Capitulo 28

Los personajes de Naruto no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


—Quiero una explicación válida para no volarles los sesos y la quiero ahora mismo—los guardias se veían entre sí, ya sabían que algo muy malo había sucedido, luego de ver a la chica que antes estaba sonrojada y alegre, pálida con el rostro bañado en lágrimas. El auto en el que llegó la joven ya se había ido y el jefe les apuntaba con el arma—¡Hablen!—le gritó furioso.

—Le fallamos señor—dijo uno de ellos sin atreverse a sostenerle la mirada.

—¿Quien la trajo aquí? ¿Quien de ustedes me traicionó así trayéndola a este sitio?—a esas alturas, la cordura del Otsutsuki se había esfumado y sacaba conjeturas erróneas.

—Ninguno de nosotros sabemos como fue que ella obtuvo la ubicación de este lugar—confesó el guardia—La señorita llegó con su nuevo chofer y cuando les pedimos marcharse, ella dijo que tenía una cita a las ocho y que usted ya la estaba esperando, ella se veía muy contenta y sobre todo, se veía confiada en su declaración—Indra desvió un poco el arma y pensó en diferentes cosas, no obstante, nada tenía sentido.

—Una cita conmigo... ¿aquí?—ellos asintieron.

—Al ver que ella estaba aquí y sabía de su presencia, aunado a la felicidad en su rostro y sobre todo, lo que aseguró la señorita sobre su molestia si no llegaba a las ocho en punto, no fuimos capaces de prohibirle el paso, sólo el chofer se quedó aquí, mientras ella avanzó feliz a su encuentro—las intenciones asesinas de Indra se desvanecieron y lentamente bajó el arma. Su cerebro daba vueltas y no lograba encontrar una explicación lógica.

—¿Dijo quien le dio la información?—cuestionó uno de los socios del Otsutsuki una vez que llegó a ellos y miró a Indra bajar el arma con algo de confusión en su rostro.

—No, la señorita sólo se limitó a decir que recibió una llamada de una persona asegurando que era de parte suya brindándole la dirección sobre el lugar de la cita entre ambos—respondió el consternado guardia, quien al igual que sus compañeros, sintió un poco de alivio a ver que Indra bajaba el arma. Tal vez, sólo tal vez, no los asesinaría esa noche.

—¿Quien demonios se atrevió a hacer tal cosa?—se preguntó para sí mismo y de inmediato reaccionó—Les daré una oportunidad a ustedes tres—dijo mirando a los guardias—Consíganme el nombre de la persona responsable de esto... del éxito que tengan al realizar este encargo, dependerá si continúan con vida ¿está claro?—ellos asintieron de inmediato, ya que por lo menos tendrían otra oportunidad y no pensaban desaprovecharla.

Los encargados de limpieza terminaron con el encargo luego de una hora y recibiendo su pagó, desaparecieron por donde llegaron. Indra continuó dándole vueltas al asunto y entre más recordaba lo sucedido, más y más grande se hacía la desesperación por las repercusiones que eso le podía acarrear en su relación con ella. No estaba dispuesto a perderla, pero tampoco podía obligarla a quedarse al lado de un asesino. Si ni siquiera lograba apartar de su mente, la mirada llena de miedo en sus hermosos ojos, mucho menos iba poder soportar el asco, o el odio por parte de su bella al intentar retenerla por la fuerza.

—Señor—el encargado de la propiedad, le entregó el celular que le dio el equipo de limpieza. El Otsutsuki lo había dejado abandonado cuando se percató de la presencia de Hinata y como estuvo tan perdido en sus pensamientos, no notó su ausencia. El hombre se alejó una vez que se lo entregó. Indra lo encendió, encontrándose con muchas llamadas de Ashura. Seguramente ya sabía una parte de lo sucedido y a eso se debía la insistencia por contactarlo.

Sin motivos para permanecer en esa propiedad, se fue a su hogar, donde esperaba poder hablar con su mujer para explicarle su verdadera identidad. Durante el trayecto, ignoró las llamadas de su hermano y se dedicó a pensar en lo que iba a decir. Su única esperanza, era el amor que había entre ambos,  logrará vencer la decepción que se llevó ella, quería convencerse a sí mismo de que eso sería suficiente para obtener su perdón por haberla engañado sobre su doble vida.

Su corazón se aceleró justo al llegar a la entrada principal de su mansión. El auto que designó para ella, no se hallaba en el estacionamiento y eso lo puso en estado de alerta. Salió a toda prisa y su preocupación aumentó al confirmar que Taizo estacionó por un par de minutos y en seguida se alejó.

De inmediato la llamó y no hubo respuesta. Su única alternativa era contactar a Taizo y cuando estaba por hacerlo, entró la llamada Ashura.

—¿Que pasa?—preguntó con impaciencia.

[...]

Durante el trayecto en el auto, Taizo observó con pesar a la joven por el espejo retrovisor. No sabía que era lo que había pasado, pero de pronto ella había llegado corriendo y le pidió que se marcharán lo antes posible.

Al principio, se veía muy asustada, incluso le costaba mucho hablar debido al cansancio y los temblores de su cuerpo, pero conforme fueron avanzando, la ojiluna se quedó inmóvil y por último, sucumbió al llanto.

Taizo no tuvo el valor para decir nada, pues ella parecía inmersa en sus pensamientos, no obstante, a él le era muy difícil verla así y no poder ayudarla.

Hinata se limpiaba las mejillas, aunque no servía de nada, pues en segundos se volvían a mojar debido a las silenciosas lágrimas. Dentro de su ser aún podía cuestionarse, si lo que había visto fue parte de su imaginación, o si de verdad Indra no era lo que ella creía. Deseaba que sólo fuera parte de una pesadilla, pero de ser así ¿porque le dolía tanto el corazón? ¿Porque aún sentía miedo? Y sobre todo, la imagen del pobre hombre siendo asesinado mientras estaba indefenso ¿pero que clase de personas enfermas podían disfrutar presenciar algo tan movido? ¿Quien era Indra en realidad?

El poco maquillaje que usaba ya había desaparecido completamente de su rostro y su cabello era un desastre al igual que el bonito vestido y ni hablar de las finas zapatillas, mismas con las que corrió tal como si usara calzado deportivo.

¿Que iba hacer ahora? ¿Como pudo vivir con alguien que vive dos vidas? Mirando que en realidad no sabía nada de él, cabía la probabilidad de que ella no fuera la única mujer en su vida ¿quien sabe? Quizás él mantenía una familia oculta con hijos y hasta dos perros. Otra oleada de llanto la atacó al pensar en diferentes hipótesis y en no lograr llegar a ningún lado, porque para ella todo se destruyó, ya que simplemente lo que presenció no tenía ninguna explicación lógica que lograra aminorar un asesinato.

Y lo peor de todos los hechos era que sin importar que Indra fuera un asesino a sueldo, un infiel que tenía otra familia, un narcotraficante, o incluso un secuestrador, se había enamorado como loca de él.

Cuando sucedió lo de Sasuke, ella logró salir del abismo en parte por sus familiares y amigos, ellos siempre estuvieron al pendiente de cualquier cosa que pudiera necesitar, pero quien le fue regresando la alegría y le ayudó a sanar las heridas, fue Indra, él había sido su apoyo... ¿como se suponía que iba salir del dolor si era él a quien debía dejar de amar?

Mientras se volvía a limpiar el rostro, se percató que se acercaban a la mansión de Indra. En ese momento su cuerpo comenzó a temblar involuntariamente y su corazón amenazaba con salir de su caja torácica.

—Aquí no, aquí no... por favor no lleguemos aquí—Taizo se sorprendió al escucharla y se orilló frente a la mansión donde se hallaban dos de los guardias.

—¿Entonces a donde vamos?—el chico la veía y sentía ganas de bajar para darle un poco de consuelo. No se explicaba que pudo pasar dentro del sitio donde la citó Indra para que ella regresara así ¿Será que Indra estaba con otra mujer? Definitivamente, tenía que tratarse de algo así, pero al mismo tiempo, no podía tener plena certeza, puesto que él se veía muy enamorado de esa chica, incluso se atrevía a decir, que era la primera vez que lo veía así—Dime a donde te llevó y lo haré—ofreció al mismo tiempo que los guardias los veían sin entender lo que pasaba con la mujer del jefe y el nuevo chofer.

—A cualquier lado, pero aquí no... aún no estoy lista—le dijo entre sollozos.

—Está bien, pero trata de calmarte—sin saber que hacer,Taizo le envió un mensaje a Ashura donde le informó lo sucedido con Hinata y antes de recibir una respuesta, de nuevo el auto se puso en marcha.

—Ya se a donde quiero ir—anuncio la ojiluna con la voz quebrada. El varón asintió y se puso en marcha, él no conocía mucho sobre ella, por lo tanto, no tenía idea de los motivos por los cuales ella pidió ir a ese sitio, sobre todo, a esa hora de la noche.

En poco tiempo arribaron frente a la entrada principal del lugar que ella pidió y Taizo tragó saliva. El cementerio de la ciudad era aterrador a esa hora de la noche.

—¿Estas segura de querer entrar en esté lugar?—cuestionó mirando como la oscuridad dominaba gran parte del entorno.

—Completamente segura, no se preocupe por mí—él asintió y dejando de lado el miedo, se disponía a seguirla—Por favor Taizo, me gustaría entrar a solas—lo miró dudar y se apresuró aclarar sus motivos—en este lugar está enterrada mi familia y cuando siento la necesidad de hablar, vengó aquí para estar con ellos... solo así puedo tranquilizarme sabiéndolos cerca de mí—el amigo de Ashura, no tuvo otro remedio que aceptar y regresó al auto con la esperanza de que ella no se demorara por mucho tiempo, dado que no quería tener que enfrentar a un enfadado Indra, ese hombre podía ser aterrador y conociéndolo desde niño, ya sabía a que atenerse.

Se perdió tanto en sus pensamientos, que cuando sonó su celular, soltó un grito. No podían culparlo, a él no le tranquilizaba estar a oscuras en un cementerio.

Diga—respondió sin mirar quien lo llamaba.

—Taizo ¿que sucedió con Hinata y mi hermano?—afortunadamente se trataba de Ashura y no de su hermano mayor—He tratado de llamarlo a él, pero su teléfono parece estar apagado.

—La verdad, no se con certeza que sucedió, ella me pidió llevarla a una propiedad con rumbo al norte de la cuidad. El sitio estaba algo alejado—aclaró antes de ser interrumpido por el castaño.

—¿Que? ¿Porque te pidió ir a ese lugar?—el pánico en la voz del Otsutsuki, levantó las alertas en el chofer. Taizo sabía sobre la doble vida que llevaban los dos hermanos Otsutsuki, sin embargo, en ningún momento se le ocurrió asociar la actitud de la ojiperla con ese tipo de asuntos.

Hinata me dijo que alguien de parte de Indra le llamó pidiendo ir a su encuentro, incluso se puso mas bella para la supuesta cita y se veía muy contenta—aseguró Taizo echando un vistazo a la entrada del cementerio, por donde se fue la Hyuga.

Eso es imposible, él jamás hubiera citado a Hinata en esa propiedad, ella no sabe nada sobre nuestros negocios clandestinos y no se cómo lo tomaría si se llegara a enterar... o quizás ya lo hizo.

—Eso podría explicar su comportamiento, pues cuando estábamos justo frente a su hogar, se preocupó mucho y me rogó con desesperación que la sacara de ahí.

—¿¡Oh no puede ser! ¿Y a donde la llevaste? ¿Donde están en este momento?—preguntó Ashura mirando a su esposa acercándose a él. Kanna escuchó a su marido hablando con la voz llena de preocupación y al escuchar el nombre de Hinata, se acercó para saber lo que estaba pasando.

Si te lo digo no me creerías.

—Habla de una vez Taizo, me estás enloqueciendo—exigió el castaño.

Estamos en el cementerio—Kanna escuchó lo dicho por su amigo y se llevó la mano al pecho. Seguramente, Hinata estaba atravesando por un mal momento, de lo contrario, no iría a ese lugar en medio de la noche.

—¿Creó que ella ya lo sabe todo?—repuso Ashura cuando terminó la llamada.

—No es posible, pobre Hina—Kanna negó con la cabeza, pues para alguien tan inocente como esa joven, enterarse de algo así iba a ocasionar un gran dolor—Intenta llamar a Indra, él debe estar al tanto de lo que ella esta pasando en estos momentos—sugirió a su marido.

—Si, tienes razón, volveré a intentarlo, aunque no he tenido éxito—Ashura intentó de nueva cuenta contactar a su hermano y en ese momento la llamada si logró conectarse.

¿Que pasa Ashura?—el enfado que escuchó en la voz del mayor, le dejó claro que la situación no era favorable.

Eso mismo quiero saber yo ¿que sucedió entre Hinata y tú? Taizo me llama para decirme que no sabe como calmarla, ella no ha dejado de llorar y en este momento, se encuentran en el cementerio—el mayor se llevó la mano a la altura de la cabeza con la intención de deslizarla por su cabello con frustración ¿que estaba haciendo ella en el cementerio? Luego sonrió con amargura, claro que sabía lo que ella estaba haciendo en ese sitio y ese hecho, lo hizo sentirse como una escoria.

Estoy seguro que alguien nos tendió una trampa—afirmó Indra.

—¿Que quieres decir?

—Mi bella llegó justo en el momento en que le di muerte al bastardo que atentó contra tí... ¿Te das cuenta? Ella descubrió de la peor manera mi mas oscuro secreto—Ashura miró a Kanna y ella logró deducir que efectivamente, Hinata ya lo sabía todo—Temo que voy a perderla, incluso me preguntó que si pensaba asesinarla a ella también—el menor y su esposa continuaron escuchando lo que le contó Indra. El teléfono se hallaba en altavoz, por lo tanto, la fémina también podía escuchar y ser escuchada.

Lo mejor es ir a buscarla, ella no debe estar sola, Hina ya ha sufrido episodios severos de depresión, por lo tanto, debemos estar cerca—sugirió Kanna, no obstante, Indra ya se había puesto en marcha, ya que no pretendía quedarse de brazos cruzados mientras Hinata sufría a solas por sus acciones.

Yo estoy en camino, nos veremos allá—Indra finalizó la llamada y la pareja se apresuró alcanzarlo. Si las cosas ocurrieron como Indra las narró, lo mas seguro era que ella no quisiera tenerlo cerca, al menos por el momento.

—Espero que Hinata no se cierre al escuchar la verdad sobre nuestros negocios, Indra se escuchaba desesperado por la idea de perderla y por otro lado, yo ya la considero como parte de la familia, incluso quería que ellos fueran los padrinos de nuestro bebé—se lamentaba Kanna y su esposo estaba de acuerdo con ella, dado que Indra había cambiado mucho desde que la conoció y temía que al perderla, él no volviera a ser el mismo. Por otro lado estaba también la pobre chica ¿que iba ser de ella si se quedaba de nuevo con el corazón roto? Por donde quiera que lo mirara, las consecuencias de lo que descubrió podían ser desastrosas y lo que mas curiosidad le ocasionó fue ¿quien en su sano juicio pudría haber puesto a su hermano en evidencia?

—Tranquila, confiemos en que todo saldrá bien—luego de consolar a su esposa, volvió a pensar en la identidad de la persona que puso a su hermano en evidencia y sus pensamientos lo condujeron a los Uchiha, especialmente a Sasuke ¿el cuervo sería capaz? Se preguntó internamente y de inmediato negó. Sasuke no podía haberlo hecho, ya que si salía la verdad sobre Indra, era claro que también iba salir su propio pasado. Suspiro y otro Uchiha llegó a su mente, sin embargo, no para ser culpado, sino para pedirle ayuda sobre los posibles responsables... Madara Uchiha posiblemente les ayudaría a esclarecer las cosas para dar con el responsable.

...

Indra arribó primero y se encontró con Taizo recargado en el auto. Frunció el ceño con desaprobación por no estar con su mujer.

—¿Donde está ella?—preguntó acercarse a la entrada principal.

—Está adentro y aún no sale—se apresuró a responder ante la hostilidad del Otsutsuki.

—¿Y porque la dejaste entrar sola? Tu deberías estar con ella—reprochó molesto.

—Esa era mi intención, pero Hinata no me lo permitió, me ordenó de manera amable, que la dejara entrar a solas. Aseguró que estaría bien, ya que aquí se encuentra enterrada su familia y no tuve mas remedio que obedecer—Indra se quedó en silencio, ya imaginaba que su bella iba reaccionar así. Durante el tiempo que llevaban juntos, había aprendido a conocerla y sabía que ella optaba por aislarse cuando se sentía herida y su niña en ese momento, era como un animalito herido buscando ocultarse para sanarse a si mismo.

Ignorando a Taizo, se dispuso a ir en busca de su mujer, pero en ese instante apareció el auto de Ashura detenido su intento de entrar.

—Será mejor que aguardes aquí, yo iré a hablar con ella—sugirió Kanna, sin embargo, su marido no estuvo de acuerdo, ya que el lugar estaba prácticamente en penumbras y eso podía hacerle perder el equilibrio y caer accidentalmente, lo cual sería desastroso en su estado.

—Espera cariño...—el castaño colocó su mano sobre el pequeño hombro de la fémina—no es seguro para ti, mejor iré yo, ustedes quédense aquí hasta mi regreso—sin escuchar las protestas de su mujer, se perdió entre las múltiples lápidas siendo cada vez menos visible a la vista.

Pocos minutos de estar caminando, Ashura encontró lo que estaba buscando, las lápidas pertenecientes a la familia Hyuga, Se acercó lentamente y la escena lo conmovió por completo. La chica estaba sentada sobre el frío pasto, al mismo tiempo que se abrazaba con ambos brazos a la lápida de Hiashi. Seguramente, se le habían tapado los oídos de tanto llorar y gracias a eso, no se percató de su presencia hasta que ya estuvo frente a ella.

—¡Hinata!—de inmediato, la chica se removió asustada en busca de la voz que la había llamado—Necesitamos hablar—ella volvió a llorar luego de haberse limpiado el rostro. No estaba en sus planes ver a nadie, aunque sabía que era cuestión de tiempo para que alguien la encontrara. Se sentía perdida sin saber que hacer, incluso en su ingenuidad, ni siquiera quiso contarle a su padre sobre lo sucedido, por temor y por vergüenza. Seguramente su progenitor estaría muy decepcionado de ella, de lo buena que era para enamorarse de los hombres equivocados—Vamos, este no es lugar para que estes a esta hora—el llamado de Ashura, la sacó de sus pensamientos y sin pensarlo mucho, aceptó la mano que el castaño le ofreció para ponerse de pie.

—Yo... yo no quiero ser grosera con usted, pero en este momento, no creo que pueda concentrarme en una conversación—afirmó sabiendo que tampoco el día siguiente iba poder sentirse mejor, además, estaba segura que no lograría dormir durante el resto de la noche.

—Está bien, vamos... Kanna, Taizo y mi hermano están ahí afuera esperando por ti—la joven se paralizó por completo, dado que no estaba lista para enfrentarse a Indra y mucho menos para volver a su casa con él.

—No... aún no quiero verlo—el pánico en su voz preocupó mas al castaño—yo prefiero no verlo todavía... d-de todos modos, iré a casa de mi tío—tartamudeo debido a que estaba mintiendo, ya que no tenía la intención de ir a refugiarse en mansión Hyuga. No, ella no quería abrumarlos con sus problemas, de todos modos ¿que les diría sobre su renuencia a encontrarse con Indra?

—¡Tranquila!—Ashura le indicó que haría una llamada y que debía alejarse unos pasos. Pronto, ella comprendió que la llamada realizada era dirigida a Indra y su corazón latió mas apresuradamente. Se quedó en silencio observando el regreso del Otsutsuki—Te pido que vengas con Kanna y conmigo a nuestro hogar—la joven estaba lista para negarse, no obstante, el castaño no le dio tiempo—Sabes que tenemos una plática pendiente y dada la gravedad de este asunto, lo mejor es que nadie mas se involucre, me refiero a tu familia.

—Está bien, pero yo pensaba pasar unos días en mi casa, donde vivía con mi padre—en realidad, ella quería un poco de soledad para asimilar las cosas, aunque presentía que no iba lograr hacerlo.

—Mi hermano se ha ido y no es bueno para ti quedarte a solas, ademas, Kanna está muy preocupada por tu seguridad, ella estará mas tranquila si vienes con nosotros—aún con renuencia, la chica no logró negarse a la invitación, de todos modos, cualquier lugar era mejor que enfrentar a Indra, al menos, por un tiempo.

—¡Hina!—Kanna se lanzó contra el pequeño cuerpo de la Hyuga y sin demora, la estrechó en un tranquilizante abrazó. Había tenido una discusión con Indra, ya que él se negaba a marcharse, no obstante, al decirle que si no lo hacía, Hinata correría a refugiarse con los Hyuga y estando con ellos le sería mas difícil acceder a ella, Indra logró entrar en razón y se alejó, ya que no se iría hasta no saberla segura con su hermano.

—Taizo, puedes dirigirte a mi casa, Hinata vendrá con nosotros—informó Ashura a su amigo y él asintió siguiendo la orden.

Durante el trayecto, los tres permanecieron en silencio y cuando arribaron al hogar de la pareja, Kanna ordenó a una de las empleadas que preparara una habitación para Hinata—A pesar de las circunstancias, estoy feliz de tenerte aquí con nosotros Hina—la Otsutsuki la condujo a la habitación que ocupaba Indra cuando se quedaba con ellos—está es tu casa y puedes quedarte el tiempo que desees... ahora siéntete cómoda, iré por algo de ropa para dormir—la morena agradeció la hospitalidad de la pareja y después de recibir la ropa, se duchó para deshacerse del que había sido un bonito vestido, el cual ya se veía manchado y arrugado, todo un desastre, al igual que ella.

La cena se sirvió media hora después, sin embargo, la Hyuga no tenía hambre y se disculpo con la pareja argumentando que ya quería dormir y también avisar en su trabajo que estaba enferma. Luego de terminar de enviar el correo electrónico, se acostó sobre las suaves almohadas y quizás se debió al cansancio emocional, o también al agotamiento por el llanto, pero lo cierto fue, que apenas cerró sus orbes y el sueño la recibió.

La mañana siguiente, la ojiperla comenzó a removerse ya totalmente satisfecha de dormir. Sin ser consiente, sonrió estirando su brazo en busca de su acompañante y al no sentir nada, abrió los ojos encontrándose pérdida. Con el corazón acelerado se enderezó un poco y de pronto los recuerdos de la noche anterior llegaron a su memoria.

—Entonces no fue una pesadilla—se dijo antes de caer de nuevo sobre las almohadas. Ya no quería llorar, tampoco pretendía preocupar a nadie, debía pensar en sus siguientes pasos, pero lo haría sin perturbar la estabilidad de sus amigos y familiares.

—Lamentablemente, no lo fue mi bella—la piel de la ojiluna se erizó al escuchar esa voz  tan familiar y de inmediato movió su cabeza con el fin de localizarlo. Lo encontró sentado en uno de los dos sillones de cuero junto a una pequeña mesa de té. La joven se llevó la manó al pecho intentando reducir los desenfrenados latidos de su corazón—¿En verdad piensas que sería capaz de dañarte? Si tu respuesta es positiva yo...—el murmullo de la chica detuvo su ofrecimiento de marcharse e internamente lo agradeció, dado que no quería alejarse de ella—¿Temes que te asesine a sangre fría?—a simple vista, él continuo imperturbable, pero en realidad, se estaba debatiendo entre acercarse, maldecir su suerte, o romper todo a su paso.

—No...—fue la sincera respuesta que recibió y fue suficiente para tranquilizarlo.

—Se que no deseabas tenerme cerca, pero como único responsable de mis actos, no podía dejar que Ashura tomara mi responsabilidad al explicarte lo que presenciaste—el silencio predominó por unos segundos dentro de la habitación y el Otsutsuki comenzaba a preguntarse, si había sido buena idea ser él quien hablará con ella y no su hermano—El hombre que miraste ser asesinado por mí, fue el responsable de que casi pierda a mi único hermano. Él le tendió una trampa a Ashura y fue capturado junto a dos de sus guardias. Ellos fueron torturados salvajemente y de no ser por la intervención de unos amigos, a estas alturas Ashura estuviera muerto junto a uno de sus guardaespaldas, quien murió días mas tarde, cuando los tres fueron trasladados al hospital—el rostro de la joven se veía horrorizado—Kanna sufrió mucho durante el tiempo que su esposo estuvo entre la vida y la muerte y yo sentí que le había fallado, siendo el mayor de los dos, mi deber es velar por su bienestar, por lo tanto, desde entonces, estuve buscando a ese maldito—la joven se quedó mirándolo y sintió un peso sobre su pecho, él estaba vengando lo que le hicieron a su hermano, quizás ella hubiese hecho lo mismo por Hanabi, si ella todavía estuviera con vida.

—Pero ¿porque lo intentaron asesinar? Ashura es un buen hombre y su trabajo no acarrea enemigos—ella sabía que Indra podía ser el blanco de muchos delincuentes resentidos por enviarlos prisión ¿pero Ashura?

—Mi hermano tiene tantos enemigos como los tengo yo y todo es debido a lo que hacemos tras las fachadas de personas respetables—la Hyuga lo miró directamente deseando haber entendido mal.

—¿Que significa eso? N-no estoy entendiendo—Indra suspiró sabiendo que la probabilidad de perderla era inminente. Si ella estaba así con lo poco que escuchó, era evidente que jamás lo perdonaría cuando supiera el resto.

—Soy el jefe de una de las organizaciones criminales mas poderosas del país y Ashura es el segundo al mando—la joven se tapó la boca para contener el jadeo que salió de ella y muchas preguntas llegaron a su cerebro, no obstante, una de ellas era la que tomaba mas importancia ¿En que se había metido al enamorarse de ese hombre? Ahora parecía que no lo conocía y que estaba hablando con un extraño.

—¿Y que hay de tú ocupación? Eres un respetado juez, es algo irónico que ante el ojo publico seas un hombre respetable y al mismo tiempo eres capaz de...—ya no quiso añadir nada a los reproches, puesto que no conseguía entender su modo de pensar.

—Mi hermano y yo, ya ejercíamos en nuestras carreras para cuando tomamos el mando de la organización... esto no es algo que nosotros elegimos, Hinata, desde niños hemos visto cómo toda la familia Otsutsuki se dedicaba a lo mismo junto a sus socios mas importantes, mismos que manejaban el negocio hasta antes que yo tomara el liderazgo—confesó sintiéndose avergonzado por primera vez tras los cuestionamientos que ella le hizo.

—Socios ¿quienes?—pregunto sin pensarlo y sin saber que lograría ganar con saber eso.

—Lo siento, pero no me corresponde revelar esa información—Indra la veía llorando y se maldijo por ser el responsable. Ella ya había sufrido mucho y no era justo arrastrarla a su oscuridad, ahora entendía que no debió pensar que podía ser feliz, que conseguiría ser recompensado con su luz.

—Esto es, quiero decir... yo no—se puso de pie para caminar de un lado a otro y de nuevo se echó a llorar pensando en lo que debía hacer. La historia de Indra la conmovió, pero ¿que futuro podía tener al lado de alguien como él? Ahora entendía porque siempre había seguridad tras él y porque los tipos que se acercaron durante la cena con Ino, apenas lo vieron y se alejaron sin dudarlo... Claro ¿quien querría tener conflictos con un sicario? De inmediato se reprendió mentalmente por pensar así, ella no tenía derecho a juzgar los actos de nadie y mucho menos de él, a quien sin saber porqué, continuó admirando. El Otsutsuki ya no pudo soportarlo mas y se puso de pie acercándose a ella.

—Perdóname mi bella, perdóname por creer que mi amor sería suficiente para mantener este hermoso sueño, por pretender atraerte a mi oscuridad—Hinata se mordió el labio cuando él se hincó frente a ella, como muchas veces lo había hecho con el fin de provocarla antes de hacer el amor.

—¡Indra!—lo llamó queriendo que se pusiera de pie, no quería que le pidiera perdón así, eso la hizo sentirse abrumada y a la vez culpable.

—Tu fuiste lo único puro que ha llegado a mi vida y después de un gran debate interno, decidí jugarme el todo por el todo, decidí apostar por tenerte a mi lado, aún sabiendo que alguien como yo, no tenía derecho ni siquiera de mirar en tú dirección... ¿pero que se hace cuanto el amor te vuelve blando? ¿Como podía no amarte?—los siempre posesivos brazos de Indra, ahora temblaban mientras la mantenían abrazada y así permaneció durante unos minutos.

—Levántate por favor no hagas esto—ella de nuevo atrajo su atención queriendo que dejara de hablar así.

—¿Sabes?—finalmente el Otsutsuki se puso de pie y se limpió la humedad en su rostro, lo que le hizo a Hinata preguntarse, si él había llorado—Puedo soportar innumerables castigos, extenuantes entrenamientos y cosas que no vale la pena mencionar, pero ver tus hermosos ojos llenos de miedo hacia mí, es algo con lo que no puedo lidiar... no puedo y se que después llegarás a verme con odio, por lo tanto, prefiero alejarme de ti, te dejaré vivir en paz, alejada de mi oscuridad y la corrupción que me rodean—sin decir nada más, la tomó de ambas manos y las besó antes de girarse para dirigirse a la puerta de la habitación a la que entró en contra de Kanna.

Ella lo miró alejarse sintiendo que cada paso era como una puñalada sobre su pecho y sin saber si estaba haciendo lo correcto, o por otro lado, se estaba colocando la soga al cuello, corrió para acabar con la poca distancia que los separaba.

—No te vayas, no me dejes—Indra se paralizó al sentir que ella lo había abrazado desde la espalda y con sus frágiles manos, intentaba retenerlo.

—¡Mi bella!—la voz quebrada del varón, la hizo sentir mas culpable.

—No vuelvas a decir que no eres digno de estar conmigo y jamás vuelvas a querer dejarme ¿me escuchas?—el Otsutsuki se dio la vuelta para verla.

—Mi bella ¿estás diciendo que aún sabiendo la clase de personas que soy te quedarás conmigo?

—Independientemente de los motivos que te llevaron a vivir la vida que llevas, yo no tengo derecho a juzgarte y yo no se si esto es correcto o no, pero no quiero imaginar tenerte lejos amándote como te amo—Indra le limpió las lágrimas con ambos pulgares y le dio un beso en la frente ¿que demonios había hecho bien para ser recompensado con un ángel como ella?

—Te prometo que siempre cuidaré de ti, aún con mi propia vida—ella tembló al imaginar que alguien pudiera dañarlo y con las emociones a flor de piel, subió hasta quedar a horcajadas sobre su cintura para sentirse mas cerca y de pronto recordó algo más.

—Dime la verdad ¿hay mas cosas sobre ti que deba saber?—el Otsutsuki se sintió en las nubes cuando ella tomó la iniciativa de rodearlo con sus lindas piernas y sólo negó a su pregunta—¿Estás seguro que no tienes otra mujer con hijos y perros amaestrados esperando por tu llegada?—la fuerte carcajada de Indra, rompió los hipidos y sollozos que se habían apoderado de la habitación, al igual que del pasillo, donde la pareja que era dueña de la casa, escuchaba tras la puerta. Tanto Kanna, como Ashura, soltaron un suspiro de alivio y sabiendo que las cosas ya se habían arreglado, optaron por retirarse un poco antes de ser pillados y llamados chismosos—¿Te estás burlando de mi?—la Hyuga infló las mejillas con desaprobación mientras que él no dejaba de reírse.

—¿De donde sacaste ese disparate?—ella lo miró indicándole que luego de saber lo que ahora sabía, cualquier cosa podía ser probable—Te juró que no hay ni habrá nunca otra mujer con hijos y perros, tu eres la única con quien quiero formar una familia... quiero que si tengo la suerte de tener hijos, sea contigo y si tú me lo pides, tendremos dos o mas perros, gatos o cualquier mascota que te haga feliz, así como has logrado hacerme a mí—complacida con la respuesta, la ojiperla se dejó llevar a las sensaciones que su amado le hacía sentir. En ese momento, no quería desgastarse pensando en lo sucedido e intentaría pensar en él, como lo había estado haciendo hasta antes de conocer la verdad.

—Te amó—los apasionados besos del Otsutsuki pararon y se separó de ella dejando pegadas ambas frentes.

—Casémonos ahora mismo.

—¿Que...?—Hinata palideció ante la repentina propuesta.

—Se que no es como lo soñaste y mi intención ayer era hacer la propuesta de una manera muy especial como tu te lo mereces, sin embargo, en estas últimas horas estuve pensando que te perdería para siempre—ella lo entendió y sin dudarlo, asintió con la cabeza, después de todo, para Hinata la improvisada propuesta, tenía el mismo valor que una planeada con detalles y anticipación—Entonces llama a tu familia y diles que nos encuentren en dos horas en el registro civil... yo me encargaré de pedirle a un colega que se encargue de los trámites.

—Pero estoy en pijama, ademas no tengo a la manó mis documentos personales- recalcó la morena haciendo que Indra sonriera.

—¿Acaso tu enamorado no es un juez? De algo debe servir tener buenos colegas y respecto a tu pijama—la miró de arriba abajo—debemos darnos prisa, o llegaremos tarde a nuestro matrimonio—la ojiperla no sabía como había pasado de estar sumergida en la tristeza, a pasar a un apresurado matrimonio. Indra le pidió a Kanna encargarse del vestido y todo lo necesario para su prometida. Como era de esperarse, Kanna estuvo feliz de hacerlo y con ayuda de profesionales, terminó media hora antes de lo esperado, aunque el vestido de la joven era sencillo, ella lucía preciosa.

Los cuestionamientos de sus amigos y de ambos Hyuga, no se hicieron esperar, sin embargo, la ceremonia convirtió a la pareja en marido y mujer. Hizashi, Yume, Ashura y Kanna, fueron los testigos y debido a que era el mediodía del Lunes, fueron pocos los que pudieron asistir, pero eso no disminuyó la felicidad de la pareja, de igual manera, pronto realizarían la boda religiosa y quienes no los pudieron acompañar, lo harían mas adelante.

Los recién casados, dijeron que la repentina boda no tenía nada oculto y que fue algo repentino mientras desayunaban. Mirando la sonrisa, al igual que el sonrojo en el bello rostro de Hinata, los presentes les creyeron y aceptaron asistir a una comida en la mansión de los recién casados.

—¡Me has hecho el hombre mas feliz, mi bella!—Indra se recostó sobre las piernas de su ahora esposa, cuando se quedaron a solas.

—La boda fue muy linda—Hinata se encontraba recargada en la cabecera de la cama y con una mano se dedicó a acariciar el cabello de su esposo, mientras mantenía la otra en el aire, admirando el deslumbrante anillo de compromiso que Indra ya le había comprado, al lado del otro igual al de su amado, el anillo de matrimonio. Ambos se sentían muy felices, sin embargo, aún había algo que debían solucionar y los dos lo sabían.

—Mi bella... quiero que me cuentes todo lo que dijo la persona que te llamo anoche, los guardaespaldas se llevaron los registros de tu celular con un experto para rastrear el número telefónico—a pesar de parecer que había pasado mucho tiempo desde ese percance, los hechos seguían frescos y no podían dejar pasar mas tiempo.

—Esta bien—respondió ella plantándole un beso en la frente.

[...]

El Raikage entró en su salón de juegos y se encontró a Sakura bebiendo tranquilamente, mientras revisaba el celular.

—Es extraño verte tan tranquila—espetó el varón arqueando una ceja.

—¿Y porque no había de estarlo? Después de todo, mis planes fueron un éxito y vaya que disfrute mirando el espectáculo desde las sombras—ella había estado pendiente de los movimientos de la Hyuga y se sintió muy complacida cuando le informaron que Indra tuvo que irse sin ella.

—¿En serio? Entonces creo que estás atrasada de noticias.

—¿A que te refieres?—pregunto la Haruno con suspicacia.

—Esta mañana se llevó a cabo el matrimonio entre Indra y Hinata... Me parece que en vez de estropear su relación, terminaste dándoles el empuje que necesitaban para unirse en matrimonio—Sakura palideció y el agradable efecto del alcohol, desapareció por completo.

—¿Que has dicho?—inquirió poniéndose de pie.

—Lo que escuchaste y aunque la noticia no se dio a conocer en los medios, si se filtró entre nosotros... Te advertí que no tentaras al diablo, ahora él ya se está ocupando de buscar al responsable y no tardará mucho en dar con tu paradero, así que es mejor que te marches, no quiero verme involucrado en este lío—sin decir nada, Sakura guardó su celular y salió dejando al tipo a solas.

—¡Maldicion!—soltó la pelirosa cuando subió a su auto—¿Como pudo perdonarlo? Estupida Hyuga sin carácter—refunfuñó con odio.

Continuara.

Aquí esta el nuevo capítulo y si todo sale de acuerdo a lo,planeado, el siguiente es el último de esta historia, aunque tengo pensado escribir dos epílogos, el original con Indra y el alternativo, para quienes todavía querían Sasuhina, aunque no daré fecha para hacerlos, si los haré.

Me disculpo por la demora y por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encuentre y las iré corrigiendo. Para quienes siguen Cuando tú llegaste y Amar o ganar, esas serán las próximas actualizaciones, claro, si no se atraviesa Todo o nada, o La esposa del héroe 😊💕

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