Capitulo 13
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Hinata vistió un vestido negro con detalles dorados. Estuvo mirando entre varios y fue Sasuke, quien le sugirió usar ese modelo, aunque el azabache tenía sus motivos pues según él, ese era el que menos piel mostraría. Obviamente no diría nada a nadie.
La morena se terminó de arreglar mas rápido de lo que su esposo pensó y se apresuró a bajar para saludar a sus suegros, quienes habían llegado a saludarlos y también a llevarse con ellos a Taro. Mikoto la llamó horas antes para que le mostrara el vestido y cuando lo hizo, la matriarca Uchiha quedó muy complacida. Su nuera era muy bella y cualquier cosa que vistiera, la haría resaltar en todos los entornos.
...
En el comedor, Taro le mostraba unos libros a su abuelo, mientras que Mikoto aprovechó la oportunidad para hablar con su hijo sobre algo importante. Sin que los otros varones los vieran, ellos se alejaron un poco en dirección a la sala de estar y las escaleras.
—Hinata me mostró el vestido que usara para la cena con Indra... me dijo que tú fuiste quien lo sugirió ¡Es una excelente elección Sasuke!—el azabache frunció el ceño, dado que aún le enfadaba saberla cenando a solas con el Otsutsuki—Creo que ya es tiempo de colocar fotografías de Hinata aquí en la mansión... ella ahora es tu esposa y debe resultarle difícil mirar que sólo hay de tu primera esposa—la mujer fue interrumpida por su hijo.
—Las fotografías de Sakura no se moverán del lugar que ocupan... Esta era su casa y todo continuara de la misma manera en que ha estado, tal como ella la dejó—Mikoto frunció el ceño y cruzó los brazos. Evidentemente la respuesta de su hijo logró irritarla.
—Si pensabas de esa manera, debiste llevar a tu nueva esposa a otro lugar ¿Como crees que se siente cuando todos miran a tu otra esposa y no a ella? Yo no te pido que quites la fotos de los pasillos, ni de las habitaciones, pero las mas grandes están donde quienes la visiten...—la matriarca negó con la cabeza. Días atrás, se reunieron en casa de Izuna y el tema salió a relucir, incluso sus hermanos se dieron cuenta de ese detalle. No podía imaginar lo humillante que sería para su nuera.
—Hinata no tiene problemas con eso, ella sabía muy bien cómo eran las cosas aquí y nunca se quejó, no veo porque deba cambiar algo—replicó sin dar su brazo a torcer.
—De sobra sabes que Hina no se quejará, pero no creó que sea justo para ella... Créeme que si yo estuviera en su lugar, ya me habría deshecho de esa enorme fotografía... es prácticamente como si veneraran a Sakura—soltó ya molesta por la intransigencia de su hijo—¿Dime que harás cuando tengan hijos y pidan explicaciones?
—No pensamos tener hijos... al menos hasta dentro de unos años... ¡Quizás!
—¿Y eso lo decidieron juntos o sólo lo hiciste tú sin consultarlo con ella?
—¡Madre por favor... para con esto!—él estaba dispuesto a terminar con esa absurda discusión que no los iba llevar a ninguna parte, pero su madre podía ponerse muy terca e intransigente.
Sarada había escuchado toda la conversación y no pudo evitar sonreír con satisfacción, cuando enfocó la temblorosa figura de su madrastra, la cual, también escuchó absolutamente todo lo dicho.
—¡Hina!—la atención de Mikoto y Sasuke se dirigió hacia Taro cuando llamó a la ojiperla—Te ves muy linda ¿verdad abuelo?—Fugaku hizo una mueca de sonrisa y saludó a su nuera.
—¿Que te pasa Hinata? Te ves algo pálida ¿Acaso te molesta algo?—la morena percibió el sarcasmo en las preguntas de Sarada y eligió, no responder, dado que estaba haciendo un enorme esfuerzo por no derramar las lágrimas. Durante los últimos días, su matrimonio parecía perfecto, aunque no podía negar ciertos detalles que ahora cobraban mas sentido. Escuchar a su marido hablando así de un retrato, la hizo entender que él ni siquiera la consideraba candidata a ocupar el lugar de su primera esposa y encima ya había decidido que no tendrían hijos sin tomarse el tiempo de consultarlo con ella.
—¿Te sientes mal?—Sasuke se apresuró a ir hacia ella y comprobó que en verdad ella se veía muy pálida.
—No, estoy bien—fingió una sonrisa y se dirigió hacia su suegra.
—¡Cariño...! Te ves hermosa—la ojiperla agradeció a su suegra y pronto miro su reloj. Tenía el tiempo exacto para llegar a la cena.
—Vamos yo mismo te llevaré—dispuso el azabache.
—Claro que no... me iré con el chofer y me regresaré con él, tal como habíamos quedado ¿o ya lo olvidaste?—Mikoto estaba segura que los había escuchado y al verla tratando de sonreír, se sintió muy culpable—Hasta luego—la joven se fue despidiendo de casi todos y salió a donde estaba el auto.
—¿Estas segura que te sientes bien?—de nuevo pregunto Sasuke cuando la acompaño hasta afuera y notó que no dejaba de temblar.
—Por supuesto ¿porque habría de sentirme mal?—el Uchiha no pudo contenerse y la abrazó intentando darle seguridad, después la beso con toda la pasión que tenía contenida. El hambriento beso bajo al cuello y ella retrocedió de inmediato.
—¿Que pasa?—cuestionó molesto, dado que su intención era hacerle una marca de propiedad y de ese modo, demostrarle a Indra que ella ya tenía dueño.
—No creo que sea correcto para el señor Indra, que yo llegue luciendo marcas... ahora debo irme—Hinata quería subir al coche antes de llorar frente a él. Sin decir nada más, ella logró subir y el chofer se alejó.
—Sabes que nos escuchó ¿verdad?—el azabache miró directamente a su madre—¿Acaso no te diste cuenta de su expresión?
—No lo creó, ella me hubiera dicho—replicó tratando de convencerse a sí mismo—además, no dije nada que ella no sepa.
—¿De verdad lo crees?—cuestionó con tristeza al verlo actuar de manera egoísta—Te diré esto como alguien que te quiere y mira las cosas desde otro punto de vista distinto al tuyo... Espero de todo corazón, que tu actitud no termine lastimando y alejando a Hinata de tu vida. Recuerda el pedido que te hizo su padre antes de casarse y respeta tu palabra—la fémina le dio un beso en la mejilla y regresó con los otros para marcharse. Sasuke se quedó en silencio observando el lugar por donde partió su mujer. Estaba viviendo los mejores días de su vida desde que la tenía con él y no la dejaría alejarse.
...
Jugo veía por el espejo retrovisor a la esposa de su jefe y no podía evitar sentirse mal por ella, pues desde que se comenzaron alejar de la mansión, ella se soltó llorando en silencio. Llevaba tiempo trasladándola a todos lados y siempre se veía radiante, sin embargo, ahora lloraba. No parecía haber tenido una discusión con su jefe y tampoco creyó que se tratase del padre hospitalizado, no obstante, algo quedaba claro... sus lágrimas eran causadas por Sasuke. Jugo conocía al azabache desde los días en que estuvo en malos pasos. Él era un adicto sin esperanzas y fue entonces que apareció Sasuke y lo ayudó a salir del hoyo en el que estaba, incluso lo envió a una clínica de desintoxicación y desde ese tiempo, le era fiel al Uchiha.
—En menos de cinco minutos estaremos llegando señora—anunció con la intención de que se recompusiera, de lo contrario, el Otutsuki la vería aún con lágrimas en las mejillas.
—Gracias por avisarme Jugo—de nuevo forzó una falsa sonrisa y comenzó a retocar su maquillaje.
—Estaré en el estacionamiento y cualquier cosa que necesite, no dude en llamarme—Jugo se despidió y la dejó prácticamente en la entrada al restaurante. Hinata estaba por preguntar cuando un joven se acercó a ella.
—¿Señorita Hyuga?—ella sonrió y asintió, sin aclarar que ya no era Hyuga sino Uchiha—Venga conmigo... el señor Otsutsuki la espera—la ojiperla lo siguió hasta la parte de atrás del restaurante, donde se podían apreciar las luces de la cuidad y las fuentes frente a un prestigioso hotel que daba la vista hacia ellos.
La morena nunca había estado en ese lugar y quedó hipnotizada. Luego recordó el motivo de estar ahí y su sorpresa no fue menor. Indra se veía imponente, parado junto a la mesa y esperando por ella. No es que no lo hubiera notado cuándo lo conoció, sin embargo, esa noche él resaltaba aún más y no logró explicarse porque.
—¡Buenas noches! Espero no haberlo hecho esperar por mí—Indra la miró avanzando hacia su mesa y se dedicó a detallarla mientras se ponía de pie. Las altas zapatillas de tacón le hacían ver un poco mas alta, pero a la vez, le resaltaban la elegancia al caminar, no obstante, todo quedaba opacado ante esos hermosos y expresivos ojos.
—Llegó usted puntual... no se preocupe—tomó la pequeña manó y le dio un casto beso, logrando que la chica se sonrojara. El varón incluso, abrió la silla para ella y la acomodó ¡De nuevo se portaba como todo un caballero!
—¿Desean ordenar algo de beber?—cuestiono el mesero que llegó a su mesa. Hinata sentía la boca seca y amarga, seguramente por haber llorado durante el trayecto.
Indra dejó que ella pidiera primero. La joven sólo pidió agua—¿Le gustan las bebidas alcohólicas?—cuestionó el Otsutsuki al escuchar que sólo pidió agua.
—Yo... bueno, yo no se mucho de eso... casi nunca he bebido y cuando lo hice, sabía muy mal, creí que me quemaría por dentro—el varón sonrió ante la sinceridad de la joven.
—En ese caso ¿me permite pedir algo por usted? Le prometo que no será malo—se apresuró a aclarar debido a la duda en el rostro femenino.
—Esta bien, confió en usted—Indra le indicó al mesero lo que pediría y el chico se marchó.
—¿Como le ha ido en su nueva vida de casada?—si tan sólo le hubieran preguntado eso dos horas antes, no dudaría en responder con una sincera sonrisa, pero después de haber escuchado a Sasuke defender la posición de una fotografía y decir que no tendrían hijos, ya no sabía como sentirse. Su anhelo era formar una familia y eso incluía ser madre ¿cómo pudo él decidirlo sin preguntarle? Se suponía que eran un matrimonio.
—B-bien... es algo diferente, pero bien—desde que llegó a la mesa, el varón pudo apreciar los ojos rojos e hinchados de la Hyuga, lo cual indicaba la inconfundible señal de llanto. Algo extraño para una mujer recién casada.
—Ya veo... pero tenga en cuenta que todos los matrimonios son complicados, sobre todo en el proceso de adaptación entre la pareja—ella lo miró confundida—No soy un experto en eso, pues nunca me he casado, sin embargo, estuve cerca del matrimonio de mi hermano y créame, no les resultó fácil—el Otsutsuki no mentía, en verdad quería hacerla sentir mejor. Indirectamente, deseaba volver a mirar el mismo brillo en las perlas que aprecio cuando la conoció.
—¿Tan transparente soy?—Indra asintió—Entonces discúlpeme... es sólo que todo es nuevo y a veces las cosas se vuelven complicadas... pero no es nada que no se pueda arreglar con el diálogo—se sitio muy apenada por su comportamiento. Se suponía que debían pasar una agradable velada y ahí estaba ella arruinando la cena por no lograr separar sus conflictos personales frente a otras personas.
El mesero llegó con una copa larga que tenía sal y limón por todo el borde. La colocó frente a la chica y antes que pudiera preguntar, el joven aclaró—Es una margarita de mango y aquí esta su whiskey señor—la ojiluna sonrió al ver la copa con una rebanada de limón y una pequeña sombrilla. Ambos pidieron los platillos que cenarían y la Hyuga agradeció al joven.
—No tiene que disculparse y tenga por seguro que todo ira mejorando con los días... ¡Ya lo verá!—ya mas tranquila, optó por probar la tentadora bebida y para su sorpresa, era dulce.
—Usted tenía razón... esto no sabe mal—Indra sonrió y se dedicó a mirarla con discreción. Estaba esperando la hora de poder abordar el tema de su familia.
Para cuando trajeron la cena, ella ya se había terminado la margarita y sintiéndose relajada, no dudó en pedir otra, sin embargo, Indra le pidió al chico que pusiera menos alcohol, dado que no solía beber.
—¿Como se conoció con su esposo?—preguntó con curiosidad por lo repentino que fue la boda y el fugaz noviazgo.
—Una de mis mejores amigas es novia de Shisui y cuando supo que Sasuke buscaba alguien para ayudar a su hijo con las materias escolares, me recomendó con él... prácticamente fueron ellos quienes nos pusieron en el mismo camino.
—¿Usted es maestra?—Indra se sintió cómodo cuando volvió a mirar el mismo brillo en las orbes perladas. La chica hablaba emocionada sobre su trabajo como maestra y sobre los alumnos.
El mesero se llevó los platos vacíos y regresó con el postre. Rollos de canela con helado de vainilla.
—¿Tiene usted mas hermanos Hinata?—ella se sentía cómoda hablando con él y no dudó en responder.
—Tuve una hermana menor, pero tanto ella como mi madre fallecieron... Ahora sólo me queda mi padre, aunque no se por cuanto tiempo—de nuevo se puso melancólica.
—Perdóneme, no quise ser imprudente—si ella no quería tocar ese tema, entonces no lo tocaría. Lo que quería era verla sonriendo y estaba ocasionando lo contrario.
—No se preocupe, de todos modos, eso es algo que nunca logró olvidar, no importa si lo habló o no—ella siguió narrando la situación de su padre e Indra continuó escuchando sin perder detalles.
—¿Y no tiene mas parientes?—finalmente pudo hacer la pregunta.
—Hasta hace unos meses, pensé que no, sin embargo, cuando conocí a Karin Uzumaki, me enteré de un joven médico que radica en Estados Unidos y aparentemente, cuenta con los rasgos similares a los de mi familia y cuando pregunté directamente a mi padre, él me confesó tener un hermano gemelo—le contó que ellos no se veían y que no habían vuelto a comunicarse.
—Ahora que sabe de su existencia ¿no le gustaría encontrarse con el hermano de su padre?—de la respuesta que le diera, dependía si le decía sobre el interés de Hizashi en encontrarse con el hermano mayor. El castaño aplazó la llegada a Tokio por unos conflictos empresariales, pero pronto llegaría.
—La verdad no—aclaró sin inmutarse—Creó que si ellos pudieron vivir tranquilos sin saber de nuestra existencia y viceversa, no veo el sentido de reunirnos a estas alturas—ante la respuesta, Indra no tuvo otra opción que guardar silencio. No era a él a quien le correspondía revelar esa información y tampoco quería predisponerla antes de tiempo—Ya conoce usted casi toda mi vida y yo aún no se nada de usted—se desconoció a sí misma por ser tan directa y atrevida ¿donde había quedado su timidez? Lo cierto era que no quería pensar en el momento en que tuviera que regresar y enfrentarse a Sasuke.
—Mi vida es aburrida—Indra sonrió mentalmente, dado que su vida era todo, menos aburrida—Trabajó como juez y en ocasiones ayudó a mi hermano en la empresa.
—Para mi no suena aburrido... se cuanto se debe esforzar una persona para llegar a ser juez y una vez que logra ejercer, se gana muchos enemigos por hacer lo correcto—ante lo último, el varón ya no se sonrió, pues se sintió avergonzado que alguien lo considerara una persona correcta. Tenía muchos enemigos y en parte eran por su profesión, pero la mayoría de ellos, eran por el otro negocio al que se dedicaba.
—Gracias... le agradezco que piense así de las personas que nos dedicamos al orden y a la justicia—ella se sonrojó y sonrió. Sin darse cuenta, ya llevaba cuatro margaritas y aunque Indra ordenó menos alcohol, de todos modos lograron surtir efecto.
—¿Sabe? Estaba muy nerviosa por la cena con usted—a simple vista, ella se veía bien, pero su facilidad de palabra se debía a los tragos.
—¿Y eso porque sería?—cuestiono en tono galante y al mismo tiempo divertido.
—Escuché a las personas hablando sobre lo rígido e imperturbable que es y otras cosas—él insistió para que le dijera más—¡Bueno...! Escuché que usted es uno de los solteros mas cotizados de la cuidad, pero que no le presta atención a nadie y pocas personas logran acceder a su persona.
—¿Entonces me criticaron a mis espaldas?
—No-no-no... quiero decir no s-se trataba...—la joven se enredó con sus propias palabras—Ya me odia ¿verdad?—inquirió desanimada y sin atreverse a mirarlo a los ojos, sin embargo, el Otsutsuki comenzó a reír.
—Tranquila... sólo bromeó con usted—ella finalmente lo encaró—Comparado con las barbaridades que dicen de mí, lo dicho por usted, resulta más cómo alago—la conversación continuó hasta que el restaurante estaba completamente vacío. Ellos eran los únicos adentro.
—¡Cielos es tardísimo!—la morena se puso de pie y miró a todos lados. Indra la imitó tratando de calmarla.
—No es tan tarde, no se preocupe tanto y sólo dedíquese por un momento a usted y no a los demás—la ojiperla recordó lo sucedido con su marido y asintió, dándole la razón. Después de todo, no iba poder reclamar nada ¿que derecho tenía? No, ella no tenía ningún derecho a reclamar nada, puesto que, su matrimonio sólo fue prácticamente por salvarla, ademas, no podía competir con alguien que ya no estaba entre los vivos—Si gusta, yo puedo llevarla a su hogar, así me aseguro que llegó segura—ofreció mientras pagaba la cuenta y dejaba una considerable propina.
—Le agradezco su ofrecimiento, pero Jugo ha estado afuera esperando por mí y le aseguro que si usted no logró odiarme, él ya debe de estar haciéndolo por hacerlo esperar durante tanto tiempo—de nuevo el rígido juez sonrió con sinceridad.
—Dudó mucho que alguien pueda odiarla—al escucharlo recordó a Sarada, pero de inmediato se recompuso y miró su celular. Había cinco llamadas perdidas de Sasuke y el doble de textos, los ignoró y llamó a Jugo para que se acercara.
—Gracias por todo, fue una agradable velada—Indra le tomó la mano y le dio un beso para despedirse.
—Lo mismo digo Hinata, fue usted una grata compañía—Jugo arrancó el auto y el Otsutsuki se fue al suyo. No recordaba cuándo había sido la última vez que sonrió tanto al lado de otra persona y lo mejor de todo, fue que ella logró distraerse por lo menos algunas horas de lo que la puso tan triste.
Jugo miró toda la interacción de ambos y notó a la joven mas tranquila. El celular sonó de nuevo y ella lo ignoró, en su lugar envió un mensaje de texto avisando que ya iba en camino. No quiso mirar si él respondía o no, simplemente colocó el celular en su bolso y espero a llegar.
...
El Uchiha arrojó el teléfono sobre la cama. Ya no sabía cuantas llamada le había hecho a su esposa y en ninguna de ellas le respondió. Frustrado, optó por llamar a Jugo y le informó que ella estaba bien y que la cena aún no concluía. Cuando por fin Jugo aviso que regresaban, la llamó y lo único que obtuvo fue un mensaje de texto con sólo tres palabras... Estamos por llegar. Ya pasaba la media noche ¿Que tanto tenía que hablar con Indra? ¿Porque se quedaron juntos durante tanto tiempo? Y encima, Hinata se veía preciosa y provocativa con la ropa que llevaba puesta.
Muy molestó se sentó en el sofá de su habitación y se sirvió un trago, mientras su mal humor iba en aumento, sin embargo, en ningún momento se reprochó por haber defendido la posición de Sakura dentro de su hogar, después de todo y según él, no hacía nada malo.
Escuchó la puerta principal abrirse y se preparó para la llegada de la ojiperla, sin embargo, los minutos pasaron y ella aún no subía.
Hinata se fue a la cocina por un vaso de agua. Ella deliberadamente se estaba tardando en ir a su habitación, dado que no quería enfrentarlo. Espero unos minutos y cuando creyó que ya debía estar dormido, entró sin hacer ruido.
—Explícame ¿donde diablos has estado?—la chica se llevó la mano al pecho por el susto que le dio, no obstante, lo único que deseaba era dormir y no tenía ganas de arruinar el resto de la noche peleando.
—Sabes perfectamente dónde estuve, no entiendo ni tu pregunta, ni tampoco tu hostilidad—sin esperar a lo que respondería, entró al baño para ducharse. Sasuke odiaba que no le prestaran atención, así que se fue tras ella con la intención de pedirle mas explicaciones, sin embargo, apenas la miró quitándose el vestido y toda intención de reñir con ella, se transformó en querer escucharla gritando de placer—¿Que haces?—la morena se sorprendió cuando su marido la tomó desde atrás y cargó con ella para entrar en la ducha. Sin demora, él también se desnudó y en poco tiempo, logró seducirla.
Apoyada contra la fría pared del baño, continuaba siendo envestida de manera salvaje. Sasuke se perdió en la pasión y no logró ser gentil—No sabes cuanto quería hacerte esto—luego de lo dicho, mordió el cuello de Hinata y dejó marcas, tal como fue su intención, horas atrás.
—Ahh S-Sasuke... no tan fuerte—la ojiperla gimió de dolor y placer, cuando el azabache le mordió los senos. El Uchiha ya la había hecho venir y él parecía no estar cerca de hacerlo.
—Eres mía Hinata... sólo mía—los sensuales gemidos de la chica, lograban enloquecer a Sasuke. No podía medir ni siquiera mentalmente, lo mucho que Hinata y todo de ella lo fascinaba. Su mujer era una combinación perfecta entre inocencia y sensualidad. Sin lugar a dudas, Hinata era perfecta. Con un fuerte jadeo, ambos lograron llegar al éxtasis y sin decir nada terminaron con la ducha para ir a la cama.
—¡Buenas noches!—ella se dio la vuelta sin querer responder a los toques sugestivos que él le hacía en busca de continuar haciendo el amor. Ella estaba cansada y apenas cerró los ojos, comenzó a quedarse dormida, no obstante, alcanzó a escuchar lo que dijo su esposo antes de dormir.
—¡Te cansas muy rápido pequeña!—Hinata sonrió y estaba por girarse para responder a sus caricias, cuando él agregó algo que la detuvo—Sakura aguantaba mi ritmo y era ella quien me cansaba—la ojiperla se tensó y no supo por cuanto tiempo estuvo en el mismo lugar. Pensó que ni siquiera estaba respirando de lo rígida que se quedó, mientras que su marido se acercó a ella para abrazarla contra su pecho, como lo hacía todas las noches. Cuando tomo valor para enfrentarlo, él ya se había quedado dormido, dejándola a ella sin poder dormir.
...
Sasuke despertó a la mañana siguiente y no encontró a su mujer en la cama. Frunció el ceño, pues él era el primero en despertar. Desde el día anterior, sentía que algo no estaba bien y comenzó a pensar en diferentes motivos, incluso creyó que se trataba de Hiashi pero luego comprobó que él seguía estable. En ningún momento le pasó por la mente haber hecho algo incorrecto.
El azabache bajo las escaleras y escuchó voces en la cocina, sin pensarlo, se dirigió hacie el lugar y encontró a Hinata cocinando para Taro... ambos sonreían y se acercó para unirse a ellos, sin embargo, apenas se colocó junto a su esposa y la expresión de ella cambió totalmente.
Hinata se puso tensa cuando sintió a Sasuke. Apenas había podido pegar los ojos durante la noche. No dejó de llorar, así que prefirió levantarse de la cama y abandonar la habitación para dirigirse a las sillas junto al jardín. No quería estar dentro de esa casa y no tenía idea de como iba poder continuar luego de lo sucedido.
—¡Buenos días papá!—ajeno a todo Taro saludo sonriendo al ver a su progenitor cerca de la ojiperla. Sasuke le despeinó el cabello y de nuevo se centró por completo en su mujer.
—¿Esta todo bien?—ella asintió sin verlo.
—El desayuno está listo, siéntate con Taro para que lo acompañes—el azabache hizo lo que le pidió sintiéndose extraño por su actitud.
—¿No comerás con nosotros?—cuestionó al ver que sólo colocó los platos para ellos dos.
—Me llamó Yume... ella quiere que la acompañe a mi casa para buscar unos documentos que necesita... cree que los pudo olvidar en la habitación que ocupaba mi padre—mintió sin remordimientos, pero en realidad necesitaba espacio a solas para poder pensar—luego iré al hospital y probablemente pase todo el día ahí—beso la mejilla de Taro, luego hizo lo mismo con Sasuke y se marchó lo más rápido que pudo. Lo que menos quería era que Sasuke la alcanzara para pedirle explicaciones.
Estaba por salir, cuando se encontró con Sarada. La menor sonrió con malicia y la Hyuga la paso de largo sin prestarle atención a sus provocaciones. En cuanto salió, la azabache se dirigió a la cocina para ver a su padre.
—¿Desayunaron sin mi?—los dos Uchihas miraron a la joven y Taro como buen hermano, se dirigió a servirle un plato para que los acompañara dado que casi ya no lo hacía—¡Aquí tienes el periódico!—la chicha se encargó de poner el diario, mostrando la primera página donde se apreciaba Hinata hablando, mientras que Indra sonreía mostrando la dentadura. La pareja dio mucho de que hablar, no por estar cenando juntos pues eso ya se sabía desde la subasta, sino por la nunca antes vista sonrisa del Otsutsuki.
—¿Que demonios?—murmuro Sasuke mientras veía las otras fotografías.
Los jóvenes comieron en silencio y apenas terminaron, Sarada se puso de pie—Ire a cambiarme para ir a escoger mi auto—Sasuke gruño y arrugó el periódico. Su única intención era buscar a su esposa para pedirle explicaciones, pero olvidó que le prometió a su hija comprar un auto. Desde que regresó ya casado con Hinata, las constantes quejas y acusaciones de Sarada en contra de su esposa fueron en aumento. La ojiperla era quien se encargaba de lavar la ropa, tarea que ella se empeñó en realizar por lo menos una vez por semana, al igual que cocinar. Sarada se quejó con él, diciendo que la Hyuga deliberadamente estropeó su ropa con blanqueador. Esa fue sólo una de las muchas acusaciones que realizó en su contra.
Sasuke no sabía que pensar al respecto y entre conversaciones le preguntaba a su mujer y ella lo negaba, sin embargo, Sarada se veía muy afectada por el supuesto comportamiento de Hinata. Cuando le pidió un auto para comenzar a conducir, no pudo negarse... Amaba a su esposa, pero Sarada siempre fue su punto débil.
[...]
—Como yo lo veo, ha mas tardar en dos semanas el orfanato estará terminando—les anuncio el jefe de obras públicas a la ojiperla y a Naruto. La Hyuga se había mantenido en silencio en cuanto a lo sucedido un mes atrás. Lo más lamentable de la situación era que los pequeños detalles en cuanto a la adoración que se sentía a Sakura por parte de Sasuke y Sarada, no había cesado sino todo lo contrario. Hinata entendía el punto de Sarada, pero no podía decir lo mismo de su esposo, incluso su padre ya había comenzado a notar su inconformidad y la tristeza que cargaba por dentro.
—¡Es perfecto...! No pensé que sería tan pronto—Hinata veía la edificación con los ojos brillantes de alegría. Se imagino el lugar con los niños bien cuidados sin tener que estar en las calles pasando hambre y frío—¿Verdad Hina?—la pregunta de Naruto la saco de sus pensamientos.
—¡Por supuesto... estoy muy contenta!—el rubio sonrió con ternura al verla tan conmovida. Pronto se unieron a ellos Ino y Tenten. Las tres chicas quedaron de ir a comer con Hinata en la mansión que compartía con su esposo—Todo ha sido posible gracias a ti Naruto—repuso la ojiperla sin dejar de lado la felicidad que sentía por tan grande proyecto y logrando disipar la incomodidad por la que estaba atravesando.
—Hina tiene razón... eres un ángel—Ino se colocó al lado del rubio, mientras que Tenten avanzó a mirar de cerca los avances.
—¡Basta chicas! Harán que me apene y les crea todo—respondió Naruto fingiendo estar avergonzado, pero sin dejar de mostrar su encantadora sonrisa.
Mas tardé, Naruto se despidió de ellas y las tres se dirigieron hacia la mansión de Sasuke donde pasarían un rato con la ojiperla. Ese día, no hubo clases en las escuelas y la joven no fue a trabajar, pero Sasuke si había ido y no regresaba hasta la tarde, así que tenían muchas horas para estar juntas.
—¿En serio no te molesta mirar esa enorme fotografía de la otra esposa de Sasuke? ¡Digo...! Esta bien que la recuerden, pero a mi parecer, es algo como una falta de respecto hacia ti Hina—soltó Ino, recibiendo un codazo por cortesía de Tenten—¿Que? ¿Acaso estoy mintiendo?—cuestionó directamente a la castaña, la cual no pudo contradecir lo dicho por Ino. Ella no había visitado a Hinata desde que se caso y ver esa foto, logró perturbarla, pues también pensó lo mismo que la rubia, la única diferencia, era que no pensaba decirlo en voz alta.
—La verdad no y tampoco es algo en lo que ponga mucha atención—Hinata mintió, dado que desde la conversación que escuchó, no lograba permanecer indiferente. Se sentía que estaba intentando ocupar un lugar que no le correspondía, incluso el día anterior comenzó a cuestionarse si fue buena idea casarse con Sasuke—Vengan conmigo a la cocina, les prepararé la merienda—la tristeza que emanaba, no logró pasar desapercibida por sus amigas y eso las molestó.
—¿Que esta pasando Hina? Y no se te ocurra decir que nada porque de sobra sabes que estás mintiendo.
—Por raro que parezca, estoy de acuerdo con Ino, cuéntanos que te pasa ¿acaso no confías en nosotras?—Tenten la tomó del brazo para que se sentara con ellas en las sillas de la cocina.
La joven suspiró y miró hacia arriba para tratar de darse ánimos—Quizás, no se trate de nada importante—repuso antes de comenzar con lo que verdaderamente estaba sucediendo—desde que regresamos de la luna de miel, comencé a notar algunos detalles, sin embargo, no les di importancia, pero la noche que me fui a cenar con el señor Indra, escuché una conversación entre Sasuke y su madre—la joven les contó lo sucedido con la foto y también lo que dijo el azabache cuando la creyó dormida.
—¿Pero que le pasa a ese perturbado?—tal como Hinata ya se lo había anticipado, Ino no se iba quedar callada.
—¿Y que explicación te dio ante su deplorable comportamiento?—ella no lo esperaba, pero incluso Tenten se veía muy molesta.
—No pude reclamar nada, porque apenas lo volví a mirar y fue él quien me reclamó sobre la cena con el señor Indra—las dos jóvenes arremetieron contra el comportamiento de Sasuke y la ojiperla trató de tranquilizarlas, aunque le estaba costando mucho. Ellas sabían que la ojiperla quería hijos y Sasuke literalmente se los estaba negando.
—¡Eso es enfermo Hina! Seguramente se imagina a la otra mientras esta contigo... no deberías quedarte callada y si decides dejarlo por un tiempo, no dudes en ir directamente a mi casa—reiteró Ino.
—No creó que deba actuar tan precipitadamente—replicó Tenten—primero, Hina debe hablar con él y poner las cartas sobre la mesa... ellos llevan poco tiempo de matrimonio y por lo tanto, los desacuerdos son normales—Hinata no quería que su matrimonio se terminara, ella amaba mucho a Sasuke y también estaba el asunto de su padre. Hiashi se pondría muy mal si se enteraba que tenía problemas con su esposo. No obstante , las constantes dudas de Sasuke hacia ella y a su comportamiento en torno a su hija, la estaban llevando al límite. Era muy claro que no sólo sentía devoción por Sakura, sino también por Sarada y ante tales obstáculos, dudaba mucho poder ganar. Debió escuchar su conciencia cuando le gritaba que se alejara de Sasuke.
Continuara.
Lamento mucho la tardanza y como ya lo había dicho, los capítulos alegres se terminaron y a partir de esté, se pondrán mas intensos debido al comportamiento de Sasuke en torno a Sakura y Sarada. En la próxima actualización, viene el encuentro con Neji y Hizashi. Me disculpo por los posibles errores de ortografía que seguramente se me quedaron, en cuanto los vea los corregiré 😊💕
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