Capitulo 16

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro. La imagen no me pertenece y los créditos van a su creador.

—Yo... supe lo de tu padre—la morena lo miro sin decir nada—En verdad lo siento mucho Hinata, siento no haber estado contigo durante ese duro momento—quiso extender la mano hacia ella, pero al verla tan sería se arrepintió.

—Si, puedo imaginarlo—respondió la chica intentando contenerse. No lloraría frente a él, porque así se lo había propuesto.

—¿Podemos hablar en otro sitio? No creó que sea bueno hacerlo aquí—sugirió el Uchiha pues estaban prácticamente en el estacionamiento de la escuela y por ende, no tendrían privacidad.

—Lo siento pero no iré a ningún otro lugar, deberás hablar aquí mismo—ella se mordió el labio para no decir lo que pensaba. Le dolió saber que seguramente temía ser visto con ella ahora que su esposa estaba de regreso.

Sasuke suspiró y se obligó hablar—Se que te debo una explicación sobre mi comportamiento al irme del país sin avisarte, como lo referente al regreso de Sakura.

—Tranquilo Sasuke, no te sientas obligado, después de todo, si lo piensas bien, no me debes nada y cualquier cosa que nos digamos aquí, no cambiará los hecho y las decisiones tomamos—en realidad ella no necesita escuchar como el regreso de la mujer a quien ama, había terminado de finalizar su frágil matrimonio, el cual ciertamente nunca existió.

—No hables así, nosotros estuvimos casados y compartimos muchas cosas durante ese lapso de tiempo... hay sentimientos involucrados de ambas partes—al verla tan cerca, le daban ganas de estrecharla entre sus brazos y borrarle la expresión de tristeza que prevalecía sobre ella.

—No estoy diciendo nada que no sea cierto, el regreso de tu esposa ayudó a dar el paso que ya estábamos por dar, después de todo, nuestro matrimonio ya no iba a ningún lado que no fuera el divorcio... Tu me dejaste bien claro cuales eran tus prioridades y contra eso, yo ni quería, ni podía luchar.

—Se que lo dices por los problemas que tuvimos a causa de los desacuerdos entre Sarada y tú... Si tuvieras hijos se que podrías entender mejor y no me juzgarías por como me porté—la miro cruzar los brazos sobre su pecho mientras lo enfocaba con la mirada acusadora.

—Quizás tengas razón, pero si me quedaba a tu lado, nunca podría experimentar la dicha de ser madre, ya que tú también decidiste que no tendrías hijos conmigo—Sasuke quiso corregirla, pero en ese instante recordó la conversación con su madre. Seguramente fue una gran decepción para ella escucharlo hablar así.

—Yo no dije que no quisiera hijos contigo, solo quería esperar un poco—aclaró con rapidez.

—¿Esperar un poco? ¿Hasta cuando? ¡Oh claro! Esperar hasta que tu hija tuviera sus propios hijos y mi tiempo de ser madre hubiera concluido—la ojiperla sintió asco al decir lo que pensaba—Yo quería tener hijos y tú decidiste por mi, nunca tocaste el tema, ni siquiera pediste mi opinión ¿Lo vez? Por donde quiera que le busquemos, al final lo mejor que nos pudo suceder fue la llegada de la mujer que no se cansa y por el contrario, termina cansándote a ti—el azabache se sorprendió con los reproches de la ojiperla y de nuevo sintió vergüenza por sus actos.

—Supongo que lo dices por lo que miraste...—ella no lo dejó terminar.

—Lo digo por lo que tú mismo afirmaste sobre ella y yo...—le estaba costando mucho mantenerse firme—Cuando nos casamos, sabía que no iba ser fácil y aún así me involucré contigo porque me enamore. No obstante, con dolor tuve que dejar pasar como tu casa parecía un santuario dedicado a ella—levantó las perladas orbes al cielo en busca de valor—El sentimiento de estar siempre en tercer plano, cobró fuerza día a día y al poco tiempo supe que no podría soportar ser constantemente comparada con la mujer que aún después de muerta continuabas adorando... Nadie Sasuke, nadie merece ser tratada como lo fui yo ¿Como te hubieras sentido si fuera yo quien en cada paso comparara tu desempeño sexual con el de otro hombre? Es claro que no te gustaría—aunque intento no llorar, no pudo evitarlo y se odiaba a si misma por amarlo tanto.

—Perdóname... lo que menos quería era herirte—apenas podía creer que ella hubiera escuchado lo que dijo y se sintió avergonzado—pero de una cosa puedes estar segura, te amaba y de no ser por Sakura, lucharía por nuestro matrimonio e intentaría comenzar de nuevo para que fueras feliz, más ahora que tu padre se ha ido y que te debía mi protección.

—¡Mentiroso!—exclamó al momento en él que intento acercarse a ella. Las lágrimas no dejaban de manchar su rostro pero ya no intento frenarlas. Por primera vez tuvo la oportunidad de desahogarse y no pensaba dejar nada en su pecho—Nunca fui tu prioridad, sólo fui la mujer con quien te dedicabas a tener sexo recordándola a ella y tu repentina desaparición, lo dejó muy claro—elevó un poco la voz al decir lo último.

—¡Hinata! Estás equivocada, yo en ningún momento tuve sexo contigo, yo te hacía el amor... y lo hacía porque así lo sentía—no podía dejarla pensar así dado que estaba equivocada—Se que cometí errores, sobre todo lo que hice cuando te fuiste molesta aquella tarde, pero todo fue tan repentino y confuso que no supe hacer lo correcto.

—Nada de lo que digas cambiará los hechos, ni la manera en que me sentía contigo—se molestó por escucharlo queriendo limpiar su comportamiento—Se que lo sucedido con tu esposa no fue algo que tu pudieras controlar, pero no ibas a ser juzgado por mi. Cualquier persona sensata  hubiera entendido que debías hacer lo correcto... ¿Pensaste que si me enviabas un mensaje explicando tu partida yo te lo impediría? ¿De verdad te parecí tan egoísta?—cuestionó dolida—Fuiste la primera persona a quien llamé, cuando me sentí más sola que nunca ¿y que obtuve?—reprochó llorando—No hace falta que hables sobre lo que no sucedió y no sucederá, pues ni siquiera pudiste esperar hablar conmigo cuando ya ocupaban la cama donde también dormía yo... no me vengas con falsedades las cuales sólo son para tranquilizar tu conciencia.

—Lo siento tanto, yo no quería que las cosas terminarán así y sin proponérmelo termine haciéndote daño—suspiró y sintió un hueco en el pecho al saberla tan lejos—Estoy muy confundido entre lo que siento por ella y por ti... Ahora que te fuiste no sé cómo descifrar por quien ciento culpa y por cuál siento amor... quizás si dejáramos pasar un poco de tiempo, yo logré aclarar mis sentimientos... Sakura sufrió mucho y en este momento me necesita.

—Te lo haré fácil, quédate con ella—lo dijo con total convicción—No quiero cerca de mí a una persona, la cual en unos años de estar a mi lado, se despierte lamentando no haber elegido a la otra, ademas entre nosotros ya no hay nada que pueda ser rescatado... yo no puedo ni imaginar volver a estar cerca de ti, luego de ver como ella te devoraba en la cama. Eso rompió mi corazón y me dejó muy en claro que nunca volveremos a estar juntos... ¿Lo vez? No hay porque sentirse confundido, la decisión correcta, o mejor dicho, la única decisión, es permanecer con quien te necesita—le dolía mucho recordar como los miró, pero parecía un comercial que se repite innumerables veces en el televisor—Otro punto a favor de tranquilizar tus dudas, es que tu vida será como antes, sin conflictos con tu hija como añorabas que fuera, puesto que tu esposa es su madre y como tal, todo marchara en perfecta armonía.

—Se que mis acciones te lastimaron y lo lamento porque no era mi intención, yo no quería que terminara así—el azabache se quedó sin argumentos y ya nada de lo que dijera, arreglaría la forma en que ella lo veía.

Créeme, tampoco yo, pero ya no hay nada que se pueda hacer—la morena se limpió el rostro—Esta es la despedida y cómo ya te había dicho antes, mi tiempo es limitado y me esperan en mi marginado barrio—soltó con sarcasmo, en una forma de tomar valor y así dejar de llorar.

—¡Espera!—le tomó el brazo antes que ella logrará irse—En cuanto a tu seguridad, no tienes nada de que preocuparte, yo me haré cargo de todo y Jugo puede...—de nuevo lo interrumpió y se deshizo de su agarre con una expresión de asco.

—No vuelvas a tocarme nunca más—la joven sintió que su mano la quemaba, puesto que de nuevo recordó cómo sostenía la cintura de la otra mujer—y no te preocupes por mí yo puedo arreglármelas sola.

—Corres peligro ¿que no lo entiendes? Esto no tiene nada que ver con nuestros problemas—la reprendió, puesto que ella se puso terca aún sabiendo el peligro que corría. Imaginar al bastardo poniéndole las manos encima lo ponía furioso—el Raikage no se detendrá ahora que ya no estamos juntos.

—Lo que pase conmigo no es tu responsabilidad, ni tampoco tu incumbencia, como ya dije, no hay nada que nos una y si ese tipo se acerca, no es algo que debas saber. Tienes una familia de la cual ocuparte y la vida te da una segunda oportunidad con la madre de tus hijos... lo mejor que debes hacer es aprovecharlo siendo feliz—el conductor se acercó y antes de irse volvió a mirarlo—Cuida mucho a Taro, se que eres su padre y lo amas, pero él también necesita de tu compañía, de tu tiempo y sobre todo, necesita mucho tu comprensión—Sasuke se quedó parado mirándola alejarse. El miedo a no volver a verla le llenó el corazón de miedo a ya no tener participación en su vida y en sus decisiones.

Subió al auto y regresó a la empresa, sin embargo, la opresión y la tristeza no lo abandonó a lo largo del día. Apenas llegó la hora de salir y se apresuró a marcharse. Arribó a su hogar y el peso de la realidad lo golpeó de nueva cuenta. Taro no se veía por ningún lado y cuando pasó por su recámara lo encontró sentado mirando algo en su celular. Percibiendo su cercanía, lo dejó a un lado para fingir leer un libro.

—Estoy en casa hijo... ¿que veías en tu celular?—cuestionó queriendo romper el ambiente triste reflejado en su niño.

—Nada importante, sólo unas fotografías que me gustaría conservar—el chico temía que al verlas, sus padres le pidieran borrarlas.

—¿Las puedo ver? Te prometo que no te pediré eliminarlas—Taro accedió y Sasuke de nuevo se sintió muy apesadumbrado.

—Fue unos días antes de su boda—agregó Taro con melancolía. Sasuke se quedó mirando la fotografía sin apartar las oscuras orbes a ningún otro lugar. Esa tarde, Taro insistió en que jugará videojuegos con él y puso como condición que su prometida también lo hiciera. Como era de esperarse, Hinata se sintió muy apenada cuando la sentó frente a él, mientras Taro los veía sonriendo. No recordaba en que momento su hijo les tomó la foto, pero evidentemente lo hizo y quedó como un bonito recuerdo de los felices días que compartieron.

—No le digas a mamá que la tengo o me dirá que la borré y no quiero hacerlo—con el regreso se su madre muchas cosas habían cambiado y aún con su corta edad, había podido percibirlo.

—Colócala en la librería privada dentro de tu teléfono y así nadie más que tu podrá tener acceso a ella... yo no diré nada porque no tiene nada de malo, es un recuerdo que deseas conservar—el niño asintió sonriendo e hizo lo sugerido por su progenitor—¿Y dónde está tú madre y Sarada?—preguntó al no escuchar nada de ellas.

—Llegaron unas amigas de mamá y ambas se fueron de compras con ellas—Sasuke permaneció en silencio—Si, me invitaron pero no quise ir con ellas—aclaró intuyendo lo que pensaba su padre.

—Está bien, me iré a cambiar y cuando termine cenaremos juntos ¿que te parece?—lo dicho por Hinata continuó dándole vueltas en la cabeza y al ver a su hijo entusiasmado con la propuesta, comprendió que ella tenía razón... Taro también lo necesitaba aunque nunca lo dijera, seguramente por no ser considerado un chico débil. El niño aceptó sonriente y comenzó a recoger sus materiales escolares, dejando la cama en completo orden. Mientras tanto el azabache mayor se preguntaba quienes serían las amigas de Sakura.

...

Con los días, las dos antiguas colegas y amigas de Sakura, pasaban gran parte del día con ella, ya fuera de compras, como el día en que llevó a Sarada, o lo que ella llamaba como noche de chicas. Sasuke no objetaba en absoluto, dado que eso mismo hacía antes del crucero, sin embargo, le pareció extraño considerando las muchas ganas que tenia de estar con sus hijos, incluso toda la familia Uchiha, ya había comenzado a especular sobre ella.

Contrario a lo que siempre pensó, se sentía vacío, casi como se sentía antes de... antes de conocer a Hinata. No podía quejarse del sexo, ya que Sakura era insaciable, sin embargo, a menudo se encontraba recordando el dulce y tierno comportamiento de Hinata. La extrañaba, echaba de menos todo de ella y saber lo mucho que la hirió, lo hacía sentir miserable... Seguramente era el karma por desear que fuera como era Sakura y ahora que tenía a la persona que tanto idolatró, no se sentía completo.

[...]

La radiante sonrisa de Naruto dejaba muy en claro, que había recibido una buena noticia. Kurenai no lo culpaba, puesto que ella, ya hasta había llorado de felicidad.

—¿Ya lo sabe Hina?—cuestionó emocionado. Quizás ella podía levantar su decaído ánimo, ya que se les venía mucho trabajo encima y apenas tendría tiempo de ponerse triste.

—Aún no, pero ya no debe tardar en llegar... tu fuiste el primero en saberlo y para serte sincera, creí que lo habías hecho—el rubio negó con las manos y continuó sonriendo.

—No y la verdad, no tengo idea de quién pudo hacerlo...—tanto el rubio como Kurenai giraron al escuchar el saludo de Hinata.

—¡Buenas tardes!—habían pasado unos días luego del encuentro que tuvo con Sasuke y desde entonces había sufrido una fuerte depresión y con la visita de Taro, fue aún mas doloroso. Le partió el corazón ver las lágrimas del pequeño pidiendo no ser abandonado.

Flashback on

Hinata se encontraba realizando la limpieza de su casa en el momento en que escuchó el timbre de la puerta. Se acercó abrir y se encontró de frente con Itachi acompañando a su pequeño sobrino—¡Hola Hinata! Taro me pidió que lo trajera a verte.

—Hina... siento mucho tu pérdida—el pequeño se abrazó a ella y no quería soltarla. La ojiperla lo sintió temblando y de inmediato lo encaró.

—¿Que pasa cariño?—las mejillas del Uchiha menor ya se hallaban húmedas por las lágrimas—Respóndeme ¿que ocurrió?—ella temió que alguien lo hubiera dañado y buscó la mirada de Itachi, quien no mostraba preocupación.

—Ya no serás mi tutora ¿verdad?—este era otro de los momentos que Hinata temía enfrentar.

—Tu ya no me necesitas, ni a mí ni a nadie... has demostrado ser muy inteligente y estoy segura de tu éxito—trataba de explicar sin soltarse a llorar, aunque le estaba costando mucho.

—¿Me déjate de querer por el regreso de mamá? ¿Es eso verdad?—Itachi les dio privacidad y espero afuera, mientras que ellos lloraban—¿Es por eso que ya no regresarás a mi casa?

—Yo no voy a dejar de quererte... pase lo que pase, tu siempre podrás contar conmigo ¿de acuerdo?—el niño se mantuvo en silencio—pero debes entender que yo ya no puedo regresar a tu casa, ni a casas de tus familiares.

—Pero tu eres la única que me entiende... ¡Ella... a pesar de ser mi madre es una desconocida!—la Hyuga se derrumbó y abrazó fuerte al niño—Por favor no me abandones Hina, no quiero estar como antes de tu llegada.

—No, no cariño no digas eso, yo nunca te abandonaré, ademas... ella es tu madre y sólo debes darle tiempo para que se adapte a su nueva vida... Ya verás que con los días, serán grandes amigos y te entenderá mucho mejor que yo—ambos quedaron de seguir en contacto y muy a regañadientes, Taro se marchó con Itachi. Esa tardé la ojiperla se sumergió en la mas cruda tristeza

Flashback off

Luego de pasar días sumergida en el dolor y la melancolía, Iruka la visitó y habló seriamente con ella. Le reprochó estarse dejando ganar por la adversidad. También le hizo ver lo mucho que estaba preocupado a quienes la querían, incluyendo a todos sus alumnos. El varón la abrazó fuerte como lo hacía su padre y le suplicó que no se dejara vencer por el dolor, luego la llevó hacia la construcción del orfanato y fue ahí, que la ojiperla hizo uso de todo su autocontrol para salir del infierno donde cayó. Poco a poco, la fue tomando la determinación de continuar con sus deberes y aunque el alma le doliera, debía seguir con su vida lejos de Sasuke

—Hina... no te imaginas lo que acaba de pasar—Naruto parecía un niño emocionado—alguien dono una fuerte suma de dinero para agilizar la construcción del orfanato y no sólo eso, también llegaron muchos camiones cargados de muebles como cunas literas, sillas y mesas sin olvidar la ropa de niños desde bebés hasta casi adolescentes.

—¿En serio?—cuestionó sorprendida.

—Así es... esta mañana nos avisaron sobre los nuevos ayudantes que llegaron a pintar y finalizar las edificaciones, también llegó comida enlatada, pañales, fórmula de bebé, útiles escolares prácticamente no hace falta nada—repuso Kurenai—con esta ayuda, el orfanato se logrará inaugurar en menos de una semana.

—Es una gran noticia—la chica se sintió muy feliz y lo único en lo que podía pensar era el los pequeños que ya no pasarían fríos y hambre estando solos en las calles—Eso significa que ya no tenemos necesidad de elegir los muebles y los trámites serán mucho más rápidos.

—Si Hina, incluso se abrió una cuenta corriente en el banco cercano para los futuros gastos ¿puedes creerlo?—el rubio la abrazó y dio media vuelta con ella.

—Esto es obra tuya ¿no es así Naruto?—presentía que de alguna manera, su amigo estaba detrás de ese gran acto de caridad y si no era él, debía ser alguien muy cercano a su círculo.

—Kurenai preguntó lo mismo, pero te juro que yo no tuve nada que ver en esto y no tengo ni la menor idea de quién pudo hacerlo, sin embargo, debo decir que la persona responsable hará una gran diferencia a nuestro proyecto, dado que ni con todo lo que logramos recaudar, igualamos la donación que llegó—el varón también se encontraba curioso sobre la identidad del responsable y por más que pensó en diferentes personas, ninguna parecía haberlo hecho, quedando poco a poco sin ideas y con más curiosidad.

—El benefactor no reveló su identidad, sólo nos hizo llegar la ayuda—la fémina miró con satisfacción la sonrisa de Hinata, la cual parecía haber desaparecido de su rostro durante los últimos días y en ese momento, se apreciaba genuina—Ahora se nos vendrá mucho trabajo y necesitaremos toda la ayuda posible de voluntarios ¿crees que puedas ayudarme con los jóvenes a quienes asesoras por la noche? ¡Claro! Cuándo los trabajadores terminen con el proceso de pintura y con los detalles restantes.

—Por supuesto... está misma noche le diré que estén preparados y estoy completamente segura que lo harán de todo corazón al igual que Ino y Tenten—la morena pensó en Kawaki, puesto que él chico era muy atento y siempre estaba dispuesto a dar la mano en cualquier cosa que ella necesitaba.

—Yo también traeré a cuantos voluntarios encuentre—añadió Naruto—El alcalde Senju aseguró que cuando estuviera terminado, enviaría fondos para cubrir el salario de quienes cuiden a los niños, como también para los gastos mensuales del orfanato, ademas... quiere dar una fiesta de inauguración, donde la prensa estará invitada, pues desde la subasta, has seguido todo el proceso y estoy seguro que esto será beneficioso—concluyó mirando a ambas féminas. Ellas sonrieron contentas sin objetar nada.

—¡Discúlpenme un momento!—Hinata respondió el celular y a pesar de titubear en la conversación, finalmente sonrió y asintió a cualquier cosa que le pedía la persona al otro lado de la línea.

—¿Todo bien Hina?—cuestionó Kurenai.

—Si, es sólo que Neji quiere pasar por mi después de su turno en el hospital... quiere que vaya con él a cenar con mi tío... Ayer les entregaron la casa que compraron y se empeñan en que la conozca.

—¿Todavía insisten en llevarte a vivir con ellos?—inquirió el rubio y la joven se dedicó asentir—No quiero entrometerme en tu vida Hina, pero como alguien que se preocupa por ti, creo que es una buena idea... estoy seguro que estando con ellos te sentirás mucho más tranquila, además estarás segura—no era la primera vez que escuchaba esa sugerencia, pues prácticamente todos sus amigos insistían en que lo hiciera.

—Naruto tiene razón, no debe ser buena la soledad para ti, al menos, no por un tiempo. Estoy segura que tanto a ellos como a ti, les hará bien pasar tiempo juntos—añadió Kurenai.

—Lo pensaré—les respondió y los tres se dispusieron a revisar a detalle todo lo que tenían disponible para el orfanato y así les sería más fácil dividirlo en las zonas correspondientes.

[...]

Neji terminó el turno luego de realizar una cirugía. Subió a su auto y se dirigió a buscar a su prima. Todavía no lo podía creer que tuvieran a Hinata como parte de su familia. Recordando la mañana que la conoció, no pudo evitar avergonzarse de sí mismo, dado que apenas la enfocó en su campo de visión, se sintió sumamente atraído hacia ella aún sin saber sobre su identidad. Durante esa mañana estuvo pensando en quien podía ser y cuando entró en la habitación de su tío, comprobó lo que había temido y se negaba aceptar.

Pronto supo lo mal que la había estado pasando dentro de su matrimonio y sintió despreció por el imbecil que se caso con ella y no la había cuidado debidamente.

Con la muerte de Hiashi la conoció mejor y al igual que le sucedió a su padre, se encariñó con ella, dejando de lado su vergonzosa atracción inicial, ahora lo único que deseaba era mantenerla a salvo, sobre todo después de encontrarla totalmente perdida en el dolor la noche que la llevó al hospital. A decir verdad, estaba completamente seguro que de no haberla tratado contra la depresión, ella hubiera cometido una locura, el mismo médico que la trató se lo dijo. Hinata atravesaba una severa depresión y no debían dejarla sola.

Conocieron a la familia Uchiha y no podía mentir, ellos le dieron muy buena impresión, sin embargo, aún no conocían al "esposo"al responsable del estado de ánimo de Hinata. Si bien es cierto que lo sucedido no era culpa de ese tipo, también era cierto que no dio la cara como debió de haberlo hecho desde el principio y ahora la chica lidiaba con el abandono.

Desde que salió del hospital, su objetivo era llevarla a vivir con ellos, de ese modo podían estar al pendiente de ella y el tipo que la molestaba tampoco tendría acceso a molestarla, sin olvidar, lo feliz que se sentiría su padre. No sabía que les deparaba el futuro, pero si en sus manos estaba contribuir a que ella se olvidara de ese hombre, lo haría sin pensarlo y la mejor manera, sería si ella trataba a alguien más, por ejemplo ese joven rubio que parecía muy interesado en su bienestar.

Arribó a su destino y envió un mensaje de texto. En minutos la miró salir y por primera vez desde que la conoció, sonreía con sinceridad. Abrió la puerta luego de saludarla y regresó al lado del conductor.

—¿Puedo saber el motivo de tu alegría?—el castaño sonrió al verla jugando con sus dedos de manera nerviosa, pues aún le tenía vergüenza a su primo.

—Una persona realizó una gran donación para terminar el orfanato—de camino a casa de Neji, Hinata le contó todo lo que habló con Naruto y Kurenai. El castaño de inmediato comprendió que ese tema la ponía muy feliz y agradeció infinitamente a las personas responsables de contribuir.

—En ese caso, yo también quiero poner mi humilde colaboración—la ojiperla lo encaro mientras bajaba la velocidad puesto que ya estaban por llegar—¿Que te parece si les ofrezco mis servicios médicos gratuitos a los niños? Estoy seguro que mas colegas se unirán a la causa apenas lo sepan—añadió en el mismo momento en que su auto se estacionó frente a una gran mansión.

—¿De verdad harías eso por los niños?—el chico asintió. La morena no se pudo contener y le dio un abrazo, el cual pronto fue correspondido—Gracias, gracias Neji, no tienes idea de lo mucho que tu ayuda facilitará los trámites legales. Con médicos dispuestos a colaborar, los inspectores de salubridad no encontrarán fallas y darán la certificación—los puntos legales eran trabajo de Naruto y todos sabían que él no iba tener reparos en pagarle a los médicos, así que Neji sería de gran ayuda.

—Cuenta conmigo... Ahora entremos que mi padre ya debe estar esperándonos—en ese momento fue que la chica apreció la imponente y hermosa propiedad.

—¡Es muy bonita la casa!—exclamó recordando cuando vivía con Sasuke.

—Me alegró que te guste, porque también es tuya—la joven iba responder algo y el castaño la tomó del brazo—Al parecer tenemos más invitados—repuso al ver dos autos. Sin decir más, ambos entraron y pronto escucharon las voces.

—¡Ahí están!—Hizashi se puso de pie cuando los primos entraron en la sala—Los estábamos esperando—con ternura abrazo a Hinata—la familia Otsutsuki cenará con nosotros, espero que no te moleste—las orbes perladas enfocaron a las otras tres personas, que ya se saludaban con Neji.

—¡Hola Hinata! Que gustó volver a verte—Kaana se acercó y saludó a la ojiperla—no sabía que vendrías pero me da mucho gusto, así no seré la única mujer durante la cena—la morena pronto se encontró con los ojos de Indra.

—Me alegró que nos acompañe, así Kaana, no me estará reclamando por no tener con quien hablar—Ashura la saludo sonriendo y ella le correspondió con amabilidad.

—¡Hinata!—Indra se acercó a la muy sonrojada joven y extendió su mano—¿Como está?—la voz del Otsutsuki le daba tranquilidad.

—Bien gracias... m-me da gusto verlos de nuevo—aunque no quería tartamudear, no pudo evitar hacerlo y se odiaba por no lograr comportarse, ademas no supo ni porqué dijo eso, ahora debían pensar que aún no se sentía bien de la depresión.

—Pasémoos al comedor, la cena está lista—anunció Hizashi y todos lo siguieron.

El patriarca Hyuga se sentó en frente con Neji a su derecha seguido de Hinata y frente a ellos, se sentaron los Otsutsukis, quedando Indra a la par con Hinata. En realidad, Indra no planeó encontrarse a la ojiluna en casa de su socio. Esa tarde su hermano le pidió acompañarlos a cenar en la nueva casa Hyuga y al no tener excusas, accedió a ir. Ahora agradeció esa decisión.

—¿Y como van las cosas con el orfanato?—cuestionó Kaana directamente a la morena.

—Mejor que nunca... de hecho en pocos días se hará la inauguración—respondió sonriendo.

—¿De verdad? Pensé que aún les faltaban algunos detalles ¿como fue que lo lograron cariño?—inquirió Hizashi.

—Hoy me avisaron que una persona hizo una gran donación—entusiasmada, les contó sobre los últimos acontecimientos a todos, mientras que Ashura veía a su hermano mayor, el cual no había dejado de ver a la joven.

—Es reconfortante saber que aún quedan personas de buen corazón—repuso el castaño mayor.

—Así es, porque gracias a esa persona, muchos niños dejarán de pasar hambre y se alejarán de los muchos peligros que padecen en las calles—al escuchar la alegría en la joven Hyuga, Ashura comprendió porque su hermano le pidió realizar esa maniobra. Aunque el capital empleado fue mucho, sería para una buena causa y el propósito principal se logró, tal como Indra lo había previsto.

La cena continuó entre pláticas de negocios por parte de los varones y de asuntos sobre los niños por parte de las dos féminas. Pasaron a la sala donde Kaana se sentó junto a Hinata y ambas pudieron tener más privacidad.

—¿Como te sientes Hinata? Me refiero a lo de Sasuke—la conversación que la joven quería evitar finalmente salió a relucir.

—La verdad aún no puedo superarlo y no se cuanto tiempo...—evitó llorar pero los recuerdos regresaron uno a uno y con ellos, también las lágrimas. Los hombres continuaron inmersos en los negocios y no lo notaron, haciendo mas fácil que la Hyuga se desahogara un poco.

—Ya-ya tranquila... no debi preguntar—Kaana se acercó más a ella y le palmeó la espalda—discúlpame, no quería traerte mas tristeza ahora que te veías feliz—la morena negó con la cabeza.

—No se preocupe, no es su culpa y contrario a lo que todos piensan, yo me siento mejor cuando logró sacar un poco de lo que siento, especialmente con personas que puedo tener la certeza que no atacarán a Sasuke—lo decía por Ino, Karin y Naruto, puesto que prefería fingir frente a ellos o de lo contrario, se molestaban y juraban propinarle una golpiza al Uchiha. La Otsutsuki no pudo evitar reír imaginando quienes eran los responsables de tales amenazas y pronto, también Hinata sonrió.

Momentos mas tarde, Kaana respondió una llamada importante sobre un pedido y dejó a la ojiperla a solas, aunque no por mucho tiempo.

—¿Le puedo hacer compañía?—ella levantó el rostro y de inmediato asintió. Indra se sentó en el mismo lugar donde estuvo su cuñada—Me enteré por su tío que regresó a trabajar en la escuela—él se había percatado de su llanto mientras hablaba con Kaana y se sintió mal de no poder hacer nada por ella.

—Estando cerca de mis alumnos, me mantiene ocupada y de esa manera siento que le soy de utilidad a alguien—intentó sonreír pero falló y sólo terminó mostrando su melancolía.

—Se que apenas nos conocemos y quizás no se sienta cómoda conmigo, pero quiero ofrecerle mi ayuda desinteresada para lo que necesite... incluso si lo único que desea es desahogarse de la pesada carga que lleva encima, o sólo como acompañante silencioso—Hinata lo miró con los ojos brillantes debido a la humedad—Se lo que ocurrió con Sasuke y creo que con el tiempo, él lograra ordenar sus sentimientos hacia usted.

—U-usted si me hace sentir cómoda y le agradezco mucho su ofrecimiento... sobre todo viniendo de alguien tan ocupado... en cuanto a Sasuke... bueno, entre él y yo, nada se arreglará, ni siquiera si logra acomodar sus sentimientos, los cuales son y siempre serán de amor a su esposa—para ese momento dos lagrimas resbalaron por sus mejillas y el varón se apresuró a capturarlas antes que terminaran de caer.

—A veces es bueno sacar el dolor y así se hace mas tolerable —él la veía mientras hablaba, no obstante, la morena se sentía apenada por su ligero toque sobre sus mejillas—También se dice que debemos encontrar algo que nos haga sentir bien y por lo que he podido ver, a usted le hace feliz el tema del orfanato... Me gustaría saber un poco más acerca de todo y de ser posible, también quisiera ayudar con cualquier cosa que necesiten—ella  asintió y antes que lograra decir algo, Neji se acercó a ellos.

—Hinata no podré ir a dejarte a tu casa... me llamaron para una cirugía de emergencia. Le pediré a mi padre que te lleve ¿te parece bien?

—No te preocupes por mí, lo importante es la cirugía que te espera... yo llamaré un taxi, así no molestaré a mi tío—de haber tenido más tiempo, Neji hubiera protestado, pero ya debía irse.

—Con gusto yo la llevaré, no se preocupen por nada—repuso Indra, dejando tranquilo al castaño.

...

Cerca de media noche, Hinata y los Otsutsukis abandonaron la casa de los Hyuga. Indra abrió la puerta del pasajero dejando pasar a la morena. Ella trató de negarse al ofrecimiento, dado que no quería causar inconvenientes, sin embargo, Indra no le dio opciones y Hizashi se quedó mas tranquilo sabiendo que llegaría a su hogar, sana y salva.

Durante el trayecto, el varón continuó indagando acerca del orfanato y todo lo que harían. La chica le iba aclarando las dudas que obviamente él ya sabía y de a poco, la tristeza fue quedando atrás.

—Gracias por traerme—le dijo cuando finalmente llegaron frente a la casa de Hinata.

—No hay de qué—las miradas de ambos se conectaron durante unos segundos y la joven se sonrojó, puesto que a pesar de haberse casado con Sasuke, no lograba dejar la timidez con los hombres—¡Bien...! Como ya le dije, quiero ayudarles en lo que pueda ¿que le parece si voy con ustedes el día que acomoden todas las habitaciones?

—¿Usted...?—el Otsutsuki sonrió—Lo siento, es sólo que yo, bueno, lo que quiero decir es que usted es un hombre muy ocupado y no creo que...—no logró terminar lo que intentaba decir.

—¡Entiendo!—exclamó con desánimo—Quizás estoy yendo demasiado lejos y me esté tomando atribuciones... disculpe si la incomodé.

—No, no piense que no quiero su ayuda, no es eso lo que pensaba decir y por supuesto que puede venir ayudar, en estos momentos, todos los voluntarios son bienvenidos—ella jugo con los dedos índices—Pero debe saber que sera una labor muy pesada y quizás pasemos varias horas sin comer—debía aclarar todo puesto que él era un juez y la tarea que harían, no tenía nada que ver con lo que él hacía.

—Trataré de no portarme como un debilucho, aunque realmente lo sea—la morena no entendió el sarcasmo, lo que a Indra le pareció adorable. Ella era muy auténtica e inocente—Ahora la dejaré descansar, pero espero su llamada en los próximos días ¿de acuerdo?

—C-claro... yo lo llamaré para que venga ayudarnos—Indra sacó una tarjeta con su número telefónico y antes de irse se la entregó, no sin antes, tomar su mano y darle un beso en ella. Hinata entró a su casa siendo observada por el varón, quien le aseguró que no se iría hasta dejarla sana y salva, como se lo dijo a su familia.


[...]

Sarada pasó mucho tiempo sin saber nada de Kawaki. Él no había vuelto a ir en busca de Sumire, lo que le dio cierto alivio, no obstante, Chocho le informó que era Sumire quien no quería tenerlo cerca. De alguna extraña manera, se sentía mal por lo ocurrido, ya que prácticamente perdió contacto con los dos jóvenes y no creía volver a tener la oportunidad de acercarse, si dejaba todo como estaba.

Se preguntó cuál sería la mejor manera de volver a ser como antes, pero estaba confundida, así que aprovechó la bendición de tener a su madre para pedirle consejo al igual que los pedía Chocho con su mamá. Esta segura que no le contaría nada a su progenitor, aunque a decir verdad, él se veía decaído y cuando le preguntaba que le pasaba, él se limitaba a decir que eran conflictos laborales.

Abrió la puerta del dormitorio que compartían sus padres y la miró de espaldas a la entrada hablando por teléfono. Parecía de muy buen humor, pues no dejaba de reír mientras se rizaba el cabello con los dedos en forma coqueta. Sonrió enternecida... su madre era muy hermosa y cualquier cosa que hiciera, la hacía lucir linda.

—¡Mamá...! ¿Podemos hablar?—Sakura giró a verla desde su lugar y pronto la chica se acercó a ella, buscando ser mimada como lo hizo en Rusia.

—Después te llamo ¿de acuerdo?—la pelirosa apagó su celular y se levantó de la cama donde su hija se había sentado, dejándola sola—¡Sarada...! Necesitas aprender a tocar la puerta... no puedes entrar así en mi habitación, invades mi espacio—soltó irritada por la repentina intromisión.

—¡Mamá!—la chica sintió que golpearon su pecho al escuchar el reproche dirigido a ella.

—Lo ciento cariño, pero debes aprender a respetar la privacidad de tus mayores, incluso si son tus padres—la menor asintió con un nudo en la garganta—Ahora dime ¿de que querías hablar?—haciendo a un lado el mal momento, Sarada se dispuso a contarle sus dudas.

—Hay un chico, su nombre es Kawaki—Sarada le contó absolutamente todo lo que había pasado hasta el momento en que Hinata abofeteó a su padre el día que recibió su llamada. Sakura escuchó atenta lo referente a la otra mujer y su irritación fue en aumento. No pasó por alto los cambios en el comportamiento de Sasuke y estaba segura que se debía a ella—¿Que debo hacer mamá?

—Le dare la razón a tu padre... no es bueno que una chica de tu clase se mezcle con personas de baja categoría, ademas de no pertenecer a nuestro círculo social, también mantiene vínculos con esa mujer—recalcó con autoridad.

—Pero...—la joven esperaba que le preguntara acerca de sus sentimientos, de como fue que llegó a interesarse tanto en él, sin embargo, lo único que le importó, fue que el chico se conocía con la Hyuga. Su madre no tenía de que preocuparse, dado que la ojiluna no volvió acercarse a ellos.

—Sin peros Sarada, ese muchacho no es para ti y te pido que no vuelvas hablarme de tonterías como esa—el celular de Sakura sonó de nuevo—¡Anda...! Regresa a tu recámara, necesito responder esta llamada—la menor no tuvo otra opción que obedecer y salió mirando como la sonrisa regresaba al rostro de su madre apenas respondió la llamada.

Ese fue sólo uno de los cambios que surgieron en el comportamiento de Sakura hacia su hija. Esto no aplicaba a Taro, pues el chico no lograba apegarse a ella a pesar de prometerle a su padre que lo intentaría.

...

El Viernes por la noche, queriendo regresar a la tradición, Naruto arribó a casa de su mejor amigo siendo la primer vez que lo haría después del regreso de la esposa secuestrada. Los visitó los días posteriores al regreso de Sakura, pero no como lo hacía con los niños.

Durante los casi dos meses del regreso de Sakura, no convivieron mucho con la pareja, pues ella estaba por retomar su puesto en el hospital y la mayor parte del tiempo, salía con sus amigas que también trabajaban en el mismo sitio, mientras que Sasuke, se quedaba hasta muy tarde en la oficina.

El tiempo había pasado tan rápido, que apenas se sintió y con el trabajo en su oficina, como en los centros comunitarios, su vida era muy ajetreada. Lo mejor de todo, era que Hinata se veía mas animada y evitaba mencionar a Sasuke en todo momento.

—¡Tío Naruto!—Taro abrió la puerta y se puso feliz cuando vio al rubio—Viniste como antes—ambos llevaron los paquetes de la cena hacia el comedor.

—¿Donde están tus padres y tu hermana?—el Uzumaki pensó que estaban encerrados en su habitación recuperando el tiempo perdido, tal como la noche que la ojiperla los miró.

—Papá está en su oficina, mamá salió y Sarada se encuentra en su habitación.

—Entonces ve por tu hermana y yo iré por Sasuke—Taro subió en busca de Sarada y el Uzumaki entró en la oficina sin tocar—¡Teme...! Acompáñanos a cenar—Naruto frunció el ceño al ver las ojeras en el rostro de su amigo.

—¿Que no te enseñaron modales Dobe?—Naruto sonrió y prácticamente lo obligó a salir a cenar con ellos.

—Pensé que Sakura también estaría aquí—apenas terminó de hablar y apareció la susodicha.

—Vaya... parece que llegue a tiempo para la cena familiar de la que tanto me ha hablado Sarada—Naruto no pudo evitar observar el comportamiento de los Uchihas y pronto le dio la sensación de estar en el pasado. Sakura sólo parecía pendiente del celular, los niños cada uno en silencio perdidos en sus pensamientos y Sasuke indiferente a todos.

La atmósfera era justo como era antes del secuestro de Sakura, aunque había unos ligeros cambios, como el semblante de Taro, posiblemente debido su edad y el mas notorio para él, incluso cuando a simple vista no era notorio, fue el que mostraba su amigo... La mirada de Sasuke estaba mas ausente que de costumbre y lo sabía, porque era la misma mirada triste y ausente que había apreciado en Hinata.

El rubio negó con la cabeza y pensó en lo irónico que iba ser cuando el azabache lo descubriera... Su amigo se había enamorado de Hinata y ni siquiera lo sabía. Quizás a esas alturas, lo mejor que le podía ocurrir era permanecer sin saberlo, de lo contrario, sufriría a causa de sus propios errores.

Continuara.

Aquí está otro capítulo, para tratar de adelantar la historia. Me disculpo por los errores de ortografía que seguramente se me quedaron, en cuanto los encuentre y los corregiré. Para quienes siguen Cuando tú llegaste, esa será la próxima actualización, seguida de La esposa del héroe 😊💕

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