Capitulo 23
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Sarada veía el extraño comportamiento de su madre y aunque había tratado de entenderla, simplemente no lo consiguió. Ella parecía mas pendiente de su celular que de ella y su hermano. Por otro lado, su progenitor se mantuvo mas cercano a ellos, incluso los miembros de la familia Uchiha los comenzaron a visitar luego del accidente de Taro. Por supuesto, cuando su madre no se encontraba presente.
Tenía días dándole vueltas a un solo pensamiento y no encontraba la manera de poder desahogarse sin decepcionar mas a su padre. Quería confesarle todo lo que hizo en contra de Hinata, pero al mismo tiempo temía que si sus padres tenían alguna probabilidad de arreglar sus conflictos, se vieran truncados por su culpa. Estaba de nuevo en un círculo del que no sabía como salir. Por un lado, quizás su padre podía regresar con Hinata y volvería a ser el hombre alegre que fue desde que la conoció, pero por otro lado, tal vez obtendría el despreció de ambos progenitores pues él la odiaría por sus actos y su madre la odiaría por ser la causante del divorcio.
Lo único realmente cierto, era que se encontraba en una encrucijada y la conclusión se veía día a día con tristeza... Nadie en esa familia era feliz y de todos, su progenitor fue quien mas afectado se veía.
Su tío le dijo que no debía preocuparse y que dejará todo en sus manos, al menos lo del asunto de la infelicidad de su madre, pero ¿y que hacía mientras tanto con su conciencia? ¿Cómo manejar el sentimiento de culpa que llevaba dentro? Tanto era su pesar que mientras intentaba dormir, sujetaba el libro sobre su pecho sin dejar de llorar al recordar las perladas orbes entristecidas cuando lo lanzó el regalo sin siquiera ver lo que era. Esa mujer sólo se dedicó a darles lo mejor de sí y ella lo arruinó saboteando el matrimonio, el cual a fin de cuentas, de todos modos hubiera terminado sin tener que intervenir. Total, ahora que veía las cosas de diferente manera, no dejaba de preguntarse ¿que ganaba con separar a su padre de esa chica? Aún si su madre nunca hubiese regresado ¿cuál era su móvil para querer ver al hombre que mas amaba como lo veía desde que ella se fue? Que tardé comprendió lo importante que fue ella en sus vidas, especialmente en la de los dos hombres de la casa.
Las lágrimas bañaban sus mejillas y así había sido desde que descubrió la infidelidad, como el regalo que le dio Hinata. A menudo se imaginaba que seguramente así lloraba la ojiperla cuando ocasionaba problemas, incluso cuando escuchó a su padre diciendo que ya no pensaba tener mas hijos. Esa noche disfrutó del sufrimiento en ella y con dolor llegaba a la conclusión de no ser una buena persona ¿como pretendía quedarse con Kawaki? Si él admiraba a las personas de buen corazón, tal como lo eran Hinata y Sumire. Estuvo tan equivocada, molesta con su padre, sus tíos, abuelos, prácticamente con todos por haber perdido a su madre y ni siquiera estaba muerta.
—¡Sarada!—la joven levantó el rostro y miró a su única amiga. La única que a pesar de ser una horrible persona, se quedó a su lado aceptando sus defectos y aconsejándola para ser una mejor versión—¿Que te pasa? ¿Porque lloras?—Chocho se acercó y la Uchiha se levantó para abrazarla dejando salir un poco del dolor que llevaba por dentro—Sabía que debía darme prisa cuando Taro me llamó para decirme que algo te pasaba—la Uchiha reaccionó a lo dicho.
—¿Mi hermano te llamo? ¿De verdad?—la chica asintió—Pobre Taro, seguramente debo estar portándome como si yo fuera menor que él, cuando debería ser al revés—la joven siguió llorando mientras su amiga la consolaba.
—Tu sabes que puedes confiar en mí y a pesar de lo que hagas, nunca te dejaré de lado ¿porque no me cuentas que es lo que te tiene así? Quiero decir, llevas un tiempo de estar muy triste. Al principio creía que era por Kawaki, luego por tu padre, pero francamente estoy segura que se trata de algo mas delicado, de lo contrario no estarías en ese estado que incluso Taro lo notó—la azabache miró a Chocho y sabía que tenía razón, ella nunca se había alejado y la carga que llevaba dentro era muy pesada para sostenerla sola. Tal vez podía contarle un poco de sus problemas a su amiga y de ese modo, podía tener una opinión diferente sobre si debía decirle a su padre lo que hizo, o mejor se lo callaba para siempre.
—Ya no puedo con mi consciencia... quiero confesarle a papá todo lo que hice para arruinar su matrimonio con Hinata, pero tengo miedo que me odie cuando lo sepa—la chica de nuevo se echó a llorar.
—Tu padre nunca podría odiarte, no pienses eso... tal vez se decepcione un poco por caerle de sorpresa, pero estoy segura que al final terminará agradecido por tu sinceridad y ni hablar de cómo te sentirás tu después de quitarte esa culpa de encima—Chocho nunca estuvo de acuerdo con el proceder de Sarada en contra de Hinata, puesto que la chica era de buen corazón, sin embargo, su amiga nunca la aceptó, ni cuando aún no era ni novia, ni esposa se Sasuke. Afortunadamente ya había comprendido que estaba en un error y estaba dispuesta a repararlo. Quizás Sasuke iba terminar mas molesto consigo mismo por nunca dudar de Sarada, que de ella por mentirle.
—¿Entonces tú crees que debo decirle la verdad de todo lo que hice?—la azabache ya sabía lo que tenía que hacer, sin embargo, necesitaba escuchar a su amiga para tomar mas valor.
—Por supuesto que si, ahora que tomaste esa determinación, no te arrepientas, siempre será mejor ver la molestia de tu padre por un rato, que sentirte culpable cuando te crea incapaz de realizar malas acciones. De todos modos, él nunca se molesta contigo ni con tu hermano, ya que el jodidamente sexy de Sasuke es un excelente padre.
—¿Es en serio Chocho?—las lágrimas de Sarada fueron reemplazadas por la molestia que le causaba escuchar hablar así de su progenitor, aunque ella misma lo sabía, dado que tanto su padre, como la mayoría de los varones Uchiha causaban revuelo en las féminas y para muestra bastaba ver como veían a su tío Itachi. Él siempre causaba la admiración en donde quiera que iba, incluso en mujeres mayores a él, como fue el caso de la que ganó una cena y era incluso mayor que su abuela Mikoto. Por lo tanto, aún cuando se negaba a verlo, lo mismo ocurría con su progenitor, aunque ellos se mostraran indiferentes, las féminas parecían quedar hipnotizadas por ellos, incluso su tío Madara con la edad que tenía, levantaba suspiros. Las risas de Chocho la sacaron de sus pensamientos.
—No te molestes... ya sabía que te haría reaccionar con mencionar tu punto débil—y no mentía, ya que Sarada siempre se molestaba cuando escuchaba a cualquier chica hablando así de Sasuke.
—¡Muy graciosa!—la azabache cruzó los brazos y pronto también ella sonrió al entender el propósito de su amiga.
—Entonces ¿cuando piensas hablar con tu padre?—la joven quería que lo hiciera lo mas pronto posible, de ese modo, tendría menos probabilidad de arrepentirse—Él está en su despacho, lo saludé antes de subir aquí—añadió la Akimichi deslizando la envoltura de una barra de chocolate. Ofreció otra a Sarada y como en pocas ocasiones, la Uchiha la imitó y juntas los comieron.
—Eak, esto es demasiado dulce ¿no entiendo como puedes comer todo este azúcar sin ser diabética.
—Lo dices cuando ya lo terminaste—de nuevo la risa nerviosa de Sarada se escuchó en la habitación, luego se puso de pie componiendo su aspecto. Todo lo que estaba haciendo le sirvió para dar el siguiente paso.
—Aprovechando que mamá no ha regresado y Taro está en su recámara, iré ahora mismo... deséame suerte—Chocho asintió y ambas bajaron las escaleras. La Akimichi se despidió y le pidió llamarla cuando terminara, mientras que la Uchiha suspiró antes de tocar la puerta.
...
Sasuke revisaba los informes de la empresa desde su computadora personal. Tenía algunos pendientes atrasados debido al pequeño accidente de Taro y prefirió hacerlos desde su hogar. De pronto sus pensamientos lo llevaron a Sakura ¿donde se había metido esos días? ¿Porque le estaba mintiendo? Habían pasado un par de días desde el insistente y desde entonces, evitaban verse, no obstante, él no era tonto y sabía que algo estaba ocultando.
Todo era tan distinto a los felices días que vivió con Hinata, ella se preocupaba mas por Taro de lo que lo hacía su propia madre. Ahora mas que nunca estuvo seguro de haber hecho todo equivocado, nunca debió elegir a Sakura. Se encargó de ir tras un falso recuerdo, dejando ir el verdadero amor y lo peor era que lamentarse por sus errores, no borraba el daño que le hizo Hinata.
Se perdió en el mundo de los recuerdos en el que a menudo se perdía con la añoranza de lo que una vez tuvo y ya no podía tener. Si pudiera regresar el tiempo, hubiera preferido nunca conocerla, de ese modo no tendría que seguir imaginándola en brazos de Indra.
—¿Puedo pasar? Estuve tocando la puerta pero no respondiste—el varón se sorprendió cuando su hija lo llamó. No había escuchado la puerta debido a lo sumergido que se hallaba.
—No te escuché cariño—la joven lo miró y de nuevo sintió la culpa—¿en que puedo ayudarte?—cerro la computadora para prestar atención a la chica y en seguida se percató de las lágrimas a punto de resbalar por sus mejillas. Sin demora se levantó de la silla y rodeó el escritorio para ir hacia ella—¿Que pasa? ¿Porque lloras?
—Yo no se como comenzar con lo que tengo que decir—la preocupación aumento en el azabache al escucharla—Tu siempre has sido un buen padre, aún cuando yo me he portado muy mal desde que creímos muerta a mamá.
—Esta bien, eso es parte del pasado, es lógico que cada persona reaccione de diferentes maneras, a veces no es la correcta, pero lo importante es superar el dolor y continuar con lo que nos queda—Sarada se sintió peor por la comprensión que le mostró su papá.
—No, tu no entiendes, yo fui la culpable de tu separación con Hinata... Ella se marchó desde antes del regreso de mamá y fue porque las discusiones entre ustedes llegaron al punto de ya no respetarse como sucedió aquella tarde cuando perdió la paciencia y se marchó—Sasuke recordaba muy bien esa tarde, ya que sus acusaciones la orillaron a levantarle la mano y acto seguido, se marchó diciendo que debían separarse, luego todo se fue saliendo de control.
—Eso no fue tu culpa, lo sucedido entre ella y yo, fue responsabilidad nuestra. Yo por no saber manejar los problemas entre ustedes y ella por comportarse de manera infantil.
—No papá, déjame terminar, te aseguro que no pensarás lo mismo luego de escucharme—el azabache aceptó dejarla continuar sin interrupción, ya que su hija se veía muy desesperada por decirle algo—Todo lo que te dije sobre ella fue mentira, yo quería separarlos y me propuse hacer lo que fuera por lograrlo. Ella nunca dañó mi ropa, tampoco robaba mis cosas, ni se quejaba de las fotografías de mamá... aún cuando yo me encargaba de provocarla para que me hiciera algo, ella nunca lo hizo, incluso la cité con engaños utilizando a Taro, para que te encontrara la misma tardé que te mandé a la cena con Karin—Sarada no escatimó en revelar todo cuanto hizo durante el corto periodo del matrimonio, mientras que Sasuke se quedó atónito sin lograr pronunciar palabras. Los recuerdos de como la acusaba de molestar a su hija comportándose como una niña, le llegaron uno a uno como una lluvia de agujas penetrandole la piel.
—¿Que estás diciendo? Esto tiene que ser falso, tu me aseguraste que ella...—al ver el arrepentimiento en los ojos de su hija supo que no le estaba mintiendo y su consternación aumentó al darse cuenta que en las ocasiones en las que acusó a Hinata, ni siquiera se tomó el tiempo de evaluar sus orbes, de haberlo hecho, posiblemente hubiera visto que mentía, pero al ser su hija, no dudó de su veracidad y se encargó de no creerle a quien si le decía la verdad, incluso las últimas veces que las perladas orbes se veían cansadas, frustradas y heridas por su negación a creerle.
—Estoy muy arrepentida y tardé me di cuenta que ella en verdad te amaba—Sasuke cerró los ojos y sintió como si le oprimieran el pecho. Era cierto, ella lo amaba tanto, que incluso soportó desde antes de casarse con él.
—¿Porque nunca me dijo nada? ¿Porque no mencionó la cena con Karin?—se preguntó mas para sí mismo, más que para su hija.
—Supongo que intentaba no ponerte en mi contra, cómo sucede con las madrastras malvada que aparecen en televisión—respondió pensando en lo irónico, puesto que ese es el temor que experimentan los niños que pierden a uno de sus padres, sin embargo, en el caso de ellas, fue Hinata quien terminó siendo el blanco de la ira de su hijastra, quien no descansó hasta que no la miró perder por primera vez la voluntad, el día que abofeteó a su padre—Papá de verdad siento mucho haber arruinado tu relación con ella, se que Taro también resultó lastimado por mi proceder y es por eso que ya no podía seguir callando—Sasuke encaró a su hija y a pesar de estar muy molesto con ella como con él mismo, no pudo negarse a darle un abrazo. No iba ganar nada con negarse a perdonarla, después de todo, no todo fue culpa de Sarada, él era el adulto, la persona responsable de verificar los hechos antes de juzgar y no lo hizo.
—Lo que hiciste estuvo mal, tu sabes que siempre trate de inculcarles a ser personas de bien—la joven asintió aferrandose a su padre—sin embargo, somos humanos y como tal, cometemos errores como ha sido tu caso.
—¿Entonces me perdonarás papá?—preguntó con miedo al momento de alejarse un poco y así poder mirar los orbes del mayor.
—No soy yo a quien tienes que pedirle perdón, o con quien debes disculparte, pero si lo quieres, lo tienes—Sarada entendió lo que dijo su padre y se estremeció. Él la perdonó porque era su padre y aunque no se lo merecía, la quería por sobre todas las cosas, pero ella... Hinata no era su pariente, nunca se llevaron bien, en ningún momento se preocupó por sus sentimientos cuando se portaba como una malcriada, por ende, no tenía ningún motivo para disculparla y darle tranquilidad a su conciencia. Hinata estaba en todo su derecho de tratarla de la misma forma que ella lo hizo.
El azabache nunca hubiera puesto a su hija en una situación como esa, pero ella obró mal y debía ser responsable por sus actos. Si de verdad quería sentirse tranquila, no iba poder hacerlo, hasta no reconocer sus culpas frente a ella y lamentablemente, no sólo Sarada tenía que aliviar su culpa, puesto que quien mas la dañó fue él y por lo tanto, debía verla para explicarle, eso era lo menos que podía hacer después de tratarla como lo hizo.
[...]
—Siento llegar tarde, pero me quede un poco mas en el tribunal—Indra arribó al bar con restaurante donde quedó de verse con Madara, pero no estaba solo, ya que Ashura, e Itachi también se hallaban en el espacio privado, donde nadie podría escuchar la conversación. No tenía idea de que quería hablar el Uchiha, pues lo único en lo que había pensado desde que tuvo a Hinata en sus brazos, era volver a tenerla. Aceptó reunirse con los varones y ella se reuniría con sus amigas, luego de terminar, acordó llamarla para ir a recogerla. Madara hizo una seña a la mesera y pronto le trajeron algo de beber. La seriedad en el rostro de los dos azabaches le dejó claro que el asunto a tratar era de suma importancia.
—No te preocupes, nosotros también acabamos de llegar—los tres varones apreciaron que el Otsutsuki mayor se veía mas relajado y su hermano sonrió con picardía al intuir la razón.
—En ese caso, soy todo oídos ¿cómo puedo ayudarte?—Madara habló primero con Ashura y esté le sugirió no perder el tiempo, así que contacto directamente a Indra, dado que él tenía mucho mas alcance al momento de indagar.
—Es un asunto muy serio e involucra directamente a la esposa de Sasuke—Indra permaneció en silencio sin adelantarse a ningún hecho—Sabemos que está manteniendo un romance clandestino con Darui y dadas las circunstancias, creemos que lo de su supuesto secuestro fue sólo una cortina de humo para cubrir lo que en realidad hizo—en ese momento Indra sintió que la información lo incomodaba, sin embargo, su deber era ayudar en lo que le pidieran, dado que esa teoría él y su hermano ya se la habían planeado.
—Justamente fue lo que pensaste cuando regresó ¿lo recuerdas?—los Uchihas escucharon a Ashura y dirigieron su atención hacia Indra.
—A decir verdad, me pareció muy poco probable que la secuestraran a ella, ya que Sasuke tiene muchos años alejado del negocio y no se hizo de enemigos de índole internacional como fue tu caso, o el nuestro—le dijo a Madara quien asintió—Piénsenlo, el enemigo que mas odiaba a Sasuke en sus inicios fue el Raikage y por lo tanto apenas se caso con Hinata milagrosamente apareció la esposa que creyó muerta, antes quizás pude dudarlo, pero conociendo la identidad del hombre que es su amante, es fácil llegar a una conclusión... esa mujer estuvo con Darui todos estos años y el Raikage lo sabía—concluyó con plena seguridad.
—Es exactamente lo que queremos probar frente a Sasuke, es por ese motivo que solicitamos tu ayuda—agregó Itachi sin dejar de evaluar al Otsutsuki. Ashura se quedó en silencio a la espera de la respuesta, pues si se mostraban las pruebas ante el cuervo, no dudaría en divorciarse de esa mujer y por lo tanto, quedaría libre amenazando su relación con Hinata, no obstante, su hermano siempre fue muy objetivo y no acostumbraba mezclar su vida personal, con la laboral.
—Cuenten con todo mi apoyo para cualquier cosa que necesiten—los tres varones lanzaron el aire que mantuvieron contenido, mientras que Indra sólo pensó en las consecuencias que le podía traer a su relación con su bella.
—Te lo agradecemos, sabía que podía confiar en ti—Indra asintió al agradecimiento de ambos azabaches—Bien, como yo tengo mucho tiempo alejado del negocio, no tengo los mismos contactos que tienes tu, por lo tanto, nuestra intención es demostrar que ella fingió ser secuestrada y salió del país con una identidad falsa—entre los dos Uchiha le explicaron lo que querían y él les aseguró que esa misma tarde se contactaría con sus amigos infiltrados en los puertos y los aeropuertos para buscar información de cinco años atrás. Itachi le proporcionó las fotografías de su cuñada con su amante y con eso, le resultaría mas sencillo enviarlas a sus infiltrados.
—Demostrar que salió del país por su propia voluntad, será fácil, lo que demorará un poco, es saber el lugar exacto en el que estuvo durante esos cinco años, pero les garantizo que lo voy a obtener con todo para que no quede ninguna duda—ellos quedaron complacidos con la determinación del Otsutsuki y se relajaron pidiendo algo de cenar.
Indra trató de no pensar demasiado en el hecho de que pronto Sasuke quedaría libre. Hinata le dijo que no volvería con él, aún cuando ellos todavía no estaban juntos, entonces debía confiar en ella. Maldita inseguridad, gritó mentalmente. Continuó con la cena mientras escuchaba la conversación entre Ashura y Madara, luego dirigió sus orbes hasta una de las mesas del primer piso. Era ella, era Hinata con sus amigas. Sin ser consiente, se quedó mirando. Ellas parecían muy divertidas con la conversación, pero algo le molestó y sin querer apretó los puños.
—¿Que pasa Indra? ¿A quien estás mirando?—Ashura siguió su mirada y no tardó en encontrar lo que logró distraer a su hermano—Es tu novia con sus amigas—los Uchiha se miraron entre sí y fue Madara quien no dudó en aclarar sus dudas.
—¿Hinata ya es tu novia?
—Si, ella me aceptó recientemente—respondió conteniendo la molestia por los tipos que coqueteaban con las cuatro chicas.
—Indra va tan rápido, que incluso ya habló con Hizashi y con Neji para pedir aprobación—Indra hizo una nota mental sobre poner pegamento en la pasta dental de su hermano, quizás así mantenía la boca cerrada.
—De verdad, me alegro mucho de saber que ella esta contigo y logró dejar todo el sufrimiento en el pasado—a Itachi le dolía su hermano, sin embargo, le tomó mucho cariño a Hinata, por lo tanto, al saberla con Indra le dejaba claro que finalmente decidió darse otra oportunidad para volver amar.
—Digo lo mismo que Itachi, te felicito por tomarte esta relación en serio, Hinata es una buena chica y merece ser feliz—Indra les agradeció y se sintió un poco mas tranquilo en cuanto a Sasuke, no obstante, los tipos de la mesa cercana a Hinata y sus amigas, ya habían comenzado a enviarles bebidas.
[...]
Ino recibió la propuesta de matrimonio acompañada de un deslumbrante anillo de compromiso. A diferencia de lo que pensó cuando compró el vestido que usaría, su novio no la llevó a un restaurante, sino que la llevó a un yate donde se hallaba una mesa dispuesta para ellos dos. La rubia quedó fascinada y todo fue mejor cuando Shisui le hizo la propuesta bajo la tenue luz de las velas y de la luna reflejada en el agua del mar. La tripulación los atendió y se encargó de prepararles todos y cada uno de los detalles dispuestos por el mismo chico.
Luego de aceptar el anillo brindaron y juntos pasaron a la habitación principal del yate donde Ino creyó estar dentro de un cuento de hadas. Su prometido se esforzó hasta en el más mínimo detalle y ella sintió que se enamoraba mas de él.
Esa noche ella se entregó a él hasta altas horas de la madrugada, luego de acordar casarse en un mes, ya que coincidía con un viaje del Uchiha. El chico debía salir del país durante un mes, para capacitar a los trabajadores en la sucursal de Corea y no se pensaba ir sin su amada, así que a ninguno de los dos les afectó planear una boda sencilla, después de todo, las personas importantes en sus vidas estarían con ellos y eso les parecía suficiente.
El mas feliz y al mismo tiempo sorprendido fue Izuna, quien al igual que sus hermanos, aseguró que ellos mismos les ayudaría con los preparativos de la fiesta y aunque la pareja prefería algo con la familia y amigos cercanos, con ellos bastaba para que la ceremonia se hiciera mas grande.
Rin llamó a Kaana y le pidió preparar los vestidos de novia mas recientes para que Ino fuera a realizarse las pruebas y todo lo hicieron prácticamente el mismo día que Shisui se los comunicó, de modo que la Yamanaka aún no se los contaba a sus amigas.
—Ya Ino... cuéntanos—le pidió Tenten. La rubia llamó a Hinata, a Karin y a Tenten para reunirse en un bar. Según ella para celebrar luego de contarles lo rápido que se casaría, después de todo, esa iba ser de las últimas salidas estando soltera y sabiendo que bebería, su prometido pasaría por ella mas tarde.
—Es evidente que le dieron el anillo—añadió Karin al verle la mano sosteniendo la copa de margaritas que tenían las cuatro.
—Bien... Shisui y yo, nos comprometimos ayer y la boda es para dentro de un mes—Hinata y Tenten se atragantaron con la bebida, mientras que Karin sonrió palmeando la espalda de ambas.
—¿No me digas que estás embarazada?—logró preguntar la castaña una vez que dejo de toser.
—No siempre se trata de eso, ya vez como sucedió la boda de Hina—la ojiperla sonrió al notar que Ino se arrepintió del comentario, luego de recibir las miradas de reproche provenientes de Tenten y Karin, sin embargo, ya no la afectó como le afectó en el pasado.
—Ino tiene razón, yo me case muy rápido por motivos que no tuvieron nada que ver con un embarazo y estoy segura que tú tampoco lo estás, entonces mejor cuéntanos cual es el motivo.
—Shisui se ira del país y debe permanecer fuera alrededor de un mes, asi que quiere llevarme con él, ademas, ninguno de los dos estamos interesados en hacer una boda con cientos de personas a quienes ni siquiera conocemos—las tres chicas la entendieron y la felicitaron—Ahora déjenme contarles la manera al nivel cuento de hadas que me lo pidió y sobre todo, donde fue que terminamos haciendo el amor hasta el amanecer—esta vez fue Karin, quien lanzó lo que bebía al notar a unos caballeros cerca de ellas y por lo tanto, escucharon todo. Ellos no dejaban de verlas, pero sus amigas aún no lo notaban.
—¿Estás bien Karin?—Hinata se preocupó, no obstante, Ino continuó narrando la maravillosa escapada que se había dado con su futuro esposo. La ojiperla ya les había contado sobre su noche con Indra y ellas la felicitaron por atreverse a dar ese paso dejándolo atrás el doloroso capítulo de Sasuke. Ella no había visto a Indra luego de lo sucedido y francamente, se estaba comportando como una adolescente, ya que sentía mariposas en el estómago y el nerviosismo no la abandonaba. No tenía idea de como iba comportarse frente a él, dado que había momentos en los que aún no creía que lo sucedido fuera real, sin embargo, no tenía más que cerrar los ojos para sentir su piel vibrando donde la había besado. Quedaron de verse luego de terminar con sus amigas, pues también él le comentó que tenía un compromiso, aunque no le dijo de que se trataba.
—Mañana ire a las pruebas para mi vestido y quiero que me acompañen, serán en la boutique de Kaana a las seis de la tarde—las tres estuvieron de acuerdo. Hablaron de todo, incluyendo el orfanato y en ese momento llegó el mesero con una bandeja conteniendo exóticas copas con el líquido en varios colores
—Disculpa, pero nosotras no pedimos esto—se apresuró aclarar Ino, mientras el chico continuó poniendo cada copa frente a ellas.
—Se las envían los caballeros de allá—las cuatro voltearon y los apuestos hombres levantaron sus copas sonriendo hacia ellas.
—Pues que ni crean que por mandar esto, nos mojaremos las bragas por ellos—soltó Karin acomodándose las gafas. La ojiperla se ruborizó al igual que el pobre mesero, quien se fue a toda prisa y apenas lo hizo, todas comenzaron a reír
—Que dicen ¿los acepamos?—inquirió Tenten atrayendo las miradas de las tres féminas—Me refiero a los tragos—las cuatro miraron hacia los cinco caballeros y ellos de nuevo sonrieron con la clara intención de ir hasta ellas.
—Creó que es mejor no hacerlo—sugirió Hinata—luego pueden pensar que estamos interesadas.
—Tranquila, después de todo, son tragos gratis y la verdad ellos no están nada mal—añadió Ino, recibiendo la incrédula mirada de la Hyuga—¡Hina! Tómalo con calma, sólo bromeó, Shisui es capaz de asesinarme si me ve coqueteando con otro hombre.
—No puede ser, ellos vienen para acá—murmuro Tenten, agachándole para que sólo ellas la pudieran escuchar. Hinata se tensó, ahora que estaba con Indra, no quería esa clase de atención. Definitivamente fue mala idea ir a ese tipo de lugares.
—¡Buenas noches señoritas!—la voz de uno de ellos se escuchó justo atrás de la ojiperla, de hecho, demasiado cerca para su tranquilidad y pronto los otros las rodeaban—¿Nos podemos unir a ustedes?
—Lo sentimos mucho, pero nuestras parejas están por llegar—aclaró Tenten de manera amable.
—¿En serio? Porque no parece que esperen a nadie mas y en todo caso, podemos hacerles compañía mientras ellos llegan.
—Las damas ya dieron su respuesta—Hinata sintió que sus piernas se aflojaron a pesar de estar sentada, al escuchar la autoritaria voz de Indra. El tono se escuchaba muy distinto al que le dedicaba a ella, era como la primera vez que lo conoció y él hablaba con otra persona en su celular—y me parece de muy mala educación segur insistiendo—el corpulento Otsutsuki se colocó muy cerca de la ojiperla, quien tembló ante la molestia que percibió en la voz y lo que era mas desconcertante, fue la abrupta forma en que los hombres se retiraron sin decir ni una sola palabra.
—¡Indra!—lo nombró Hinata al verlo aún con la hostilidad en sus orbes. Pronto su semblante cambió por completo y toda su atención se centró en ella—¿cómo supiste dónde encontrarme? Todavía no enviaba la dirección—él le sonrió mientras saludó a cada una de sus amigas y ellas le agradecieron por llegar a tiempo antes de comenzar una riña con los tipos.
—No lo sabía, yo me reuní aquí con ellos—apuntó con la cabeza y las cuatro jóvenes enfocaron a los dos Uchiha y también a Ashura. Los saludaron con un asentamiento de cabeza y ellos correspondieron—¿Necesitas mas tiempo con tus amigas?—la ojiperla encaró a Ino en busca de una respuesta.
—Shisui no debe tardar en llegar y de todos modos nos veremos mañana, así que no te preocupes y ve con él ¿de acuerdo?—la ojiperla se despidió de las tres y se fue del brazo del Otsutsuki.
Subieron al auto siendo seguidos por los guardias de Indra. Él condujo a su hogar sin preguntarle si quería ir, aunque desde que salieron, no dijeron nada. La ojiluna pensó que estaba molesto por el incidente y pensaba explicar cualquier duda en cuanto llegaran, sin embargo, al momento que le abrió la puerta para que ella bajara, la abrazó contra su pecho de manera muy tierna y al mismo tiempo posesiva, dejándola confundida, ya que él estaba lejos de estar enfadado. A esa hora ya había anochecido y a él no parecía afectarle puesto que por largos minutos la tuvo presa de sus brazos al mismo tiempo que su barbilla descansaba sobre su cabeza.
Lentamente el agarre fue cediendo y la joven se liberó para encararlo, necesitaba saber que pasaba. Ambas orbes de color tan diferente se encontraron y ella hizo a un lado la pregunta concentrándose en la perfección de su rostro. Se paró de puntitas y con mucho esfuerzo, lo besó en los labios. El beso fue corto y aún con sus brazos rodeándole el cuello lo siguió mirando desde su altura—Tenía muchas ganas de verte—instantáneamente los ojos masculinos cobraron un brillo diferente, al mismo tiempo las comisuras de los labios se levantaron un poco hacia arriba como si hubiera querido sonreír igual que lo hizo ella.
Hinata ya no tuvo tiempo de decir nada, dado que Indra se fue sobre ella capturando sus labios y la incitó a rodearle la cintura con las piernas. Si la ojiperla no hubiera estado tan inmersa en las sensaciones que sentía, se habría desmayado al ver a los guardias entretenidos con la candente escena. La pareja entró en la mansión y sin hacer parada en ninguna parte, se adentraron en la habitación de Indra.
El varón la colocó sobre la cama justo sobre las almohadas y pronto la cabeza del Otsutsuki descansaba sobre el regazo de la chica, al mismo tiempo que los brazos la abrazaban, mientras que ella le acariciaba el cuero cabelludo. Estuvieron así por unos minutos, mismos que ambos disfrutaron.
—Contaba las horas para estar contigo mi bella—los movimientos de masaje sobre el cuero cabelludo se detuvieron por un momento y se permitió sonreír—mi casa siempre sola, se siente cálida con tu presencia. La mayor parte del tiempo no hay nadie con quien hablar, ni quien me reciba al llegar... quizás deberíamos considerar la posibilidad de venir a vivir conmigo—antes de recibir una respuesta, se levantó de las piernas de la chica y se acercó a besarla al mismo tiempo que la iba acostando para colocarse sobre ella. Hinata jadeo al sentirlo besando su cuello.
La sugerencia de Indra la tomó desprevenida, ya que no se la esperaba. Ellos apenas comenzaban su relación y era muy pronto para dar un paso tan importante como vivir juntos ¿que pasa si no funciona? ¿Y si después él se arrepiente de tenerla en su casa? Por otro lado, se sintió muy aprensiva al pensar en la soledad que debía experimentar en esa enorme casa habitada sólo por él. De pronto sintió el frío sobre su cuerpo y en ese momento volvió a la realidad al mirarse sin el vestido.
—¡Indra!—lo nombró mientras intentaba desprenderle los botones de la camisa azul de vestir. Incorporándose un poco, él mismo se deshizo del resto de su ropa con todo y los bóxers. La ojiperla miró la prominente hombría del Otsutsuki e involuntariamente se mordió el labio, acto que no pasó desapercibido por el varón y armándose de valor se levantó de la cama haciendo que fuera él quien se recostará.
Indra creyó que ella lo montaría y le gustó la idea aunque todavía no terminaba de prepararla, sin embargo, ella dejó de besarlo en la boca y lentamente fue bajando por el cuello hasta quedar justo donde quería. El varón contuvo la respiración al ver sus intenciones—No tienes que hacerlo—en respuesta, ella le sonrió sin dejar de verlo. Se humedeció los labios, al mismo tiempo que tomó el pene con su mano derecha, la cual movía de arriba hacia abajo. El ronco jadeo masculino la llenó de satisfacción y después de mover su dedo sobre la punta de la venosa carne, la beso y lentamente abrió la boca introduciendo todo lo que pudo.
Con los movimientos de su cabeza, el cabello le caía por los lados, interfiriendo con lo que hacía y pronto Indra comenzó a tomarlo entre sus manos, al mismo tiempo que marcó el ritmo. Él jadeaba cerrando los ojos disfrutando de lo que ella le estaba haciendo, no sólo por el acto, sino por quien se lo estaba brindando.
Hinata trataba de empujar mas adentro, pero conforme lo iba haciendo, aguantó varias arcadas. Indra la miró con el rostro ruborizado, el flequillo pegado sobre su frente y algunas lágrimas en las mejillas. Para él, ella era hermosa en cualquier situación, sobre todo al no perder el contacto visual. Supo que no podía contenerse por mas tiempo y trató de apartarla, sin embargo, ella se negó hasta que el viscoso y tibio líquido fue derramado en su cavidad bucal. Sin saber mucho lo que debía hacer, se apresuró a tragar intentando no sentir ningún sabor, de lo contrario las arcadas volverían.
—¡Ven aquí!—Indra quedó exhausto pero no lo suficiente para no acurrucarla junto a él por un par de minutos en los que le limpió el rostro con un pañuelo que tomó del cajón cercano a su cama—Eso fue increíble y pienso compensarte de la misma forma—le dijo cerca del oído causando escalofríos en la chica. Pronto el Otsutsuki palpó los labios mayores y sonrió al introducir sus dedos sintiendo la humedad entre los pliegues vaginales. Los gemidos femeninos no se hicieron esperar y acto seguido la tenía con las piernas sobre sus fornidos hombros sin dejar de mencionar su nombre una y otra vez, mientras la lengua se encargaba de continuar enloqueciéndola.
Todo razonamiento terminaba perdido cuando estaba a punto de llegar al climax. Indra se levantó limpiándose la boca con el dorso de la mano y se acercó a su oído—Te quiero en cuatro mi bella—moría por tenerla así y de muchas otras maneras, no en vano pasó gran parte del día pensando en ella y en las muchas maneras en que podía complacerla.
Se quedó unos momentos mirándola ya que le dio una vista privilegiada. La tomó de las caderas y la penetro de una sola embestida. La habitación se llenó del sonido de ambos cuerpos chocando, ademas de jadeos y gemidos emitidos por ambos. Indra la sostenía del cabello y la otra manó lo ayudaba a moverla contra su pelvis. La ojiperla se aferraba a la almohada intentando silenciar sus gritos de placer.
Sintió que ella estaba por llegar y la colocó sobre la cama para verla al momento de alcanzar el orgasmo. Se movía violentamente entrando y saliendo, hipnotizado con el rebote de los senos.
—Indra... Indra—la joven gritó su nombre antes de soltar un fuerte gemido al mismo tiempo que pegaba mas la cabeza del varón contra el pezon que chupaba. El ya no pudo contenerse y también se estremeció cuando llegó al éxtasis.
El cuerpo masculino se derrumbó sobre la ojiperla sin llegar a lastimarla. Le beso los labios y descanso la cabeza sobre el pecho de la chica. La abrazó un poco y se dedicó a escuchar los latidos de su corazón, mientras las manos femeninas acariciaban su cabello. Para ambos, esa intimidad después del increíble momento que acababan de compartir, se sentía lleno de ternura. Sin ponerse de acuerdo, los dos querían trasmitir lo que estaban sintiendo.
De pronto, Indra recordó lo que pidieron los Uchiha y salió de ella, acostando la espalda sobre la cama. La atrajo hacia él negándose a soltarla. La ojiperla se había quedado dormida, mientras que Indra no podía dejar de pensar en Sasuke y en las consecuencias que traería a sus vidas la noticia sobre la infidelidad de la Haruno.
Se levantó para tomar su teléfono celular, ya que les dio su palabra de investigar y justamente eso era lo que pensaba hacer sin importar como su vida podía verse afectada. Le llevó unos minutos enviar los mensajes y miró el perfecto cuerpo de su novia cubierto parcialmente con la sábana. Odiaba reconocerlo, se odiaba por volverse vulnerable, pero estaba seguro que si llegaba a perderla, le iba doler mucho.
Suspiro intentando ya no pensar y volvió a la cama junto a ella. Se acercó un poco dejando un beso en la frente—Te amó Hinata—la ojiperla sonrió y se giró para abrazarlo dejando el rostro sobre su pecho. El Otsutsuki sonrió y lo que escuchó después lo dejó pasmado con los sentimientos a flor de piel.
—Yo también te amo Indra .
Continuara.
Me disculpo por la demora y por las faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin verlas, apenas las encuentre y las iré corrigiendo.
Se que debía actualizar primero Cuando t llegaste, pero terminé primero este capítulo😊💕
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