tú
Lo vio parado frente a él, solo los separaba una calle, pero era él.
A menos que se hubiera vuelto loco y alucinara.
El dolor, la traición, su pasado, los errores, todo quedó atrás, al verlo, a conectar sus ojos supo que estaba ahí por él.
Si tal vez no habían terminado en los mejores términos y dolía todo lo ocurrido, pero estába ahí, frente a él, a punto de cruzar la calle por él.
Pero reacción primero y antes de siquiera pensar en algo, como mirar a ambos lados antes de cruzar la calle, corrió, corrió para encontrar una muerte.
Imprudente, quien cruza una calle sin mirar a ambos lados, pues el lo hizo.
Y murió.
De alguna forma lo hizo, todo el dolor que sentía hacía ese ruso que lo abrazó fuertemente, murió.
Ese sentimiento de agonía por lo sucedido, murió al estar en sus brazos.
Todo se sentía un poco más ligero, no quiso soltarlo luego de estar en su pecho y el contrario tampoco parecía querer soltarlo.
Ambos fundidos en un abrazo lleno de sentimientos.
Pero a pesar de la confusión, era la felicidad quien los dominaba en ese momento.
- como....¿como sabías que estaba aquí? - pregunto aún aferrado a su pecho reteniendo las lágrimas.
- no sabía, solo esperaba que si.
- ¿cuánto llevas aquí?
- algunas horas.
- ¿Y aquí en Rusia?
- mmm, algunas horas.
- pudiste pregúntale a Mary, ¿porqué esperara aquí?
- porque me lo advirtió la última vez, fue muy clara "Yura si algún día lastimas a mi hermano, yo personalmente voy a destruirte" - trato de imitar la voz de la chica.
- si, suena a algo que ella diría - se separó un poco, sonrojado y con su corazón latiendo como loco.
- Yuri - murmuró lento al tiempo que soltaba el abrazo para acariciar su mejilla - yo....
- va...vamos a otro lado - lo interrumpió, y güiro el rostro para no verlo a los ojos, se sentía tan nervioso.
- no sé que hubiera hecho de no encontrarte aquí - murmuró aún sintiendo felicidad por haberlo alcanzado, negándose a soltarlo.
- tenía que venir...tenía que verlos....yo...nunca seré su hijo....pero aún así.....
- hey - tomo su mentón para obligarlo a verlo, sus ojitos mostraban un dolor inmenso y lágrimas amenazaban con salir - ¿qué ocurre?
- ma...la señora Hiroko está enferma, Víctor me lo dijo, no le creí al principio, pero luego.....y yo tenía que venir....pero también siento que está mal que yo ese aquí.
- tranquilo amor, explícame bien qué pasa - le dijo tranquilo y con amor antes de que su amado tuviera algún ataque.
- si, ven - soltó el abrazo y comenzó a caminar sin importarle si él rubio lo seguía o no.
Yurio pudo constatar que solo ese abrazo había echo desaparecer todo su miedo, todo su dolor y aunque aún había temas que resolver, no pensaba dejarlo ir.
Él no iba a ser tan estúpido de no seguirlo.
Él iba a luchar.
Siguió a su lindo pelinegro y trato de tomar su mano en varias ocasiones pero era eludido.
Llegaron a un complejo de apartamentos, modestos alejados de la gran zona de acaudalados, muy pequeños pero con cosina incluida.
Se sentaron en un pequeño sillón tomando algo de té, mientras el japonés encontraba las palabras adecuadas.
La señora Hiroko y su esposo no eran de Rusia, solían hacer viajes por el mundo pero siempre regresaban a su hogar en Hatseru.
Pero con lo ocurrido de la desaparición de su hijo, de Hanae, se tuvieron que quedar en ese lugar, adaptarse había sido complicado pero lo habían logrado.
El punto es que de algún modo se contagio de alguna vacteria que su cuerpo no pudo eliminar y se quedó dentro de ella durante años, solo encubando.
Con el estrés de los últimos años, todo lo ocurrido con Yuuri, el estafador, perder todo, recuperarlo, perder a Yuuri, Mari deseado ser más libre, todo eso hizo que el virus creciera de tal manera que ya no daban esperanzas.
Moriaria sin que se pudiera hacer nada.
Todo el dinero del mundo, los mejores hospitales, los doctores de renombre y nadie pero absolutamente nadie les daba aunque fuera una opción diferente.
Descansar y esperar lo que tenga que pasar.
Sentía una rabia y unas ganas inmensas de ir al golpear al bastardo de médico que les dijo eso, pero ya nada podía hacer.
Querían regresar a Hatseru para que ella estubiera en su hogar lo que le quedaba, ahí fue cuando llegó él.
Y es que nadie ni su hermana esperaban que él aceptara verlos de nuevo.
Aún se sentía traicionado, pero no podía evitar querer estar presente, estar a lado de su madre.
Sentía tanto dolor y tanto miedo de perderla que no soportaba estar en ese lugar más de cinco minutos, pero se obligaba a estar más tiempo, solo un poco más, hasta que no soportaba más y mejor se iba a ese cuarto de hotel a llorar.
Habían insistido en que se quedará en ese casa, pero no podía, aún los malos recuerdos lo atormentaban.
Y si hubiera confrontado a Masami y si hubiera estado presente durante su llegada y si en lugar de esconderse en su habitación, lo confrontaba, tal vez, hubieran sabido la verdad de modo diferente, solo talvez todo sería diferente, tal vez hubieran regresado a Hatseru a vivir en el oncen, tal vez ella no estría enferma y tendrían más tiempo juntos, como familia.
Hacia semanas que no dormía bien de la preocupación.
Pero aún así, tampoco podía estar cerca de ellos.
Recordaba sus crueles palbras, los insultos, sus miradas llenas de resentimiento, el como pensaban que él, los iba a dejar en la calle, nunca fue suficiente, nunca fue el hijo que ellos querían y esperaban, ahora al verlos se sentía tan poca cosa, que simplemente no podía estar con ellos.
Pero al final de cuentas eran sus padres y los quería y no deseaba verlos sufrir.
Su hermana se hacía la fuerte pero sabía perfectamente que se rompía cada noche, cuando nadie la veía y dolía no estar con ella para consolarla.
Pero esa casa guardaba malos recuerdos y por eso no soportaba estar ahí por mucho tiempo.
Yura lo abrazó fuerte, se sentía impotente, no había estado ahí, no había notado las sonrisas falsas, no había notado su mirada perdida, no había notado que su amado lo nesecitaba y el no había estado presente.
Con razón todo había acabado tan mal.
No se había preocupado realmente por su novio, a tal punto que no se dió cuenta que este trtaba de llamar su atención.
Esas salidas con JJ no eran más que maneras para que él mismo lo notará, cuando le pidió estudiar juntos para los exámenes, solo era otra manera de querer estar a su lado, pero había ignorado eso y solo se concentró en lo que veía mal y no en lo que pasaba en realidad.
La campaña con Otabek estaba tomando más tiempo del que pensaba, antes tenía tiempo de ir a acostar a su novio al trabajo, de llevarlo a casa, de darse una escapada y tener una cita en el lugar donde descansaba ese candado, pero ya no tenían tiempo, Beka le requerirá para cualquier pequeño detalle o duda y él tenía que ir a verlo en lugar de darle más tiempo a su relación.
Pero había sido orgulloso.
Los dos lo habían sido.
Yuuri había tratado de llevar todo ese asunto solo.
Le perturbaba la presencia de Víctor que siempre quería llevarlo de regreso con su familia, pero pensó que podía manejarlo solo.
Pensó que podía hacerlo todo solo.
Que ayudar a JJ también era algo que solo el podía hacer, como si solo él pudiera resolver el problema.
Pero lo habían traicionado tanto que sin ser conciente, todo problema lo quería arreglar él solo.
Pero no estaba solo, tenía muchos amigos y todos darían su brazo izquierdo si este así se los pidiera.
.
.
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Llego un momento en el que ambos lloraban abrazados y mejor se fueron a la cama para mejor comodidad.
Expresando sus miedos y sus fallas, lloraron hasta que no les quedó más, y solo se quedaron mirando a los ojos con todo el amor que se tenían.
Se fueron acercando lentamente y se fundieron en un beso cálido y dulce.
Un beso lleno de amor.
Tanto habían tardado que ya era tarde y sin importar nada más, solo se abrazaron para dormir juntos.
Aún tenían que aclarar muchas o otras cosas, pero ahora tenían tiempo, por el momento solo disfrutarían de ese instante lleno de felicidad.
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Perdón por la demora...
Les agradezco que sigan leyendo...ustedes me inspiran a seguir.
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