familia. Dicho plan, también le brindaría la opción de recaudar mas fondos para sus cuentas bancarias de las que echó mano, al menos hasta que consiguiera un buen lugar para radicar con tranquilidad y sin temor de ser capturada.
[...]
El tipo apodado como el Raikage, veía con fastidio los documentos que le trajeron sus empleados, dado que su concentración estaba en otro lado—Esperé, usted no puede pasar—como si sus pensamientos atrajeran la mala suerte, la puerta de su despacho se abrió abruptamente mostrando a la persona que jamas hubiera pensado mirar en sus dominios—lo siento señor pero no logramos detenerlos—se disculpo uno de los guardias.
—¿Que demonios quieren aquí Uchiha? De sobra sabes que no está permitido irrumpir en los dominios de los contrarios ¿o ya lo olvidaste?—el Raikage se puso de pie y desde su despacho logró mirar afuera, donde también se hallaba Madara y los guardias que lo protegían cuando era la cabeza del negocio.
—También es regla no meterse con la familia del contrario y tú deliberadamente lo hiciste—lo acusó el azabache—Se que Sakura estuvo resguardada aquí y no hace falta ser un genio para saber que durante todo este tiempo, tú sabías sobre su paradero—el mayor se tensó momentáneamente, no obstante, rápidamente se recompuso.
—No tienes pruebas sobre tus acusaciones y aunque las tuvieras, yo no estaba obligado a revelar esa información, después de todo, fue tu mujer quien decidió abandonarte por un mejor semental... Tu virilidad deja mucho que desear Uchiha, seguramente no la complacías como es debido—Sasuke estuvo a punto de saltarle encima, pero Madara fue mas rápido y logró detenerlo.
—Suéltame, déjame darle su merecido a este imbecil—Itachi también se unió a ellos y entre ambos lograron contenerlo.
—No caigas en su juego, estamos aquí para otra cosa—le reprochó Madara—y tú, déjate de juegos y habla de una maldita vez ¿donde está Sakura?—los azabaches soltaron lentamente al menor y los tres se enfocaron en el Raikage.
—¿Y porque habría de saberlo? ¿No se supone que saben todo sobre lo ocurrido durante su supuesta muerte? De ser así, entonces sabrán que ella no está aquí—respondió con tranquilidad—y ya que irrumpieron en donde no son bienvenidos, búsquenla para que comprueben que no miento—el tipo se mostraba muy irritado por la presencia de los tres azabaches, pero no podía hacer nada al respecto, dado que sus guardias al no esperarlos, fueron sometidos con facilidad.
—Lo que usted hizo es desleal y lo sabe—interfirió Itachi.
—No veo porque Uchiha, si mal no recuerdo, ella estaba muerta para todos, así que yo no tenía obligación de darles esa información, en ninguno de los convenios se habla sobre algo similar—sonrió viendo a Sasuke—debe ser porque nunca antes una mujer huyó de su marido fingiendo su propia muerte para deshacerse de él—no cabía duda, el Raikage estaba disfrutando al máximo y eso fue mucho mejor que golpearlo.
—¡Eres un cerdo!—le gritó Sasuke.
—Y tú un pendejo, no sólo te pusieron los cuernos bajo tus narices, sino que dejaste al caramelito Hyuga por ella y ahora alguien mas goza de sus encantos—sin que Itachi y Madara pudieran reaccionar, Sasuke se lanzó sobre el mayor y comenzó a golpearlo, tal como sucedió en el pasado.
—A ella no la menciones maldito—le ordenó mientras sus parientes lo alejaban del Raikage.
—Esta vez somos nosotros lo que vinimos por información, pero la próxima visita será por cortesía del mismo Indra. Él te hará el honor de venir hasta aquí y veremos si continúas tan confiado—soltó Madara con la intención de intimidar al tipo.
La actitud del Raikage cambió de inmediato y después de ponerse en pie limpiándose las comisuras de los labios, los miró con seriedad, dado que no pretendía meterse con el Otsutsuki, eso sería una sentencia de muerte—Ella se estuvo quedando aquí, pero luego de la partida de mi sobrino, le pedí que se fuera y no tengo idea de lo que hizo después... aunque luego de exponerla ante las autoridades, lo mas probable es que ya haya regresado a Rusia—tanto Madara como Itachi, estuvieron seguros de que él decía la verdad en cuanto a no saber sobre su paradero, era evidente que no quería problemas con Indra y prefirió decir la verdad.
—¿Tu sobrino sabe algo de ella?—inquirió Madara.
—No y él está preocupado por su seguridad—confesó diciendo la verdad de lo que sabía.
...
—¿Creen que haya regresado a Rusia?—preguntó Madara una vez que salieron de la residencia del Raikage.
—Esa una probabilidad, después de todo, en ese país estuvo escondida todos estos años y seguramente debe tener muchos aliados que darían la cara por ella—repuso Itachi.
—Pero su fotografía está circulando por todo el país, es imposible que pudiera tomar un vuelo sin ser arrestada—añadió Sasuke enfurecido. El escándalo que se formó tras la exposición pública de su exesposa afectó considerablemente a toda la familia, especialmente a sus padres y a sus hijos, quienes lloraron mucho al ver su fotografía en el aeropuerto el día anterior que recogieron a Shisui y a Ino. Afortunadamente, Madara se encargó de silenciar a los medios de comunicación, pero no contaron con las fotografías que se colocaban en esos sitios. Como sus padres ya lo sabían por parte de Itachi, fueron quienes le ayudaron a explicar a los niños sobre la delicada situación y a pesar de todo, ambos hermanos lloraron. Para bien o para mal, Sakura seguía siendo su madre y ellos la querían.
—Es evidente que no se marcharía legalmente, ella es demasiado astuta para cometer errores, no en balde logró fingir su propia muerte sin dejar dudas—añadió Itachi.
—Claro, es por ahí que debemos comenzar a buscar... le pediré a Ashura que nos ayude con el trasporte terrestre y yo personalmente, me encargaré del marítimo, ya que dudo que haya huido por avión—aseguró Madara y los hermanos estuvieron de acuerdo. Sasuke ya no sentía nada por ella, pero prefería que la atraparan de una vez y así los niños dejarían de preguntarse si ella estaba a salvo.
[...]
—Me tienes que contar todo... aún no puedo creer que te casaras sin mi presencia—soltó Ino cuando se reunió con Hinata y sus amigas en un restaurante—y para colmo, apenas llegamos y nos encontramos con la fotografía de Sakura en el aeropuerto, como a las mas buscadas... Por todos los cielos, me voy por un mes y encuentro todo al revés—concluyó tomando su bebida de diferentes colores.
—Es tan lamentable, Naruto me contó que los niños se pusieron muy tristes cuando miraron esa fotografía... ellos no sabían nada y debió ser muy doloroso—la ojiperla se llevó las manos al pecho.
—¡Taro!—sus amigas la miraron—Él debe estar sufriendo mucho—no negaba que Sarada le dio un poco de pena, sobre todo por lo mucho que sufrió sin ella, pero pensar en el niño le rompió el corazón.
—Bueno, eso es algo muy lamentable, pero desgraciadamente no había forma de evitarlo, esa mujer es la única responsable del sufrimiento que están sintiendo esos dos niños—añadió Karin.
—Lo realmente increíble es lo mucho que todos se equivocaron con ella, incluso se le acusa de múltiples asesinatos, al parecer, ella vivía una doble vida—la ojiperla se atragantó con su bebida y rápidamente, Tenten se encargó de darle unos suaves golpes en su espalda—¿Estás bien Hina?—cuestionó Ino y la ojiperla asintió. A esas alturas de su vida, ya nada podía sorprenderla, pues para muestra estaba su esposo, Ashura y el mismo Madara Uchiha. Días después de su matrimonio, Kanna sin saber que ella no lo sabía, se encargó de revelarle esa información que Indra no quiso decirle, incluso le contó que en su juventud, también Sasuke era parte de todo ese mundo. Luego del shock que recibió, comenzó a atar cabos y pronto, las piezas comenzaron a acomodarse—Mejor cambiémoos de tema, después de todo, no nos reuníamos desde antes de mi boda y todavía no me respondes porque te casaste tan repentinamente.
—Yo...—la Hyuga fue interrumpida por la rubia.
—No... ¿acaso estás embarazada?—la ojiluna se sonrojó y quiso desaparecer ante las curiosas miradas de las personas cercanas a su mesa.
—No, claro que no—afirmó no muy convencida—no lo estaba cuando me case—volvió a reponer.
—De eso ya pasó un tiempo y a juzgar por el estado de tus senos, es de esperarse que tu marido no te da tregua—Hinata se horrorizó y de inmediato se recompuso el vestido que se había bajado sin que lo notara y había dejado expuestas las marcas de propiedad que le dejó Indra la noche anterior. Él era muy discreto y no acostumbraba marcarla, sin embargo, ambos salieron a cenar y bebieron de más, haciendo que la pasión fuera muy intensa por parte de Indra.
—¡Karin!—la reprendió creyendo que su rostro ardería en llamas.
—No hay de que apenarse Hina, tanto Shisui como yo, competimos por ver cual de los dos deja las marcas mas duraderas, por ejemplo estas—la rubia se descubrió el cuello que se mantuvo cubierto por el largo cabello y dejó ver dos recientes chupetones—y el restó... bueno, no se los puedo mostrar en público—aseguró con una sonrisa divertida. Karin y Tenten se echaban aire con las manos, mientras que Hinata pretendía hundirse en su asiento muy apenada por las miradas que les dirigieron un grupo de atractivos varones—Ahora volviendo a lo interesante ¿estás o no estás embarazada?—rápidamente todas se pusieron atentas.
—Nosotros no estamos usando protección, pero tampoco la usábamos antes de casarnos, por lo tanto, no creo que lo esté—la joven se quedó pensando, ya que con todo lo sucedido, no había tenido tiempo de hacerlo.
—Eso quiere decir, que cualquier día de estos, nos sorprenderán con la agradable noticia... imagínate lo felices que se pondrían tu tío, Yume y Neji—Karin estaba segura de que los Hyuga se pondrían felices, ya que ellos querían a Hinata como si la hubiesen conocido desde siempre. Hinata sonrió de forma soñadora y no sólo se imaginó la reacción de su familia, sino la del hombre que amaba.
[...]
—Todo indica que Haruno abandonó el país—Ashura se reunió con Madara y con Sasuke para decirles lo que había averiguado por medio de sus contactos.
—No estoy tan seguro—soltó Sasuke. Era extraño que no intentara nada para obtener algo a cambio de darle el divorcio ahora que necesita el dinero para huir. Sakura no desaprovecharía la oportunidad de chantajearlo por medio de los niños y a pesar de ver en repetidas ocasiones las grabaciones donde supuestamente ella aparecía subiendo a un barco, él seguía teniendo dudas.
—Han pasado casi dos meses y Sakura no ha dado señales de su paradero, incluso las autoridades están convencidas de que ella se marchó a Rusia, donde ya le estaban siguiendo la pista—repuso Madara—Date un respiro muchacho, no le será fácil esconderse de la INTERPOL, sin olvidar a los familiares de los franceses que también quieren venganza y terminaron ofreciendo un gran recompensa por quienes den información sobre su paradero.
—Sin importar que no me haya divorciado de ella, la prefiero lejos de nosotros... no quiero que mis hijos continúen sufriendo por sus malas acciones—Sarada se había deprimido mucho y la familia optó por referirla con un psicólogo. Taro por su parte, se mantuvo en silencio y procuraba evitar el tema, el único con el que lograba sincerarse era con Itachi, no obstante, él no se lo tomó tan mal como ocurrió con su hermana—a ellos le ha afectado mucho saber la verdad sobre su madre.
—Te entiendo, ahora que estoy por ser padre, siento que sería capaz de cualquier cosa por proteger a mi futuro hijo—agregó Ashura, pensando que Kanna estaba por dar a luz en los próximos días—pero como ya les dije, todas las pruebas apuntan a que ella ya se encuentra en Rusia... Algunas personas declararon que la miraron merodeando los mismos sitios que acostumbraba visitar y como dice Madara, ya ha pasado un tiempo y no hay ningún rastro de su paradero en Konoha—aunque todo apuntaba a que ellos tenían razón, Sasuke seguía dudando que Sakura se hubiera marchado sin hacer algo en su contra.
[...]
—¿Te sientes mejor?—cuestiono Chocho, a su mejor amiga durante la hora del almuerzo en el colegio, pues la azabache sólo movía la comida de un lugar a otro sin la menor intención de comer.
—¿Sabes? Nunca pensé que algún día estaría del otro lado—Chocho arqueó una ceja sin lograr entender a que se refería su mejor amiga—¿recuerdas lo mucho que molesté a Sumire sólo por tener origen humilde?—la joven miró a otro lado evitando responder, puesto que si lo recordaba, pero no creía que fuera el momento de traerlo de regreso—Ahora todos se burlan de mí por lo que hizo mi madre.
—Estás equivocada, hasta ahora nadie dijo nada al respecto y en cuanto a Sumire, ella no se ha aprovechado de esto para molestarte o hacerte sentir mal—aseguró Chocho.
—Que ella no me regresé un poco de lo que yo hice, me hace sentir peor de lo que ya me siento—soltó refiriéndose a Sumire—y en cuanto a los otros, aunque no lo hagan abiertamente, tal como lo hice yo, se que se burlan de mí a mis espaldas... y no me siento molesta, después de todo, no debe ser usual tener una madre como la mía—sonrió con amargura y de nuevo pensó en los muchos errores que cometió en el pasado. Quizás era hora de comenzar a cambiar sus prioridades y ya tenía una idea de donde comenzaría—¿Me acompañarías esta tarde a ir de compras?
—¿De compras?—cuestionó—Claro, supongo que ya debes estar mucho mejor—Sarada sonrió y negó con la cabeza. Su mejor amiga lo había interpretado mal, pero no podía juzgarla, ya que siempre le mostró su lado egoísta y arrogante.
—No es lo que te imaginas, ademas, quiero que me regales toda la ropa y artículos que ya no uses. Yo también sacaré lo que no necesito y mañana temprano haremos una visita.
—¿Que? ¿A donde iremos?
—Es una sorpresa—la Uchiha sonrió al mirar el desconcierto de su amiga y aunque tenía dudas, Sarada sabía que Chocho la apoyaría en todo y de nuevo agradeció tenerla de amiga.
...
Tal como lo acordaron, ambas chicas salieron de compras, sin embargo, las compras no fueron en tiendas de chicas ni de maquillaje, como solían ser en las ocasiones anteriores. Esa tarde, Sarada compró una gran cantidad de ropa para mujeres embarazadas y como si la sorpresa para su amiga no hubiera sido suficientemente grande, también visitaron tiendas para niños donde salieron cargadas de bolsas.
Mas tardé, Naruto se sorprendió cuando su secretaria le informó que Sarada y otras chica querían verlo. El rubio no sabía que pensar y una vez que salió del asombro, las hizo pasar.
—¡Hola tío Naruto!—al igual que Sarada, Chocho también lo saludó y él les pidió sentarse.
—¿Que puedo hacer por ustedes señoritas?—el rubio pensó que la visita tenía que ver con los sucesos de Sakura, después de todo, la hija de su mejor amigo la había estado pasando mal las últimas semanas.
—Se que te resultara extraño, incluso difícil de creer, pero quiero ayudar en el orfanato y en la casa que se inaugurará próximamente para mujeres maltratadas—tanto Chocho, como Naruto se quedaron pasmados ¿que acababa de decir ella?—No me miren así, estoy hablando en serio y no tengo ninguna doble intención—les aseguro sonriendo.
—¿Para eso es la ropa que compraste y la que me pediste?—cuestionó Chocho.
—¿Hiciste eso? ¿Fuiste a comprar ropa para donar?—a decir verdad, Naruto continuaba sin creerlo. No es que pensara que Sarada era mala persona, sin embargo, ella nunca se preocupó por nadie más que por ella misma.
—Es difícil creerlo después de la manera tan reprochable en la que me he comportado la mayor parte de mi adolescencia... no obstante, la vida se ha encargado de demostrarme que tan equivocada estuve y espero que no sea demasiado tarde para recomponer mi camino. Quiero ser un ejemplo para Taro, quiero que él se sienta orgulloso de mí y no avergonzado como se debe haber sentido todo este tiempo—para ese momento, la azabache trataba de sonreír, sin embargo, su rostro estaba bañado en lágrimas. Naruto se puso de pie y avanzó hasta ella para envolverla en un paternal abrazo. Él aún no era padre, pero los hijos de Sasuke eran lo mas cercano a serlo. Chocho veía la escena y también se puso a llorar, su amiga había cambiado mucho y todo era para ser una mejor versión de ella misma.
—No sólo Taro se sentirá orgulloso de ti—repuso Naruto—todos en tu familia también lo estarán, tal como lo estoy yo.
—Gracias tío, tú aprobación significa mucho para mí—lentamente, la joven se fue tranquilizando y se limpió las mejillas—y si no es mucho pedir, me gustaría que no le dijeras a nadie sobre mi deseo de colaborar, al menos no por el momento... lo que menos quiero, es incomodar a Hinata y a quienes la ayudan—aunque no lo dijo abiertamente, Chocho sabía que se refería a Kawaki y a Sumire, ya que ellos donaban parte de su tiempo el orfanato.
—No te preocupes cariño, Hinata se sentirá agradecida con tú colaboración, después de todo, será por ayudar a quienes más nos necesitan—Naruto le explicó que tanto Hinata como la mayoría de sus amigos, asistían al orfanato en los fines de semana, sin embargo, la nueva casa para las mujeres, iba a necesitar de mucha ayuda para echarla a andar, así que ellas podían ayudar allí. Ambas estuvieron de acuerdo y sintiéndose mucho mejor, Sarada y Chocho se marcharon dejando al rubio con una genuina sonrisa.
[...]
—¿Que tanto te miras mi bella? Tú siempre luces hermosa—Indra rodeó la cintura de su esposa desde atrás y colocó la barbilla en el hombro mirando el reflejo de ambos en el espejo. Desde el día que se reunió con sus amigas y hablaron sobre embarazo, ella ya se había hecho dos exámenes con pruebas de la farmacia y ambas resultaron negativas. No quería pensar demasiado en el tema, sin embargo, le era difícil no hacerlo, sobre todo esa tarde, en la cual iban al hospital para conocer al bebé recién nacido de Ashura y Kanna.
—No es nada, sólo creo que debo usar algo mas abrigado... en el hospital siempre hace mucho frío—Indra frunció el ceño al notarla triste. Algo le pasaba a su bella y él no lo sabía. Estaba dispuesto a preguntar, pero ella se adelantó—Vamos, Taizo ya nos está esperando—Hinata se adelantó y le entregó una bolsa de regalo para el bebé, el Otsutsuki la tomó aún sin dejar de verla, no obstante, la siguió y ambos subieron al auto, donde rápidamente su mujer inició una plática con Taizo, la cual también lo incluía a él, haciéndole imposible cuestionar lo que le pasaba.
Mas tardé, los tres se detuvieron en la tienda de flores dentro del hospital y se dirigieron a la habitación de Kanna.
—Aquí es—una enfermera los guió hasta la habitación de la nueva madre. Taizo abrió la puerta para que pasara la pareja, dándoles privacidad. Mas tardé entraría él a felicitarlos.
¡Felicidades!—Hinata entró y se sonrojó al ser estrechada entre los brazos de su cuñado, quien se veía feliz.
—Gracias por venir—Ashura le sonrió a su hermano y sin decir nada, también le dio un abrazo. El menor estaba con las emociones a flor de piel por el increíble suceso que acababa de vivir. Kanna comenzó a tener contracciones en la madrugada y sin demora, la llevó al hospital, donde al cabo de horas sufriendo, finalmente dio a luz a su primogénito. Todo sucedió tan rápido, que no le dio tiempo de llamar a nadie hasta que su esposa ya se hallaba recuperada mientras alimentaba al bebé—Esperó que pronto puedas sentir la misma dicha que estoy sintiendo hermano—Indra palmeó el hombro de Ashura al verlo derramar una lagrima de alegría, lo cual le pareció conmovedor.
—¡Hina!—Kanna la llamó sin dejar de sonreír. La ojiluna se acercó lentamente y se llevó las manos a la boca cuando Kanna descubrió el pequeño bulto envuelto en suaves mantas—¿Quieres cargarlo?—Hinata asintió sonriendo y con mucho cuidado lo sostuvo en brazos girando para ver a su esposo. Ashura se fue junto a su esposa y ambos sonrieron mirando a la pareja frente a ellos.
Indra pensó que la imagen de su esposa cargando al recién nacido, era lo mas tierno que podía ver en su vida—Es tan frágil—afirmó mirando las diminutas manitas de su sobrino.
—Sostenlo por un momento—Hinata se lo colocó en los brazos y sonrió al ver el gesto de miedo que mostraba Indra, sin embargo, en poco tiempo, el varón se sintió cómodo y se enfocó en el nuevo integrante de la familia Otsutsuki. La Hyuga sintió un pinchazo en el corazón ¿que pasaba si no lograba quedar embarazada? ¿Porque aún no lo estaba? ¿Se sentiría decepcionado Indra? Sin ser consiente, negó con la cabeza. No debía preocuparse, después de todo, ya se había realizado exámenes prenupciales cuando se caso con Sasuke y todo estaba en orden, ademas, Indra le juró amarla aún si no tenían hijos. Entonces ¿porque no podía dejar de pensar en eso?
—¿Te sucede algo mi bella?—Indra se acercó aún con el bebé en brazos e hizo la pregunta para que sólo ella pudiera escucharlo. La ojiperla negó y de nuevo se recompuso.
Mas tardé se unió a ellos Taizo y mirando como los cuatro conversaban, Hinata salió a buscar algo de beber. La joven se recargó en la puerta por unos momentos, ya que deseaba alejar esos pensamientos. Suspiro con melancolía y mientras caminaba en dirección a la cafetería, chocó el hombro con alguien, de inmediato se disculpo y se dispuso continuar su camino.
—¡Hinata!—la Hyuga se detuvo de inmediato al reconocer esa voz—Que sorpresa encontrarte aquí ¿no me digas que estás enferma?
—Kakashi—lo saludó intentando sonreír y le contó el motivo de la visita.
—Claro, Neji me contó que te casaste... te felicito, tú mereces ser feliz—a pesar de haber tenido la intención de acercarse a ella, Kakashi se alegró al saberla feliz, sobre todo, luego del fracaso que sufrió al lado de Sasuke.
—Gracias Kakashi—como ocurrió la primera vez que la miró preocupada por su padre, ahora también la veía sabiendo que le pasaba algo.
—¿Que te pasa pequeña? Y no me digas que no es nada, porque ya te conozco—Hinata suspiro—supongo que al igual a mí, ibas a la cafetería, así que te acompañaré... Sabes que puedes confiar en mí ¿no es cierto?—la joven yo no se pudo negar y caminó junto a él, a fin de cuentas, Indra se hallaba entretenido y ya sabía dónde encontrarla.
...
Indra se impacientó al ver que Hinata no regresaba y se disculpo con su hermano para ir a buscarla, sin embargo, antes de llegar a la cafetería, la divisó sonriendo mientras hablaba con un tipo al que ya había visto con anterioridad cerca de ella. Se detuvo evitando que lo miraran y esperó hasta que se despidieron.
Ella caminó hacia la habitación llevando bebidas y galletas. Hablar con Kakashi le había servido mucho, pues a pesar de la pena, logró sincerarse con él. Queriendo volver a sostener al bebé, apresuró el paso.
—Mi bella—la joven jadeo al ver a Indra fuera de la habitación—Estaba preocupado por tu demora ¿ocurrió algo?
—No, sólo había muchas personas haciendo fila—el corazón del Otsutsuki dolió. No es que desconfiara de ella, sin embargo, no sabía que la llevó a mentirle.
—Felicidades al nuevo tío—ambos giraron y miraron a Madara acompañado de Mikoto, Fugaku y Taro. Mas atrás y cargando arreglos, se encontraba Hashirama junto a su esposa. Ellos al igual que los Uchiha, eran muy cercanos a los nuevos padres, tal como lo eran Minato y Kushina, quienes no debían tardar en llegar. Taro accedió a ir, sabiendo que encontraría a Hinata y no se equivocó.
Rápidamente, los nuevos padres recibieron las visitas de sus amigos, comenzando por los Uchiha. Taro se quedó con la ojiperla en los jardines frente al hospital, dado la sala de espera cercana a la habitación de Kanna se llenó con los amigos de la pareja.
—¿Como estás cariño?—Taro sonrió y aseguró que todo iba mejor—Y tu hermana ¿ella está bien?—aún le costaba trabajo referirse a Sarada sin recordar su última conversación.
—Al principio fue difícil para ella, incluso estuvo en tratamiento con un psicólogo, pero con el tiempo, ya se encuentra mucho mejor, al igual que papá.
—Me alegró mucho, espero que...—ella no terminó de hablar debido a la pobre anciana que se cayó cerca de la calle que conducía al estacionamiento del hospital. Ambos se levantaron y corrieron en su ayuda—¿Se encuentra bien?—la anciana tenía el rostro muy sucio y con mucha dificultad, sostenía una vieja canasta con golosinas.
—Gracias a los dos—la fémina se llevó una manó al pecho—estoy bien, es sólo que los viejos ya no podemos guardar bien el equilibrio—respondió con dificultad.
—Venga con nosotros, será mejor que la vea un médico—Hinata trató de llevarla adentro y así, asegurarse de su bienestar.
—No es necesario, como ya se los dije, es cosa de viejos—la mujer levantó un poco la canasta—Tomen, les regalaré un dulce de los que vendó, en agradecimiento por ayudarme, después de todo, las personas casi nunca me compran nada y me tratan muy mal cuando vengo por este rumbo—Hinata y Taro sintieron mucha pena por ella
—Descuide, no es necesario—Taro de inmediato se negó a recibir, lo que ella vendía para sobrevivir.
—Eres muy dulce, supongo que es gracias a ti—miró a Hinata—te felicito linda, tienes un hijo muy bien educado—la ojiperla sonrió, luego se dispuso a aclarar el mal entendido.
—Ella no es mi madre... aunque me gustaría mucho que lo fuera—la anciana asintió, mientras que Hinata sonrió con ternura y sin pensarlo, abrazó al menor—Es la verdad Hina, me hubiese gustado mucho que tú fueras mi madre—afirmó con melancolía.
—Ohh, son tan tiernos—ambos sonrieron en complicidad y poco a poco se separaron para volver a enfocarse en la fémina frente a ellos.
—¿Que le parece si nosotros le compramos todos sus dulces?—sugirió la Hyuga, a fin de cuentas, ella declinó ir al hospital y no se sentía cómoda de saber a esa pobre mujer siendo maltratada por su aspecto y edad.
—Buena idea, podemos darle el doble—sugirió Taro.
—¿En serio?—la anciana se puso melancólica. Ellos asintieron—Pero estos son sólo unos pocos de los que tengo, como pueden ver, mis brazos son débiles y no puedo sostener mucho peso.
—¿Donde tiene el resto?—Taro quería ayudar y la ojiluna se sentía muy emocionada de verlo así.
—Cerca de aquí... los niños cuidan de ellos y también del bebé—Hinata palideció al escucharla.
—¿De que niños y de que bebé habla? ¿Acaso son sus nietos?
—Claro que no linda, mis hijos y nietos me abandonaron muchos años atrás. Los niños que mencioné, son huérfanos que trató de proteger—Taro y la ojiperla jadearon asombrados—y el bebé, tiene poco tiempo con nosotros, mis pequeños lo encontraron mientras hurgábamos en un basurero. Ese pequeño ángel estuvo a punto de ser devorado por las ratas.
—¡Hina!—Taro se hallaba horrorizado.
—Lo se cariño—ella lo tranquilizó, a pesar de estar mas horrorizada que él—Esto no puede estar pasando, es inhumano para usted y para esos niños vivir en esas condiciones.
—¿Y que podemos hacer? Se que no es mucho, pero no cuento con mas para darles—la anciana se tallaba los ojos evitando llorar.
—¿Cuantos niños son?
—Contando al bebé, son cuatro.
—Incluyéndola a usted, son cinco personas—inquirió Taro y ella asintió.
—En ese caso, le doy mi palabra que ustedes no volverán a pasar por algo así... Espere un momento, llamaré a mi esposo para que venga ayudarnos—Hinata marco el número de Indra, pero no le respondió, así que le dejo un mensaje de texto—No importa, iré con usted para traer los niños aquí. Mi primo es médico y quiero que los vea a todos—la anciana se puso de pie con ayuda de Taro y de la Hyuga—Iré con ella y tu, busca a Neji, dile que prepare todo ¿de acuerdo?—habian avanzado hasta el final de la acera perteneciente al hospital. La anciana les dijo que los niños se hallaban ocultos cerca de los estacionamientos, así que no tardarían mucho en regresar.
—De ninguna manera, yo iré contigo—ella negó, no sabía lo que encontraría y no podía exponer a Taro.
—Se que quieres ayudar, pero te aseguro que me ayudará más, si vas adentro y les cuentas a todos lo que esta pasando.
—Esta bien—el niño suspiró derrotado, sabía que no podía negarse a un pedido suyo y se dispuso a dejar el brazo de la anciana para apoyarlo sobre la ojiluna, sin embargo, la mujer con harapos malolientes apretó el agarre sobre él y con la otra manó lanzó la canasta dejando a la vista una navaja que hundió en la pierna de Hinata, impidiendo que pudiera permanecer de pie.
—Vendrás conmigo o la mataré—Taro abrió mucho los ojos al escuchar esa voz. Hinata quiso volver a levantarse, no podía dejar que esa mujer dañara al niño, no obstante, la fémina ahora le apuntaba con una arma que había estado portando en la pierna.
—¿Mamá?—cuestionó con miedo, al mismo tiempo que veía a Hinata sangrando en el suelo.
—¿Me extrañaste mi amor?—sonrió al preguntarle y el niño sintió mas miedo.
—Por favor déjelo, no se lo lleve, es su hijo y lo pondrá en peligro—Sakura se puso furiosa con las patéticas súplicas de la Hyuga. Llevaba días vestida de indigente, buscando el momento adecuado para secuestrar a Taro. No planeaba encontrarse con la ojiperla, sin embargo, tampoco desaprovecharía la oportunidad de desquitarse de ella asesinándola, de ese modo, se vengaría de Indra y de Sasuke. Estuvo a punto de apretar el gatillo dispuesta a desaparecerla, pero la manó de su hijo la detuvo.
—Haré lo que me pidas, pero no la dañes a ella—la Haruno lo pensó y tras un chasquido de molestia, bajo el arma. No sería fácil escapar de Indra si dañaba a esa insípida, debía concentrarse en su plan y no distraerse.
—Detente—Sakura levantó el rostro y desde lo lejos miró a tres hombres corriendo en su dirección, luego observó a la morena con despreció antes de salir corriendo arrastrando a Taro con ella hasta el auto que tenía cerca.
—¡Taro!—la morena gritó con desesperación al no poder impedir que se lo llevara. En ese momento, se lamentó de no contar con los guardias de Indra, pero como se fueron con Taizo, no creyeron que podían necesitarlos.
...
—¿Donde está Hinata?—cuestionó Neji al acercarse a la sala donde se hallaban los amigos de Ashura y Kanna—Kakashi me dijo que se encontró con ella en la cafetería—él se había encontrado con el peli plateado y esté le informo que ella estaba en el hospital, por lo tanto, quiso ir a verla.
—Así que se encontró con él ¿eh?—murmuró Indra y el castaño logró escucharlo.
—Ella esta con mi nieto en el jardín—aclaró Fugaku, ya que escuchó la pregunta al estar cerca del Otsutsuki.
—Le llamaré para que venga—Indra frunció el ceño cuando miró la llamada perdida, ya que su celular estaba en silencio, luego leyó el mensaje y su corazón aumentó los latidos—¿Pero que?—sin decir nada se fue a toda prisa.
—Oye... ¿que pasa? Espera—Neji se fue tras él, siendo seguido por Fugaku. Los tres llegaron al jardín y no los encontraron, por lo tanto, Indra se puso mas nervioso y corrió en dirección al estacionamiento.
Ninguno de ellos estaba preparado para lo que verían a continuación. Indra sintió un sinfín de emociones al ver a su amada tirada en el suelo con la ropa teñida de rojo. Neji palideció y comenzó a llamar por radio pidiendo ayuda, sin dejar de correr hacia ella, sin embargo, Fugaku se enfocó en la responsable del acto, en la misma que sostenía a su asustado nieto.
—Detente—le gritó con miedo, ya que no sabía porque esa pordioseara quería secuestrar a Taro.
—No se acerquen o los mataré—el Uchiha miró con horror como esa mujer apuntaba el arma en la cabeza de su nieto y lo peor fue saber que ella no era otra que Sakura vistiendo un disfraz.
—No llegará muy lejos y usted lo sabe—Indra apretó los puños y quiso acercarse, no obstante, ella apuntó el arma en dirección a la ojiluna, logrando detenerlo.
—Llegaré a donde yo quiera—le dijo sin prestarle mucha atención—y usted, dígale a Sasuke que espere mi llamada—se dirigió a Fugaku, quien a su vez, miró al chico con dolor.
—E-Estaré bien abuelo... no se preocupen por mí—había miedo en la voz del niño, pero también mostraba determinación. En segundos, el auto se alejó, dejando a Hinata gritando el nombre del niño.
—¿Por aquí?—Neji llegó junto a su prima y evaluó la herida. Indra se veía consternado y la tomó de las mejillas buscando su mirada, dado que la joven continuó mirando el lugar por donde se alejó el auto.
—Se lo llevó... ella se lo llevó—era lo único que decía una y otra vez, hasta encontrarse con las oscuras orbes de su esposo—¡Indra!—lo llamó llorando y se dejó abrazar antes de ser levantada por Neji y uno de los paramédicos que llegaron a brindarle auxilio.
—¿Se recuperará? Por favor, dime que ella no morirá—Indra era un hombre seguro de sí mismo, quien nunca mostraba abiertamente sus sentimientos, no obstante, Hinata estaba en peligro y ese hecho lo ponía en el límite de lo que podía soportar.
—Tranquilo, aunque es una herida profunda, no afecta su vida, ella se pondrá bien—Neji se alejó dejándolo no muy convencido.
—¿Que sucedió?—Mikoto, llegó siendo seguida por los otros visitantes de los Otsutsuki. Se preocupó cuando vio la condición de Hinata, quien era trasladada a la zona de emergencias, no obstante, todo empeoró al salir y ver a su esposo casi llorando mientras hablaba por teléfono—¿Donde esta mi nieto?—se acercó a Fugaku y momentos después, soltó un grito desgarrador cuando escuchó las malas noticias.
—¿Quien la hirió?—Madara aún no sabía nada y se dirigió hacia Indra.
—Sakura Haruno se disfrazó de vagabunda y se llevó al niño hiriéndola a ella para lograrlo—Madara apretó la mandíbula y de inmediato tomó su celular—Esto es delicado Madara, esa mujer amenazó con dañar a su propio hijo si interferían en lo que planea hacer... aunque, es evidente que fue sólo una estrategia para detenerlos, ella seguramente planea utilizarlo para abandonar el país y una vez fuera de Tokio, será muy difícil recuperarlo y no sólo eso, sino que también pondrá a Taro en un gran riesgo. Los enemigos de Haruno, no se tentarán el corazón para asesinarlo.
—¡Maldita!—vociferó enfurecido sabiendo que Indra tenía razón—Esa mujer no tiene límites y será mejor reunirme con Itachi para planear el siguiente movimiento—Indra asintió y puso a disposición de los Uchiha, todo lo que pudieran necesitar, especialmente, el avión privado y el capital que seguramente pediría Sakura a cambio del niño.
—No se detengan ante nada y asegúrate de hacerla pagar por lo que hizo... de lo contrario, yo personalmente le cobraré sus ofensas en contra de mi bella—el Otsutsuki se había estado manteniendo al margen, debido a que su esposa le hizo prometerle que no haría nada en contra de la Haruno. Su bella se preocupaba por los niños y no quería pensar en que fuera él, quien tomará la justicia entre sus manos.
Flashback
—Descubrimos que fue Sakura Haruno quien nos tendió la trampa para que presenciaras lo ocurrido esa noche—Hinata se llevó la mano a la boca—ahora que ya lo sé, no habrá piedad para esa mujer por querer dañarte a ti.
—No, no por favor Indra—la ojiperla entró en pánico y le tomó las manos a su esposo—dime que no harás nada en su contra—el Otsutsuki se puso de pie y se giró para no verla, de lo contrario, terminaría convenciéndolo.
—No me pidas eso Hinata... ella sabía en lo que se estaba metiendo y aún así, se empeñó en dañarte—replicó mirándola ponerse frente a él.
—Yo no quiero que Taro y su hermana la pierdan para siempre, no por tus manos.
—¡Mi bella!—¿porque ella tenía que ser tan buena? Luego recordó que incluso lo perdonó a él y serró los ojos con frustración.
—Prométeme que no harás nada... prométeme que no la—Indra le puso un dedo sobre sus labios para que no continuara, dado que aún sentía vergüenza ante ella por lo que presenció esa noche.
—Sólo porque tú me lo pides, no obstante, daré parte a las autoridades sobre su paradero y lo que le pasé, ya no será nuestro problema ¿estás de acuerdo?—ella asintió sonriendo.
—Eres el mejor, por eso te amo tanto—el mal humor del Otsutsuki se esfumó al escucharla y sin demora, la beso apasionadamente.
Flashback off.
—De eso no tengas dudas—respondió Madara antes de marcharse.
[...]
—¿Que pasa papá?—Sarada escuchó gritos y rápidamente bajo las escaleras encontrándose con su padre, mismo que tenía lágrimas en los ojos. El azabache la miró y pronto la estrujó entre sus brazos, asustando aún más a la joven.
—Sarada—Itachi la llamó y fue entonces que la chica se percató de la presencia del hermano mayor de su padre y también de Naruto, quien se veía muy angustiado.
—Díganme de una vez que esta sucediendo—Sarada sintió un escalofrío por todo el cuerpo.
—Tu madre secuestro a Taro—la joven se llevó la mano al pecho y negó repetidas veces. Eso no podía ser cierto, Taro estaba con sus abuelos, su hermano estaba sano y salvo.
—Ella no pudo hacer tal cosa, Taro es su hijo ¿que clase de madre haría esa barbaridad?—apenas terminó de hacer la pregunta y la realidad la golpeó. La clase de madre que haría tal barbaridad, era la suya. Sin demora, ella también se echó a llorar y poco después llegaron sus abuelos acompañados de Madara, Izuna, Obito y Rin, los únicos que faltaban eran Ino y Shisui, ya que la rubia enloqueció al saber lo que le pasó a su mejor amiga.
—¡Madre!—Sasuke ya no se pudo mantener firme y al ver llegar a Mikoto, se quebró en sus frágiles brazos. Era su hijo el que estaba en peligro, era su Taro quien debía estar asustado pensando que su propia madre era capaz de todo.
—No pierdas la fé, estoy segura que mi niño se mantendrá a salvo, recuerda que él ha demostrado poseer una gran fortaleza—Mikoto trataba de tranquilizarlo, sin embargo, ella se hallaba en el mismo estado que Sasuke.
—¿Pero como fue que se lo llevó?—cuestionó Obito, captando la atención de quienes tampoco lo sabían con exactitud. Mikoto, Itachi, Madara y Fugaku, se miraron entre sí y fue Fugaku, quien comenzó a narrar los hechos tal como sucedieron y Madara les mostró el vídeo que logró obtener de las cámaras cercanas al hospital. En el vídeo no se escuchaban las voces, pero dejaba a la vista todo lo sucedido, hasta el momento en que la Haruno se escapó con Taro.
—Ella... ¿cómo esta ella?—Sasuke cambio la melancolía por la ira, no podía creer hasta donde fue capaz de llegar esa mujer con tal de conseguir lo que se proponía, incluso se disfrazó de tal forma, que les fue imposible reconocerla y en el proceso hirió cruelmente a Hinata—¿Como se encuentra Hinata?—incluso Sarada estaba consternada por lo ocurrido y al igual que su padre, también quería saber el estado de la ojiperla.
—Afortunadamente su vida no corre peligro—aclaró Madara.
—¡Gracias al cielo!—exclamó Rin.
—¿Y que debemos hacer para recuperar a mi hermano?—Sarada quería saber porque nadie se movía para dar parte a las autoridades—Taro puede estar corriendo peligro... pobre enano—murmuró con tristeza.
—Tranquilízate cariño—Fugaku se acercó a ella—estoy seguro que tu madre no será capaz de dañarlo.
—Pero ella misma le apuntó con el arma, pensaba dispararle si ustedes no se detenían—replicó aún sin poder creer lo que había visto por ella misma en el vídeo del estacionamiento.
—Lo hizo porque sabía que no íbamos a arriesgarnos, sin embargo, ella se ha esforzado mucho para poder llevárselo, no le conviene dañarlo, Taro es su garantía para salir del país... Por ahora, él esta a salvo, además, recuerda que es su hijo, ustedes dos son los únicos a quienes jamás dañaría—eso era lo que quería creer el patriarca Uchiha.
—El problema es...—Izuna guardó silencio y ya no dijo que si había un enfrentamiento entre esa mujer y las autoridades, el niño podría salir lastimado—aguantar la espera hasta que tengamos noticias—aclaró, sonando convincente.
[...]
—¿Como esta mi sobrina? Apenas nos enteramos de lo sucedido—Hizashi llegó al hospital acompañado de Yume, quien se veía igual de nerviosa que el Hyuga.
—Lo siento Hizashi, olvidé llamarlos—se disculpo Indra sintiéndose un poco culpable por el descuido.
—No te preocupes, Ino nos llamó para informarnos—y como si la llamaran con mencionarla, la rubia arribó junto a Shisui, Karin y Tenten.
—No puede ser, esa mujer no tiene límites—soltó Ino entre preocupada y molesta.
—Familiares de Hinata—Indra frunció el ceño al escuchar a Kakashi dirigiéndose a su esposa con tanta confianza ¿porque era él quien daría información? ¿Donde estaba Neji? Alejó esos pensamientos de su cerebro, ese no era el momento para estar celoso.
—¿Cómo esta mi sobrina?—Kakashi sonrió bajo la máscara. A juzgar por la preocupación y el aspecto físico, el Hyuga parecía el padre de Hinata.
—Soy su esposo, dígame cómo está ella—intentó sin éxito sonar educado.
—Señor Otsutsuki—Kakashi continuó sonriendo—ya no se preocupe, Hinata se encuentra bien, aunque deberá quedarse internada por un par de días para que le realicen las curaciones—todos los presentes soltaron el aire contenido. Ellos ya sabían que la vida de la ojiluna no corría peligro, pero aún así, no evitaron preocuparse, sobre todo por el amor que ella le tenía a Taro.
—Quiero verla—decreto Indra sin rodeos.
—Por supuesto, sígame—el Otsutsuki se fue tras Kakashi y cuando llegaron a la habitación donde la tenían, Kakashi se detuvo para enfrentar a Indra—En cuanto termine de hablar con Hinata, me gustaría hablar con usted en privado.
—¿Hay algo referente a mi esposa que deba saber—dejó en claro que ella era su esposa.
—Nada grave—Kakashi le restó importancia al percatarse de la hostilidad que mostraba Indra, era evidente que se sentía celoso y no lo culpaba—lo esperó en mi oficina—sin más que añadir, Kakashi se retiró dejando a Indra con las emociones a flor de piel.
Continuara.
Lamentó mucho lo que me tardé en actualizar. Les dije que este capítulo sería el final, pero al ver que ya estaba siendo muy largo y que todavía faltaba más, opté por dividirlo en dos partes. Les aseguro que continuaré con el resto antes de actualizar cualquier otra historia. Dije que la terminaría y lo haré. Me disculpo por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encuentre y las iré corrigiendo.😊💕
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