el tiempo sana?
Un mes muy difícil para el matrimonio Katsuki, la insertidumbre los hacía perder el sueño, incluso el apetito, quizás era el miedo de perder algo muy valioso.
Un mes sin saber de Yuuri, sin saber qué planes tenía su hijo, solo en la espera de su final.
Habían intentado buscarlo en su trabajo pero era lógico que ya no estubiera en ese lugar donde Victor lo encontró, mucho menos en su antiguo hogar en el sucio basurero del que ya una vez lo rescataron.
Seguramente ya estría instalado en una buena casa, en un buen lugar y con una mejor vida que la que llevo los últimos meses cuando ellos lo dejaron en la calle.
Se arrepentirán toda la vida, no de perder sus posesiones, pero si de perder a su hijo.
Aún si Yuuri no fuera su verdadero hijo, ellos lo recibieron de la calle y le dieron una familia, le dieron amor, debieron ser mejores padres para él, más aún si les dió felicidad y alegría, en sus vidas llenas de tristeza, sumidos en el pasado, el llegó y les dió mucho amor.
Yuuri era su hijo debieron confiar en él, pasaron un par de años conociendolo, lo suficiente para saber cuándo pasaba algo raro.
No confiaron en él.
Prefirieron confiar en un desconocido que los llamaba papá y mamá, en lugar del chico que cuidaron por todo ese tiempo.
Yuuri siempre fue tierno pero prefería la soledad, era inteligente pero se retaba cada vez más, era callado pero cuando reía llenaba de alegría a todos, era timido pero también podía llegar a ser una bomba llenó de diversión desbordando alegría.
Tenían algo hermoso pero la duda seguía en sus mentes, eso dejo que un extraño destruyera su familia, por suerte Mari no se enteró de ese desastre de historia, aunque tendían que contarle la razón por la que dejarían su vida para ir a Japón y sin Yuuri, lo más importante, sin el perdón de Yuuri.
La llamada que pondría fin a la compartida angustia al fin llegó, una reunión fue concretada, asistiría Victor, también era importante en ese lugar.
Minami se encargó de visitarlos con todos los documentos en regla, en verdad Celestino estaba orgulloso de su pupilo, tenía visión y un gran amor a su profesión, deseaba y añoraba hacer justicia, por el camino que iba, lo lograría.
Minami se paró frente a la impresionante mansión, desidido y algo molesto camino a paso seguro, donde seguro ya esperaban por él.
Fue atendido por una amble señora, por sus rasgos seguro era Lucy la cosinera amiga de Yuuri, este le contó sobre ella y lo buena que era, pasó a la sala y en efecto ya estaban reunidos.
- ¿donde esta mi Yuuri? - la señora se adelantó a preguntar, impaciente por saber de su hijo.
- señor Toshiya, Victor, señora Hiroko - los saludo amable - mi cliente no desea verlos, me haré cargo de todo, personalmente.
- eres solo un niño, queremos hablar con Yuuri - exigió Victor en tono molesto, con su traje desalineado y claras ojeras.
- por favor, nesecitamos verlo - pidió más amablemente el hombre mayor - tenemos tanto que aclarar.
- perdones pero yo solo sigo las órdenes de mi cliente, además aunque quisiera ni yo sé dónde está - confesó con dolor.
- ¿que significa eso? - el platinado se acerco a grandes pasos y lo tomo del cuello del saco molesto.
- soy el representante de Yuuri, pero además soy su amigo y aunque lo supiera no diría nada, nada - sentía su garganta oprimirse pero no sé intimido ante ese hombre con aliento a alcohol.
- vasta Victor, porfavor - suplicó la mujer - nosotros lo orillamos a esto, es lo más lógico que nos odié - entre llanto logro que soltará al chico.
- no viene a esto - se acomodó su traje y se quería ir pero se sentó frustrado y comenzó a revisar los documentos de su portafolio - Yuuri está dolido, pero no quiere nada - extendió los papeles al padre, que se sentó frente a él.
- ¿qué significa? - comenzó a leer el contenido.
- ha dejado todo a nombre de Mari, pero siendo menor de edad, ustedes - señaló a ambos esposos - serán sus albaceas hasta que cumpla la mayoría de edad - trato de dar una explicación simple para no dar tantas vueltas con técnicismos.
- nos devolvió todo, pero....no lo entiendo - la mujer ya estaba esperando la noticia de desalojo, esto descolocó a todos.
- no conose a Yuuri, yo tengo meses tratandolo y se que es bueno, me sorprende cuánto pueden dudar de él, todos, todos ustedes - se tragó lo que quería desirles a todos lo que dudaron del buen Yuuri, suspiro - Mari es dueña de todo ahora, ustedes solo lo cuidarán hasta que ella tome posesión de todo.
- debo hablar con él - susurro Victor, pero fue escuchado.
- no se les ocurra buscarlo, lo que él desea es vivir libre, alejado de lo que hace daño, ustedes - se acerco a Victor y le dió un documento.
- pero qué... - lo que tenía en sus manos era una cuenta.
- cuando se inició el proceso contra Masumi, le cancelaron las cuentas, está en particular estaba bajo el nombre de "boda" ya había sacado lo que pudo, pero cuando paso a nombre de Yuuri, pensó que lo correcto era devolverte los dos millones que no logro sacar - le explicó ya que ni Victor pensaba en que algo de lo perdido se recuperaria, claro dos millones no sé comparaban con lo que Chris robo de su empresa, pero era un inicio.
- gracias - bajo la mirada, incluso lejos ese japonés era lo mejor que le pasó en su vida.
- me iré ahora que no tenemos más asuntos pendientes - se dió la vuelta.
- te lo suplico, dime dónde está mi hijo - lloró la madre desconsolada.
- perdón, no lo sé - siguió su camino - pero no lo busquen - parecía más una exigencia que un pedido, saliendo de esa casa se encontró con su maestro quien lo felicito por su exelente trabajo, estaba muy orgulloso de su estudiante.
Mientras que en esa casa el llanto desolado de Hiroko resonó en cada pared, en cada rincón y ni su esposo o Victor pudieron contener su llanto.
De qué servía tener tanto dinero si no tenían lo más importante, a su hijo.
La pedida fue peor de lo que pensaban, no solo no podían pedirle perdón a su hijo, sino que lo habían perdido, quizás para siempre.
Cuántas veces lo perderían, pero todas las veces fue su culpa, no podían quejarse con la vida o el destino, no cuando ellos perdieron de vista a un niño pequeño, no cuando lo vieron irse y no trataron de detenerlo, no después de lo que hicieron y ahora ya no estaba.
Yuuri se fue de sus vidas, rompiendo tres corazones, pronto cuatro cuando le dijeran a Mari, cinco si contaban al joven abogado.
Minami le había ayudado mucho, tenía amigos en su universidad, uno de ellos hacía prácticas en el areopuerto, ayudo a costa de perder su empleo y dió un boleto de avión a Yuuri con un nombre falso, para no ser rastreado, ni si quiera el rubio de mechón rojo sabía su destinó.
La primera semana en París fue muy dura, vivió bajo un puente, hasta que consiguió un lugar donde vivir, pequeño, apenas una cosina, un cuarto y un baño, pero suficiente para él, sin muebles o algo para mudarse, apenas se compró ropa para buscar trabajo y una universidad.
Nunca iba a abandonar su sueño.
Se fue con apenas sus ahorros, nunca tomaría el dinero de sus padres menos el de su exnovio, para comenzar su nueva vida, era demaciado orgulloso para tomar algo que no fuera suyo.
Afortunadamente consiguió trabajo muy rápido en una panadería, era acogedora y pagaban bien, tubo un tiempo ayudando a Lucy así que sabía cosinar, no fue difícil hacerse cargo de los pedidos.
Cerca había una universidad buena y tenía suficiente tiempo para estudiar y trabajar, la colegiatura no era tan alta y además pidió una beca, le fue negada pero le permitían trabajará mientras no perdiera clases y eso era una gran ventaja.
Le ayudo mucho el estudiar idiomas, no solo el ruso y el japonés, aprendió inglés, francés, alemán, italiano, portugués, estudiar diversos idiomas era un pasatiempo que pensó no le ayudaría en nada, pero se equivocó.
Los fines de semana podía dar tours exclusivos a viajeros.
Se mantenía ocupado para no pensar de más, en esa familia o su exnovio o el dolor de perder todo.
Quizás lo único malo, era que su pequeño apartamento estaba muy lejos y tardaba mucho en cada viaje.
Para evitar tantos viajes, tenía que irse súper temprano a la panadería, trabajar toda la mañana, ir ala universidad, dormir una hora antes de sus clases, luego entrar a todas sus clases, siendo el mejor, salir de noche a comer en algún lugar cercano o comprar algo para prepara en cuanto llegaba a casa, que ya era muy noche.
Al principio fue muy difícil, solo tratando de adaptarse, con horarios muy duros, pero quería lograr su sueño.
Dormido bajo un árbol, cerca de las canchas, tranquilo hasta que un leve cosquilleo en su cabello lo hizo despertar.
- oye estúpido imbécil hasta que te dignas a despertar, tu maldito celular, no deja de sonar, ya me tiene e harto - le gritó aquel ángel - estaba por patearte la maldita cara.
- emmm...gracias...perdón - miró su modesto celular que servía de alarma para despertarlo, se levantó rápido y corrió hasta su salón ya tenía más de diez minutos de atraso.
Era una clase importante, afortunadamente su profesora lo dejo pasar, aunque le puso mucha tarea, esa semana fue dura, en la panadería hubo muchos pedido, por lo cual mucho trabajo, estaba agotado.
Quería agradecer al chico o chica que lo despertó, sinseramente su pelo largo desconcertaba pero esa actitud seguro era de un chico de mal carácter.
Pero no lo vio en la semana que pasó.
%%%
Está historia está súper simple, creo que ya todos saben de quién hablamos.
- enserio pensaban que Yuuri los dejaría en la calle???
Mi cerdito es bueno, más bueno que el pan...más bueno que el Katsudon...más bueno que...bueno ya me entendieron...
Dejen su lindo comentario si quieren actualización pronto...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top