escuela

La vista era perfecta, inevitablemente Yura sin moverse demaciado logro tomar su cámara y sacra fotografías de su amado.

El constante "click" de la camara termino por despertar al pelinegro que aún no se precataba que estaba siendo fotografiado.

Cuando al fin logro estar consiente reprendió a su novio que inmediatamente alejo la camara y empezó a darle besos.

- así quiero que sean todas mis mañanas - aseguro feliz.

- pues yo no quiero despertar y darme cuenta que estube siendo fotografiado - se quejó enterandose en la sabana.

- debemos  levantamos amor.

- no quiero - se quejó sin salir de las sábanas.

- aún con sueño.

- de quién será la culpa.

- mía no yo quise hacerlo una sola vez, tú querías más.

- cállate - murmuró.

- eran las tres de la mañana y aún querías seguir, aún luego de correte varias veces.

- cállate - hablo más fuerte.

- te dejaría descansar pero iremos a la nueva escuela de Mari.

- cierto - arrojó las sábanas y se dispuso a levantarse suavemente.

- te ayudo - abrazo a su esposo y lo beso antes de ayudarlo a levantarse de la cama para guiarlo al baño, tenían que darse un baño antes de iniciar su día.

Y que mejor que un baño juntos.

Tal vez podían jugar un poco antes de ir a preparar el desayuno.

Eran una pareja de recién casados después de todo.

Efectivamente dentro del baño se tocaron, se besaron, pero sin llegar a más, aún les esperaba un día largo y era mejor frenar sus ganas para otro momento

Al bajar a la cosina entre juegos y besos se dieron cuenta que el desayuno estaba listo, unos huevos revueltos con tocino y café.

- Mari, ¿sabes cosinar?

- buenos días, pues no cosino mucho pero de hambre no me muero - dijo triunfante y feliz de poder ayudar en algo.

- buenos días, pero tranquila que yo puedo cosinar - era el hermano mayor después de todo.

- buenos - se sentó en la mesa para desayunar con su nueva familia, era raro en un momento estar solo y de pronto vivir con su esposo y su hermana, le parecía increíble.

El desayuno fue tan agradable que parecía mentira, hablaron de  platillos para cosinar juntos en otro momento, de ideas para mejorar la habitación de Mari y de lo que tenían que hacer ese día.

Pues era el día en que oficialmente iniciaban las clases en la preparatoria, y en una semana la universidad.

Por eso ese día irían a inscribir a la chica.

Apenas terminaron de limpiar y arreglarse salieron en el carro del rubio a la que sería la nueva escuela de la chica.

Se colaron a la dirección pues no pensaban ser recibido el primer día, con la secretaria distraída entraron a ver al director dónde de mala manera los recibo debido al montón de trabajo para realizar, tras explicarle brevemente la situación el hombre mayor se mostró sin mayor disposición a ayudar, pero al mencionar una gratificación por su ayuda este acepto.

Inmediatamente le pidió a su secretaria que les entregaran una lista de útiles escolares, una lista de reglamentos de vestimenta adecuada e inadecuada y el reglamento interno del plantel, así como el grupo asignado y su listado de clases.

Después se marcharon al centro comercial donde comprarían lo que ocupaban pues no se podía integrar ese mismo día a clases.

Y así fueron de tienda en tienda para comprar lo nesesario para la chica y para ellos mismos que igualmente tenían que iniciar sus clases muy pronto.

Entre tienda y tienda se comparaban jugos, helado pasteles, llegando así muy satisfechos a casa sin ganas de cenar nada más.

Al día siguiente empezaba una nueva rutina, despertar temprano, desayunar juntos entre risas y bromas, Mari preparando sus cosas para su nueva escuela y los esposos con algo de nervios.

Llevaron a la chica en auto y Yurio le pregunto si quería que la dejara en la esquina para no darle vergüenza ya que entendía que era una adolescente y esas cosas podían ser vergonzosas a su edad.

Ella se negó, no le importaba si la dejan en la entrada, si todos la veían despedirse cariñosamente de ellos, eran su familia y no tenía porque sentir vergüenza de eso.

Entro sonriente a su nueva escuela, su nueva vida en un nuevo país, con personas nuevas, con su hermano, el apoyo de su futuro novio, el que no dejaba de mándale mensajes y buenos deseos, su vida estaba un poco rota pero aún podía ser feliz.

Entro dispuesta a todo.

No le faltaba nada, todo estaba en su sitio, cuadernos, libros, plumas, su celular con batería por si ocupaba llamar a su hermano, dinero para un taxi si olvidaba el camino a casa, que no era una opción ya que Yuuri prometió ir por ella al finalizar sus clases.

Al principio se negó, porque como podría hacer amigas si no la dejaban ni un minuto libre.

Al menos sería solo por ahora ya que cuando ellos entraran a la universidad no tendrían tanto tiempo de ir por ella.

Si, todo estaba en orden.

Incluso se acordó de advertirles que no hicieran sus nesesidades amorosas de cualquier matrimonio ni en la sala, ni el comedor, no quería estar comiendo en un comedor que fue ensuciado con fluidos.....bueno ya entendieron.

Aún era joven, aún no quería saber de esos temas.

Y menos ya que se había prometido permanecer pura para un día estar con Minami, siendo su mujer, llegar pura y casta al matrimonio.

Pero nadie podía saber eso menos su celoso hermano.

Tal vez era algo anticuado pero ella aún creía en eso, tal vez por los estudios dados por monjas religiosas el aquel internado.

Lo que fuera ella sabía lo que quería y estaba bien mentalizado en su futuro.

Ya había desidido que hacer de su vida y aunque se presentarán obstáculos ella sabía que no se iba rendir.

Tenía de ejemplo a su hermano que siempre destaco aún con menos recursos que el resto de las personas.

Su hermano podía ser el mejor de la clase aún si vivió en un muy pobre apartamento (historia que le contó Yurio de cuando conoció a su hermano).

Ella podía llegar lejos si tenía más recusos a su favor y ayudaría a su hermano en lo que pudiera, porque el mereciendo todo, se había negado a la herencia.

Ella demostraría que era digna de esa confianza ciega que le daba su hermano.

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Discúlpenme por la espera....pero si la pareja principal ya es feliz solo me queda dale un bello fin a cada pareja secundaria.


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