Capitulo 22
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿Que significa esto Itachi?—Madara veía las fotografías donde aparecía Sakura besándose con Darui. El mayor de los azabaches frunció el ceño mientras apretaba mandíbula ¿como pudieron dejar pasar por alto algo como eso? Debieron investigar mas en lugar de conformarse con la versión oficial. Luego, su repentino regreso al igual que su desaparición, estuvieron rodeados de incógnitas, las mismas que dejaron pasar de nueva cuenta.
—Exactamente es lo que yo quisiera saber, ademas de ser obvió que son amantes, desde luego—recalcó el joven
—¿Quien mas ha mirado estas fotos?—Madara realmente se veía muy molesto, tanto por la posible alianza con sus enemigos, como por la traicion a Sasuke. El muchacho pasó años lamentando su muerte, esforzándose para salir adelante siendo padre soltero y cuando por fin encontró a una buena mujer, reaparece la Haruno, contando una historia poco convincente, sin embargo, Sasuke ni siquiera la puso en tela de juicio y creyó completamente en ella ¡Vaya que era una zorra! Abandonó no sólo a su esposo, sino también a sus hijos ¿que clase de madre haría algo así?
--Eres el primero y no quiero decírselo a Sasuke, hasta reunir pruebas suficientes para exponerla... Quiero que llames a tus contactos con el fin de investigar ¿que estuvo haciendo todos estos años? No quiero dejar ni un solo cabo suelto cuando se lo mostremos a mi hermano ¿Cuento con tu ayuda?—cuestionó dirigiendo por completo su atención hacía el mayor.
—Por supuesto y aún si no me la hubieras pedido, de todos modos te la daría. Esto no se puede quedar así y si mis teorías son correctas, el Raikage siempre supo su paradero y fue precisamente él, quien le avisó sobre el matrimonio con Hinata—afirmó Madara, sacando casi las mismas conclusiones que ta había sacado Itachi.
—Pienso lo mismo que tú y lo que mas me preocupa, es la reacción que tomará Sasuke al descubrir que está viviendo un engaño y terminó dejando ir a la mujer que en verdad amaba—Itachi le contó a Madara sobre la molestia de Sasuke al saber a Hinata en brazos de Indra. Madara se sorprendió dado que su sobrino ni siquiera lo dudó, cuando escogió a Sakura, dejando de lado a la joven Hyuga—Me temo que apenas salga de la confusión y quiera ir en busca de Hinata.
—Yo mejor que nadie conozco a Indra y te puedo garantizar que es una persona muy leal. No se si es por su cargo de juez, puesto que considerando a lo que nos dedicamos, cualquiera pensaría que no conocemos la lealtad, no obstante, Indra lo es. Él jamás se hubiera metido en medio de Sasuke y su matrimonio—esa era una de las reglas y por ese motivo la boda entre Sasuke y Hinafue tan apresurada—pero desde el regreso de Sakura, Hinata quedó completamente fuera de su vida, haciéndole fácil el acercamiento y si ella lo acepta, él no la dejará ir. Nunca lo había visto así por una mujer y estoy seguro que no dejará a nadie interferir entré ellos... Lo lamento mucho por Sasuke, yo siempre he sentido mucho apego con ese muchacho—no lo dijo en voz alta, pero en su mente si podía decirlo. Sasuke era el que mas se parecía a él y por lo tanto, siempre terminaba causándose problemas a sí mismo, tomando las peores decisiones.
—¡Porque es igual de soberbio e impulsivo que tu!—afirmó Itachi y en ese momento el mayor lo encaró. Negó con la cabeza ante la suspicacia del chico. Era un hecho, a Itachi no se le iba nada sin que lo notara—ni tu propio hijo se parece tanto a ti, como se parece mi hermano y no es que sea algo malo, pero...—el joven guardó silencio dado que ya no había más que decir, de igual manera su tío lo entendió.
—Desde niño, ese muchacho fue un cabron igual que yo—se carcajeó con orgullo cuando terminó de decirlo y el mas joven negó con la cabeza—Bueno, volviendo al tema principal—se puso serio recordando el delicado conflicto que estaban por enfrentar—necesitare la ayuda de los hermanos Otsutsuki, como yo salí del negocio, ellos tomaron mucho mas poder y conexiones de las que yo llegué a tener.
—Lo suponía y no tengo ninguna objeción, sino todo lo contrario. De hecho debí ponerme en contacto con ellos desde la repentina aparición de Sakura, no obstante, baje la guardia y gracias a ese descuido, mi sobrina está sufriendo mucho.
—¿Que pasa con Sarada?—Madara quería mucho a los niños de Sasuke y escuchar que la niña estaba sufriendo, lo hizo olvidar las majaderías hechas por ella durante los últimos meses.
—Le prometi a ella que no diría nada, sin embargo, contigo haré la excepción... fue Sarada quien me contó sobre la infidelidad de Sakura—le detalló la conversación con su sobrina y como era de esperarse, el azabache mayor aseguró que guardaría el secreto, aunque su molestia no logró ser contenida.
—Maldita bruja ¿cómo puede ser tan cínica? Desde su regreso no ha hecho mas que culpar a Sasuke por su secuestro y ahora resulta que es ella quien huyó para vivir la gran vida alejada de las obligaciones—Itachi asintió estando de acuerdo con su tío—y no conforme con escapar, de pronto regresa sin dejar a su amante y sus actos están dañando a su propia hija, no en balde nunca me gustó esa mujer—en ese momento sacó su celular y envió un mensaje a Ashura. Primero quería reunirse con él y dependiendo de los resultados, se pondría en contacto con Indra. Sería un poco extraño, pues se trataba de exponer a la actual esposa de Sasuke, quien a su vez, se convertía en su rival. Era ahí donde de nuevo entraba la lealtad de Indra. Él no dejaría algo tan turbio sin ser expuesto, aunque pudiera verse afectado.
[...]
Hinata se mordía el labio inferior mientras veía la perfección hecha hombre. Lo único que portaba eran unos bóxers negros, que sólo dejaban a la vista mas perfección y también el tamaño de la hombría del Otsutsuki. No conforme con deslumbrarla con lo que le mostraba, se colocó de rodillas frente a ella y sin decir nada, la abrazó fuerte. El rostro del varón quedó a la altura de los senos de Hinata.
—Eres hermosa—declaró al momento de quitarle el sostén y apreciar por completo lo que ella se empeñaba sin éxito de ocultar. La joven se sentía frágil ante los toques de Indra. Verlo hincado mordiendo sus sensibles pezones la dejó desarmada. Las manos masculinas ya habían iniciado el recorrido desde la cintura femenina hasta las caderas, donde encontró el encaje de la última pieza que la protegía antes de quedar completamente desnuda para él. Detuvo los besos sobre el busto y la miró directamente a los ojos. Quería sentir que ella estaba segura y cuando ambas orbes se encontraron, sonrió interiormente. Hinata tenía la vista nublada por el deseó haciéndola lucir mucho mas sensual de lo que ya era.
—¡Indra!—lo nombró al sentirse liberada de la última prenda y lo incitó para que se pusiera de pie. El Otsutsuki entendió el mensaje y se levantó sin romper el contacto visual. Lentamente la colocó en el centro de la cama y cuál pantera al acecho de su próxima presa, el varón subió sobre ella. El corazón de la ojiperla amenazaba con salírsele del pecho. Todo en él era fascinante y ya la tenía delirando por tenerlo por completo dentro de su centro.
Poco a poco, el Otsutsuki fue dejando un camino de besos sobre la perfecta anatomía de la joven. Se había quedado embelesado mirándola desnuda adornando su cama y antes de comprobar que se trataba de un sueño, arremetió con sedientos besos sobre los labios femeninos. Luego fue bajando y se detuvo entre los senos donde se dedicó a dar la debida atención a cada uno de ellos. Hinata era perfecta, no había otra palabra para describirla. Todo, absolutamente todo en ella, lo había desquiciado. Luego de verla arquear la espalda mientras gemía, se despegó de los pezones y continuó bajando hasta el vientre sin dejarla desatendida en ningún momento.
Hinata sintió los labios masculinos por todo su cuerpo y cuando lo notó bajando de su vientre, estuvo segura del siguiente paso. La expectativa por sentirlo en su zona mas intima la estaba humedeciendo aún mas de lo que seguramente ya estaba. De pronto, lo escuchó jadeando de placer y ese puro sonido con esa varonil voz, terminó de perderla en la lujuria.
—Mi bella... muero por probarte —antes que la ojiluna pudiera decir algo en respuesta, él ya se había acomodado en medio de sus piernas y el único sonido que se escuchó, fue un gemido de placer proveniente desde su interior.
Las piernas de Hinata se hallaban sobre los hombros del varón, mientras él se dedicaba a darle placer. No podía tener suficiente de ella y los chupeteos fueron aumentando. Ayudado con dos de sus dedos, acarició los labios mayores e hizo especió para intensificar las lamidas. Indra parecía hambriento y el centro de la chica fue el mejor lugar para darle alivio a su hambre. La sintió moviéndose casi sin ser consiente y sus gemidos sólo lo hacían perderse mas en el éxtasis. Aumentando la rapidez de sus movimientos, logró llevarla a la locura y disfrutó de lo que ella tuvo para darle.
Hinata quedó exhausta y sintió que podía quedarse dormida en segundos luego de tan anhelado orgasmo, no obstante, los planes de su novio, estaban muy lejos de dejarla dormir, ya que aún con la respiración entrecortada, lo sintió acomodarse entre sus piernas y no pudo mas que abrirse mas para darle acceso.
—Mírame Hinata—no era un pedido, era una orden. Indra deseaba que al poseerla por primera vez, ambos se miraran. Ella obedeció de inmediato y lo miró encima de su cuerpo. Las orbes del Otsutsuki tenían un ligero tinte rojizo, o al menos eso creyó ver la chica por unos cortos segundos en los que se miraron sin parpadear—¿Estás lista mi bella?—la longitud de su cuerpo ya había descendido por completo sobre el frágil cuerpo de la Hyuga. Ella le retiró el cabello del rostro al tenerlo cerca y aún con la respiración entrecortada, lo besó respondiendo a su pregunta. El varón correspondió al beso y mientras lo hacía, colocó su hombría en la vagina de Hinata, comenzando con movimientos de arriba abajo hasta que se hundió en ella mediante una tortuosa lentitud dado que no quería lastimarla.
La joven se aferró a los fornidos hombros de su novio y hundió su rostro en el pecho masculino, en un intento de contener el gemido de molestia que logró escapar desde su interior al momento de ser penetrada. Indra se contuvo por un instante para evaluarla y al percatarse que ella estaba bien, se dedicó a besarla despacio en el cuello, en los hombros y en los pechos.
Los momentos de ternura pronto quedaron atrás y comenzó el verdadero deseo de ambos por complementarse. No había un lugar del cuerpo femenino que no hubiese sido acariciando por las expertas manos masculinas. La diferencia de edades, al igual que la experiencia vívida entre ambos, fue visiblemente marcada durante el momento, puesto que, a pesar de haber estado casada, Hinata continuaba siendo inexperta, mientras que Indra era todo lo contrario, sin embargo, esa inexperiencia en ella, complació mucho al Otsutsuki. Él se dispuso a ser el último hombre en su vida y por ende, sería quien le enseñara todo lo que ella tenía que aprender.
Con una sola de sus varoniles manos, levantó las de ella y las colocó sobre la cabeza. El Otsutsuki siempre se caracterizó por ser dominante y no pensaba ser diferente con ella, después de todo, lo mejor era que lo fuera conociendo tal como era y de ese modo, no habría sorpresas desagradables. Si en el futuro la chica quería tomar el control, él estaría encantado de dejarla hacerlo, puesto que no pretendía estar con ninguna otra mujer que no fuera su bella. Verla tan entregada y sumisa, le provocó un estremecimiento en toda la columna vertebral y al encontrarse reflejado en esas hermosas orbes color luna, se supo perdido. Aumento las embestidas posesionando su brazo libre tras la espalda femenina, en un intento de sentirse mas su dueño.
—Eres mía Hinata... toda mía— la afirmación le salió sin pensarlo y ella al escucharlo sólo gimió mientras arqueaba la espalda, sintiéndose en llamas. Sabía que estaba por llegar al éxtasis y no pudo evitar echar la cabeza hacia atrás, al mismo tiempo que lo llamaba una y otra vez por su nombre.
—Indra... Indra ahhh— las paredes del interior femenino, comenzaron apretar de manera muy placentera el hinchado pene, causando que también él se sintiera cerca de terminar, no obstante, como todo un caballero, dejó que su dama terminara primero y acto seguido, la siguió vaciándose por completo dentro de ella.
Las frentes de ambos continuaron unidas, mientras regulaban sus respiraciones. Indra sonrió y volvió a besarle los labios al verla todavía con los ojos cerrados y el flequillo pegado sobre su frente. Él no era diferente, ya que también tenía una capa de sudor a causa del esfuerzo físico recién realizado.
Dándole una última envestida, salió del interior femenino. Se acostó con la espalda sobre el colchón y la atrajo hacia su pecho. La joven estaba tan exhausta, que se dejó hacer cuanto él quisiera hacerle.
—¿En que piensas?—cuestionó el Otsutsuki al verla tan pensativa. Ella descansaba su cabeza sobre el musculoso pecho masculino y con curiosidad palpaba toda la piel a su alcance. No creía que estuviera arrepentida de haberse entregado a él, sin embargo, temía que fuera en alguien mas en quien pensara, ahora que la pasión ya se había desvanecido.
—Mmm...—lo pensó por un momento sin dejar de acariciar los marcados y firmes músculos del varón—pensaba en lo mucho que ha cambiado mi vida durante los últimos meses—no mentía, dado que desde el momento en que comenzó a trabajar para Sasuke, su vida parecía estar en una montaña rusa, primero la precipitada boda, luego la muerte de su padre, seguido por la separación y ahora se encontraba en la cama de un hombre el cual nunca pensó podía ser para ella, no obstante y a pesar de los abruptos cambios, se sentía plena y contenta. Era como si el lugar en el que estaba, fuera su hogar.
—¿Y los cambios te hacen sentir feliz?—se aventuró a realizar la pregunta con el propósito de evaluar su respuesta, aunque mentiría si dijera que no se sentía expectante con lo que diría.
—Al principio no, pues yo no esperaba verme envuelta en tantas emociones y con ellas la muerte de mi padre, sin embargo ahora estando aquí, estoy segura de poder decir que si me siento feliz—el varón se incorporó recargando su espalda en el respaldo de la gran cama, luego la levantó y la sentó sobre su regazo para verla de frente, necesitaba escucharla diciendo que si estaba contenta de estar a su lado.
—¿Quieres decir que estando conmigo te hace sentir feliz?—la chica se miró desnuda y no pudo evitar sonrojarse, no obstante, él la veía directamente a los ojos y no estaba centrado en su desnudez, sino en la respuesta que le daría.
—Si... yo estoy contenta de estar a su lado y agradezco infinitamente que el destino lo pusiera en mi camino cuando mas lo necesitaba—de nuevo la joven quedó hipnotizada por la seductora sonrisa del Otsutsuki, aún le costaba creer que él fuera su pareja y en momentos como ese, dónde se sentía tan segura, temía que todo llegara a su fin tal como le sucedió en el pasado.
—También yo agradezco al destino por haber asistido a esa cena de subasta dónde miré por primera vez a la mujer que en un futuro, ocuparía todos y cada uno de mis pensamientos—ella lo miró remembrando aquella noche y se estremeció por los recuerdos—en ese tiempo eras ajena, al igual que lo fuiste durante nuestra agradable cena... y a pesar de saber que no debía, me fue imposible no pensar en ti. Fue algo irónico, ya que tu tenías tantos problemas, que ni siquiera debes haber tomado en cuenta esos casuales encuentros—afirmó sin molestia, pues en ese tiempo ella amaba al Uchiha y él sólo se dedicó a admirarla, como a una encantadora criatura, misma que pensó nunca le pertenecería.
—Se-se equivoca, yo también lo noté y desde nuestro primer encuentro, lo consideré como todo un caballero. Usted me trató con mucho respeto y me liberó de tener que compartir una cena con el hombre que no desistía en... bueno, eso es parte del pasado—la respuesta de la Hyuga fue agridulce para él, pues por una parte, si lo había notado y por otra, ella recordó a ese imbecil del Raikage. En cierta forma, agradecía a Sasuke por los golpes que le dio a ese miserable el mismo día que se la quiso llevar a la fuerza. Estaba seguro que él hubiera hecho lo mismo, o quizás algo mas drástico y por ende, algo definitivo.
Mientras Indra se quedó inmerso en sus pensamientos, ella intentó levantarse cubriendose la desnudez con una de las mantas y antes que pudiera hacerlo, él la detuvo—¿A donde crees que vas?—la retuvo aprisionándola entre sus brazos. Si ella pensaba que la noche había terminado, estaba muy equivocada y se lo iba demostrar.
—Debo ir al baño para limpiarme un poco... mi tío se preocupará si regreso tarde—respondió lo único que estaba en su mente, dado que Hizashi y Neji confiaban en ella. Lo mínimo que podía hacer luego de tal confianza, era no preocuparlos con su irresponsabilidad de llegar a altas horas de la noche.
—Hizashi no se preocupará si le avisas que no llegarás a dormir—la ojiperla lo miró desconcertada ¿como podía pedirle eso?—Quiero que te quedes a dormir conmigo esta noche ¿que me dices?—las experimentadas manos masculinas comenzaron a moverse por todo el sinuoso cuerpo de la chica. Aún no lograba tener suficiente de ella y estaba seguro que ni siquiera pasando la noche amándola, quedaría satisfecho. Con una de las manos le levantó la barbilla y la otra se posicionó sobre la feminidad de la Hyuga. La chica en respuesta jadeo por la sorpresa y justo en ese momento, el Otsutsuki se apoderó de sus labios. Se besaron sin delicadeza, sólo con deseo de saciarse mutuamente. La joven por las infinitas sensaciones que le estaba haciendo sentir y él, por la gran necesidad de poseerla de nueva cuenta.
Pronto los gemidos de la chica acompañaron a los jadeos y gruñidos masculinos, mientras la pareja volvía a ser uno. Hinata permaneció sobre el regazo de Indra rodeándolo con ambas piernas, mientras él la ayudaba a hundirse sobre su hombría sin dejar de chuparle los dos senos. Las expectativas que la ojiperla tenía en cuanto a su novio, pronto fueron superadas y ya ni siquiera se acordaba de la intención anterior sobre irse antes de preocupar a su familia. En esos momentos, lo único en su mente era continuar sintiéndose amada por él. Quería disfrutar el momento sin preocuparse por el mañana.
Indra disfrutó como nunca la forma en que ella arqueaba la espalda y por ende, quedaba con los senos mucho mas expuestos a su hambrienta boca. Hinata echó la cabeza hacia atrás, mientras le acariciaba el cuello y el cabello con sus pequeñas manos. Ella se mostraba desesperada y lo demostraba por la forma en que gemía, como también al moverse. En poco tiempo, su interior se contrajo y él entendió que ella estaba cerca de volver a tener un orgasmo. Dándole unos últimos mordiscos a los duros pezones, la apretó de la cintura y aumentó los movimientos, propinándole profundas envestidas. Desesperado por la pasión, se dispuso a besarla en los labios y ella correspondió igual de desesperada.
Hinata intentó separarse ya que se sintió presa en la nueva ola de placer, no obstante, Indra se resistió a dejar de besarla y los gemidos de satisfacción, fueron silenciados por él. Ambos terminaron al mismo tiempo y apenas se recuperaron, se dirigieron hasta la ducha por sugerencia de Indra.
—¿Entonces te quedarás conmigo?—volvió a cuestionar el varón, sin embargo, ya imaginaba la respuesta de su deliciosa novia.
—Por favor entiéndame... yo si quiero quedarme, pero es muy pronto para hacerlo y aunque le parezca anticuada, no quiero que mi familia piense mal de mi—sabía que no la iban a juzgar, pero era la primera salida luego de hablar con su tío y quería esperar un poco antes de quedarse con él durante toda la noche.
—Por está vez, aceptaré tus argumentos, pero tendrás que tutearme mi bella. Cuando me hablas de usted, me siento como un viejo junto a una niña—la joven lo pensó por unos momentos y se sintió mal por hacerlo sentir de ese modo, pues él de ninguna manera parecía un viejo, Indra era un hombre sumamente atractivo y ella no podía negarlo, ya que, desde la primera vez que lo miró, se quedó perpleja por su apariencia física y ni hablar de su imponente porte.
—Está bien Indra, no volveré a nombrarlo... quiero decir, no volveré a dirigirme a ti con el usted de por medio—él sonrió y la miró ya vestida con la misma ropa que llevaba puesta cuando llegó. Para el varón, la belleza de Hinata no disminuía, a pesar de tener el rostro sin maquillaje y el cabello mojado por la ducha que tomaron juntos, algo había cambiado para Indra y eso se debía, a que ahora ella era suya. Si bien ya eran novios, él no la sintió como suya, hasta después de esa cena en la que ella se le acababa de entregar por completo. En esos momentos, la sabia solamente su mujer y de nadie mas. A partir de esa noche, se dedicaría de lleno a protegerla y por supuesto, no descansaría hasta lograr enamorarla. Su objetivo sería verla feliz obteniendo todas y cada una de sus sonrisas.
La joven se estremeció y al mismo tiempo se conmovió, cuando Indra la abrazó con fuerza, incluso la levantó del piso para no permanecer agachado debido a la diferencia de altura. Ella era su luz y en esos momentos tan íntimos, pensó positivamente que tal vez Ashura tenía razón, quizás también un ser de oscuridad como lo era él, puede tener la suerte de ser iluminado por tan deslumbrante y atrayente luz.
Indra le pidió a uno de sus guardias que condujera su auto y los llevara hasta la residencia Hyuga. El guardia condujo y ellos no dejaron de tocarse. Apenas habían pasado al rededor de treinta minutos desde su última entrega y ya parecían necesitarse de nuevo.
—¡Llegamos señor!—el trayecto pareció ser mas corto debido a sus muestras de afecto y apenas escucharon al guardia, se recompusieron y se despidieron con la promesa de verse al día siguiente.
Hinata subió las escaleras en silencio hasta su habitación y agradeció mentalmente que nadie estuviera presente. No quería delatarse luego de la mágica noche que acababa de tener con Indra. Sin dejar de sonreír, se vistió con ropa de dormir y se recostó en su cama. No dejó de recordar todos y cada uno de los eventos vividos hasta que finalmente, el sueño la venció.
[...]
Sakura se vestía mientras Darui la miraba desde la cama. Era la segunda noche que se veían y se habían encargado de disfrutar al máximo su clandestino encuentro.
—¿Y como están las cosas en tu casa? Me refiero a tu marido e hijos—cuestionó el varón.
—No te lo había dicho antes, pero desde mi regreso, notó a Sasuke muy distante—aún cuando ella lo engañaba descaradamente, la Haruno no soportaba la idea de ver a su esposo interesado en esa estupida Hyuga—creo que se apego mucho a la tipa con la que estuvo casado en mi ausencia—respondió molesta.
—¿En serio?—Darui no pudo evitar burlarse de la situación, dado que la pelirosa aseguraba que Sasuke no era capaz de amar a nadie que no fuera ella—¿Y como es ella?—cuestionó con curiosidad ya que incluso el Raikage, hablaba mucho de la chica, la misma que no logró convertir en su nuevo juguete.
—Nada especial, sólo una mas del montón—respondió con despreció mientras recordaba la noche donde la miró durante la cena del hospital acompañada del médico Hyuga. La chiquilla parecía ser insípida y asustadiza.
—Mi tío asegura que es una tentación para muchos hombres y de no ser por Indra Otsutsuki, ya la hubiera sometido a él, no obstante, nadie en su sano juicio se enfrentaría al Rey del bajo mundo como lo es el Otsutsuki mayor—concluyó despertando la curiosidad en la fémina.
—¿Que tiene él que ver con ella?
—Ayer que nos despedimos, fui a ver a mi tío y me puso al tanto de todo lo acontecido últimamente... a raíz de la separación de tu marido con ella, las intenciones del Raikage eran llevársela con él, sin embargo, su plan se frustró por la intervención de Indra, quien le amenazó con no meterse con esa mujer o se atendría a las consecuencias, ademas, ya se filtró la noticia sobre el interés del Otsutsuki sobre la joven—la pelirosa se estaba irritando aún mas por los rodeos que daba su amante—La ex de tu marido, es oficialmente la pareja del hombre mas poderoso de todas las organizaciones que nos unen... Indra Otsutsuki—Sakura hizo una mueca de fastidio.
—Eso no es posible, él nunca se ha visto saliendo formalmente con nadie, sólo se le conocen amantes y mujeres de una sola noche, creo que esa información es falsa—Darui sonrió ante la molestia de la fémina.
—Eso es lo que todos comentan y por increíble que parezca, es verdad, me sorprende que aún no los hayas visto juntos.
—¿Y ella sabe a que se dedica el "intachable juez Otsutsuki" ? Según he escuchado, la mocosa es muy puritana y correcta, por ende, dudo mucho que conozca la doble vida que mantienen Indra y su hermano, incluso Kaana, quien a pesar de no participar con ellos, sabe todo lo que hacen—le molestó mucho saber que la ojiperla, no sólo despertó el interés de su maridó al grado de casarse con ella, sino que también atrajo a Kakashi y para colmo, ahora estaba como la pareja de uno de los hombres mas poderosos y cotizados de todo el país ¿que tenía de especial esa mujer?
—No lo se, pero por tu propio bien, te sugiero que no hagas nada para que ella lo sepa. Ese hombre es de armas tomar y no perdona los errores... imagina lo que sería capaz de hacerle a la persona que arruinara su flamante relación con esa chica—la pelirosa bufó molesta y se marchó.
En poco tiempo ya había estacionado en la mansión Uchiha y entró con la única intención de tomar un relajante baño de burbujas, no obstante, sus planes se vieron truncados.
—¿De dónde demonios vienes a esta hora Sakura?—Sasuke se veía muy irritado y no era para menos, luego de los últimos acontecimientos, entre ellos el encuentro con Hinata.
—¿Que pregunta es esa cariño? Tú sabes que vengo del hospital—de inmediato se mostró molesta por el cuestionamiento de su esposo.
—No mientas, tu turno terminó hace horas y encima no respondiste el celular ¿donde estabas?—el tono del azabache fue mas amenazante y ya estaba perdiendo la poca paciencia que aún le quedaba.
—Bueno, quizás se me pasó el tiempo con mis compañeras, no lo sé... ¿que pasa Sasuke? ¿Porque me estás interrogando?
—Porque tu hijo sufrió un accidente durante un juego de basquetbol en el colegio y tuvo que ser llevado al hospital donde se suponía debías estar—el Uchiha se asustó cuando Mikoto lo llamó para avisarle sobre la pequeña torcedura que sufrió Taro. Afortunadamente, los médicos dijeron que no era nada de cuidado, sin embargo, cuando pidieron ver a la madre del chico, ellos informaron que Sakura se había marchado desde el mediodía, al igual que el día anterior. Sasuke se puso furioso y trató en vano de localizarla, ya que ella mantuvo el celular apagado.
—¡Taro! ¿Pero que le sucedió a mi hijo?—la fémina subió a toda prisa las escaleras—Debiste decírmelo en lugar de estarme interrogando—reprochó molesta, enfureciendo mas al azabache.
—Detente ahí Sakura—tal fue el tono empleado por el azabache, que ella dejó de avanzar—de aquí no te mueves hasta que me expliques lo que esta pasando—Sakura se quedó en silencio pensando en cómo salir del apuro en el que estaba y lo único que se le ocurrió fue lo que le funcionó en el pasado.
—¿Porque me hablas así? ¿Que acaso no ves lo preocupada que estoy por mi hijo?—la Haruno derramó las lágrimas y supuso que eso, aunado a un poco de teatro, iba a funcionar.
—Basta Sakura, no lograrás nada con hacerte la ofendida y como ya te lo dije, termina de responder ¿donde te metiste ayer y hoy?—Sarada y Taro estaban juntos en la habitación de Taro y escucharon la discusión entré sus padres. La mayor ya sabía el motivo y no quería que su hermano saliera lastimado escuchando el verdadero motivo por el cual su madre se ausentaba.
—Están discutiendo otra vez—soltó Taro con resignación y al mismo tiempo impotencia. La azabache le sonrió intentando hacerlo sentir bien. Le dio un beso en la frente y salió del cuarto diciendo que en seguida regresaba.
—¡Papá!—tanto Sakura como Sasuke, se sobresaltaron al escuchar a Sarada—Taro ya despertó y es hora de su medicamento—la fémina mayor encontró la excusa perfecta para escapar del interrogatorio en el que la estaba sometiendo Sasuke, mientras que él, se obligó a tranquilizarse por el bien de los niños.
—¡Mi bebé! Quiero ver a mi bebé—Sakura corrió hasta la recámara de su hijo y lo encontró recargado en el respaldo de la cama. Aparentemente, todo se veía bien, de no ser por el vendaje sobre la rodilla—¿Como te sientes mi amor?—se acercó a evaluarlo, después de todo, ella era médica y por instinto, quiso comprobar que su hijo estuviera bien.
—Estoy bien mamá, no fue nada grave, pero creímos que tú estarías conmigo—Taro no estaba apegado a Sakura, no obstante, incluso él se sorprendió al no verla cuando arribaron y lo peor fue la molestia que mostraba su padre. Estaba seguro que de no ser por sus abuelos, las cosas se hubieran puesto peores.
—Lo se y siento mucho que no fuera así, pero tuve que salir de emergencia y mi celular no tenía pila—el chico optó por ya no cuestionar nada—¿Me perdonas por no estar contigo?—Taro asintió—Gracias por entender cariño, ahora me iré a descansar, mañana te traeré un regalo para compensar mi ausencia—el pequeño Uchiha permaneció en silencio y a pesar de no ser tan unido a ella como lo era Sarada, no pudo evitar sentirse decepcionado ante su frívolo comportamiento. Durante las últimas semanas, lo único que sus padres hacían era discutir y ya ni siquiera Sarada se veía feliz.
—Aquí tienes campeón—Sasuke entró con Sarada y le entregó una pastilla con un vaso de agua—Con esto no sentirás dolor durante la noche, pero de todos modos, me quedaré aquí a dormir contigo por si necesitas algo y no aceptó un no, como respuesta—los chicos se miraron entre sí y sonrieron ante el exagerado comportamiento de su progenitor, no obstante, prefirieron no llevarle la contraria. Para el azabache mayor, lo único que reducía sus frustraciones por la decadente situación que estaba viviendo, era pasar tiempo con sus hijos y ahora Taro lo necesitaba.
Continuara.
Me disculpo por la demora en actualizar, pero tuve que salir y sólo escribía por ratos. Me disculpo también por los errores de ortografía que seguramente se me quedaron, apenas los encuentre, los iré corrigiendo. Las siguientes actualizaciones son Acorralada y La esposa del héroe. Las dos tienen los capítulos comenzados, así que será el que esté listo primero.😊💕
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