Capitulo 19
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿Estás saliendo con Indra?—la ojiperla se sonrojó ante la pregunta de Temari mientras se veían en el espejó del baño—Lo digo porque es la primera vez que lo vemos acompañado en público... Me refiero a que él es un hombre muy discreto y a pesar de siempre estar rodeado de mujeres, procura mantenerlas al margen y es evidente que contigo es diferente—el bochorno de la Hyuga fue en aumento.
—No-no, claro que no... él y yo sólo somos amigos. Estamos juntos sólo por coincidencia—se apresuró aclarar—Nos encontramos en la apertura del nuevo orfanato y me invitó a venir aquí como su acompañante... eso es todo—la rubia la miró con suspicacia, era evidente que tenía dudas y no le creía, no obstante, ella no mentía, Indra no estaba interesado en ella ¿verdad?
—¡Tranquila!—Matsuri se acercó y negó con la cabeza por el poco tacto de su futura cuñada—Quizás ahora no tengan nada, pero debo decir que hacen muy bonita pareja y se ve que hay mucha química entre ambos... Te lo digo sin afán de incomodarte, es sólo un comentario—Temari asintió mientras colocaba una capa de labial color rojo en sus bien formados labios.
—Bueno... será mejor que regresemos con los apuestos caballeros, de lo contrario, les daremos la razón cuando dicen que las damas sólo chismorreamos en el tocador—repuso Temari y las tres salieron a reunirse con los varones.
...
—Como siempre, fue un placer hacer negocios contigo—Gaara estrecho la mano de Indra. Shikamaru hizo lo mismo y se sintió complacido de haber podido llegar a un acuerdo—Ahora cuenta ¿la joven que trajiste es tu pareja?—el Otsutsuki mostró una casi invisible sonrisa, no obstante, sus acompañantes si la notaron.
—No, ella es una amiga—respondió con seriedad, pero dentro de sí, le hubiera gustado decir que si, que ella era su pareja, que estaban enamorados. Su corazón latió como en pocas ocasiones lo había hecho, con sólo pensar en que ella le correspondiera ¿Como sería la sensación de tener su amor? ¿De saberla suya? Estaba seguro que ese sentimiento, era lo que se dice felicidad. Le encantaría llenarla de mimos, consentirla regalándole flores y todo tipo de delicados detalles, tales como lo era ella.
—Ya veo—soltó Gaara con incredulidad. Conocían al Otsutsuki y era evidente que sentía algo por esa joven sin embargo, él era demasiado hermético y muy pocos lograban obtener un poco de lo que en realidad sentía, ya que era uno de los mejores, escondiéndose bajo su máscara de indiferencia.
—Estamos de regreso—anunció Matsuri y los tres varones se pusieron de pie para que ellas se sentaran.
—¿Todo bien?—inquirió Indra para que sólo Hinata pudiera escuchar. La notaba algo sonrojada y nerviosa, especialmente ante su acercamiento.
—S-si, no se preocupe por mi—la Hyuga se puso mas nerviosa con la cercanía de Indra... Durante el tiempo que llevaba de conocerlo, no había caído en la posibilidad de lo dicho por Temari. Él era un hombre muy serio,correcto, apuesto, demasiado apuesto y por supuesto, no se podía ignorar su aura de misterio. Pensar que un hombre como ese estuviera interesado en ella, era ilógico, en cierto modo, hasta imposible. No obstante y a pesar de creerlo imposible, su corazón comenzó a reaccionar de manera extraña ante él.
—Le pedi una bebida de las mismas que pedimos en nuestra cena ¿lo recuerda?—las orbes de ambos se conectaron por unos breves instantes, que fueron suficientes para lograr desequilibrar aún mas a la joven ¡Por todos los cielos! ¿Que le estaba pasando con ese caballero? Se cuestionó mentalmente—¡Hinata! ¿Se encuentra bien?—se despabilo avergonzada por quedarse sin reacción y agradeció que las otras personas en la mesa estuvieran ocupados pidiendo tragos al mesero.
—Discúlpeme—trató de sonreír evitando las orbes masculinas o de lo contrario, podía caer presa de nueva cuenta en ellas—Si lo recuerdo y se lo agradezco—Indra no se contuvo y extendió su mano, retirando un sedoso mechón de cabello del rostro femenino y lo puso tras el oído. Tal acción sólo perturbó aún más a la inestable joven. Estaba segura, que ya no iba poder ver a Indra de la misma manera que lo veía antes. Ino y Tenten, la le habían dicho lo bien que lucían juntos, no obstante, las ignoró, pero al escucharlo de algún a quien apenas conoció, si logró desconcertarla.
La noche fue muy agradable y la morena disfrutó la compañía de las otras cuatro personas, incluso intercambio números de celulares con ellas. Durante el trayecto a casa de su tío, se mostró mas relajada. Indra la notaba distinta y no lograba entender a que se debía, sin embargo, le gustaba. Había nerviosismo y sonrojos que antes no eran tan visibles ¿será que comenzó a percatarse de su atracción hacia ella? Y de ser así ¿le habría gustado? Esa joven lo tenía en vilo, él era un hombre decidido, nunca antes se sintió inseguro al lado de otra persona y mucho menos una con años menor que él.
—¡Gracias por acompañarme!—Indra estacionó en la mansión Hyuga de Hizashi y con avidez se acercó a la puerta del pasajero. Tendió la mano y sin dudarlo, la joven la tomó. Hinata pasó tan cerca de él, que de nuevo fue golpeada por la varonil fragancia del varón. Su traicionero cerebro, recreó imágenes nada recatadas de sus manos palpando el pecho masculino, mientras él la besaba. Sacudió la cabeza alejando esas descabelladas ideas—Esperó que nuestras salida se repita, recuerde que aún tenemos una cena pendiente en mi casa—por Dios, esa seductora voz tan cerca de ella. El Otsutsuki notó lo distraída que se veía y su entusiasmo se desvaneció, creyendo que recordaba a Sasuke o al médico llamado Kakashi.
—Al contrario, gracias a usted por invitarme, me agradaron mucho sus amigos y en cuanto a la cena u otras salidas, usted sólo dígame el día y estoy segura que nos pondremos de acuerdo—respondió nerviosa. Fue extraño, dado que se sintió como una colegiala enamorada de su profesor, algo parecido a un amor platónico, como cuando se sintió muy atraída por Kakashi.
—En ese caso ¿le gustaría salir conmigo el Martes por la tarde? Espero que no me lo tome a mal, pero me agrada mucho su compañía—Indra decidió jugarse el todo, por el todo y se acercó a ella tomándole ambas manos.
—También me agrada la suya y me siento cómoda hablando con usted—respondió sin pensarlo, puesto que de nueva cuenta, quedó atrapada en las oscuras orbes del Otsutsuki.
—Me alaga saberlo—poco a poco, Indra se fue inclinado y acortó el espacio entre ambos. Le dio el suficiente tiempo a la joven para alejarse y al no hacerlo, sucedió lo que él estuvo deseando literalmente, desde que la miró caminando de su mano en aquella subasta. El beso fue lento, tierno y muy satisfactorio para ambos. Hinata sintió que todo a su alrededor se detenía y sólo eran ellos dos. Tal como lo imaginó apenas minutos atrás, colocó sus manos en el pecho masculino y sintió como él la rodeaba de la cintura. La euforia dentro de sí, le incitó a responder a la experta boca del varón y dejó de tener fuerza en sus piernas, estaba segura que si Indra no la tuviera sostenida, ya se hubiera caído al suelo.
Se separaron por falta de aire, pero no se movieron de lugar y sus frentes permanecieron unidas. A decir verdad, Hinata todavía se encontraba pasmada y ni hablar del Otsutsuki, quien se negó alejarse de ella temiendo no volver a tener la oportunidad de besarla, así que antes de que reaccionara, la beso de nuevo. Ese beso fue aún mas demandante por parte del varón, el cuál no se detuvo en explorar la cavidad bucal de la joven, incluso se permitió morder el tentador labio inferior antes de separarse un poco dejando un hiló de saliva entre los dos.
—L-lo siento mucho yo no debía...—la morena de pronto reaccionó al pensar que él era el segundo hombre que la besaba de esa manera, rompiendo la magia del momento, puesto que de nueva cuenta, los crueles recuerdos de Sasuke llegaron uno a uno recordándole no ser tan confiada, como lo fue con él y terminó con su alma herida.
Con el corazón amenazando escapar de su caja torácica y el ardor en el rostro debido a la sexy y poco crecida barba de Indra, se avergonzó por su proceder ¿Como fue posible que lo besara? ¿Que iba pensar de ella? ¿Se alejaría y ya no le dirigirá la palabra? Las cosas dichas sobre él y sobre su hermetismo, llegaron como dagas, haciéndole temer por haber cruzado la línea.
—No se disculpe... aquí el único responsable soy yo—le levantó el rostro colocando los dedos bajo la barbilla con la misma delicadeza que constantemente empleaba estando con ella—Le hablaré claro Hinata, usted me interesa mucho y estoy seguro que he sido suficientemente claro, de manera que eso no ha pasado desapercibido ante sus ojos—la ojiperla sintió que su rostro ardía y aunque intentó decir algo, sólo se quedó en silencio asimilando lo que escuchó—No soy muy bueno al momento de expresar mis emociones, no obstante, con usted me resulta mas sencillo hacerlo, siendo yo mismo—al verla tan sorprendida se permitió sonreír.
—N-no se que... yo bueno, lo que p-pasa e-es...—simplemente ella no logró decir nada coherente y la expresión de Indra la dejaba más contrariada. Ese hombre era muy atractivo y cuando sonreía, su encanto se incrementaba descomunalmente.
—No diga nada, en este momento debe sentirse confundida y mi confesión no la hice con el propósito de forzarla hacer algo que no quiera—las orbes de la chica brillaban de manera encantadora dándole valor para continuar, después de todo, que ella lo rechazara, era una de las probabilidades y lamentablemente, pesaba mucho más que la de ser aceptado—Por ahora me iré y estaré esperando su mensaje para salir el Martes, si no lo recibo, entenderé y no volveré a importunarla—sabía que la estaba presionando, dado que le estaba dando muy poco tiempo para pensar, no obstante, según él, era mejor así. Quizás si la dejaba pensando mucho, la ojiluna llegaría a la conclusión, que no tenían nada en común y que él era muy viejo para ella, sin dejar de lado ambas personalidades, las cuales eran totalmente diferentes. Sin duda alguna, los contras eran mas grandes de los pros.
Lentamente la fue soltando de la cintura y antes de perder por completo el contacto, le besó las manos como despedida, sin embargo, notó que ella aún se encontraba afectada y la condujo hasta la puerta principal—¡Buenas noches Indra... q-que duerma bien!—no esperó respuesta y se apresuró a entrar. Corrió sin hacer ruido hasta su habitación y se tiró en la cama sin dejar de tocarse los labios. Esa noche había estado llena de sorpresas, más nunca hubiera previsto lo último.
Sin quererlo, su mente recordó a Sasuke y lo mucho que llegó amarlo. Al principio de su relación, todo fue perfecto, incluso llegó a creer que en verdad era correspondida, sin embargo, la realidad fue una completa pesadilla. Aún después del tiempo transcurrido, podía sentir el dolor y la decepción. Se entregó por completo al que creyó su marido y él sólo le ofreció una pequeña fracción de sus ya ocupados sentimientos. Lo que más lamentable era a Taro, el pequeño niño se ganó su corazón y era mejor ya no verlo, para no predisponerlo en contra de sus padres.
Suspiro inmersa en sus pensamientos, aún con el tiempo que llevaba separada de él, se sintió abrumada con el beso de Indra, incluso creyó ser un tanto culpable, como si de alguna manera, estuviera traicionando al azabache. Fue irónico tener esa sensación, mientras que Sasuke, no tenía una semana de haber estado con ella cuando ya se estaba acostando de nuevo con su esposa sin pensar en sus sentimientos y en lo mucho que le dolería saberse una intrusa, aunque a decir verdad, siempre la hicieron sentir así. Él no se tomó unos minutos para sentirse culpable por todo lo que habían vivido juntos en su fugaz relación, en la misma, que ella creyó, sería la única.
Sakura era su verdadera esposa, eso ya lo sabía, pero ¡por favor! No tuvo el tacto de terminar primero lo que tuvieron, incluso se mofó de ella haciéndolo en la misma cama, como si esa enorme mansión, no tuviera muchas alcobas en donde darle rienda suelta a su reprimida pasión.
Entonces ¿valía la pena continuar lamentándose por el amor no correspondido? O por el contrario ¿debía darse otra oportunidad con alguien más? Alguien, que la trataba como a una princesa. Por desgracia, el temor a volver a fracasar, le impedía dar el siguiente paso ¿Que pasa si también él cambia una vez que lo acepte? ¡Por todos los cielos! Esto era demasiado para su poca cordura y estaba muy confundida. En ese punto, no sabía que hacer.
[...]
Sasuke no podía dejar de pensar en lo que le dijo Itachi. Era imposible que Indra pretendiera quedarse con Hinata. Golpeó el volante con enfado y estacionó en su hogar. Apenas entró en la sala y enfocó la gran fotografía de Sakura, como si estuviera puesta para que todos quienes los visitaban supieran que ella era la única dueña y señora de esa casa... sólo ella. Nunca antes había prestado atención a ese detalle, hasta esa tarde en que pensó lo que debía haber sentido Hinata, cuando vivía allí.
Se dirigió de un extremo al otro de la sala y desde todas las direcciones, la imagen de Sakura se veía imponente ante todos quienes entraran ¡Maldicion! Absolutamente toda la decoración de la mansión estaba a gusto de Sakura, nadie cambió nada y mientras estuvo solo, eso no importaba, pero llevó a una mujer distinta, la cual no sabía nada sobre sus sentimientos pasados en torno a Sakura, seguramente, ella se desquitaba de ese hecho, arruinando las pertenencias de Sarada, debido al mucho amor que le tenía a su madre ¿podía culparla? ¿Tenía derecho a juzgarla por las niñerías que hacía? Por supuesto que no. Que equivocado estuvo al llevar a Hinata al mismo sitio donde vivió con su primera esposa. Lamentablemente, ya no había nada que pudiera hacer para cambiar los hechos. Quizás hubiera sido bueno escuchar a su madre cuando tuvo la oportunidad de hacerlo.
Se sentó en uno de los sofás, asegurandose de no enfocar la fotografía y comenzó a beber. Ya no era raro verlo bebiendo sin llegar a embriagarse, no obstante, al hacerlo, las ganas de ir a verla le invadían la mente. Quería enfrentarla, preguntarle acerca de Indra. Necesitaba escuchar de sus propios labios una explicación sobre él y también sobre Kakashi.
Estaba preocupado por Hinata, por su bienestar, era su deber decirle que Indra no era para ella y tampoco Kakashi. Lo pensó por unos segundos y llegó a la conclusión, que nadie de quienes la conocían eran buenos candidatos para estar a su lado. Su obstinada sensación de todavía creerse conectado a la joven, lo llevaba a segarse, queriendo monopolizarla.
—¡Papá!—la voz de Sarada lo sacó de sus pensamientos. Él creyó que no había nadie en la casa, pues era día libre de Sakura y supuso que habían salido juntas. Taro se encontraba con Itachi, ambos se fueron al cine.
—¿Que sucede cariño?—la encaró y notó ojos hinchados—¿Estuviste llorando? ¿Que pasa?—la joven negó con la cabeza, restándole importancia.
—¿Ya cenaste?—la azabache se sentía muy sola y quería que todo fuera como antes, sin embargo, aquello parecía cada vez mas lejano, podía deducirlo, especialmente cuando veía el aspecto de su progenitor, anudado a la indiferente actitud de su recién recuperada madre. A ella parecía no importarle, ni siquiera se tomaba el tiempo de comprobar si él cenaba, o lo mucho que su aspecto había estado desmejorado en las últimas semanas.
—Comí algo de camino aquí, pensé que no había nadie en casa... ¿porque no estás con tú madre? ¿Donde está ella?—era extraño que a esa hora su esposa anduviera sola, dadas las ganas que decía tener de compartir tiempo con sus hijos. Taro por su parte, no parecía adaptarse a Sakura y lo que era peor, fue ver que ella no hacía absolutamente nada por ganárselo, ni siquiera lo visitaba en su recámara, ni preguntaba que cosas le gustaba hacer, mientras que Sarada era todo lo contrario y se veía que la adoraba.
—No lo se, cuándo llegue la casa estaba vacía—respondió sentadose junto a él—y en cuanto te escuche llegar, se me ocurrió que podíamos cenar juntos... hace mucho tiempo que no lo hacemos—lo abrazó deseando que su padre se animará, que bromeará y sonriera—tal vez podemos llamar al tío Naruto ¿que te parece?—tanta era la preocupación de la Uchiha, que ya no sentía ningún tipo de atracción hacia el rubio y finalmente, lo veía como a un verdadero tío.
—Te puedo acompañar al comedor, pero no creo que este de humor para ver con nadie que no sean tu hermano y tu—la tristeza de Sarada se hizo mayor. Su padre no era feliz, sus familiares casi ya no los visitaban y Taro, prefería estar en cualquier otro lugar que no fuera su casa. La familia feliz que tanto se había empeñado en tener, estaba lejos de serlo ¿que les estaba pasando?
—No te preocupes papá ¿que tal si mejor lo dejamos para mañana en la noche? Sólo tu y yo en un restaurante, así como solíamos hacerlo ¿que me dices?
—¿Mañana?—la chica asintió—Esta bien, mañana iremos a cenar nosotros dos—Sarada se puso de pie y regresó a su recámara con un solo pensamiento... Debía hablar con su madre, ella tenía que hacer algo para ayudar a su padre y pediría que lo hiciera, lo antes posible.
...
Sakura arribó más tarde y encontró a Sasuke sentado en la sala. Sonrió y se acercó a él. Le fascinaba cuando bebía porque se ponía muy intenso a la hora del sexo, ya que últimamente, sólo así tenían sexo.
—Mi amor—la fémina subió a horcajadas sobre él y comenzó a desabotonar la camisa de vestir que aún llevaba puesta. Le beso el cuello luego el lóbulo de la oreja, logrando despertar la excitación del Uchiha.
—Sakura ¿que estás haciendo?—logró preguntar.
—¿No es obvio cariño? Quiero que me ames y que me dejes amarte cómo sólo yo se hacerlo.
—Aquí no—se levantó con ella en su regazo y se dirigió a la habitación. Luego de quedar satisfechos, Sasuke se quedó inmerso en sus pensamientos. Deseó tanto lo que tenía y ahora lo único que había en su mente, eran las imágenes de Indra poseyendo a Hinata, mientras ella le regala sus dulces gemidos y delicados movimientos. Seguramente ese imbecil se quedaría hipnotizado con los hermosos senos, los labios entreabiertos y la tersura de su piel ¡Claro...! Cualquier hombre que la tuviera sería un afortunado. Al instante de pensar aquello, comprendió que él tuvo el privilegio de tenerla a su lado y lo único que hizo fue querer que ella se volviera atrevida y apasionada como lo era Sakura. Trató por todos los medios de recuperar lo que tuvo, dedicándose a ignorar a la tierna niña. No quería aceptarlo debido a su soberbia, sin embargo, si en ese momento pudiera escoger, estaba seguro que escogería a la ojiperla, puesto que la extrañaba mucho, le hacía falta y lo comprobó, cuando pensó que era ella a quien poseía minutos atrás.
...
La mañana siguiente, Sasuke salió a la oficina y Sarada aprovechó para hablar con su madre. No le importaba si llegaba tarde a sus clases.
—¡Buenos días mamá!—Sakura respondió con un beso en la mejilla de la joven y se sentó a tomar un café con ella antes de irse al hospital—¿Puedo hablar contigo? Es muy importante—la médica miró su celular comprobando la hora.
—Esta bien, sólo se breve—repuso sabiendo que tenía poco tiempo.
—Me he dado cuenta que papá se ve muy desmejorado... él no es el mismo de antes.
—¿A que te refieres con el mismo de antes?—cuestionó algo irritada, dado que su hija ya se estaba pareciendo a la antipática de su suegra, cuando a Sasuke se refería el tema.
—Él bebe casi todos los días, su aspecto ya no se ve impecable, tiene círculos oscuros bajo los ojos y la mayor parte del tiempo, se ve nostálgico—la poca calma que tenía Sakura, se esfumó al sospechar los motivos de sus cambios.
—¿Y desde cuando esta así?—inquirió poniéndose de pie. La pregunta sonó calmada, no obstante, ella era como una olla de precisión a punto de explotar. La joven no se percató y continuó con lo que decía.
—La verdad no lo sé con certeza, yo me di cuenta apenas unas semanas atrás y fue cuando pregunte a Taro... él me dijo que comenzó días después de nuestro regreso de Rusia—Sakura arrojó la taza en el lavabo con más fuerza de la necesaria asustando a la joven.
—Lo tomare en cuenta... ahora debo irme—la azabache se quedó perpleja sin saber que fue lo que dijo para que su madre reaccionara así y lo que era peor, no estaba segura si le ayudaría o no, con el estado de su padre.
[...]
Ino, Tenten y Yume, llegaron a la mansión Hyuga el Lunes por la tarde a petición de Hinata. La chica se encontraba ahogándose en un vaso de agua y no sabía que responderle a Indra. Ella aún creía que la podían juzgar y necesitaba escuchar la opinión de sus amigas.
Ino pasó casi todo el camino especulando sobre que quería la ojiperla, sin dejar que ni Yume ni Tenten, lograran añadir nada. Simplemente se dedicaron a reír con las diferentes conjeturas que maquinaba la mente de la rubia.
—Vinimos en cuanto nos enviaste el mensaje y no puedo esperar para saber de que se trata—soltó Ino antes de besar la mejilla de su amiga.
—Tu rostro ya me lo dejó claro—sonrió Tenten y la morena se ruborizó más de lo que ya estaba—se trata de Indra ¿no es cierto?
—¡Indra! ¿El apuesto caballero que estuvo contigo durante la inauguración?—Yume se acercó a ella y la escudriñó. La conocía muy bien y era evidente que Tenten dio justo en el blanco.
—Si, se trata de él y de lo que sucedió después de la cena a la que lo acompañe—confesó recibiendo las miradas de las tres personas en las que más confiaba.
—¡Vamos Hina...! No temas, sabes de sobra que puedes confiar en nosotras sin importar que tan delicada sea la situación—ánimo Tenten al ver que la joven no se animaba a decir nada.
—La cena fue muy agradable, los amigos de Indra me trataron muy bien, pero cuando regresamos... él y yo nos besamos—Ino soltó un grito histérico de pura felicidad.
—¿Y que tal besa?—cuestionó con picardía.
—Muy bien—respondió y de inmediato se arrepintió al ver como las tres la veían sonriendo—Lo que quiero decir es, bueno, se trata de lo que confesó después del beso—suspiró para darse valor y así poder continuar—Él me dijo que está interesado en mí y me pidió ir a cenar mañana... dijo que esperaría mi mensaje confirmando la salida y si no envió nada, lo tomará como un no, y aseguró que nunca más me molestaría—lo último lo dijo con pesar, pues no quería que Indra se alejara de ella.
—Hina eso es genial—añadió Yume. La fémina había mirado de cerca la lucha de esa pobre niña. Ella nunca fue igual a las otras chicas de su edad, dada la enfermedad de Hiashi y cuando por fin creyó encontrar el amor, terminado con el corazón roto. Si la vida le estaba ofreciendo una segunda oportunidad de amar, debía arriesgarse a intentar ser feliz.
—Yume tiene razón, ademas, un amor es justo lo que necesitas en tu vida—ánimo Tenten, recordando la deslumbrante sonrisa de cierto rubio con el que había estado muy apegada los últimos días.
—Supongo que si piensas ir ¿verdad?—el rostro de Ino tenía una expresión inquisitiva mientras esperaba la confirmación de la ojiperla.
—No lo se, yo... aún me siento confundida—confesó y las tres se miraron entre sí.
—¿A que le temes Hina? Sabes que él no es Sasuke y no por lo sucedido, puedes cerrarte a otras personas que quizás puedan hacerte feliz ¿Que es exactamente lo que te tienes con dudas?—inquirió Yume.
—Yo siento que es muy pronto, tal vez también las otras personas piensan lo mismo—Ino rodó los ojos.
—Ya veo ¿así que de esto se trata?—la ojiperla desvió la mirada—¿Piensas que es muy pronto luego de la separación de Sasuke? ¿Quienes crees que te juzgarán? ¿Sus padres? O quizás ¿sus amigos y los tuyos?—de nuevo la joven se quedó en silencio y con eso dejo clara la respuesta—Dime algo Hina ¿cuanto tiempo espero él para revolcarse con la otra?
—¡Ino!—la reprendió Tenten.
—¿Que? ¿Acaso dije algo que no es cierto? Respóndanme ¿es justo que ella se cierre al amor mientras que Sasuke continua como si nada con su esposa?—las otras dos féminas se quedaron en silencio, puesto que Ino tenía razón. No había ningún motivo por el cual Hinata debía sentirse mal. Sasuke no esperó nada para estar con la otra, sin olvidar que se portó como un bastardo con ella y nunca le dio su lugar, durante el tiempo que vivieron juntos.
—Estoy de acuerdo, tu no tienes porque sentir que faltas al respeto de nadie y si eso es lo que te detiene, puedes hacer a un lado tu culpa, porque de hecho, no hay ninguna—repuso Yume con seguridad y convicción.
Hinata sintió que se quitaba una carga de encima. Era muy triste, sin embargo, ellas tenían razón, Sasuke no se inmutó en lo más mínimo ¿porque debía hacerlo ella?
—Gracias a todas por siempre estar a mi lado cuando mas las he necesitado... no se que haría si no las tuviera conmigo—las tres la abrazaron conmovidas.
—¿Entonces le darás una oportunidad a ese suculento ejemplar?—se separaron con la pregunta de Ino.
—Ire a cenar con él y dejaré que las cosas fluyan por si solas sin precipitarme—las mas jóvenes gritaron con entusiasmo.
—¡Buenas noches señoritas!—las cuatro voltearon al escuchar la voz masculina y se encontraron con Hizashi—Se quedarán a cenar ¿verdad?—la fémina de cabello castaño oscuro hasta los hombros y esbelta figura, se sonrojó al verlo. Hizashi se parecía tanto a su gemelo, del que estuvo enamorada en silencio durante el tiempo que cuidaba de él.
Las tres se quedaron a cenar y pronto fue evidente la cercanía que comenzaba a surgir entre la enfermera y el Hyuga. Ellos conversaban entre sí de cosas de acuerdo a su edad, tan enfrascados estaban, que se quedaron a solas sin notar que las chicas ya se habían marchado a escoger la ropas que se podría Hinata al día siguiente. Tampoco se olvidaron de animarla a enviar el texto.
Ino decía que lo enviará esa misma noche, mientras que Tenten sugirió hacerlo en la mañana siguiente. La rubia les dijo que de ninguna manera debía hacerlo esperar por tanto tiempo, así que con las manos temblorosas, la ojiperla envió el mensaje y se apresuró a guardar el celular, como si con eso pudiera deshacerse de la inquietud.
Mas tardé, Indra aún no respondía y las amigas de Hinata se marcharon, sin embargo, Hizashi les dijo que debía hablar algunas cosas con Yume y que lo mejor era que se quedará a dormir con Hinata. A Neji no lo miraron, pues tenía turno nocturno y no llegaría hasta el día siguiente.
Tanto Hinata como sus amigas sonrieron ante el comportamiento de Hizashi y Yume. Era evidente que ellos creían ser muy discretos. Aunque todavía estaban en plan de conquista y no habían pasado de uno que otro beso, se comportaban como un par de adolescentes.
[...]
Indra respecto el acuerdo con Hinata y no la llamó. El día siguiente la pasó pensando en ella y se quedó esperando su respuesta. Estuvo en reuniones clandestinas viéndose obligado a concentrarse, no obstante, apenas tenia un rato libre y sus orbes se iban a su celular encontrándolo saturado de llamadas y mensajes, más ninguno de ellos provenía de ella.
El Lunes fue un día muy ajetreado en los juzgados y tuvo que hacer un gran esfuerzo por ser objetivo en sus casos, no dejándose llevar por sus problemas personales. Salió a media tarde y no pudo evitar sentirse desanimado. Sólo quedaba el resto del día y aún no sabía su respuesta.
Arribó a un bar dónde quedó de verse con Ashura y Madara. El lugar era discreto y se servía buena comida. Pasaron un rato mientras él les explico los resultados de los negocios que tenían juntos, hasta que llegó la hora de marcharse. Estuvo tan entreteniendo bebiendo que se olvidó del celular, hasta que llegó a su mansión. Cuando finalmente lo revisó, miró lo que estuvo esperando desde la noche que lo propuso.
Eran las once de la noche y ella le envió el mensaje desde las ocho. Se quedó pensando por un momento si debía responder dado el horario, sin embargo, no la iba dejar esperando, así que respondió.
Sonriendo se duchó y se quedó despierto pensando lo que pasaría a partir de la siguiente noche. El que ella aceptara la invitación, le daba luz verde para conquistarla, entonces no desaprovecharía esa oportunidad. Estaba decidido, la haría sonreír de nuevo, tal como la noche que la conoció.
[...]
El día siguiente, la ojiperla corría de un lugar a otro, tratando de arreglarse antes que Indra llegará. El mensaje decía que pasaría a las siete en punto y ya eran las seis cuarenta. Sus amigas sugirieron un vestido ajustado de arriba y suelto de abajo en color claro. La prenda era sencilla sin embargo, en ella lucía llamativo y las altas sandalias de fino tacón que se amarraban cruzándose por arriba del tobillo, le daban un toque sensual.
—¡Cariño!—la llamó Hizashi—Indra acaba de llegar y te espera abajo—el castaño sonrió al verla tan nerviosa—Te lo diré antes que Indra lo haga... te ves hermosa y espero que te diviertas—la joven lo abrazó conmovida. Ese abrazo era el último toque que necesitaba para estar segura de estar haciendo lo correcto.
—Gracias tío... te quiero mucho—el castaño sintió que se derretía con lo dicho por la hija de su hermano, la niña que juró cuidar y que en poco tiempo se ganó su corazón.
—Yo también te quiero—le limpió las lágrimas con sus pulgares. Se veía muy linda cómo para estropearse con lágrimas—¡Anda ve y diviértete!—la joven asintió.
Bajo las escaleras y parado al final de ellas, lo encontró esperándola. La seguridad de la chica se puso a prueba al ver su imponente apariencia. Quizás se debía a su trabajo, pero ese hombre siempre vestía elegante, formal y por supuesto... sumamente atractivo.
—¡Buenas noches!—al escucharla, giró a verla y extendió la mano para recibirla. La ojiperla sonrió con timidez y la aceptó en seguida.
—Se ve preciosa—de inmediato besó la mano y la condujo a su coche. Durante el trayecto, el Otsutsuki se permitió mirarla y se preguntó ¿si ella era consciente de lo tentadora que se veía luciendo las correas provenientes de las altas sandalias? Ese detalle resaltaba la belleza de las suaves piernas.
Sin querer ser pillado por ella, se dedicó a conducir siendo seguidos por el vehículo todo terreno que siempre lo seguía desde lejos.
Como aún era temprano, el restaurante que eligió el varón se encontraba con la mayoría de las mesas ocupadas. Indra tenía reservación para las mesas del fondo, las que daban un poco más de privacidad a quienes las ocupaban.
Indra la tomó de la mano y atravesó el lugar ante las curiosas miradas de los clientes. Llegaron hasta la mesa separada para ellos y él, estiró la silla donde se sentó la chica, luego eligió sentarse en la mas cercana a ella. La pareja se sumergió en su agradable cercanía, mientras eran observados por dos pares de orbes oscuras. Padre e hija los veían desde su lugar. El mayor apretó la mandíbula conteniendo los celos, al mismo tiempo que la jovencita alternaba la mirada entre la pareja y la actitud de su padre.
Continuará.
Me disculpo por la demora y por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron, apenas las encuentre y las iré corrigiendo. Se que debería haber actualizado La esposa del héroe y Cuando tú llegaste, pero salió primero el capítulo de esta 😊💕
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