Capitulo 27

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


Los días pasaron y finalmente llegó el día de la boda de Ino. Todos ya se hallaban reunidos en casa de Izuna dónde llevaría a cabo el festejo. Como lo habían anunciado anteriormente, en esa ocasión si asistieron los amigos de la novia, tales como Iruka, Kurenai con su familia, Kawaki, Sumire, Mitsuki, las compañeras de la novia que trabajan en el salón de belleza entre otros.

Sasuke llegó con sus hijos un poco mas tranquilos. La mayoría de los invitados evitó verlos con lástima, ya que sabían bien por lo que la familia estaba pasando, especialmente los dos niños. Chocho corrió hacia su amiga y le dio un reconfortante abrazo.

—Ya lo sabes ¿verdad?—Chocho asintió—Mi madre, la mujer a la que tanto admiraba—susurró conteniendo los sollozos—de nuevo me siento culpable por todo lo que hice, sobre todo cuando miré llorando a mi hermano y a mi padre—la Akimichi no se contuvo y también lloró con su mejor amiga.

—Nada de eso, los actos de tú madre no tienen nada que ver contigo ¿como podría ser tu culpa?—la joven sabía bien a lo que se refería Sarada, sin embargo, lo que hizo fue antes del regreso de Sakura.

—Me empeñe tanto en idealizarla y resulta que fue ella quien desapareció por su propia voluntad—el dolor que trasmitía su voz, rompió el corazón de Chocho.

Desde el otro lado del jardín, Sumire las miró y sintió mucha pena por Sarada. Ellos ya habían notado el cambio tan drástico que sufrió la Uchiha desde un tiempo atrás, no obstante, ahora se veía totalmente frágil y vulnerable.

—¿Que pasa?—cuestionó Kawaki, para luego seguir la dirección a donde veía su novia.

—Es Sarada, ella se ve muy triste y me gustaría ofrecerle mi apoyo, sin embargo, no creó que me quiera cerca—ella ya lo sabía, puesto que sus padres se lo contaron y cuando llegaron a la boda, le pidieron comprensión por alguien que sufría. Sus padres eran personas maravillosas, pues a pesar de los muchos conflictos que atravesó por culpa de Sarada, ellos le pidieron empatía. La chica era igual a sus padres, no en vano se habían acoplado a la perfección desde el día que la adoptaron.

—Es comprensible que te sientas así—el chico le dio un apretón de manos con cariño y ella sonrió—a decir verdad, también a mí me da pena ver lo mucho que ha cambiado, ya no queda nada de la chica caprichosa y malcriada que era cuando la conocimos.

—No debe ser fácil para ella saber la clase se mujer que es su madre. Estoy seguro que debe tratarse del karma por tratar tan mal a la señorita Hyuga—soltó Mitsuki sin mostrar remordimientos.

—¡Mitsuki!—le reprochó Sumire.

—Es triste que esté pasando por una situación como esa, pero Mitsuki tiene razón... ella trató muy mal a la señorita Hyuga y a mí me consta—Kawaki aún recordaba la bofetada que la ojiperla le dio al arrogante Uchiha, luego las lágrimas de esa amable mujer. Ella no dejó de sollozar durante el trayecto a su hogar y eso a él, le había dolido.

—Supongo que tienen razón—añadió Sumire mirando en dirección a la entrada, donde apareció precisamente Hinata con el apuesto juez—y lo bueno es que después de haber sufrido tanto, ella encontró a un hombre que sabe lo mucho que vale. Todos dicen que la trata como a una princesa.

—Ella lo merece—repuso Kawaki estando de acuerdo con su novia y también mirando a donde se encontraba la Hyuga con la familia Otsutsuki, ya que Ashura y Kanna llegaron junto a ellos, siendo rápidamente el centro de atención.

...

Neji, Karin, Yume y Hizashi, llegaron casi al mismo tiempo sin haberse puesto de acuerdo. Cerca de la entrada se encontraron con Hinata, quien unida a la pequeña familia de Indra, se hallaban saludando a Hashirama y a quienes estaban con él.

—Te vez preciosa ¿ya te lo dije?—Hinata sonrió y se giró para encarar a su amado.

—Si, me lo dijiste varias veces desde que salimos de tu casa—sonrió y pronto recuperó la cordura para irse a sentar en una de las mesas, dejando así, de ser el centro de atención.

—Nuestra casa mi bella, recuerda que tu eres mi Reina y puedes disponer de todo cuanto poseo—la morena sonrió con picardía, dejando desconcertado al Otsutsuki—¿Porque ríes así?

—¿También tú estás incluido entre todas las pertenencias de las que puedo disponer?—Indra la miró detenidamente y después se acercó hasta su oído.

—Por supuesto y espero ser la posición que mas disfrutes usando... de hecho ahora mismo puedes hacerlo—sonrió satisfecho al verla borrando la sonrisa para ser reemplazada por una mueca de asombro, sin olvidar el típico sonrojo que ya era parte de ella.

—M-mejor vamos a sentarnos—sugirió Hinata antes de desmayarse tras las insinuaciones de su amado.

Ambos se dirigieron a las mesas cercanas a donde se hallaban los amigos de Hinata. Fue el mismo Indra quien lo sugirió, ya que le gustaba verla contenta mientras hablaba con ellos.

Indra la conducía de la manó, pero antes de lograr sentarse, se encontró con los ojos negros de Taro. El chico buscaba la mirada de Hinata y aunque trató de ignorarlo, no lo consiguió. Se detuvo a unos pasos de él y en ese momento, Hinata se colocó a su lado sin entender porque se detuvo.

—¿Que pasa?—cuestionó ella.

—Creó que te buscan—había tanta tristeza en los ojos del pequeño Uchiha, que Indra estaba seguro de sus actos—¡Anda, ve y habla con él!—la ojiperla finalmente enfocó a Taro y sintió que su corazón dolía. El siempre alegre niño, parecía muy afligido.

—¿De verdad?—de nueva cuenta, su novio la volvía a sorprender.

—Claro, yo me quedaré aquí con tus amigos mientras regresas—la joven le dio un asentamiento  con la cabeza y se acercó a Taro.

—¡Hina...!—el niño prácticamente estaba al límite de lo que podía soportar, por lo tanto, apenas la miró llegando y buscó la manera de acercarse a ella. Sólo con Hinata podía ser él mismo sin temor a ser cuestionado, ella era la única persona que lo entendía y desde el momento que se enteraron de la verdad, le hubiese gustado estar a su lado para que lo consolara, a él y también a su padre, tal como los días en que sentían que ella les pertenecía. Lamentablemente, todos aquellos momentos tan felices, habían quedado muy atrás.

—Tranquilo cariño—lentamente, lo instó a que la siguiera a donde nadie pudiera verlos. La ojiperla sabía lo reservado que era Taro, por lo tanto, no quiso que por causa del dolor, perdiera su esencia—todo va salir bien, ademas, aún tienes a tu padre, a Sarada y por supuesto, a toda la familia Uchiha que te quiere tanto.

—¿Y a ti?—le pregunto con los ojos brillando a causa de las lágrimas contenidas.

—A mi siempre me tendrás, eso nunca lo olvides—le respondió de inmediato intuyendo lo importante que era para él, escuchar esa afirmación.

—Todo lo malo que nos ha sucedido, ha sido por ella... Su regreso hizo que tu ya no estuvieras con nosotros, también logró lo que nunca creí ver—el niño se limpió el rostro y sorbió por la nariz—mi padre se derrumbó con nosotros y lloró, lloró al igual que lo estoy haciendo yo—Hinata lo abrazó y lloró con él. Debía aclararle que ella no se separó de Sasuke por el regreso de Sakura, aunque si fue la gota que rebalsó el vaso, no obstante, la relación entre ambos ya estaba muy deteriorada y no iba poder resistir una sola grieta mas.

—Comprendo que te sientas enfadado con ella, pero debes recordar, que ella es la mujer que te dio la vida—trató de hacerle ver que independientemente de sus malas decisiones, ella siempre sería su madre—quizás sus decisiones no fueron correctas, pero sólo ella puede saber porque lo hizo. Lo importante es entender que ustedes no son responsables de lo sucedido y lo mas importante... recuerda que tienes a muchas personas que nos preocupamos por ti, por tu felicidad y nos sentiremos muy tristes viéndote sufrir—el niño la abrazó y recargó su cabeza en el cuello de la joven. Pronto se sintió mas reconfortado con el relajante aroma que ella siempre portaba, mismo que había extrañado desde que se alejó de sus vidas.

—Gracias Hina, estoy seguro que todo sería mas sencillo si tú estuvieras cerca de nosotros, al menos de mí, tal como lo estuviste antes—ella lo miró con ternura mientras le retiraba el oscuro cabello del pequeño rostro—pero seguramente el señor Otsutsuki, no te permitirá verme seguido.

—Te aseguró que Indra es un gran hombre y estoy segura que si le pido frecuentarnos a menudo, él no se opondrá—Indra era lo mejor que le había ocurrido y por lo tanto, estaba segura de él.

—¿De verdad?—los ojos de Taro se iluminaron ante la aprobación.

—Claro que si, incluso puedes pedirle a Itachi que te lleve, o con el permiso de tu padre, también Jugo podría llevarte a verme—quizás podían verse una o dos veces a la semana y si con ese poco tiempo, lograba ayudar a la tranquilidad del niño y a que volviera a ser como antes, lo haría con mucho gusto. En poco tiempo, el chico ya se veía mucho mejor y como todo un mini caballero, escoltó a la ojiperla hasta la mesa donde se hallaba Indra.

—¡Buenas noches señor Otsutsuki!—Indra se puso de pie apenas los vio acercándose. La escena le pareció tan cómica, no obstante, no mostró absolutamente nada de burla y cuando lo escuchó saludando, su diversión se convirtió en admiración.

—¡Buenas noches joven Uchiha!—Hinata también quería reírse, pero no sólo de la actitud de Taro, sino también del comportamiento de Indra—¿Le gustaría acompañarnos durante la cena?—el chico miró a la ojiperla en busca de una respuesta y ella asintió.

—Esta bien, pero puede tutearme y llamarme Taro—le pidió como si fuera un adulto y así mismo lo hizo sentir Indra, como alguien al mismo nivel de ellos, lo cuál le agradó mucho.

—En ese caso, también puedes llamarme Indra ¿de acuerdo?—Taro asintió y ambos hombres dejaron que la dama se sentara primero, luego lo hicieron ellos dos. Los tres compartieron un agradable momento. Indra quedó sorprendido con el comportamiento del niño y ahora entendía porque su bella estaba tan apegada a él. Ese jovencito, tenía todo el porte Uchiha de Sasuke y a pesar de también ser hijo de esa mujer, poseía la misma educación de Itachi. Era como un adulto, encerrado en el cuerpo de un niño... sin duda alguna, Taro sería todo un triunfador en el futuro.

Minutos mas tarde, el chico se despidió de ambos, estando mucho mas tranquilo, mientras las miradas de los Uchihas veían sorprendidos tal imagen, especialmente Sarada y Sasuke.

—Gracias por ser como eres—la ojiluna admiraba a su novio y la forma en que se comportó frente a Taro, la dejó sin palabras, incluso fue el mismo Indra quien extendió la invitación a visitarlos cuando lo deseara—Te amo tanto—el Otsutsuki amaba escuchar esa declaración de amor por parte de ella. Era evidente que Hinata ni siquiera se imaginaba el poder que tenía sobre él, puesto que ella se había convertido en el centro de su vida y a esas alturas, no sabría que hacer si la llegaba a perder.

—Eres tu, quien logra sacar la mejor versión de mí—le dio un casto beso en la frente, al mismo tiempo que inhalaba la fragancia del cabello femenino—te amo tanto mi bella—colocando la barbilla sobre la cabeza de Hinata, Indra se permitió soñar despierto, imaginando cómo serían sus hijos con ella. La interacción con el chico Uchiha, lo dejó mucho mas seguro de querer ser padre. Sasuke Uchiha era un hombre afortunado por ser el padre de ese chico... ese hecho, como también tener a la hija mayor, debería darle el impulso para salir del hoyo en el que esa mujer los dejó.

Desde su posición, Hinata divisó como Mito, Kushina y Mikoto, palpaban el vientre de Kanna. No sabía porque, pero en ese momento, su corazón latía irregularmente. Cerró los ojos e imaginó que  ella tenía el abultado vientre mientras Indra lo acariciaba y le hablaba de cerca. La hermosa imagen la hizo sonreír—¡Sería hermoso!—exclamó audible sin habérselo propuesto.

—¿Que sería hermoso mi bella?—la pregunta del Otsutsuki la regresó a la realidad y no pudo evitar sonrojarse. No quería decirle lo que había imaginado, ya que a pesar de haber dejado claro ese tema, no habían vuelto a hablar sobre eso.

—Oh, yo me refiero al bebé de Ashura y Kanna... imagino que será hermoso—Indra fingió creerle y también enfocó a su cuñada.

—Estoy seguro que serán mas lindos los nues...—Indra no alcanzó a completar lo que se había animado a decir, gracias a la interrupción de los novios.

—Hina, Indra, vengan con nosotros... es hora de las fotografías—animó Ino, la cual lucía preciosa con su rostro radiante de alegría y vistiendo ese bonito vestido de novia. Shisui se veía igual de feliz y al igual que su flamante esposa, también animó a la pareja a seguirlos.

—Será la mejor foto—soltó Naruto acercándose con Tenten. La primera fotografía sería de los novios con las amigas de Ino y sus parejas, por lo tanto, también se acercaron Karin y Neji—somos los mas atractivos de la fiesta—Hinata le sonrió al rubio, mientras que Tenten se ruborizó al ser consiente de como se convirtieron en el centro de atención, gracias a la fuerte voz del rubio.

—Estoy totalmente de acuerdo contigo—añadió Karin atrayendo al estoico Neji con ella, mismo que rodó los ojos ante las risas de su prima y sus amigas.

—Júntense mas por favor—todos atendieron el pedido del fotógrafo y pronto quedaron las bonitas memorias para recordar por siempre—Ahora las mujeres con la novia—el fotógrafo fue llamando a todos para continuar con todos los invitados.

Hinata se hizo a un lado junto al grupo de amigos dándole espacio a otras personas. Indra la había dejado con ellos para ir al baño, pero ella decidió caminar unos cuantos pasos por el jardín.

—Hinata ¿podemos hablar un momento?—de todas las personas que le pudieron haber hablado esa noche, definitivamente Sarada fue la última que estaba en la lista. La ojiperla no era una persona rencorosa, sin embargo, al mirar a esa chica frente a ella, todos los malos recuerdos llegaron a ella y pronto se puso en guardia. Aunque quisiera hacerlo, no lograba dejar de asociar a esa chica con el día que la engañó para ir a un restaurante donde se hallaba Sasuke con Karin, mientras su padre estaba muy enfermo en el hospital y ella no tenía suficiente dinero para costearse viajar en taxi.

—Mmm—la Hyuga estaba por negarse, pero la jovencita insistió.

—No será por mucho tiempo, vamos adentro—soltando el aire, la ojiperla la siguió y cuando finalmente estuvieron a solas en la sala de la mansión, Sarada no sabía por donde empezar.

—Yo...—la Uchiha se sintió confundida al ver la fría mirada de la exesposa de su padre. Esos ojos que en el pasado la veían con empatía, ahora sólo poseían frialdad—yo quiero pedir perdón por todo lo que te hice desde que te conocí—la ojiperla se mantuvo en silencio y sin mostrar ningún tipo de emociones.

—No te preocupes Sarada, ya todo está olvidado y si es todo lo que me querías decir, me disculpo, debo regresar al jardín—la chica se sorprendió, pues aunque sabía que Hinata no la iba a recibir con los brazos abiertos, tampoco imaginó verla tan apática.

—¡Espera...! Todavía no terminó con lo que debía decirte—la morena suspiró frustrada.

—Mira Sarada, si lo que quieres es tranquilizar tu consciencia, puedes estar tranquila, yo no te guardo ningún rencor y tampoco te he reprochado nada... No lo hice en el pasado, ni lo haré en el futuro, ademas, aunque halla aceptado tener esta conversación contigo por mera educación, es evidente que nosotras dos no tenemos absolutamente nada de que hablar—aclaró sin titubear y sin dejarse conmover por las lágrimas de la mas joven. Tiempo atrás, hubiera hecho hasta lo imposible por ayudarla a sentirse mejor, pero luego de verla engañando a Sasuke con sus falsas lágrimas, ya no le creía nada, ademas, para Hinata, la opinión perdida sobre una persona, lo estaba para siempre.

—Se que no me crees nada, pero te juró que estoy muy arrepentida de todo lo malo que hice para separarte de mi padre—Sarada hablaba dejando todo el orgullo a un lado, pero ni siquiera así, la Hyuga logró creerle.

—Dime algo Sarada ¿si tú madre hubiera cumplido con tus expectativas estarías aquí frente a mi? ¿Buscarías mi perdón si ellos fueran una pareja feliz?—la joven se quedó callada y miró hacia abajo avergonzada—Eso pensé—la ojiperla sonrió con melancolía. De tal palo, tal astilla—Es mejor dejar todo en el pasado justo donde debe estar, se lo dije a tu padre y ahora te lo pido a ti de favor... Para mi no fue fácil y a pesar de guardar bonitos recuerdos de lo vivido con Sasuke, los malos los superan. Me costó mucho salir del lugar donde me sumergí por cometer el error de enamorarme de un hombre que jamás me considero a su altura, un hombre que prefería creer ciegamente en las afirmaciones de su hija adolescente y no conforme con eso, se la pasaba comparándome con una mujer que yo no podía competir, un hombre que decidió que no tendría hijos conmigo porque para él, no habría mas hijos, que lo procreados con Sakura, la mujer perfecta—para ese momento, Hinata no logró contener las lágrimas de amargura causadas por los tristes recuerdos.

—Se que nos portamos muy mal contigo, sobre todo yo, pero desde el momento en que abrí el regalo que me diste en mi cumpleaños, algo dentro de mi, me dijo que estaba equivocada contigo. Yo me cegué, me empeñé en creerte una mala persona y no mire lo que veía Taro... Luego de leer el libro y la dedicatoria, supe que perdiste a tú madre y a tu hermana—la ojiperla se limpió las lágrimas—y hace poco, bueno, cuando mi madre regresó, tú perdiste a tu padre.

—No quiero tu lastima Sarada.

—No es lástima, es...—la Uchiha lloró mas recordando todo lo que le pasó a Hinata mientras ella no hacía mas que molestarla.

—Esta bien, yo acepto perdonarte, puesto que no guardo ningún rencor hacia ti, pero a partir de hoy, ya no habrá ningún tema a tratar entre nosotras. No te odió, no me odias y así será mas fácil actuar como lo hicimos antes, como simples desconocidas, pero ahora ya aclaramos todo, pasando a ser desconocidas sin rencores—Sarada bajo la cabeza con tristeza por la reacción de Hinata hacia ella.—Ahora si debo retirarme... con permiso—ninguna de las dos féminas fue consiente de la tercera persona que se dedicó a escuchar la conversación.

Sarada cayó en el sofá sintiéndose avergonzada, derrotada y de pronto los siempre cálidos brazos de su progenitor, la cobijaron en un sanador abrazo. La chica lloró por unos minutos hasta quedarse con hipidos y suspiros.

—La herimos tanto que ya ni siquiera parece la misma joven que llegó aquel día a solicitar ser la tutora de Taro... perdóname papá.

—Shhh, ya no llores cariño, yo fui mucho mas culpable que tu—Sasuke se había sentido como una basura cuando escuchó a Hinata hablando con tanto dolor sobre lo que sintió mientras estuvieron casados, sobre todo cuando dijo lo de no tener hijos con ella.

...

Indra miró en todas las direcciones en busca de su novia y cuando estuvo por ir adentro de la mansión, la miró caminando hacia él. Su emoción se esfumó apenas la encaró de cerca.

—¿Que te pasa mi bella? ¿Porque estuviste llorando?—el Otsutsuki apretó la mandíbula al pensar que alguien le hubiera hecho algo para que ella estuviera así.

—¿Nos podemos marchar? Me siento cansada—Indra asintió y después de unos minutos, se despidieron de todos, especialmente de los recién casados. Las amigas se despidieron entre lágrimas de emoción y quedaron de estar en contacto.

Durante el trayecto a casa del Otsutsuki, Hinata permaneció en silencio y cuando finalmente llegaron a la habitación de ambos, Indra la volvió a confrontar y no pensaba rendirse hasta no obtener respuestas.

—Me dirás ahora mismo quien te puso así, o regresaré a la boda para cuestionar a todos los invitados ¿me escuchas?—la tomó de los brazos con suavidad para atraer su atención.

—Hablé con Sarada, la hija mayor de Sasuke—confesó con tristeza, ya que ese encuentro la dejó muy frágil.

—¿Y que pasó? ¿Te hizo otro desplante?—el Otsutsuki estaba convencido de que iría a ver a Sasuke para que pusiera restricciones a los actos de su hija. No iba permitir que nadie le volviera a faltar al respeto a su mujer.

—No, incluso me pidió perdón por la manera en que se comportó conmigo—el varón se destensó al momento de escucharla.

—Pero eso es bueno ¿entonces porque lloras?

—Porqué... porqué a pesar de intuir que ella era sincera, no pude olvidar su proceder en mi contra ¿me entiendes? Ella no hubiera cambiado su opinión hacia mí, de no ser por las acciones de su madre—Indra frunció el ceño—Yo no le guardo ningún rencor, ni tampoco le deseo ningún mal, pero hubiese preferido que continuara como antes, que me odiara... Mi actitud con ella fue fría y eso me dolió mucho porque yo no soy así—confesó con dolor—pero a pesar de saber que es sólo una adolescente, no puedo separar sus actos, con los oscuros días anteriores a la muerte de mi padre...no puedo y siento culpa—la ojiluna se derrumbó en los brazos de su amado, quien estuvo dispuesto a estar a su lado como su apoyo incondicional.

—Mi bella... no hay nada de malo en sentir rencor ante los actos de algunas personas, eso no te hace ser mala ni mucho menos, ademas, estoy seguro que de haber estado mas tiempo con ella, hubieras terminado sintiendo pena y de nuevo surgiría esa ternura que te hace tan única y para muestra,basta ver el estado en el que te encuentras—era increíble que ella se sintiera una mala persona, sólo por no lograr olvidar lo mucho que esa joven interfirió en su matrimonio con Sasuke. Ella era tan auténtica e inocente, que incluso se sentía malvada por no olvidar fácilmente.

—¿De verdad lo crees?—eso era lo que ella necesitaba, la comprensión de ese hombre al que tanto amaba y admiraba—¿No piensas que me comporté muy soberbia? Quiero decir, quizás...—se quedó pensando por un momento y pronto recapacitó—No, pero aunque hubiera querido hacerlo, me es imposible fingir, incluso creó que me haría peor persona si finjo que todo está bien y que hasta podemos ser cercanas, ya que me sería prácticamente imposible—Hinata no era buena mintiendo, por lo tanto, no tenía casó aminorar la carga que la misma Sarada se echó encima. En la vida cada acto tiene consecuencias, a veces buenas y en otras malas, dependiendo de las formas de proceder. En el caso de Sarada, ella sola decidió juzgarla sin conocerla, empeñada en creer que quería ocupar el lugar dejado por su madre, sin saber que Hinata nunca quiso ser ella.

—Creó que eres la mujer mas auténtica y sincera que he conocido—Indra la abrazó y le dio un beso en la frente—incluso me pregunto a diario ¿que hice para tener la suerte de estar a tu lado? Estoy seguro que un poder divino interfirió para que te cruzaras en mi camino mi bella—la ojiluna se estremeció y disfrutó la cálida sensación que se extendía por todo su ser. Lo que había dicho Indra, fue lo mas lindo y significativo que alguien le hubiera podido decir.

La Hyuga lo miró de frente y sin saber de dónde tomo el valor, se animó a desprender los botones de la camisa masculina que portaba el Otsutsuki. Él se sorprendió, pero evitó mostrarlo frente a ella, ya que si lo hacía, iba terminar desanimándola y eso era lo último que deseaba en ese momento. Una vez que consiguió despojarlo de la camisa y el saco, continuó con el cinturón, no obstante, Indra no iba quedarse de brazos cruzados y le ayudó a desvestirse. Su intención era saber hasta donde estaba dispuesta a llegar y lo comprobó, al verla sonrojada pero al mismo tiempo determinada a deshacerse de sus propias prendas.

La imagen iba quedar grabada en el cerebro del Otsutsuki por siempre. Hinata lo sedujo por completo mientras quedaba totalmente desnuda frente a él. Indra se arrodilló y la abrazó. Su cabeza quedaba en los senos de su amada y ahí se mantuvo por unos momentos para escuchar los acelerados latidos de su corazón.

—¡Indra...!—lo nombró acariciandole el cabello—Te amo tanto—volvió a decirlo para disfrutar de lo que causaba en él, cada vez que lo hacía.

—Esta noche voy a demostrarte lo mucho que yo te amo a ti mi bella—Hinata jadeo cuando Indra se puso de pie mostrando toda su anatomía, la cual sobrepasaba por mucho la de ella. Los gemidos femeninos resonaron en la habitación durante mucho tiempo y en ese momento, ella se hallaba a horcajadas en el regazo masculino. La chica subía y bajaba sobre la hombría del Otsutsuki, mientras él le ayudaba con sus fuertes manos, puesto que la boca se mantuvo sobre los sensibles pezones de la joven.

Indra procuró terminar dentro de ella todas las veces que le fue posible y ella no se resistió, lo cual le daba ánimos, pensando que tal vez ella también quería embarazarse de él. El día anterior, había ido a comprar el anillo con el que le pediría matrimonio y había planeado hacerlo esa misma noche. Quería que fuera una sorpresa y ya le había dicho que la llevaría a cenar fuera. Le confesó que le tenia una sorpresa y sólo esperaba que ella lo aceptara.

...

La mañana siguiente, ambos se sobresaltaron por el repentino llamado al celular de Indra. Él le dio un beso a su amada y la miró volver a cerrar los ojos.

Se levantó para ver quien lo llamó y al ver el número, se sorprendió. Observó a la ojiperla en la cama y optó por entrar al baño para no molestarla.

Hinata abrió los ojos cuando escuchó la puerta del baño. Suspiro y decidió ir a buscar un vaso de agua. Se vistió con la camisa de Indra y cuando pasó por el baño, alcanzó a escuchar la voz de su novio afirmando que esa misma noche estaría ahí y también preguntando, si todo estaba listo para la llegada del invitado especial. No entendió nada y tampoco le provocó hurgar en su privacidad, así que continuó hasta llegar a la cocina.

Al poco tiempo terminó y regresó a la habitación encontrándose con Indra, quien ya se estaba vistiendo. Le pareció extraño, dado que era Domingo y no tenía que ir a la corte, no obstante, prefirió no cuestionarlo, sobre todo, al verle la extraña expresión que nunca antes había mirado en él.

Indra tenía la mente en un caos, había esperado mucho tiempo para encontrarse nuevamente con esa persona y finalmente la espera había terminado. Estaba tan eufórico, que no fue consiente de las perladas orbes siguiendo todos y cada uno de sus movimientos.

—¿Piensas salir?—no fue hasta ese momento en que Indra la miró y su expresión cambió de inmediato.

—Tengo algo muy importante que hacer mi bella—le tomó el rostro con ternura y al verla, estuvo tentado a dejar todo atrás para quedarse a su lado—No regresaré hasta mañana...lo siento mucho, se que teníamos planes para esta noche, pero te prometo recompensarte.

—Esta bien, no te preocupes yo aprovecharé para ir a casa de mi tío—ella le regaló su dulce sonrisa.

—Me parece bien, ademas ya llegó el chofer que contraté para que se ocupé de llevarte a donde tú quieras—ella pensaba replicar diciendo que no era necesario, pero él la detuvo—es sólo mientras aprendes a conducir mi bella, ademas, así me sentiré mas tranquilo y él necesita del trabajo. Fueron Kanna y Ashura quienes me lo recomendaron, Taizo es amigo de mi hermano desde pequeño y debido a la enfermedad de su madre, casi perdió todos sus ahorros—le explicó que el amigo de Ashura tenía poco tiempo de haber llegado a la ciudad luego de la muerte de su madre—¿crees que puedas darme ese gusto?—ella no pudo negarse y asintió, después de todo, no iba a negarse a una petición de Kanna y de Ashura, ademas, también ayudaría a esa persona, tal como sus amigos la ayudaron a ella cuando mas los necesitó.

...
Hinata pasó la mañana limpiando la mansión y cuando miró el reloj, ya eran las cuatro de la tarde, así que se fue a dar una ducha y se arregló. Estaba  por salir para ir a casa de su tío, cuando su celular sonó apareciendo un número desconocido.

Diga—respondió con curiosidad.

¿Es la señorita Hinata Hyuga?—cuestionó una voz masculina y ella respondió que si—La llamó de parte de su novio, el señor Indra Otsutsuki... él me pidió avisarle que esta noche la espera para darle una sorpresa.

—Pero él no me dijo nada esta mañana—la chica no estaba comprendiendo.

La verdad no creo que le dijera si se trata de una sorpresa ¿Tiene con que anotar? Le daré la dirección y usted decide si quiere ir a verlo, o prefiere dejarlo plantado—Hinata anotó los datos—Una cosa mas señorita, como es algo solo para usted, cuando llegue al lugar, sólo dígale a los guardias que él ya la espera para su cita—ella sonrió pensando que Indra había planeado todo para pasar una noche romántica, tal como lo había dicho antes.

La llamada concluyó y ella volvió a su habitación para elegir otro atuendo mas acorde con la ocasión. La cita era a las ocho y para cuando terminó de colocarse el bonito vestido rojo con las sandalias de correas y altos tacones, la hora daba las siete. El tiempo justo, pensó al salir y encontrarse con el nuevo chofer de nombre Taizo.

—Permítame señorita—el hombre de cabellera en dos colores, sonrió con amabilidad antes de abrirle la puerta—Indra me dijo que cuando se sienta lista quiere aprender a conducir, yo con gusto le puedo ayudar.

—Gracias Taizo, pero hábleme de tú, no me siento cómoda siendo tratada con formalidad, ademas, se que es amigo de Ashura y Kanna—aunque el hombre trató de negarse, ella fue inflexible. Cómo Taizo no conocía bien la cuidad, optaron por poner el navegador del auto para acceder al lugar de la cita y durante el trayecto, él se dedicó a contarle como fue su niñez al lado de los hermanos Otsutsuki.

[...]

—Neji... necesito hablar contigo—Yume se encogió en su posición al ver la reacción estoica del muchacho ante el pedido de Hizashi—¿podrías sentarte por un momento?—el chico asintió y tomo asiento en el sofá frente a la pareja.

—Bien, soy todo oídos—Neji iba llegando del hospital y ya intuía el motivo por el cual su padre quería hablar con él.

—En realidad, quería que tu prima también estuviera presente, puesto que ella es muy cercana a Yume, pero debido a una cita de última hora, no nos podrá acompañar y ya no quisimos esperar hasta mañana para hablar contigo—Yume se sintió reconfortada al sentir el ligero apretón en la mano del Hyuga mayor. Hizashi intentaba darle tranquilidad.

—Supongo entonces que se trata de algo muy importante—el menor se mantuvo sin mostrar emociones en su perfecto rostro.

—Así es... Te pedi hablar para comunicarte que le he pedido a Yume ser mi esposa, pero ella no aceptaría, hasta saber si tu estas de acuerdo—el mayor no entendió la forma de pensar que tenía Yume, no obstante, la respeto haciendo lo que ella le pidió.

—¡Vaya!—la exclamación de Neji, dejó a Yume muy asustada creyendo que el muchacho se iba a negar—Me siento alagado por ser tomado en cuenta y en cuanto a su decisión, pueden estar tranquilos, me da mucho gusto saber que se han enamorado y debo estar agradecido con usted Yume—la maencionada lo miró a los exóticos ojos tan similares a los de su pareja como a los de Hinata—le ha traído felicidad a mi padre y si él es feliz, también yo lo soy—Yume derramó lágrimas de felicidad y le hizo una reverencia al muchacho.

—Gracias Neji, eres un gran hombre.

—Ahora seremos familia, así que nada de formalidades conmigo—Yume se sorprendió al recibir el abrazo del menor y en segundos correspondió—Mi prima tenía razón, es usted una gran mujer—Hizashi sonrió sintiéndose mas tranquilo y quitándose un gran peso de encima.

Yume suspiró recordando lo mucho que amó a Hiashi, el padre de Hinata. Era sólo un amor unilateral, ya que él nunca lo supo y tampoco hubiera sido ético de su parte confesarlo, debido a su posición de ser la enfermera, pero con la llegada de Hizashi, su corazón adolorido había vuelto a reaccionar. Poco a poco, el hermano del hombre que amó, también se fue enamorando de ella y ya no había obstáculos para estar juntos.

[...]

Sakura entró en el hospital donde había estado laborando y como una respetada médica, nadie le cuestionó su presencia, puesto que tampoco había renunciado a su puesto. Sin embargo, ella no estaba ahí para sanar a los pacientes, no, por supuesto que no. Sakura tenía un solo propósito y pronto llegó hasta su objetivo... los archivos de los pacientes que estuvieron hospitalizados ahí.

Con toda la experiencia que tenía, buscó por orden alfabético hasta que obtuvo el que estaba buscando, Hiashi Hyuga. Sonrió complacida al mismo tiempo que ojeaba el récord médico, como también la información adjunta, incluyendo los números telefónicos de los familiares, en este caso, sólo un familiar... Hinata Hyuga.

Dejando todo como lo encontró, regresó el archivo en el cajón, no sin antes fotografiar la hoja con la información personal de la insípida chica.

Salió al estacionamiento sin llamar la atención de nadie y una vez dentro del auto, comprobó que los informes que pidió sobre los próximos movimientos del juez habían llegado y al ver que si, volvió a sonreír.

Los días anteriores, se ocupó de armar un plan para atraer al Otsutsuki al lugar donde se guardaban las entregas y arreglaban cuentas. Sabía muy bien que él no se metía en supervisar las cargas, puesto que era Ashura quien lo hacía, pero también era concierte de la forma de proceder que identificaba al jefe. Él se encargaba personalmente de quienes lo traicionaban y valiéndose de su poder e inteligencia, logró atrapar a uno de los hombres que en el pasado, atentó contra la vida de Ashura. El hermano mayor no lo iba a pensar dos veces para ir a cobrar cuentas y por mas que sus hombres se encargaran de mantener las autoridades al margen, no sería la ley, de quien debían cuidarse.

...

Una vez que Indra mordió el anzuelo, se encargó de pagarle a un desconocido para que llamara al número que obtuvo de los archivos. Escribió todo lo que debía decir y como la tonta que era, la Hyuga se lo creyó todo.

—Pagaras muy caro por haberte metido donde no debías Otsutsuki—lo dijo en voz alta, mientras veía salir el auto donde viajaba Hinata.

[...]

—Que lugar tan apartado eligió Indra para tener una cita—Hinata estuvo de acuerdo con el varón, pero a esas alturas, los nervios ante lo que haría su amado para sorprenderla le impidieron pensar en algo mas.

—Creó que es ahí—el auto de detuvo frente a un gran portón de metal y antes de poder reaccionar, un grupo de hombres vestidos de negro rodearon el vehículo.

—Esta es propiedad privada, nadie puede acceder sin permiso, así que márchense—Taizo trago saliva con dificultad, sobre todo, al enfocar las armas que portaban.

—Soy Hinata Hyuga, la novia de Indra, él me citó aquí—ella no se dejó intimidar y habló con plena seguridad—Nuestra cita es a las ocho en punto y sólo faltan cinco minutos... no quiero que se moleste si no llego.

—¿Él la citó aquí?—preguntó uno de ellos sin poder creerlo—Señorita me parece que usted entendió mal—otro de los hombres se acercó y le dio un codazo al que hablaba. Él conocía a la Hyuga y sabía lo mucho que su jefe la amaba.

—No hay error, si gusta, puede llamarlo para que lo comprueben—mirando la seguridad de la joven y sabiendo las consecuencias de no acatar una orden de su jefe, los guardias le permitieron la entrada, sin embargo, le pidieron a Taizo, esperar afuera sin salir del auto.

—Siga derecho hasta la casa... el señor se encuentra en las edificaciones que se encuentran en el jardín de atrás—Hinata sonrió con amabilidad, mientras que el guardia seguía sin entender porqué su jefe citó a esa chica precisamente esa noche.

La ojiperla se acercó tal como se lo indicaron y cuando fue rodeando la enorme casa, escuchó ruidos que la pusieron en alerta. Se detuvo con la sensación de no querer avanzar, incluso pensó en regresar y llamarlo desde el auto, sin embargo, escuchó la furiosa voz de su novio y ya no pensó en nada.

Avanzó tan rápido como los finos tacones se lo permitieron y después de ver a la persona que buscaba, prefirió haberse caído para no tener que ser testigo de algo que sólo miró en las series policiacas. Indra, su Indra, el hombre que creía perfecto, acababa de asesinar a otra persona y lo hizo a sangre fría.

El sonido de la bala, disfrazó el jadeo que salió desde su pecho. Se llevó las manos a la boca para silenciar los sollozos y retrocedió aterrada. Indra no estaba solo, había mas personas ahí y nadie hizo nada para ayudar a ese pobre hombre que yacía atado con hematomas en su rostro y ahora también con una bala entre las cejas. Eso fue una ejecución y seguramente si se enteraban que ella fue testigo, también correría la misma suerte.

Sin querer permanecer en ese sitio, continuó retrocediendo y como iba de espaldas, cayó al salirse de la banqueta. Al darse cuenta que gritó se volvió a tapar la boca, pero ya era tarde. Las oscuras orbes de Indra la veían fijamente y sus acompañantes ya la tenían rodeada apuntándole con sus armas.

—Parece que tenemos a una espía—soltó uno de los tipos. Ella no les prestó atención, ni siquiera sintió temor, ya que su corazón estaba a punto de estallar ante la oscura realidad.

—Aléjense de ella—la orden del Otsutsuki sonó mas como amenaza y pareció funcionar, ya que rápidamente se alejaron un poco—Mi bella ¿que estás haciendo aquí?—el se acercó para ayudarla a levantarse, pero la ojiperla retrocedió y pronto se puso de pie por ella misma tratando de alejarse.

—No te acerques... no lo hagas por favor—Indra sintió una dolorosa punzada al darse cuenta que ella mostraba miedo y era causado por él—d-debo irme—su rostro estaba bañando en lágrimas.

—Espera mi bella, no puedo dejar que te marches así, primero necesito...—ella lo interrumpió presa del miedo.

—¿Piensas asesinarme también a mí?—el Otsutsuki sintió múltiples puñaladas en el pecho ¿como podía pensar que él le haría algún daño? No, él jamás la dañaría. No necesitaba indagar para estar seguro que ella no le diría nada a nadie, sin embargo, esa era la última de sus preocupaciones.

—Yo nunca te dañaría, yo te amo—ella estaba tan consternada que no miro los ojos tristes del varón—Vamos... te llevaré a casa y hablaremos—de nuevo la joven retrocedió.

—S-si de verdad me a-amas, déjame ir, necesito tiempo para pensar—ante la súplica y el dolor de su mujer, Indra no se pudo negar. La miró alejarse y cuando el auto se fue, soltó un grito lleno de odio, al mismo tiempo que destruyó todo a su alrededor. Los guardias y los socios presentes guardaron silencio. Era muy raro ver que Indra perdiera la cordura y lo mejor era no provocarlo.

—Llamen al equipo de limpieza—ordenó cuando ya estaba un poco mas tranquilo—juró que daré con el responsable de esto y cuando lo haga...—camino a la salida para escuchar el relato de los guardias. Ellos no la hubieran dejado entrar, a menos que tuvieran un motivo muy válido.


Continuara.

Me disculpo por la demora de esta y de las otras historias, como también de las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin verlas, en cuanto las encuentre, las iré corrigiendo. En cuanto a la historia, ya sólo le restan de uno a dos capítulos y la siguiente en ser actualizada, será El cordero, ya que también esta por terminar y quiero poder concluirla😊💕

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